LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA

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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
El bautismo en agua, siendo tipológico, es a la semejanza de
la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. En el bautismo en
agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura
y resurrección; ese es el simbolismo, la tipología del bautismo
en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
El mismo Cristo fue donde Juan estaba bautizando allá en el
Jordán para ser bautizado por Juan, y Juan, cuando lo ve, le
dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú
vienes a mí para que yo te bautice?” y Jesús le dice: “Nos
conviene cumplir toda justicia,” y entonces lo bautizó.
Por lo tanto, nos conviene también a todos ser bautizados en
agua en el Nombre del Señor Jesucristo, pues es un
mandamiento del Señor Jesucristo, y es a la semejanza de la
muerte, sepultura y resurrección de Cristo, y así nos
identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y
resurrección.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les
bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el
nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la
eternidad en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.
Será hasta el próximo domingo, Dios mediante, en que
estaré nuevamente con ustedes. Dejo al reverendo José
Benjamín Pérez con ustedes para que les indique cómo hacer
para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo,
y en cada país dejo al ministro correspondiente para que haga
en la misma forma.
Que las bendiciones de Cristo nuestro Salvador sean sobre
cada uno de ustedes y sobre mí, y continúen pasando todos una
tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA
MAESTRA.”
LA IGLESIA,
PRODUCTO
DE LA OBRA
MAESTRA
Domingo, 15 de abril del 2012
Cayey, Puerto Rico
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
NOTA AL LECTOR
Es nuestra intención hacer una transcripción fiel y exacta de
este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto cualquier
error en este escrito es estrictamente error de audición,
transcripción e impresión; y no debe interpretarse como
errores del Mensaje.
El texto contenido en esta Conferencia, puede ser verificado
con las grabaciones del audio o del video.
Este folleto debe ser usado solamente para propósitos
personales de estudio, hasta que sea publicado formalmente.
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mí el nuevo nacimiento.
Quiero nacer en Tu Reino, quiero vivir en Tu Reino,
quiero vivir eternamente. Señor, Tú ganaste para mí la
salvación en la Cruz del Calvario. Hazla una realidad en mi
vida, sálvame Señor, materialízala en mí. Te lo ruego en Tu
Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos
decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo
pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo
pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo
pecado! Amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, y ustedes me dirán:
“Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor
Jesucristo, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.’ (San
Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16) ¿Cuándo me pueden
bautizar?” es la pregunta desde lo profundo de vuestro
corazón.” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo
corazón, bien pueden ser bautizados y que Cristo les bautice
con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo
nacimiento.
El bautismo en agua es tipológico, el agua no quita los
pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo
pecado, pero el bautismo en agua es un mandamiento de
Cristo, el cual Él dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será
salvo,” y dijo también: “Bautizándolos en el Nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” (San Mateo, capítulo 28,
versos 16 al 20).
Y el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es:
Señor Jesucristo. Por eso bautizaban los apóstoles en el
Nombre del Señor Jesucristo a todos los que recibían a Cristo
como único y suficiente Salvador, y el apóstol San Pablo
también bautizaba en esa misma forma, y en esa misma forma
San Pablo fue bautizado.
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
han venido a los Pies de Cristo nuestro Salvador. Las personas
que están en otros países también pueden estar puestos de pie
para la oración por todos los que han estado viniendo a los Pies
de Cristo nuestro Salvador.
Con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo, todos, y
nuestros rostros inclinados y nuestros ojos cerrados:
Padre nuestro que estás en los Cielos, Santificado sea Tu
Nombre, venga Tu Reino y hágase Tu voluntad como en el
Cielo también en la Tierra, y el pan nuestro de cada día
dánoslo hoy, y perdona nuestras deudas así como nosotros
perdonamos a nuestros deudores, y no nos dejes caer en
tentación, mas líbranos del mal porque Tuyo es el Reino, el
poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo me
acerco a Ti trayendo estas personas que han recibido a Cristo
como único y suficiente Salvador. Te ruego los recibas en Tu
Reino, Padre celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo te
lo ruego, para quien sea la gloria y la honra por los siglos de
los siglos. Amén.
Y ahora, los que han venido a los Pies de Cristo repitan
conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio
y nació Tu fe en mi corazón. Creo en Ti con toda mi alma,
creo en Tu primera Venida y creo en Tu muerte en la Cruz
del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados
y por los de todo ser humano.
Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Señor,
doy testimonio público de mi fe en Ti, reconociendo que no
hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que
podemos ser salvos. Señor, doy testimonio público de mi fe en
Ti y te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego
perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo
pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que
yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en
LA IGLESIA,
PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
Rev. William Soto Santiago
Domingo, 15 de abril del 2012
Cayey, Puerto Rico
uy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes
y los que están a través del satélite Amazonas o internet
en diferentes naciones; que las bendiciones de Cristo, el Ángel
del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el
Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Para esta ocasión leemos en San Mateo, capítulo 16, versos
13 al 20, donde nos dice de la siguiente manera.
“Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó
a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el
Hijo del Hombre?
Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros,
Jeremías, o alguno de los profetas.
El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo
del Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón,
hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán
contra ella.
Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que
atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que
desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él
era Jesús el Cristo.”
M
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos
permita entenderla.
“LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA
MAESTRA.”
La obra maestra de Dios es Jesucristo, y ustedes pueden ver
cómo desde el Génesis hasta Juan el Bautista, Dios fue
formando esa obra, reflejando a Cristo en todos los profetas y
demás hombres de Dios hasta llegar a Jesucristo. En todos esos
hombres de Dios estuvo el Espíritu de Dios, el mismo apóstol
San Pedro nos dice que el Espíritu de Cristo estaba en esas
personas y era el que profetizaba por medio de esos
instrumentos. Dice Segunda de Pedro, capítulo 1, verso 19 al
21:
“Tenemos también la palabra profética más segura, a la
cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el
lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la
Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana,
sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo.”
O sea, que esa Palabra divina no fue traída por voluntad
humana, sino que fue el Espíritu Santo hablando por medio de
diferentes hombres, de diferentes profetas; eso es lo que nos
dice también Zacarías, capítulo 7, versos 11 en adelante para
que tengamos un cuadro claro de lo que estamos tratando en
esta ocasión. Nos dice la Escritura capítulo 7, verso 11 al 12 de
Zacarías, dice:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y
taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni
las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su
Espíritu, por medio de los profetas primeros (¿cómo Dios
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
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Estaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.”
Cuando despierte a la semejanza de Dios, esto es cuerpo
inmortal, glorificado, así decía el salmista y así dice cada
creyente en Cristo; si muere, despertará, será resucitado,
recuerden que los santos no mueren, sino que duermen.
Recuerden a Cristo diciéndole a Sus discípulos: “Lázaro
nuestro hermano, nuestro amigo duerme,” los discípulos le
dicen a Cristo: “Si duerme, estará bien,” y ellos no entendían
que Cristo les estaba hablando de que había muerto Lázaro, Su
amigo, y entonces les dice: “Lázaro nuestro hermano ha
muerto, nuestro amigo ha muerto y me alegro de no estar allá
cuando eso ocurrió, vamos, voy a despertarlo,” o sea, “voy a
resucitarlo.”
Lázaro representa a todos los creyentes en Cristo que han
muerto, los cuales serán despertados, despertarán de entre los
muertos, serán resucitados. Por lo tanto, el creyente en Cristo
no tiene miedo a la muerte, sabe que va a resucitar en cuerpo
eterno en la resurrección de todos los creyentes en Cristo en la
Venida del Señor.
Es importante tener esa seguridad, tener esa esperanza, y así
desaparece la angustia existencial, porque el ser humano que
no tiene esta esperanza tiene la angustia existencial que no
sabe de dónde ha venido, no sabe por qué está aquí en la
Tierra, y no sabe a dónde va cuando muera, y a lo más que le
tiene miedo la persona, de esa angustia existencial, no es tanto
de dónde ha venido ni por qué está aquí, sino adónde va a ir
después que muera.
Es importante asegurar, asegurar que vamos a ir al paraíso
cuando muera nuestro cuerpo físico, y que luego resucitaremos
en cuerpos glorificados en la Venida del Señor, pero si
permanecemos vivos, pues seremos transformados, así que no
hay problema, Pablo decía que no había problema, si vivimos
o morimos, no hay ningún problema.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
algunas personas de venir a los Pies de Cristo, los cuales están
escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, si oyes
hoy Su Voz y todavía no has recibido a Cristo como Salvador,
no endurezcas tu corazón, si ha nacido la fe de Cristo en tu
alma al estar escuchando la predicación del Evangelio de
Cristo en estos momentos, tienes la oportunidad ahora de dar
testimonio público de tu fe en Cristo recibiéndole como único
y suficiente Salvador, para lo cual puedes pasar acá al frente
para orar, para que oremos por usted.
Y también los que están en otras naciones pueden venir a los
Pies de Cristo los que todavía no lo han hecho, para que
queden incluidos en la oración que estaremos haciendo en esta
ocasión. Y los niños de diez años en adelante también pueden
venir a los Pies de Cristo nuestro Salvador.
No hay nada más importante que la vida, y si la vida física
es tan importante, cuánto más la Vida eterna para todos los
creyentes en Cristo. No hay otra cosa más importante en la
vida que la Vida eterna. Sin la vida no hay futuro, sin la vida
nada valen las riquezas, nada valen los estudios, la vida es lo
más preciado que el ser humano tiene, y la tiene para que haga
contacto con Cristo, la Vida eterna, para que obtenga la Vida
eterna y tenga la esperanza de vivir en el Reino de Cristo por
toda la eternidad.
Sin esa esperanza no hay paz en el alma de la persona, sin
esa esperanza el ser humano viene a ser como la hierba del
campo y la flor del campo que están y después dejan de existir.
Pero Job dijo en una ocasión: “Yo sé que mi Redentor vive, y
después de desecha esta mi carne, en mi carne he de ver a mi
Redentor.” Por lo tanto lo hemos de ver a Cristo en Su cuerpo
glorificado muy pronto.
Sabemos que esas son promesas divinas las cuales van a ser
cumplidas, porque si Él lo prometió, Él lo va a cumplir. Aun el
salmista David en el Salmo 17, verso 15, dice:
“En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia;
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enviaba Su Palabra? Por medio de Su Espíritu a través de los
profetas); vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los
ejércitos.”
Y ahora, veamos lo que nos dice San Pablo en Hebreos,
capítulo 1... recuerden que Dios viene construyendo una obra
maestra que culminará en el Mesías Príncipe en el cual Dios
habrá traído a existencia un hombre perfecto, una obra
perfecta, una obra maestra. Hebreos, capítulo 1, verso 1 en
adelante, 1 al 3 dice:
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas
maneras en otro tiempo a los padres por los profetas (¿cómo
Dios habló? Por medio de los profetas),
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien
constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el
universo.”
Vean, el origen del universo está aquí revelado en la Biblia:
fue por medio de Cristo, el Hijo de Dios, que Dios creó el
universo:
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios.
Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo
que ha sido hecho, fue hecho.” (San Juan, capítulo 1, verso 1
en adelante).
Ahí tenemos claramente que Dios creó por medio de
Jesucristo el universo completo; porque Cristo, antes de tener
Su cuerpo de carne, era el Ángel del Pacto, tenía Su cuerpo
angelical, era nada menos que la imagen del Dios viviente, el
cuerpo angelical de Dios, ese es Cristo, el cual dijo también:
“Antes que Abraham fuese, yo soy.”
¿Cómo era? Era el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios (San
Juan, capítulo 8, versos 56 al 58). Por eso Él también podía
decir: “El Padre y yo, una cosa somos,” porque Cristo en Su
cuerpo angelical es el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical o
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
teofánico de Dios, y Cristo en Su cuerpo de carne es el velo de
carne de Dios, la semejanza física de Dios, es el templo
humano de Dios.
¿Recuerdan las palabras de Cristo en San Juan, capítulo 2,
que dice: “Destruyan este templo, y en tres días Yo lo
levantaré”? Pensaban que estaba hablando del templo de
piedras allá en Jerusalén, pero Él estaba hablando de Su templo
como cuerpo o templo de Dios (San Juan, capítulo 2, versos 19
en adelante).
La Escritura nos dice en el capítulo 3 de Primera de
Corintios, nos dice que somos templo de Dios, “¿no sabéis que
vosotros sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora
en vosotros?” así dice San Pablo en el libro de Primera de
Corintios; y en el capítulo 3 San Pablo dice que él como perito
arquitecto puso el fundamento y que otro edificará encima, y
“el que edifica mire cómo edifica porque nadie puede poner
otro fundamento que el que está escrito, el cual es Jesucristo,”
y dice que el que destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá
a él.
Todos los creyentes en Cristo como individuos son un
templo humano de Dios donde mora el Espíritu de Dios, el
Espíritu Santo, y la Iglesia del Señor Jesucristo que es como
Cuerpo Místico de creyentes un Templo espiritual, es la Casa
de Dios, la Iglesia de Dios, del Dios viviente; es la Iglesia del
Señor Jesucristo un Templo formado por piedras vivas como
nos dice Primera de Pedro, capítulo 2, versos 4 al 10.
Siendo un Templo, entonces tiene Atrio, Lugar Santo y
Lugar Santísimo. La Iglesia del Señor Jesucristo es lo más
grande que Dios tiene en la Tierra, y Su Espíritu mora en Su
Iglesia; Él dijo: “No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros,”
¿cómo vendría? En Espíritu Santo. También en San Mateo
dice, capítulo 28, verso 20: “Yo estaré con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo.” ¿Cómo estaría? En Espíritu Santo
en Su Iglesia, que es Su Casa, Su Templo espiritual, y en cada
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Vean, el propósito de la Venida del Señor en el Día Postrero
¿será cuál? Transformar nuestros cuerpos y hacerlos como Su
cuerpo glorificado, y resucitar a los creyentes en Él que
partieron en diferentes tiempos pasados y algunos de los
nuestros que han partido, dice:
“El cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya.”
Para que sea igual al cuerpo glorificado que Él tiene, el cual
es un cuerpo inter-dimensional que puede pasar de una
dimensión a otra sin ningún problema, un cuerpo inmortal,
incorruptible, glorificado, “a la final trompeta, porque será
tocada la trompeta y los muertos en Cristo resucitarán primero
incorruptibles y nosotros los que vivimos seremos
transformados,” (Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49
al 58); y luego se acabó el problema de morir, se acabó el
problema de ponerse vieja la persona, porque permanecerá
joven para toda la eternidad, como Jesucristo está tan joven
como cuando subió al Cielo.
Así será con la Iglesia del Señor Jesucristo, con todos los
creyentes en Cristo pertenecientes a la Iglesia del Señor
Jesucristo, y la Iglesia será la obra maestra de Cristo que
llegará a su perfección en este tiempo final, y cada creyente en
Cristo como individuo será una obra maestra de Cristo nuestro
Salvador, cuando seamos transformados y tengamos el cuerpo
glorificado como Él lo ha prometido.
Por lo tanto, estemos preparados, porque de un momento a
otro se completará la Iglesia del Señor Jesucristo y por
consiguiente llegará a ser la obra maestra de Cristo, será la
Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero la que recibirá
a Cristo en Su Venida para su transformación, vendrá a Su
Templo, Su Templo espiritual, que es Su Iglesia.
La Iglesia, producto de la obra maestra de Dios, producto de
Cristo, la obra maestra, y por consiguiente: la Iglesia del Señor
Jesucristo la obra maestra de Cristo. Por cuanto todavía faltan
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
la obra maestra de Cristo, como Cristo es la obra maestra de
Dios, y ahí es donde cada uno de los creyentes en Cristo
llegarán a la perfección y por consiguiente serán como
individuos la obra maestra de Cristo que los llevará a la
perfección y serán a imagen y semejanza de Cristo nuestro
Salvador, llegarán a ser como Cristo. Llegaremos, porque es
una promesa.
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA,
la Iglesia, producto de Cristo, la obra maestra, el cual está
haciendo una obra maestra y ya lleva dos mil años desde el Día
de Pentecostés hacia acá, o desde la Cruz del Calvario hacia
acá, y como individuos todos somos una obra que será
coronada y será la obra maestra de Cristo como individuos.
La Iglesia por consiguiente es la obra maestra de Cristo,
como Cristo es la obra maestra de Dios. A Dios le tomó cuatro
mil años hacer esa obra maestra, traer por creación divina esa
obra maestra, el cual es Jesucristo nuestro Salvador.
Y ahora, para la Iglesia como una obra maestra ha tomado
unos dos mil años, le ha tomado a Dios por medio de Cristo
unos dos mil años para traer una Iglesia perfecta en el Día
Postrero, una obra maestra en la cual va a estar la plenitud de
Dios, va a estar Cristo en toda Su plenitud y por consiguiente
todos serán transformados y llegarán a la perfección, serán
iguales a nuestro amado Señor Jesucristo, eso es lo que está
prometido y por consiguiente lo que tiene que suceder, y eso
es lo que estarán creyendo todos los creyentes en Cristo
miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Filipenses,
capítulo 3, verso 20 al 21, dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde
también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el
poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas.”
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
7
creyente en Cristo que es un templo humano espiritual donde
mora el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo.
Cristo en Su cuerpo angelical es la imagen del Dios
viviente, y Cristo en Su cuerpo de carne es la semejanza física
de Dios, es Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Se
hizo hombre para llevar a cabo la Obra de Redención en la
Cruz del Calvario, y luego producir el nacimiento de Su
Iglesia, que es producto de Cristo crucificado, del cual ha
venido Su Iglesia, la cual ha nacido del Agua y del Espíritu. El
Espíritu es la vida de la Sangre; por eso Cristo habló a
Nicodemo que es necesario nacer de nuevo para entrar al Reino
de Dios (San Juan, capítulo 3, versos 1 al 6).
Y ahora, Jesucristo es nada menos que la única persona en
donde ha morado, mora y morará eternamente la plenitud de la
Divinidad, la plenitud de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu
Santo; en Cristo estaba toda la plenitud de Dios; por eso Él
podía decir: “El Padre y yo, una cosa somos.” (San Juan,
capítulo 10, verso 27 al 30). Y Él dice: “El Padre mayor es que
yo,” porque Dios es mayor que Su cuerpo angelical y es mayor
que Su cuerpo físico llamado Jesús, así como usted y yo, en
cuanto a nuestra alma, que es lo que en realidad somos, nuestra
alma es mayor que nuestro cuerpo espiritual y es mayor que
nuestro cuerpo físico.
Recuerden que por cuanto Dios creó al ser humano a Su
imagen y semejanza, encontramos que el ser humano es como
Dios: alma, espíritu y cuerpo; Padre, Hijo y Espíritu Santo
equivalen en el ser humano a alma, espíritu y cuerpo, la única
creación a imagen y semejanza de Dios, pues los ángeles no
tienen cuerpo físico, no tienen la semejanza física de Dios;
tienen imagen, la imagen de Dios, pero no tienen la semejanza
física de Dios.
La semejanza física de Dios es el cuerpo físico de Jesucristo,
el cual ya está glorificado, y por esa causa es que todos los
creyentes, así como nacen de nuevo y tienen un cuerpo
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
espiritual angelical, teofánico, luego en la segunda parte de la
Redención obtendrán la semejanza física de Dios, y la
semejanza física de Dios es el cuerpo físico de Jesucristo, el
cual ya fue glorificado, y por eso es que los creyentes en Cristo
van a obtener un cuerpo físico glorificado cuando los muertos
en Cristo resuciten y los vivos sean transformados y todos
serán a imagen y semejanza de Jesucristo, o sea, de Dios.
Recuerden que Cristo es Emanuel, que traducido es: Dios
con nosotros. Todos seremos iguales a Jesucristo. Recuerden
que a todo lo que Cristo es heredero, también los creyentes en
Cristo lo son. Cristo dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me
sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida” (San
Juan, capítulo 10, verso 9); y también en San Mateo Cristo
dice: “Vosotros sois la luz del mundo.”
O sea, que a todo lo que Cristo es heredero, también los
creyentes en Cristo son herederos y coherederos con Cristo,
herederos de Dios y coherederos con Cristo nuestro Salvador;
eso está en Romanos, capítulo 8, verso 14 en adelante, hasta el
31 pueden leer y ahí encuentran un cuadro claro de todas estas
cosas de las cuales les estoy hablando.
Cristo es la imagen del Dios viviente, y también Cristo es la
semejanza física del Dios viviente. Colosenses capítulo 1,
verso 12 al 25, nos habla que Cristo es la imagen de Dios, y en
Hebreos, capítulo 1 donde estamos leyendo y nos detuvimos
hace unos minutos, dice:
“El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen
misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la
palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de
nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra
de la Majestad en las alturas,
hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más
excelente nombre que ellos.”
Aquí nos muestra que Cristo es el resplandor de Su gloria y
la imagen de Dios. La imagen, “...y la imagen misma de su
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
17
Luego han transcurrido diferentes etapas o edades de la Iglesia
del Señor Jesucristo, donde ha ido creciendo esa obra maestra
que Cristo está llevando a cabo.
Se coronará esa obra maestra con la Iglesia del Señor
Jesucristo que esté viviendo en este tiempo final, la cual llegará
a la perfección, y esa será la obra maestra de Dios por medio
de Cristo, o sea, la obra maestra de Cristo, el cual ha estado
creando, construyendo, por creación, Su Iglesia, Su Templo
espiritual. Ella es la ungida, la Iglesia Mesías, la Iglesia
ungida; todo lo que Cristo es, lo es Su Iglesia.
En Su Iglesia está el Espíritu Santo desde el Día de
Pentecostés, ha continuado en Su Iglesia, y Él dijo: “Yo estaré
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo,” Él todavía
está en Su Iglesia en Espíritu Santo. Es para este tiempo final
en donde la adopción de Su Iglesia y por consiguiente de cada
creyente en Cristo nacido de nuevo, se llevará a cabo; y así
será coronada la Iglesia del Señor Jesucristo en la etapa de oro
de la Iglesia, la etapa de Edad de Piedra Angular como allá dos
mil años atrás fue coronada la Iglesia del antiguo pacto con la
presencia de Cristo lleno de la plenitud de Dios.
En Cristo fue que se coronó esa obra maestra que Dios de
etapa en etapa fue construyendo por medio de la manifestación
del Espíritu de Dios en todos los profetas desde Adán hasta
Juan el Bautista, y luego en Cristo se realizó, se manifestó, la
obra maestra; lo que fue Dios haciendo gradualmente, luego en
Cristo se completó y apareció un profeta perfecto ungido con
la plenitud de la Divinidad.
Así también será para la Iglesia del Señor Jesucristo en este
tiempo final. Por lo tanto, la Iglesia en este tiempo final, el
grupo de creyentes en Cristo nacidos de nuevo del Día
Postrero, será el grupo que llegará a la perfección, y por
consiguiente en ese grupo será que la obra maestra de Cristo se
cumplirá. Una obra maestra es la Iglesia del Señor Jesucristo,
la cual llegará a la perfección en este tiempo final, y eso será
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
aguante un poquito, que cuando se complete el número de los
escogidos, de los elegidos, de los hijos e hijas de Dios escritos
en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, vendrá la
resurrección, y luego la transformación de los que estemos
vivos, los cuales veremos a los muertos en Cristo cuando
resuciten.
Resucitarán jovencitos, en cuerpos jóvenes, porque el
cuerpo glorificado es joven, eterno, inmortal incorruptible y
glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro
Salvador, y cuando los veamos, seremos transformados. Luego
estaremos una temporada de 30 a 40 días aquí en la Tierra ya
adoptados y por consiguiente con todo el poder de Cristo
manifestado en y a través de Su Iglesia y por consiguiente de
cada uno de los hijos e hijas de Dios, todos tendrán todo el
poder divino.
Pero habrá un orden divino siempre en medio de la Casa de
Dios, la Familia de Dios. Cada mensajero representará a su
grupo, cada mensajero es como los doce patriarcas hijos de
Jacob y como los doce apóstoles del Señor Jesucristo, que en
Apocalipsis, capítulo 4 y capítulo 5 aparecen sentados sobre 24
tronos; doce tronos para doce patriarcas y doce tronos para
doce apóstoles, y tienen que ver con el pueblo hebreo. Y así
también los apóstoles del Señor Jesucristo, los mensajeros para
las diferentes etapas de la Iglesia entre los gentiles, sus siete
mensajeros tendrán una posición como los doce apóstoles y
como los doce patriarcas. Así que eso luego lo vamos a ver con
más detalles más adelante, cada mensajero representará a su
grupo y presentará su grupo a Cristo.
Y ahora, la Iglesia producto de Cristo, la obra maestra, en
donde Cristo ha colocado todo Su poder, todo lo que es Cristo
lo ha colocado en Su Iglesia, como todo lo que es Dios, Él lo
colocó en Cristo, y Cristo está haciendo Su obra maestra de
etapa en etapa; puso el fundamento con los apóstoles y
profetas, y la principal piedra es Jesucristo nuestro Salvador.
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
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sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de
su poder.” Cristo es la obra maestra de Dios; le tomó unos
cuatro mil años, desde Adán hasta Juan el Bautista, para llegar
a ser, a tener una obra maestra creada por Dios mismo, el cual
es Jesucristo.
Y ahora, encontramos que todo lo que Dios es, lo derramó,
lo colocó, en Jesucristo; y todo lo que Jesucristo es, lo colocó
en Su Iglesia. Su Iglesia es Su Templo espiritual, es Su Casa,
Su Familia. ¿Que la Iglesia del Señor Jesucristo es la Familia
de Cristo? Vamos a ver, Hebreos, capítulo 3, verso 5 en
adelante dice... vamos a leer verso 1 en adelante hasta el 6 (de
Hebreos, capítulo 3, verso 1 al 6), dice:
“Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento
celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra
profesión, Cristo Jesús (es Apóstol y Sumo Sacerdote de
nuestra profesión, ¿quién? Cristo);
el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue
Moisés en toda la casa de Dios.
Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno
éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.
Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo
todas las cosas es Dios.
Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como
siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos
nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el
gloriarnos en la esperanza.”
Y ahora, Cristo sobre Su Casa, la cual Casa ¿qué? Somos
nosotros, Su Casa, Su Familia, Su Casa compuesta por todos
los creyentes en Él, Su Casa, Su Familia de hijos e hijas de
Dios por medio de Cristo nuestro Salvador; Él ha sido
colocado como Hijo sobre Su Casa, Él es el primogénito de
toda la creación, Él es el primogénito de todos los que
resucitan en la primera resurrección, el primogénito de los
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muertos, Él es las primicias de los que durmieron.
Él es las primicias, la gavilla mecida que fue mecida cuando
Él resucitó domingo en la mañana de aquella semana tan
importante, luego el primer día de la otra semana, de la semana
siguiente, resucitó bien temprano en la mañana, el día primero
de la otra semana, de la semana que comenzó, o día octavo
contando la semana y contando el domingo como día octavo.
Él es las primicias de todo el fruto de la cosecha que se
recogería en aquellos tiempos. Lo literal en la agricultura
tipifica lo espiritual. Por eso es que también los creyentes en
Cristo son representados en el trigo.
Y ahora, Cristo siendo la imagen del Dios viviente, es el
cuerpo angelical de Dios, el cuerpo teofánico de Dios, llamado
el Ángel del Pacto. Cada creyente en Cristo también tiene su
cuerpo angelical, su cuerpo teofánico. Vean lo que nos dice
Santiago, hablando de Cristo y Su resurrección, capítulo 1,
verso 18, de Santiago, dice:
“El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de
verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”
Las primicias, los primogénitos de Dios, son los creyentes
en Cristo bajo el nuevo Pacto que Dios estableció por medio de
Cristo. Todos los creyentes en Cristo que nacerían en el Reino
de Dios por medio del Espíritu Santo, nacerían del Agua y del
Espíritu como le dijo Cristo a Nicodemo, tienen sus nombres
escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero. Por eso
San Pablo en Hebreos, capítulo 12, verso 22 en adelante dice:
“Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad
del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos
millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos
en los cielos...”
La congregación de los primogénitos inscritos en el Cielo,
o en los Cielos, es la Iglesia del Señor Jesucristo, escritos en el
Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
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Sellos o ese Libro sellado con siete Sellos, que es un Título de
Propiedad abstracto, o sea, que no se había concretado, pero se
va concretando, se va haciendo realidad, cumpliéndose,
materializándose, a través de las diferentes etapas de la Iglesia
del Señor Jesucristo, y de eso no vamos hablar mucho en esta
ocasión, ya que eso nos llevaría a hablar de cosas que van a ser
reveladas cuando Cristo complete Su Iglesia.
Cuando Cristo complete Su Iglesia será que Él saldrá del
Trono de Intercesión, tomará ese Título de Propiedad como
León de la tribu de Judá, lo presenta el anciano en Apocalipsis,
capítulo 5, verso 1 en adelante, pero Juan, cuando mira, ve que
es Jesucristo, y lo menciona como un Cordero ensangrentado,
porque Juan no conocía a Cristo como León, sino como el
Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo.
Pero el León de la tribu de Judá y el Cordero de Dios es la
misma persona: es Jesucristo nuestro Redentor, nuestro
Salvador. Esto ocurrirá cuando Cristo complete Su Iglesia y
entonces habrá concretado ese Título de Propiedad, Libro de
la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todas
las personas que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo,
comenzando desde los apóstoles hacia acá, hacia nuestro
tiempo.
O sea, que ese Título de Propiedad tiene nombres escritos,
los nombres de los que formarían Su Iglesia, y por
consiguiente allí está mi nombre, ¿y el de quién más? el de
cada uno de ustedes también, el nombre que Dios eligió para
cada uno de Sus hijos e hijas que formarían Su Iglesia.
Se concretará, se terminará de materializar, ese Título de
Propiedad con los escogidos de este tiempo final, y entonces
los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos eternos en la Obra
de Reclamo de Cristo, que reclamará todo lo que Él ha
redimido con Su Sangre y los que estemos vivos seremos
transformados.
Por lo tanto, aunque su cuerpo ya esté avanzado en edad,
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REV. WILLIAM SOTO SANTIAGO
primogénitos de Dios escritos en el Cielo en el Libro de la
Vida del Cordero, la Iglesia primogénita de Dios, e Israel,
como pueblo, como nación, es también la única nación terrenal
llamada por el mismo Dios Su pueblo primogénito: “Israel es
mi hijo, mi primogénito.” (Éxodo, capítulo 4, verso 22 en
adelante). O sea, que las profecías tienen dobles y triples
cumplimientos, múltiples cumplimientos.
Y ahora, esto nos deja saber que la Segunda Venida de
Cristo es para el Templo del Señor Jesucristo, que es Su
Iglesia. Tan sencillo como eso. Los judíos están esperando la
venida del Señor, no están esperando Segunda Venida de
Cristo, porque ellos no lo recibieron en Su primera, por lo tanto
para ellos la Venida del Mesías será la primera Venida del
Mesías y después es que se darán cuenta que la primera ya
ocurrió dos mil años atrás, y entonces comprenderán que lo
que acontecerá en este tiempo final será la segunda Venida del
Mesías, o sea, del Ungido de Dios, donde la plenitud del Señor
estará manifestada.
Así como en Cristo estuvo la plenitud de Dios, y fue la obra
maestra, la segunda Venida de Cristo será esa obra maestra y
la Iglesia del Señor Jesucristo será esa obra maestra. La Iglesia
del Señor Jesucristo tendrá, en el Día Postrero, la plenitud de
Cristo. Cristo en toda Su plenitud se manifestará en Su Iglesia
para llevar a cabo la Obra de Reclamo, para llevar a cabo la
segunda parte del Programa de Redención, para la redención
del cuerpo que es la adopción para los hijos e hijas de Dios en
el Reino de Dios, ser adoptados físicamente, y transformados,
la transformación que será la adopción; y para los muertos en
Cristo la resurrección en cuerpos eternos, luego ir con Cristo
a la Cena de las Bodas del Cordero, y luego de esa fiesta, que
durará tres años y medio en el Cielo, regresar a la Tierra para
comenzar el glorioso Reino del Mesías, también conocido
como el Reino Milenial de Cristo, del Mesías.
Todo es sencillo, pero ha estado sellado bajo esos siete
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
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sellado con siete Sellos que aparece en Apocalipsis, capítulo 5,
en la diestra de Dios, del que está sentado en el Trono:
“...a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos
hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada
que habla mejor que la de Abel.”
El mediador del nuevo Pacto es Cristo, con Su propia
Sangre hace intercesión, hace mediación por y en favor de
todos los que le reciben como único y suficiente Salvador.
Miren, Hebreos, capítulo 13, versos 20 al 21 lo que nos dice:
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro
Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre
del pacto eterno.”
¿Cuál es la Sangre del Pacto eterno? La Sangre de Cristo, es
la Sangre del nuevo Pacto, del Pacto eterno; por eso en la
última cena con Sus discípulos, tomando el pan y dando
gracias al Padre, parte y da a Sus discípulos, les dice: “comed,
este es mi cuerpo...” San Pablo explica un poquito y más y
dice. “Este es mi cuerpo que por mucho es partido, y tomando
la copa de vino, y dando gracias al Padre dice: “Tomad de ella
todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por
muchos es derramada para remisión de los pecados.” (San
Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29). Sin derramamiento de
Sangre no se hace remisión y no se hace un pacto.
Y ahora, el nuevo Pacto lo hizo Cristo, lo estableció Cristo
porque Él es el Ángel del Pacto que vino a establecer el nuevo
Pacto, y todos los que reciben Cristo como Salvador al
escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y nacer la fe de
Cristo en su alma y recibirlo como Salvador, ser bautizados en
agua en Su Nombre y Cristo bautizarlos con Espíritu Santo y
Fuego, han nacido de nuevo, y por consiguiente han nacido en
el Reino de Cristo y han entrado a la Vida eterna, han entrado
al nuevo Pacto establecido por Dios, y por consiguiente esa es
la Familia de Dios bajo el nuevo Pacto; esa es la Casa de Dios,
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el Templo de Dios bajo el nuevo Pacto, de lo cual nos habló
San Pablo en Primera de Timoteo, capítulo 3, versos 14 al 16,
y dice San Pablo escribiéndole a Timoteo:
“Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a
verte,
para que, si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa
de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte
de la verdad (la Iglesia del Dios viviente es la Casa de Dios y
es columna y baluarte de la verdad).
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:
Dios fue manifestado en carne,
Justificado en el Espíritu,
Visto de los ángeles,
Predicado a los gentiles,
Creído en el mundo,
Recibido arriba en gloria.”
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es la Casa de Dios,
el Templo de Dios, y por consiguiente la Venida del Señor dos
mil años atrás fue a Su Casa, Su cuerpo físico, Su templo
espiritual, y luego también fue al templo que estaba en
Jerusalén, el cual fue construido por Herodes.
Ahora, es más importante el templo humano que el templo
de piedras. El templo de piedras representa el templo humano,
el templo de piedras representa también a la Iglesia del Señor
Jesucristo compuesta por piedras vivas, seres humanos. Vean
que Cristo dijo (Juan el Bautista dijo también), que “Dios
puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras,” está
hablando de personas que estaban siendo bautizadas por Juan
el Bautista, no estaba hablando de piedras literales, porque
piedras literales no son hijos e hijas de Dios.
Y ahora, encontramos que la Casa de Dios bajo el nuevo
Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico
de creyentes, es el cuerpo de carne a través del cual Cristo se
ha estado manifestando desde el Día de Pentecostés hacia acá.
LA IGLESIA, PRODUCTO DE LA OBRA MAESTRA
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Y así como hubo grandes promesas para la venida del Mesías,
Su primera Venida, esas mismas promesas son luego aplicadas
y cumplidas en la Iglesia del Señor Jesucristo, porque la Iglesia
es Su Cuerpo Místico de creyentes.
Encontramos que así como Cristo, luego de morir,
resucitaría al tercer día, la Iglesia del Señor Jesucristo comenzó
unos dos mil años atrás el Día de Pentecostés, allí nació la
Iglesia del Señor Jesucristo que estaba en Cristo.
Han transcurrido ya unos dos mil años y ya estamos en el
tercer día en donde los muertos creyentes en Cristo van a
resucitar en cuerpos glorificados y los vivos van a ser
transformados, tercer día milenial, “porque un día delante del
Señor es como mil años, y mil años como un día,” lo mismo es
aplicable para Israel. En Oseas, capítulo 6, verso 1 en adelante
dice:
“Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos
curará ; hirió, y nos vendará.
Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos
resucitará, y viviremos delante de él.”
¿Para qué día, delante de Dios, será la resurrección para
Israel y por consiguiente para la Iglesia del Señor, que es la
Casa de Cristo, la Familia de Cristo, la descendencia de Cristo?
Para el tercer día milenial; “porque un día delante del Señor es
como mil años, y mil años como un día.” (Salmo 90, verso 4,
y Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8).
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Familia de
Dios, que es la Casa de Dios, el Templo de Dios, bajo el nuevo
Pacto, recibe la bendición de estas profecías también. Las
mismas profecías que son aplicadas a Cristo, luego también
son aplicadas a la Iglesia del Señor Jesucristo que está
compuesta por los primogénitos de Dios escritos en el Cielo en
el Libro de la Vida del Cordero.
Así las profecías aplicadas a Jesucristo, el primogénito de
Dios, son aplicadas a la Iglesia del Señor Jesucristo como los
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