Misticismo y realidad: análisis del cuento Los Ojos Verdes, de

Misticismo y realidad: análisis del cuento Los Ojos Verdes, de Gustavo Adolfo Bécquer
Millaine de Souza Carvalho (Unipampa)
([email protected])
Samantha Cuello Muniz (Unipampa)
([email protected])
Resumen
La siguiente investigación, tiene por objetivo analizar el cuento Los Ojos Verdes, presente en el
libro Leyendas, escrito en 1866, por Adolfo Bécquer, reflexionando sobre las relaciones
existentes entre misticismo y realidad encontradas en la obra. Fundamentada en los principios
teóricos de la Poética del Espacio, de Gaston Bachelard, se pretende observar el espacio en que
se sitúan los acontecimientos en la obra y de cómo éstos influyen en el proceder de los personajes.
Esta narrativa se vale de la utilización de elementos ficticios, a menudo sobrenaturales, que se
transmiten de generación en generación, configurando su familiaridad estructural con el género
leyenda. Trata sobre espíritus femeninos que habitan en las aguas, llamadas “ninfas” en la
mitología. El autor relaciona la paradoja de misticismo y realidad asociada a la idea del amor, de
hechicería y de muerte, transportando sus caracteres a un lugar, en efecto real, cercado de
leyendas y mitos culturales. En cada elemento que Bécquer incluye y desenvuelve en su obra, se
percibe la conexión que mantiene con la concepción del hombre de la época, de la vida y de la
propia muerte. A través del análisis y de la investigación realizada, se verifica este autor y su arte
como una manifestación plena del Romanticismo, siendo este movimiento el transformador del
contexto de la Literatura Española del siglo XVIII. Bécquer encanta con su lenguaje y muestra la
realidad de la época utilizando justamente elementos irreales, que permiten una contemplación
del ser perturbado por inquietudes varias que persigue un ideal, lleno de sentimientos que afloran
de su alma. Como menciona Bachelard, “[…] la poesía es, antes de ser una fenomenología del
espíritu, una fenomenología del alma.” (BACHELARD, 1993, p. 185, traducción nuestra). Tener
al individuo como centro del pensamiento filosófico transforma la literatura y la aproxima a la
realidad de quien la aprecia.