2.—EL IMPERIO ROMANO La Medicina y la Farmacia, que

Anuncio
HISTORIA
19
2.—EL IMPERIO ROMANO
La Medicina y la Farmacia, que entonces era ejercida por los
médicos, alcanzaron magnífica altura en el Imperio romano, siendo
cuantiosos los autores de obras relacionadas con los medicamentos,
proveniendo éstos, en casi su totalidad, del reino vegetal. Los nom­
bres de CELSO, ANDRÓMACO, ESCRIBONIO, PLINIO, etc., y posterior­
mente de GALENO, son sobradamente conocidos; mas de su labor no
entresacamos material concerniente al tema que desarrollamos.
• En el siglo que da entrada a la Era Cristiana, nació DIOSCÓRIDES, a quien varios tratadistas juzgan como el fundador de la "Ma­
teria Médica" o el más interesante de los escritores, pues, en el
transcurso de quince siglos, sirvió su obra de base para todos los
que se dedicaron al estudio de los medicamentos. Y esta su "Ma­
teria Médica" merece relevante atención, puesto que en el siglo xvi,
con cierta insistencia se afirmó que ya conocía la digital.
PEDACIO DIOSCÓRIDES tuvo por cuna Anazarba o Anazarbe (más
tarde Cesárea Augusta), localidad de Cilicia (Asia Menor). Y rea­
lizó largos viajes siguiendo a los ejércitos romanos, principalmente
en la época de Nerón.
Las plantas que describe este investigador, en número de unas
seiscientas, corresponden a la flora de Asia Menor, Grecia, Egipto
e Italia. Y en su estudio no sólo se fundamentaba en sus observa­
ciones personales, sino también en las obras de CRATEVAS y de SEX­
TOS NlGER.
Se ha discutido con largueza si DIOSCÓRIDES copió o no a PLINIO,
resultando, al parecer, que fueron contemporáneos y que se apoya­
ron, en parte, en las mismas fuentes; de ahí que, en ocasiones, coin­
cidieran.'
El ejemplar más antiguo que se conoce de la "Materia Médica"
se encuentra en Viena, estando redactado en griego y conteniendo
extensa cantidad de grabados, suponiéndose que se trata de un Có­
dice nacido en el siglo vi. En él no viene la digital ni ninguna planta
parecida. Sin embargo, se describe la escila de manera acertada, y
trae una lámina aceptable (fig. 1 6 ) .
En la Biblioteca Colombina de Sevilla consultamos un manuscri­
to de mayor modernidad, que tiende a ser como un resumen de la
obra mencionada, el cual tampoco nos proporcionó elementos de in­
terés para la historia de la digital. Y también conocemos el de la
Descargar