1 Aspectos básicos para la elección y el cuidado de las zapatillas

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Aspectos básicos para la elección y el cuidado de las zapatillas de punta
Por Rosario María Moreno Fuentes
Introducir el trabajo de puntas al alumnado de danza se produce con frecuencia en un
momento formativo en el que el docente carece del tiempo necesario para transmitir la
profundidad de los conocimientos básicos respecto a su uso, cuidado, elección de la
marca y del modelo adecuado, mantenimiento, etc. El objetivo de este artículo es
facilitar una selección de conocimientos básicos fundamentales que ayuden a
sobrellevar los primeros pasos sobre la punta con la mayor efectividad posible,
evitando compras desafortunadas y posibles lesiones indeseadas.
Es importante recordar que las puntas son un instrumento complejo y sensible, cuya
importancia para la bailarina es crucial. Por ello, se advierte de la importancia que
tiene realizar este trabajo en todo momento bajo la supervisión y asesoramiento de un
especialista en la materia, ya que la elección de la marca y modelo de zapatillas de
punta debe realizarse siguiendo criterios concretos. Estos criterios se refieren a la
forma del pie, a su fuerza y movilidad, al número de horas previstas de clase e incluso
al tipo de coreografías que se va a ensayar o bailar, es decir, que los contenidos que
predominarán en ella (paso a dos, giros, equilibrios, saltos, etc.) determinarán también
el tipo de zapatilla que necesitaremos.
Dediquemos un momento a conocer mejor las puntas, ya que así entenderemos mejor
que cada una de sus partes cumple una función determinada que nos ayudará a bailar
mejor:
1. Corona
3. Alma (shank en inglés)
2. Suela interior
4. Suela exterior
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La mayoría de los especialistas recomiendan centrar primeramente la atención en
analizar la plataforma y encontrar el tipo de caja (vamp) adecuada al pie antes de
elegir la dureza del alma o suela interna. Por lo general, se recomienda a las alumnas
principiantes una suela flexible que les ayude a pasar correctamente por la media
punta (demipointe) como exige la técnica de puntas. Sin embargo existen
excepciones, como por ejemplo si la alumna presenta un empeine y arco muy fuerte y
pronunciado, para lo que se recomienda una suela o alma dura ya desde la iniciación.
Como se puede apreciar en la imagen, cada marca de puntas ofrece varios modelos,
que se diferencian entre sí principalmente en la forma de la caja, el ancho de la
zapatilla en la zona metatarsiana, la longitud del empeine o pala y la talla.
1. Alma, suela interna o shank
2. Escote
3. Cordones ajustables
4. Caja
5. Costura posterior
6. Pliegues
7. Plataforma o punta
8. Empeine, pala o vamp
9. Alas
10. Talón
11. Suela externa
Aunque la gran oferta de marcas y modelos nos parezca algo confusa al principio,
básicamente dar con las puntas adecuadas es un proceso de prueba y error. Aunque
sin duda, establecer unos criterios básicos para la elección, nos ayudará a desarrollar
la capacidad de discernir nuestras necesidades o las de nuestro alumnado. Por este
motivo, comenzaremos prestando atención a algunos criterios que deben ser
considerados a la hora de elegir el tipo de puntas.
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Lo primero que tendremos en cuenta es el tipo de pie de la bailarina. Estos pueden ser
fundamentalmente de tres tipos, y dentro de ellos nos fijaremos también en los dedos
para establecer si son parejos o cónicos y si el pie se ensancha en la zona
metatarsiana, como se aprecia en la siguiente imagen:
Dependiendo de ellos elegiremos el tamaño de la caja, que es la parte de la zapatilla
que contiene los dedos. Es conveniente que los dedos no se encuentren
excesivamente apretados dentro de la caja. Por el contrario, se recomienda evitar
dejar demasiado espacio entre ellos y la zapatilla. Por ello, es preciso que la caja se
ajuste perfectamente al pie, de manera que el peso quede distribuido uniformemente
sobre la punta. La longitud de la zona llamada empeine o pala (vamp) está
directamente relacionada con la longitud de los dedos. La mayoría de las marcas
ofrecen tres modelos, como se observa en la imagen:
De igual manera, los fabricantes ofrecen normalmente cuatro tipos de cajas según su
forma: ovalada, de columna ovalada, cónica y cilíndrica. La forma ovalada, cuya
inclinación desde la punta hasta el empeine es muy pequeña, se recomienda para pies
con arco o corona baja. La forma de columna ovalada, que presenta un grado de
inclinación de la punta de la plataforma hasta el empeine muy pequeño, se
recomienda para pies cuadrados con arco o corona baja. La forma cónica de la caja,
en la que la plataforma se reduce un pequeño círculo, está recomendada para los
llamados pies griegos, dedos cónicos, con arco alto (corona alta); para pies egipcios,
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cónicos, con arco alto; así como para pies de tipo egipcio con el dedo gordo
especialmente largo. Sin embargo, no se aconsejan para pies cuadrados. La forma
cilíndrica, cuya plataforma se asemeja a un círculo, dispone de una inclinación mínima
que va desde la punta hasta el empeine, y se recomienda para todo tipo de pies que
tengan un arco o corona alta.
Además de las diferenciaciones que hemos mencionado, los fabricantes de puntas
ofrecen dos tipos distintos de “escote”, que es la zona que comprende el contorno de
la zapatilla sobre el empeine, Este se suele se ajustar con un cordón. Los dos tipos de
escote se conocen por su forma de “V” o de “U”. La forma de V se recomienda cuando
sea necesario ofrecer un mayor soporte a los lados del metatarso. En todo caso, es
muy importante que las articulaciones donde comienzan los dedos de los pies queden
dentro de la caja, como se aprecia en la imagen:
Hay detalles que suelen pasar desapercibidos, pero que son de gran importancia para
que la zapatilla se ajuste bien al pie y realice correctamente su función. La llamada
“corona” es la altura del empeine, medida cuando el pie está completamente apoyado
sobre el suelo. Esta altura depende de lo pronunciado que sea del arco de cada
pie. Deberemos evitar que la corona de la zapatilla sea demasiado alta, ya que en ese
caso, queda un espacio entre la zapatilla y el pie que deja el pie desprotegido.
También debemos evitar que la corona sea demasiado baja, ya que esto provoca
lesiones al oprimir la zapatilla el empeine, que es una zona muy delicada del pie.
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1. Corona alta
2. Corona baja
Habitualmente, en el momento en que se suele introducir el trabajo en puntas el pie de
las alumnas está en plena fase de crecimiento, optándose a menudo por comprar las
zapatillas un poco más grandes de lo necesario con objeto de que duren más tiempo.
Sin embargo, este hecho aparentemente lógico, acarrea grandes problemas a las
alumnas en la práctica, ya que la zapatilla que no se ajusta al pie no puede protegerlo
durante la realización del trabajo preciso de subida y bajada de la punta que deben
realizar continuamente en clase. Es por tanto uno de los puntos más importantes a
tener en cuenta, la correcta elección de la talla. Una forma fácil de orientarse es
comenzar por probar el mismo número de calzado que usamos habitualmente. Para
estar seguros de que la talla es la adecuada, se aconseja realizar un plié en segunda
posición. En dicha posición, el dedo más largo del pie deberá llegar a tocar la base o
plataforma. Importante es, que este no se doble o quede aplastado contra ella, como
indican las imágenes a continuación.
Para detectar si la zapatilla es demasiado grande, bastará comprobar la longitud de la
suela interior de la misma. Esta no debe sobrepasar al talón. También se aconseja
colocar el pie sobre punta sin subir a ella para comprobar que no se puede introducir
un dedo entre el talón y la zapatilla, ya que esto será señal de que la zapatilla es
demasiado grande. Sin embargo, es necesario que podamos pellizcar un poco la tela
en la parte del talón, ya que si no es así, la zapatilla es demasiado pequeña. También
es importante elegir la anchura adecuada de zapatilla. Esta equivale a la anchura de la
zona de los metatarsos y de los dedos. La mayoría de los fabricantes ofrecen
diferentes anchuras para esta zona, y algunas marcas incluso diferencia la anchura de
la zona del talón. Podremos comprobar si hemos encontrado la anchura adecuada
observando si la suela interior está centrada con el talón, ya que de no ser así, es
probable que la zapatilla sea demasiado estrecha. La fuerza que presente el pie para
sostenerse en puntas, así como para subir y bajar, es lo que deberemos tener en
cuenta para elegir la dureza de la suela interna o alma (shank). Por tanto, la dureza
que necesitaremos en el interior de la suela de la zapatilla de puntas, dependerá sobre
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todo del grado de pronunciación que presente el arco del pie. La mayoría de los
fabricantes ofrecen tres durezas: flexible, media y dura.
Aunque estemos seguros de haber encontrado la zapatilla que se ajusta a nuestras
necesidades, es recomendable observar cómo se desarrolla el trabajo con estas en el
transcurso de las clases. Una zapatilla que se adapta a las necesidades de la alumna
siempre le facilitará el trabajo, y evitará dolores y desgaste innecesarios. A
continuación se enumeran algunos consejos prácticos para seguir afinando en nuestra
elección de la zapatilla más adecuada, ya que el modo en el que vamos desgastando
la zapatilla nos evidencia si estamos trabajando correctamente y si necesitamos tener
en cuenta algún detalle cuando volvamos a comprar unas zapatillas. Probablemente,
sea la plataforma de la zapatilla la que más información nos aporte acerca de nuestra
forma de trabajar y las necesidades de nuestro pie. Por ejemplo, si esta aparece
mayormente desgastada por la zona de delante, nos está delatando la necesidad de
utilizar una dureza de alma mayor, e incluso una pala o empeine más altos. Ya que lo
correcto será que la plataforma se desgaste de forma homogénea, es decir, por todo
su superficie a la vez. Cuando el desgaste aparece principalmente en la zona
posterior, es evidente que la alumna no llega a subir del todo a la punta cuando
trabaja, y por tanto necesitaría una de dureza de alma menor e incluso una longitud de
pala o empeine también menor.
A continuación, se describen consejos básicos para el cuidado de las puntas. Tener
presentes estos consejos de mantenimiento ayudará a mejorar su rendimiento y a
ahorrar, ya que estas además de ser caras, no tienen una vida tan larga como
quisiéramos.
En primer lugar, después de su uso, debemos dejar secar las zapatillas de punta
completamente antes de volver a utilizarlas. Durante los ejercicios que se realizan en
clase, el pie transpira abundantemente, lo que provoca que la zapatilla se vaya
humedeciendo y el material con el que están hechas (lona, pasta de papel, cartón, tela
y cola) poco a poco se ablande. Por eso es tan importante dejar secar las puntas de
ballet antes de guardarlas. Para ello, evitaremos meterlas dentro de una bolsa de
plástico, mochila, taquilla, etc. Es fundamental, después de cada uso, colocarlas en un
lugar bien ventilado, fresco y seco. También se aconseja colocarlas bien, estirar las
posibles arrugas que se hayan marcado durante el trabajo de clase y déjalas secar
completamente antes de volver a utilizarlas. Si no hay más remedio que guardarlas o
transportarlas, es conveniente hacerlo en una bolsita de rejilla bien ventiladas, e
incluso rellenarlas con algún material secante como algodón, cartón o papel. Se
aconseja introducir este material dentro de las puntas, lo que favorecerá una mejor
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absorción de la humedad. Es recomendable, si se asiste a clase de puntas más de dos
veces por semana, tener varios pares de zapatillas para utilizarlos alternamente. El
motivo es que estas pueden necesitar hasta tres días para quedar completamente
secas. Utilizar este método puede alargar la vida de las zapatillas prácticamente el
doble.
Se aconseja también, en la medida de lo posible, usar de forma alterna cada punta
para cada pie y en cada clase. Las puntas de ballet no están diseñadas, como el
calzado común, para el pie derecho o izquierdo, es decir, que ambas zapatillas pueden
usarse en ambos píes. Para evitar confusiones, nos ayudará marcar cada zapatilla
para un pie en concreto. Sin embargo, en el caso de algunas alumnas este método no
es válido, por ejemplo si sus pies se diferencian mucho entre ellos, es posible que
amolden las puntas dándole una forma definitiva a la zapatilla desde la primera vez
que las usamos. A pesar de estas excepciones, lo más habitual es poder alternar las
puntas para cada pie en cada clase. Esta práctica ayudará a que las zapatillas se
desgasten de forma más homogénea. Con este consejo puedes usar un par de puntas
hasta el doble de tiempo. Otra ventaja añadida es la posibilidad de observar las
marcas que deja el trabajo de cada clase en las zapatillas, lo que ayuda a notar si se
está trabajando los pies de forma homogénea y colocándolos correctamente al subir y
bajar de la punta. Así, se tendrá la oportunidad de corregir errores de distribución del
peso, apoyo, colocación, alineación, etc.
Endurecer las zapatillas de punta, es una práctica extendida entre alumnado y
profesionales de todo el mundo. Si lo realizas de forma correcta, puede alargar a más
del doble la vida de las puntas. Lo primero que debemos hacer es encontrar el
producto que mejor endurece y refuerza las zapatillas de punta concretas que usamos,
ya que no todas están fabricadas con los mismos materiales exactamente. El método
más común es endurecerlas con barniz líquido (a base de resina y alcohol) o
pegamento, que encontraremos en ferreterías, tiendas de manualidades o papelerías.
Este líquido se vierte en el interior de la zapatilla extendiéndolo por la parte inferior y
por los laterales de la pala y puntera de la punta. Si lo estimamos necesario, también
se puede extender por el interior, a lo largo de los laterales de la suela a la altura del
arco. Existen en el mercado endurecedores especiales para puntas de ballet Pointe
Shoes Hardener, como el la marca Le Papillion, por ejemplo.
Deberemos asegurarnos de usar estos productos solo en lugares bien ventilados,
evitando inhalarlo o ingerirlo. También es importante lavarnos bien tus manos después
de usarlo y cerrar bien el embase una vez utilizado, evitado colocarlo cerca de fuentes
de calor o al alcance de menores. Es fundamental, una vez más, dejar secar las
puntas completamente en un lugar abierto y bien ventilado. Si se trata de alumnado
menor de edad, es importante que sean ayudados y supervisados por una persona
adulta, ya que estos productos son tóxicos y desprenden un olor muy intenso, que
puede resultar peligroso para la salud o para las propias zapatillas de puntas si no se
coloca en el lugar correcto. Siempre es recomendable utilizar preferiblemente
cantidades pequeñas de endurecedor hasta que vayamos aprendiendo a dosificarlo
según las necesidades de cada persona. Hay que tener en cuenta que,
independientemente del endurecedor que elijamos, se conseguirán mejores resultados
si las puntas están nuevas o lo menos usadas posible antes de endurecerlas. También
es fundamental que estén bien secas antes de endurecerlas, y después de usar el
endurecedor debemos esperar el tiempo suficiente para que el producto se seque por
completo antes de volver a usarlas. De no ser así, podríamos provocar lesiones o
dañar la piel de los pies.
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Antes de empezar a endurecerlas, es recomendable fijar los cordoncillos de las puntas
para evitar mancharlos de endurecedor. Se aconseja utilizar un pincel para extender el
producto en el interior de la pala para que quede bien repartido y evitar
acumulaciones. Como ya hemos mencionado, también la suela puede endurecerse
por dentro y fuera según las necesidades de cada persona.
Como ayuda, se invita a visualizar cómo se tratan las zapatillas en diferentes países.
Para ello, a continuación se ofrecen tres enlaces en inglés, en los que se tratan
aspectos relacionados con este tema. Los videos recomendados para aprender a
endurecer las puntas, también muestran modos de preparación de las zapatillas que
se recomiendan solo para bailarinas profesionales. En uno de los vídeos una bailarina
profesional aplica el endurecedor y adapta sus zapatillas a sus necesidades
específicas. En general se podrán apreciar las costumbres tan distintas que existen
para el mantenimiento y cuidado de las zapatillas de punta, además las protagonistas
realizan interesantes comentarios, cuentan sus experiencias y recomendaciones
acerca de este tema. El objetivo principal de endurecerlas y adaptarlas siempre es
evitar daños y prolongar el tiempo de uso de las zapatillas. En el primer enlace
podemos observar cómo se fabrican a manos las puntas en la manufactura londinense
de Freed:
http://www.youtube.com/watch?v=6GLf1Wgtxm0
Maria Chapman, bailarina principal de la compañía profesional de Pacific Northwest
Ballet explica cómo endurece sus puntas con pegamento:
http://youtu.be/HCt4ZsNAa2A
Diferentes bailarinas del Australian Ballet explican cómo adaptan sus puntas a sus
necesidades:
http://youtu.be/P1w8zbEf_Qg
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