Soluciones al Juego del Quijote PRIMER JUEGO Don Quijote, antes de entrar en la batalla ha ido describiéndole a Sancho los grandes e importantes caballeros que forman cada ejército que afirma ver. Él piensa ayudar al rey de los garamantas, Pentapolín del Arremangado Brazo. Si va a luchar contra experimentados hombres de armas, como afirma, debería haber llevado la lanza al menos en posición horizontal para atacar y defenderse. De este modo y montando a Rocinante no habría matado ninguna oveja, porque la lanza de don Quijote pasaría por encima de ellas y ni siquiera las dañaría. Él ha apuntado con su lanza hacia el suelo y de esa forma ha matado más de siete reses. Dice Cervantes: “recogieron su ganado y cargaron de las reses muertas, que pasaban de siete, y sin averiguar otra cosa se fueron.” ¿Por qué lo hace? La respuesta es sencilla. Así, al terminar el combate, llevaría manchada de sangre su lanza y podría decir después que los encantadores le han cambiado los ejércitos por rebaños para quitarle la honra de su victoria. Don Quijote está claro que veía la realidad pero mantenía su juego, su ficción. SEGUNDO JUEGO A don Quijote no le importa firmar la carta a Dulcinea del Toboso y la firma como El Caballero de la Triste Figura. Eso no es problemático. Pero el pagaré de los pollinos que ha de recoger Sancho no sería válido con esa firma. Por lo tanto es consciente de la realidad, “Está juganfo a ser caballero andante” y si firma con su nombre (Alono Quijano) desvela, descubre que es consciente de cuál es su verdadera identidad . Si fuera el loco que nos dicen, no habría dudado en firmar el pagaré con el nombre de quien creería ser “don Quijote de la Mancha”, o “El caballero de la Triste figura”. TERCER JUEGO Parece claro que un loco vestido con una armadura antigua no asustaría a quienes se atrevían a irse de la venta sin pagar. Estos hombres, además, habían agredido al ventero que les exigía el abono de los servicios que habían recibido allí. Seguro que quien los convence es Alonso Quijano, que por un momento deja “su papel” de don Quijote. Estos delincuentes se preocuparon ante un hombre cuerdo, que les exigiría el pago de su deuda de forma convincente, sin “desvariar” y, además, armado como lo estaba don Quijote. Motivo por el que pagaron lo que debían. Si Cervantes nos “deja ver cómo ocurre” desvelaría la verdadera personalidad de don Quijote, que no era otro que Alonso Quijano, y terminaría el libro. Conclusión. Con estos tres ejemplos, y aún hay más en la obra, podemos afirmar que Alonso Quijano decidió imitar a sus ídolos, los caballeros andantes. Se vistió como ellos, actuó, aunque en una época posterior como ellos y necesitaba crear la aventuras que quería vivir: si no se los inventa, ¿dónde iba a encontrar él esos ejércitos que describe en la batalla de los rebaños, si no se los inventa?