degeneracion pulpar... - Facultad de Medicina UFRO

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NECROSIS PULPAR
Definición: Es la muerte de la pulpa. Puede ser total o parcial dependiendo de que sea toda la
pulpa o una parte la que esté involucrada. Aunque la necrosis es una secuela de la inflamación,
puede también ocurrir por traumatismos, donde la pulpa es destruida antes de que se
desarrolle una reacción inflamatoria. Como resultado se produce un infarto isquémico y causar
una pulpa necrótica gangrenosa seca.
Las pulpitis agudas, así como los estados degenerativos, dependiendo de algunos factores
intrínsecos, pueden avanzar rápida o lentamente hacia la muerte pulpar, lo que implicaría el
cese de los procesos metabólicos de este órgano.
Por coagulación. La porción soluble del tejido se precipita o se convierte en material sólido. La
caseificación es una forma de necrosis por coagulación en la que el tejido se convierte en una
masa de aspecto de queso consistente de proteínas coaguladas, grasas y agua.
Por licuefacción. Las enzimas proteolíticas convierten el tejido en líquido. Ya que la pulpa está
encerrada en paredes rígidas, no tiene circulación sanguínea colateral y sus vénulas y linfáticos
se colapsan si la presión tisular aumenta. Así es que la pulpitis irreversible lleva a la necrosis
por licuefacción. Cuando el exudado que se produce puede drenar por alguna lugar, ya sea la
exposición en cavidad oral o por la caries, la pulpa puede permanecer intacta mayor tiempo,
pero si la pulpa esta inflamada y cerrada se llega mas rápido y totalmente a la necrosis pulpar.
También puede haber necrosis por isquemia.
Causas: Cualquier daño a la pulpa, tal como bacterias o sus toxinas, trauma o irritación
química. Clínicamente no importa el tipo de necrosis.
Síntomas: Asintomático, puede presentarse decoloración del diente. El aspecto opaco de la
corona puede deberse a falta de transparencia. Otras veces el diente presenta francamente un
color grisáceo o café y perder el brillo normal. Si la necrosis es parcial puede responder
ligeramente a los estímulos térmicos, debido a la presencia de terminaciones nerviosas vitales
de tejidos vecinos inflamados. El acceso a cámara es indoloro y es reconocible la fetidez.
Diagnóstico: historia de dolor severo que cesó después. No responde a pruebas térmicas o
eléctricas o tallado dentinario. La radiografía generalmente muestra una cavidad amplia o
restauraciones, y aumento en el grosor del ligamento periodontal.
Los dientes necróticos son casi siempre asintomáticos, no responden al frío ni a las pruebas
eléctricas, pero algunas veces responden al calor, pero esto se le atribuye a la expansión del
aire contenido en el conducto.
Histopatología: el tejido pulpar necrótico tiene debris celular y bacterias en la cavidad pulpar.
Puede empezar la inflamación periapical.
La descomposición de las proteínas por las bacterias anaeróbicas es denominada putrefacción.
Algunos de los productos nocivos intermedios o terminales encontrados en estas proteínas
descompuestas (necróticas) e infectadas, son :
Productos proteolíticos intermedios, que emiten un hedor desagradable
Indol y escatol, producidos por las des-aminación de triptofano (esto es, la pérdida de
moléculas de amina de un aminoácido)
Putrecina y cadaverina (también conocidos como ptomainos), de la des-carboxilación (pérdida
de moléculas carboxilos de un aminoácido)
Indican, derivado del indol (sulfato de indoxil-potásico)
Productos terminales, tales como sulfato hidrogenado, amoniaco, agua, dióxido de carbono y
ácidos grasos
Exotoxinas, que son secreciones bacterianas
Endotoxinas, que son liberadas cuando las bacterias son destruidas
Proteínas bacterias extrañas
Microbiología: en alto porcentaje el conducto radicular necrótico contiene una flora bacteriana
mixta, tanto anaerobios como aerobios. La acción de las bacterias sobre el tejido pulpar
necrótico provoca la gangrena, por descomposición de las proteínas y su putrefacción , en la
que intervienen productos intermedios que, como el indol, escatol, cadaverina y putrecina, son
responsables del penetrante y desagradable olor de muchas gangrenas pulpares.
Tratamiento: pulpectomía no vital y obturación de los conductos radiculares.
No se cuenta con ningún preparado que disuelva con seguridad el tejido necrótico, pero de
todos los disponibles, los agentes oxidantes han demostrado ser eficaces y seguros como
auxiliares de la instrumentación. El hipoclorito de sodio, el peroxido de hidrogeno, urea al
30%, glioxido y urea en 50-50, han demostrado resultados clínicos excelentes.
Pronóstico: favorable para el diente, si se aplica la terapia endodóntica adecuada.
ETIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD PULPAR (CAUSAS) (Grossman, 11th.ed. pág.59)
I. Físicas
Mecánicas
Trauma
Accidental (deportes de contacto)
Iatrogenia (procedimientos dentales)
Desgaste patológico (atrición, abrasión)
Grietas en el cuerpo dentinario (fracturas incompletas)
Cambios barométricos (barodontalgia o aerodontalgia)
Térmicas
Calor por preparación de cavidades
Calor exotérmico por endurecimiento de materiales dentales
Conducción de frío o calor a través de restauraciones profundas sin base protectora.
Calor friccional por el pulido de restauraciones
Eléctricas (corrientes galvánicas por restauraciones disimilares)
Radiación
Láser
Cobalto
Químicas
Ácido fosfórico, monómero del acrílico, etc.
Erosión (por ácidos)
Bacterianas
Toxinas asociadas a caries
Invasión directa por caries o trauma
Colonización bacteriana por microorganismos sanguíneos (anacoresis)
Importancia de las causas de la inflamación pulpar:
1º Bacteriana (bacterias y sus productos)
2º Iatrogenia (calor y/o resequedad; técnicas de impresión; materiales y sustancias químicas)
3º Traumáticos (bruxismo, golpes sobre el diente)
4º Idiopáticos (resorción interna, envejecimiento, degeneraciones)
Caminos de la invasión bacteriana a la pulpa:
Invasión directa a través de la dentina como por caries, fractura coronaria o radicular,
exposición durante la preparación cavitaria, atrición, abrasión, erosión o fisuras en la corona.
Invasión a través de vasos sanguíneos o linfáticos asociados a enfermedad periodontal,
conductos accesorios en furca, infecciones gingivales o curetaje de los dientes.
Invasión a través de la sangre, como durante enfermedades infecciosas o bacteremias
transitorias (anacoresis)
La degeneración pulpar es rara vez reconocida clínicamente. Generalmente está presente en
viejos o como resultado de irritación ligera y persistente, en dientes jóvenes. No está
necesariamente ligada a caries o infección aunque el diente afectado pueda tener una cavidad
cariosa o restauración. En etapas iniciales no tiene síntomas precisos; el diente no se decolora
y la pulpa puede reaccionar normalmente o ligeramente disminuido a estímulos eléctricos o
térmicos. A medida que la degeneración avanza, el diente puede decolorarse y su sensibilidad
casi desaparecer.
Degeneración cálcica. Parte de la pulpa es reemplazada por material cálcico como pulpolitos
(piedras pulpares o dentículos). El dentículo puede ser tan grande que de la impresión de la
cavidad pulpar cuando se le remueve. En otro tipo de calcificación, el material cálcico está
difusamente adherido a la pared del conducto formando parte integral de ella.
Se estima que el 60% de los dientes permanente tienen alguna calcificación. Se consideran que
su presencia no es dañina aunque algunos pacientes han reportado dolor referido que se ha
asociado a la calcificación. No se ha comprobado alguna relación entre las calcificaciones y
pacientes con artritis.
Degeneración atrófica: Pulpas observadas histopatológicamente en pacientes senectos donde
se encuentra un número menor de células fibrosas y aumento del líquido intercelular. La pulpa
es menos sensible a los estímulos.
Degeneración fibrosa: En esta forma de degeneración los elementos celulares de la pulpa
están reemplazados por fibras de tejido conectivo. Al ser removida, esta pulpa tiene una
apariencia como de piel seca. No presenta ningún signo diagnóstico para ser distinguible
clínicamente.
CLASIFICACIÓN DE LAS ENFERMEDADES PULPARES
Existe una gran cantidad de clasificaciones y terminologías publicadas por investigadores, muy
razonadas y de gran valor científico, pero que han provocado controversias y disidencias. En lo
que todos los autores están de acuerdo es que no existe correlación entre los hallazgos
histopatológicos y los síntomas clínicos. Generalmente en los trabajos de investigación se
hacían cortes insuficientes y se cometían errores en su interpretación.
Se acepta que las clasificaciones netamente histopatológicas son importantes en la
investigación científica y con fines académicos para entender los procesos reaccionales
pulpares; por otra parte debe preferirse una clasificación clínica para ayudar al profesional a
decidir con precisión el mejor tratamiento.
La mayoría de los autores clasifican las enfermedades pulpares en procesos inflamatorios o
pulpitis, procesos regresivos y degenerativos o pulposis y muerte pulpar o necrosis.
CLASIFICACIÓN HISTOPATOLÓGICA DE LAS INFLAMACIONES PULPARES (Rebel) (Villasana,
2002)
Hyperaemia praestatica
Pulpitis acuta Pulpitis chronica
Pulpitis serosa
Pulpitis clausa
a. Partialis circumscripta
a. Chronica serosa progrediens
b. Totalis difusa
b. Chronica purulenta
Pulpitis purulenta
Pulpitis aperta
a. Partialis absedens circumscripta
a. Ulcerosa
b. Totalis phegmonosa difusa
b. Granulomatosa externa
Necrobiosis infecciosa
Necrobiosis gangrenosa
Necrosis
Periodontitis apicalis
Seltzer y Bender (1957) establecieron la siguiente clasificación anatómica de los estados
pulpares (Villasana, 2002):
I. Pulpa intacta sin inflamación
II. Pulpa atrófica (pulposis)
III. Pulpitis aguda
IV. Pulpa intacta con células inflamatorias crónicas (etapa transitoria)
V. Pulpitis crónica Parcial
a) Con necrosis parcial por licuefacción
b) Con necrosis parcial por coagulación
VI. Pulpitis Crónica total
VII. Necrosis pulpar total
CLASIFICACIÓN PATOGÉNICA DE INFLAMACIONES PULPARES (Baume, Flore Donno y Pheulpin y
colaboradores) (Villasana, 2002)
Inflamación aguda (pulpitis incipiente): Vasodilatación, estasis circulatoria, hemorragia
intersticial, edema movilización intravascular de leucocitos.
Inflamación aguda (pulpitis aguda): Diapedesis localizada de neutrófilos y eosinófilos,
exudación serosa, microabscesos, fagocitosis.
Inflamación crónica (pulpitis crónica): Infiltración difusa de linfocitos y plasmocitos,
movilización de histiocitos y macrófagos, degeneración cálcica y fibrosa, formación de úlcera
en el lugar de la exposición.
Inflamación por abscesos (pulpitis supurada): Microabsceso, encapsulación fibrosa, múltiples
abscesos con necrosis por licuefacción, edema generalizado y exudación serosa, trombosis.
Necrobiosis aguda: Inflamación flemonosa difusa total, infección total, infección secundaria,
gangrena.
Necrobiosis crónica: Infiltración plasmocitaria general, lisis hística con necrosis por
licuefacción, vacuolas.
Baume y Fiore-Donno en 1962 , considerando a la Organización Mundial de la Salud (1957), de
adoptar la clasificación sintomática para propósitos de tratamiento clínico, establecieron una
clasificación de las enfermedades pulpares basado únicamente en los datos clínicos obtenidos
para aplicación terapéutica, según esta clasificación es que se basa la clasificación impartida
por la facultad de odontología de la Universidad Central de Venezuela (Villasana, 2002)
Clase I
Llamada Pulpa Vital Asintomática o Grado I según la Facultad de odontología en la cual Baume
y Fiore Donno incluyen dentro de este estadio a: Pulpas asintomáticas, lesionadas o expuestas
accidentalmente o cercanas a una caries profunda o cavidad profunda, pero susceptibles de
ser protegidas por recubrimiento pulpar.
Clase II
Llamada Pulpitis Reversible o Grado II según la Facultad de Odontología en la cual se
encuentran: Pulpas con síntomas clínicos dolorosos, pero susceptibles de una terapéutica
conservadora por fármacos, recubrimiento pulpar o pulpotomía vital.
Clase III
Llamada Pulpitis Irreversible o Grado III según la Facultad de odontología en la cual Baume y
Fiore Donno incluyen dentro de este estadio a: Pulpas con síntomas clínicos, en los que no está
indicada una terapéutica conservadora, y debe hacerse la extirpación pulpar y la
correspondiente obturación de conductos.
Clase IV
Llamada Pulpa necrótica sin periodontitis apical crónica o Grado IV según la Facultad de
odontología en la cual Baume y Fiore Donno incluyen dentro de este estadio a: Pulpas
necróticas con infección de la dentina radicular, que exigen una terapéutica antiséptica de
conductos.
Y en la Facultad de Odontología de la Universidad Central de Venezuela además de estas
cuatro clases se incluye la Clase V o Grado V Facultad de odontología la cual se incluyen dentro
de esta a las pulpas necróticas con lesión periapical o periodontitis apical crónica
Pumarola S y Canalda S (2001)(11)establecen una clasificación basada en Walton y Torabinejad
(Villasana, 2002)
I. Pulpitis Reversible
a) Síntomática (Hiperemia Pulpar)
b) Asintomática
II. Pulpitis Irreversible
a) Sintomática : Serosa o Purulenta
b) Asintomática : Ulcerosa o Hiperplásica
III. Necrosis Pulpar
CLASIFICACIÓN CLÍNICA DE LAS ENFERMEDADES PULPARES.
Pulpitis:
Reversible (tratable)
Irreversible (no tratable)
CLASIFICACIÓN CLÍNICA DE GROSSMAN (Hasta la 9ª edición) (Grossman, 9ed. pág. 60)
Hiperemia
activa
pasiva
Pulpitis
aguda
ulcerativa crónica
crónica hiperplásica
Degeneración pulpar
cálcica
atrófica
fibrosa
resorción interna
Necrosis
por licuefacción
por coagulación
CLASIFICACIÓN CLÍNICA DE GROSSMAN (11ª edición)(Grossman, 11th.ed. pág.65)
(Por acuerdo de la Academia de Endodoncia de la FES Iztacala, UNAM, ésta será la clasificación
sobre la cual se impartirá la patología pulpar)
Inflamación pulpar (pulpitis)
Pulpitis reversible
Sintomática (aguda)
Asintomática (crónica)
Pulpitis irreversible
Aguda
anormalmente sensible al frío
anormalmente sensible al calor
Crónica
asintomática con exposición pulpar
pulpitis hiperplásica
resorción interna
Degeneración pulpar
Cálcica (diagnóstico radiográfico)
Otras (diagnóstico histopatológico)
Necrosis
La inflamación de la pulpa puede ser aguda o crónica, parcial o total, y la pulpa puede estar
estéril o infectada. Debido a que la extensión de la inflamación, ya sea parcial o total, en
ocasiones no puede ser determinada ni siquiera histológicamente, y puesto que el estado
bacteriológico, infectado o estéril, no puede ser determinado excepto con cultivos o frotis, la
única diferenciación clínica posible en la pulpitis es en aguda y crónica.
La clasificación clínica de la enfermedad pulpar se basa primordialmente en síntomas. No
existe correlación clínica entre los encuentros histopatológicos y los síntomas existentes. El
valor de la clasificación clínica reside en su uso en la clínica para determinar el cuidado
adecuado y tratamiento, el pronóstico endodóntico y hasta las necesidades protésicas del
diente.
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