deba-t.org LA REFORMA CONSTITUCIONAL (ART 135) Albert Noguer LA REFORMA CONSTITUCIONAL La reforma de nuestra Constitución está siendo, estos días, titular de todos los periódicos nacionales y carne de cañón en muchas tertulias políticas. No obstante, y ante tanta información, debemos preguntarnos qué implicará esta reforma a corto y a largo plazo, por qué no se hace un referéndum, qué antecedente hay de reforma constitucional y, en definitiva, todo lo que implica esta reforma. Este artículo tiene, por tanto, el objeto de explicar, de una manera simple y sin tecnicismos, la reforma constitucional que estos días tanto se debate. ¿Cómo se reforma nuestra Constitución, qué antecedente hay y quién/es promueven esta reforma? Empecemos por lo más sencillo. La Constitución (o Carta Magna) es la norma suprema de un Estado y, entre otras funciones, fija y define las relaciones entre los poderes del estado, establece los derechos fundamentales, organiza las instituciones políticas y fija los límites de los poderes que se asientan en ellas. Nuestra Constitución, se hizo y aprobó en referéndum en 1978 (CE 1978, en adelante) y, hasta el momento, sólo ha sufrido una modificación. Nuestra Constitución se puede modificar, según el contenido, por el procedimiento ordinario (el que acaece en este caso) o el procedimiento gravoso (materia relativa a derechos fundamentales, la corona, reforma total de la Constitución…). Nos centraremos, evidentemente, en el ordinario, que a diferencia del gravoso, permite reformar la Constitución con un menor número de votos favorables/apoyos. El procedimiento ordinario exige, pues, 3/5 partes del Congreso (210 diputados) y Senado a favor. Además, si menos una décima parte de los diputados o senadores, solicitan referéndum, éste se celebra y su resultado es vinculante. La primera (y única, hasta el momento) modificación, tuvo lugar el 27 de agosto de 1992 y afectó al artículo 13, incluido en el apartado de los derechos y libertades fundamentales. La reforma permitió que los ciudadanos de países de la Comunidad Europea, residentes en España, pudieran formar parte de las candidaturas electorales en los comicios municipales (derecho de sufragio pasivo). La causa de la reforma fue adaptar el Tratado de Maastricht al ordenamiento jurídico español. No obstante, el martes 23 de agosto, en un Pleno extraordinario para tomar medidas anticrisis, el Presidente del Gobierno anunció que había pactado con el Partido Popular (PP) una reforma deba-t.org constitucional. Se modifica el artículo 135 CE para fijar, mediante Ley Orgánica1, un déficit máximo al Estado y a las Comunidades Autónomas. Además, por materia, se hace por procedimiento ordinario y vía de urgencia. Recordemos que las Cortes se disuelven el 27 de agosto en motivo de las elecciones del 20-N y antes de la disolución, tiene que estar la reforma aprobada. A opinión del autor, es difícil de entender que se pretenda modificar una Constitución en 15 días (por la falta de debate, entre otras) y que, para aprobar una ley de rango ordinario, se necesiten meses. ¿Por qué se reforma la Constitución? El motivo de la reforma constitucional es doble, aunque responde a una misma causa (intentar superar la crisis económica y hacer sostenible el sistema económico actual). Por un lado, intenta transmitir un mensaje de responsabilidad y seriedad a los mercados financieros de deuda soberana; y, por otro, tranquilizar al Banco Central Europeo. Ahora bien. Como indican muchos constitucionalistas, esta reforma constitucional no es, en absoluto, necesaria. La reforma “sólo” remitirá a una ley orgánica y, por ende, no se materializa, en la misma Constitución, el límite de déficit. Por ello, con una Ley de Estabilidad Presupuestaria sería más que suficiente. No obstante –y tampoco debemos engañarnos-, después de la aprobación, la austeridad y el cumplimiento será un deber constitucional de profundo calado. La remisión a la Ley Orgánica y la experiencia alemana Hablemos de esa ley orgánica. Todo parece indicar que esa Ley Orgánica establecerá un déficit máximo de 0,4% del PIB (Producto Interior Bruto), correspondiendo un 0,26% para el Estado y un 0,14% para las CC.AA. Resulta difícil de entender, según el autor, que haya tanta diferencia entre porcentajes, porque, entre otras, son las Comunidades Autónomas quienes tienen competencia en Sanidad y Educación, ejes primordiales del Estado Social. No cabe duda que, con esta modificación, se guillotina la política keynesiana. Keynes, profesor inglés, publicó en 1936 su obra maestra, llamada “Teoría General del Empleo, el interés y el dinero”. En ella, se justifica que, a veces, el Estado, debe gastar más de lo que ingresa para impulsar el crecimiento de empleo. De hecho, Paul Krugman o Joseph Stiglitz (premios nobeles de Economía) aún sostienen que el déficit es, a veces, necesario. Como en todo, hay otros nobeles totalmente en contra. 1 Disposición precedente del poder legisla2vo que se diferencia de la ley ordinaria en su ámbito material (materias que regula) y por su procedimiento de elaboración y aprobación. En el ordenamiento jurídico español, se encuentra en el arCculo 81.1 CE, que establece los determinados ámbitos: “Son leyes orgánicas las rela2vas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y otras previstas en la Cons2tución” deba-t.org Además, tampoco hay duda alguna al afirmar que dicha ley orgánica mermará (o limitará, según gustos) una herramienta económica del Estado, no se podrá aumentar el déficit como una inversión futura y a largo plazo. También resulta difícil prever un panorama sin recortes serios y de gran calado para cumplir el 0,4%, y más especialmente en los ámbitos que absorben la gran parte del presupuesto como salud, pensiones, educación o trabajadores del sector público”. No somos los únicos. En 2009, Alemania modificó los artículos 109 y 115 de su Constitución (Ley Fundamental de Bonn) para que, a partir de 2016, el déficit estructural máximo sea del 0,35% del PIB2, salvo determinadas excepciones como catástrofes naturales y situaciones que escapen del control del Estado. Nuestra reforma calca las excepciones que se establecen en la Constitución alemana. Los fracasos anteriores de reformas constitucionales Resulta difícil de creer que la Constitución Española de 1978 sólo haya sufrido (hasta la definitiva aprobación de esta reforma) una sola modificación y que ésta fuera por imperativo europeo. Mucho se ha debatido sobre reformarla en otros sentidos, como la modificación del senado, nombrar a las CC.AA. nombrar a la Constitución Europea pero los políticos españoles, por X o por Y, nunca se han puesto de acuerdo. Y es que nuestra Constitución es rígida. Con esto se quiere decir que es mucho más difícil cambiar una Constitución que una ley ordinaria como sucede, por ejemplo, en Reino Unido. En España, según el procedimiento, hacen falta 3/5 partes de las cámaras o 2/3 partes; además de un posible referéndum en el procedimiento ordinario y uno obligatorio en el gravoso. Este gran consenso es lo que ha imposibilitado el acuerdo. No obstante, parece más problema de la política española y su falta de acuerdo que del gran número de apoyos necesarios; en Alemania, sin ir más lejos, también se necesitan 2/3 partes y modifican “constantemente” su Constitución. Sin consultar a la ciudadanía Como bien se conoce, esta reforma se aprobará sin pasar antes por las urnas (referéndum). Tanto el Partido Socialista (PSOE) como el Partido Popular (PP), se niegan a someter la reforma a referéndum y, por lo tanto, ante la imposibilidad aritmética del 10% (recordemos que si el 10% de los parlamentarios quiere, hay referéndum), éste no se celebrará. No obstante, muchas y varias son las voces discrepantes; tanto sindicatos, partidos políticos y el movimiento 15M, exigen una consulta ciudadana. Este verano, si bien ha habido algo 2 Es importante saber en qué se diferenciar PIB anual y PIB estructural. El PIB anual, como su nombre indica, es el PIB de un año concreto mientras que, el PIB estructural, se asienta en el PIB de varios ejercicios. deba-t.org plausible es, sin duda, la crispación ciudadana ante el actual sistema; crispación encabezada por el movimiento “democracia real ya”, con sus sonadas acampadas. Por ello, se podría haber considerado, ante la fuerte demanda de participación política, la posibilidad del referéndum; medidas como ésta sólo provocan, a juicio de determinados politólogos y periodistas, más desafección.