[Escriba texto] Página 1 Resumen El objetivo del presente - UAM-I

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La Situación Laboral de la Mujer en Guadalajara, 2007-2010
Mtra. Emilia Gámez Frias
Resumen
El objetivo del presente trabajo es analizar la situación laboral extradoméstica
que enfrentan las mujeres en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, en la actual
crisis que enfrenta la economía mexicana, con el propósito de determinar los
espacios laborales de segregación, así como, las diferencias y/o desigualdades
que éstas tienen con respecto a los hombres. Esta pretensión analítica la
establecemos en dos niveles: uno, con respecto a su posición en el empleo;
dos, con respecto al sector económico y sus correspondientes ramas
económicas.
Introducción
De acuerdo a la caracterización de la crisis económica internacional y nacional,
uno de los mayores impactos que esta produce corresponde al ámbito laboral
(Dabat, 2008). Esta situación ha deteriorado los mercados de fuerza de trabajo
de toda actividad económica y de todo espacio geográfico en los últimos años.
Entre dichos efectos podemos mencionar los mayores niveles de desempleo,
así como de reducción en las jornadas laborales e ingresos obtenidos por parte
de los trabajadores en México. En este contexto laboral pretendo analizar la
situación de la fuerza de trabajo femenina que labora en Guadalajara, Jalisco.
Durante el periodo 2007-2010 la fuerza de trabajo económicamente activa de la
ciudad de Guadalajara, experimenta un incremento en su tasa de desempleo.
Para los años 2009 y 2010 la tasa de desempleo asciende a 5.2 y 5.6 por
ciento, respectivamente, contra 3.1 registrada en 2008 (ENOE, 2010).
Por su parte el nivel de ocupación de la fuerza de trabajo presenta
comportamientos diferenciales. Para el año 2009, el total de la fuerza de
trabajo ocupada registra una caída de más de 29 mil empleos, misma que en
2010, experimenta un incremento de 62 mil 557 respecto al año anterior. Sin
embargo, por actividad económica se observa por una parte, un crecimiento
sostenido en el total de la fuerza de trabajo ocupada en el sector servicios y por
otra, una caída en la ocupación de la industria manufacturera resultando
afectada en mayor medida la fuerza de trabajo asalariada (véase figura1).
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Con base en el comportamiento diferencial que registra la fuerza de trabajo
ocupada en Gudalajara el actual proceso de crisis socioeconómica que
experimenta nuestro país en sintonía con la que prorrumpió en el espacio
internacional
(2007-2010),
tienden
a
reconfigurarse
los
procesos
de:
desindustrialización, terciarización económica y proletarización de la fuerza de
trabajo1.
Frente a los embates que propina la crisis económica a la fuerza de trabajo
ocupada en Guadalajara, nos parece importante elaborar el análisis sobre
¿cuál es la situación que enfrenta la fuerza de trabajo ocupada femenina,
principalmente la subordinada y remunerada? Con el fin de elaborar una
respuesta a dicha interrogante el objetivo del presente trabajo es analizar la
situación laboral extradoméstica que enfrentan las mujeres en la ciudad de
Guadalajara, Jalisco con el propósito de determinar los espacios laborales de
segregación, así como, las diferencias y/o desigualdades que éstas tienen con
respecto al género masculino. Ello, lo establecemos en dos niveles analíticos:
uno, con respecto a su posición en el empleo; dos, con respecto al sector
económico y sus ramas económicas correspondientes.
Para cumplir con dicho propósito, el trabajo lo dividimos en cuatro partes. En la
primera, insertamos el objeto de estudio en el contexto de la crisis
socioeconómica experimentada por la economía en sus diversas escalas
geográficas y productivas destacando que es en dicho momento cuando más
mujeres se incorporan al mercado de la fuerza de trabajo; en la segunda,
delineamos
algunas características
sociodemográficas
de
las
mujeres
residentes en Guadalajara; en la tercera, ofrecemos evidencia sobre su
situación laboral en dos escalas: según posición en el empleo y por sector y
actividad económica; y, en el cuarto establecemos algunas consideraciones
finales.
GRAFICO 1
Guadalajara: Total de Fuerza de Trabajo Ocupada por Sector Económico
1
El mercado de la fuerza de trabajo asalariada de Guadalajara, en 2009, lo conforma el 72 por
ciento de toda la población ocupada en esta porción territorial (frente al 61.1 por ciento
registrado en nuestro territorio nacional) (Roman, 2009).
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RMG: Total de Fuerza de Trabajo
2000000
1800000
Fuerza de Trabajo
1600000
Total Ocupada
1400000
Total Asalariada
1200000
Total Ocupada Industria
1000000
Total Ocupada servicios
800000
Asalariada Industria
600000
Asalariada Servicios
400000
200000
0
2006
2007
2008
2009
2010
Año
Fuente. Elaboración propia con base en INEGI (2010)
1.- Trayectoria Socioeconómica
En este apartado, pretendemos por una parte, establecer la trayectoria de los
estudios del mercado de fuerza de trabajo femenino en el espacio urbano con
la finalidad de matizar el aporte al estado del conocimiento; por otra, describir el
carácter de los impactos de la crisis socioeconómica sobre el mundo laboral
con el propósito de insertar con mayores elementos analíticos este trabajo.
1.1.- Trayectorias de los Estudios
Los estudios sobre la mujer, ofrecen evidencia sobre la importancia que ésta
alcanza en los espacios demográficos, económicos y sociales, entre otras. En
los estudios socio-económicos, se enfatiza sobre el importante desempeño
doméstico y extradoméstico que las mujeres realizan, aunque algunas y
algunos autores convergen al considerar que este desempeño se instrumenta
bajo condiciones de subordinación, diferenciación y dominación al que son
sometidas. Al considerar esta serie de condiciones como socialmente
construidas, se fundamenta y matiza el concepto de género a través del cual se
analizan las relaciones entre personas del mismo o diferente sexo. En este
orden de ideas, el mercado de la fuerza de trabajo se destaca como una
institución y organización social que contribuye a la construcción y
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reproducción del género: construcción sociocultural de la diferencia sexual
(García, 2000a). Por lo tanto, el mercado de la fuerza de trabajo femenino
constituye una parte fundamental de la construcción socioeconómica de la
mujer. Mucho más visible, el correspondiente al mercado de la fuerza de
trabajo femenina urbana.
Desde los años ochenta del siglo pasado, los mercados de la fuerza de trabajo
urbanos registran un sustancial incremento en la contratación de mujeres. Ello,
tendió a configurar mercados de fuerza de trabajo feminizados en distintos
grados y escalas espacio-temporales. De acuerdo con García (1990), son tres
los elementos que inciden en la feminización de los mercados de la fuerza de
trabajo urbana: uno, la crisis socio-económica; dos, el proceso de urbanización
y tres, la obtención de mayores niveles de educación. En razón de nuestro
objetivo, es de mi interés destacar el factor correspondiente a la crisis socioeconómica. De acuerdo con evidencia empírica, la crisis económica produce
una serie de impactos directos sobre la fuerza de trabajo: desempleo,
disminución en sueldos y salarios, etc. Ello, conduce por una parte, a la pérdida
y por otra a la merma de los ingresos familiares. Lo que a su vez se traduce en
la necesidad de incorporar al mercado nueva fuerza de trabajo, como
estrategia de sobrevivencia familiar. En este sentido, se incorporan un gran
número de mujeres a distintos mercados de fuerza de trabajo urbanos
(Quintero y Fonseca, 2008).
Por otra parte la crisis también impacta de manera directa la economía de
cualquier país. Entre los impactos, nos interesa destacar el correspondiente al
incremento en los precios de bienes y servicios. Ello, en razón de que dichos
incrementos a su vez elevan, los costos de la reproducción familiar. Por lo
anterior, los impactos que infringen la crisis en la pérdida o disminución en los
ingresos familiares, así como el aumento en los costos de reproducción familiar
conllevan a que se incorpore un mayor número de mujeres. En este sentido, el
análisis de la situación laboral que enfrenta la mujer en Guadalajara, en el
actual proceso de crisis que experimenta la economía mexicana, puede
ofrecernos evidencia sobre lo dicho con antelación.
La mayor participación que registra la mujer en la actividad económica,
producto entre otros aspectos de los impactos que propina la crisis, precisa de
develar tres aspectos: uno, la importancia que esta adquiere en la actividad
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económica; dos, destacar que la mujer desempeña por lo menos, doble trabajo:
doméstico y extradoméstico enfatizando la relación que existe entre ambos y,
tres, establecer las diferencias y/o desigualdes que existen entre mujeres y
hombres (García et al, 2000a).
Cabe señalar que, un aspecto importante a destacar corresponde a la
concentración o segregación de que es objeto la mujer en términos del tipo de
espacio económico donde labora. Es decir, la segregación ocupacional. En
este aspecto, Pacheco (2007) nos propone una tipología de la segregación
femenina. Identifica dos tipos de segregación: la horizontal, referida a la
concentración de la fuerza de trabajo femenina en un número muy bajo de
actividades económicas; la otra segregación la considera vertical en el sentido
que las mujeres se concentran en el desempeño de actividades con altos
niveles de precariedad.
No obstante las limitaciones y las diferencias que presentan las fuentes de
información secundaria (censos y encuestas de ocupación) para el estudio
sobre la mujer, diversos estudios enfatizan la importancia que éstas presentan
en los procesos de acumulación de capital, así como en los procesos de
reproducción social.
De acuerdo a la trayectoria de estudios sobre el mercado de la fuerza de
trabajo femenina, desarrollado por García et al (2000a), el presente se inserta
en lo que ellas denominan: combinación de información sobre ocupación con
aspectos como la posición ocupacional y los sectores económicos. Ello, con la
pretensión de establecer la situación que la mujer de Guadalajara enfrenta en
el actual proceso
de
crisis socioeconómica.
Enseguida pretendemos
caracterizar dicha crisis centrándonos en los impactos que propina al mundo
del trabajo.
1.2.- Crisis e Impactos Laborales
Durante los años 2003-2006, la economía estadounidense experimenta una
recuperación económica. Luego de superar la crisis de los años 2000-2002,
conocida como “punto com” por la vía de profundizar sus procesos de
reestructuración económica y productiva (principalmente del sector de la
electrónica y las telecomunicaciones) dicha recuperación se expresa en el
crecimiento del PIB, rentabilidad del capital, productividad del trabajo, mayor
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nivel de empleo y una menor tasa de desempleo (Dabat, 2008: 9). Sin
embargo, comparativamente los niveles de crecimiento en tales rubros son
inferiores, para el mismo periodo de recuperación, a los de otros países: China
30 por ciento en su PIB; India, 29.7; Rusia, 31; América latina, 24.8 (sin contar
México el cual experimenta un estancamiento). La misma situación se presenta
en la competitividad industrial e internacional, lo cual, aunado a los serios
problemas en la esfera financiera tendió a configurar, a partir de 2007, la actual
crisis económica.
La crisis del capitalismo, se erige nuevamente en heraldo internacional del
primer decenio del siglo XXI. El origen, carácter, amplitud, duración y salida de
la crisis, así como, la serie de repercusiones que genera a escala internacional
es, actualmente, objeto de un intenso debate en las ciencias sociales.
En lo que corresponde al origen, existe un cierto consenso de que la crisis
irrumpe en la esfera financiera aunque vinculada con problemas que se
suscitan, tiempo atrás, en la esfera de la producción: bajas tasas de ganancia,
de productividad y de inversión; altos índices de desempleo, así como, en la
capacidad instalada ociosa, entre otros. Incluso, algunos estudiosos consideran
que fue la crisis financiera de Europa en agosto de 2007 la que produce una
recesión económica global (Rodríguez, 2009:110); para otros, la produce en
octubre de 2008 la crisis financiera de Estados Unidos (Nadal, 2009; Tello,
2008). Aunque reconocen que ambas crisis financieras, se vinculan con
problemas suscitados en la esfera de la producción.
En consecuencia, los problemas de índole financiera y productiva tienden a
configurar el carácter de una crisis del conjunto de la reproducción del capital a
escala internacional. En un primer momento, numerosos gobiernos (entre ellos
los de los países desarrollados, principalmente el estadounidense), la limitaron
al ámbito financiero para posteriormente reconocer que también el aparato
productivo, desde meses atrás, experimenta una crisis. De acuerdo a lo
anterior, se observa que la crisis irrumpe en prácticamente todos los
componentes del capital financiero: bolsas de valores, bancos, sociedades de
inversión y de ahorros, aseguradoras, hipotecarias, fondos de cobertura y
derivados en general (Palacio et al., 2008). De acuerdo con estimaciones de
BBVA (tercer grupo financiero de Europa y séptimo del mundo), en los últimos
quince meses, solo el mercado bursátil estadounidense perdió 53.4 por ciento
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de su valor (monto calculado a partir de la evolución del índice S&P de 500
empresas). Cabe señalar que esta debacle bursátil supera la ocurrida en 1930,
cuando la fue de 48.5 por ciento.
En la esfera de la producción, se observa el tránsito de un periodo de
estancamiento económico a uno de retroceso, este último, expresado a partir
del tercer trimestre del año pasado. El crecimiento económico, de los países
desarrollados, estimado a través del PIB así lo demuestra: Estados Unidos,
registra un retroceso en su PIB del 0.3 y 6.4 por ciento para el tercer y cuatro
trimestre de 2008, respectivamente (BEA, 2009). Por sector económico se
vislumbra que los mayores índices de retroceso los registra la industria
manufacturera, principalmente la de bienes duraderos en la cual se ubica la
industria automotriz. Ello, como lo señalamos con antelación debido a los
problemas que dicha industria enfrenta respecto a su productividad y la falta de
cambios tecnológicos y de organización del trabajo. Estos retrocesos, otorgan
carta de naturalización a la actual recesión económica internacional la cual, en
virtud de la amplitud y profundidad que manifiesta, se prevé se mantendrá
vigente en los siguientes años, tendiendo a convertirse en una depresión
económica, de un nivel devastador superior a la ocurrida en los años treinta del
siglo pasado (Zoellick, 2009; Saxe-Fernández, 2009; Beinstein, 2009;
Rodríguez, 2009).
Un tercer componente de la crisis internacional, corresponde al desempleo.
Ante los problemas estructurales de la producción manufacturera (ganancias,
productividad, tecnología, organización del trabajo, relaciones laborales e
industriales), aunados a los de la falta de realización de las mercancías en el
mercado, y de los correspondientes al ámbito financiero, así como a la falta de
inversión, los grandes corporativos de capital nacional y extranjero impulsan
una amplia reestructuración que por principio descansa en el despido masivo
de trabajadores. Así, vastos sectores de la población residente en países
desarrollados y en vías de desarrollo, enfrentan la mayor tasa de desempleo en
décadas.
En los últimos doce meses, en Estados unidos, fueron despedidas 5 millones
de personas para sumar, en febrero de 2009, un total de 12.5 millones de
trabajadores desempleados equivalente al 8.1 por ciento de la PEA. Esta tasa
de desempleo es la más alta en el último cuarto de siglo. Tan solo en el último
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semestre, fueron despedidas 3 millones 300 mil personas; sólo el sector de
educación, gobierno y seguridad social contrataron fuerza de trabajo el pasado
mes de febrero (Bureau Labor, febrero 2009). En China se calcula que han sido
despedidas 20 millones de personas inmigrantes. En España el desempleo en
el mes de enero, alcanza una tasa del 14.8 por ciento, afectando
principalmente a los contratados temporalmente. Misma situación prevalece en
Irlanda, Francia y Alemania. No obstante, en la zona euro el desempleo
alcanza una tasa de 7.6 por ciento, superior en 1.2 puntos porcentuales al
periodo anterior (2007). En Japón, el 4.1% han perdido su empleo,
principalmente los trabajadores que laboran medio tiempo con contratos
temporales, mismos que representan un tercio de la PEA ocupada. En lo
correspondiente a América Latina, el reporte de OIT (2009), señala que el
conjunto de países de dicha región registra una tasa de desocupación del 7.4
por ciento 1.3 veces inferior a la tasa registrada en 2007. Sin embargo, dicho
organismo vaticina que estos resultados marcan el fin de un ciclo positivo en la
evolución de dicha tasa, toda vez que, se estima que para 2009 engrosen las
filas del desempleo entre 1.5 y 2.4 millones de personas. Por su parte, México
en febrero del presente año registra una tasa de desempleo del 5.3 por ciento,
la más alta en el último decenio.
En suma, la crisis en las esferas financiera, de la producción y del trabajo
adquiere una gran intensidad por todos los confines de nuestro planeta aunque
con intensidades y forma desiguales (Rodríguez, 2009; Nadal, 2009; Dabat y
Melo, 2008; Tello, 2008: 17). Más aún, en perspectiva histórica, la actual crisis
internacional es también una expresión más del término de una época de
dominación en la expansión del capital a escala mundial, la que a su vez,
configura una nueva época de dominación donde se gestan nuevos equilibrios
y confrontaciones (Gilly y Roux, 2008).
2.- Características Socio-demográficas
De acuerdo con García et al. (2000a), el fenómeno demográfico diferenciado por sexo
“constituye una parte fundamental del quehacer de la demografía y de los estudios
sociales de población”. Dicha diferenciación, la establecemos en dos escalas
espaciales: uno, destacar la importancia de la población de Guadalajara en el contexto
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del espacio jalisciense con fin de matizar el nivel de concentración y centralización de
dicha población en esta porción territorial; dos, establecer el perfil sociodemográfico
que registran las mujeres en la ciudad de Guadalajara.
2.1.- Guadalajara en el Contexto Jalisciense
La ciudad metropolitana de Guadalajara, configurada por los municipios de
Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, El Salto y Tlajomulco, destaca a escala
nacional por su importancia sociodemográfica (segunda urbe) y económica (cuarta
posición). Asimismo, la ciudad espiga en territorio jalisciense como la de mayor relieve
social, económico y demográfico, entre otros aspectos. Se trata de una metrópoli
altamente centralizadora y concentradora de población y en consecuencia de actividad
humana.
Para 2010 en la ciudad de Guadalajara reside el 57.4 por ciento del total de población
jalisciense: 1.1 puntos porcentuales más del nivel de concentración experimentado en
2007; 0.8 puntos porcentuales superior al nivel de 2008 y, 0.4 respecto a 2009. Este
nivel de concentración poblacional muestra una tendencia ascendente y sostenida en
el periodo 2007-2010 (Seijal, 2010).
Por sexo, en 2010 en Guadalajara se concentra el 57.2 por ciento del total de mujeres
jaliscienses: 1.2 puntos porcentuales más que en 2007; 0.2 superior al nivel de 2008 y
2009. Por su parte los hombres en Guadalajara, para 2010 representan el 57.5 por
ciento del total jalisciense (0.3 puntos porcentuales superior al nivel de las mujeres):
0.5 puntos porcentuales mayor al nivel de 2009; 1.3 puntos porcentuales mayor al de
2008; y 0.6 más respecto al nivel de 2007. Por lo anterior, el nivel de concentración de
hombres y mujeres en Guadalajara es, en términos relativos, prácticamente el mismo.
En lo correspondiente a la fuerza de trabajo, población de 14 años y más, Guadalajara
concentra el 59.3 por ciento del total jalisciense; 1.8 puntos porcentuales más respecto
al nivel de 2007 y 2008, así como un punto porcentual respecto de 2009. Por lo
anterior, se observa que es mayor el nivel de concentración que registra la fuerza de
trabajo residente en Guadalajara con respecto al nivel que experimenta el universo de
la población señalado en el anterior párrafo. Este nivel de concentración, conlleva a
que Guadalajara sea el lugar de residencia de la mayor cantidad de fuerza de trabajo
no solo de Jalisco sino también del occidente de México.
Por su parte la fuerza de trabajo femenina, de 14 años y más, residente en
Guadalajara en 2010, representa el 59.6 por ciento del total jalisciense; 2.5 puntos
porcentuales más que el nivel correspondiente a 2007 y 2008, así como de 1.1 mayor
al registrado en 2009. Por su parte la fuerza de trabajo masculina registra en 2010 un
nivel de concentración del 59.1 por ciento (0.5 puntos porcentuales menos respecto al
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nivel de las mujeres),; 1.1 puntos superior al nivel registrado en 2009, 1.2 más
respecto al nivel de 2008 y 1.3 más que el correspondiente a 2007.
Por todo lo anterior, en el contexto jalisciense, Guadalajara constituye un territorio
metropolitano importante en términos demográficos. Un matiz importante de señalar es
que la fuerza de trabajo total y por sexo registra un mayor nivel de concentración en
Guadalajara que la correspondiente a la población total y por sexo. Por consiguiente,
en Guadalajara se concentra, casi, tres quintas partes de la fuerza de trabajo
jalisciense, tanto total como de mujeres y hombres.
Por su parte la PEA de Guadalajara representa el 59.8 por ciento del total jalisciense:
mismo nivel de concentración en 2009, 1.1 puntos porcentuales superior al de 2008 y
1.4 superior al de 2007. En 2010, el 63.4 por ciento de la PEA femenina se concentra
en Guadalajara: 0.5 puntos porcentuales superior al de 2009, 1.7 superior al de 2008 y
3 puntos porcentuales superior al de 2007. Por su parte el 57.6 por ciento de la PEA
masculina jalisciense, en 2010, se concentra en Guadalajara: 0.3 puntos porcentuales
inferior al nivel de 2009; 0.7 puntos y 0.4 superior al nivel de 2008 y 2007,
respectivamente. A diferencia de la fuerza de trabajo de 14 años y más, la PEA
femenina registra un nivel de concentración superior al de la PEA masculina. Esta
participación pone de relieve la importancia que tiene la mujer en el espacio laboral de
Guadalajara.
En lo que corresponde a la fuerza de trabajo ocupada en 2010 se observa que el 59.5
por ciento se concentra en Guadalajara: 0.1 superior al nivel de 2009, 0.8 puntos
porcentuales superior a 2008 y, 1.4 puntos superior a 2007. Por su parte las mujeres
con un puesto de trabajo en Guadalajara, representan en 2010 el 62.7 por ciento del
total de mujeres ocupadas en el estado de Jalisco: 0.2 puntos porcentuales mayor al
nivel obtenido en 2009, 1.3 puntos superior al de 2008 y, 2.9 puntos superior a 2007.
La fuerza de trabajo masculina ocupada en 2010 en Guadalajara constituye el 57.4 por
ciento del total jalisciense: misma proporción se registra en 2009, 0.4 puntos
porcentuales superior al obtenido en 2008 y 0.3 puntos superior a 2007.
Por último destaca la fuerza de trabajo desocupada. En 2010, el 66.6 por ciento de la
fuerza de trabajo desocupada de Jalisco se concentra en Guadalajara: 2.4 puntos
porcentuales inferior a la obtenida en 2009, 7.1 puntos superior al nivel de 2008 y, 1.9
puntos inferior al nivel registrado en 2007. En lo que corresponde a la fuerza de trabajo
femenina desocupada, se observa que en 2010 la ciudad de Guadalajara concentra al
76.1 por ciento del total de la entidad jalisciense: 5 puntos porcentuales superior
respecto al nivel de 2009, 4.3 puntos superior al nivel de 2008 y, 7.6 puntos inferior al
registro de 2007. En lo correspondiente a la fuerza de trabajo masculina desocupada
se observa que, el 60.2 por ciento del total jalisciense se concentra en Guadalajara,
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7.9 puntos porcentuales menor al nivel de 2009, 8.1 puntos superior al nivel registrado
en 2008 y, 1.1 puntos inferior al registro de 2007.
De acuerdo al comportamiento de la PEA total y por sexo encontramos que:
1) Los niveles de concentración son mayores al demográfico
2) Las mujeres se concentran en un mayor nivel que los hombres en términos de
PEA y en su condición de ocupadas y desocupadas
3) Los niveles de concentración en ocupados son inferiores en el año de crisis,
2009, y los de desocupados son mayores (destacando las mujeres).
Con el fin de contar con mayores herramientas analíticas, enseguida analizamos los
componentes sociodemográficos que configura la estructura en la ciudad de
Guadalajara.
2.2.- Condiciones Sociodemográficas de la Mujer en Guadalajara
Del total de la población que reside en Guadalajara en 2010, el 51.2 por ciento es
femenina: 0.3 puntos porcentuales por debajo del registro de 2009, 0.1 inferior a 2008
y, 0.7 puntos menos del nivel registrado en 2007. En tanto, la población masculina
que reside en Guadalajara en 2010 representa el 48.8 por ciento del total y para el
resto de años del periodo 2007-2009 registran el mismo comportamiento que el de las
mujeres (véase cuadro 1).
Otro nivel en el análisis, corresponde a la tasa de crecimiento de la población: total,
femenina y masculina. En el periodo 2008-2010 la tasa de crecimiento promedio de la
población total asciende a 1.5 por ciento. Por su parte la tasa promedio de crecimiento
del total de población femenina, asciende a 1 por ciento. En tanto, la tasa de
crecimiento promedio del total de la población masculina es de 1.9 por ciento.
En lo correspondiente al total de la fuerza de trabajo, población de 14 años y más, con
que cuenta Guadalajara representa el 72.6 por ciento del total de población en 2007,
73.2 en 2008, 73.9 en 2009 y, 75.4 en 2010. Esta participación registra tasas de
crecimiento de 2.3, 2.4 y 3.6 por ciento durante el periodo 2008-2010, respectivamente
(véase cuadro 1).
La fuerza de trabajo femenina representa el 52.8, 52.4, 52 y 52.2 por ciento respecto
del total de fuerza de trabajo que reside en Guadalajara durante el periodo 2007-2010,
respectivamente. Su tasa de crecimiento en el periodo 2008-2010 asciende a 0.8, 3.1
y 3.2 por ciento, respectivamente. A su vez, la fuerza de trabajo femenina representa
en promedio en el periodo 2007-2010 el 75 por del total de mujeres residentes en
Guadalajara (véase cuadro 1).
Por su parte la fuerza de trabajo masculina, representa en el periodo 2007-2010 el
47.2, 47.6, 48 y el 47.8 por ciento, respectivamente. Esta participación descansa en
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tasas de crecimiento del 4, 1.7 y 4 por ciento durante el periodo 2008-2010,
respectivamente. Asimismo, respecto al total de hombres residentes la fuerza de
trabajo masculina representa el 72.4 por ciento en el periodo 2007-2010 (véase cuadro
1).
Cabe señalar que, no obstante que el crecimiento del total de la fuerza de trabajo
disponible en Guadalajara es consistente en el periodo de estudio, éste resulta menos
dinámico durante los años de crisis (2008 y 2009). En contraste, el crecimiento de la
fuerza de trabajo femenina registra mayor dinamismo en 2009 (superando el
crecimiento de la fuerza de trabajo masculina) y 2010. Sin embargo, la fuerza de
trabajo masculina (con excepción de 2009) registra un mayor nivel de dinamismo
respecto del total de la fuerza de trabajo de Guadalajara, así como de la femenina.
Por su parte la PEA total de Guadalajara experimenta un crecimiento negativo en 2009
de 0.7 por ciento. Sin embargo, en 2008 y 2010 dicho crecimiento asciende a 4.6 por
ciento. Las mujeres económicamente activas representan en promedio el 40.5 por
ciento del total de la PEA de Guadalajara, en el periodo de estudio. Asimismo, su tasa
de crecimiento en 2009 resulta negativa del orden de 2 por ciento, sin embargo, en
2007 y 2010 registra un crecimiento de 7 y 5 por ciento, respectivamente. Con
respecto al total de mujeres de 14 años y más, la PEA femenina representa en
promedio el 47.5 por ciento durante el periodo 2007-2010 (véase cuadro 1).
La PEA masculina de Guadalajara, en el periodo de estudio, representa en promedio
el 59.1 por ciento del total. Las tasas de crecimiento son de 3.1, 0.2 y 2.9 por ciento en
el periodo 2008-2010, respectivamente. No obstante que la participación de mujeres
en la PEA es menor a la de hombres, la tasa de crecimiento de éstas imprime un
mayor dinamismo. Cabe señalar que, su participación promedio en el total de la fuerza
de trabajo, población masculina de 14 años y más, durante el periodo de estudio
asciende al 79 por ciento: 31.5 puntos porcentuales mayor al promedio de la PEA
femenina (véase cuadro 1).
La población ocupada representa en promedio, en el periodo de estudio, el 95.6 por
ciento del total de la PEA de Guadalajara. Su tasa de crecimiento en promedio es de
1.8 en el periodo 2008-2010 (con registro negativo de 2.9 por ciento en el 2009).
Misma participación porcentual, 95.5 por ciento, registran las mujeres ocupadas con
respecto al total de la PEA femenina de Guadalajara. Su tasa de crecimiento promedio
en el periodo 2008-2010 es de 2.3 por ciento, con una tasa negativa en 2009 de 3.3
por ciento. Por su parte la fuerza de trabajo masculina ocupada, sostiene una
participación anual promedio, en el periodo de estudio de 95.8 por ciento respecto del
total de la PEA masculina. Su tasa de crecimiento promedio, en el periodo 2008-2010,
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es de -1.3 por ciento. Este crecimiento negativo en 2009 y 2010 adquiere una mayor
proporción: -2.6 y -5 por ciento, respectivamente (véase cuadro 1).
Por último, tenemos el nivel de desempleo. La tasa de desempleo promedio anual, del
periodo de estudio, es de 4.3 por ciento respecto de la PEA total de Guadalajara. Sin
embargo, en 2009 es de 5.2 por ciento y la de 2010 es de 5.6 por ciento. Este
comportamiento del desempleo, pone de manifiesto los impactos negativos que tiene
el proceso de recesión económica, que experimenta la economía mexicana desde
2008, sobre el mercado de fuerza de trabajo de Guadalajara. Cabe señalar que, el
crecimiento promedio anual del desempleo en el periodo 2008-2010 es de 23.7 por
ciento: con tasas de 65 y 11.2 por ciento en 2009 y 2010, respectivamente (véase
cuadro 1).
La tasa de desempleo promedio anual de las mujeres de Guadalajara es de 4.5 por
ciento. Sin embargo, en 2010 las mujeres registran una tasa de desempleo de 6.3 por
ciento. La tasa de crecimiento de desempleo promedio anual es de 28.3 por ciento,
destacando el 2010 con 43.8 por ciento (véase cuadro 1).
El desempleo masculino promedio anual del periodo 2007-2010 es de 4.3 por ciento.
Por su parte la tasa de crecimiento del desempleo masculino es de 71.5 por ciento.
Cuadro 1
Guadalajara: Indicadores Socio-demográficos, según sexo
Indicador
Total
2007
Mujeres
2008
Total Mujeres
2009
Total Mujeres
2010
Total Mujeres
Pob. Total
3880492
2012109
3935628
2020019
3992898
2055236
4052683
2076687
14 años y +
2815483
1486133
2879698
1497693
2950121
1544796
3055121
1593580
PEA
1779544
712081
1861211
760485
1847267
744345
1920577
785206
Ocupada
1718229
688134
1802895
733890
1751119
709666
1813676
735341
Desocupada
61315
23947
58316
26595
96148
34679
Fuente: Cálculos propios con base en ENOE 2007-2010, Inegi, www.inegi.gob.mx
106901
49865
3.- Trabajo Extradoméstico
En este apartado analizamos la participación de la mujer en la actividad económica
con tres propósitos: uno, destacar la importancia que tiene en el ámbito económico;
dos, establecer el nivel de segregación y diferenciación de que ésta es objeto y tres,
determinar su dinamismo. Ello, en dos espacios económicos: uno, posición en el
[Escriba texto]
Página 13
empleo y dos, concentración en el sector económico y sus correspondientes ramas de
parte de la fuerza de trabajo subordinada y remunerada.
3.1.- Concentración según Posición en la Ocupación
Casi las tres cuartas partes, promedio anual del periodo de estudio, del total de la
fuerza de trabajo ocupada en Guadalajara adquiere el carácter de subordinada y
remunerada. Su tasa de crecimiento promedio anual es de 1.8 por ciento en el mismo
periodo, registrando una tasa negativa en 2009 de 2.7 por ciento (véase cuadro 2).
Del total de la fuerza de trabajo femenina ocupada, el 72.1 por ciento, en promedio
anual durante el periodo de estudio, es de carácter subordinada y remunerada.
Además, el 40 por ciento, promedio anual, del total de fuerza de trabajo subordinada y
remunerada, es femenina. Entre 2008 y 2010, esta última, presenta una tasa de
crecimiento promedio anual de 2 por ciento, con crecimiento negativo de 3.5 por ciento
en 2009 (véase cuadro 2).
Por otra parte, el 72.3 por ciento del total de la fuerza de trabajo masculina ocupada en
Guadalajara es subordinada y remunerada. Del total de la fuerza de trabajo
subordinada y remunerada el 60 por ciento la constituyen hombres. Cabe señalar que
su tasa de crecimiento promedio anual es de 1.7 por ciento. Al igual que las mujeres,
en 2009, los hombres registran una tasa de crecimiento negativa de 2.1 por ciento.
Por lo anterior, la fuerza de trabajo ocupada femenina y masculina se encuentran
segregadas en su carácter de subordinadas y remuneradas. En este sentido, mujeres
y hombres ocupados de Guadalajara tienden a concentrarse en mayor número en esta
posición.
Cabe señalar que, la fuerza de trabajo subordinada y remunerada la configuran la
fuerza de trabajo asalariada y no salarial. La fuerza de trabajo asalariada representa el
92 por ciento respecto del total de la fuerza de trabajo subordinada y remunerada. Su
tasa de crecimiento promedio anual, en el periodo de estudio, es de 1.7 por ciento
(véase cuadro 2).
La fuerza de trabajo femenina asalariada, representa el 41.7 por ciento del total de los
asalariados de Guadalajara. El 96.1 por ciento del total de mujeres subordinadas y
remuneradas. La tasa de crecimiento promedio anual de las asalariadas femeninas
asciendo a 1.9 por ciento con una tasa negativa de 3.3 por ciento en 2009.
Por su parte la fuerza de trabajo asalariada masculina, representa el 91 por ciento del
total de trabajadores masculinos subordinados y remunerados. En tanto, el 58.3 por
ciento, promedio anual, son hombres con respecto al total de asalariados. Su tasa de
crecimiento promedio anual, durante el periodo 2008-2010, es de 1.7 por ciento.
[Escriba texto]
Página 14
Por otra parte se encuentra la posición de los empleadores. Estos en el periodo de
estudio representan el 6 por ciento respecto al total de la fuerza de trabajo ocupada.
Su tasa de crecimiento promedio anual, en el periodo 2008-2010 es de 2.6 por ciento
debido al impacto negativo que registra en 2009 de 17.7 por ciento.
Del total de mujeres ocupadas el 3.1 por ciento, promedio anual, son empleadoras.
Asimismo, la quinta parte, en promedio durante el periodo de estudio, de empleadores
son mujeres. Su tasa de crecimiento promedio anual asciende a 3.5 por ciento en el
periodo de 2008-2010 (véase cuadro 2).
Por su parte los empleadores masculinos representan el 8 por ciento respecto al total
de la fuerza de trabajo ocupada. Además, cuatro quintas partes son empleadores
masculinos respecto al número total de empleadores. La tasa de crecimiento promedio
anual es de 2.1 por ciento, inferior a la registrada por las mujeres, toda vez que en
2009 enfrenta una merma en su crecimiento de 19 por ciento.
En tercer término se encuentra la fuerza de trabajo por cuenta propia. Esta fuerza de
trabajo representa el 17.6 por ciento en promedio en el periodo de estudio respecto al
total de ocupados. Su tasa de crecimiento promedio anual, en el periodo 2008-2010,
es de 2.9 por ciento (véase cuadro 2).
Por lo que corresponde a la fuerza de trabajo femenil por cuenta propia, representa el
41.2 por ciento, promedio, respecto al total de la fuerza de trabajo por cuenta propia.
Su tasa de crecimiento (consistentemente positiva en el periodo 2008-2010, pero con
tendencia a la baja), es de 4.9 por ciento, promedio anual.
Por su parte la fuerza de trabajo por cuenta propia masculina, representa el 17.4 por
ciento respecto del total de hombres ocupados. En promedio, representa el 58.8 por
ciento con respecto al total de fuerza de trabajo por cuenta propia. Su tasa de
crecimiento es de 1.9 por ciento (véase cuadro 2).
En cuarto término despunta la fuerza de trabajo no remunerada. Esta fuerza de trabajo
representa el 4.2 por ciento del total de los trabajadores ocupados. Su tasa de
crecimiento promedio anual es de 0.4 por ciento durante el periodo 2007-2010.
La fuerza de trabajo femenina no asalariada, representa el 4.2 por ciento del total de
las mujeres ocupadas. A su vez, el 67.1 por ciento del total de la fuerza de trabajo no
asalariada es femenina. La tasa de crecimiento promedio anual que experimenta la
fuerza de trabajo femenina no asalariada es negativa de 0.8 por ciento por la merma
que experimenta en 2009 y 2010.
Por su parte la fuerza de trabajo masculina no asalariada, representa el 2.1 por ciento
del total de hombres ocupados. Asimismo, constituye casi un tercio del total de la
fuerza de trabajo no asalariada y registra una tasa de crecimiento promedio anual de
[Escriba texto]
Página 15
3.1 por ciento como resultado de las mermas registradas en 2009 y 2010 (véase
cuadro 2).
De acuerdo a todo lo anterior, podemos destacar dos cosas: uno, la importancia que
tiene la mujer en la actividad económica, que desarrolla en Guadalajara, matizada por
el nivel de participación que registra en su posición en el empleo, así como por el
dinamismo que imprime en su crecimiento, con excepción de las no remuneradas.
Segundo, las mujeres con empleo se concentran en la posición de subordinadas y
remuneradas y son preponderantemente asalariadas. Todo ello, casi en la misma
proporción que los hombres. Asimismo, destacar que se concentran como fuerza de
trabajo por cuenta propia y solamente en el reglón de no remuneradas representan la
mayoría de la fuerza de trabajo.
Cuadro 2
Guadalajara: Población Ocupada por Posición en la Ocupación, según sexo
Posición en el
Empleo
Participación
Participación
Tasa Crecimiento
Porcentual
Promedio 2007-2010
Promedio Anual
Respecto Ocupada
Según Posición
2008-2010
y por Posición
Subordinada y
73.0
1.8
Remunerada
Mujeres
72.1
40.0
2.0
Hombres
72.3
60.0
1.7
Asalariada
92.0
1.7
Mujeres
96 .1
41.7
1.9
Hombres
91.0
58.3
1.7
Empleadores
6.0
Mujeres
3.1
20.0
3.5
Hombres
8.0
80.0
2.1
Por Cuenta Propia
2.6
17.3
2.9
Mujeres
17.1
41.2
4.9
Hombres
17.4
58.8
1.9
No Remunerados
3.7
0.4
Mujeres
4.2
67.1
Hombres
2.1
32.9
-0.8
3.1
Fuente: Cálculos propios con base en ENOE 2007-2010, Inegi, www.inegi.gob.mx
3.2.- Concentración por Sector y Rama Económica
De acuerdo a lo expresado en el apartado anterior, casi tres cuartas partes de las
mujeres con empleo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco son subordinadas y
[Escriba texto]
Página 16
remuneradas, bajo condiciones de asalariadas. Frente a esta importante evidencia de
segregación, nos parece importante centrar el análisis de la fuerza de trabajo femenina
por sector económico solo con respecto al segmento de mujeres subordinadas y
remuneradas.
De acuerdo a la información disponible, durante el periodo 2007-2010, la fuerza de
trabajo subordinada y remunerada de Guadalajara se concentra, con casi dos terceras
partes, en el sector terciario. En los años de 2009 y 2010 el mercado de fuerza de
trabajo del sector terciario registra participaciones de casi 68 por ciento debido a la
merma que experimenta el sector primario y secundario, respectivamente. Cabe
señalar que, la fuerza de trabajo que labora en el ramo del comercio al mayoreo y
menudeo es la que concentra la mayor cantidad de trabajadores en el sector terciario.
Le siguen los trabajadores de los ramos de servicios diversos, sociales, así como
profesionales y financieros. Con un dígito de participación se encuentran los
trabajadores de gobierno y organismos internacionales, transportes y comunicaciones,
restaurantes y servicios de alojamiento y las actividades no especificadas (véase
cuadro 3).
Por su parte en el sector secundario, se concentra poco más de una tercera parte del
total de la fuerza de trabajo subordinada y remunerada. Sin embargo esta fuerza de
trabajo, en 2008 y 2009, enfrenta la mayor caída en sus niveles de concentración:
hasta cuatro puntos porcentuales. Poco más de tres cuartas partes de esta fuerza de
trabajo, se encuentra laborando en la industria manufacturera. El resto de la fuerza de
trabajo se localiza en la industria de la construcción (22.6 por ciento promedio) y, en la
industria extractiva y de la electricidad: 1.7 por ciento (véase cuadro 3).
Por último, destaca la escasa presencia de la fuerza de trabajo que labora en el sector
primario. El 0.3 por ciento, de la fuerza de trabajo subordinada y remunerada
desempeña labores propias de la agricultura, ganadería y silvicultura (véase cuadro 3).
En este mismo orden de ideas destaca la tasa de crecimiento media anual de la fuerza
de trabajo subordinada y remunerada según actividad económica. En el sector
terciario la fuerza de trabajo registra, en promedio durante el periodo 2008-2010, un
crecimiento de 3.7 por ciento. Esta tasa de crecimiento la superan los trabajadores de
los servicios: profesionales y financieros (9 por ciento); diversos (5 por ciento) y,
comercio con 3.8 por ciento. Solo los servicios no especificados, registran una merma
negativa en su crecimiento (véase cuadro 3).
En contraste, se encuentra la fuerza de trabajo del sector secundario. En el periodo
2008-2010, esta fuerza de trabajo registra una tasa negativa en su crecimiento de 1.5
por ciento. Ello, causado por los saldos negativos que presenta la fuerza de trabajo
que labora en las tres ramas de la producción que configuran dicho sector. El mayor
[Escriba texto]
Página 17
crecimiento negativo corresponde a la industria extractiva y de la electricidad con una
tasa de -10.4 por ciento (véase cuadro 3).
Del total de mujeres subordinadas y remuneradas, el 77 por ciento se concentra en el
sector terciario. La principal actividad que desempeñan corresponde a servicios
sociales (17.7 por ciento); en segundo término se encuentran las mujeres que laboran
en la rama del comercio (17.3 por ciento), en tercer término, se encuentran los
servicios diversos (16.9 por ciento) y en cuarto, los servicios profesionales y
financieros.
En lo correspondiente al sector secundario, el 22.8 por ciento de las mujeres
subordinadas y remuneradas laboran en dicho sector. Cabe señalar que en la industria
manufacturera se concentra el 21.4 por ciento del total de las mujeres subordinadas y
remuneradas. Cabe señalar que, a escala de rama industrial, este constituye el mayor
nivel de concentración que experimentan las mujeres que laboran en la ciudad de
Guadalajara, Jalisco en el periodo 2007-2010. Ello, no obstante que en 2010
experimentan una merma en su crecimiento de 4 puntos porcentuales respecto a su
pico más alto de 23.4 por ciento registrado en 2008. Cabe señalar que las mujeres
también participan, aunque marginalmente, en la industria de la construcción (1.1 por
ciento en promedio durante el periodo de estudio) y en la industria extractiva y de la
electricidad: 0.3 por ciento (véase cuadro 3).
Asimismo, registran en el sector primario una participación del 0.1 por ciento (la más
baja de toda actividad). En este sentido, desempeñan labores agrícolas, ganaderas y
de silvicultura. Sin embargo, en 2009 registran una participación de 0.0 por ciento
(véase cuadro 3).
Por otra parte, destaca el nivel de feminización que adquieren los mercados de la
fuerza de trabajo. En razón de la proporción de mujeres que laboran a nivel de sector y
de rama de actividad económica establecemos el grado de feminización del mercado
de fuerza de trabajo correspondiente.
En el sector terciario impera el mercado de fuerza de trabajo más feminizado de
Guadalajara, durante el periodo de estudio. Ello, en razón de que en dicho sector
labora el 47.4 por ciento de la fuerza de trabajo femenina. Cabe señalar que este nivel
de feminización es ligeramente mermado en 2009: 1.4 puntos porcentuales.
En este sector económico, a nivel de rama económica se observan los mercados de la
fuerza de trabajo mayormente feminizados. En primer término destaca el
correspondiente a servicios sociales, donde el 67.2 por ciento, promedio en el periodo
de estudio, es fuerza de trabajo femenina. En 2009, en dicha rama, la participación de
las mujeres alcanza el 70.3 por ciento. En segundo término destaca el mercado de
fuerza de trabajo de servicios diversos, donde el 56.9 por ciento de ésta corresponde a
[Escriba texto]
Página 18
mujeres. En tercero, destaca la rama de restaurantes y servicios de alojamiento toda
vez que el 51.4 por ciento es fuerza de trabajo femenina (véase cuadro 3). Estos dos
últimos mercados de fuerza de trabajo si registran una merma en 2009. En suma, los
mercados de fuerza de trabajo mayoritariamente feminizados son: servicios sociales,
servicios diversos y restaurantes y servicios de alojamiento.
En este mismo sector, se observa la presencia de mercados de fuerza de trabajo
altamente feminizados. Ellos son: servicios profesionales y finanzas con el 45.4 por
ciento; Comercio: 40.4 por ciento; y el de gobierno y organismos internacionales: 37.1
por ciento. Asimismo, se observan mercados de fuerza de trabajo medianamente
feminizados en las ramas: no especificado con 20.3 por ciento; y, transportes y
comunicaciones con 19.5 por ciento.
En el sector secundario las mujeres, tienden a configurar un mercado de fuerza de
trabajo medianamente feminizada. Sin embargo, a nivel de la industria manufacturera,
(con el 34 por ciento) configuran un mercado altamente feminizado y, medianamente
feminizado en la industria extractiva y de la electricidad con el 20 por ciento (producto
del ascenso laboral experimentado por las mujeres en 2009 con el 31.3 por ciento) y a
su vez configuran un mercado poco feminizado en la industria de la construcción con
una participación del 5.9 por ciento al igual que en el sector primario con el 10.8 por
ciento (véase cuadro 3).
En suma, la participación de la mujer en la actividad económica de Guadalajara tiende
a configurar cuatro tipos de mercados de fuerza de trabajo: mayormente feminizados;
altamente femeninos; medianamente femeninos y poco femeninos. Por consiguiente,
también registra cuatro niveles de segregación.
Con excepción de los servicios sociales, así como profesionales y financieros el resto
de sectores y ramas de la actividad económica experimentaron tasa negativas de
crecimiento, tanto como promedio del periodo 2008-2010 y/o bien en cualquiera de los
años de dicho periodo, principalmente 2009. Esta situación conlleva a que la
participación de la mujer en la actividad económica de Guadalajara durante el periodo
de crisis registre, principalmente, bajos niveles de dinamismo. A la vez registra
dinámicas importantes como en la industria extractiva y de la electricidad (71.4 por
ciento promedio del periodo; industria de la construcción con 35.8 por ciento; y
servicios no especificados con 49.2 por ciento. Mención especial merecen los servicios
profesionales y financieros donde la participación femenina experimenta un
crecimiento del 8.8 por ciento (véase cuadro 3).
Por otra parte, destaca la participación de la fuerza de trabajo masculina subordinada
y remunerada. Del número total de esta fuerza de trabajo, el 58 por ciento desempeña
labores en el sector terciario. Esta participación promedio, es el resultado del
[Escriba texto]
Página 19
consistente incremento que experimenta, durante todo el periodo, los hombres en las
labores del sector terciario. Además, producto de la merma que estos sujetos
experimentan en el sector secundario. En las ramas del sector terciario, con excepción
de quienes laboran en la rama del comercio (17.7 por ciento), el resto de ramas
económicas registran una concentración masculina de un solo dígito (véase cuadro 3).
En lo que corresponde al sector secundario, se observa que del número total de
hombres subordinados y remunerados participa el 41.2 por ciento de los mismos. Su
nivel de participación enfrenta una merma en los años 2009 y 2010. Tanto en la
industria manufacturera como de la construcción su participación es de dos dígitos. En
contraste en las labores del sector primario, solo participa el 0.3 por ciento del total de
hombres subordinados y remunerados (véase cuadro 3).
En lo que corresponde a la configuración de los mercados de fuerza de trabajo, resulta
lo siguiente. A nivel de sector económico los hombres subordinados y remunerados
configuran mercados de fuerza de trabajo mayormente masculinos: primario: 89.2 por
ciento; secundario, 72.6 por ciento y terciario, 52.6 por ciento. A nivel de rama
económica con excepción de los correspondientes a servicios sociales, servicios
diversos y restaurantes y alojamiento, en el resto de las ramas la participación de los
hombres tienden a configurar mercados de fuerza de trabajo mayormente masculinos:
construcción 94.1 por ciento; agropecuario, 89.2 por ciento; industria extractiva y de la
electricidad, 80.2; transportes y comunicaciones, 80.5; no especificado, 79.7; industria
manufacturera, 66; comercio, 59.6; gobierno y organismos internacionales, 62.5 y
servicios profesionales y financieros, 54.6 por ciento (véase cuadro 3).
Por lo que respecta a las tasas de crecimiento de dichos mercados de trabajo,
tenemos el siguiente resultado. Por sector económico, se observa que registra un
crecimiento negativo en el secundario. Consecuencia de la merma que experimenta la
fuerza de trabajo ocupada en sus tres ramas económicas. En contraste en el primario
experimenta un crecimiento del 40 por ciento y en el terciario del 4.5 por ciento (véase
cuadro 3). En lo correspondiente a las ramas económicas de este último sector, se
observan dinámicas de ocupación importantes en servicios profesionales, servicios
diversos y comercio. En sentido contrario, se observan los registros en los servicios
sociales y en servicios no especificados, al obtener tasas negativas de crecimiento
(véase cuadro 3).
De acuerdo a todo lo anterior, las mujeres experimentan diversos niveles de
segregación o concentración, así como de desigualdad respecto al segmento de
hombres.
Cuadro 3
[Escriba texto]
Página 20
Guadalajara: Fuerza de Trabajo Subordinada y Remunerada por Sector y Actividad Económica,
según Sexo
Participación
Sector y Actividad Económica
Primario
Mujeres
Hombres
Agropecuario
Mujeres
Hombres
Secundario
Mujeres
Hombres
Ind. Extractiva-Electricidad
Mujeres
Hombres
Industria Manufacturera
Mujeres
Hombres
Construcción
Mujeres
Hombres
Participación
Tasa Crecimiento
Fuerza de Trabajo
2007-2010
Subordinada y
según Actividad
2008-2010 según
Remunerada
Económica
Activi. Económica
0.3
0.1
0.3
0.3
0.1
0.3
33.7
22.8
41.2
1.9
0.3
0.9
75.5
21.4
28.5
22.6
1.1
11.8
10.8
89.2
10.8
89.2
27.4
72.6
19.8
80.2
34.0
66.0
5.9
94.1
Terciario
65.6
Mujeres
76.9
47.4
Hombres
57.9
52.6
Comercio
26.5
Mujeres
17.3
40.4
Hombres
17.7
59.6
Restaurantes y Hospedaje
8.1
Mujeres
6.8
51.4
Hombres
4.4
48.6
Transportes y Comunicaciones
8.2
Mujeres
2.6
19.5
Hombres
7.3
80.5
Serv. Profesionales y Financieros
14.0
Mujeres
10.3
45.4
Hombres
8.0
54.6
Servicios Sociales
16.2
Mujeres
17.7
67.2
Hombres
5.7
32.8
Servicios Diversos
18.3
Mujeres
16.9
56.9
Hombres
8.6
43.1
Gobierno y Organismos Internacionales
8.7
Mujeres
5.3
37.5
Hombres
6.1
62.5
No especificado
0.7
Mujeres
0.2
20.3
Hombres
0.6
79.7
Fuente: Cálculos propios con base en ENOE 2007-2010, Inegi, www.inegi.gob.mx
Promedio Anual
41.3
0.0
40.0
41.3
0.0
40.0
-1.5
-0.5
-1.8
-10.4
71.4
-15.5
-1.3
-1.2
-1.2
-0.8
35.8
-1.3
3.7
2.8
4.5
3.8
2.3
5.4
1.9
1.9
2.0
1.4
1.5
2.1
9.0
8.4
9.7
1.5
3.4
-1.4
4.9
1.6
9.6
1.8
2.2
2.0
-6.1
49.2
-12.0
4.- Consideraciones Finales
En el presente trabajo, el análisis destaca dos espacios de segregación o
concentración de la mujer, así como las diferencias que éstas registran con respecto a
los hombres: espacio sociodemográfico y espacio de la actividad económica.
En primer término, analizamos el espacio sociodemográfico en una doble vertiente
geográfica: uno, el nivel de concentración que alcanza la población y la fuerza de
trabajo, femenina y masculina, en Guadalajara respecto al total jalisciense y dos, el
[Escriba texto]
Página 21
nivel de concentración pero centrado en el espacio territorial de la ciudad de
Guadalajara.
En el contexto jalisciense los niveles de concentración sociodemográficos de las
mujeres en Guadalajara (población total, fuerza de trabajo, PEA y fuerza de trabajo
ocupada) son superiores al de los hombres, con excepción del correspondiente a la
fuerza de trabajo desempleada.
En el espacio de Guadalajara, los niveles de concentración femenina son disímbolos:
mayores en población total, fuerza de trabajo y tasa de desempleo. Menores, respecto
a los hombres, en PEA, 40 por ciento (y su correspondiente tasa de crecimiento) y,
población ocupada, 40 por ciento. Lo cual podría indicarnos que el mayor nivel de
concentración femenina no ocurre en el espacio extradoméstico de Guadalajara y que
en el contexto de crisis, también pierde dinamismo en su crecimiento. A su vez, revela
las fuertes diferencias que existen respecto con los hombres. Lo cual sin embargo, no
resta importancia a su desempeño extradoméstico.
En lo que corresponde al espacio de la actividad económica, lo analizamos en dos
escalas: la de la posición femenina en el empleo y el correspondiente a su
participación en los sectores y ramas económicas.
En lo correspondiente, a la posición en el empleo observamos que la fuerza de trabajo
femenina ocupada se concentra o segrega en la subordinada y remunerada, toda vez
que ella representa casi tres cuartas partes. Sin embargo, con respecto a los hombres
esta posición en el empleo de las mujeres representa el 40 por ciento. Cabe señalar
que la fuerza de trabajo femenina experimenta, en el proceso de crisis, un mayor nivel
de proletarización en razón de que el 96.1 de ellas laboran como asalariadas.
En lo correspondiente a empleadores y por cuenta propia, los niveles de concentración
son inferiores al registrado por los hombres, no obstante, éstas presentan mayores
tasas de crecimiento. Solo en la posición de no remunerados las mujeres registran el
mayor nivel de concentración en este nivel de análisis, pero, con tasas negativas de
crecimiento.
Por lo que respecta a la segregación por sector y rama económica se infiere lo
siguiente. No obstante que casi tres cuartas partes de la fuerza de trabajo femenina
subordinada y remunerada se concentra en el sector terciario, las mujeres se
encuentran segregadas en tres ramas económicas: servicios sociales, servicios
profesionales y financieros, así como restaurantes y hospedaje. Este nivel de
segregación, corresponde a puestos de trabajo tradicionales de la mujer. Sin embargo,
consideramos que de acuerdo a los distintos niveles de segregación que registran las
mujeres en Guadalajara, en el actual periodo de crisis socio-económica, éstas tienden
[Escriba texto]
Página 22
a configurar cuatro tipos de mercados de fuerza de trabajo: mayormente femeninos;
altamente femeninos; medianamente femeninos y poco femeninos.
5.- Bibliografía
Beinstein, Jorge, (2009), “Acople depresivo global (radicalización de la crisis),
Alainet.org, consultado 26 de febrero.
Castillo Fernández, Dídimo, (2008), “Hegemonía y clase obrera de Estados
Unidos” Grupo de Trabajo de CLACSO: Estudios sobre Estados Unidos, 2008.
Dabat, Alejandro y Orquídea Melo Martínez,
(2008), “La crisis histórico
estructural de Estados Unidos y sus consecuencias mundiales”, Economía
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