jor probados tocante á la estructura del núcleo del cuerpo tra

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Cajal.—NERVIO COCLEAR Y GANGLIOS ACÚSTICOS.
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jor probados tocante á la estructura del núcleo del cuerpo tra­
pezoide en el cual hay que considerar, las células y las fibras
nerviosas terminales. (Fig . 24, A.)
Células nerviosas. — En nuestras preparaciones de conejo
recién nacido ó de pocos días, así como en el gato joven, estas
células aparecen esféricas ú ovoideas (y este detalle tiene su
importancia como luego veremos), completamente lisas y pro­
vistas de dos, tres ó más expansiones protoplásmicas relativa­
mente delgadas, lisas en la mayor parte de su trayecto y ter­
minadas por penachos espinosos ó mediante algunas pocas ra­
millas vellosas, como penniformes y sumamente enredadas.
Tales expansiones se arborizan dentro del ganglio y tienden á
acumularse en los límites anterior y posterior del mismo. En el
ratón recién nacido ó de pocos días, la forma esférica no se ha
desenvuelto a ú n , dominando la figura en huso ó triangular y
exhibiendo apéndices protoplásmicos más gruesos y ásperos.
La prolongación funcional de estas células ingresa, conforme
•afirman Held y Kolliker, en. el cuerpo trapezoide, en el cual
marchan ya hacia la oliva ya hacia el rafe. De su trayecto
emergerían colaterales distribuidas tanto entre los corpúsculos
de este núcleo, como entre los de la oliva superior (Held).
Nuestros estudios prometen desde luego confirmar esta con­
tinuidad del cuerpo trapezoide con cilindros-ejes nacidos en
el foco que estudiamos; pero en nuestras preparaciones (figu­
ra 23, C) la inmensa mayoría de tales fibras iba hacia afuera,
ingresaba entre los tubos profundos de aquel cuerpo, y una
vez cruzada la cara anterior de la oliva, se incorporaba resuel­
tamente al paquete fibrilar proveniente del ganglio ventral,
para terminar quizás, como quiere Held, entre las células de
este foco. Otros cilindros-ejes se dividían, en el plano posterior
del núcleo que estudiamos en dos ramas, de las que la interna
generalmente más fina se dirigía al rafe, y la externa hacia la
•oliva. En un caso (fig. 23, b) el cilindro-eje se bifurcaba, pero
ambas ramas parecían caminar hacia la oliva. En su curso de
dentro afuera muchas de estas fibras emiten colaterales dis­
tribuidas y arborizadas tanto en la porción interna del núcleo
del cuerpo trapezoide como en foco preolivar. En ningún caso
hemos logrado sorprender en la oliva la terminación de seme­
jantes cilindros-ejes; al contrario las fibras de este origen que
más lejos pudieron seguirse (fig. 23, c) y que cruzaban ya por
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