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El Quijote Virtual
Revista anual
Escuela Nº 189
“Benito Juárez”
Carrasco -Montevideo
SUMARIO
1.- Resumen de las aventuras más conocidas de
la novela.
2.- Características de los personajes.
3.- Biografía de Miguel de Cervantes Saavedra.
4.- “La Ruta de don Quijote”.
5.- El Quijote y el arte que inspiró.
6.- Glosario.
Érase una vez que vivía en la Mancha un hombre llamado don Quijote quien estaba
fascinando con los caballeros andantes de la España antigua.
Le encantaba leer libros sobre sus aventuras y vendió una parte de su tierra para comprar más libros
sobre los caballeros andantes. Toda la noche y el día, él ponderaba en los actos antiguos de valor
hasta que perdió su juicio. Las hazañas increíbles de los caballeros andantes y los gigantes fueron
más verdaderas para don Quijote que su propio mundo. Él creía que para su honor y el honor de su
país, debía ser un caballero andante y vengaba todos los actos malos. De este modo se preparaba
para la vida de un caballero andante.
Sin una palabra, don Quijote de la Mancha montó su caballo fiel llamado Rocinante y salió
a vengar a todos los malos y a proteger todas las señoritas. Sin embargo, primero fue necesario ser
armado caballero andante verdadero. De esta manera montó hasta la noche cuando se encontró con
una venta.
A nuestro excéntrico hidalgo, la venta le pareció una castilla y el ventero y los huéspedes señores y
señoritas.
El ventero se acordó de cómo amar a un “verdader” caballero andante, así él guardó su
propia armadura hasta la mañana. Nuestro héroe puso su armadura en una artesa de agua. Todo
estaba bien hasta que un mozo vino a recibir agua por sus mulas. Enfadaba del disturbio, don Quijote
dio un golpe al hombre. Los otros huéspedes, se despertaron del ruido, y le empezaron a lanzar las
piedras. El ventero paró las piedras, pero tuvo ganas de que su huésped inusual ya no estuviera más
allí. Como resultado, en una ceremonia breve, él fingió armar a don Quijote caballero y le pidió que
volviera a La Mancha en busca de dinero, algunas camisas limpias, y un escudero para llevarlos.
De este modo salió de la venta, feliz por ser al fin un caballero andante “verdadero”. No
había recorrido mucho cuando encontró a un grupo de mercantes a quienes desafió a declarar a
Dulcinea como la mujer más hermosa del mundo.
Cuando ellos se rehusaron, nuestro hidalgo levantó su lanza y los atacó, pero Rocinante cayó y don
Quijote fue batido. A pesar de ello, estaba muy feliz porque podía recitar las baladas sobre los
mejores caballeros andantes. Un vecino se dio cuenta quién era y le ayudó a llegar a su aldea donde
su sobrina y su criada lo pusieron en su cama con el fin de que se mejorara.
Una vez recuperado, sus amigos quemaron todos sus libros de caballerías
esperando que sin ellos, su mente sería más clara. Estos intentos fueron en vano pues don
Quijote era listo y saldría nuevamente en busca de las cosas que le permitieran ser un
verdadero caballero andante. Sin embargo, aún no había encontrado a su escudero. De esta
forma, se le ocurrió persuadir a su vecino Sancho Panza. Y una noche, ambos salieron de la
aldea.
Don Quijote vio algunos gigantes- gigantes enormes- que fue determinado a matar.
Y aunque Sancho buscó la tierra, no podía ver los gigantes a los que nuestro caballero estaba
atacando, pues para él eran molinos de viento.
Al día siguiente Sancho y don Quijote viajaron hasta que vieron dos monjes en la
calle siguiendo una mujer en un coche. Don Quijote fue convencido de que los monjes eran
los encantadores y estaban llevando una princesa sin su voluntad. Y, por supuesto, los atacó;
pero fue derrotado y perdió un poco de su oreja y su yelmo en la batalla.
Mareado de tantos golpes, montaron más lento hasta que vio dos rebaños grandes de polvo y
le dijo a Sancho que había dos armadas grandes. Él describió las armadas con tantos detalles
que Sancho creía que podía verlos. Pero Sancho, no lo siguió porque se dio cuenta que las
armadas, en realidad, eran pastores con sus ovejas.
Aunque los pastores gritaron y tiraron las piedras a don Quijote, él continuó su batalla
imaginaria. La piedra última impactó en él con tanta fuerza que perdió cuatro dientes y se
cayó de su caballo.
Algunos días más tarde, nuestro hidalgo imaginó que veía a un caballero andante
llevando un yelmo que lustraba como oro. En realidad el “caballero andante” fue un barbero
viajero que tuvo miedo de su lanza y salió, dejando su basín de barbero. Don Quijote usó el
basín como su “yelmo” nuevo, y aunque era un poco diferente, pensó que era perfecto.
Así Quijote y Sancho continuaron en busca de nuevas aventuras valerosas para un
caballero andante famoso y su escudero leal.
Nacido en 1547 en Alcalá de Henares (España), su padre era un humilde
hidalgo que practicaba la cirugía, quizá de ascendencia judía. Durante su
infancia y juventud estudió con los jesuitas, en la Universidad de
Salamanca y en Madrid como alumno del humanista López de Hoyos. En
1569 fue acogido en Italia al servicio del cardenal Acquaviva, luchando
dos años más tarde en Lepanto. En esta batalla resultó herido en una
mano, y no manco, como tradicionalmente se le atribuye. Capturado por
los turcos en 1575, fue liberado en 1580 por los frailes trinitarios. A su
vuelta a España, luchó sin éxito por ver reconocidos sus méritos y no
logró pasar a América, al no obtener el permiso necesario. Trabajó como
recaudador de impuestos, siendo encarcelado en Sevilla en 1597 por
algunos turbios asuntos. Casado en 1584 en Esquivias. A lo largo de su
vida escribió numerosas obras y cultivó variados estilos. Comenzó con la
novela pastoril, escribiendo la primera parte de "La Galatea" (1585), sin
ningún éxito. Su siguiente trabajo no se producirá hasta veinte años más
tarde, siendo la primera parte del "Quijote" y dedicándose al teatro,
intentando adaptarse a la moda impuesta por el exitoso Lope de Vega.
Tampoco en este terreno alcanza el reconocimiento buscado. En 1615
imprime la segunda parte del Quijote, ocho comedias y ocho entremeses,
dejando inédita otra obra, "Numancia", que no se publicará hasta el siglo
XVIII. Es autor también de importantes obras como las "Novelas
ejemplares" (1613), en las que se incluyen excelentes relatos como
"Rinconete y Cortadillo", "El licenciado Vidriera" o "La ilustre
fregona", por citar algunos, y "Los trabajos de Persiles y Segismunda"
(1617). Su obra maestra, "El Quijote", constituye una de las cimas de la
literatura universal. Falleció en Madrid en 1616.
ADARGA
Escudo de cuero que se llevaba en la izquierda para protegerse en la lucha
de los golpes y las armas del contrario.
Podía ser redondo o en forma de corazón.
Algunos llevaban grabado las iniciales y los símbolos del propio guerrero o
bien del rey o el señor por el que luchaban o de la orden a la que
pertenecían.
AGRAVIAR
Ofender, insultar, faltar al respeto.
Decir cosas feas de alguien... y el agravio será mayor si no son verdaderas
y se dicen para crear mala fama. Nuestro Caballero es un
"desfacedor de agravios", pues allí donde encuentra una injusticia o una
ofensa irá él a defender, a "desagraviar".
ARCABUZ
Arma de fuego parecida al fusil, que era muy normal en aquella época. Tenía el cañón de
hierro y la caja de madera.
ASPAS
Aparato exterior del molino de viento, formado por dos maderas atravesadas en forma de
«x».
Cada una de ellas está cubierta por una tela y sirve para «recoger» el viento.
De esta manera, por la fuerza del aire, giran y mueven la piedra del molino.
De una manera parecida funcionan los molinos de agua.
Se coloca una gran rueda fija en un río y la corriente del agua la hace girar produciendo la
fuerza suficiente para sacar agua y regar grandes campos, cortar troncos de árbol, etc.
El molino es una de las formas más antiguas y limpias de aprovechar la energía que nos
ofrece la naturaleza.
En la época de Don Quijote, aún no se había inventado el motor de gasolina ni la electricidad
ni, por supuesto, mucho menos, la forma de aprovechar la energía solar.
CANDIL
Como ya hemos dicho en la época de Don Quijote aún no se había inventado la luz eléctrica
y tenían que alumbrarse con un candil o con velas.
El candil es un objeto (generalmente de metal) que tiene abajo un pequeño depósito para
el aceite y arriba un orificio, por el que sale la mecha, que está impregnada de aceite y arde
despacio y da mucha luz.
La vela, para evitar quemaduras, se llevaba en una palmatoria, que es un platito con una
forma especial en el centro para sujetar la vela; esto es lo que lleva el señor de la Santa
Hermandad, pero seguro que un "candilazo" duele más que otra cosa.
Si se necesitaba más luz (más de una vela) se usaban los candelabros: una palmatoria con
diferentes brazos.
ESCUDERO
Paje, ayudante o criado que llevaba el escudo del Caballero, cuando éste no lo necesitaba.
Se encargaba además de arreglarlo todo y solucionarlo todo. Era la persona de confianza
del Caballero.
HIDALGO
Persona que podía vivir de sus tierras sin tener que trabajar.
Tenía criados y hasta familias enteras que, a cambio de poco más que un sitio donde
vivir, le sembraban las tierras y le cuidaban el ganado (cabras, ovejas, caballos, cerdos,
gallinas...).
Él sólo tenía que cuidar que todos sus empleados le pagaran bien el dinero que sacaban
en los mercados de la venta de estas cosas.
El resto del tiempo lo pasaban haciendo aquello que más les gustara, como salir de caza,
asistir a fiestas, practicar la lucha, viajar, leer libros y escribir y contestar cartas,
reunirse largas horas con los más sabios, etc. Pues no estaba bien visto ni era propio de
Rey, de Señor, de Caballero o de Hidalgo hacer otro tipo de trabajos.
MERCADERES
Comerciantes que viajaban continuamente de unos lugares a otros. Compraban baratas
las cosas abundantes que había en un pueblo, y se las llevaban a otro pueblo donde
escaseaban para venderlas más caras.
ROCÍN
Caballo de trabajo.
Se tiene para tirar del carro, traer o llevar cosas de peso y para ayudar en las tareas del
campo.
SER NOMBRADO CABALLERO
Los reyes, duques o los dueños de tierras y pueblos, podían nombrar CABALLERO a
aquél que sin ser soldado manejara bien las armas, defendiera sus tierras y
demostrase serles fiel. El nombramiento de caballero era una ceremonia, tras la
cual se tenía la garantía de ser protegido y ayudado por el señor que lo nombrara.
Podía tratar de conquistar otras tierras para quien le había dado el título, y de esta
forma ganar no solamente la fama y el respeto de todos los del lugar, sino que por
su valentía y fidelidad, podían regalarle castillos o parte de las tierras que había
conquistado.
Un CABALLERO podía ser invitado a fiestas en palacios y castillos y hasta comer y
dormir gratis en cualquier parte, pues representaba a alguien muy importante.
YELMO
Es una especie de casco que formaba parte de la armadura de guerra, y cubría la
cabeza y el rostro.
El yelmo se compone de tres piezas: morrión, para cubrir la cabeza, visera, para
proteger la parte superior de la cara, y babera, para la barbilla.
Por lo tanto, el yelmo que "en reñida batalla " ( según Sancho ) gana nuestro
Hidalgo, no está completo, pero su valor reside en que es dorado y reluciente, y por
eso Don Quijote lo confunde con un yelmo de oro.
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