Consejo de Participación Ciudadana y Control Social

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Consejo de Participación Ciudadana y Control Social:
Medio Período- Renovación de autoridades
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social1, acaba de cumplir su
primer medio/período (2 años y medio), de los cinco años para los cuales
fueron designados sus miembros. El actual CPCCS es el primer Consejo
definitivo integrado conforme a la nueva Constitución, ya que previamente, se
contó con un Consejo “transitorio” designado conforme las reglas previstas
precisamente en el Régimen de Transición de la Constitución.
Si bien apenas dos años puede ser prematuro para juzgar el aporte real a la
democracia de este nuevo organismo, consideramos que ya contamos con
elementos para esbozar, al menos, una primera evaluación y orientar ciertas
líneas de las actividades y temas que aparecen como tareas pendientes, y en
base a las cuales las nuevas autoridades podrían establecer una planificación
que permita al organismo cumplir a plenitud su mandato constitucional.
La Constitución le otorga al Organismo varias atribuciones que podrían
sintetizarse en tres grandes ejes de acción: 1- Selección de autoridades (a
través de los concursos públicos implementados por las comisiones
ciudadanas), 2- Incentivar y fomentar en la ciudadanía la práctica y el ejercicio
de los derechos de participación y control ciudadano, y 3- Fomentar la acción
ciudadana en el control de actos de corrupción, para lo cual asumió las
atribuciones de la extinta Comisión de Control Cívico de la Corrupción.
La Corporación Participación Ciudadana llevó una veeduría a las actividades
del CPCCS en estos primeros dos años y medio. Previamente, esta
Corporación realizó también un seguimiento al concurso público de designación
de sus miembros. Esta veeduría, incluyó tanto las actividades generales del
CPCCS, cuanto dos de los procesos de selección de autoridades: Primera
Autoridad de la Fiscalía General del Estado, y Miembros del Consejo Nacional
Electoral. Los procesos de observación, incluyeron tanto la fase de
conformación de las Comisiones Ciudadanas, cuanto las fases de selección de
la autoridad propiamente.
En los respectivos informes de veeduría, de cada uno de los procesos, se
encuentra el detalle de las actividades realizadas, fases de concursos
observadas, novedades identificadas, conclusiones y recomendaciones.
Como producto de nuestra veeduría, cuyo informe final y completo, será
presentado al Consejo próximamente, queremos compartir en esta edición
algunos criterios generales.
En el tema de los concursos públicos de selección de autoridades, uno de los
temas que mayor preocupación genero a nivel de opinión pública, fue el tema
de alcanzar la independencia entre quienes llevan adelante los concursos (las
comisiones ciudadanas), los nominados, y los sectores de influencia o poder
económico, político u otro. Precisamente, esta búsqueda de independencia,
fue lo que originó el sustituir el antiguo mecanismo de nominación vía elección
1
CPCCS, por sus siglas.
1
legislativa, por el sistema actual de procesos públicos, abiertos, con libre
nominación, oposición, méritos y veeduría social.
Según investigaciones aparecidas en la prensa, se habría identificado que
varios de los miembros que formaron parte de las comisiones ciudadanas de
selección, tenían importantes vínculos y antecedentes de militancia proselitista
reciente, así como vinculación a bloques legislativos e instituciones oficiales,
vínculos que por cierto no están contemplados entre las prohibiciones previstas
en la Ley, por tanto no los inhabilitaba para el cargo. En esta línea, la
Corporación Participación Ciudadana siempre consideró, (y así lo expresó en
las distintas observaciones que en su momento fueron presentadas tanto a la
Ley, cuanto a los reglamentos), que las prohibiciones establecidas quedaban
cortas frente a la necesidad de blindar a los miembros de eventuales
injerencias partidistas. Se estableció como restricción únicamente la
participación en directivas de partidos (excluyendo de la prohibición a los
afiliados), así como a los que hubieren ocupado cargos de elección popular,
excluyendo por tanto a quienes fueron candidatos y no triunfaron en los
comicios, así como a asesores o funcionarios cercanos a instancias de poder
político y especialmente a las funciones del Estado y sus dependencias. Por
ello, reiteramos en nuestra observación que la formulamos desde que se inició
el debate legislativo de la Ley Orgánica del Consejo de Participación
Ciudadana y Control Social, sobre la necesidad de blindar aún mas los
concursos frente a eventuales injerencias partidistas.
En cuanto al fomento e incentivo de la práctica real de mecanismos de
participación y control social, nos parece que el nuevo CPCCS tiene
abundantes tareas por hacer.
Nuestro ordenamiento jurídico, cuenta actualmente con abundante legislación
regulatoria respecto al ejercicio de los derechos de participación. El reto por
tanto es la implementación y ejercicio real de estos derechos. Para lograr este
objetivo es indispensable la capacitación. No basta con que las normas
existan y estén vigentes, para un pleno ejercicio es indispensable que los
involucrados las conozcan y sepan como aplicarlas. Por ello, la tarea
indispensable del CPCCS es la de profundizar procesos sostenidos,
permanentes de capacitación a diferentes grupos de ciudadanos y ciudadanas,
a cerca de los contenidos de la Ley de Participación Ciudadana, y
particularmente los mecanismos concretos de participación, y como ejercerlos
de manera responsable e independiente.
Sin embargo, las tareas de capacitación, no deben abarcar únicamente a los
ciudadanos, debe extenderse también a las autoridades, quienes deben tener
claro que el fomento –en su gestión- de prácticas reales y efectivas de
participación y control, no son solamente una obligación legal sino un
instrumento adecuado para una buena gestión de lo público, pues permite a la
autoridad proyectarse positivamente ante la comunidad, y compartir la toma de
decisiones con los ciudadanos, generando corresponsabilidad en la gestión.
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Para la debida implementación de los mecanismos de participación, es
necesario que los organismos nacionales y seccionales generen normatividad
(reglamentos, ordenanzas, etc.) para precautelar el ejercicio de estos derechos.
En este sentido creemos que un aporte significativo por parte del CPCCS sería
profundizar en procesos sostenidos de asesoría a los organismos públicos,
en la elaboración de dicha normatividad secundaria, en lo que se refiere por
ejemplo a asambleas, cabildos populares, consejos locales, silla vacía,
rendición de cuentas, veedurías y otros.
Finalmente, consideramos que en la línea de fomentar el ejercicio de derechos
de participación y control, así como en el fomento contra la corrupción, el
Estado (y el Consejo particularmente) debe mirar siempre como aliado
estratégico a la sociedad civil y a las organizaciones ciudadanas, respetando
desde luego, el ámbito de acción de cada uno de ellos. Cuando actúan de
manera conjunta el Estado y los ciudadanos, los resultados y las ventajas son
enormes, se genera corresponsabilidad en las acciones, y la ciudadanía
organizada, cubre en determinados casos aquellos ámbitos de acción en donde
el Estado no está en capacidad de actuar.
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