La derrota moral de PeUCLNwlO AlbertoJ. Olvera Enrique Peña es el primer candidato presidencial en ser construido y desarrollado como producto político mediático en la joven historia de la democracia m exicana. Su campaña inició seis años atrás, cuando ciertos ejecutivos de la televisión y algunos tecnócratas visionarios descubrieron en él cualida­ des apropiadas para la competencia electoral en el M éxico del siglo XXI. A lb e rto J . O lv era es doc tor en S o cio lo g ía por la New S ch o o l for S o cia l R esearch , investigador del Institu to de Inv estigaciones H istó rico So ciales de la t'\ . M iem bro del s.\i, nivel n i, v de la A cad em ia Mt xic ana de C iencias. Vasta ob ra p u blicad a en tem as de sociedad civil, d em o cratizació n y ren d ició n de cu en tas en M éxico v A m érica L atin a. uede p arecer sorpresivo afirm ar que E nrique Peña Nieto y el p r i han resultado derrotados de alguna form a en el pasado proceso electo ­ ral. Sin em bargo, si analizam os el conjunto del pro­ ceso, desde los objetivos que se planteó el candidato triunfador, los recursos y m étodos que se pusieron en ju e g o hasta los resultados obtenid os dadas las circu n s­ tancias políticas, nos darem os cu enta de que, al final, Peña Nieto no logró lo que buscaba. Este h ech o es un elem ento fund am ental en el análisis de los escenarios futuros y en la definición de los retos que en fren ta la sociedad civil m exicana en sus em peños por la dem o­ cratización del país. Enrique Peña es el prim er candidato presidencial en ser construido y desarrollado com o producto p o ­ lítico m ediático en la joven historia de la dem ocracia m exicana. Su cam paña inició seis años atrás, cuando ciertos ejecutivos de la televisión y algunos te cn ó cra ­ tas visionarios descubrieron en él cualidades apropia­ P das para la com petencia electoral en el M éxico del siglo x x i: juventud, presencia física, la aparien cia de p erten ecer a u na nueva g en eración de políticos y los recursos y la visibilidad que le p roporcionaba el hecho de ser g obernad or del estado más poblado y con mayor presupuesto del país. A p artir de ese m om ento, el pro­ ducto Peña fue lenta y cuidadosam ente construido, no sólo en el cam po m ediático (a través de una presencia casi constante en la televisión), sino tam bién por m e­ dio de alianzas con los nuevos g obernad ores priístas en todo el país, cuyas cam pañas contribuyó generosa­ m ente a fin an ciar (lo m ism o aplica para num erosos diputados federales y locales e incluso alcaldes de al­ gunas ciudades grandes). Peña Nieto d esarrolló así u na red política propia basada en su gran capacidad fin an ciera y en la eficaz o p eración p olítica de su equipo de in genieros electo ­ rales, los cuales ad qu irieron sofisticadas m etodologías de análisis electoral, crearo n u na red de em presas proveedoras de publicidad electo ral a bajo costo, esta­ blecieron relaciones con em presas encuestad oras que trabajaban en todos los estados y co n trataro n a jó v e­ nes tecn ócratas innovadores en m ateria fin an ciera y tecnológica, quienes d esarrollaron u na red paralela de op eración electo ral que se sumó a la tradicional red territo rial priísta, por cierto, p erfectam en te acei­ tada por abundantísim os recursos provenientes de los erarios de los estados gobernad os por el p r i . IA PAI ABRA Y ( l HOMIK • 35 Archivos AIOOOOOOO Caso: M A D 2 0 Q G 0 1 6 -09- p a r e j a d e s u i c i d a s g u a n a j u a t e n s e s .Expe d i e n t e : Edad: 22 y 2 A años 37 6 0 5 1 6 E s t a d o Civil: Sexo: amasiato Escol. ridad¡ N i v e l m e d i o s u p e r i o r Femenino y Masculino Ocupación: Relig i ó n : Estudiantes Católica l.ugar 'Je Or i g e n : G u a n a j u a t o Capital Méfodt u t i l i z a d o p a r a el a c t o suicida: A s f i x i a Nota dósturaaj PARA flA FAMILIA: N O SE C U L P E A NADIE, A H O R A L O Q U E Q U E R E M O S ES E S T A R D O R M I | O G ¥ N U N C A D E S PERTAR, G R A C I A S PO R T O D O SU A P O Y O P E R O N U E S T R O S P E N S A M I E N T O S VAN MA S A L L A DE L O Q U E C R E E N U S T EDES; E S T A M O S R E C O R D A N D O A TÜD<3S. SI NO S DAN V E L O R I O S O L O Q U E R E M O S T R É S ROSAS: BLANCA, A M A R I L L A Y ROJfl C O M O MI SANGRE. Ti i i|« ••%#. .«fjir.«, w c p e d i e n l e l o t o g i á i i c o N o . 57 0 9 - 1 6 -------------------Arelí Vargas: De la serie Axiomas inevitables El proyecto de Peña Nieto, que adquirió sus con ­ tornos más am biciosos luego de la arrasad ora victoria del p r i en las elecciones interm ed ias de 2009, consis­ tió en evitar a toda costa el éxito de los intentos refor­ mistas del presidente C ald erón, fo rtalecer los espacios de acción de los g obernad ores priístas y atraerlos a un proyecto de reorganización del p r i centrad o en su persona, que d ebería co n clu ir con un triunfo co n tu n ­ dente en las elecciones de 2012. De 2 0 0 9 en adelante se em pezaron a co n stru ir los m ecanism os financieros que p erm itirían co n tar con u na gigantesca suma para la cam paña presidencial, se anuló a los posibles can ­ didatos alternos dentro del propio p r i y se m aniató al débil gobierno fed eral panista a través del bloqueo p arlam entario de todas sus iniciativas im portantes. Para fines de 2011 estaba claro que el triunfo de Peña Nieto en las elecciones presidenciales era casi se­ guro, dado el degaste y la ineficacia del gobierno pa­ nista y la posible división de las fuerzas de izquierda ante dos candidaturas viables. L a designación de A n­ 36 OTOÑO, 2012 drés M anuel López O brad or com o el candidato de las izquierdas fortaleció la posibilidades de Peña Nieto, debido al debilitam iento político del líder popular y su falta de credibilidad en tre el electorad o de clase m e­ dia. B ajo estas circunstancias, p arecía que bastaba una cam paña norm al para g aran tizar el triu nfo priísta. Sin em bargo, el grupo de Peña N ieto decidió apostar por u na victoria arrasad o ra que le garantizara al p r i la mayoría absoluta en la cám aras de senadores y diputados, de tal form a que el nuevo presidente pu­ diese realizar todas las reform as que con sid erara per­ tinentes sin verse som etido a n egociacion es costosas. Esto le d aría tiem po para actu ar con rapidez al prin ci­ pio de su gobierno, de tal form a que los efectos de los cam bios que se im pulsarían pudiesen percibirse d en­ tro de su p eriod o presidencial. Se tratab a b ásicam en ­ te de com p letar las reform as del ciclo n eo lib eral que fueron detenidas p or el propio p r i a lo largo de los dos gobiernos panistas (reform a laboral, ap ertu ra de Pem ex a la inversión privada, reform a fiscal) y algunas reform as políticas sin duda n ecesarias que, sin poner en riesgo la h egem on ía priísta, p erm itieran m o d ern i­ zar algunos aspectos del Estado m exican o (reform a del federalism o, reform a pen al, reflotam ien to de las agencias reguladoras y tal vez o tra reform a electoral). Es por ello que el grupo peñista desarrolló una im presionante cam pañ a electo ral d urante la cual no sólo se hizo un gasto exorb itan te y absurdo, sino que se puso en p ráctica u na innovación en las form as de la com pra y coacción del voto. En efecto, se llevó a cab o la trad icion al p arafern alia de los gigantescos m ítines, el regalo masivo de todo tipo de productos y el clientelism o trad icion al basado en program as so­ ciales de gobiernos estatales, pero adem ás se levantó una estructura paralela de operadores electorales cuyo trabajo fue d istribu ir tarjetas b an carias prepagadas a cientos de m iles y tal vez m illones de ciudadanos (¿cóm o saberlo con precisión?), a quienes se les pi­ dieron sus cred en ciales electorales y se les m onitoreó cuidadosam ente a lo largo de tres m eses, haciéndoles dos depósitos pequeños (150 y 250 pesos) para en g an ­ charlos, con la prom esa de un pago adicional de 500 a 1 0 0 0 pesos el día de la elecció n , siem pre y cuando tom aran u na foto de su voto con un celu lar (que tam ­ bién se les proporcionó) y lo enviaran a un núm ero 01 8 0 0 donde se reg istraría el acto y se autorizaría el pago final. E n algunos casos, la m odalidad fue la tar­ je t a prepagada para com p rar productos en So rian a e incluso u na co m b in ación de am bas form as de pago. Este exceso en la búsqueda de votos ad icionales -q u e d entro de los cálcu los priístas orig in ales no eran es­ trictam en te n e c e sa rio s- resultaba indispensable para garan tizar la ansiada m ayoría p arlam en taria. O bvia­ m ente, el despliegue de esta m ega cam pañ a p aralela a Jo a n F o n í c u b m a : A tr a v h del esfhjo la oficial im plicó un gasto m onum ental cuyo financiam iento fue fran cam en te oscu ro e ilegal. Por si esto fu era poco, es del conocim iento pú­ blico que la cam pañ a de Peña Nieto contó con un fin anciam iento masivo y un apoyo logístico integral de parte de los gobiernos estatales priístas. Los apara­ tos com pletos de gobiern o se tornaron en operadores electorales con territorios y m etas de votación clara­ m ente asignadas. Secretario s, subsecretarios, d irec­ tores generales y jefes de d epartam ento de todas las secretarías de los gobiernos estatales priístas fueron responsabilizados del éxito de la votación por zonas, distritos, m unicipios y hasta secciones electorales. Lo mismo pasó con los gobiernos m unicipales. En V era­ cruz, el g obierno casi dejo de fu n cio n ar com o tal dos meses antes de la elección, pues los fu ncion arios esta­ ban operando p olíticam ente. La inversión realizada por esta vía es in cu antificable, pero lo seguro es que, en su conjunto, asciende a varios cientos de m illones de pesos en cada estado. L a legislación vigente carece de p rescripciones para vigilar este tipo de gastos, cuya absoluta im punidad sólo es exp licab le por la más com ­ pleta ausencia de m ecanism os de rendición de cu en ­ tas y por la com plicidad de los congresos estatales y sus respectivos órganos de auditoría. L a com pra masiva de espacios en la prensa local de casi todo el país y el exceso, rayano en lo absurdo, de esp ectacu lares, bardas pintadas, carteles y todo tipo de m ateriales de publicidad tuvo un costo m ayúsculo e in m oral que el i f e fue incapaz de m o n ito rear y, la Fepade, incapaz de sancionar. El i f e es u na institución notablem en te dotada para o rg an izar el proceso elec­ toral, pero pobrem en te organizad a para m on itorear los gastos reales de cam pañ a y la co b e rtu ra en medios de com u n icación estatales y locales. L a Fepade se co n ­ firm ó com o u na institución casi sim bólica y absoluta­ m ente in op eran te, al igual que las procu rad u rías de ju sticia fed eral y estatales. LA PALABRA Y EL HOMBRE 37 El p r i y su cand id ato sacaron ventaja abusiva y sis­ tem ática de estas debilidades institucionales y legales del cam po electoral. Es por ello que su triu nfo, para una p arte im portante de la población, es ilegítim o. Con sus propios ojos m illones de ciudadanos han o b ­ servado claram ente el rep arto masivo de toda clase de regalos a la p oblación, la com pra de votos (reciente y antigua), la saturación propagandística, el despliegue faraón ico de los m ítines de cam paña, los operativos presidenciales que se otorgaron al candidato en su cam paña y la form a au toritaria y bru tal en que los em ­ pleados públicos, tanto estatales com o m unicipales, fueron obligados a trab ajar com o operadores electo ­ rales en casi todo el país. Es por ello que el triu n fo de Peña Nieto constituye una verdadera restau ración del viejo régim en, en la form a y en el fondo. En la form a se han bo rrad o las fronteras en tre el partido y el gobierno, com o antaño. Los gobiernos estatales actu aron cín ica y ab iertam en ­ te com o operadores electorales en la m ejor tradición priísta histórica. E n el fondo, experim entam os una violación sistem ática y generalizada a los derechos de­ m ocráticos de la ciud ad anía a través de m ecanism os clientelares y de com pra y coacción del voto, cen tra l­ m ente diseñados a través de u na ing eniera electoral exhaustiva, en cuyo desarrollo se invirtieron gigantes­ cas sumas de d inero público y/o fondos privados de origen desconocido, pero en todo caso ilegalm ente invertidos en política. L a restau ración priísta consum ada en las pasa­ das elecciones presidenciales será un proceso legal­ m ente sancionado por las instituciones electorales, pero m oralm ente rechazado por un alto porcen taje de la población. L a victoria de Peña N ieto se logró por m edio de la violación flagrante de los principios político-m orales que n utrieron la transición: equidad en la com p eten cia, no intervención del g obierno en el proceso electoral, prohibición del finan ciam ien to privado, libertad del voto. Es de fu nd am ental im p o rtan cia en ten d er la di­ feren cia entre legalidad y legitim idad. L a legalidad electoral establecida en el código electoral de 2 0 0 8 ha sido form alm en te respetada, pero sustancialm ente violada. El código vigente fue redactad o de form a tal que las violaciones a sus reglas no im plicaran la desca­ lificación legal de los resultados. Así com o en las elec­ ciones del 2 0 0 0 quedó en claro que los Amigos de Fox y el sindicato petrolero h abían financiad o ilegalm ente las cam pañas de Fox y de Labastida, respectivam ente, sin que esto tuviera n in g u n a co n secu en cia en los re­ sultados, en esta ocasión el p r i y su candid ato se per­ m itieron el lujo de fin an ciar ilegalm ente su cam paña sabiendo que lo p eor que p od ían esperar, bajo las le­ yes vigentes, era una m ulta pagable a largo plazo y en 38 OTOÑO, 2012 facilidades (con d in ero público). Pero el costo sim bó­ lico de esta o p eració n p arece no h a b er sido calculado por los hábiles planeadores priístas. L a som bra de la ilegitim idad no puede ser co n ju rad a por decreto. Tar­ de o tem prano, el i f e term in a rá la investigación sobre los gastos de cam pañ a del p r i en 2012. Y el partido dejó tantas huellas de sus fech o rías que es inevitable que salgan a la luz pú blica los excesos. T anto cálcu lo p olítico y tanto d in ero invertido h an resultado, fin alm en te, en un triu n fo p írrico. Para em pezar, el p r i no alcanzó la m ayoría p arlam enta­ ria, lo cual obligará a Peña Nieto a n eg o ciar con Elba E sth er G ord illo los votos n ecesarios p ara pasar in icia­ tivas de ley, los que sin duda, com o C alderón pudo com probar, resultarán muy costosos. C am bios cons­ titu cionales (que son requerid os para las “reform as estru ctu rales”) po d rán ser vetados por el p a n y/o por el p r d , lo cual nos retro tra e a la situación de parálisis p olítica que el propio p r i propició en los últim os años al to rp ed ear todas las iniciativas de C alderón. B ajo estas circu n stan cias, ¿con qué autoridad m o­ ral puede Peña pro p o n er la creació n de u na Com isión co n tra la corrupción ? ¿Acaso no se requ iere dem asia­ do cinism o para acep tar que urge reg u lar la relación en tre gobiern o y m edios de com u n icación ? Aún más cinism o se necesita p ara p ro p o n er el “forta lecim ien ­ to” del i f a i - p a r a que obligu e tam bién a los estados a “tran sp aren tarse”- , cu an d o el p r i p erm itió que C al­ derón m in im izara y sobajara a la institución, además de que en todos los estados los gobern ad ores se bu r­ lan de la tran sp aren cia y de la ren d ición de cuentas. ¿Con qué bases pueden los peñistas p ed ir co o p e­ ración al p a n después de que b loq u earon a C alderón las m ism as reform as que ah o ra pretenden impulsar? ¿Q ué pacto pueden h acer con la izquierda después de h aberle ganado las eleccio nes presidenciales por m e­ dio de tram pas, viejas y nuevas, m alas y peores? Peña Nieto qu iere convencernos de que va a llegar al pod er para reform ar, él sí, al Estado m exicano. No p o d ría en co n trarse a un “refo rm ad o r” p eor dotado. C on Peña N ieto se rad icalizó la n atu raleza in trín se­ cam en te tram posa del p r i : se m ontó un operativo fi­ n an ciero que im plicó delitos com o fraude fiscal, tal vez lavado de d inero, saqueo de las arcas públicas, uso indebido de los program as gu bern am en tales; se for­ zó a m iles de fu n cio n ario s públicos a violar la ley de responsabilidades al usarlos com o operadores electo ­ rales; se estab lecieron pactos con los poderes fácticos a través de con tratos am añados y fran cam en te ilega­ les; y se aseguró a los sindicatos corporativos que sus intereses m añosos serán respetados. ¿Puede un presi­ d ente con estas ataduras y vicios políticos refo rm ar al Estado que lo prohijó? Peña está rodeado de u na tecn o cra cia con autén- L.uis M o lin a P a n tin : R o \a l (M rib bm n tico espíritu salm ista: creen que pueden refo rm ar al país desde arriba, y que no im portan los m étodos que sea necesario usar para lo g rar el propósito superior de ocu par el pod er y som eter a todas las fuerzas a su ilustrado arbitrio. Los m exicanos ya sabem os en qué term inó un propósito sim ilar h ace 18 años. Para colm o, en este proceso electoral el p r i no tuvo contrap arte m oral desde el otro pod er real del Estado. El gobierno federal y el P artido A cción Na­ cional incu rriero n tam bién en múltiples ataques a la dem ocracia. La estru ctu ra b u ro crática dedicada a ad m inistrar los subsidios a la pobreza se volcó por com pleto a la op eración electoral. O tras áreas del gobierno federal in tentaron algo similar, con m ucha m enor eficacia y exp erien cia que el p r i . L a falta de unidad de m ando y de com prom iso real del presiden­ te con su cand id ata cond icion ó el bajo im pacto de la operación electoral del g obierno federal. A h í donde hubo ad ecuada cadena de m ando y d inero suficiente el p a n tuvo bu enos resultados, com o lo dem uestran los casos de V eracruz, Nuevo L eó n y Tam aulipas, don­ de Jo se fin a Vázquez M ota ganó la m ayoría de votos. Tristem ente, este h ech o nos h ab la de que la com pra y coacción del voto fu n cio n an para los partidos que tengan los recursos para hacerlo. Los partidos o p ortu n istas, el P artid o Verde y el Partido Nueva Alianza, con su m aron u na op eración de confusión y d istracción de los votantes flotantes aprovechando la escasa cu ltu ra p olítica de algunos sectores de la ciudadanía. L a izquierda organizad a no estuvo a la altu ra del reto. Partidos desinstitucionalizados y divididos, esca­ sez de recursos, m agra o p eració n electo ral de terren o, m alos candidatos a diputados y senadores, fu eron los factores de la debilidad de la izquierda. El m ovim ien­ to de López O brador, M orena (M ovim iento de Rege- IA PALABRA Y El HOMBRE 39 1 ftf L P ’ t' i Colectivo Estética l ’nisex (Lorena Estrada Quiroga/Fiitmo M ontada Forero): Cronología (Ir lu viaje neración N acional), no logró cu b rir todas las casillas ni tornarse en un factor de disuasión de la com pra de votos. Fue la sorpresiva aparición del m ovim iento #Yo Soy 132 lo que revivió su cand id atu ra y planteó un reto a la aplanadora priísta. En m edio de tantos conspiradores y tan escasos defensores, es lógico que la d em ocracia m exicana concluya su brevísim a prim avera d em ocrática con un verdadero p arto de los m ontes: la restauración del viejo orden, con un disim ulo tan p recario que el ver­ dadero rostro priísta ha aparecido frente a nosotros desde el principio de la cam paña. 40 OTOÑO, 2012 L a m agnitud e intensidad de la protesta poselectoral se explica por este sentim iento ju stifica d o de agravio que sufre la sociedad m exican a. No se trata solam ente de la n eced ad de un m al perdedor, sino de la resistencia de b u en a p arte de la ciud ad anía a una burla organizad a a sus d erech os políticos. Es por ello que, aunque el triu n fo de Peña N ieto sea legal, es y será ilegítim o para un am plísim o n úm ero de m exicanos. Un nuevo ciclo de luchas por la dem ocratización de M éxico ha em pezado ya y tien e un largo cam ino por delante. É J l