DISCURSO “FIN DE AÑO 2013” Una vez más en mi condición de Presidenta de la Comunidad Autónoma tengo la oportunidad de compartir unas breves reflexiones con los aragoneses y con cuantos han elegido vivir y trabajar en Aragón. Al mismo tiempo que les expreso mi deseo de que el año que ahora comienza sea para todos, pero especialmente para quienes peor lo están pasando, mejor que el que dejamos atrás. En los últimos tiempos hemos vivido, y todavía estamos viviendo, momentos muy difíciles. Se tardó demasiado tiempo en reconocer la crisis y en comenzar a ponerle remedio, lo que nos condujo a una situación de una gravedad desconocida hasta ahora. La crisis ha terminado con muchas empresas, con muchos puestos de trabajo y con las ilusiones y esperanzas de muchas personas. Lo sé muy bien, todos tenemos en nuestro alrededor personas muy cercanas afectadas por el desempleo. Pueden creerme cuando les digo que comprendo perfectamente las situaciones difíciles causadas por la crisis económica. Pero también pueden creer que las decisiones que hemos adoptado lo han sido siempre pensando en el interés general, y en poner las bases mas adecuadas para la recuperación. Los efectos de la crisis son sentidos como propios por cualquiera que tenga alguna sensibilidad social. Y eso, sensibilidad social, les puedo asegurar que no falta en el Gobierno de Aragón. No se trata de una afirmación gratuita, sino de algo de lo que damos prueba día a día, con cada decisión política. Gobernar en medio de esta situación no es fácil. Hay que vencer muchas dificultades y hay que lograr que las personas que peor lo están pasando no solo se encuentren en el corazón de todos nuestros actos, sino que ni tan siquiera se aparten un segundo de nuestro pensamiento. Hemos cumplido ya la mitad de la legislatura y durante este tiempo hemos acometido la consolidación de las cuentas públicas, hemos pagado facturas pendientes, hemos suprimido gasto superfluo; ésta es la parte del trabajo que todo gobernante responsable debe asumir, la parte que había quedado pendiente durante muchos años. En resumen hemos procurado que todo funcione ordenadamente con un claro objetivo: que cada euro de gasto publico sea lo mas rentable posible, tanto social como económicamente para todos y cada uno de los aragoneses. Ninguno de estos esfuerzos es innecesario. Ninguno quedará sin recompensa. Y precisamente porque hemos trabajado con seriedad y con rigor, hoy por primera vez puedo decir en un mensaje de fin de año que son muchas las voces expertas que apuntan que las cosas están comenzando a cambiar. En Aragón y en el conjunto de España. Se trata todavía de signos de recuperación débiles, pero son signos de recuperación reales. Signos de recuperación que están acreditados en los informes de las instituciones económicas internacionales más importantes. Todo indica que la enorme caída de los últimos seis años se ha ralentizado, que nuestra economía se estabiliza y que comenzamos a generar confianza en el exterior. Podemos decir incluso que es razonable y prudente pensar que 2014 será el año del inicio de la recuperación económica. Debo añadir inmediatamente que eso no significa que nuestros problemas se terminen. Lamentablemente, no será así. Solo podremos hablar del fin de la crisis cuando hayamos recuperado un crecimiento capaz de crear empleo; capaz de permitir que los miles de aragoneses que hoy engrosan la lista del paro salgan de ella, y eso es algo que se irá produciendo durante los próximos años. Hace apenas unas semanas presentamos las cuentas públicas para el año 2014. En ellas, una vez más hemos priorizado las políticas sociales, manteniendo las partidas destinadas a Educación, a Sanidad y Servicios Sociales. Dos de cada tres euros de nuestros presupuestos se dedican a gasto social, y con ello hemos logrado mantener la calidad de los servicios públicos para el conjunto de los aragoneses. Tenemos que conseguir salir de la crisis como una Comunidad cohesionada, como una sociedad unida, y eso exige hoy más que nunca mantener las políticas sociales fuertes y hacerlas viables. Eso es lo que estamos haciendo ya. Al mismo tiempo continuamos dotando los programas de la ‘Estrategia Aragonesa de Competitividad y Crecimiento’ para ayudar a la reactivación económica y a la creación de empleo, además de promover el desarrollo de nuestro territorio. El proyecto del Gobierno que tengo el honor de presidir, es también un proyecto de regeneración institucional y cívica, de defensa de nuestra Constitución y de nuestro Estatuto de Autonomía, y de las Instituciones que de ellos emanan. El correcto funcionamiento del sistema democrático requiere el respeto de todos a las Instituciones en las que él se materializa; pero soy muy consciente de que en los últimos tiempos y en demasiadas ocasiones, algunos de quienes las representaban no han cumplido como debieran su misión, y por ello muchos ciudadanos han perdido la confianza en los políticos. Pero, como en cualquier actividad humana, ni todos somos iguales ni a todos se nos puede medir por el mismo rasero; sino por los actos de los que somos responsables, y hoy una vez mas quiero expresar mi rechazo mas rotundo a las practicas corruptas, vengan de dónde vengan y alcancen a quien alcancen, porque los comportamientos ilegales y faltos de ética deben quedar erradicados de nuestra vida política y social. Desde el principio mi empeño ha sido, y sigue siendo, que los aragoneses recobren la confianza en la política, porque ha sido la política la que nos ha traído la democracia y la libertad. Por eso reitero la necesidad de recuperar la confianza en la política hecha para los ciudadanos y no para los políticos. Queridos aragoneses, Estamos viviendo una época en España en la que algunos, para defender sus proyectos partidistas, pretenden hacernos olvidar que la Constitución de 1978 fue el fruto de un gran pacto político. Pacto al que se llegó por la generosidad de todos y que nació con vocación de permanencia. También pretenden hacernos creer que la historia no fue como los historiadores mas cercanos en el tiempo a los acontecimientos nos han transmitido, sino que han creado su propia versión como soporte de sus reivindicaciones actuales. Pues bien, los aragoneses tenemos un deber y una responsabilidad con quienes nos precedieron que nos obligan a cooperar en la difusión de lo realmente acontecido, en la difusión de la historia real de la Corona de Aragón. Hace unas semanas presentamos un proyecto ambicioso titulado “Corona de Aragón. Historia y arte”. Exhibirá nuestro patrimonio y nuestra historia a través de una larga serie de exposiciones, proyectos educativos y de investigación, actividades de restauración y divulgación que tendrán por escenario algunos de los lugares más emblemáticos de nuestra Comunidad. Es un proyecto cultural, económico y turístico de la máxima importancia. Nuestra Comunidad tendrá en los próximos años la oportunidad de mostrar a toda España, y también en Europa e incluso en América, su mejor rostro. Será la ocasión perfecta para dar un verdadero salto en nuestro progreso, como heredera de un pasado cultural, artístico y político excepcional en el que tomar impulso para proyectarse hacia el futuro. Hace un año, en mi mensaje de fin del 2012, dije que el trabajo del Gobierno de Aragón es liderar el profundo deseo de cambio que la sociedad aragonesa manifestó en las urnas. Para hacer realidad entre todos nuestras aspiraciones, nuestras metas, nuestras esperanzas. Para no darlas por perdidas. Hoy puedo decir que empieza a hacerse realidad el fruto de nuestros esfuerzos. Lo hago con prudencia, sin falsas pretensiones y sabiendo que nos queda mucho camino por recorrer. Pero sabiendo también que hemos superado ya una parte muy difícil y que ese esfuerzo nos acerca a la recuperación, a la inversión y al empleo. Nos acerca al Aragón que queremos. Espero que 2014 sea para todos un buen año; el primero de una larga serie. Y les deseo a todos un año nuevo lleno de felicidad.