RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS

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 Circular nº: 151/2010
Fecha: 29 de junio de 2010
Asunto: RESPONSABILIDAD PENAL DE LAS PERSONAS JURÍDICAS.
El BOE del 23 de junio publica la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Entre otras novedades se regula de manera
pormenorizada la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Para el establecimiento de la responsabilidad de las personas jurídicas se ha optado por una doble vía.
En primer lugar la imputación de aquellos delitos cometidos en nombre de las entidades mercantiles, y
en segundo lugar por infracciones propiciadas por no haber ejercido el debido control sobre sus
empleados. La responsabilidad penal de la persona jurídica podrá declararse con independencia de que
se pueda o no individualizar la responsabilidad penal de la persona física.
En el artículo 31 bis de la Ley se establece que las personas jurídicas serán penalmente
responsables de los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y en su provecho, por
sus representantes legales y administradores de hecho o de derecho. En los mismos supuestos las
personas jurídicas serán también penalmente responsables de los delitos cometidos, en el ejercicio de
actividades sociales y por cuenta y en provecho de las mismas, por quienes, estando sometidos a la
autoridad de las personas físicas mencionadas en el párrafo anterior, han podido realizar los hechos
por no haberse ejercido sobre ellos el debido control atendidas las concretas circunstancias del caso.
Entre las penas imponibles a las personas jurídicas están las siguientes:
ƒ Multa por cuotas o proporcional.
ƒ Disolución de la persona jurídica con pérdida de la capacidad de actuar en el tráfico jurídico.
ƒ Suspensión de actividades por un plazo de hasta cinco años.
ƒ Clausura de locales y establecimientos por un plazo de hasta cinco años.
ƒ Prohibición de realizar actividades en cuyo ejercicio se haya cometido, favorecido o encubierto
el delito.
ƒ Inhabilitación para obtener subvenciones y ayudas públicas y para contratar con el sector
público.
ƒ Intervención judicial para salvaguardar los derechos de los trabajadores. La intervención podrá
afectar a la totalidad de la organización o limitarse a algunas de sus instalaciones, secciones o
unidades de negocio. El Juez
en sentencia determinará exactamente el contenido de la
intervención y determinará quién se hace cargo y en qué plazos deberá realizar informes de
seguimiento para la intervención judicial.
También se regulan taxativamente los supuestos de atenuación de la responsabilidad de las
personas jurídicas; sólo podrán considerarse circunstancias atenuantes de responsabilidad penal de
las personas jurídicas las siguientes actividades:
ƒ Haber procedido a confesar la infracción a las autoridades.
ƒ Haber colaborado en la investigación del hecho aportando pruebas, nuevas y decisivas, para
esclarecer las responsabilidades penales dimanantes de los hechos.
ƒ Haber procedido a reparar o disminuir el daño causado por el delito.
ƒ Haber establecido medidas eficaces para prevenir y descubrir los delitos que en el futuro
pudieran cometerse con los medios o bajo la cobertura de la persona jurídica.
Las disposiciones relativas a la responsabilidad penal de las personas jurídicas no serán aplicables al
Estado, a las Administraciones Públicas territoriales e institucionales, a los Organismos Reguladores, a
las Agencias y Entidades Públicas Empresariales, a los partidos políticos y sindicatos, a las
organizaciones internacionales de derecho público ni a aquellas otras que ejerzan potestades públicas
de soberanía, administrativas o cuando se trate de Sociedades mercantiles Estatales que ejecuten
políticas públicas o presten servicios de interés económico general.
En la aplicación de las penas impuestas a las personas jurídicas se tendrán en cuenta las reglas
siguientes:
1.- La necesidad de prevenir la continuidad de la actividad delictiva o sus efectos.
2.- Las consecuencias económicas y sociales, y especialmente los efectos para los trabajadores.
3.- El puesto que en la estructura de la persona jurídica ocupa la persona física u órgano que
incumplió el deber de control.
Para la imposición de las sanciones por plazo superior a dos años será necesario que la persona
jurídica sea reincidente o que la persona jurídica se utilice instrumentalmente para la comisión de
ilícitos penales, entendiéndose este último supuesto en el caso de que la actividad legal de la persona
jurídica sea menos relevante que su actividad ilegal.
Se establece que la responsabilidad penal de una persona jurídica llevará consigo la responsabilidad
civil en los términos previstos en el Código
penal de forma solidaria con las personas físicas que
fueran condenadas por los mismos hechos. También se establece que la transformación, fusión,
absorción o escisión de una persona jurídica no extingue su responsabilidad penal, que se trasladará a
la entidad o entidades en que se transforme.
A título de ejemplo y sin ánimo exhaustivo, los delitos en los cuales se puede declarar la
responsabilidad de una persona jurídica son: los delitos de estafa, las insolvencias punibles, los delitos
de daños, los relativos a la propiedad intelectual e industrial, al mercado y a los consumidores, los
delitos contra la hacienda pública, contra los derechos de los trabajadores, sobre la ordenación del
territorio y el urbanismo, contra los recursos naturales y el medio ambiente, los de falsificación de
certificados, cohecho y tráfico de influencias, entre otros.
En relación con nuestro sector se introduce un nuevo supuesto agravado del delito de coacciones en
el caso de que la coacción ejercida tuviera por objeto impedir el legítimo disfrute de la vivienda.
También se introduce en relación con el trato degradante la pena de prisión de seis meses a dos
años para quienes de forma reiterada lleven a cabo actos hostiles o humillantes que, sin llegar a
constituir trato degradante, tengan por objeto impedir el legítimo disfrute de una vivienda.
También se procede a la reforma de los delitos sobre la ordenación del territorio y el urbanismo, al
aparecer el urbanismo como objeto de tutela introduciéndose modificaciones, ya que se amplía el
ámbito de las conductas típicas a las obras ilegales o clandestinas de urbanización, ya que éstas
pueden tener un mayor impacto sobre el territorio.
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