EDUCACIÓN, FORMACIÓN DE PERSONAL Y CAPACITACIÓN

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Estrategia Nacional sobre Alcohol:
Reducción del consumo de riesgo y sus consecuencias sociales y sanitarias
LÍNEA DE ACCIÓN Nº 8
EDUCACIÓN, FORMACIÓN DE PERSONAL Y CAPACITACIÓN
256. La generalidad de los países han utilizado ampliamente a la educación como instrumento
para prevenir o modificar el consumo de alcohol de riesgo, en diversas poblaciones
objetivo: estudiantes de escuelas, universidades y centros de formación técnica,
trabajadores, otros grupos específicos y el público en general.
257. Una amplia gama de intervenciones educacionales han sido evaluadas a nivel
internacional 20, 22, 40, 46-48 y, si bien muestran incrementos en los niveles de información y
cambios positivos en actitudes en los grupos intervenidos, sistemáticamente no han
logrado mostrar evidencia consistente que demuestre cambios inmediatos o sostenidos
en el tiempo, en la conducta de consumo de alcohol.
258. Aunque lo anterior resulte desalentador, la conclusión de los estudiosos es que los
programas educativos deben utilizarse activamente, pero en estrecha asociación y
complemento con otras medidas que incidan en la disponibilidad y el acceso al alcohol, el
control de publicidad, así como priorizar las actividades entre pares y siempre involucrar a
los padres.
259. Enfrentar el problema del consumo nocivo de alcohol en su correcta medida, esto es,
como el primer factor de muerte y discapacidad evitables en el país, requiere un cuerpo
profesional y técnico de la mayor calificación, experticia y motivación en muchos
Sectores (Economía, Planificación y Desarrollo, Trabajo, Educación, Deportes y
Recreación, Transportes, Gobierno Interior y Seguridad Ciudadana, los gobiernos locales
de cada comuna y otros, además de Salud).
260. Así, el proceso de formación de competencias deberá incorporar acciones en la educación
de nivel universitario y de post grado, en diversas carreras y disciplinas y además, la
capacitación del personal en funciones de múltiples instituciones públicas y privadas.
261. Finalmente, el impulso y facilitación de la investigación es también crítica para la
sustentabilidad y renovación de la Estrategia Nacional sobre Alcohol.
Medidas concretas
Modificaciones al currículum en educación formal, intervenciones en la comunidad
educativa en su conjunto y planes de capacitación con foco en entrega de contenidos
262. Revisión del currículum formal y elaboración de un informe con recomendaciones sobre
las actualizaciones necesarias en temas relacionados con el consumo nocivo de alcohol, a
fin de que sea considerado en un futuro proceso de ajuste o cambio curricular.
263. Revisión del marco curricular, programas de estudio y otros instrumentos del currículum,
como textos de estudio y mapas de progreso, en relación con contenidos relativos al
consumo nocivo de alcohol.
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Estrategia Nacional sobre Alcohol:
Reducción del consumo de riesgo y sus consecuencias sociales y sanitarias
Identificar y fortalecer sistemas de prácticas de la cultura escolar que prevengan,
disminuyan o eviten el consumo nocivo de alcohol entre los miembros de la comunidad
escolar
264. Identificar aquellos sistemas de prácticas tales como los eventos periódicos, los espacios
recreativos, el reglamento de convivencia, las reuniones de apoderados, el proyecto
educativo institucional y el centro de estudiantes, entre otros, que representen instancias
potenciales para la prevención del consumo nocivo de alcohol.
265. Elaborar y difundir directrices y orientaciones destinadas a fortalecer los sistemas de
prácticas identificados, así como a modificar y erradicar aquellas que promuevan, faciliten
o estimulen el consumo nocivo de alcohol.
266. Poner a disposición de las comunidades educativas estrategias, metodologías, materiales
didácticos y materiales de difusión para la prevención del consumo nocivo de alcohol que,
articuladas con los propósitos formativos del currículum, potencien el logro de los
objetivos definidos en el curriculum.
267. Complementariamente, se requiere un procedimiento de capacitación a los profesores en
ejercicio y en la formación de los futuros docentes, para asegurar la calidad de la
educación en esta materia.
Intervenciones educativas piloto con foco en cambio de conductas
268. Diseñar, ejecutar y evaluar en la dimensión de cambio conductual, intervenciones
educacionales, en modalidad piloto, que propongan innovaciones metodológicas y
complementación con otras medidas simultáneas, dirigidas al contexto de vida de los
educandos.
269. Para esta etapa de intervenciones piloto, se proponen los siguientes entornos y énfasis:
a) Colegios. Desarrollar intervenciones piloto en al menos tres etapas críticas del
desarrollo: pre-escolar (énfasis preventivo); primer ciclo (énfasis preventivo);
media (énfasis preventivo y reducción de daño).
b) Universidades. En estudiantes. Énfasis: preventivo, detección precoz y reducción
de daño.
c) Lugares de Trabajo. Énfasis: preventivo, detección y reducción de daño. Incentivo
tributario a empresas que demuestren permanencia de intervenciones.
Educación superior y técnica
270. A nivel de la Educación Superior, en las carreras de Educación, en todas aquellas
vinculadas a la Salud y en otras, se requiere incorporar entre los criterios de acreditación y
re-acreditación del currículum mínimo, una instancia para profundizar y actualizar los
conocimientos y competencias sobre alcohol, consumo y sus consecuencias y la
necesidad de contar con medidas de control a nivel nacional.
271. Estudiar la conveniencia y factibilidad de incorporar entre los criterios de acreditación y
re-acreditación de los programas y planteles de educación superior, la existencia de una
política de educación, prevención y reducción de daño del consumo de alcohol a nivel de
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Estrategia Nacional sobre Alcohol:
Reducción del consumo de riesgo y sus consecuencias sociales y sanitarias
estudiantes y funcionarios. Esta política debe incorporar los criterios de la Estrategia
Nacional sobre Alcohol.
272. Incluir y priorizar en las diversas formas de educación continuada, perfeccionamiento y
capacitación de profesionales y técnicos de la salud y de otras instituciones públicas y
privadas, contenidos sobre el alcohol y sus riesgos, así como sobre intervenciones
preventivas efectivas.
273. Asegurar y/o fortalecer que los programas de formación y capacitación de los
profesionales de Atención Primaria de Salud y de los Servicios de Salud incluyan como
una de sus prioridades el desarrollo de competencias para la prevención, tratamiento y
rehabilitación de personas con consumo de riesgo de alcohol y con trastornos por
consumo de alcohol, para participar activamente en acciones propias de la Estrategia
Nacional sobre Alcohol.
Otras medidas
274. Estudiar la conveniencia y factibilidad de un instituto o centro de estudios dedicado a los
temas del alcohol, preferentemente como una contribución a la generación y evaluación
de políticas públicas sobre el tema.
275. Procurar fuentes y mecanismos de incentivo a las actividades formativas de centros de
educación superior que perfeccionen y actualicen las competencias de diversos
profesionales y técnicos, para participar en sus respectivos dominios de acciones de la
Estrategia Nacional sobre Alcohol.
276. Procurar fuentes y mecanismos de incentivo a la investigación multidisciplinaria en temas
y áreas que contribuyan al logro de los objetivos sustantivos de la Estrategia Nacional
sobre Alcohol.
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