La conducta prosocial: una vision de conjunto

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Revista Latinoamericana de Psicología
ISSN: 0120-0534
[email protected]
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Colombia
Molero, C.; Candela, C.; Cortés, M. T.
La conducta prosocial: una vision de conjunto
Revista Latinoamericana de Psicología, vol. 31, núm. 2, 1999, pp. 325-353
Fundación Universitaria Konrad Lorenz
Bogotá, Colombia
Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80531207
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REVISTA
1999
LATINOAMERICANA
DE PSICOLOGIA
31 - N° 2
325-353
VOLUMEN
LA CONDUCTA PROSOCIAL:
UNA VISION DE CONJUNTO
C. MOLERO ". C. CANDELA
y
M. T. CORTÉS
Universidad de Valencia. España
ABSTRACT
This paper presents a review of the historical evolution of the prosocial behavior
concept, in order to offer a current perspective regarding this topic. This study describes
the most relevant viewpoints which exist today on prosocial behavior, using the research
carried out by González Portal el al. (1989, 1992) as a starting point. This paper is based
on the information included in the Psychological Abstracts data base. for the years 1989
to 1997 with the aim of analyzing the scientific productivity on this topic, including: The
authors, the most relevant research centers, and the specific areas investigated during this
period within the field of prosocial behavior.
Key words: Prosocial, helping behavior, altruism, empalhy.
*
Correspondencia: Carmen Molero. Universidad de Valencia, Facultad de Psicología.
Departamento de Psicología Básica, Ave. Blasco Ibáñez, 21-46010 - Valencia. España. E-mail:
[email protected]
326
MOLERO, CANDELA Y CORTES
RESUMEN
En el presente trabajo se lleva a cabo una revisión de la evolución histórica
que ha experimentado el concepto prosocial, intentando ofrecer una visión
actualizada del mismo. Partiendo de la investigación de González Portal et al.
(1989,1992), como marco de referencia, se presentan las perspectivas actuales
que gozan de mayor relevancia en esta área. Con objeto de analizar el incremento
en la producción científica, los autores más importantes y las líneas de investigación que sobre el comportamiento prosocial se han ido desarrollando; se
utiliza el material recensionado a lo largo del período comprendido entre 1989
y 1997 en la base de datos del Psychological Abstracts.
Palabras clave: Prosocial, conducta de ayuda, altruismo, empatía.
INTRODUCCION
En los últimos años se ha desarrollado un gran interés por la conducta
prosocial; podríamos decir que como resultado de una mayor sensibilidad ante
la injusticia y el trato discriminatorio de mujeres, ancianos, homosexuales, niños
con problemas físicos y jóvenes con problemas sociales, así como de la
existencia creciente de demostraciones crueles por parte del ser humano y del
aumento de la delincuencia. El interés de los científicos se centra en estudiar de
qué modo el ser humano puede socializarse para llegar a ser un miembro positivo
de su comunidad.
En lo que se refiere a las distintas fuentes documentales con que contamos
los psicólogos, González Portal (1995) afirma que durante las últimas décadas
hemos venido observando la creciente aparición, bien en la modalidad de
artículos de investigación, bien los de tesis doctorales o en la de libros, de un
considerable número de trabajos en los que se hace referencia a un nuevo
concepto: el de conducta prosocial. Así, nos encontramos ante un tema que se ha
desarrollado principalmente por dos razones: en primer lugar, por el surgimiento
y la evolución histórica del propio constructo prosocial, y en segundo lugar,
propiciado e instigado por las circunstancias sociales que implican a los
profesionales, al solicitárseles soluciones y aplicaciones de programas específicos de prevención y/o intervención. Ver Rivera y Ardila (1983).
El objetivo principal del presente trabajo es ofrecer una visión de conjunto,
en versión analítico-cuantitativa y cualitativa, sobre el campo científico que
abarca la conducta prosocial, su potenciación y las fuentes documentales al
respecto. Para ello, partiendo del trabajo de González Portal et al. (1989), se
llevará a cabo un análisis de la producción científica que aparece en el
LA CONDUCTA
PROS.OCIAL: UNA VISION DE CONJUNTO
327
Psychological Abstract sobre este tema, tomando en consideración el período
temporal comprendido entre 1989 y 1997, ambos inclusive.
Así pues, además de presentar los resultados cuantitativos obtenidos del
análisis bibliométrico efectuado, se mostrarán los antecedentes históricos de esta
área de estudio, así como la evolución de la investigación sobre conducta
prosocial vista a través del análisis de las publicaciones de los autores que más
han trabajado sobre el tema.
ANTECEDENTES
HISTORICOS
Según González Portal (1995), es en los años sesenta cuando se inicia una
línea de investigación sobre el comportamiento de ayuda en situaciones
interpersonales. En la misma se destacaron dos autores: Darley y Latané (Tabla
1), los cuales analizaron la investigación en situaciones de emergencia, introduciendo el denominado efecto del espectador (bystander effect). Este efecto
(Darley y Latané, 1968) mostraba cómo la presencia de testigos pasivos en un
incidente hacía disminuir la probabilidad de una intervención individual por
parte de alguno de ellos.
TABLA 1
Resumen sobre los antecedentes históricos de la conducta prosocial
DARLEY Y LA T ANÉ
Estudiaron la intervención en emergencias:
(1968)
con la gran aportación del concepto de efecto del espectador ..
PillA VIN, RODlN,
Investigación sobre el comportamiento
y PIllA VIN (1969)
aplicándola al contexto de la vida cotidiana. Proponen un modelo
de ayuda, fuera del laboratorio.
explicativo basado en una matriz de costos-recompensas.
COKE, BATSON,
Presentan un modelo de dos etapas para explicar la ayuda mediada
y McDA VIS (1978)
por la empatía, en función de dos factores:
- activación emocional (arousal),
- toma de perspectiva (ponerse en el lugar del otro).
SNYDER E ICKES
Explican ia conducta prosocial en función de las tendencias
(1985)
disposicionales
de los sujetos y de los factores situacionales
(en función de la fuerza de los «impulsos» al comportamiento).
BA TSON (1987)
Consideran la conducta prosocial en función del tipo de contexto en que
BATSON ET AL. (1986)
se da (escape fácil vs. escape difícil):
los sujetos verdaderamente
altruistas ayudarán cuando el escape sea fácil.
328
MOLERO, CANDELA Y CORTES
Pero, a nivel general se aprecia cómo el grupo de investigaciones iniciadas
por estos autores se dirigió a la clarificación y estudio de lo que en principio se
llamó el concepto de altruismo. y que ha sido reformulado posteriormente en
términos de conducta prosocial de ayuda. siendo conceptualizado por González
Portal como conducta prosocial de tipo asistencial (González Portal, 1995).
La enorme repercusión alcanzada por Latané y Darley se debió a cuatro tipos
de razones:
•
•
•
•
Dieron a conocer el fenómeno de la inhibición social de ayuda;
Analizaron un problema real de enorme interés público;
Alcanzaron un alto nivel experimental en sus investigaciones y
Propusieron un marco teórico que incluía tres tipos de procesos psicológicos:
la influencia social, la inhibición de la audiencia y la difusión de la responsabilidad.
Conforme se fue instaurando la investigación en este ámbito, observamos
cómo los estudios efectuados sobre el comportamiento de ayuda en el contexto
de situaciones críticas se centraron en el análisis de la población adulta (Frydman
y Ritucci, 1988). Estos trabajos efectuados en su mayoría en laboratorios
permitieron, al menos, identificar ciertas variables que favorecían la reacción de
huida o de abstención, como por ejemplo la presencia de testigos o la ambigüedad de la situación. Pero, aunque se reconoce el interés de estos trabajos
realizados por los psicólogos sociales estadounidenses, sí se les critica su
carácter artificial, por desarrollarse en situaciones de laboratorio, a pesar de que
con ello se buscaba garantizar la generalización de resultados.
Con el fin de superar las deficiencias de la experimentación en laboratorio
en el área de las ciencias del comportamiento, el campo de trabajo se trasladó al
contexto de actividades de la vida cotidiana. Dentro de esta nueva orientación,
Frydman y Ritucci (1988) aluden a un conjunto de autores, entre los que destacan
Piliavin, Rodin, y Piliavin (1969). Estos analizaron el comportamiento de ayuda
en situaciones externas al laboratorio (experimentos de campo). Probaron, en
una situación de viaje en metro, los efectos que el tipo de víctima (enfermo o
ebrio) y la apariencia étnica de la misma (blanco o negro) tenían sobre la
frecuencia y rapidez del comportamiento de ayuda. Fueron analizadas alrededor
de 4.450 personas, las cuales viajaron en una línea concreta del metro de Nueva
York yen una semana determinada. Durante el trayecto, un equipo de estudiantes
ponían en práctica un patrón de comportamiento que había aprendido. Uno de
ellos (estudiante cómplice) se tumbaba en el suelo haciéndose pasar por una
víctima de un ataque epiléptico y permanecía allí hasta que alguien le socorriera.
Si esto no sucedía, otro estudiante del equipo intervenía para ayudarle. A lo largo
de toda esta situación, otros miembros del equipo se encargaban de recoger toda
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
UNA VISION DE CONJUNTO
329
la información posible relativa a: número de sujetos presentes en el vagón, y
número de ellos que intervenían en la situación, reacciones y comentarios de los
testigos ... (Piliavin et al., 1969).
Los resultados mostraron la existencia de diferencias significativas respecto
a la intervención en una situación de laboratorio*. En el caso de que la víctima
llevase bastón y tuviese apariencia enfermiza, el comportamiento de ayuda
alcanzaba aproximadamente un 83%. Si la víctima parecía estar bebida, esta
ayuda se reducía hasta un 50%.
En otros experimentos (Piliavin y Piliavin, 1972), estos autores propusieron
un modelo explicati vo del comportamiento de ayuda basado en una matriz costorecompensa. Este modelo, tal como su nombre indica, incluía tanto los costos
como las recompensas que se asociaban a la ayuda y a la ausencia de la misma.
Según este modelo, es menos probable que se de el comportamiento de ayuda
cuando éste suponga un costo muy alto para el individuo y la abstención de la
ayuda, es decir, la indiferencia ante la persona necesitada, suponga un costo bajo.
En este caso, el resultado final seguramente será la abstención o indiferencia. En
este tipo de situaciones es donde posiblemente juegue un papel relevante el
fenómeno de la difusión de la responsabilidad, según el cual es menos probable
que un sujeto intervenga en caso de estar rodeado de sujetos que no lo hacen.
Según se va desarrollando la psicología cognitiva, se introducen elementos
en las teorías y modelos que tratan de explicar la conducta prosocial, y en
concreto el comportamiento de ayuda. De esta forma, Coke, Batson, y McDavis
(1978) propusieron un modelo de dos etapas sobre este comportamiento mediado por la empatía y basado en la activación emocional y la toma de perspectiva.
Estos autores rechazaban la opinión de que la empatía fuese únicamente un
proceso de toma de perspectiva del otro. En su lugar, defendían que era el
resultado de una respuesta emocional basada en el arousal fisiológico; aunque
no le restaban importancia a la cognición en ese proceso. Además mantenían que
adoptar la perspectiva de una persona necesitada tendía a incrementar la
respuesta emocional empática de uno mismo, y también que la emoción
empática incrementaba, a su vez, la motivación para ver reducida la necesidad
de esa persona (Coke et al., p. 753).
La consideración de los factores cognitivos en el proceso del comportamiento de ayuda llevó a los investigadores a estudiar la empatia como uno de los
*
Por ejemplo, en la investigación de laboratorio efectuada por Darley y Latané (1968),
encontraron un porcentaje de ayuda del 31 % cuando el grupo experimental estaba constituido por
6 sujetos, y uno de ellos, el cómplice, simulaba un ataque epiléptico. En otra investigación realizada
por Clark y Word (1972), encontraron porcentajes de ayuda similares, 30%.
330
MOLERO, CANDELA Y CORTES
mediadores de dicho comportamiento. Entre los autores más relevantes podemos citar a Archer, Diaz-Loving, Gollwitzer, Davis, y Foushee (1981), quienes
están de acuerdo con el modelo planteado por Coke, Batson, y McDavis (1978)
aunque ampliaron el proceso descrito por aquellos incluyendo dos factores: un
factor disposicional -diferencias
individuales en empatíay un factor
situacional evaluación potencial de los otros (demanda). Estos autores argumentaron que la empatía como factor personal y el potencial para la evaluación social
como factor situacional, influían independientemente y en interacción en la
disponibilidad para la ayuda.
Hay una razón para creer que la empatía disposicional y la evaluación social
pueden haber contribuido conjunta y directamente a los efectos de ayuda
obtenidos por Coke et al. (1978) en su prueba del modelo de dos etapas, citado
anteriormente. En el experimento de Archer et al. (1981), se instruía a los sujetos
para que empatizaran con un estudiante que necesitaba desesperadamente
voluntarios para completar su tesis de investigación. A partir de los resultados
de este estudio, los autores concluyeron que la interacción entre la empatía y los
aspectos evaluativos de la situación sugería que lo sujetos con mayor empatía
serían más sensibles a las demandas de ayuda del experimento. Además, también
concluyeron que las personas que habitualmente empatizan tendrían más probabilidades de experimentar empatía que los sujetos que no solían empatizar
(Archer et al., 1981).
Las fuentes de la emoción podrían ser dos: un sentimiento de interés
empático -un deseo altruista, centrado en el otro- por reducir la preocupación
de los demás, o, por el contrario, podría ser un sentimiento de preocupación
personal-deseo
egoísta, auto-interesadopor reducir la propia activación. El
paralelismo entre los resultados del análisis del interés empático y los del índice
de malestar personal sugirieron que las dos emociones estaban interrelacionadas.
Los sujetos con puntuaciones en empatía disposicional más altas, expuestos a la
manipulación de la demanda, se sentían, no sólo más interesados por la persona
necesitada, sino también más interesados por sí mismos (Archer et al., 1981).
Para investigar la relación entre el interés empático, la preocupación
personal y la ayuda, los autores realizaron una regresión múltiple sobre la ayuda.
en la que introdujeron como predictores las puntuaciones de los sujetos en los
índices de interés empático y de preocupación personal. Los resultados de este
análisis no coincidían con el argumento de Coke et al. (1978) de que el malestar
personal no jugaba un papel mediador en la ayuda. Además, proporcionaban
apoyo a la afirmación de Archer et al. (1981) de que la ayuda estaba influida por
el interésempáticoy por el malestar personal, emociones que eran las más fuertes
para aquellos sujetos altos en empatía disposicional, que estaban sometidos a las
características de la demanda (Archer et al., 1981).
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
UNA VISION DE CONJUNTO
331
Otros estudios que surgieron en esta década se centraron en las variables de
personalidad del individuo, y en la forma en que ésta interaccionaba con las
demandas situacionales. Se trataba de comprobar si existía una personalidad que
por sí misma fuese altruista, o si por el contrario, el comportamiento de ayuda
dependía de las demandas del ambiente, o de la interacción de ambos.
Según CarIo, Eisenberg, Troyer, Switzer, y Speer (1991), Snyder e Ickes
(1985) sugirieron una hipótesis sobre cuándo era más probable que las disposiciones hacia la conducta prosocial se manifestasen. Argumentaron que la
amplitud de la relación entre las variables de personalidad y el comportamiento
variaba en función de la fuerza de «los impulsos» que motivaban el comportamiento en un contexto experimental. En un ambiente fuerte (por ejemplo,
manipulaciones
experimentales
o demandas situacionales),
los factores
situacionales que influían en el comportamiento eran tan fuertes que la influencia
de las tendencias disposicionales de los individuos estaba limitada e incluso
podía ser ignorada por factores situacionales relevantes. En contraste, en un
ambiente suave (es decir, en una situación no manipulada o en un ambiente con
menos demandas), las tendencias de respuesta natural de los individuos se
expresaban libremente. Así, resultaba menos probable que las medidas de las
disposiciones estuviesen relacionadas significativamente con el comportamiento social en un contexto experimental que implicase una fuerte manipulación, y
más probable que esta relación se diese en un contexto que implicase manipulaciones suaves (Snyder e Ickes, 1985).
En la década de los ochenta hubo un considerable debate sobre si hayo no
una personalidad altruista (Batson, Bolen, Cross y Neuringer-Benefiel, 1986).
Entre las variables relevantes para la noción de una disposición altruista se
incluyen las tendencias cognitivas y afectivas orientadas hacia la compasión (es
decir, interés o ayuda orientada hacia otro), responsabi lidad social, atribución de
responsabilidad, y toma de perspectiva (es decir, entendimiento del punto de
vista cognitivo del otro o de la situación afectiva; Batson el al., 1986).
Además, son pocos los investigadores que afirmarían que las personas con
una personalidad altruista son más prosociales en todos los contextos. Aún más,
de forma consistente con las perspectivas prevalentes sobre la personalidad, los
que han mantenido la noción de la personalidad altruista han sugerido que hay
una interacción persona-situación en cuanto a las tendencias altruistas. Sin
embargo, no ha habido consenso en cuanto a las situaciones en que las tendencias
altruistas son evidentes (Snyder e Ickes, 1985). Por ejemplo, Batson (1987)
examinó los contextos en los que es posible que la diferenciación situacional
produzca compasión a partir del malestar personal situacional (es decir, una
reacción aversiva, centrada en sí mismo, ante las señales de los demás); Davis
(1983) ha argumentado que es posible que las respuestas de compasión lleven a
332
MOLERO. CANDELA Y CORTES
respuestas de ayuda motivada altruísticamente, mientras que la preocupación
personal puede o no llevar a respuestas de ayuda motivadas egoístamente.
Específicamente, cuando el escape de la situación estresante es difícil (por
ejemplo, cuando no se puede evitar la situación evocador de emoción), una
persona que experimenta malestar personal puede ayudar al necesitado principalmente para aliviar su propia preocupación inducida vicariamente. Sin embargo, cuando el escape es fácil (por ejemplo, cuando uno puede dejar la situación
con muy pocas o ninguna consecuencia auto-impuesta o impuesta por otros), la
gente que sufre preocupación personal normalmente evita la situación para
aliviar su propia preocupación, mientras que los individuos que experimentan
compasión es más probable que intervengan (Batson, 1987).
Como puede apreciarse en la década de los ochenta se produjo una renovación en el campo de la intervención del comportamiento agresivo y de la
delincuencia, con nuevas alternativas teórico-explicativas y derivaciones aplicadas (González Portal, 1995). Esta renovación se vio impulsada desde dos
ámbitos: en primer lugar, desde el ámbito social, por las demandas de una
sociedad insatisfecha con los sistemas tradicionales punitivos e institucionales;
y eri segundo lugar, desde el ámbito profesional, por los avances logrados en la
conceptualización del proceso individual de socialización. Los profesionales
implicados en la prevención y tratamiento de comportamientos antisociales han
ofrecido nuevos modelos teórico-explicativos y nuevos procedimientos de
intervención.
Con objeto de conocer cuál es la situación en que se encuentra la investigación en este momento, recurrimos al análisis cuantitativo de los trabajos
aparecidos en el Psychological Abstracts desde 1989 hasta 1997, ambos inclusive. Seguidamente, presentamos el procedimiento seguido para realizar este
snalisis, así como los resultados obtenidos. En un último apartado enunciaremos
las principales conclusiones que podemos extraer de nuestro análisis.
METODOLOOIA
En este trabajo, sirviéndonos de una metodología de corte bibliométrico, se
ofrece una visión de conjunto actualizada, en versión analítico-cuantitativa,
sobre el campo científico que abarca la conducta prosocial, su potenciación y
desarrollo y las fuentes documentales al respecto. El criterio de elección
metodológico ha tenido en consideración no sólo la idoneidad del procedimiento
para los fines propuestos, sino también la indiscutible utilidad del punto de vista
cienciométrico (Carpintero y Peiró, 1981) y la existencia de un análisis previo
dirigido al mismo objetivo (Revisión llevada a cabo por González Portal y que
abarcó el período comprendido entre los años 1976 y 1988).
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
UNA VISION DE CONJUNTO
333
En nuestro estudio se revisa el período comprendido desde enero de 1989
hasta el final de 1997, aunque hay que tener en cuenta que la fecha de publicación
del Psychological Abstracts no coincide con la completa inclusión de los
trabajos fechados cronológicamente (en el caso de 1997 probablemente no están
aún todos disponibles). Se recogieron un total de 1.061 referencias tras efectuar
un vaciado con base en las entradas correspondientes a altruism (altruismo),
assistance (asistencia), cooperation (cooperación), trust (confianza), prosocial
behavior (conducta prosocial), charitable behavior (comportamiento caritativo), charing (compartir), helping behavior (conducta de ayuda) y empathy
(empatía). La selección de tales descriptores viene justificada, por una parte, por
la evolución que este concepto ha sufrido desde la década de los sesenta y por
otra, porque intentamos ser lo más coherentes posible con la investigación que
nos ha servido de referencia.
A continuación se codificó la totalidad de las referencias por: años, autores,
instituciones, revistas, líneas de investigación, etc. Se trataba con ello de
localizar información específica desde las perspectivas: evolutiva, productiva,
temática, geográfico-institucional y documental que nos permitiera respectivamente: objetivar la evolución histórica seguida en la investigación sobre conducta prosocial; localizar líneas de investigación desde las que se ha abordado el
estudio del constructo; detectar los lugares y centros donde se han realizado los
trabajos y conocer cuáles son lasfuentes documentales más relevantes en el área.
De cada categoría de información se seleccionó el correspondiente subgrupo
mediante el establecimiento de puntos de corte sobre los listados generales,
previamente organizados según un criterio jerárquico de productividad.
RESULTADOS
En primer lugar, y desde una perspectiva evolutiva de análisis Iingitudinal
(véase la relación cuantitativa diferencial correspondiente a cada período anual
representado, que se adjunta en la Tabla 2) queda patente un fuerte incremento
en la producción científica del estudio de la conducta prosocial. Este incremento es marcadamente pronunciado en los años 1989 (n = 128; 12,06%), 1990
(n = 164; 15,46%) Y 1991 (n = 222; 20,92%), experimentándose un descenso a
partir de 1992, el cual se acentúa más en los últimos años recensionados,
especialmente en 1996 (n = 80; 7,54%) Y 1997 (n = 18; 1,70%).
El descenso tanpronunciade delcaúltimos años revisados puede explicarse
por el sistema de inclusión de material-que se sigue en esta base de datos. El
método de trabajo del Psychological Abstracts consiste en incorporar paulatinamente referencias de publicación previa según van apareciendo a la luz pública
(y no en función de la fecha cronológica que, de hecho exhiban impresas las
revistas de investigación objeto de vaciado). Por este motivo la demora en la
334
MOLERO, CANDELA Y CORTES
edición de los números de las revistas se hace patente. Además es continua la
inclusión de nuevas revistas, engrosando el número total de ellas que son
vaciadas por esta base de datos. Cuando se inserta una nueva revista no se incluye
el último año sino que se incorpora desde años atrás por lo que el material está
continuamente en renovación, incluso el de años anteriores. Esta es la misma
razón que puede explicar los resultados de la investigación que González Portal
obtuvo en el año 1988, último año de su estudio, tan sólo 19 artículos, diferenciándose la producción de este año respecto a la de los otros años que analizó los
cuales iban más en la línea de los resultados que aparecen en nuestro estudio.
TABLA 2
Evolución del número de publicaciones. En una primera parte aparecen
los resultados obtenidos por Gonzále; Portal (1988). Seguidamente,
aparecen los que hemos obtenido en nuestro estudio
Años
1980
n? trabajos
Porcentajes
19:{
19 2
1983
1984
1985
1986
1987
1988
41
60
54
51
70
116
141
120
19
4,62%
6,76%
6,08%
5,74%
7,88%
13,06%
15,88%
13,51%
2,14%
TOTAL
888
100%
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
128
164
222
125
117
108
99
80
18
12,06%
15,46%
20,92%
11,78%
11,03%
10,18%
9,33%
7,54%
1,70%
TOTAL
\.061
100%
En segundo lugar, y tras la ordenación jerárquica de la totalidad de autores
aparecidos en nuestra revisión, se han seleccionado los 19 más productivos de
la relación. En la Tabla 3 aparecen estos autores con su respectiva producción.
Como criterio de selección hemos tomado como punto de corte el núcleo de las
áreas de productividad de Bradford. Así pues, se ha considerado el que tuvieran
5 o más artículos publicados a lo largo del período 1989-1997. Destacar que por
LA CONDUCfA
PROSOCIAL:
335
UNA VISION DE CONJUNTO
debajo de los seleccionados aparecen 16 autores con 4 artículos publicados en
este período, contando la mayoría con un único artículo entre las publicaciones
revisadas por nosotros.
En esta misma tabla, y basándose en una perspectiva geográfico-institucional,
aparecen los lugares/centros más productivos en conducta prosocial durante el
período de 1989 a 1997, que como era de esperar, coinciden con los lugares de
trabajo de los autores más productivos.
TABLA 3
Autores más productivos y los centros de estudio
de mayor interés en esta investigación
Autores
más productivos
Localización
Eisenberg, Nancy
Arizona State U, Dept ofPsychology,
Fabes, Richard A.
Arizona State U, Dept of Family Resources & Human
Developrnent, Tempe USA
17
1,6%
Batson, C. Daniel
U Kansas, Dept. of Psychology, Lawrence, USA
16
1,5%
Kalliopuska,
U Helsinki, Finland.
10
0,9%
9
0,8%
8
0,7%
7
0,7%
Arizona State U West, Dept of Social and Behavioral
Science, Phoenix, USA
7
0,7%
Inst de Psihologie al Academiei Romane, Bucharest,
Romania.
7
0,7%
Mirja
n°
trabajos
Tempe USA
Ma, Hing Keung
Hong Kong Baptist U, Dept ofEducations
Kowloon
Cario, Gustavo
U Nebraska, Dept of Psychology, Lincoln, USA
Marcus, S.
3,3%
Studies,
Lourenco, Orlando M. U Lisbon, Faculty of Psychology & Education Science,
Portugal
Miller, Paul A.
35
%
Total
Shell, Rita
Arizona State U, Tempe, USA
7
0,7%
Ickes, William
U Texas, Dept of Psychology, Arlington, USA
6
0,6%
Knight, George P.
Arizona State U, Dept of Psychology, Tempe, USA
6
0,6%
Strayer, Janet
Simon Fraser U, Psychology Dept, Burnaby, Canadá
6
0,6%
Zahn Waxler, Carolyn
NIMH, Bethesda, USA
6
0,6%
Denharn, Susanne A.
George Mason U, Dept of Psycho1ogy, Fairfax, USA
5
0,5%
Fultz. Jim
Northerm Illinois U, De Kalb, USA
5
0,5%
Karbon, Mariss
Arizona State U, Psychology,
5
0,5%
Kornorita, S. S.
U Illinois, Dept of Psychology, Charnpaígn, USA
5
0,5%
Weiner, Bemard
Freie U Berlin, Inst fur Psychologie, Fed Rep Germany.
5
0,5%
Tempe; USA
336
MOLERO, CANDELA Y CORTES
En la Figura 1 puede observarse la evolución del número de publicaciones
realizadas por los tres máximos productores del período analizado. Se aprecia un
descenso en el año 1995, mientras que hay un incremento en el año 1996. Todo
ello puede explicarse atendiendo al interés de estos autores por temas concretos
tal como aparece comentado en la Tabla 4, así como a la polémica surgida
durante este período.
8
'"o
.o
'0;'
6
~ 4
~
"'O
e
e
2
Z
o
':1
1989 1990
1991 1992
1993
1994
1995
1996
1997
año
I
----+--
Eisenberg
- .....
111--
Fabes
•
Batson
I
Figura 1. Evolución del número de publicaciones realizadas por los tres máximos
productores.
La temática tratada por estos tres máximos productores queda reflejada
en la Tabla 4. En la misma se aprecia como los dos máximos productores
(Eisenberg y Fabes) estudian principalmente la relación de la conducta
prosocial con dos temas concretos por una parte con la respuesta afectiva en
las prácticas de crianza y por otra con la respuesta emocional vicaria
(empatía). Asimismo. Eisenberg junto con otros investigadores distintos a
Fabes también muestra gran interés por el razonamiento moral prosocial. El
otro máximo productor, Batson, muestra su interés por un único tema. el de
la hipótesis de la empatía-altruismo.
TABLA 4
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
Trabajos relacionados con la temática
Resultados de los distintos trabajos
t""
Eisenberg
y Fabes
I 1989
La
respuesta
El altruismo materno y
afectiva en las
el razonamiento
prácticas
tivo estaban relaciona-
crianza,
de
y su
induc-
dos negativamente
(1989) Efectos de las recompensas en la
motivación
prosocial de los niños: Un
estudio de socialización.
ción inmediata, pero la reducen en.los momentos posteriores sin recompensas.
>
n
~
O
e
q
>
con
relación cori la
las reacciones de males-
(1990) Correlatos
conducta
tar de los niños.
puesta emocional vicaria de los niños.
pro-
• Las recompensas mejoran la ayuda en la situa-
matemos
de la res-
social,
(1993) Socialización y características relacionadas con la empatía de madres
'j
adolescentes.
• Las madres con más preocupación tenían hijas
-e
con menos afecto negativo y más felicidad
""~
ante personas necesitadas.
n
• La comunicación
O
sr.
emocional positiva de las
~,
madres estaba asociada con alta simpatía en
>
las niñas y bajo malestar en los niños.
Vi
-e
~
(1993)
Relaciones
de las emociones
empáticas y las prácticas maternas con la
conducta de consuelo de los niños.
(1994) Socialización de larespuestaemocional vicaria y la conducta prosocial de
• El uso materno de la solución de problemas y
1il
tas estaba asociado con altos niveles de ayu-
n
O
z
....
da de las mismas.
Z
la discusión cuando sus hijas estaban moles-
• Las
madres
acciones
pueden
c:::
-l
O
ajustar
sus
inter-
con sus hijos con base en sus
u;¡
u;¡
-...)
w
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
Trabajos relacionados con la temática
w
00
Resultados de los distintos trabajos
los niños: Relaciones con la percepción
percepciones
de las madres de la reactividad emocio-
nales de los niños.
de las tendencias
ernocio-
nal de sus hijos.
(1996) Reacciones de las padres ante las
Relación
simpatía
de la
con la
ayuda
de la madre centradas en el
problema tendían a estar asociadas positiva-
ciones con la competencia
mente
social y la
conducta de consuelo de los niños.
1989
• Las reacciones
emociones negativas de los niños: Rela-
con el funcionamiento
afrontamiento
del niño.
La simpatía estaba rela-
(1989) Relación de la simpatía y el ma-
cionada
positivamente
lestar personal con la conducta prosocial:
interesada
con
conducta
Un estudio multimétodo.
das con la intención de ayudar.
la
de
social y el
• La simpatía, la tristeza facial y la atención
estaban positivamente
~
(1996)
Relaciones
empática
los
de
emocionalidad,
de la respuesta
niños
con
• La simpatía estaba relacionada con los niveles
la
regulación y funciona-
altos de regulación de emocionalidad
positiva
y de intensidad emocional general.
miento social.
Evaluación de la
La respuesta de preocu-
(1991)
respuesta
pación por los demás es-
ticas
emo-
~
-<
relaciona-
ayuda.
1990
~
o
>Z
Relaciones
y prácticas
de las caracterísparentales
con la
• La compasión parental estaba relaciona positivamente con bajos niveles de malestar perso-
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
Trabajos relacionados con la temática
Resultados de los distintos trabajos
ro
cional
vicaria
(empatía)
y la
taba relacionada con la
respuesta
conducta prosocial (con
niños.
conducta
el altruismo j. La activa-
prosocial
ción fisiológica era ma-
emocional
vicaria
de los
»
nal en los niños. Y el énfasis en las estrategias
(J
de afrontamiento se relacionaba positivamente
O
Z
Ü
con los índices de compasión de los niños.
c:
(J
-l
»
yor en la situación de
(1993) Correlaciones
malestar personal que en
siológicas de las reacciones de los niños
emocional vicaria tenían más posibilidades de
la de preocupación.
ante el malestar de los demás.
experimentar simpatía que malestar personal.
g
• Los resultados resaltan el papel de las diferen-
c:
conductuales
y fi-
(1994) Relaciones de laemocionalidad
y
• Los niños más capaces de regular su respuesta
la regulación con la respuesta empática
cias individuales
temperamental
regulación de la respuesta empática.
y situacional.
en la ernocionalidad
y la
'"O
;>:l
O
en
sr:z
»
<
¡¡;
O
(1994) Relaciones de la regulación emo-
• Los niños capaces de regular su activación y
cional de los niños con sus respuestas
de responder instrumentalmente
emocionales vicarias y sus conductas de
cesidades de los demás, tenían más probabili-
consuelo.
dades de hablar y consolar.
(1996) Relación de la conducta prosocial
temperamental
emocionalidad,
miento social.
de los niños
regulación
Con la
y funciona-
ante las ne-
z
&l
(J
O
z
....
c:
z
d
• Los sujetos más prosociales
habilidades
sociales
regulación
atencional,
emocionalidad
tenían mejores
constructivas
y además
negativa menor.
y mejor
de una
VJ
VJ
\O
tJ.)
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Eisenberg
y otros
Año
1991
Tema prinCipal
Principales resultados
<!5
Trabajos relacionados con la temática
Resultados de los distintos trabajos
• Los resultados proporcionan evidencia de que
Razonamiento
El razonamiento
moral
(1992) Una medida objetiva del razona-
moral prosocial
prosocial alto estaba re-
miento moral prosocial de los adolescen-
las medidas de auto-informe
lacionado con laconduc-
tes.
mente fiables y válidas para ser utilizados con
ta prosocial y laempatfa,
son suficiente-
adolescentes.
(1995) Desarrollo prosocial en la adoles-
3:
• En general, se ha encontrado
evidencia para
las relaCiones entre el razonamiento
cencia tardía: Un estudio longitudinal.
moral
prosocial, la conducta prosocial, la simpatía y
la toma de perspectiva.
.~
n
¡¡.
z
O
¡:J
¡¡.
(1996) Estudio a través de las naCiones
• Comparando
niños y adolescentes brasileños
sobre las relaciones entre el razonamien-
y estadounidenses,
to moral prosocial, las orientaciones
que las diferencias de edad y género en razo-
de
rol de género y [as conductas prosociales,
los resultados
indicaban
narniento moral prosociales eran similares para
ambos grupos de sujetos.
(1996) Relaciones del razonamiento rno-
• Las respuestas emocionales de los niños esta-
ral y la emoción vicaria con la conducta
ban relacionadas con el razonamiento moral y
prosocial de los niños.hacia los cornpañe-
la ayuda de los niños. Los niveles altos de
ros y adultos.
razonamiento
moral estaban
prositivamente
con la conducta prosociaL
relacionados
-<
8
~
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
1991
La personalidad
Las
altruista
altruismo temperamen-
antecedentes temperamentales
tal alto ayudaban
Trabajos relacionados con la temática
Resultados de los distintos trabajos
r-
personas
con
más
(1994) Un modelo multiplicativo
de los
• Los niños que puntuaban alto en el razona-
dela con-
miento afectivo, comprensión y conocimien-
)-
n
O
z
O
ducta prosocial: Prediciendo a la mayo-
to del dinero donaban considerablemente
cuando podían evitar fá-
ría de las personas
que los niños que puntuaban más bajo en estas
Q
cilmente la situación.
veces.
variables temperamentales.
"O
Modelo evolutivo basa-
(1992) Defensa en respuesta a la ayuda
doen un modelo de ame-
proveniente de un hermano.
la mayoría de las
más
c::
»
:;o
O
V>
1992
Reacciones
ante
Ia ayuda
naza a la autoestima
• Los hermanos eran menos defensivos en reacción a la ayuda de un hermano mayor o de una
hermana.
(1996) Reacciones de los niños ante la
recepción de ayuda directa o indirecta.
1989
Naturaleza
de la
El mantener los niveles
(1989) Hipótesis del alivio del estado
motivación
para
de ayuda cuando pocos
negativo y la empatía altruismo.
c::
• Los chicos que recibieron ayuda directa y que
entendían la noción de la consistencia
de la
habilidades sociales de este tipo.
O
menos dependencia
• La tasa de ayuda entre los sujetos con alta
empatía se mantenía cuando anticipaban una
compañeros habían ayu-
mejora del humor, en comparación con cuan-
la empana
dado antes indicaba la
do no lo anticipaban.
motivación
ernpatíaayudaban
altruismo)
altruista,
Vi
~
~
reflejaron
ayudar (hipótesis
de
z
»
<
de la ayuda que los chicos que tenían menos
personalidad
Batson
g
sr:'
Los sujetos con alta
más que los de bajaempatía.
n
z
...c::
z
d
w
+:.....
Vol
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
Trabajos rel.acionados con la temática
samaritanos
o curas?
+:-..
N
Resultados de los distintos trabajos
mientras que su reduc-
(1990) ¿Buenos
ción indicaba la moti-
Utilizando a W. James como guía en el
tre altruismo
vación egoísta.
estudio de la motivación prosocial reli-
vos egoístas
giosa.
religiosa:
• El análisis
conceptual
adquirir
el castigo
(vergüenza
los premios
(alabanza
en-
sugiere dos moti-
para ayudar en la motivación
(1) evitar
auto-castigo
de la distinción
y egoísmo
social y el
y culpa),
sociales
y (2)
y propios
3:
O
¡;;
:;l:l
p
n
y estima).
;J>
z
(1991) Alegríaempática
y la hipótesis de
la empana altruismo.
• Los resultados de los experimentos eran consistentes
con la hipótesis,
de la empatía
altruismo, y no con la hipótesis de la empatíaalegría (motivación egoísta por compartir la
cia un pluralismo de motivos prosociales.
• La explicación
la motivación
egoísmo
explicación
altruismo
popular yparsimoniosa
de
prosocial
de
universal
en términos
debe dejar
pluralista
y el egoísmo,
que
paso a la
incluye
-<:
8
:;l:l
~
alegría de la víctima poda mejora).
(1991) Evidencia parael altruismo: Ha-
~
el
TABLA 4 (Continuación)
Temas tratados por los autores más productivos
Autor
Año
Tema principal
Principales resultados
Trabajos relacionados con la temática
Resultados de los distintos trabajos
(1994) Evitación de la empatía: Antici-
• Los sujetos que eran conscientes de que pron-
~
par los sentimientos
las consecuencias
de otro para evitar
motivacionales.
to tendrían que prestar una ayuda que les iba a
suponer grandes costos, elegían la alternativa
no empática.
(1996) « Yo también he estado allí»: Efec-
8z
el
c:
Q;l>
-e
• Las mujeres que tenían una experiencia simi-
to que tiene la experiencia anterior en un
lar durante la adolescencia
apuro sobre la empana.
que las mujeres que no la habían tenido; los
empatizaban
hombres que tenían una experiencia
más
similar
no expresaron más empatía que los que no la
tenían.
~
CIl
O
o
~
z
c:
;l>
<:
Vi
O
z
(1996) Efectos del humor en la ayuda sin
• Los sujetos con baja empatía mostraron un
éxito: Otra prueba de la hipótesis de la
pequeño cambio de humor, mientras que los
empatía altruismo.
sujetos con alta ernpatía mostraron un cambio
sustancial en el humor negativo.
g
...c:
~
~
t.JJ
~
t.JJ
344
MOLERO. CANDELA Y CORTES
Respecto a las fuentes documentales más importantes sobre el tema prosocial,
una vez detectadas las publicaciones periódicas que ofrecen mayor número de
trabajos durante el período 1989-1997, fueron identificadas como revistas más
inclusivas las que aparecen en la Tabla 5.
Siguiendo el criterio de González Portal (1995), hemos seleccionado aquellas revistas que han incluido entre sus publicaciones 20 o más artículos sobre
conducta prosocial, durante el intervalo de tiempo estudiado en nuestra revisión.
Hay que hacer al respecto dos tipos de consideraciones: por una parte, consideramos significativamente suficiente el volumen de trabajos tomados en cuenta,
y por otra, existe relación entre las revistas elegidas y los autores más productivos
que han sido detectados, ya que se observa que las revistas incluidas en dicho
grupo son aquellas en las que aparece un mayor número de publicaciones de los
autores más importantes del área.
TABLA 5
Revistas en las que se publica más asiduamente
sobre conducta prosocial
n? trabajos
% total
Joumal of Personality and Social Psychology
46
4,3%
Psychological
41
3,9%
Psychologicallnquiry
29
2,7%
Depeloprnental
26
20
20
2,5%
Revistas más productivas
Reports
Psychology
Child Development
Personality and Social Psychology Bulletin
1.9%
1.9%
La revista más productiva resulta ser Journal of Personality and Social
Psychology con 46 referencias seguida del Psychological Reports con 41,
produciéndose un descenso en las cuatro restantes seleccionadas.
En la Figura 2 puede apreciarse la evolución temporal del número de
publicaciones aparecidas en las revistas más productivas. De nuevo aparece
una elevación en el año 1991 tanto en la primera como en la tercera revista
más productiva. Sin embargo, se aprecia una irregularidad en la tercera
revista Psychological Inquiry ya que ocupa el tercer lugar al publicar 17
artículos en el año 1991 y 12 en el año 1996 en que vuelve a tener un fuerte
incremento.
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
345
UNA VIS ION DE CONJUNTO
-r-----------------16 -f------A------------18
~
'a'
~
14
12 +-----1---\--------------.
1O+----1-:::I~~---------_+
8+--
6.-7-~f--::-:~~~--__:_====_6;~===_
4 iI-::¡¡t;;ZI=:jJ
2~~~-=-~~~
O ~~l---lf--~-~:=::::::+_.......:::~~
1989 1990
1991 1992
1993
1994
1995
1996
O
Developmental
psychology
año
•
•
•
Joumal of Personality
and social psychology
Psychological Reports
Psychological Inquiry
•
•
Chid Development
Personality and
Social Psychology
Figura 2. Evolución temporal del número de publicaciones aparecidas en las revistas más
productivas.
Por último, analizados todos los títulos como los resúmenes de las
publicaciones extraídas por nosotros del Psychological Abstracts (19891997), Yconsideradas dentro del área prosocial, aparecieron como conceptos o temas más tratados los que se reseñan en la Tabla 6. Respecto a los
temas de investigación y su categorización a partir de criterios cuantitativos, se han escogido aquellos que han aparecido 100 veces o más representados. (Nótese la diferencia con el criterio que utilizó González Portal en
1988, ya que en su caso fueron utilizados los que aparecían 10 veces o más).
Hay que destacar que en la citada investigación se decidió utilizar como
palabra clave para la obtención de información el título de los artículos del
Psychological Abstracts, mientras que en nuestro caso decidimos ampliar la
búsqueda a los campos de palabras clave y descriptores.
346
MOLERO, CANDELA Y CORTES
TABLA 6
Descriptores más frecuentes
Descriptor
Frecuencia
550
ADULTHOOD
EMPATHY
310
CHILDHOOD
ASSIT ANCE-SOCIAL-BEHAVIOR
297
285
202
SCHOOL-AGE-CmLDREN
192
COOPERA nON
159
ALTRUISM
154
ADOLESCENCE
140
PRESCHOOL-AGE-CHILDREN
\07
PROSOCIAL-BEHAVIOR
Es interesante comprobar que aunque siguen apareciendo conceptos
indicadores de líneas de investigación que hacen referencia a temas inventariados en los períodos anteriores, como empatia, prosocial, cooperación, altruismo,
adolescencia, el descriptor que más veces se repite (n 550) es adulthood (edad
adulta). Esto ocurre porque la mayoría de trabajos en los que aparece este
descriptor versan sobre estudios relacionados con «el comportamiento de
ayuda», «altruismo», «cooperación», «empatía» aplicados a muestras de adultos. Además, en los experimentos llevados a cabo con niños, son los adultos
(padres y profesores) quienes informan sobre el comportamiento de éstos.
=
CONCLUSION
Los resultados encontrados han puesto de relieve las distintas posibilidades
del método cienciométrico en cuanto a sus aportes tanto para el análisis históricoevolutivo de áreas de trabajo, como para la delimitación categorial de líneas de
investigación desarrolladas y para la localización de fuentes documentales de
amplio espectro.
A continuación comentaremos los resultados más relevantes hallados en
nuestros análisis. En primer lugar, en cuanto a la productividad a través de los
años, en general aparece un fuerte interés por el análisis de la conducta prosocial
a partir de la mitad de los años ochenta, el cual se extiende hasta mitad de los
noventa. A partir de este momento, la productividad vuelve a asemejarse a la de
la década de los setenta y primera mitad de los ochenta.
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
UNA VIS ION DE CONJUNTO
347
En segundo lugar, tras analizar los índices de productividad de los autores,
los que aparecían como más productivos eran N. Eisenberg y R. A. Fabes, como
ya hemos visto en el apartado de resultados. El análisis de contenido de los
trabajos de estos autores, analizados en conjunto -ya que todos los trabajos de
Fabes- en esta área de investigación los ha realizado en colaboración con
Eisenberg-, pone de relieve los tópicos examinados por estos autores y sus
colaboradores en el área de la conducta prosocial. Desde esta perspectiva
panorámica, se evalúan las cuestiones centrales que se han planteado. Las
conclusiones que surgen representan un acercamiento a un mejor conocimiento
de la conducta prosocial, además de una base que nos sirve para proponer pautas
de cara a las investigaciones futuras. En concreto, las investigaciones de
Eisenberg se han dirigido a los siguientes objetivos o temas de estudio:
1) Relación entre la conducta prosocial y las respuestas afectivas de los
padres en la interacción (crianza) con sus hijos. Respecto a esta cuestión, los
estudios llevados a cabo por la autora y colaboradores han llegado a una serie de
conclusiones: (a) el malestar personal de los niños estaba negati vamente relacionado con la conducta prosocial; (b) la comunicación emocional positiva estaba
relacionada positivamente con la simpatía de las niñas y los bajos niveles de
malestar personal de los niños; y (e) el uso materno de la solución de problemas
y la discusión con sus hijos se asociaba con altos niveles de altruismo de los
mismos.
2) Relación entre la simpatía y la ayuda. Resumiendo las conclusiones
alcanzadas en las investigaciones, parece que: (a) la simpatía se relacionaba
positivamente con el comportamiento de ayuda; (b) la simpatía se relacionaba
positivamente con la regulación emocional positiva; y (e) la simpatía, la
expresión facial de tristeza y la atención interesada estaban asociadas con la
intención de ayudar.
3) Relación entre la empatía (respuesta emocional vicaria) y la conducta
prosocial. Por lo que se refiere a este tema, las conclusiones más destacadas son
las siguientes: (a) la respuesta de preocupación por los demás se relacionaba
positivamente con la conducta prosocial (en concreto, con el altruismo); (b) la
activación fisiológica era menor en la situación de preocupación que en la de
malestar personal, lo que permitía una respuesta más adecuada; y (e) los niños
capaces de regular su respuesta emocional vicaria tenían más probabilidades de
sentir simpatía que malestar personal, lo que, como ya hemos visto, favorece la
conducta prosocial.
4) El razonamiento moral prosocial. Las investigaciones llevadas a cabo por
Eisenberg y colaboradores sobre este tema han concluido que: (a) en general, el
razonamiento moral pro social estaba positivamente relacionado con la conducta
348
MOLERO, CANDELA Y CORTES
pro social y la empatía; y (b) las respuestas emocionales de los niños estaban
relacionadas con el razonamiento moral y la ayuda de los mismos.
5) La personalidad altruista. Las conclusiones alcanzadas en este tema de
investigación que afirmaban que: (a) las personas con una predisposición
altruista (personalidad) tenían índices de ayuda mayores que las personas sin esta
predisposición, incluso cuando la evitación de la situación de ayuda era fácil; es
decir, cuando podían escapar fácilmente de la situación; y (b) cuando evaluaron
las variables temperamentales de los niños (razonamiento afectivo, comprensión y conocimiento del dinero) en un estudio sobre donación del dinero, vieron
que estas variables se relacionaban con mayores índices de donación (altruismo).
6) Las reacciones ante la ayuda. En general, los resultados parecen indicar
que los niños sienten una amenaza a su auto-estima cuando alguien les ayuda,
aunque esta amenaza se percibía como menor si el agente de la ayuda era un
hermano mayor o una hermana.
En nuestros análisis bibliométricos, el tercer autor más productivo después
de Eisenberg y Fabes era C. D. Batson. A diferencia de los anteriores, este autor
se ha centrado más en la polémica surgida sobre la cuestión de si la motivación
para ayudar es verdaderamente altruista o egoísta. En conceto, Batson se ha
dedicado a estudiar a fondo la hipótesis de la empatía-altruismo, según la cual,
la emoción (empatía) sentida por el sujeto en una situación dada le puede llevar
a comportarse de forma altruista. Esto es, la ayuda también se puede dar por el
deseo altruista de ayudar, y no sólo por el deseo egoísta de aliviar el propio estado
negativo ante una situación comprometida.
A continuación se detallan los resultados más relevantes alcanzados por
Batson y colaboradores:
1) los resultados de los experimentos eran consistentes con la hipótesis de
la empatía altruismo, y no con la hipótesis de la empatía-alegría (motivación
egoísta por compartir la alegría de la víctima por la mejora);
2) la explicación popular y parsimoniosa de la motivación prosocial en
términos de egoísmo universal debe dejar paso a la explicación pluralista que
incluye tanto el altruismo como el egoísmo;
3) los sujetos que eran conscientes de que pronto tendrían que prestar una
ayuda que les iba a suponer grandes costos, elegían la alternativa no empática;
4) en una situación dada, las mujeres que tenían una experiencia similar
durante la adolescencia empatizaban más que las mujeres que no lo habían
LA CONDUCTA
PROSOCIAL:
UNA VIS ION DE CONJUNTO
349
tenido; los hombres que tenían una experiencia similar no expresaron más
empatía que los que no la tenían.
El nivel de productividad del resto de autores representados en la Tabla 3
está por debajo del 1% del total de trabajos recensiolnados en el período
analizado. Por debajo de estos autores seleccionados, la mayoría cuenta con un
único artículo. Esto ratifica una vez más que en el estudio de la temática la
mayoría de los autores tienen tan sólo una aportación, siendo muy pocos los que
trabajan de forma continuada en esa temática. Diferenciaríamos por tanto los
autores transeúntes de aquellos formales.
En cuanto a las instituciones más representativas, como es lógico, los centros
más productivos coinciden con los lugares de trabajo de los autores más
productivos. Al igual que en la década anterior, predominan las instituciones de
los Estados Unidos.
Del análisis de las revistas más importantes, es decir, las que cuentan con
más publicaciones en el campo de la conducta prosocial, se observa que la revista
Psychologicallnquiry
experimentaba un espectacular aumento de producción
en dos años concretos, 1991 y 1996, como ya vimos en el apartado de resultados.
Dicho aumento se debía, principalmente, a la polémica surgida por los artículos
de Batson y Shaw (1991) y de Weiner (1996).
En el artículo de Batson y Shaw de 1991, «Evidence for altruism: Toward
a pluralism of prosocial motives» (Evidencia para el altruismo: Hacia un
pluralismo de motivos prosociales) los autores revisan la hipótesis de la empatíaaltruismo, según la cual, la emoción empática produce una motivación verdaderamente altruista, con el fin último de beneficiar, no a sí mismo, sino a la persona
por quien se siente empatía. Este trabajo provocó la respuesta de numerosos
autores (por ejemplo, Zahn- Waxler, 1991; Staub, 1991; Rushton, 1991; Hoffman,
1991; Eisenberg, 1991).
Entre las críticas al trabajo de Batson y Shaw (1991), podemos citar a ZahnWaxler (1991), quien afirma que el artículo de aquellos no enfoca directamente
la cuestión de cómo operacionalizar la empatía. Este autor sugiere que sería más
útil preguntarse por las condiciones del desarrollo, el temperamento, la vida
fámiliar.Ia socialización y la cultura, que dan lugar a formas distintas de expresar
y buscar un equilibrio entre el interés por sí mismo y el interés por los demás. Por
otra parte, Homstein (1991) afirma que los datos descritos por Batson y Shaw,
sobre la hipótesis de la empana-altruismo, no pueden estar en contra de la
explicación de la ayuda. Según esta explicación, cuando la empatía es la causa
de que el malestar de una persona se convierta en el foco de interés de otra
persona, el hecho de ayudar para aliviar el malestar de la primera y el interés de
la segunda supone dos metas psicológicamente inseparables.
350
MOLERO. CANDELA Y CORTES
En cuanto a los comentarios, Staub (1991) aporta el estudio de los-motivos
altruistas y de otro tipo que inducen a la ayuda, y la forma en que se activa la
motivación y se traduce en acción. Por otra parte, Rushton (1991) afirma que,
tanto en humanos como en no humanos, el altruismo se origina por una razón
genética. En su artículo, este autor revisa y discute los siguientes temas: las vías
entre los genes y el comportamiento, la idea de que somos altruistas con aquellos
que son.similaresa nosotros, y el concepto de nepotismo étnico. Y por último,
Eisenberg (1991) propone mejoras al modelo de Batson, incluyendo temas
definitorios y centrándose en la cuestión de si todo el altruismo está motivado por
la empatía.
Tanto el artículo original de la polémica (Batson y Shaw, 1991) como la
respuesta, comentarios y críticas de los autores, quedan recogidos en la revista
Psychological Inquiry, de ahí su gran aumento en la productividad. La polémica
surgida por este artículo también podría explicar la gran cantidad de registros
encontrados en el año 1991 (222 registros, ver Tabla 2), año que se corresponde
con la publicación de los trabajos concernientes al artículo de Batson y Shaw
(1991).
El segundo artículo que ha contribuido al aumento de la productividad de
dicha revista es el que lleva por título «Searching for order in social motivation»
(Buscando un orden de la motivación social), escrito porWeiner( 1996). En este
trabajo, Weiner presenta su modelo de atribución-emoción-acción
sobre la
motivación social, aplicado al papel central que juegan los juicios de responsabilidad en el comportamiento social. Al igual que el trabajo de Batson y Shaw
(1991), este segundo articulo también tuvo una amplia respuesta por parte de los
investigadores del área de conducta prosocial (e.g., Staub, 1996; Batson, 1996;
Ickes, 1996; Miller, 1996).
Una de las críticas recibidas por el artículo de Weiner es la realizada por
Batson (1996), quien afirma que Weiner no ofrece, en su artículo, una definición
explícita de la motivación social, ya que su interés se centra en la motivación
social como un todo, y no en los grupos de motivos que surgen como resultado
de considerar las inferencias sobre las intenciones de otra persona. Además,
según Batson (1996), el modelo de atribución de Weiner es demasiado limitado
como para proporcionar un modelo general de la motivación social.
Una segunda crítica es el trabajo de MiIler (1996) sobre la discusión del
modelo atribución-emoción-acción de la motivación social de Weiner, desde la
perspectiva de la psicología cultural. Según Miller, Weiner afirma la universalidad de su teoría, pero no hace referencia a la evidencia que documenta la
variabilidad cultural en la atribución social, la motivación y la emoción. Así, en
contaste con el modelo de Weiner, la perspectiva de la psicología cultural asume
LA CONDUCfA
PROSOCIAL:
UNA VISION DE CONJUNTO
351
que el proceso de atribución es inherentemente dependiente de la cultura, con
significados culturales que mediatizan la comprensión individual de la experiencia. Por una parte, la investigación inter-cultural también sugiere que el modelo
de Weiner no representa el rango total de categorías utilizadas en atribución en
contextos culturales diferentes (MilIer, 1996).
Entre los comentarios surgidos a partir del artículo de Weiner (1996), está
el trabajo de Staub (1996), donde. se afirma que los juicios de controlabilidad
causal o de atribución de responsabilidad no sólo sirven para aquellas funciones
social y moralmente positivas, sino que lamotivación que subyace a su uso puede
servir para el propio beneficio y, por lo tanto, ser inmoral. Esta parte oscura de
la atribución de responsabilidad disminuye la propia responsabilidad para cuidar
y ayudar a los demás. La motivación predominante en los individuos con un
fuerte valor de orientación prosocial puede ser la de alcanzar una meta positiva
o reducir el malestar basado en la atribución de responsabilidad de uno mismo.
Por lo tanto, la percepción o atribución de responsabilidad para Unomismo y para
los demás tiene importantes implicaciones para el comportamiento de ayuda y
de agresión (Staub, 1996).
y por último, aparece el comentario de Ickes (1996). Este autor afirma que
Weiner propone que las estructuras que subyacen a la motivación social
adquieren la forma de secuencias de atribución-afecto-comportamiento (AAC).
Según este modelo, se presupone que estas secuencias comparten una «estructura profunda» común, la cual es similar a la propuesta por F. Heider (1958)
(citado en Iekes, 1996). Sin embargo, el análisis de las emociones retributivas de
Heider sugiere que las reacciones afectivas pueden ser algo más que la consecuencia automática de la atribución de responsabilidad; también pueden ser la
consecuencia de algún tipo de violación de las expectativas. El análisis de Heider
también sugiere que la violaci6n de las expectativas en la secuencia AAC puede
variar en gran medida de una situaci6n a otra (Iekes, 1996).
De los resultados analizados, se desprende que la polémica suscitada
anteriormente (González Portal, 1995) sobre si debía incluir o no consideraciones motivacionales en la definici6n de la conducta prosocial ha dejado paso en
la actualidad a la polémica sobre el tipo de motivación implicada en la conducta
prosocial (motivación egoísta o altruista).
Así mismo, se ha puesto de relieve el interés creciente sobre el papel de las
emociones en la conducta pro social. Tema que a nuestro juicio será en el que
habrá que profundizar en futuras investigaciones.
352
MOLERQ. CANDELA Y CORTES
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