Alumno de El Colegio de San Luis gana primer premio en

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El Colegio de San Luis
Boletín informativo
8 de julio de 2016
Boletín No. 069
Alumno de El Colegio de San Luis gana primer premio en
publicación de la UNAM
Emiliano Delgadillo Martínez, alumno de Maestría en El Colegio de San Luis, Centro Público
de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) obtuvo el Primer
Premio del Concurso 47 de la revista Punto de Partida –publicación de la Universidad Nacional
Autónoma de México- en la categoría de Ensayo.
En un país como México -de escasos lectores- a Emiliano lo que más le gusta es leer y dice que
“para escribir hay que leer. Leer mucho, muchísimo. Sólo después se puede escribir. Es algo
lógico, natural si quieres, pero pocos lo hacen. Además, claro está, hay que vivir, hay que
escuchar, aprender, jugar, caminar, equivocarse y leer, siempre leer. Con el tiempo, uno tiene un
buen puñado de lecturas en su haber, y entonces empiezas a reconocer semejanzas y diferencias
entre los autores, los estilos, los géneros, etcétera: ahí nace la crítica”.
Nació en la Ciudad de México en 1988, egresó de la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNAM, en donde cursó la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas; cursa actualmente
la Maestría en Literatura Hispanoamericana en El Colegio de San Luis. Cuestionado sobre la
utilidad de los estudios literarios responde que “la literatura sirve para imaginar, sentir y pensar;
así de simple y así de maravilloso”.
Añade que “los estudios literarios ayudan a discernir las riquezas y las miserias de la
imaginación, los sentimientos y el pensamiento. Gracias a ellos sabemos que un individuo
alejado de la buena literatura es un individuo de corta imaginación, insensible, y esclavo de dos
o tres ideas que considera suyas pero que le han sido impuestas por otros”.
Sobre la importancia de los estudios literarios, Emiliano comenta que “a muy pocos le interesan
los estudios literarios. No obstante, son muy importantes porque ayudan a compartir
experiencias, las experiencias que habitan en los textos, en primer lugar, las de los autores, en
menor medida, y la de los lectores de tiempo completo, en última instancia. Este gesto de
compartir es como se transmite el saber, como se ha transmitido desde que se inventó la
escritura, e incluso desde antes, desde que el ser humano inventó el lenguaje”.
Para Emiliano Delgadillo el Colegio de San Luis fue la mejor opción para continuar con su ciclo
formativo. “Quería continuar con el estudio y el aprendizaje, fortalecer y ensanchar los
conocimientos de la filología, la ecdótica, la historia literaria, y todo ello lo ofrece El Colegio
de San Luis junto con el incentivo, por supuesto, de la beca. Conocí este Colegio gracias al
maestro Miguel Domínguez Rohan, amigo mío, quien salió de aquí y quien ahora cursa un
doctorado en Princeton. Él fue quien me habló de EL COLSAN. Después, el doctor Sergio
Ugalde me puso en contacto con Antonio Cajero, profesor del Programa de Estudios Literarios.
Él es un magnífico investigador, apasionado de la literatura y especialista en dos de los tres
grandes escritores hispanoamericanos del siglo XX: Borges y Rulfo (…) de forma que me
acerqué a él, e hicimos buenas migas: aceptó dirigir mi tesis de maestría, que trata de la poesía
de Efraín Huerta. Y pues aquí estoy, a punto de acabar”.
Considera que “es un error pensar que la literatura sólo es escritura; también es oralidad. Hubo
una época en que predominaba la oralidad, y eso suele olvidarse. Pero para eso están los
estudiosos como Margit Frenk o John Miles Foley: para recordarnos y enseñarnos que un
enorme, vasto y gigantesco caudal de la literatura vive en la oralidad. Esto es interesante cuando
pensamos en un país como México, sinónimo de analfabetismo a secas y de analfabetismo
funcional. Que un individuo no sepa leer ni escribir no quiere decir que no sea partícipe de la
literatura, pues conoce muchos más cuentos, leyendas, refranes, etc. que tú y yo juntos. ¡Y de
memoria!”.
Tiene predilección por la literatura moderna occidental, de Baudelaire y Nietzsche en adelante,
“pero las obras que más me han sacudido son anteriores: la Comedia de Dante, los Ensayos de
Montaigne, el Quijote de Cervantes, las tragedias de Shakespeare, la poesía de Góngora y Sor
Juana. Aunque entiendo mejor a los escritores de los siglos XIX y XX, nunca he leído nada tan
bien escrito como en el Renacimiento y el Barroco. Si tomas cualquier poema de Petrarca,
Garcilaso o John Donne, cualquier pasaje del Orlando de Ariosto, podrás no estar de acuerdo
con el amor cortés o con la visión de la divinidad, pero no dejarás de maravillarte de su
lenguaje”.
Decidió concursar en esta convocatoria de la revista de la UNAM por tres razones: “primero,
porque una maestra que quiero mucho nos instó a hacerlo (de hecho, usé su nombre como
seudónimo, y creo que eso le dio buena suerte al ensayo). Segundo, porque ella me había
corregido el ensayo, de forma que lo sentía sólido, sobre todo porque confío en sus juicios de
lectora sagaz y de editora consumada. Y tercero, porque me hace buena falta la cantidad del
premio”. Su texto es un ensayo que trata acerca de los caminos del ensayo como género
literario.y la premiación será en el mes de septiembre, fecha en la que también se publicará su
trabajo ganador en la revista.
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