Balanza de pagos y energías renovables: una alternativa ante la crisis Las medidas de ajuste adoptadas recientemente por el Gobierno español tienen como objetivo último mantener, o acaso recuperar, la confianza de los inversores internacionales en nuestro país. El fantasma de Grecia es demasiado grande como para no hacer algo al respecto. El problema radica en que España padece un déficit comercial (importa más de lo que exporta) crónico y profundo que afecta negativamente a la balanza de pagos, aquella que mide los intercambios de bienes, servicios y capitales entre los residentes de nuestro país y el resto del mundo. Este déficit comercial, que en 2008 alcanzó un volumen similar al 10% del PIB, superando los 100.000 millones de euros, es fruto de un modelo económico que ha demostrado ser a todas luces insostenible. Hasta ahora, la fortaleza del euro era suficiente garantía para atraer las inversiones y los préstamos con los que cubrir el déficit comercial y equilibrar la balanza de pagos. Sin embargo, hoy por hoy, con el euro en cuestión y con el agotamiento del propio modelo económico, nuestro país se ve obligado, en el corto plazo, a aplicar medidas de ajuste del gasto, tanto para hacer frente a los pagos de la deuda derivada de dicho déficit, como para seguir ofreciendo garantías a la financiación exterior. En el medio y largo plazo, por el contrario, lo que la situación actual recomienda encarecidamente es optar por un cambio de modelo económico, hacia uno que sea más exportador y menos dependiente del capital extranjero. Pero ¿sobre qué pilares podemos apoyar un modelo de esas características? Si echamos un vistazo a las cuentas de la balanza de pagos que publica el Banco de España1, la partida comercial que más peso tiene en las importaciones y que, por tanto, más incide en el déficit comercial de nuestro país, es la partida energética. En el año 2008, un 45% de dicho déficit se debió sólo a esta partida, compuesta fundamentalmente por el comercio de crudo de petróleo y de gas natural. Hasta hace poco, cambiar este patrón era impensable, ya que nuestro país apenas cuenta con reservas de combustibles fósiles y su importación es obligada. Pero de unos años a esta parte, con la puesta en marcha de políticas de estímulo de las energías renovables, se ha ido creando una red de generación de energía autóctona, sobre todo en forma de electricidad, que permite vislumbrar una reducción considerable de tales importaciones. Los beneficios de las renovables, en este sentido, ya se dejan notar. En el año 2008, cuando el precio del petróleo y del gas alcanzó máximos históricos (el barril de Brent se aproximó a los 150 dólares), la importación de bienes energéticos ascendió a más de 56.000 millones de euros. Paralelamente, según un estudio realizado por Deloitte para APPA (Asociación de Productores de Energías Renovables)2, la generación eléctrica por energías renovables evitó importar ese año alrededor de 10 millones de toneladas equivalentes de petróleo, con lo que libró a la balanza comercial de cargar con 3.000 millones de euros 1 2 Balanza de pagos y posición de inversión internacional en España, 2008. Banco de España. Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España. APPA, 2009. 1 Avda. Valladolid 59, 1ºDcha. 28008 Madrid – Tlf: 91 294 00 94/64 Fax: 91 294 00 74 www.ecooo.es adicionales que habrían engrosado aún más el déficit. A esto habría que añadir, además, los 500 millones de euros que se ahorraron por las emisiones de CO2 evitadas y que, por tanto, no hicieron falta costear a través de la compra de derechos de emisión. Con lo cual, sin energías renovables, las importaciones totales de combustibles fósiles ese año habrían tenido un coste global cercano a los 60.000 millones de euros. Pero los beneficios de las energías renovables sobre la balanza de pagos no se limitan a las importaciones de combustibles fósiles que evitan. Las renovables constituyen un sector que goza de un claro superávit comercial. Las exportaciones de bienes y servicios en 2008 estuvieron alrededor de los 3.700 millones de euros3, superando a sectores tradicionales como el vino, la pesca, el textil y el cuero y calzado4. Paralelamente las importaciones del sector apenas rozaron los 2.500 millones de euros, con lo que el saldo comercial fue positivo, arrojando un superávit de 1.200 millones. Esto, lejos de ser un dato excepcional, viene dándose como una tendencia desde mediados de la pasada década, con lo cual el sector renovable, a diferencia del sector energético tradicional, se ha convertido en un factor de alivio para el déficit comercial. En este sentido, es la energía eólica la que más peso ha tenido, ya que su propio saldo comercial en 2008 alcanzó los 875 millones de euros5. Por su parte, la energía solar fotovoltaica, la otra gran apuesta española en el ámbito de las energías renovables, registró un fuerte déficit comercial en 2008, cuando aumentó repentinamente la potencia fotovoltaica instalada y hubo que importar grandes cantidades de módulos fotovoltaicos del exterior, en su mayoría de China. Sin embargo, el año siguiente, la producción nacional de módulos, cercana a los 300 MW, superó ampliamente la potencia instalada, de apenas 69 MW. En la actualidad, la legislación vigente limita la instalación fotovoltaica a 500 MW anuales, y esta es una potencia asumible por la industria española a tenor de lo sucedido en 2008, cuando se produjeron en nuestro país precisamente 500 MW de módulos fotovoltaicos. Cabe mencionar que la industria fotovoltaica española se extiende a toda la cadena de montaje de los equipos, desde la producción del silicio con el que se fabrican las células fotovoltaicas, hasta la instalación y operación de los paneles, así como la producción de inversores y seguidores6. La presencia de grandes empresas productoras de estos equipos y el crecimiento más escalonado del sector en los próximos años, auguran una reducción de las importaciones en el sector fotovoltaico y, por tanto, una aportación positiva de esta tecnología a la balanza comercial de nuestro país. Una última ventaja propia de las energías renovables respecto al déficit comercial y que conviene ser resaltada, es el hecho de que el sector posee importantes activos fuera de España (inversiones en proyectos, participaciones, etc) que reportan una cantidad ingente de 3 APPA, ibid. Banco de España, ibid. y “La luz es 5.000 millones más cara”, por Rafael Méndez, en El País, 26 de junio de 2010. 5 Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España. AEE/Deloitte, 2008, actualización 2009. 6 Hacia la consolidación de la energía solar fotovoltaica en España. Informe anual 2009 de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF). 4 2 Avda. Valladolid 59, 1ºDcha. 28008 Madrid – Tlf: 91 294 00 94/64 Fax: 91 294 00 74 www.ecooo.es dividendos, los cuales ayudan a equilibrar la balanza de pagos sin necesidad de incurrir en deuda. Las grandes empresas españolas del sector poseen entorno a 28.000 millones de euros en estos activos, y existe una centena de otras empresas menores que tienen una presencia relevante en el exterior. Valga señalar como ejemplo el caso de Iberdrola Renovables, una multinacional de capital español que en 2009 obtuvo un EBITDA7 relacionado a su negocio internacional de alrededor de 540 millones de euros. De hecho, esa parte de su negocio representa ya el 53,7% de su negocio total. En resumidas cuentas, frente a las medidas de ajuste económico del Gobierno para dar sostén a la balanza de pagos mediante la captación de capital extranjero, el sector de las energías renovables viene demostrando que tiene las bases para convertirse a medio y largo plazo en un importante punto de apoyo para un modelo económico alternativo en España, de clara vocación exportadora. Junio de 2010 Andrés Celave Dpto. de Estudios e Investigación de ecooo 7 Resultados antes de intereses, impuestos, amortizaciones y provisiones. 3 Avda. Valladolid 59, 1ºDcha. 28008 Madrid – Tlf: 91 294 00 94/64 Fax: 91 294 00 74 www.ecooo.es