Audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Organización de los Estados Americanos (OEA) Derechos humanos y requisas corporales a visitantes y personas privadas de libertad en las Américas La situación en el Servicio Penitenciario Federal (SPF) argentino Informe de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) I. Laa requisa corporal en el sistema penitenciario federal argentino ................ ................p. 1 a. Introducción .............................................................................................. ................................ .............................. p. 1 b. Regulación legal y reglamentaria de las requisas en el SPF ........................ p. 2 c. Adquisición y utilización tilización de equipos equ electrónicos de inspección ................ p. 4 II. Prácticas de requisas vejatorias y vulneraciones de derechos ...................... p.5 a. Modalidades de requisas requisa a familiares de personas privadas de libertad ....p. 5 b. Modalidades de requisas requisa a personas privadas de libertad ....................... p. 12 c. Intervenciones de la PPN ante la problemática ................................ ........................................ p. 15 d. Respuesta judicial frente a denuncias de vulneraciones de derechos en el marco de procedimientos de requisass a detenidas/os y visitantes...........p. 16 III. Conclusiones ............................................................................................. ................................ ............................. p. 19 Principales rincipales problemas problem a abordar y líneas de acción sugeridas ................. p. 19 1 I. La requisa corporal en el sistema penitenciario federal argentino a. Introducción La requisa corporal –entendida entendida como el procedimiento de inspección física de la persona personaque se lleva a cabo en los establecimient establecimientos carcelarios de la Argentina dependientes del Servicio Penitenciario Federal (SPF) (SPF), presenta características que vulneran la honra y la dignidad humanas (art.5.2 CADH). CADH) Esas características son habilitadas y hasta propiciadas por la deficiente normativa que la las regulas, y se manifiestan en prácticas violentas y vejatorias cometidas por la administración penitenciaria sobre personas detenidas y sus visitantes. visitantes En el año 1996, en el Caso X e Y, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que el Estado argentino había violado la Convención Americana de Derechos Humanos al permitir procedimientos de requisa vejatoria sobre una mujer y una niña visitantes en un establecimiento carcelario federal, recomendando al Estado argentino que qu “(….) adopte las medidas legislativas o de otro carácter para ajustar sus previsiones a las obligaciones establecidas por la Convención”. Convención 1 En noviembre de 2004, la Argentina presentó el IV Informe Periódico eriódico ante el Comité contra la Tortura (CAT) de la Organización ganización de Naciones Unidas (ONU) sobre las medidas adoptadas en el país para dar cumplimiento a la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes. Degradantes En dicha ocasión,, al momento de emi emitir sus Observaciones Finales2, ell Comité recomendó r al Estado argentino que “tome tome medidas necesarias para garantizar que las requisas personales respeten plenamente la dignidad y los derechos humanos de toda persona, en pleno cumplimiento con las normas internacionales internacionales”. Habiendo transcurrido casi diez años de la publicación de dicho o Informe, el trabajo 3 constante de la Procuración Penitenciaria de la Nación (PPN) (P ha permitido verificado la preocupante vigencia de procedimientos de requisa personal vulneradores de derechos humanos.. Su persistencia permite aseverar que el Estado argentino no ha llevado adelante cambios sustanciales en materia legislativa legislativa, y sólo de forma parcial ha adoptado políticas tendientes a revertir sus prácticas ilegítimas, utilizando medios no invasivos sugeridos por la CIDH en el Informe N°38/96 para la inspección de visitantes y personas privadas de libertad. 1 Informe N°38/96 caso N°10.506, Argentina, 15 de octubre de 1996. En el punto 116 se afirmó: “(…) la Comisión concluye que al imponer una condición ilegal a la realización de las visitas a la penitenciaría sin disponer de una orden judicial ni ofrecer las garantías médicas apropiadas y al realizar revisiones e inspecciones en esas condiciones, el Estado argentino ha violado los derechos de la Sra. X y su hija Y consagrados en los artículos 5, 11 y 17 de la Convención en relación al artículo 1.1 que dispone la obligación del Estado argentino de respetar y garantizar el pleno y libre ejercicio de todas las disposiciones reconocidas en la Convención. En el caso de Y, la Comisión concluye que el Estado argentino también violó el artículo 19 de la Convención.” 2 Disponible en: http://www.ohchr.org/Documents/HRBodies/CAT/CATLibro.pdf 3 Organismo estatal autónomo con funciones de promoción y protección de los derechos humanos de las personas privadas de la libertad en el ámbito carcelario federal (Ley 25.875), afianzadas desde su carácter de miembro del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura (Ley 26.827) del Sistema Nacional de Prevención de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes argentino. 1 b. Regulación legal y reglamentaria de las requisas en el SPF A nivel legal, los registros corporales de visitantes y personas privadas de libertad se encuentran previstos en la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de Libertad N°24.660 (LNEP). Esta norma -de aplicación en el ámbito federal4, pero considerada por la Corte Suprema como un marco mínimo para la totalidad de los sistemas penitenciarios locales5establece: “Artículo 70. — Para preservar la seguridad general, los registros en las personas de los internos, sus pertenencias y locales que ocupen, los recuentos y las requisas de las instalaciones del establecimiento, se efectuarán con las garantías que reglamentariamente se determinen y dentro del respeto a la dignidad humana.” “Articulo 163. — El visitante y sus pertenencias, por razones de seguridad, serán registrados. El registro, dentro del respeto a la dignidad de la persona humana, será realizado o dirigido, según el procedimiento previsto en los reglamentos por personal del mismo sexo del visitante. El registro manual, en la medida de lo posible, será sustituido por sensores no intensivos u otras técnicas no táctiles apropiadas y eficaces.” Como puede advertirse, las formulaciones legales resultan demasiado amplias y no brindan parámetros suficientes para la actuación de los agentes penitenciarios ni fijan pautas sobre las condiciones y modos en que deben llevarse a cabo los registros. Al dejar supeditadas estas cuestiones a la reglamentación, en lugar de regularlas expresamente por ley, se habilita la determinación de las mismas por la autoridad penitenciaria por medio de reglamentos de dudosa constitucionalidad y las prácticas arraigadas en la cultura del trabajo de la administración carcelaria. La principal fuente de regulación infra-legal es la “Guía de Procedimientos de la Función Requisa”, aprobada por la Resolución N° 42/91 de la ex Subsecretaría de Justicia de la Nación (incorporada a la normativa interna por la Resolución Dirección Nacional del SPF N° 330/91)6, cinco años antes de la sanción de la actual Ley de Ejecución vigente. De acuerdo con la “Guía…”, las acciones que el agente penitenciario debe efectuar para llevar adelante un procedimiento de registro de una persona privada de libertad comprenden por igual a hombres y mujeres, e incluyen la revisación minuciosa de las prendas de vestir (incluyendo las íntimas como el interior del porta senos, al igual que las toallas higiénicas y vendajes) y la inspección del cuerpo previamente despojado de la ropa, los cabellos, interior y detrás de las orejas, nariz, boca, debajo de la lengua y prótesis dental, axilas, nalgas, ano, vagina y debajo de los genitales (cfr.2.1.1. Guía). No prevé en ningún momento la intervención de médicos ni contiene especificaciones que garanticen un respeto acentuado sobre la intimidad de las mujeres requisadas. Mucho 4 El Servicio Penitenciario Federal –administración que reúne la totalidad de colonias, cárceles y complejos penitenciarios dependientes del Estado Nacional en Argentina- se encuentra compuesto por más de treinta establecimientos a lo largo y ancho de su territorio. Consecuencia de la estructura federal del Estado Argentino, cada provincia cuenta además con sus propios centros de detención, en muchos casos como estructuras penitenciarias independientes y en otros como secciones dentro de las fuerzas policiales locales. Precisamente para distanciarlo de esas prisiones provinciales, se utilizan en este informe como sinónimos del Servicio Penitenciario Federal (SPF), sistema penitenciario nacional o federal. 5 Conf. CSJN: Verbitsky, Horacio s/ habeas corpus. Sentencia del 3 de mayo de 2005. 6 La Resolución N°42 de la Subsecretaría de Justicia de la Nación fue aprobada el 15 de marzo de 1991, y la Resolución D.N. N°330/91 está fechada nueve días más tarde. 2 menos demuestra una preocupación por la diversidad de género y las particularidades que necesariamente debería acarrear al momento de los controles. En consecuencia, ambos colectivos suelen padecer mucho más las afectaciones a la intimidad y al pudor que llas revisaciones conllevan7. En la Guía se establecen los supuestos en que pueden realizarse tanto las requisas personales superficiales como las profundas: la requisa corporal superficial puede tener lugar al ingreso o egreso del lugar de alojamiento para mantener entrevistas con abogados, recibir visitas, entrevistarse con las autoridades y concurrir a talleres u otros sectores de la unidad; las requisas profundas se encuentran contempladas como un procedimiento de nivel secundario de realización aperiódi aperiódica, ca, que se practica en ocasión del ingreso a la Unidad, egreso de la Unidad por traslados, comparendos o internaciones, salidas o reintegros de sectores de alojamiento y alojamiento en celda de aislamiento (cfr. 2.1.1). Estos criterios permiten cierto margen en de arbitrariedad en su utilización, por ejemplo, al existir casos en los cuales un mismo supuesto -como como el del ingreso o egreso del lugar de alojamiento alojamiento- habilita la requisa superficial y la profunda a la vez. Por último, pero prioritarias en términos del despliegue de invasión y violencia que suponen, se encuentran las requisas generales8, para cuya procedencia no se contemplan presupuestos de hecho determinados, sino que sólo se consigna que se trata de un “(…) evento complementario y eventualmente supletorio de todas las medidas de seguridad aquí señaladas” (cfr. “Guía”). Los hechos de violencia que ocurren en este marco fueron descriptos con mayor nivel de detalle en el Informe presentado a la Comisión como respuesta al “Cuestionario sobre Uso de la l Fuerza en centros de detención”” para la sección A del Panorama Anual sobre la situación de Derechos Humanos en el Hemisferio (Informe Anual 2015),, al que se remite en honor a la brevedad. brevedad 9 Para el caso de la requisa profunda de visitantes, la Guía distingue si éstos stos son masculinos o femeninos, y en este último caso, se estipulan algunas medidas para preservar la intimidad, como la revisación practicada por personal femenino, en un lugar adecuado y aislado. No obstante, tampoco se estipula laa intervención inte de un médico: “Ubicada frente a la Agente, se desprenderá de sus prendas exteriores, conservando las íntimas, se quitará el calzado, apoyándose sobre un paño o material similar tendido en el suelo a tal fin. La Agente, en forma semejante a lo ya señalado respecto de la vestimenta del interno, revisará cuidadosamente sus diversos componentes (…). Seguirá a continuación por los efectos personales y accesorios (…). La visita facilitará, luego, una inspección ocular general de su cuerpo y de sus prendas íntimas: la Agente constatará nstatará –en la parte superior- los lugares susceptibles de ocultar 7 Estas afectaciones particulares que sufren las mujeres fueron un objeto relevante de la investigación publicada en la obra colectiva desarrollada entre PPN, la Defens Defensoría General de la Nación y el CELS, titulada Mujeres en prisión. Los alcances del castigo. Siglo XXI Editores, 2011 (disponible en http://www.ppn.gov.ar/?q=mujeres_en_prision). También han merecido una especial consideración en el relevamiento temático sobre sobre procedimientos requisatorios desarrollado por este organismo en el período 2014- 2015, cuyos resultados se muestran en el apartado siguiente. 8 Las requisas generales presentan en la “Guía…” tres modalidades: a) requisa general de sectores de alojamiento; b) requisa general de talleres o lugares de trabajo y c) requisa general de paquetes a ingresar por familiares. La requisa de sectores de alojamiento comprende, además de la revisación de las las instalaciones y el mobiliario, la de los propios presos y sus elementos de uso y consumo. 9 Remitido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 30 de agosto de 2015. 3 elementos prohibidos, procurando en todo momento no entrar en contacto con la piel de la misma. En la parte del bajo vientre, con igual cuidado revisará costuras, entretelas y dobladillos, la zona vaginal se palpará, previamente por sobre el vestido, pollera o pantalón, si poseyera enagua o combinación se revisará por sobre esta prenda, si llevase toalla higiénica o similar, deberá exhibirla debidamente. El soutien con relleno, la faja, el yeso o los vendajes en general necesitarán de justificación médica.” (art. 2.1.1.) Principalmente sobre este último punto, la Guía ha sufrido cuestionamientos de constitucionalidad. Como se señalará más adelante, en distintas recomendaciones e intervenciones judiciales10, la PPN ha venido solicitando la derogación de la Guía y la implementación de medios no invasivos de inspección en contrapartida. c. Adquisición y utilización de equipos electrónicos de inspección A mediados del año 2011, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación –del cual depende funcionalmente la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federaladquirió equipos electrónicos de inspección para ser instalados en los establecimientos penitenciarios, haciéndose eco de las solicitudes formuladas por la PPN. El equipamiento instalado consiste en un detector de metales a tránsito (HI-Pe Multi-Zone), un escáner de bolsos (Hi-Scan 6046si), un escáner corporal de Rayos X (Body Scanner 16HR DV Heimann) y un portal de detección de trazas de estupefacientes y explosivos (Ionscan Sentinel II), todos de la firma estadounidense Smiths Detection. El procedimiento de registro para los visitantes, los detenidos y sus pertenencias mediante la utilización de aparatos electrónicos no invasivos de detección de elementos cuya tenencia e ingreso a la cárcel se encuentra prohibido, se reglamentó a partir de la “Guía de Procedimientos para el uso de sistemas de detección de trazas en establecimientos penitenciarios”, aprobada por Resolución n° 829 del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación11. A grandes rasgos, en ella se dispone que toda persona que desee o deba ingresar o egresar de un establecimiento carcelario federal deberá traspasas necesariamente ciertos controles con métodos no invasivos, constituyendo a ese procedimiento en el habitual para el registro de personas que ingresan (cfr. arts. 1°y 3°). Como consecuencia, los registros físicos sólo se realizarán cuando los controles electrónicos no estuvieran en funcionamiento, o bien cuando hubiera resultado positivo el control de metales y no se encontraren los elementos no permitidos. Para este último caso, es menester que la persona se someta voluntariamente a practicarse el registro manual (cfr. arts. 5°y 8°). A su turno, el “Manual de Organización Específico para el CPF IV de Mujeres”12, dictado por la Dirección Nacional del SPF, estableció que dichos equipos de seguridad y detección de trazas serían operados por personal de la sección homónima, quienes tendrían como función “realizar, a través de los equipos, la revisión de cualquier visitante, desde el principio de razonabilidad, evitando todo tipo de actuación abusiva, arbitraria o discriminatoria que extrañe violencia física o moral contra las personas, así como también el principio de 10 Conf. Juzgado Nacional de Instrucción en lo Criminal y Correccional N°33, Causa N° 60.990/06, sentencia del 1º de noviembre de 2006. Ver también Recomendaciones N°746/PPN/2011 y N°776/PPN/2012 efectuadas por este organismo y disponibles en www.ppn.gov.ar. 11 Publicada en el Boletín Público Normativo del SPF N° 425 Año 18 del 27 de junio de 2011. 12 Publicado en el Boletín Público Normativo del SPF N° 443, Resolución D.N. N° 2703, del 30 de diciembre de 2011. 4 gradualidad, privilegiando las tareas y el proceder preventivo y disuasivo antes que el uso efectivo de la fuerza” (resaltados nuestros). Desde la instalación de los equipos electrónicos en los establecimientos carcelarios, la PPN ha efectuado monitoreos constantes sobre su funcionamiento, a través de relevamientos específicos que comprenden un recorrido recorrido por los sectores donde estas máquinas se hallan ubicadas, la realización de entrevistas con el personal penitenciario encargado de llevar adelante el procedimiento de control y con los visitantes y personas privadas de la libertad que son sujetos a dicha inspección.13 No obstante, y pese all tiempo transcurrido desde la instalación de estos equipos en los distintos establecimientos, las requisas manuales persisten, ya sea por no encontrarse en funcionamiento los dispositivos debido a la falta de mantenimiento o ausencia de repuestos (Unidad 31, Complejo omplejo Federal para Jóvenes Adultos), Adultos , por decisiones institucionales de discontinuar su utilización, o por la política de duplicación de controles para la revisación de las personas visitantes y/o mercaderías, transformando a los equipos en una complementación y no un remplazo de la revisión manual (CPF CABA, CPF I, CPF II, Unidad 31). Cabe aclarar que, para ara el caso de las personas presas, estos dispositivos no han sido implementados aún, con la única excepción de las paletas detectoras de metales que se utilizan en algunos procedimientos de requisa de pabellón. II. Prácticas de requisas vejatorias vejatoria y vulneraciones de derechos a. Modalidades de requisas requisa a familiares de personas privadas de libertad Como se hiciera referencia en el apartado anterior, tanto la normativa que regula los registros corporales como la deficiente o nula utilización de los equipos electrónicos, han contribuido a la pervivencia de las requisas invasivas y vejatorias. En el caso o de los familiares y allegados que visitan a las personas detenidas se verifica la trascendencia de la pena a terceros, dado que así sí como las personas encarceladas padecen las requisas personales de rutina cada vez que se ejecuta el procedimiento de requisa requi de pabellón, ingresan, egresan o transitan por la cárcel, los visitantes se ven sometidos a este procedimiento de inspección carcelario cada vez que acuden a una jornada de visitas. Las prácticas de requisas supuestamente fundadas en motivos de prevención de ingreso de elementos prohibidos al establecimiento carcelario, carcelario, no sólo suponen un ejercicio de violencia sobre los cuerpos de los visitantes y los objetos que llevan consigo, sino que también tienen ínsito un componente compone de afectación indirecta de la persona que es visitada, visitad 13 Cfr. Informe Anual PPN 2010, 0, 2011, 2012, 20133 y 2014, todos disponibles en www.ppn.gov.ar. 5 en tanto que los padecimientos sufridos por sus familiares o conocidos son vivenciados de manera muy personal por aquella. De acuerdo con los estándares establecidos en el Informe de la CIDH en el Informe N° 10. 506 ante el Caso X e Y, la revisión o inspección vaginal de los visitantes sólo resulta legítima excepcionalmente, en la medida que se cumplan cuatro condiciones: 1) ser absolutamente necesaria para lograr el objetivo de seguridad en el caso específico; 2) no existir alternativa alguna; 3) contar, en principio, con una autorización judicial previa; y 4) debe ser realizada únicamente por profesionales de la salud. La PPN ha llevado a cabo monitoreos focalizados sobre el trato a los visitantes en los establecimientos penitenciarios federales emplazados en el ámbito metropolitano de la provincia de Buenos Aires, en los cuales se verificó que las pautas establecidas en el mencionado Informe de la CIDH no son cumplidas por la administración penitenciaria. En primer lugar, por la ausencia de relación causal directa entre los vejámenes cometidos y las preocupaciones de orden y seguridad: se destaca que el secuestro de elementos prohibidos se registra en contadas ocasiones y se limita a escasas cantidades de marihuana o algún teléfono celular, tal como se verá en la reseña de la información recolectada por la PPN en el marco de relevamientos temáticos. En segundo término, porque existen actualmente medios alternativos para proceder a la revisación, como son los equipos electrónicos instalados en las cárceles federales argentinas. En cuanto a la autorización judicial, y al menos en los casos conocidos por la PPN, la misma nunca fue requerida ex ante sino que se dio aviso a las autoridades judiciales una vez ocurrida la intromisión en el cuerpo de la persona. Por último, la intervención de profesionales de la salud se halla limitada a los casos en los que la persona presenta lesiones que se dejan asentadas en actas para resguardar la responsabilidad de los agentes penitenciarios. En 2010, previo a la adquisición de equipos electrónicos de detección, se realizó un estudio abocado al trato recibido por los visitantes en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, buscando poner en diálogo el mismo con la investigación sobre “Malos tratos físicos y tortura en las cárceles federales” (2009-2010) desarrollada por el Observatorio de Cárceles de la PPN en el cual se había identificado ese complejo como uno de los más violentos. De ese relevamiento surgió que, de acuerdo con los relatos de los detenidos entrevistados, el 33% de las personas visitantes que concurrían a ese Complejo –en su mayoría mujeres (madres, hijas, hermanas, parejas)- eran compelidas a desnudarse totalmente y hacer flexiones ante la presencia de agentes penitenciarios.14 En el primer relevamiento general efectuado en el año 2012 luego de la instalación de los equipos electrónicos en los sectores de ingreso de visitantes en las unidades penitenciarias federales15, ya se registraba la pervivencia de las requisas manuales sobre los visitantes y la mercadería que llevaban consigo para los detenidos. Al consultar a las personas presas en los establecimientos federales del ámbito metropolitano de la Provincia de Buenos Aires16 14 “A las mujeres las requisan más, a veces les hacen hacer flexiones. Cambia según la guardia, si tienen ganas de trabajar se ponen más rígidos. Yo tengo cuatro hijos y la madre no me los trae porque les hacen sacar la ropa interior. No los vi en todo el tiempo que llevo detenido.” (Módulo I- CPF II) 15 El relevamiento fue realizado a fines del mes de febrero de 2012, mientras que los equipos fueron habilitados el 6 de febrero de 2012, de conformidad con la Resolución del Director Nacional del SPF N°170. No obstante, de los relevamientos de la PPN surge que los mismos se habían puesto en funcionamiento ya a fines del 2011 en algunas Unidades. 16 Se relevaron las Unidades 31 y 33, el CPF I, CPF II, CPF IV (ex U.3) y CPF CABA y Complejo Penitenciario Federal para Jóvenes Adultos, y se encuestaron al azar a 55 personas privadas de su libertad para obtener sus relatos, además de a 12 miembros del SPF pertenecientes a las Divisiones de Seguridad Interna (de las que dependen las Secciones Requisa y Visita). 6 acerca del modo en que requisaban a sus familiares, fue posible computar la frecuencia y modalidad de esas as formas de inspección. El desnudo parcial, como modo predominante, fue la manera de requisar en el 36,7% de los casos, s, a la que le siguió el cacheo (30%), otras formas de inspección (como de calzado, 30%) y el desnudo total (26,7%)17, como se muestra en el siguiente gráfico: Gráfico 1. Modalidades de la requisa personal a visitantes.. En porcentaje. Variable de respuesta múltiple Fuente: PPN- Monitoreo 2012 Asimismo, se obtuvieron descripciones sobre las modalidades de desarrollo de aquellas revisaciones a familiares.. De los relatos de los varones detenidos se recuperaron los siguientes: “Les hacen sacar la ropa interior y bajar los pantalones. También a veces hacen flexiones flexiones.” (CPF CABA, M.2, P.5) “Creo Creo que los hacen desnudar como a nosotros, y algunas veces también los palpan para hacer más rápido. O les sacan toda la ropa, la revisan una por una, según me dijeron. dijer El verdugeo18 a la visita es constante, los hacen venir a las 4 de la mañana para sacar número, y sólo dan 20 por día.” día (CPFI, U.R. Ingreso, Pab. C) 17 La modalidad más gravosa, el desnudo tota totall y flexiones, da cuenta de la exposición del cuerpo totalmente desnudo con el agravante de realizar flexiones a efectos de “agudizar” la inspección por parte del personal de la administración penitenciaria de la zona genital-anal anal de las personas. El resto de las dimensiones de esta requisa personal hacen referencia a gradaciones de exposición del cuerpo, desnudo total y parcial (parte de arriba o de abajo del cuerpo) y por el contacto directo con el cuerpo por parte del personal penitenciario como es en el caso del denominado cacheo o palpado del “cuerpo vestido”. La clasificación adoptada resulta similar a la utilizada por la Asociación para la Prevención de la Tortura (APT) y Penal Reform International en su herramienta de monitoreo de detención “Requisas Personales: abordando factores de riesgo para prevenir la tortura y el maltrato”, la cual cubre tres tipos de requisas. Las requisas de palmeo o cacheo, las requisas al desnudo, que pueden n implicar remoción total o parcial de la vestimenta, y las requisas de cavidades corporales o requisas invasivas o íntimas. Disponible en http://www.apt.ch/es/resources/detention-monitoring-tool-addressing http://www.apt.ch/es/resources/detention addressing-risk-factors-toprevent-torture-and-ill-treatment/. 18 La palabra se utiliza para indicar prácticas de maltrato o humillación, humillación tanto físicos como verbales, cometidas por agentes penitenciarios. 7 “A mi mujer mientras se desnuda la miran mucho y la tratan irrespetuosamente.” (CPFI, U.R. IV, Pab. D) En las unidades de mujeres, la descripción de las requisas a las visitas en general destaca un nivel de minucia mayor. De todos modos, las requisas hechas a mujeres visitantes -aún en las unidades de hombres- también aparecen como más intrusivas: “Bajar la ropa interior y mostrar las partes íntimas. El calzado siempre, a veces arrancan la plantilla.” (U.31, P.1) “Igual que a nosotras ‘súbase, bájese’. A veces le hacen flexiones a gente que no sería necesario, gente mayor.”(U.31, P.7) “A las mujeres abrirse sus partes íntimas, la cola y te abren las zapatillas.” (CPF IV, P.14) Los controles aplicados a los visitantes de las personas alojadas en sectores específicos atendiendo a su identidad de género –en particular, colectivo LGTTBI- e incluso a ellas mismas en el Módulo VI del CPFI de Ezeiza, también presentaban características especialmente gravosas: “En octubre 2011 vino mi mamá. A pesar de pasar por un detector la hicieron hacer desnudo total.” (CPF I, Mod. VI) “A nosotros y a veces a nuestra visita nos hacen parar encima de un espejo y hacer flexiones.” (CPF I, Mod. VI) “Revisan todo, los dobladillos, los tienen una hora en la requisa.” (CPFI, Mod. VI) Cabe destacar que en el año 2012 se realizó un nuevo relevamiento, focalizado esta vez en el funcionamiento de los equipos electrónicos detección. En él se constató que el BodyScan se encontraba operando solo en algunas unidades (por ej., se encontraba desafectado en CPF CABA). Los visitantes que se hallan exceptuados del paso por el escáner corporal por razones médicas, también eran requisados en forma manual. Esta requisa, conforme una de las personas entrevistadas en el marco del relevamiento, se practicaría con un gran margen de discrecionalidad por parte de los agentes penitenciarios – “dependiendo de la guardia”-, de la siguiente manera: “…una me hace quedar en medias, bombacha y corpiño, eso me lo hacen levantar. Otra guardia me tiene más consideración y sólo me hace sacar la campera y me levantan la ropa, me hacen bajar el pantalón y la bombacha.” (Mujer embarazada, visitante al CPF I) Además de en estos casos, y sin ningún sustento normativo que lo contemple, las requisas manuales se les practican a las personas que se niegan a pasar por el escáner, al igual que en los casos en que las máquinas no funcionan: “La semana pasada dijeron que estaban rotas las máquinas. Te hacen pasar, te desnudás totalmente, y ellas están afuera chismoseando entre ellas y te dejan a vos en el box esperando, con frío, desnuda, y tampoco las podés apurar porque después no sabés si te dejan pasar. No protesto más, porque si hacés lío quizás terminás teniendo solamente media hora de visita.” Por su parte, en el CPF II de Marcos Paz, el Body Scanner estaba operando al momento del relevamiento efectuado por la PPN el 3 de octubre de 2012, aunque el paso de los visitantes por el mismo resultaba de carácter optativo. Las personas que no deseaban pasar por el escáner de Rayos X debían someterse a una requisa manual. La misma, según la agente a cargo de la revisación, se practicaba en unos boxes situados al fondo, donde los visitantes 8 ingresaban y “se se les revisan los bolsillos, la campera, las zapatillas, siempre de a una cosa por vez, se vuelven a poner y se van.” Conforme explicaron las personas visitantes consultadas, dicha requisa manual se efectúa de la siguiente forma: “Te hacen sacar la ropa. Parte de arriba: te levantan la remera y el corpiño, parte de abajo: sacar todo el pantalón, la bombacha hasta las rodillas, las zapatillas zapatillas,, despegar plantillas, si tenés protectores o toallitas delante de ellas. Después agacharte y sacudir el pelo. A la bebé cambiarle el pañal. A los menores (su hija adolescente) sacar la campera, le revisan los bolsillos y las las zapatillas, las plantillas.” (Mujer visitante al CPF II) “Toda la ropa te sacan, zapatillas, plantillas. Lo revisan ellos, son 5 minutos desnuda. Si estás indispuesta y el protector diario te lo hacen cambiar. El corpiño lo tenés que levantar.” (Mujer visitante al CPF II) En el CPF CABA, A, donde el escáner corporal de Rayos X continúa deshabilitado, se practica practicaba como regla la requisa manual, que según lo descripto por los entrevistados se lleva llevaba a cabo del siguiente modo: “Te levantás la ropa de arriba, con el corpiño puesto, lo das vuelta, te das vuelta vos y se fijan los bolsillos del pantalón, te tocan, de adelante y de atrás. Te hacen bajar el pantalón y te pasan la paleta. Los zapatos tienen que ser bajos, con botas no podés entrar, entrar, con cosas muy abrigadas tampoco. Te hacen sacar el piercing. No podés entrar con abrigos con capucha.” (Mujer visitante all CPF CABA) “Te hacen bajar el pantalón, sacarte la campera y te la revisan, te hacen levantarte la remera y el corpiño. Ya no te hacen cen abrir las piernas como antes (el año pasado).” (Mujer visitante all CPF CABA) En línea con los monitoreos realizados anteriormente, entre los meses de octubre y diciembre del año 2014 se volvió a llevar a cabo un relevamiento amiento del cual se extrajo un panorama que confirma las principales conclusiones y señalamientos efectuado efectuados en el año 2012, con algunas irregularidades particulares respecto del modo de utilizar los equipos electrónicos de inspección. Así, en el CPF I de Ezeiza se identificó -de acuerdo con lo manifestado por algunas de las entrevistadas- que en ciertas oportunidades debieron someterse a registros mediante el escáner de Rayos X varias veces es el mismo día debido a que los agentes que lo operaban aducían que la imagen mostraba “algo “ negativo”. Una de las mujeres consultadas manifestó que, por esta razón, se demoró dos horas más de lo usual en ingresar a visitar a su familiar familiar. En el CPF CABA, ell procedimiento de revisación corporal continuaba practicándose en forma manual en tanto que el BodyScan Scan no se hallaba en funcionamiento. Para efectuar la requisa, según indicó el personal penitenciario de ese Complejo, se hace ingresar al visitante en alguno de los boxes y allí se le solicita que “(…) se levante la remera mera y el pantalón, no todo junto para que no tome frío, se le pasa la paleta detectora de metales, más que nada se constatan las lesiones”. De acuerdo con los dichos de la agente, ante la presencia de lesiones se convoca al médico para que verifique y dejee registrado en un acta que el visitante ya tenía las lesiones al momento de entrar. A los niños se les practica un revisación superficial, revisándole los bolsillos y las zapatillas, y a los bebés se les pide a las madres que les abran el pañal, no los cambian mbian porque no hay lugar para hacerlo. Ante el hallazgo de algún elemento 9 de ingreso prohibido, explicó la Jefa de Turno a cargo de la sección, se labra un acta dejando constancia del modo de hallazgo del elemento –según refirió, generalmente celulares o alguna vez “un poco de marihuana”- y se da intervención a la Auditoría del Complejo para que ponga en conocimiento al Juzgado de turno. Al relevar el CPF de Jóvenes Adultos no funcionaba el BodyScan19, por lo que la requisa corporal se practicaba en forma manual: según las fuentes penitenciarias, la persona debía bajarse los pantalones y subirse la remera. Se inspecciona la ropa, sobre todo los dobladillos, y las mujeres deben mostrar el corpiño “por si tiene aro de alambre”. A los niños hasta dieciocho años “se les palpa, no es que se los desnuda completamente” aunque sí refirieron que si se trata de niñas que estén dentro del período menstrual, se les pide que se cambien el apósito delante del personal de requisa, y se revisa el que traen para colocarse. Asimismo, los pañales de los bebés también deben ser cambiados. Con respecto a los varones “se les revisan los bolsillos, se palpa”. A su vez, en el CPF II de Marcos Paz el procedimiento de requisa corporal ya se realizaba regularmente a través del BodyScan. En el caso de las personas exceptuadas de realizar este tipo de control (embarazadas, mujeres que se encuentren realizando tratamientos de fertilidad, portadores de marcapasos, personas que se encuentran efectuando tratamientos oncológicos y menores de edad), la revisación se realizaba de forma manual en los boxes destinados para ello. De acuerdo a lo informado por los agentes consultados, el control manual consistía en la observación de las personas, para lo cual se les solicitaba se levanten la remera, se bajen el pantalón y que exhiban el calzado. En el caso de las mujeres se requiere que además se levanten el corpiño y si poseyeran apósitos femeninos que se los cambien ahí mismo. Los menores de edad debían ingresar al box con un adulto, y se les requería que exhibiesen el calzado y en caso que usen pañal que se lo cambien, además se utiliza la paleta detectora de metales. Por último, en el CPF IV de mujeres se observó que el procedimiento se llevaba a cabo de la siguiente forma: al ingresar, los visitantes atraviesan el arco detector de metales, luego de lo cual se les pide que coloquen el contenido de las bolsas en una bandeja plástica que se hace pasar por el escáner de objetos o Hi-Scan, y posteriormente atraviesan un segundo arco detector de metales. Guardan la mercadería antes de pasar por el BodyScan. Una vez revisados mediante ese aparato retiran sus cosas y pasan al salón de visita que está dentro del predio del Complejo. Las personas exceptuadas del paso por el escáner corporal mujeres embarazadas, niños y quienes aporten un certificado médico a esos efectos- son revisados en dos boxes que hay dispuestos allí. A los niños que llevan pañal se los hacen cambiar, “le levantan la remerita y nada más”. Al resto de las personas revisadas en forma manual se las “palpa, se levantan la remera, se pasa la paleta detectora y se revisa el calzado”. Más allá de las revisaciones corporales, una de las prácticas que más inconvenientes les genera a los familiares que acuden a visitar a detenidos y detenidas en las cárceles federales argentinas, y que pueden ser contenidas dentro de la definición de “vejatorias”, son las inspecciones de los objetos y mercaderías que los visitantes llevan para los presos. 19 Esta falta de funcionamiento fue identificada como un problema por los propios agentes penitenciarios, señalando que “eso agilizaría mucho porque solo se requisaría a los exceptuados, o sea embarazadas y niños, ahora sólo tenemos dos boxes, y uno solo tiene cambiador para bebés así que en realidad se usa uno solo, y la visita ingresa mezclada, tanto masculinos como femeninos, por lo que hay que esperar que se desocupe uno para que ingrese otro.” 10 Tal como lo ha relevado la PPN en sucesivas oportunidades, la mercadería además de pasar por el escáner correspondiente, es revisada manualmente por el personal de la Sección Requisa, debiendo además trasvasar todo el contenido contenido de paquetes y envases frente a ellos. Esto ocurre en todos los complejos inspeccionados, y genera numerosas críticas: “En el escáner de bolsos ya se ve todo y después te hacen sacar todo igual. Cuando entrás los paquetes, están requisando la mercadería, mercadería, hay un mesón donde se sacan los palos, los chalecos con cara de malos. Si entrás a visita de contacto y llevás cosas para consumir, también se hacen los dos pasos (escáneo con la máquina y revisación manual). Las cosas como el pollo las levantan, las revisan.” re (CPF CABA) “Tienen que pasar a bolsitas todo. Los yogures los hacen pasar a botellas de plástico, aunque vengan en sachet. Las latas las tienen que abrir, uno tiene que llevar el abrelatas. Ellos mismos abren las cosas y las pasan. Si comprás adentro ro en cantina les dan todo empaquetado pero siempre está todo uno o dos pesos más que afuera.”(CPF CABA) “No podemos traer nada condimentado. Siempre traemos lo mismo y ¿sabés qué contento que se pone cuando le cocino algo distinto?. Si ya pasa por el escá escáner. ner. Pero después la revisan con la mano además. No te dejan salir a depositarla, lo tenés que ir a tirar. No tiene sentido, si están los escáners…” (CPF I) “Entrás, dejás las bolsas en una mesa y nos pasan por el detector de metales, te hacen pasar una y otra vez hasta que deja de sonar. De ahí hacés cola y esperás que pasen las bolsas por el detector, pero te las revisan ahí mismo a mano. Empiezan «esto no pasa» y a la basura. Y a nosotros nos cuesta mucho traer la mercadería. Si te lo querés llevar debés hacer una cola infinita. Mientras tanto ellas se ríen, se burlan, quieren quedarse con las cosas que nosotros les traemos a nuestros maridos. No pasa lo que ellos quieren quedarse. Ahí te hacen esperar y pasás las mercaderías otra vez por una máquina igual igual a la primera, y la vuelven a revisar manualmente, corriendo el riesgo de que te sigan sacando cosas. A veces te sacan tantas cosas que uno dice «la próxima vez no traigo nada.» No protesto más, porque si hacés lío quizás terminás teniendo solamente media media hora de visita.” (CPF I) Concluyendo, dee los resultados de los relevamientos es dable advertir una serie de inconvenientes vinculados con el uso de los equipos electrónicos, como la duplicación o triplicación de los controles, la persistencia de revisaci revisaciones ones manuales tanto de los cuerpos de las personas como de los objetos que llevan consigo, la falta de criterios homogéneos para la revisación en los casos de las personas exceptuadas de los controles electrónicos no invasivos (niños, mujeres embarazadas) o en los casos en los que las máquinas arrojan resultados positivos, y una fuerte injerencia sobre la identidad de los visitantes, vinculado con las restricciones al uso de ciertas prendas de vestir y accesorios. Un factor degradante lo constituye la obligación ación de cambiarse apósitos frente a agentes penitenciarios, a lo que incluso son obligadas niñas en edad adolescente. Asimismo, se detectó la ausencia de personal médico al momento de practicar las requisas manuales, a quienes se les daría intervención sólo lo en el caso de percibir lesiones en alguna de las personas sometidas al procedimiento. Tampoco se ha detectado la autorización judicial, previo a agravar el nivel de exhaustividad e invasión del registro corporal: esa comunicación solo es realizada ex post, en el marco de una actuación prevencional. 11 Estos problemas han sido señalados por la PPN a las autoridades penitenciarias y judiciales, por medio de comunicaciones,, recomendaciones y presentaciones presentaciones judiciales que serán reseñadas más adelante. b. Modalidades de requisa requisas a personas privadas de libertad A pesar de que la “Guía de procedimientos para el uso de sistemas de detección de trazas en establecimientoss penitenciarios” prevé expresamente en el art. 5 que los mecanismos de control son obligatorios “para para todo el Personal del SERVICIO PENITENCIARIO FEDERAL, sin distinción de jerarquía y/o función, internos, familiares de estos, funcionarios, magistrados, y toda persona que pretenda ingresar a un u Establecimiento Penitenciario”, las requisas manuales a los detenidos y detenidas siguen vigentes. En el mes de febrero de 2012, la PPN relevó específicamente la implementación de los nuevos métodos de inspección y control sobre detenidos en las cárceles federales del ámbito metropolitano de Buenos Buenos Aires, así como la vigencia de la normativa que la regula. De ese relevamiento surgió que el 34,5% de los encuestados/as había sido víctima de agresiones de algún tipo por parte de agentes penitenciarios en el marco de un procedimiento de requisas.. Si bien bien este porcentaje no pretendía ser representativo, el dato permitía dar cuenta de las variaciones en la intensidad de la violencia aplicada por los agentes penitenciarios en el contexto de los registros corporales en los distintos establecimientos. Con relación lación a la manera en que se llevan a cabo esas requisas personales, los detenidos entrevistados refirieron haber sido sometidos a diferentes modalidades de requisas, las cuales suelen darse en diversas situaciones o contextos, y también durante la inspecc inspección o requisa del pabellón: desnudo parcial (65,5% del total de casos), el palpado sobre la ropa – también conocido como “cacheo” “cacheo”- (63,6%), y el desnudo total que es una de las modalidades más gravosas y se exigió a un 60% de los detenidos consultados20. Gráfico 2. Modalidades de requisa personal a personas privadas de libertad.. En porcentajes. Variable de respuesta múltiple Fuente: PPN PPN- Relevamiento año 2012 20 Como aclaración metodológica debe señalarse que el total de casos corresponde al del total de respuestas obtenidas y no al total de encuestados/as, dado que se trató de una pregunta de opción múltiple y cada persona podía haber sido sometida a más de un tipo de registro durante la detención. Por P tal motivo, la suma porcentual es mayor a 100. 12 Por supuesto, existen divergencias en los niveles de utilización de cada modalidad de revisación según el establecimiento en cuestión. En n el CPF CABA predomina el “cacheo” (80 %) como modo de inspección por sobre el desnudo parcial (60%) y el total (40%), mientras que en el CPF I la regla es el desnudo total y parcial (84,6% en ambos casos), ), seguidos seguid por el cacheo (69,2%). En las cárceles de mujeres, por el contrario, el cacheo es subsidiario (25%) y los tipos de desnudo parcial, total e incluso el desnudo total con flexiones aparecen como los más usuales (50%) en el CPF IV y en la Unidad N°31. N°31 En esta última en particular, el desnudo parcial se da en el 100% de los casos, secundado por el desnudo total con flexiones y el cacheo (40% en ambas modalidades). modalidades En cuanto a los colectivos más afectados por estas prácticas, las mujeres detenidas y el colectivo LGTTBI perciben la experiencia del desnudo de un modo concretamente más gravoso y/o estas resultan más exhaustivas. exhaustivas. Así se desprende del mayor nivel de detalle en las descripciones reunidas: “Te desnudan, te hacen agachar, dar vuelta, abrir la ‘puerta’. ‘puerta’. El cacheo se hace cuando salís de los talleres o con detector de metales manual…Una vez me quisieron mandar a requisar al centro médico.” (CPF IV, Pab. 5) “Levantar la remera, el corpiño, bajar el pantalón. Cuando volvés de una salida, te requisan frent frente a todos, eso lo tendrían que hacer individualmente.” (Unidad N°31, Pab. 18) “Bajar los pantalones, la bombacha y correr el corpiño. Sacar las sandalias. A veces saltar.” (Unidad N°31, Pab. Ingreso). “Te hacen sacar la ropa, bajar el pantalón, la bombacha, bombacha mostrar la cola, agacharse.” (Unidad N°31, Pab. 1) “Sacándote la ropa; te suben el corpiño, después el pantalón. Me han hecho hacer flexiones, dos veces” (CPF IV, Pab. 12) En cuanto a las personas alojadas en el Módulo VI del CPF I, destinado específicamente específicam al colectivo LGTTBI, su identidad de género las hace más vulnerables a agresiones sobre todo verbales que ponen el acento en su condición de “diferentes”, pero también a una mayor intensidad del maltrato físico que se incrementa en el marco de los procedimientos cedimientos de requisa: “Te dicen sidoso, puto, te dan golpes en las manos, cachetazos en la nuca, donde no deja marcas pero duele. En las requisas de pabellón la destrucción es masiva. ” (CPF I, U.R. VI) “Te rompen la ropa si sospechan que tenés algo en el el dobladillo. Si la zapatilla no es flexible te la rompen. Te sueltan el pelo y te lo revisan. A veces nos hacen parar sobre un espejo y hacer flexiones.” (CPF I, U.R.VI) “Las agresiones físicas son más habituales a los homosexuales, no tanto a las travestis, travestis, porque se los toma como refugiados, no como personas.” (CPF I, U.R.VI) “Torturas psicológicas: ‘vos sidoso hdp no tenés chances. Acá mando yo.’ Esto me lo dijeron una vez durante la requisa.” (CPF I, U.R. VI) Durante los últimos meses del año 2014 y los primeros de 2015, el Observatorio de Cárceles de esta PPN ha llevado adelante un Relevamiento sobre procedimientos de requisa en 13 cárceles federales, el cual resulta de suma utilidad al permitir visualizar la actualidad de estas prácticas.21 El estudio se concentró principalmente en las requisas de pabellón, en tanto esos procedimientos han sido registrados como una de las circunstancias preferenciales para el despliegue de violencia física por parte de la administración penitenciaria federal22, como ya ha sido puntualizado en el Informe remitido a la CIDH sobre uso de la fuerza para el Panorama Anual 2014. En el marco de las requisas generales de pabellón, pabellón, tienen lugar requisas personales que involucran en su amplia mayoría la modalidad de desnudo total (95,75%), y en menor medida el desnudo parcial (19,73%) y el cacheo (15,56%). Gráfico 3. Modalidades de requisa personal a personas privadas de libertad. En porcentajes. Variable de respuesta múltiple Fuente: PPN PPN- Relevamiento año 2014 Algunos de los os relatos recogidos en el Relevamiento muestran cómo se llevan a cabo esas requisas que involucran la exposición del cuerpo completamente desnudo ante los agentes penitenciarios: “Te Te hacen sacar la ropa. Le das la ropa y ahí la revisan y vas levantando brazos, brazos, mostrar boca, te hacen levantar los huevos, una pierna y después la otra (Complejo Federal para Jóvenes Adultos Adultos, Anexo Mod. V, Pab. 3) “Te Te hacen dar la vuelta, alzar los pies y los brazos. Cinco minutos le hacen 1 a 1, en la puerta de la celda o en ell patio te hacen abrirte de piernas, te verduguean (ahí son más agentes, 10, en la celda son 3 o 4) el médico o aparece siempre a lo último. Se Se deja dominar por la requisa, no tiene autoridad autoridad.” (CPF I, U.R. Ingreso, Pab. D) “Sacarse Sacarse toda la ropa y quedarse en bombacha y corpiño. Te hacen bajar la bombacha. No agacharse. Te hacen dar vuelta. Levantar el corpiño. Si tenés lesiones llaman al médico y él anota todo. Si los de requisa no lo llevan por lesiones, el médico no te ve. Desnuda, luego te vestís estís y salís del pabellón.” (CPF IV) “Depende, Depende, te hacen sacar todo, bajar la bombacha. A veces la hacen agachar. Una vez sola usaron paletas. Hay una médica está como de espaldas "Piso, piso; quedate allá, ponete allá!".” allá!" (CPF IV) 21 En dicho marco, se entrevistó a un total de 113 personas privadas de libertad liber alojadas en cárceles federales del ámbito metropolitano de la Pcia. de Buenos Aires, y a sus funcionarios penitenciarios. 22 Cfr. Procuración Penitenciaria de la Nación. Cuerpos castigados, Ed. Del Puerto, 2009; e Informe Anual 2014 2014. Ambos disponibles en http://www.ppn.gov.ar/ 14 Ante la pregunta sobre aquellas requisas que involucraban de algún modo la exposición de cavidades, emergió recurrentemente mente la obligación de mostrar los genitales, la boca, e incluso en algunos casos –los los menos frecuentes frecuentes- se hizo referencia a la requisitoria d de realizar flexiones en el piso o exhibir el orificio anal: “Te hacen levantar los genitales y hacer unas flexiones en el piso” “Mostrar los genitales y levantar los testículos” “Abrir la boca, levantar los genitales” “Te hacen abrir los cantos, levantar la bolsa, los testículos, abrir la boca, sacar la lengua”. “Abrir la boca, levantar genitales. No te hacen agacharte pero si mostrar ano.” Estas acciones, realizadas ante la vista de varios agentes del servicio penitenciario, en ocasiones habiendo sido obligada igada la persona a apretarse contra una pared en el fondo del pabellón contra otros cuerpos también desnudos, conlleva un aditamento de humillación a la ya avergonzante situación de exponer el cuerpo desnudo, constituyendo un trato percibido como especialmente ente gravoso y humillante. c. Intervenciones de la PPN ante la problemática La Procuración Penitenciaria de la Nación cuenta entre sus atribuciones con la facultad de emitir recomendaciones dirigidas a las autoridades responsables del Servicio Penitenciar Penitenciario y de otros organismos y poderes del Estado, instando a erradicar prácticas vulnera vulneradoras e impulsar políticas públicas activas para garantizar un nivel adecuado de respeto de los derechos humanos de las personas privadas de libertad. Asimismo, puede presentar peticiones ante la justicia y proponer proyectos legislativos atinentes a la temática. En relación con las requisas corporales, la PPN produjo un número importante de recomendaciones daciones a lo largo de los años de trabajo del organismo. organismo A saber: Recomendación N° 373/PPN/94 sobre requisa de objetos; Recomendación N° 1373/PPN/97 vinculada con las requisas corporales a visitantes; Recomendación N° 22/PPN/00, relativa a la práctica de inspección vaginal; Recomendación N° 88/PPN/01 sobre las requisas con desnudo total; Recomendación N° 436/PPN/03, en la cual se describían los agravios de los familiares de detenidos por el procedimiento de requisa practicado en el CPF II (desnudo parcial y “cacheo”); Recomendación N° 606/PPN/06 poniendo en conocimiento los criterios sentados por el Comité contra la Tortura respecto de las requisas denigrantes; Recomendación N° 638/PPN/06 respecto de las inspecciones vaginales; Recomendación N° 654/PPN/06 en torno a las requisas vejatorias a la que son sometidas las personas que concurren al CPF I a visitar a los detenidos; Recomendación N°657/PPN/07 con relación a las inspecciones vaginales llevadas a cabo en la U.31 SPF, solicitando la derogación de la “G “Guía de Procedimientos de la Función Requisa” (Resolución N°42/31-SJ); N°42/31 Recomendación N°726/PPN/10 sobre las prácticas de registro corporal a mujeres detenidas en la U.3 y la Recomendación N° 742/PPN/11 sobre las requisas vejatorias practicadas en la U.9 SPF SPF. Asimismo, la Recomendación N°746/PPN/11, donde se solicita nuevamente al Director 15 Nacional del Servicio Penitenciario Federal la expresa derogación de la “Guía de procedimientos de la función requisa” y se propone la conformación de una mesa de diálogo entre diversos actores ocupados a la temática carcelaria, con el objetivo de establecer una nueva normativa sobre el registro de visitantes y personas detenidas que se ajuste a los parámetros internacionales vigentes en la materia. Por último, la Recomendación Nº 776/PPN/12, sobre el procedimiento de utilización de aparatos tecnológicos de inspección en cárceles federales destinados al registro de personas y requisa.23 En el mes de julio de 2012, por su parte, se ha tomado conocimiento a través de la comunicación telefónica de la esposa de un detenido alojado en la U.7 del trato especialmente gravoso y humillante sufrido durante una inspección corporal al ingreso a visita. Luego de someterse al control mediante el escáner corporal de rayos x, relató, se le requirió pasar a uno de los boxes para proceder a una revisación manual, sin darle explicaciones de por qué debía ser inspeccionada dos veces. Una vez realizada la requisa, se le indicó que se le había encontrado oculto en su cuerpo –presuntamente en la cavidad axilar- un “elemento” cuya descripción no le fue proporcionada. Asimismo, se la puso en conocimiento de que sería sancionada administrativamente, no pudiendo ingresar ese día a visitar a su marido. Ante esto, la visitante solicitó efectuar un descargo por escrito, para dejar asentado que ella no estaba intentando ingresar ningún elemento no permitido, y que de hecho ni siquiera sabía de qué objeto se trataba. La señora asoció el episodio a que en otras oportunidades se había negado a pasar por el escáner corporal porque estaba embarazada de un niño que luego perdió. La incorrecta utilización del escáner corporal de rayos x, identificado por la PPN en la Unidad N° 7, había sido comunicada al Director Nacional SPF oportunamente. Como se indicará en el apartado siguiente, además, la PPN también ha participado en planteos judiciales instados por personas detenidas en casos en los que se trataban problemas asociados a las requisas, en calidad de Amigos del Tribunal (amicus curiae) o asumiendo el carácter de parte en el proceso. En otros casos ha deducido sus propias acciones judiciales, logrando pronunciamientos favorables de la justicia. Por último, se halla vías de presentación ante el Congreso de la Nación Argentina un proyecto de modificación de los artículos 70 y 163 de la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de Libertad (24.660) para incorporar en ellos principios rectores del procedimiento de requisa. d. Respuesta judicial frente a denuncias de vulneraciones de derechos en el marco de procedimientos de requisas a detenidas/os y visitantes El 21 de septiembre y 11 de octubre de 2012 tuvieron lugar dos episodios sumamente graves en el CPF IV, denunciados por las detenidas que fueron sometidas a requisas intrusivas siendo obligadas a realizar flexiones sin ropa interior abriéndose con las manos las nalgas para permitir la inspección por el personal penitenciario en reiteradas oportunidades. 23 La Recomendación N°776/PPN/2012 fue tomada en consideración en este punto por dicha autoridad, la cual al responder formalmente mediante nota admitió que “(E)l doble registro injustificado solo conlleva una demora procedimental innecesaria, por lo cual esta instancia considera conveniente su adecuación en la actualización protocolar”. 16 En función de la pervivencia de este tipo de requisas denigrantes, en el mes de octubre de 2012 un grupo de detenidas en dicho complejo interpuso una acción de ha habeas corpus colectiva correctivo, con la asistencia de la PPN, ante el Juzgado Federal Nº 1 de Lomas de Zamora. Luego de la audiencia en la que la accionante relató los hechos objeto de litigio – inspecciones de las cavidades vaginales y anales, exhibición del cuerpo desnudo desnudo–, el magistrado resolvió hacer lugar al habeas corpus y dispuso que los registros físicos invasivos no podrían ser utilizados más que de manera excepcional y sólo cuando no hubiera hubiera medios alternativos menos restrictivos “[…] o existan fundadas razones –debidamente debidamente acreditadas acreditadas– en el libro de novedades respectivo, que ameriten su procedencia”. procedencia”. Asimismo, reconoció “el carácter excepcional y subsidiario no puede transformarse, por por razones de seguridad, en una medida ordinaria; soy de opinión que las revisaciones en presidios deben reconocer límites. Las mujeres privadas de la libertad son consideradas un grupo vulnerable, con necesidades y requisitos de tratamiento específicos según según las Reglas de Bangkok; sumado ello a que estas prácticas son aplicadas con mayor frecuencia sobre éstas que respecto de los varones detenidos”. Entendiendo que las problemáticas en torno a los procedimientos de requisa poseen un carácter general en todos os los establecimientos carcelarios federales,, convocó a la conformación de una Mesa de diálogo que incluyera al SPF y a la PPN, solicitada por este Organismo en el marco del habeas corpus, a fin de tratar la cuestión de las requisas de modo más estructurall y de revisar la legitimidad de la normativa actualmente vigente. En ese entonces la Dirección Nacional del SPF se hizo eco de alguno de los planteos efectuados por la PPN tanto en el habeas corpus como en su Recomendación Nº746/2011, y convocó a tratar ell tema en el marco de las reuniones del Consejo Consultivo de Políticas Penitenciarias para la elaboración del Protocolo de Ingreso para los Internos/as detenidos/as bajo la órbita del Servicio Penitenciario Federal y Procedimientos de la Función Requisa (Resolución (Resolución DN Nº910/12, BPN Nº466 del 20/7/2012) que se venían desarrollando. desarrollando 24 Un monitoreo efectuado el 18 de junio de 2013 arrojó como información relevante el hecho de que no sólo continuaban realizándose las requisas intrusivas, intrusivas sino que además se hacían hací al reintegrarse de los pabellones luego de mantener visitas dentro del propio Complejo, lo que anteriormente no ocurría. Con respecto a la Mesa de Diálogo, pese ese a las peticiones 24 En el fallo se hizo expresa referencia a que esa había sido la postura adoptada por la Dirección Nacional del SPF al dictar el Protocolo de Procedimiento dimiento de Control de Ingreso y Egreso a Establecimientos Penitenciarios (ad referéndum del Ministerio de Justicia de la Nación), contemplando un sistema de controles sucesivos y de diferente naturaleza que implicaría se acuda a las medidas de mayor grado de intrusividad siempre en último lugar. En palabras del magistrado interviniente: “Cabe Cabe referir que en concordancia con lo planteado por la PPN en la audiencia de habeas corpus, la judicatura puso énfasis en que los equipos tecnológicos adquiridos por el Estado e instalados en las cárceles del SPF en 2011 con el fin de evitar la las revisaciones iones vejatorias, también debían ser utilizados para la inspección de las personas presas. En todo caso, y como lo aconsejó el juez, la Dirección Nacional del SPF debía procurar ‘[…] […] la implementación de mayores medios tecnológicos, tanto fijos como manuales, es, y/o el acondicionamiento de los existentes, a los fines de dar cabal cumplimiento al Boletín Público Normativo N°460’”” (punto III del resolutorio). Otro factor señalado por la PPN que fue considerado a esos efectos fue el carácter provisorio del Protocolo, Protocolo, el cual prevé la realización de sugerencias y recomendaciones que se consideren pertinentes para la adecuación o modificación del procedimiento, con el fin de dotarlo de mayor eficacia y eficiencia operativa. 17 formuladas por la PPN para la ejecución de la sentencia dictada por el Juzgado Federal Nº 1 de Lomas de Zamora, la misma no fue convocada. En el año 2014 se reactivaron las reuniones del Consejo Consultivo, de lo cual se puso en conocimiento al Juzgado en el marco del fallo de “Luna Vila”. La PPN ha participado de las reuniones, que en el año 2014 estuvieron abocadas a la redacción de un Protocolo de Ingreso, pero a la fecha no se han tratado cuestiones vinculadas con el tema de la requisa en las cárceles del SPF. El segundo habeas corpus interpuesto ante el Juzgado de Instrucción en lo Criminal N° 31 de la Capital Federal, se sustanció en torno a las irregularidades advertidas en las visitas intercarcelarias –de penal a penal- entre las dos unidades de mujeres de Ezeiza (CPF IV y U.31) y el CPF CABA. En dicho contexto, se puso especial énfasis en el modo en que se les practicaba la requisa corporal a las mujeres detenidas que son trasladadas temporariamente a la prisión para varones de Devoto para visitar allí a sus familiares, a quienes se obliga a exhibir su cuerpo en un pasillo, frente a otras detenidas y a los niños. En la audiencia, el Jefe de Requisa explicó que la modalidad que se utiliza para requisar a las detenidas “[…] está regulada en un protocolo del año 1991, que prevé la requisa de las ingresantes, sus prendas de vestir y la mercadería; mientras que por otra parte también los médicos les realizaron un examen ‘de visu’, a efectos de constatar el estado psico-físico de las internas, especialmente verifican que no presenten lesiones”. Este examen médico sería el único momento en el cual, según lo reconocen las autoridades del SPF, las personas deben permanecer desnudas. Por el contrario, y de acuerdo con las pruebas testimoniales recolectadas en el marco del trámite del habeas corpus, una vez que las detenidas visitantes llegan al CPF CABA se acomodan en un pasillo estrecho en el que les revisan la ropa, la mercadería y los cuerpos. Que si bien no las obligan a permanecer desnudas por completo –se levantan primero la parte de arriba de la vestimenta y luego se bajan los pantalones– destacaron que deben “[…] quitarse la ropa interior, agacharse, abrir los cachetes de la cola y la vagina, todo ello delante de todas las internas y los menores”. Aclararon que todo eso lo hacen los agentes penitenciarios sin presencia de ningún médico, quienes les preguntan a las propias detenidas si tienen lesiones, y en caso que respondan afirmativamente recién ahí las examina el médico. Aquellas a quienes les da vergüenza que las vean piden “[…] a las mismas compañeras hace(r) una barrera humana para taparlas, desconociendo por qué no se utilizan los medios alternativos que usan los restantes visitantes”, dado que no hay ningún sector apropiado para efectuar este tipo de revisaciones íntimas. Este habeas corpus también fue resuelto favorablemente, considerando que la práctica aplicada agravaba sus condiciones de detención, y disponiéndose en cuanto al tema que nos ocupa que el Director del CPF CABA debía ordenar que tanto las requisas como los exámenes médicos de las mujeres trasladadas a ese establecimiento en el marco de visitas intercarcelarias se practiquen en los boxes individuales utilizados para la visita ordinaria, con el objeto de preservar la intimidad. Muy recientemente, el 26 de septiembre de 2015, la Justicia Nacional en lo Criminal de la Capital hizo lugar a un habeas corpus colectivo correctivo que reconoce que las requisas practicadas al colectivo LGTTBI constituyen “formas de violencia de género, agravadas por ser perpetradas por funcionarios del Estado contra personas que se encuentran bajo su custodia y en situación de especial vulnerabilidad”. El mismo fue presentado por la Defensoría General de la Nación respecto de las personas trans alojadas en el CPF IV de Mujeres de Ezeiza y el Módulo VI del CPF I de la misma localidad. 18 III. Conclusiones Acreditado el desarrollo actual de la problemática, es posible extraer una serie de menciones sobre el nivel de invasión, violencia, vejamen y humillación que los procedimientos de requisas corporales sobre visitantes y personas detenidas en cárceles federales federales suponen. Los hechos de tortura y malos tratos registrados en el contexto de requisas violentas (inspecciones corporales vejatorias, o inspecciones de las instalaciones), al igual que las requisas como unaa circunstancia propicia para la comisión de graves gr vulneraciones de derechos humanos de las personas presas y de sus familiares –quienes quienes son sometidos a procedimientos de inspección al momento de ingresar a las visitas–, visitas , son objeto de monitoreo constante por este Organismo en miras a erradicar sus prácticas más lesivas, e impulsar la modificación de la legislación que las habilita y propicia. En particular: 1. Las deficiencias de técnica legislativa y la falta de dictado de una nueva reglamentación permiten la continuidad en vigencia de la “Guía de Procedimientos cedimientos de la Función Requisa”” Requisa” del año 1991.. Previo a destacar las deficiencias sustanciales de su regulación, en este primer punto, se destaca la importancia de que la normativa que implemente avances en la materia, al menos en sus principios ordenat ordenatorios, resulte un acto emanado del Congreso Nacional, sin resultar suficiente su resolución mediante una reglamentación de la administración pública nacional. “Las requisas personales deben ser reguladas por ley y deben establecerse medidas y políticas claras aras que definan explícitamente las condiciones y modalidades de su uso.”(Asociación para la Prevención de la Tortura (APT) y Penal Reform International en su herramienta de monitoreo de detención “Requisas Personales: abordando factores de riesgo para prevenir pre la tortura y el maltrato”) 1.1 Entre esos principios rectores, deben definirse legislativamente las condiciones bajo las cuales pueden tener lugar los procedimientos de requisas corporales, basándose en criterios de necesidad y proporcionalidad. proporcionalidad También las circunstancias que habilitarían avanzar hacia procedimientos con mayores niveles de invasión. Por caso, la requisa corporal con desnudo se llevaría a cabo sólo cuando resultara insuficiente la requisa de cacheo para verificar si se ha escondido escondido una sustancia u objeto. A su vez, las requisas de cavidades corporales deben resultar sumamente excepcionales y exclusivas en el caso de las personas privadas de libertad, y practicarse en espacios que preserven su pudor y privacidad. 2. En lo sustancial,, la necesidad de erradicar las prácticas actuales y reformar el marco normativo vigente supone reconocer su carácter eminentemente caduco, al no contemplar los señalamientos internacionales recibidos por el Estado Argentino, los avances culturales que suponen onen la necesidad de un respeto irrestricto a la diversidad de género, y la incorporación de nuevas tecnologías que han permitido la emergencia de nuevos equipos de detección menos invasivos. 19 2.1 En particular, supone la necesidad de garantizar el cumplimiento irrestricto de los criterios de razonabilidad, excepcionalidad y proporcionalidad establecidos en el precedente Caso X e Y. Más aún, el continuo progreso en el respeto de los derechos humanos supone además de su afianzamiento, perseguir su avance hacia mayores niveles de protección. En este caso concreto, establecer la prohibición absoluta de las requisas invasivas o de cavidades sobre personas detenidas o sus familiares. En casos de fuerza mayor debidamente acreditada, y con previa autorización judicial expresa, los controles podrán ser practicados por profesionales de la salud externos a la administración penitenciaria. 2.2 Si bien en el ya citado Informe sobre Uso de la Fuerza remitido a la CIDH se hizo referencia a la falta de capacitación específica del personal penitenciario para la realización de requisas respetuosas de los derechos de las personas sujeto de las mismas, conviene reiterar su importancia y necesidad. Asimismo, cabe señalar que la cantidad de personal presente en una requisa con desnudo o requisa invasiva debería reducirse a una persona para evitar prácticas humillantes. 2.3 Con respecto a los grupos potencialmente más afectados por las prácticas manuales de requisa, como las mujeres, los niños y niñas, y el colectivo LGTTBI, deben ser preservados especialmente y rodeados de mayores garantías. Para ellos, se debe preservar el recaudo de que las mismas sean llevadas a cabo por personal del mismo género que quien es requisado, o bien puedan expresar su preferencia respecto del género del agente que conducirá la requisa. 2.4 Las requisas manuales, en todo caso, deben ser reconocidas como una excepcional ultima ratio. Como ha propuesto este organismo, una correcta interpretación del uso regular de mecanismos no invasivos supondría establecer que: En todos los casos en que sea necesario registrar a una persona, ya sea un detenido o un visitante, se utilizará como método exclusivo el o los aparatos electrónicos dispuestos para tal fin en los establecimientos carcelarios. Ellos también se aplicarán a la inspección de pertenencias personales que lleve consigo y de productos o mercaderías para consumo durante la visita o destinadas al detenido/a. 20