El dinero del campus - Departamento de Estructura e Historia

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Heraldo de Aragón l Sábado 4 de febrero de 2012
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TRIBUNA l 17
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LA FIRMA I El autor recuerda que la Universidad de Zaragoza está sistemáticamente por debajo de la media en financiación. Y defiende que el actual
gobierno todavía está a tiempo de corregir el problema en las cuentas 2012.
Por Vicente Pinilla
El dinero del campus
sistemáticamente por debajo de
la media española.
—Esta mala situación ha empeorado todavía más desde 2009.
Con los últimos datos disponibles
de 2011, la Universidad de Zaragoza ocupa ya una de las peores posiciones en España, muy por debajo de la media.
Los datos son por lo tanto claros. Hemos tenido una mala financiación, y desde que comenzó
la crisis, la situación ha empeorado notablemente. Pero, ¿por qué
son así las cosas? Mi hipótesis es
que los gobiernos de Aragón no
han tenido, ni tienen, un plan claro sobre el tipo de universidad
que desean. Más allá de la retórica sobre lo importante que en la
economía del conocimiento es
disponer de una universidad excelente, volcada hacia la buena
docencia y la investigación avanzada, no ha habido un plan y un
compromiso que permita alcanzar las metas exigibles a la universidad.
La razón para que esto haya
ocurrido, más allá también quizás
de la escasa proximidad que los
presidentes han sentido hacia la
institución, tiene que ver con que
la gestión universitaria no depende directamente de ningún departamento del gobierno. Se transfieren recursos y es luego el gobier-
«Las penurias financieras
de la Universidad tienen
que ver con que los gobiernos ni han tenido ni tienen
claro qué tipo de Universidad desean»
HOY, SÁBADO 4
Jesús F. Frago
INNECESARIO
HERALDO
DESDE que se transfirió la Universidad de Zaragoza a Aragón, el
debate sobre su financiación ha
sido recurrente. La extrema situación en la que nos encontramos,
lo ha avivado todavía más. En el
debate se plantean básicamente
dos posturas y algunas posiciones
intermedias. Desde el gobierno de
la Universidad se ha afirmado que
el principal problema es la baja
cuantía de las transferencias recibidas desde la Comunidad Autónoma. La alternativa es lo que podríamos llamar la ‘doctrina Larraz’, por ser este ex consejero del
Gobierno de Aragón quien la formuló con mayor rotundidad. El
argumento es que la Universidad
estaba bien financiada y sin embargo, la mala gestión era la causante de la situación. En las últimas semanas, algunos universitarios que apoyan una alternativa en
las próximas elecciones frente al
actual rector, de forma más o menos contundente, apuntan también a que este problema sería relevante y se sumaría al bajo nivel
de transferencias de la Comunidad Autónoma.
Resolver el dilema con mera retórica es inadecuado. Hay que ir
a datos objetivos y cuantificables
para poder responder (Informes
de la CRUE ‘La universidad en cifras’, INE, presupuestos universitarios y de comunidades autónomas…). ¿Qué nos dicen estos datos? Con contundencia dos cosas:
—Desde que se transfirió la
Universidad de Zaragoza hasta
nuestros días, independientemente del indicador que utilicemos (gasto en enseñanza universitaria del gobierno autonómico
sobre el PIB regional, gasto por
alumno, o porcentaje de gasto en
enseñanza universitaria sobre
presupuesto total de la Comunidad Autónoma), Aragón o la Universidad de Zaragoza han estado
Gerente: José Andrés Nalda Mejino
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Imprime: Impresa Norte, S. L.
Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L.
no de la Universidad el que los
gestiona. Esto produce seguramente falta de compromiso e
identificación.
La coyuntura actual es extremadamente grave. La mala situación
existente en el último gobierno
socialista fue duramente criticada por la oposición, señalando los
riesgos que entrañaba y su miopía hacia una institución clave para el desarrollo económico y social de Aragón.
El gobierno socialista, tras tres
mandatos consecutivos, sólo fue
capaz en los últimos meses de su
gestión de llegar a un acuerdo de
financiación que permitiera marcar un horizonte plurianual a los
recursos disponibles para la universidad y los mejorara. Paradójicamente, el cambio de gobierno,
ha empeorado todavía más las cosas. No se ha respetado el acuerdo de financiación, se ha congelado la transferencia básica y la inversión se ha dejado a nivel cero.
Con este panorama no se puede achacar mala gestión al actual
equipo, sino maravillarnos de que
con recursos tan escasos sigamos
funcionando, aunque sea con recortes significativos y graves. La
comunidad universitaria, dejando
al margen las lógicas discrepancias sobre proyectos, objetivos o
planes para los próximos cuatro
años, debería estar unida para reivindicar los medios que necesita
de forma imprescindible para poder seguir adelante y mantener y
mejorar el lugar destacado que ya
tiene por su calidad. El gobierno
todavía está a tiempo de corregir
el problema en los presupuestos
de 2012.
*Vicente Pinilla es Catedrático de Historia Económica en la Universidad de
Zaragoza y fue Vicerrector de Organización y Gestión Económica de la misma en 2000-2004
DE todas las causas que tiene abiertas Baltasar Garzón, la menos comprensible para
una buena parte de los ciudadanos es la que
trata de determinar si prevaricó al investigar los crímenes del franquismo. Las manifestaciones de apoyo al juez a las puertas
del Tribunal Supremo y la presencia de representantes de asociaciones internacionales pro derechos humanos demuestran el
desconcierto que provoca. ¿Está justificado
este juicio por las extravagancias jurídicas
de Garzón? ¿A cuántos jueces habría que
sentar en el banquillo por sus errores? Esta
causa ha sido posible por la incompetencia
de los políticos a la hora de solucionar el
problema de los desaparecidos de la guerra
civil. Hemos convertido en un asunto delicado lo que solo es el deseo razonable de
quienes aspiran a localizar los restos de sus
seres queridos y enterrarlos dignamente. En
el Centro de Historias de Zaragoza, la exposición ‘Desaparecidos’, de Gervasio Sánchez, describe la dimensión de este problema en el mundo. Cuesta creer que mientras
otros países aplican sin estridencias ni alborotos políticos los avances técnicos y científicos en la localización e identificación de
los restos, aquí nos mostremos tan remisos.
La verdad y la justicia salen perdiendo.
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CON DNI
Rafael Bardají
Cesantía
y eficacia
SIGUIENDO la lógica de la
sensatez, si las cosas funcionan, no hay por qué cambiarlas. En España estamos acostumbrados a que ante una
mudanza de gobierno empiecen a rotar los diferentes cargos por mucho que su misión
no tenga un perfil político. Es
la manera que tienen los aparatos de los partidos de pagar
fidelidades y el trabajo al servicio de la causa. Y así, además de sustituir el consejero
y director general de una
consejería o ministerio, las
cesantías llegan hasta el jefe
de servicio, director de hospital o cárcel. Es una mala
costumbre generalizada que
llevan a cabo todos los partidos políticos y que produce,
entre otras cosas, el desaprovechamiento de un caudal de
conocimiento y de experiencia. Los gobiernos buscan
personas afines en los niveles
más remotos de la gestión
pública, aún a costa de la eficacia. Y este vicio democrático se ha llevado al director
general de Tráfico, Pere Navarro, un hombre sobre cuyas
espaldas recae buena parte
de uno de los logros más evidentes de los últimos años, la
reducción de las cifras de las
muertes de tráfico. Navarro,
que se ha enterado por la
prensa, ha dado la impresión
en este tiempo de ser una
persona convencida de las
misiones de su cargo. Ha explicado sus programas y ha
sabido combinar el necesario
toque pedagógico con la autoridad y la determinación.
Una actitud de responsabilidad que ha tenido un componente cultural en la medida
en que los españoles nos hemos dado cuenta de los beneficios de cambiar unos hábitos en la sociedad del volante. Y el asunto no es baladí, si
nos fijamos en que las muertes en el asfalto se han reducido a la mitad en una década, lo que supone miles de
personas que siguen teniendo el bien más preciado. Y
aunque nadie podrá compensar a las víctimas ni a sus familiares del dolor, es muy revelador que en 2011 por primera vez en 50 años, los fallecidos sobre el asfalto han bajado de 1.500. El ministro Fernández Díaz alabó en enero
estos datos y la gestión pero
no ha servido para mantener
a Navarro. Los mejores deseos para su sustituta, María
Seguí, de quien esperamos
que siga ayudando a la sociedad a entender que el coche,
mal usado, es un arma cargada de tragedia.
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