MÓDULO NO

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Keila Elizabeth González
Aspirante a Juez de Paz
La DobleInstanciaComoDerechodelCondenado
Puede considerarse como doble instancia o doble grado de jurisdicción, al derecho del que goza
todo justiciable de que la sentencia que sobrevenga en relación a un proceso judicial del cual
forme parte sea verificada por jueces diferentes y se entiende jerárquicamente superiores a
aquellos que la emitieron, procurando así que sean enmendados los entuertos, ilegalidades o
injusticias que hayan podido ser cometidas por dichos magistrados. Como consecuencia de la
doble instancia, o el doble grado de jurisdicción, todo proceso judicial ha de poder ser
examinado doblemente, es decir que las cuestiones propias del caso serán debatidas por dos
jueces o tribunales diferentes. Podríamos señalar en consecuencia que: “La doble instancia
significa que las resoluciones definitivas pueden ser trasladadas a un Tribunal superior para que
realice un nuevo enjuiciamiento mediante la interposición de un recurso al efecto, recurso
ordinario y devolutivo (recurso de apelación). La segunda instancia implica la existencia de un
nuevo conocimiento, implica poner al Juez de la segunda instancia ante el mismo objeto procesal
que aquel que fue juzgado por el de primera instancia y conseguir el segundo enjuiciamiento con
los mismos materiales probatorios que se tuvieron en cuenta en primera instancia”1.
El doble grado de jurisdicción es generalmente asimilado al derecho a recurrir, que si bien tienen
una relación prácticamente indisoluble, sin embargo no encierran el mismo concepto, esto así
porque cuando hablamos de la doble instancia nos referimos a un doble examen de los hechos
por parte de jueces o tribunales diferentes, mientras que al referirnos al derecho a recurrir,
implica el derecho del justiciable de que sea examinada la sentencia que sobrevenga, no
necesariamente los hechos objeto de dicha sentencia, puede prevalecer el derecho a recurrir, aun
cuando sea suprimido el doble grado de jurisdicción, o lo que es lo mismo: la doble instancia; sin
embargo podría decirse que la doble instancia es una desmembración o consecuencia propia del
derecho a recurrir.
En nuestro país, la doble instancia y como consecuencia de ello el derecho a recurrir, no está
expresamente contenido en nuestra Constitución, sin embargo forma parte de nuestro derecho
constitucional por aplicación de las disposiciones contenidas en los artículos 3 y 10 de la misma,
que establecen la obligación del Estado de aplicar las normas de carácter internacional relativas a
derechos humanos, así como la aplicación directa de los derechos humanos contenidos en los
instrumentos internacionales en nuestro derecho interno. En tal virtud los artículos 8.2.h de la
1
Vicente José Martínez Pardo, escrito: El Derecho al Recurso en el Proceso Penal.
Keila Elizabeth González
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Convención Americana de Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos establece que "Toda persona declarada culpable de un delito tendrá derecho a
que la resolución de condena y la pena que se haya impuesto sea sometida a un Tribunal
superior, conforme a lo que se establece en la ley".
Las disposiciones contenidas en el artículo 14.5 del Pacto dejan claro dos asuntos trascendentales
que se refieren en primer lugar, a que asume la doble instancia no desde un tipo de recurso en
específico, es decir que no establece cual es el recurso del que deberá gozar el justiciable,
facultando al Estado para decidir cual es el recurso que deberá interponerse en cada caso. Por
otro lado, se plantea la doble instancia como un derecho propio del imputado, específicamente
del condenado, ya que señala expresamente que el derecho a recurrir la pena y la condena, es
decir que sólo un ciudadano condenado en virtud de una sentencia penal ha de gozar
constitucionalmente del derecho a la doble instancia, estableciendo el carácter constitucional de
este derecho sólo para los casos penales y en específico para los acusados.
En tal sentido, en el proceso penal el derecho a la doble instancia es considerado en virtud de lo
establecido en los instrumentos internacionales antes señalados, como parte esencial del debido
proceso y de la tutela judicial efectiva, en ese tenor lo expresó el Tribunal Constitucional
Español en sentencia No. 42/82 al establecer que: “si bien estas consideraciones no son
suficientes por ellas mismas para crear recursos inexistentes, si que obligan a entender que entre
las garantías del proceso penal se encuentra la del recurso delante de un Tribunal superior y que,
por tanto, todas las normas de Derecho procesal de nuestro ordenamiento han de ser
interpretadas en el sentido mas favorable a un recurso de este género”. La razón de justificar la
constitucionalidad de la doble instancia en materia penal no es otra que el perjuicio que se le
causa con la resolución recurrida a l persona acusada o imputada.
En nuestro sistema penal, el derecho a la doble instancia encuentra su mayor connotación en las
disposiciones del artículo 21 del Código Procesal Penal, el cual establece el derecho del
imputado a recurrir las decisiones dictadas en su contra, siendo este derecho de carácter
constitucional. De ahí que, si bien a la luz de lo establecido en los artículos 393 y siguientes del
Código Procesal Penal, el derecho a recurrir está consagrado legalmente para todas las partes del
proceso, sin embargo ese derecho sólo deviene en constitucional en lo atinente al imputado, ello
así en virtud de las disposiciones de la Convención y el Pacto más arriba enunciadas, es decir,
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que la doble instancia reviste carácter constitucional sólo en lo relativo a la materia penal, y
únicamente con relación al derecho a recurrir los fallos condenatorios por parte del inculpado.
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