LAS GAFAS DE LECTURA Y LAS LENTES DE CONTACTO. Teniendo en cuenta que un continuo trabajo de cerca perjudica la vista, el llevar unas gafas de lectura puede llegar a ser, en algunos casos, hasta beneficioso para prevenir la miopía y evitar con ello el tener que usar gafas permanentemente para corregirla. Estas gafas permiten mantener relajada la vista durante el tiempo de lectura. En estos casos también son convenientes las lentes de contacto, ya que estas, en el caso de la miopía, pueden llegar a disminuir la curvatura de la córnea. Sin embargo, las lentes d contacto blandas, muy extendidas hoy en día, necesitan un cuidado intensivo varias veces al año y controles médicos periódicos, además no producen este efecto de aplanamiento. En el futuro se impondrán las lentes de contacto semirrigidas, de larga duración, elásticas y permeables a los gases que a más a más de producir el aplanamiento de la córnea con la consecuente disminución de miopía, son más higiénicas, sin apenas riesgo de conjuntivitis ni de rechazo. ¿SE PUEDE RENUNCIAR A LA GAFAS? Las gafas deberían llevarse durante cierto tiempo y solo cuando fuesen absolutamente necesarias, al caminar por la calle por ejemplo o al conducir. Debemos renunciar con la mayor frecuencia posible, por lo menos durante unas horas al día a la utilización de las gafas, entrenando así la capacidad visual natural. Mediante un entrenamiento visual controlado por especialistas obtenemos buenos resultados para graduaciones inferiores a 3 dioptrías. En graduaciones mayores, podemos hacer que el paciente deje de depender por completo de sus gafas, y en casa o en la playa por ejemplo, pueda ir con toda tranquilidad sin ningún tipo de corrección.