organos autonomos consejo nacional de la magistratura

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El Peruano
Lima, miércoles 2 de mayo de 2012
NORMAS LEGALES
ORGANOS AUTONOMOS
CONSEJO NACIONAL DE
LA MAGISTRATURA
Sancionan con destitución a magistrado
por su actuación como Juez del
Juzgado Mixto de Moyobamba de la
Corte Superior de Justicia de San
Martín
(Se publica la presente resolución a solicitud del
Consejo Nacional de la Magistratura, mediante Oficio Nº
795-2012-DG-CNM, recibido el 26 de abril de 2012)
RESOLUCIÓN DEL CONSEJO NACIONAL
DE LA MAGISTRATURA
N° 589-2011-PCNM
P.D. N° 030-2010-CNM
San Isidro, 7 de octubre de 2011
VISTO;
El proceso disciplinario número 030-2010-CNM,
seguido contra el doctor Fernando Jesús Torres Manrique
por su actuación como Juez del Juzgado Mixto de
Moyobamba de la Corte Superior de Justicia de San
Martín y, el pedido de destitución formulado por el
señor Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la
República; y,
CONSIDERANDO:
Primero: Que, por Resolución N° 260-2010-PCNM, de
27 de julio de 2010, el Consejo Nacional de la Magistratura
abrió proceso disciplinario al doctor Fernando Jesús
Torres Manrique, por su actuación como Juez del Juzgado
Mixto de Moyobamba de la Corte Superior de Justicia de
San Martín;
Segundo: Que, se imputa al doctor Fernando Jesús
Torres Manrique el haber incurrido en irregularidades en
la tramitación del proceso de amparo seguido por don
Antero Flores Ruiz con el Poder Judicial, expediente N°
2006-0006-0-2201-JM-CI-1, en los siguientes términos:
A) Haber dispuesto la reincorporación del accionante
Antero Flores Ruiz al cargo de Secretario Titular adscrito al
Noveno Juzgado de Instrucción o Penal de la Provincia de
Lima (Grado F2), inobservando el precedente vinculante
contenido en la sentencia del Tribunal Constitucional de
28 de noviembre de noviembre de 2005, recaída en el
expediente N° 206-2005-PA/TC, puesto que la vía idónea
resultaba ser el proceso contencioso administrativo,
conducta realizada con la intención de favorecer a la parte
actora, infringiendo lo previsto por el artículo 184° inciso
16 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, el artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, así
como los principios de independencia e imparcialidad.
B) Falta de motivación y fundamentación de la
resolución judicial emitida el 08 de noviembre de 2006,
toda vez que del tenor de la sentencia no se aprecian
cuáles fueron las razones por las cuales se apartó del
precedente vinculante contenido en la sentencia N° 2062005-PA/TC, y declaró fundada en parte la demanda
interpuesta por don Antero Flores Ruiz, infringiendo con
dicha conducta el artículo 139° inciso 5 de la Constitución
Política del Perú.
C) No haber emitido sentencia dentro del plazo
establecido en el artículo 53° del Código Procesal
Constitucional, puesto que pese a encontrarse en
despacho los autos desde el 22 de mayo de 2006, recién
el 08 de noviembre de 2006 el doctor Torres Manrique
emite sentencia, esto es, después de más de cinco meses,
cuando el plazo previsto por el artículo 53° del citado
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Código se encontraba vencido, vulnerando el artículo
184° inciso 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial;
Tercero: Que, mediante el escrito recibido el 25 de
agosto de 2010, el doctor Torres Manrique dedujo la
excepción de prescripción alegando que dado a que laboró
hasta el mes de enero del año 2007, la queja en su contra
prescribió a lo mucho en el mes de enero del año 2009;
y, habiendo transcurrido desde la fecha de sucedidos los
hechos más de tres años y medio, la queja en su contra es
extemporánea y no debió haber generado que se abriera
el proceso disciplinario en materia;
Cuarto: Que, con respecto a la prescripción deducida
por el doctor Torres Manrique, cabe delimitar esta
institución jurídica como aquella que extingue la facultad
persecutoria que tiene la administración respecto de la
infracción administrativa, por el transcurso del tiempo,
siendo en tal sentido que el Texto Único Ordenado
de la Ley Orgánica del Poder Judicial, aprobado por
Decreto Supremo 017-93-JUS, prescribe en su artículo
204º: “El plazo para interponer la queja administrativa
contra los magistrados caduca a los treinta días útiles
de ocurrido el hecho. Interpuesta la queja, prescribe, de
oficio a los dos años”, con lo cual concuerda el artículo
63° del Reglamento de Organización y Funciones de la
Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial,
aprobado por Resolución Administrativa N° 263-96-SETP-CME-P, modificada por el artículo 3° de la Resolución
Administrativa N° 491-CME-PJ;
Quinto: Que, a su vez, el citado ROF de la OCMA del
Poder Judicial regula en su artículo 64º: “El cómputo del
plazo de prescripción se inicia a partir de la fecha en que
el Órgano Contralor toma conocimiento de la presunta
conducta irregular a través de la interposición de la
queja (...)”, y en su artículo 65°: “El cómputo del plazo de
prescripción se suspende con el primer pronunciamiento
del Órgano Contralor competente”;
Sexto: Que, en tal sentido, estando a que los hechos
materia del presente procedimiento disciplinario se
hicieron de conocimiento del órgano contralor, Oficina de
Control de la Magistratura del Poder Judicial, mediante
el Oficio N° 1328-2007-CE-PJ de 02 de abril de 2007,
recibido el 04 de abril de 2007, de fojas 53, en mérito del
cual este órgano expidió las resoluciones números Uno y
Dos, de 09 y 10 de abril de 2007, de fojas 56 y 57 a 63, por
las cuales formalizó su avocamiento y abrió investigación
de oficio contra el doctor Fernando Jesús Torres Manrique
en su actuación como Juez Titular del Juzgado Mixto de
Moyobamba, respectivamente; surge que en la última
fecha señalada quedó suspendido el plazo de prescripción,
deviniendo en infundada tal formulación;
Sétimo: Que, asimismo, el magistrado procesado
formuló sus descargos afirmando que los artículos
138° y 139° inciso 2 de la Constitución Política prevén
que las normas constitucionales prevalecen sobre las
resoluciones del Tribunal Constitucional, siendo así que
en la resolución que se le cuestiona haber expedido aplicó
el control difuso, habiendo sido impugnable la misma
mediante un recurso de apelación;
Octavo: Que, del mismo modo señaló que la
resolución que expidió contiene los fundamentos que la
motivan, debiéndose su forma a que en el juzgado en el
que se desempeñó no contaba con la persona que tuviera
la capacitación idónea para que la proyectara; a dicha
situación agregó la sobre carga procesal que existía en
su juzgado para justificar el no haber emitido sentencia
dentro del plazo de ley; y, acotó que en su función de juez
titular siempre actuó con buena fe, sin que se le haya
probado lo contrario, y según lo regulado en el artículo
212° de la Ley Orgánica del Poder Judicial no se le puede
sancionar por una discrepancia de opinión o criterio;
Noveno: Que, del análisis y revisión de los actuados
se aprecia respecto al cargo atribuido al doctor Palomino
Parra en el literal A), que mediante el escrito que corre
de fojas 06 a 18, don Antero Flores Ruiz interpuso una
demanda de amparo contra el Poder Judicial y su
Procurador Público, peticionando:
“a).- Inaplicación al suscrito de los efectos jurídicos del
Decreto Ley 25580 (…), y cualquier acto administrativo
derivado de la aplicación de dicha normatividad legal.
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b).- Mi Reincorporación al cargo de Secretario titular,
adscrito al Noveno Juzgado de Instrucción o Penal de la
Provincia de Lima. Grado F2.
c).- Reconocimiento de antigüedad en el cargo
y cómputo de los años de servicios no laborados a
consecuencia del arbitrario cese, (…).
d).- Reconocimiento de abono cuatro años de
formación profesional.
e).- Reconocimiento de todos los derechos y beneficios
laborales dejados de percibir (…)”;
Décimo: Que, en el trámite de la demanda de amparo
citada en el considerando precedente, y del proceso
constitucional N° 2006-00006-0-2201-JM-CI-01, originado
por la misma, el Juzgado Mixto de Moyobamba de la Corte
Superior de Justicia de San Martín, a cargo del doctor
Torres Manrique, expidió sentencia mediante la resolución
N° 08 de 08 de noviembre de 2006, de fojas 25 a 28, “(…)
Declarando FUNDADA EN PARTE la demanda (…) en lo
referido de: a) inaplicación al demandante de los efectos
jurídicos del decreto ley veinticinco quinientos ochenta (…);
b) su reincorporación al cargo de secretario titular adscrito
al noveno juzgado de instrucción o penal de la provincia
de Lima Grado F-2; c) reconocimiento de antigüedad en
el cargo y cómputo de los años de servicios no laborados
a consecuencia del arbitrario cese (…); INFUNDADA en
cuanto al reconocimiento de abono cuatro años de formación
profesional y el reconocimiento de todos los derechos y
beneficios laborales dejados de percibir (…)”;
Décimo Primero: Que, la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el expediente N° 0206-2005PA/TC, emitida el 28 de noviembre de 2005, y publicada
en el diario oficial El Peruano el 22 de diciembre de 2005,
declaró en el numeral 3. de su parte resolutiva: “(…) que
los criterios de procedibilidad de las demandas de amparo
en materia laboral, previstos en los fundamentos 7 a 25,
supra, constituyen precedente vinculante inmediato de
conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del
CPConst.; motivo por el cual, a partir del día siguiente de
la publicación de la presente sentencia en el diario oficial
El Peruano, toda demanda de amparo que sea presentada
o que se encuentre en trámite y que no cumpla con tales
condiciones, debe ser declarada improcedente”;
Décimo Segundo: Que, los criterios de procedibilidad
de la sentencia constitucional citada en el considerando
precedente, relacionados con la temática que se cuestiona
haber conocido al magistrado procesado, se transcriben a
continuación:
“(…) Vía procedimental igualmente satisfactoria para
la protección del derecho al trabajo y derechos conexos
en el régimen laboral público.
21. Con relación a los trabajadores sujetos al
régimen laboral público, se debe considerar que el
Estado es el único empleador en las diversas entidades
de la Administración Pública. Por ello, el artículo 4º
literal 6) de la Ley Nº 27584, que regula el proceso
contencioso administrativo, dispone que las actuaciones
administrativas sobre el personal dependiente al servicio
de la administración pública son impugnables a través del
proceso contencioso administrativo. Consecuentemente,
el Tribunal Constitucional estima que la vía normal para
resolver las pretensiones individuales por conflictos
jurídicos derivados de la aplicación de la legislación
laboral pública es el proceso contencioso administrativo,
dado que permite la reposición del trabajador despedido y
prevé la concesión de medidas cautelares.
22. En efecto, si en virtud de la legislación laboral pública
(Decreto Legislativo Nº 276, Ley Nº 24041 y regímenes
especiales de servidores públicos sujetos a la carrera
administrativa) y del proceso contencioso administrativo
es posible la reposición, entonces las consecuencias que
se deriven de los despidos de los servidores públicos o del
personal que sin tener tal condición laboral para el sector
público (Ley Nº 24041), deberán dilucidarse en la vía
contenciosa administrativa por ser la idónea, adecuada e
igualmente satisfactoria, en relación al proceso de amparo,
para resolver las controversias laborales públicas. 23. Lo mismo sucederá con las pretensiones por
conflictos jurídicos individuales respecto a las actuaciones
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administrativas sobre el personal dependiente al servicio
de la administración pública y que se derivan de derechos
reconocidos por la ley, tales como nombramientos,
impugnación de adjudicación de plazas, desplazamientos,
reasignaciones o rotaciones, cuestionamientos relativos a
remuneraciones, bonificaciones, subsidios y gratificaciones,
permisos, licencias, ascensos, promociones, impugnación
de procesos administrativos disciplinarios, sanciones
administrativas, ceses por límite de edad, excedencia,
reincorporaciones, rehabilitaciones, compensación por
tiempo de servicios y cuestionamiento de la actuación de la
administración con motivo de la Ley N.º 27803, entre otros.
24. Por tanto, conforme al artículo 5°, inciso 2° del
Código Procesal Constitucional, las demandas de amparo
que soliciten la reposición de los despidos producidos bajo
el régimen de la legislación laboral pública y de las materias
mencionadas en el párrafo precedente deberán ser
declaradas improcedentes, puesto que la vía igualmente
satisfactoria para ventilar este tipo de pretensiones es
la contencioso administrativa. Sólo en defecto de tal
posibilidad o atendiendo a la urgencia o a la demostración
objetiva y fehaciente por parte del demandante de que la
vía contenciosa administrativa no es la idónea, procederá
el amparo. Igualmente, el proceso de amparo será la vía
idónea para los casos relativos a despidos de servidores
públicos cuya causa sea: su afiliación sindical o cargo
sindical, por discriminación, en el caso de las mujeres
por su maternidad, y por la condición de impedido físico o
mental conforme a los fundamentos 10 a 15 supra (…)”;
Décimo Tercero: Que, la Constitución Política,
fundamento de todas las normas que integran el
ordenamiento jurídico peruano, preceptúa en su artículo 201º
que el Tribunal Constitucional es el órgano de control de la
Constitución, habiéndose proveído en el desarrollo legal de
tal disposición, que como intérprete supremo y guardián de
la vigencia de la Constitución determina la constitucionalidad
de las leyes, por lo que sus criterios deben ser observados
por todos los magistrados de la República, pues de no
hacerlo estarían incursos en violación a la Ley Fundamental
y en la responsabilidad que se genere, incluso so pretexto
de aplicar el control difuso de la constitucionalidad de
las leyes, debiendo en caso de no estar de acuerdo con
las decisiones del Tribunal Constitucional criticarlas con
fines de enmienda, pero no dejar de acatarlas; lo cual es
concordante con el deber de los jueces de todos los niveles
de administrar justicia con arreglo a la Constitución y la Ley,
prescrito en los artículos 138º de la Constitución Política y
184º numeral 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y, es
proporcional con la disposición del artículo 146º numeral
3 de la Constitución Política, en el sentido que el Estado
garantiza a los magistrados judiciales su permanencia en el
servicio mientras observen conducta e idoneidad propias de
su función;
Décimo Cuarto: Que, asimismo, la Constitución
Política prescribe en sus artículos 138° y 139°: “La potestad
de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por
el Poder Judicial a través de sus órganos jerárquicos
con arreglo a la Constitución y a las leyes (…)”; “Son
principios y derechos de la función jurisdiccional (…) 2. La
independencia en el ejercicio de la función jurisdiccional.
Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes
ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio
de sus funciones. Tampoco puede dejar sin efecto
resoluciones que han pasado en autoridad de cosa
juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecución (…)”; lo cual es
concordante con la disposición del artículo 2° de la Ley
Orgánica del Poder Judicial;
Décimo Quinto: Que, los artículos VI y VII del Título
Preliminar del Código Procesal Constitucional prescriben:
“(…) Los Jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma
con rango de ley y los reglamentos según los preceptos
y principios constitucionales, conforme a la interpretación
de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas
por el Tribunal Constitucional”; “Las sentencias del
Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de
cosa juzgada constituyen precedente vinculante cuando
así lo exprese la sentencia, precisando el extremo de su
efecto normativo (…)”; orientación que es seguida por la
Primera Disposición Final de la Ley Orgánica del Tribunal
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NORMAS LEGALES
Constitucional, al regular que: “Los Jueces y Tribunales
interpretan y aplican las leyes y toda norma con rango
de ley y los reglamentos respectivos según los preceptos
y principios constitucionales, conforme a la interpretación
de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas
por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos,
bajo responsabilidad.”;
Décimo Sexto: Que, en tal sentido, se advierte que el
doctor Torres Manrique, en su actuación como Juez Titular
del Juzgado Mixto de Moyobamba de la Corte Superior
de Justicia de San Martín, en el trámite del proceso
constitucional de amparo N° 2006-00006-0-2201-JM-CI01, expidió la resolución de 08 de noviembre de 2006,
que declaró fundada en parte una demanda de materia
del régimen laboral público, conforme se detalla en el
considerando Décimo de la presente resolución; acción
con la cual inobservó los precedentes vinculantes fijados
por el Tribunal Constitucional en su sentencia de 28 de
noviembre de 2005, recaída en el expediente N° 02062005-PA/TC, transcritos en el considerando Décimo
Segundo de la presente resolución, y que preceptúan que
deberán dilucidarse en la vía contencioso administrativa,
las pretensiones individuales por conflictos jurídicos
derivados de la aplicación de la legislación laboral pública
por ser idónea, adecuada e igualmente satisfactoria,
en relación al proceso de amparo, especialmente las
cuestiones relativas a las actuaciones administrativas sobre
el personal dependiente al servicio de la administración
pública que se derivan de derechos reconocidos por la ley,
tales como la impugnación de procesos administrativos
disciplinarios y de sanciones administrativas;
Décimo Sétimo: Que, se debe recalcar también que
la sentencia constitucional de 28 de noviembre de 2005,
recaída en el expediente N° 0206-2005-PA/TC, en su
numeral 24. estableció como excepción a los efectos de
sus precedentes vinculantes, la urgencia o la demostración
objetiva y fehaciente por parte del demandante de que
la vía contenciosa administrativa no era la idónea;
cuestiones que no plasmó la resolución que se cuestiona
haber expedido al doctor Torres Manrique al haber dejado
sin efecto para el demandante Antero Flores Ruiz la Ley
N° 25580, que dispuso su cese en la función de secretario
judicial; evidenciando tal actuación una parcialización del
juez procesado con el citado demandante;
Décimo Octavo: Que, la conducta acreditada al
magistrado procesado denota que infringió los principios
de independencia - imparcialidad, vulnerando el precepto
establecido en el artículo 139° inciso 2 de la Constitución
Política, que es concordante con el artículo 2° de la Ley
Orgánica del Poder judicial, y quebrantó sus deberes de
resolver con sujeción a las garantías constitucionales del
debido proceso y cumplir con las demás obligaciones
señaladas por ley, regulados por el artículo 184° numerales 1
y 16 de la citada Ley Orgánica; asimismo, revela que incurrió
en la responsabilidad disciplinaria devenida de las infracciones
señaladas, así como por haber mostrado una notoria conducta
irregular que menoscaba el decoro y respetabilidad del cargo,
conforme a lo regulado en el artículo 201° numerales 1 y 6
de la invocada Ley Orgánica del Poder judicial, que lo hace
pasible de responsabilidad disciplinaria;
Décimo Noveno: Que, en cuanto al cargo atribuido
al doctor Torres Manrique en el literal B), se advierte que
la sentencia que expidió declarando fundada en parte
la demanda formulada por don Antero Flores Ruiz en
el proceso constitucional de amparo N° 2006-00006-02201-JM-CI-01, citada en el considerando Décimo de la
presente resolución, señala como principal sustento: “(…)
Décimo séptimo.- Que como la presente resolución se
encuentra debidamente fundamentada por este Juzgador
es claro que no puede declararse nula la sentencia y que
con el documento de fojas nueve se acredita el agravio es
claro que procede la presente demanda, que con la ley
de fojas once se acredita la ley veintisiete cuatrocientos
treinta y tres, por lo tanto debe reincorporarse al Poder
Judicial por haber acreditado el daño, y su cese, en cuanto
al reconocimiento de antigüedad en el cargo y cómputo de
los años de servicios no laboral, esto es trece años y seis
meses hasta la interposición de esta demanda; (…)”;
Vigésimo: Que, asimismo, la aludida resolución
omite referirse a las razones por las cuáles se apartó del
precedente vinculante contenido en la sentencia N° 0206-
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2005-PA/TC, consignando de manera reiterada sólo las
siguientes puntualizaciones genéricas:
“(…) Segundo.- Que las partes se encuentra (sic)
obligadas a probar los hechos que afirman por lo cual si
se prueban los mismos la demanda no debe desestimarse
quedando el camino de la apelación para pretender
obtener un resultado favorable a las partes;
Tercero.- Que como las partes tienen la carga de la
prueba es claro que el demandante tiene el deber de
probar los hechos que afirma, por lo cual al haber probado
los hechos la demanda no debe desestimarse;
Cuarto.- Que teniendo en cuenta que las partes han
probado los hechos que afirman en la demanda es claro
que la demanda puede prosperar;
Quinto.- Que al haberse probado los hechos materia
del presente proceso es claro la demanda debe declararse
con lugar (sic), en tal sentido no corresponde archivar el
presente expediente;
Sexto.- Que en este orden de ideas podemos afirmar
que al haber probado los hechos el demandante es
claro que la demanda puede prosperar por probada;
(…) Duodécimo.- Que siendo esto así el demandante se
encuentra obligado a probar los hechos que afirma, en tal
sentido al haber acreditado dichos hechos es claro que la
demanda debe prosperar;
Décimo tercero.- Que al estar debidamente probados
los hechos es claro que puede prosperar la presente
demanda;
Décimo cuarto.- Que teniendo en cuenta que la
demanda puede prosperar por probada es necesario dejar
constancia que el Juzgador no se está parcializando, sino
que el mismo está actuando con criterio de justicia, en
tal sentido debe resolver conforme al derecho positivo
peruano (…)”;
Vigésimo Primero: Que, el artículo 139° inciso 5 de la
Constitución Política preceptúa: “Son principios y derechos
de la función jurisdiccional: “(…) La motivación escrita de
las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto
los decretos de mero trámite, con mención expresa de la
ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan”; con lo cual son concordantes las disposiciones
de los artículos 12° y 184° numeral 1 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial;
Vigésimo Segundo: Que, la sentencia del Tribunal
Constitucional recaída en el expediente N° 1230-2002-HC
señala: “(…) 11. (…) La exigencia de que las decisiones
judiciales sean motivadas en proporción a los términos
del inciso 5) del artículo 139° de la Norma Fundamental,
garantiza que los jueces, cualquiera sea la instancia a
la que pertenezcan, expresen el proceso mental que
los ha llevado a decidir una controversia, asegurando
que el ejercicio de la potestad de administrar justicia se
haga con sujeción a la Constitución y a la ley (…) La
Constitución no garantiza una determinada extensión de
la motivación, por lo que su contenido esencial se respeta
siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia
entre lo pedido y lo resuelto y, por sí misma, exprese una
suficiente justificación de la decisión adoptada, aun si esta
es breve o concisa (…)”;
Vigésimo Tercero: Que, en tal sentido, la sentencia que
emitió el magistrado procesado mediante la resolución N° 08
de 08 de noviembre de 2006, declarando fundada en parte la
demanda en el proceso constitucional de amparo N° 200600006-0-2201-JM-CI-01 y, ordenando la inaplicación de los
efectos del Decreto Ley N° 25580 al demandante Antero
Flores Ruiz, y su reincorporación al cargo de secretario
titular adscrito al Noveno Juzgado de Instrucción o Penal
de la provincia de Lima Grado F-2, carece de motivación
que justifique el motivo por el que se apartó del precedente
vinculante contenido en la sentencia N° 0206-2005-PA/
TC; cuestionamiento que no constituye en absoluto una
discrepancia con el criterio de la misma;
Vigésimo Cuarto: Que, por lo expuesto, la conducta
que se le imputa al doctor Torres Manrique configura una
vulneración del precepto normativo del artículo 139° inciso
5 de la Constitución Política y de las disposiciones de los
artículos 12° y 184° numeral 1 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial; conllevándole a haber incurrido en la responsabilidad
disciplinaria devenida de las infracciones señaladas, así
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como por haber mostrado una notoria conducta irregular que
menoscaba el decoro y respetabilidad del cargo, conforme a
lo regulado en el artículo 201° numerales 1 y 6 de la invocada
Ley Orgánica del Poder Judicial, por lo cual es pasible de
responsabilidad disciplinaria;
Vigésimo Quinto: Que, en relación al cargo imputado
al doctor Torres Manrique en el literal C), se observa que
en el trámite del proceso constitucional N° 2006-00006-02201-JM-CI-01, habiendo dispuesto que se pusieran los
autos a Despacho para sentenciar por resolución N° 03
de 22 de mayo de 2006, de fojas 24, procedió a expedir
sentencia luego de transcurridos más de cinco meses,
mediante la resolución N° 08 de 08 de noviembre de
2006, citada en el considerando Décimo de la presente
resolución;
Vigésimo Sexto: Que, para el trámite del proceso
constitucional de amparo, el artículo 53° del Código
Procesal Constitucional prescribe:
“(…)
En la resolución que admite la demanda, el Juez
concederá al demandado el plazo de cinco días para que
conteste. Dentro de cinco días de contestada la demanda, o
de vencido el plazo para hacerlo, el Juez expedirá sentencia,
salvo que se haya formulado solicitud de informe oral, en
cuyo caso el plazo se computará a partir de la fecha de su
realización. Si se presentan excepciones, defensas previas
o pedidos de nulidad del auto admisorio, el Juez dará
traslado al demandante por el plazo de dos días; con la
absolución o vencido el plazo para hacerlo, dictará un Auto
de Saneamiento Procesal en el que se anule lo actuado y se
dé por concluido el proceso, en el caso de que se amparen
las excepciones de incompetencia, litispendencia, cosa
juzgada y caducidad. (…)”;
Vigésimo Sétimo: Que, asimismo, los artículos 6°
y 184° numeral 1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
establecen que la celeridad es principio procesal en la
administración de justicia, y que es deber de los jueces
resolver con sujeción a ella;
Vigésimo Octavo: Que, por consiguiente, se
evidencia que el doctor Torres Manrique, en el proceso
constitucional N° 2006-00006-0-2201-JM-CI-01, no emitió
sentencia dentro del plazo establecido en el artículo 53° del
Código Procesal Constitucional; habiéndolo hecho luego
de más de cinco meses, mediante la resolución de 08 de
noviembre de 2006, pese a que la causa había quedado
expedita en su despacho el 22 de mayo de 2006; lo cual
no encuentra justificación en la sobre carga procesal
alegada en su descargo por el magistrado procesado;
Vigésimo Noveno: Que, en tal sentido, queda
determinado que el doctor Torres Manrique, en su
actuación como juez del Juzgado Mixto de Moyobamba,
y al tramitar el proceso constitucional N° 2006-000060-2201-JM-CI-01, no emitió sentencia dentro del plazo
establecido en el artículo 53° del Código Procesal
Constitucional, habiéndolo hecho cuando el mismo se
encontraba vencido, puesto que pese a encontrarse en
despacho los autos desde el 22 de mayo de 2006, recién
el 08 de noviembre de 2006 emitió sentencia, después de
más de cinco meses, vulnerando el artículo 184° numeral
1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial; cuyo hecho
también lo lleva a haber incurrido en responsabilidad
disciplinaria, conforme a lo regulado en el artículo 201°
numeral 1 de la invocada Ley Orgánica del Poder judicial,
que le hace pasible de responsabilidad disciplinaria;
Trigésimo: Que, la evaluación de los cargos permite
colegir que el doctor Torres Manrique ha incurrido en
inconducta funcional dado su comportamiento indebido,
el que sin ser delito resulta contrario a los deberes y
prohibiciones de los magistrados en el ejercicio de su
actividad, conforme a lo señalado en los considerandos
precedentes, de manera que su actuación configura,
además, desmerecimiento en el concepto público al
proyectar una imagen negativa del Juez hacia la sociedad,
en vez de revalorar la percepción ciudadana sobre la
majestad del cargo que han venido ocupando, afectando
gravemente la imagen del Poder Judicial, siendo
merecedor en consecuencia de la sanción de destitución;
Trigésimo Primero: Que, los hechos que subyacen a
los cargos imputados en el presente proceso disciplinario
El Peruano
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se contextualizan en las disposiciones del Código Modelo
Iberoamericano de Ética Judicial, norma que establece en
su artículo 9º: “La imparcialidad judicial tiene su fundamento
en el derecho de los justiciables a ser tratados por igual y, por
tanto, a no ser discriminados en lo que respecta al desarrollo
de la función jurisdiccional”; y, en su artículo 18°: “La
obligación de motivar las decisiones se orienta a asegurar
la legitimidad del juez, el buen funcionamiento de un sistema
de impugnaciones procesales, el adecuado control del poder
del que los jueces son titulares y, en último término, la justicia
de las resoluciones judiciales”; advirtiéndose que los hechos
acreditados conforme a las consideraciones precedentes,
resultan contrarios a las disposiciones anotadas;
Trigésimo Segundo: Que, por otro lado, el Código de
Ética del Poder Judicial aprobado en sesiones de Sala
Plena de fechas 9, 11 y 12 de marzo de 2004, establece
en su artículo 2°: “El Juez debe encarnar un modelo de
conducta ejemplar sustentado en los valores de justicia,
independencia, imparcialidad, honestidad e integridad,
los cuales deben manifestarse en la transparencia de sus
funciones públicas y privadas. La práctica transparente de
estos valores contribuirá a la conservación y fortalecimiento
de un Poder Judicial autónomo e independiente y se
constituirá en garantía del Estado de Derecho y de la justicia
en nuestra sociedad”; y, en su artículo 5º: “El Juez debe
ser imparcial tanto en sus decisiones como en el proceso
de su adopción. Su imparcialidad fortalece la imagen del
Poder Judicial. El Juez debe respetar la dignidad de toda
persona otorgándole un trato adecuado, sin discriminación
por motivos de raza, sexo, origen, cultura, condición o de
cualquier otra índole (...)”; normatividad que también se
ha visto afectada negativamente según se aprecia del
análisis de cada uno de los cargos imputados;
Por estos fundamentos, apreciando los hechos y
las pruebas con criterio de conciencia, en uso de las
facultades previstas por los artículos 154° inciso 3 de la
Constitución Política, 31° numeral 2, 33º, 34° de la Ley
Nº 26397, Ley Orgánica del Consejo Nacional de la
Magistratura y 35° de la Resolución Nº 030-2003-CNM,
Reglamento de Procesos Disciplinarios del Consejo
Nacional de la Magistratura y, estando a lo acordado en
sesión de 14 de abril de 2011, por unanimidad;
SE RESUELVE:
Artículo Primero.- Declarar infundada la excepción
de prescripción deducida por el doctor Fernando Jesús
Torres Manrique.
Artículo Segundo.- Dar por concluido el presente
proceso disciplinario y aceptar el pedido de destitución
formulado por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia
de la República y, en consecuencia, imponer la sanción de
destitución al doctor Fernando Jesús Torres Manrique, por
su actuación como Juez del Juzgado Mixto de Moyobamba
de la Corte Superior de Justicia de San Martín.
Artículo Tercero.- Disponer la inscripción de la
medida a que se contrae el artículo Segundo de la
presente resolución en el registro personal del Magistrado
destituido, debiéndose asimismo cursar oficio al señor
Presidente de la Corte Suprema de Justicia y al señor
Fiscal de la Nación, y publicarse la presente resolución,
una vez que quede consentida o ejecutoriada.
Regístrese y comuníquese.
GONZALO GARCIA NUÑEZ
LUIS MAEZONO YAMASHITA
GASTON SOTO VALLENAS
VLADIMIR PAZ DE LA BARRA
LUZ MARINA GUZMÁN DÍAZ
PABLO TALAVERA ELGUERA
MAXIMO HERRERA BONILLA
782177-1
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