FORMAS, DIMENSIONES, FINES Y PRINCIPIOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL Patrocinio L. Correa Noriega1 1. FORMAS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL: Empezaremos aclarando que el Derecho Constitucional es una unidad orgánica de conocimientos científicos, y no admite ningún tipo de fraccionamientos. Esto es así, porque cuando hablamos del sistema jurídico fundamental del Estado, o del conjunto de conocimientos especializados que lo estudia, nos estamos refiriendo a un conjunto unitario de elementos científicos y normativos, y no a determinados segmentos parcelarios y aislados de la totalidad. Sin embargo, si aspiramos a mejorar la enseñanza, el aprendizaje y la difusión de esta rama jurídica básica, tendremos que dividirla en: Derecho Constitucional “Particular, Comparado, General e Internacional”. 2 Veamos, en detalle, cada una de estas ramificaciones. 1.1. Derecho Constitucional Particular: A esta disciplina jurídico-política se le conoce también con el nombre de Derecho Constitucional Especial. Su característica central, es la de ser un ciencia aplicada. Ésta se encarga del estudio del ordenamiento jurídico fundamental de un Estado específico, ubicado en espacio geográfico y en tiempo histórico, concretamente determinados. Sus tareas son la interpretación, la sistematización y la crítica de las normas supremas, vigentes en dicho Estado, incorpórase también a su contenido, la jurisprudencia de los tribunales competentes en materia constitucional. Si el Derecho Constitucional Particular, es una disciplina aplicada al conocimiento de las instituciones jurídico-políticas de un Estado singular, resulta imprescindible, para quien pretenda abordarla, el previo conocimiento de los temas que atañen al Derecho Constitucional General. De otro modo, lo repetimos, sus metas cognoscitivas serian inalcanzables. No se puede, por ejemplo, estudiar el ordenamiento constitucional peruano, si no se conoce, con claridad, conceptos tales como: Constitución, división de poderes, constitucionalismo, control de la constitucionalidad, supremacía constitucional, técnica constitucional, y otros temas comunes a los regímenes democráticos y constitucionales. En el mundo de hoy, existen más de 190 países. Unos tienen constituciones formales; otros poseen constituciones materiales. Ninguno de ellos carece de constitución. Por eso mismo, a cada 1 Profesor Titular de Derecho Constitucional de la ULADECH. 2 SAGÜES, Néstor Pedro. 2001. ELEMENTOS DE DERECHO CONSTITUCIOAL. Buenos Aires, Ed. ASTREA, 2da. ed., 1ra. Reimpresión, Tomo I, p. 34. uno, le corresponde un Derecho Constitucional Particular. Así tenemos por ejemplo, el Derecho Constitucional Peruano, el argentino, mexicano, francés, español, angoleño, hindú, etc. 1.2. Derecho Constitucional Comparado: En el mundo de la vida, todos los seres vivos pertenecen a determinadas especies, familias, órdenes, etc. Estos agrupamientos obedecen a elementos que le son comunes a un gran número de individuos. Los Estados también pertenecen a una gran familia: La familia mundial de las organizaciones jurídico-políticas nacionales. Sus ordenamientos constitucionales, tienen muchísimos elementos que les son comunes a todos o, por lo menos, a una gran parte de ellos. Ahora bien, así como no existen dos individuos totalmente iguales en el mundo de la naturaleza, sería absurdo admitir que existan cuando menos dos Estados idénticos. Se parecen si, tienen elementos comunes si, pero cada uno tiene su particular nota diferencial. Por consiguiente, sus constituciones se parecen también unas a otras, tienen numerosos elementos comunes entre si, pero asimismo tiene de igual forma numerosos elementos singulares, y éstos marcan la nota diferencial de cada una. Como a los hombres, a los estados les pasa lo mismo. Siendo de la misma especie, todos se necesitan recíprocamente. Deben intercambiar experiencias, perfeccionar sus sistemas de vida. Tienen que conocerse mutuamente, interactuar, asimilar de los demás, los aportes que les son necesarios. No todos resuelven de la misma manera los problemas derivados de su diario vivir. Unos tienen mejores métodos que otros. De todo esto, surge el requerimiento de un profundo estudio comparativo, de los diversos sistemas jurídicos existenciales del mundo. En nuestro caso, de los distintos cuerpos jurídico-constitucionales. Nos hallamos frente al Derecho Constitucional Comparado. ¿Qué estudia?. Ya lo dijimos: Un conjunto de constituciones pertenecientes a varios Estados. Los criterios de selección pueden ser varios, así por ejemplo: a. La tipología constitucional: Desde este punto de vista, se puede agrupar, alternativamente, a las constituciones monárquicas, socialistas, capitalistas, nacionalistas, fascistas, etc. b. Criterio geográfico: Desde este punto de vista, se puede estudiar las constituciones de un hemisferio, de un continente o de una región continental, etc. c. Criterio Temático: De otro lado, con criterio temático, se puede estudiar las constituciones en su totalidad, o en parte específica de su contenido. En el primer caso, abarca todo el articulado de los textos constitucionales; en el segundo, solo una parte determinada de ellos. Ejemplo, el sistema judicial, parlamentario, gubernamental, etc. Cualquiera sea el criterio que se adopte, lo que se busca, es identificar las diferencias y semejanzas entre los sistemas constitucionales escogidos. Esto servirá, no solo para satisfacer nuestra curiosidad intelectual, si no, además de ello, para elaborar propuestas de perfeccionamiento de nuestras instituciones jurídicas y políticas. Las aludidas propuestas serán sustentadas, con los avances que hayan logrado los ordenamientos constitucionales particulares, que fueron materia de estudio comparado. 1.3. Derecho Constitucional General: El Derecho Constitucional General es la rama teórica del Derecho Constitucional. Se encarga de estudiar los conceptos, categorías, órganos, prácticas e institutos, comunes a todos los Estados del mundo. Se trata, pues, de una disciplina jurídica predominantemente abstracta. Estudia los elementos comunes a la organización jurídica y política del Estado en general, sin aludir a ninguna especificidad. Temas como la teoría de la constitución, el gobierno, la administración pública, las funciones económicas, sociales y culturales del aparato estatal, los poderes del Estado, la ingeniería constitucional, las instituciones políticas, entre otros tópicos, constituyen su contenido académico. El titánico esfuerzo desplegado por la doctrina, para construir una teoría general del Derecho Constitucional, es el más claro indicador de la trascendental importancia que los estudiosos conceden a esta disciplina. No es para menos; su dominio es imprescindible, para todo aquel que pretenda, seriamente, estudiar las instituciones políticas de su medio y de su tiempo. 1.4. Derecho Constitucional Internacional: Finalizada la II guerra mundial, con el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki, la humanidad se preocupó vivamente por evitar una tercera conflagración mundial. Era evidente que sus resultados, serían catastróficos para toda forma de vida en el planeta. Esto dio a lugar a la organización de entidades multiestatales de alcance continental y mundial, tales como la Unión Europea (UE), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), etc., cuyo objetivo principal era, y sigue siéndolo hoy en día, la búsqueda de la paz en la Tierra. Con este mismo espíritu, se ha suscrito una serie de tratados, y se ha emitido un apreciable número de declaraciones concernientes a los derechos humanos y a la integración comunitaria internacional, las cuales han dado nacimiento a nuevas disciplinas jurídicas, como por ejemplo: Derechos Humanos, Derecho de Integración, Derecho Internacional Humanitario, Derecho Comunitario, etc. Como se comprenderá fácilmente, para lograr estabilidad, desarrollo y seguridad jurídica, en este nuevo orden internacional, tuvo que elaborarse un sistema jurídico común. Éste se derivó de un sistema normativo fundamental, muy semejante a las constituciones particulares. Sirve para dar legitimidad al accionar de las organizaciones comunitarias y, al mismo tiempo, para sustentar la vigencia de los diversos tratados, convenios, pactos y concordatos suscritos por los Estados que integran la comunidad mundial. Este tipo de normatividad fundamental, “debe organizar, o mejor dicho “constitucionalizar entes internacionales o transnacionales”,3 como la ONU, OEA, UE, Cruz Roja, etc., por cuya razón se constituyen en la materia de estudio del Derecho Constitucional Internacional. 2. ÓRDENES QUE COMPRENDE EL ESTUDIO DEL DERECHO CONSTITUCIONAL: Desde tiempos prehistóricos, el hombre adoptó un variado conjunto de normas. Éstas eran de diversa naturaleza, y tenían por finalidad regular su comportamiento y orientarlo hacia el cultivo de conductas valiosas, constructivas y beneficiosas para sus intereses. El legislador, antiguo o moderno, de aquí o de allá, siempre tuvo presente, al momento de dictar las leyes, tres aspectos distintos, pero indisolubles. Estos son: el hecho social que ha de ser regulado, la forma en la que tal regulación ha de ser expresada y el sentido axiológico de dicha regulación. Hechos sociales, preceptos normativos y valores estimativos, coexisten como elementos imprescindibles en la estructura de toda ley, sin importar el Estado que la haya emitido, ni la época en que tuvo lugar tal emisión. ¿A qué se debe entonces la presencia de enfoques incompletos a la hora de estudiar el Derecho?. La respuesta es sencilla: El Derecho es una teoría científica en constante perfeccionamiento.4 En efecto, los primeros estudiosos estaban dominados por la concepción unidimensional. Creían que el Derecho debería ocuparse tan solo de las leyes justas. Más tarde, otros pensadores, ampliando el panorama cognoscitivo de las ciencias jurídicas, dirigieron su atención al estudio de todas las leyes 3 4 SAGÜES, Néstor Pedro, Ob. Cit., p. 35. Inicialmente los conocimientos jurídicos, estaban entremezclados con la magia y la religión. El legislador estaba divinizado. La ley tenía carácter sagrado. El estudioso tenía que ser sacerdote y tratar, únicamente, de entender la ley. Se hallaba fuera de sus alcances indagar sobre su origen, elaboración y destino. Gradualmente el hombre de Derecho se hizo laico y, tras larga evolución, fue adquiriendo cientificidad. que hubieran sido dadas por el Estado, incluyendo las injustas. No obstante este significativo avance, el Derecho continuó estudiándose unilateralmente. La ley, nada más que la ley. A lo dicha hay que agregar también el manifiesto interés de la clase dominante consistente en mantener el orden establecido. Esto hacía que la ciencia del Derecho solo sirva para aprender la ley y para cumplirla, nunca para promover sus reformas, puesto que eso significaba poner en peligro los privilegios que el sistema legal dispensaba a los poderosos. Hans Kelsen, destacado jusfilósofo austriaco del siglo XX, en su mundialmente conocida con el título de Teoría Pura del Derecho, sostuvo que éste es un aislado sistema de normas jurídicas, desconectado de todo elemento extraño que pueda contaminarlo. Como se ve, Kelsen persistió en el unidimensionalismo jurídico. Otras escuelas consideraban que el Derecho, no debería preocuparse solamente de las leyes, ya que éstas son simples formulaciones hipotéticas. Debería ir más allá. Procurar conocer el sentido y la finalidad de dichas leyes. Esto implica buscar la verdadera esencia de la legislación. De esta manera, entran al campo jurídico, temas como la justicia, bien común, paz social, libertad, igualdad, etc. A diferencia de la primera, esta corriente es bidimensional, pues sostiene que el Derecho debe estudiar tanto las leyes, como los valores que éstas conllevan. La filosofía griega y romana, la patrística de la Iglesia y el jusnaturalismo moderno, fueron movimientos intelectuales portadores de esta teoría. A fines del siglo XIX, con la entrada del positivismo en la escena intelectual, el fenómeno jurídico pasó a ser estudiado desde una perspectiva sociológica, llegándose a la convicción que la ley es un hecho cultural, estimulado por las necesidades vitales del hombre, cuya meta es regular las conductas individuales y colectivas. Con todo lo realista que pudiera parecernos, esta concepción es, a pesar de todo, unidimensional. Sólo piensa en los hechos sociales; deja de lado la norma y la evaluación axiológica. Sin embargo, el enfoque sociológico trae consigo un portentoso avance. El debate científico se ve enriquecido con un nuevo elemento material que, hasta entonces faltaba: El hecho social. Queda, pues, abierto el camino para el surgimiento de la teoría tridimensional del Derecho. Los años cuarenta del pasado siglo marcan su inicio y posterior consolidación. Werner Goldschmidt en Alemania, y Germán Bidart Campos en América Latina, propusieron, hace no muchos años, que el Derecho, en general, y, particularmente, el Derecho Constitucional, sean estudiados en sus tres dimensiones: Como norma, como hecho y como valor. Veamos, por separado, cada uno de estos aspectos. 2.1. Orden Normativo: Desde el punto de vista normativo, al Derecho Constitucional le interesa estudiar el conjunto de conductas expresamente tipificadas por el texto constitucional, y por otros dispositivos, que nos permiten calificar como constitucionales o no, los diversos actos y comportamientos, tanto de los gobernantes, como de los gobernados. El orden normativo, abarca también las normas consuetudinarias, que rigen sectores importantes de la vida de algunos países, tal es el caso de Inglaterra, entre otros países anglosajones. En resumen, el orden normativo comprende todas las normas, escritas o no, que regulan materia constitucional, 5 a cuyo conjunto sistematizado se le denomina bloque o plexo de Constitucionalidad. Estas aludidas normas son las siguientes: La Constitución Política, las leyes constitucionales, las leyes cualificadas, los tratados internacionales, las leyes de desarrollo constitucional u orgánicas, las leyes ordinarias y otros dispositivos de inferior categoría, pero que contribuyen a consolidar la organización estatal. A las antedichas normas, agregaremos también las costumbres constitucionales y la jurisprudencia constitucional. 2.2. Orden de la Realidad Existencial: Este orden comprende el estudio de la Realidad Constitucional. Se ocupa de la interrelación entre Constitución Política y Sociedad Nacional. Responde a las preguntas: ¿Hasta que punto la norma constitucional gobierna, realmente, el comportamiento de la sociedad que, formalmente, la ha adoptado? y ¿Porqué la sociedad nacional, que adoptó una Constitución, sigue realizando actos que no están contemplados en ella? Se trata, pues, de estudiar un conjunto de hechos que acontecen en la sociedad, a modo de de conductas modélicas, que se reproducen, por imitación, en el actuar de los operadores políticos y jurídicos. Éstos, en muchas ocasiones, efectúan actos, verbigracia, la elección del Presidente de la República por el Parlamento; en este acto, participan los candidatos que obtuvieron la mayor votación en las elecciones parlamentarias, así lo dispone la Constitución. Con el propósito de evitar campañas políticas, con seguridad polarizantes y dañinas para la unidad del Legislativo, los congresistas, con prudente criterio, designan al candidato que obtuvo la primera votación congresal.. Aunque desbordando el marco normativo, los parlamentarios establecen una saludable y constructiva costumbre constitucional. De otro lado, no todas las constituciones reciben igual trato, por parte de las sociedades nacionales que, formalmente, las han adoptado. Unas se acatan plenamente; otras, a medias y no faltan, incluso, aquellas que se desacatan casi por completo. No todas las constituciones que se declaran democráticas, lo son realmente; las que dicen proteger la libertad de expresión, tampoco lo hacen en su real y propia dimensión. Tenemos, 5 pues, que admitir la existencia de los Estados Se denomina materia constitucional al conjunto de normas y principios que regulan la estructura y funcionamiento de los órganos del Estado y, en general, la forma cómo se constituye, ejerce y transmite el poder político. constitucionales; en éstos, la Constitución rige, con eficacia, la vida de la nación. En el otro extremo se hallan los Estados con Constitución, en éstos el texto normativo fundamental no pasa de ser un elemento de naturaleza ornamental. En este orden se estudian también, las mutaciones y las vigencias constitucionales. En virtud de las primeras, las normas escritas cambien de significación, sin modificar para nada su redacción original; esto se produce merced a la interpretación. Las vigencias constitucionales, por su parte, permiten que los operadores ejecuten actos plenamente válidos, cuya descripción típica, sin embargo, no se halla configurada en la Carta Política. Esto nos dice con absoluta claridad, que una cosa es la Constitución formal y otra muy distinta es la Constitución real. Ambas deben corresponderse, se en verdad se quiere vivir ordenada y democráticamente. 2.3. Orden axiológico: La axiología es la disciplina filosófica que se aboca al estudio de los valores.6 El orden axiológico implica que el Derecho Constitucional, dedicará su atención al estudio de las interrelaciones existentes entre el orden normativo y la realidad social, desde la óptica evaluadora de determinados elementos axiológicos como la justicia, el bien común, el bienestar general, la paz social, el orden, la autoridad, la libertad, la igualdad, etc. Cada ordenamiento constitucional representa, generalmente, un conjunto de valores propios de los sectores sociales, que han participado en su elaboración y puesta en vigencia. El aludido ordenamiento, se constituye en el modelo ideológico de la sociedad entera. Ésta lo hace suyo, por encontrar, en su contenido, las convicciones políticas, sociales, económicas, religiosas, morales, éticas, etc., que justifican su accionar frente al mundo que la rodea. El orden axiológico nos ayuda, a interpretar y aplicar las normas constitucionales con equidad y justicia. Es que los valores son el alma de la Constitución, su espíritu orientador, su fuerza legitimadora. Ubicándonos en la realidad constitucional, el orden axiológico nos ayudará responder a las interrogantes: ¿Es justo el orden constitucional que nos regula?, ¿Es este orden constitucional, el que realmente necesitamos para satisfacer nuestras necesidades?. Luego de un concienzudo análisis, podremos contestar afirmativa o negativamente. Los valores, qué duda cabe, serán la preciada brújula que nos indica siempre el norte de nuestras aspiraciones. Claro que para responder adecuadamente a las preguntas formuladas, deberemos hacer uso de conocimientos multidisciplinarios: Realidad nacional, ciencias políticas, ciencias jurídicas fundamentales, doctrina y jurisprudencia, técnicas 6 VALORES son los grandes principios que guían la conducta individual y colectiva de los hombres, conduciéndolos a la materialización de sus ideales. constitucionales, entre otras. Nuestras respuestas dependerán también de las convicciones que profesemos. Independientemente de ello, los valores básicos que cultivamos en el Derecho Constitucional son: a. La libertad, b. La autoridad, c. El orden legal, Cuál de ellos es más importante? Al margen de la respetable opinión de cada lector, convendremos en señalar que los tres tienen significativa influencia en la vida social. A través de ellos, buscaremos alcanzar la paz social, el bienestar general y, desde luego, la justicia. 2.4. Importancia Constitucional: del enfoque tridimensional del Derecho Si solamente estudiáramos las normas constitucionales, nos convertiríamos en meros dogmáticos de la supralegalidad. Si por el contrario, nos ocupáramos sólo los hechos sociales, generadores y destinatarios de la normatividad fundamental, llegaríamos a ser simples descriptores factuales de la realidad constitucional. Por último, si nos limitáramos a conocer únicamente los valores contenidos en el plexo de constitucionalidad, nos volveríamos utópicos idealistas, pero nada más. El estudio integral del Derecho Constitucional nos permitirá dejar el diletantismo intelectual, y alcanzar un respetable nivel de solvencia académica y profesional. 3. FIN ESENCIAL DEL DERECHO CONSTITUCIONAL: Millones de seres humanos, integran la población de los Estados del mundo. El accionar de cada uno de nuestros semejantes, está determinado por una variada gama de intereses, en virtud de los cuales se agrupan y organizan las clases, capas, sectores, y estratos sociales existentes. En la lucha por preservar sus intereses, las sociedades generan peculiares modos de comportamiento individual y grupal. Este comportamiento se justifica en virtud de un conjunto de ideas que, con el tiempo, se convierten en ideologías, teologías, cosmogonías, concepciones doctrinarias, etc. Si a esa muchedumbre humana, altamente diversificada, le preguntásemos qué espera del Derecho Constitucional, de seguro que no tendría una respuesta uniforme. Quienes gozan de todos los privilegios del sistema social imperante, quisieran que el Derecho Constitucional les garantizara, para siempre, el respeto absoluto del orden establecido. Llegados al gobierno, buscarían perpetuarse en él, de modo tal que sus hijos y los hijos de sus hijos, siguieran disfrutando de las ventajas que otorga la posesión del poder, por siglos y milenios. Aquellos que se hallan cerca del poder político, desearían que el Derecho Constitucional les proporcionara los mecanismos de acceso, ejercicio y permanencia en dicho poder. No les importaría convertirse en dictadores, déspotas o tiranos, con tal de que ello les asegurara la plasmación de sus objetivos. Por su parte, los oprimidos que luchan por liberarse de sus opresores, pretenderían hacer del Derecho Constitucional, un procedimiento y una técnica, que les asegure la definitiva conquista de su libertad política. Procurarían, además, que esta libertad sea lo más amplia posible, sin otros límites que, los que ellos mismos, convengan en fijarlos. Poco importará para este estrato, el riesgo de instaurar un régimen de libertinaje, caos y anarquía, si con ello llegara la satisfacción de sus anhelos. Como podrá apreciarse claramente, cada sector social, con sus ideas, sus luchas y sus aspiraciones, concurrirá a la gran arena nacional, para tratar de hacerlas prevalecer. La compulsa de estos diversos elementos, hará que los grupos en conflicto pacten, negocien, se otorguen recíprocas concesiones y, de esta manera, alcancen un equilibrio que les permita coexistir pacíficamente. Esta convivencia pacífica, duradera y estable, entre los seres humanos que habitan el territorio del Estado, será, en última instancia, el común objetivo del gran colectivo social. Regularla es tarea de la Constitución y las demás normas que integran el bloque de constitucionalidad, Es necesario conciliar la libertad, la autoridad y el orden, buscando equilibrarlos en todo momento, de acuerdo a las necesidades específicas. Solo así podremos lograr una armónica convivencia, a despecho de nuestras naturales y/o artificiales diferencias. He allí el fin esencial de todo ordenamiento jurídico y, por supuesto, del Derecho Constitucional. 4. PRINCIPIOS DEL DERECHO CONSTITUCIONAL: Diversos son los principios que informan al Derecho Constitucional. Nos ocuparemos de los más importantes que, a nuestro criterio, son los siguientes: Fundamentalidad, totalidad, perdurabilidad, supremacía, funcionalidad e idiologicidad. 4.1. Principio de Fundamentalidad: En virtud de este principio, el Derecho Constitucional, se ocupa únicamente de lo que es esencial para la estructura y funcionamiento del Estado. Sienta las bases del estatuto político y del Estatuto jurídico. En concreto, se encarga de organizar las entidades estatales, estableciendo la finalidad de cada una de ellas (estatuto político). Distribuye las competencias y señala las responsabilidades de los servidores públicos, sin olvidarse de establecer los derechos y libertades ciudadanas (estatuto Jurídico). 4.2. Principio de Totalidad: A diferencia de las otras disciplinas jurídicas, que solo estudian parcelas del ordenamiento jurídico, el Derecho Constitucional trata sobre todos los aspectos básicos de la vida estatal y social. Así como no hay dispositivo legal, que escape al gobierno de la Constitución; tampoco existe rama jurídica que se halle desvinculada de la ciencia que estudiamos en el presente trabajo. 4.3. Principio de Perdurabilidad: Se ha dicho y, con razón, que todo Constitución Política tiene vocación de perpetuidad. Sus normas son las reglas de juego que equilibran la libertad, autoridad y orden, por eso permanecen invariables, a diferencia de los dispositivos comunes que cambian constantemente. El Derecho Constitucional no es inalterable ni eterno, pero si trata de ser lo más estable y permanente posible. No trata sobre aspectos contingentes, sino únicamente esenciales y fundamentales para todo el saber jurídico. 4.4. Principio de Supremacía: La Constitución es suprema. Está a la cabeza de todo el ordenamiento jurídico estatal. Rige el movimiento jurídico y político nacional. El Derecho Constitucional que la estudia, tiene también que ser supremo, para dirigir, desde su preeminencia, el accionar académico, científico y técnico jurídico de todas las disciplinas jurídico positivas existentes. 4.5. Principio de Funcionalidad: Este principio garantiza que los conocimientos sistematizados por el Derecho Constitucional, sean útiles y eficaces para todas las ciencias jurídicas; que promuevan la cooperación interdisciplinaria, para lograr la persistencia de nuestro ordenamiento jurídico, a través de la adaptabilidad a las nuevas exigencias del presente y del futuro. 5.6. Principio de Idiologicidad: El Derecho Constitucional no es neutro. Ha tomado partido. Promueve, defiende, difunde y consolida el Estado Social y Democrático de Derecho. Éste representa el gobierno de la Constitución y las leyes, opuesto al gobierno arbitrario de los hombres y sus contingencias muchas veces arbitrarias.