irma la joven que sueña

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IRMA LA JOVEN QUE SUEÑA
Dra. Mirta Goldstein, APA
[email protected]
Una paciente de 17 años comienza las primeras entrevistas relatando sueños
repetitivos y frecuentes. Llamaré a esta paciente Irma la joven que sueña,
parafraseando a la paciente del sueño freudiano. Freud consideraba que los
sueños ocupaban un lugar privilegiado en los análisis, lugar que no podemos
olvidar en los abordajes clínicos actuales en los cuales no siempre el sueño es
interpretable. A su vez los sueños no son interpretables en todo momento del
análisis.
Dada su importancia fantasmática de estos sueños que le provocaban intensa
angustia, tenían que esperar a la instalación de la transferencia para ser
abordados como formaciones del inconsciente; el silencio neutral del analista
estaba al servicio de no precipitar a Irma en un acting.
En este caso de entrada en análisis los sueños estaban al servicio de la
instalación de una transferencia imaginaria amorosa que acote la angustia de
separación. Los sueños estaban más al servicio de la fobia que de la
histerización del discurso y la repetición de significantes.
Irma llega con accesos de pánico, fobias, inhibiciones y miedos; en principio
sólo los atribuye a sucesos traumáticos reales acaecidos poco tiempo antes,
principalmente un robo en su casa. Sin embargo al escucharse descubre que
desde niña espera que pase algo malo. La espera angustiosa y las pesadillas
le vienen ocurriendo desde sus tres años, fecha del alejamiento de su padre al
exterior. La respuesta a la angustia ha sido, desde entonces, el “miedo a ser
robada y violada”, fantasía que la “persigue”.
Los sueños son formaciones del inconsciente pero cuando, como en este caso,
aparecen frondosamente en los comienzos del análisis, no resulta oportuno
interpretarlos. Lo que resulta pertinente es pedir asociaciones midiendo el
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umbral de tolerancia a la angustia, umbral diferente en cada caso y en
cada momento de inflexión del análisis.
Paralelamente a sus sueños, Irma relata el sufrimiento que le causan sus celos
respecto de su noviecito, celos que se irán convirtiendo en síntoma al igual que
la duda, el aburrimiento y cierta característica de “no darse cuenta” o parecer
atontada o aniñada.
En el comienzo su discurso era monótono, reiterativo y parecía no implicarse a
pesar de su permanente reflexionar. Se presentaba como una estructura
obsesiva en una mujer y con un fantasma de violación con fantasías de
engañar a su novio sin atreverse a ello por razonamientos del “deber ser”
buena. Aún así relata que le gusta mirar películas pornográficas por las
noches, de prostitutas y lugares clandestinos aunque le dan miedo y después
no se puede dormir. El fantasma de prostitución derivado de la angustia ante la
pareja parental seductora, combinatoria fantasmática entre la escena primaria
y de seducción, se instala demasiado tempranamente en la transferencia,
planteando un sujeto “que desea hacerse amar y seducir”. Intenta hacerse
amar soñando para el analista dilatando hablar de sus sufrimientos, por
ejemplo de su frigidez. Cuando la frigidez se nombra, se comienza a construir
un síntoma histérico equivalente a la instalación de la transferencia simbólica.
Los sueños de Irma muestran fantasmas inconscientes-preconscientes que
pueden inducir a interpretaciones plenas de sentido. La escucha del analista se
ve compelida a no dejarse “atraer” hacia puntuaciones inductoras. Sustraerse a
tal demanda equivale a no caer en la tentación de una interpretación
apresurada perdiendo la neutralidad. Considero que la interpretación a
destiempo equivale a la pérdida de la neutralidad, por lo cual de estos sueños
se espera su repetición en el transcurso del análisis.
SUEÑOS
1. Soñé que no podía frenar y chocaba el auto contra una pared. (aún no tiene
registro para conducir)
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2. estaba sola en la calle y llegaba a un lugar donde había una señora que
me señalaba donde ir pero yo no quería; me llevaba adonde había un señor
para hacer algo. El señor tenía papeles escritos que decía soy gay, soy
bisexual, soy violador, y me decía que yo fuera con él, yo salía corriendo y la
mujer me decía que me podía traer con el dedo a donde ella quisiera y me
desperté a los gritos.
Asociaciones: Con el auto sueño y pasa siempre lo mismo: estoy en un lugar y
no sé para donde ir o no puedo frenar. Siempre estoy en autopistas que si te
equivocas terminas en cualquier lado, y del otro sueño, no sé, me llamaba la
atención que de repente estoy en un sitio que no entiendo, no sé como llegué a
ahí. La tipa me traía. Yo quería caminar para un lado y caminaba para el otro.
Mi mamá me dice lo que tengo que hacer, no deja de preguntarme que hago.
3. Estaba en la playa con mi amiga y viene una ola gigante pero que nunca
rompía. Siempre sueño que no rompe, que al final no pasa nada.
4. Ayer soñé que viajaba en barco y veía que venía un avión y se caía al agua,
iba a explotar y no pasaba nada. Dos de mis amigas que viajaban conmigo se
enamoraban del mismo tipo.
Asociaciones: Con aviones que se caen soñé un montón de veces, me parece
que se van a caer, siempre está por pasar algo y no pasa, siempre estoy
esperando algo malo. El del avión yo lo veía de lejos, se caía se hacía una
masa de agua como una ola gigante y yo miraba desde lejos y no explotaba y
no pasaba nada.
5. Estaba en un lugar y una señora me daba un bebé porque lo querían
secuestrar. Yo lo agarraba no sé porqué y entraba a un lugar para dejarlo
escondido en la cocina y cuando llegaba ya no era un bebé. Me iba y me
encontraba con mis amigas. Yo no sé porqué la mamá me daba su bebé.
6. Tenía un cochecito con un bebe y lo tenía que cuidar y no era mío y me lo
olvidaba.
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Asociaciones: Con el bebe se me ocurre que tengo miedo que no me
venga la menstruación, por las dudas uso varios métodos para cuidarme y no
olvidarme. La madre de mi novio debe sentir que yo se lo quiero sacar pero
ella no hace cosas para retener a su hijo.
Estoy cada vez más molesta conmigo porque siempre pienso que mi novio me
miente, que no me dice algo que me deje tranquila, que disfruta mis celos.
7. Soñé que trataba de cerrar las compuertas del barco con un montón de
muebles pero se volvían a abrir solas. Afuera había hombres que no me
gustaban. Me desperté agitada. ¿Por qué siempre tengo pesadillas cuando mi
novio duerme en mi casa?
Analista: - ¿qué encontrás de nuevo en tu relato?
CONSIDERACIONES TEORICAS SOBRE EL CASO
A partir de esta intervención analítica, se nombra la entrada en análisis.
Desprenderse de la mirada es una de las formas de corte con la completitud
del Otro; perder la mirada como objeto supone un corte y un momento de
atravesamiento en lo relativo a la simbolización de la castración.
La angustia deviene de la separación del Otro Primordial y la cesión del objeto
pulsional que sé es -por identificación- en el fantasma inconsciente. La
angustia edípica recubre la angustia ante la castración del Otro primordial y
opera como pasaje a la sexuación, es decir, a la posición masculina o
femenina del sujeto en el discurso y en la elección de objeto.
El desprendimiento de la madre real es concomitante a su feminizaciónhisterización y entrada en la transferencia simbólica. La no intervención del
analista neutraliza la posibilidad de desencadenar un acting como la
interrupción del análisis, interrupción que Irma trae bajo la forma de la duda en
las primeras sesiones.
Irma llega a la consulta mostrando sus fantasmas relatados como sueños.
Doble proyección: el fantasma proyectado hacia la realidad regresa al sueño y
los sueños en retorno, se proyectan al fantasma. Más aún, la producción de
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sueños verifica algunos tiempos en la elaboración inconsciente y la
transformación del pánico en miedo y del miedo en angustia neurótica.
También son la prueba para el analista de la eficacia de la neutralidad en la
dirección de la cura. Tal neutralidad implica no identificarse con el Otro
materno respetando la prohibición del incesto por la función paterna vía el
silencio del analista como acto analítico. El silencio del analista traza un corte
que es acto o escritura de una diferencia.
Los sueños de Irma muestran a una niña con fantasías de tener un bebé de la
madre y del padre, y cierta inestabilidad en su elección objetal. El pasaje de la
madre al padre está conmocionado y las fantasías de seducción por un padre
terrible y sin control se hallan en el basamento de sus miedos posteriores.
El alejamiento del padre, inmediatamente después del nacimiento de su
hermana, desencadena rabia y celos; la certeza que se esconde tras ellos se
va resquebrajando poco a poco al tiempo que aparecen primero la duda y
luego el aburrimiento. Duda y aburrimiento son síntomas que recubren la
angustia de separación y el deseo de retención del objeto.
La fantasía de prostitución corresponde, por un lado, al momento edípico de
pasaje de querer ser la puta de la madre a ser la puta del padre y, en segundo
término, al momento puberal, momento de reedición de la sexuación y la
elección de objeto. La corriente homosexual infantil deriva en una identificación
al rasgo activo de la madre y a un deseo de “puta” a la manera masculinoobsesiva. Vemos como se enlazan los dos tiempos de la sexualidad,
destacados por Freud.
La falla de la función paterna, la deja a merced del pánico de ser devorada por
la madre y ligada a ella por la dependencia psíquica. El rasgo de identificación
a la madre aparece en su novela familiar como “embarazarse de un hombre no
confiable” como lo hizo su madre quien quedó embarazada de Irma a los 17
años.
El fantasma es la repetición de una escenificación neurótica cuya cumbre es el
homicidio de un padre imaginario y la depresión que deja como cicatriz.
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Siendo que el fantasma triunfa pues se impone como realidad al sujeto:
sólo como siendo la abandonada por el padre puede referirse a él o en su
versión activa que es la que prevalece: ella deja de relacionarse con el padre
pero vive deprimida y/o angustiada.
Comienza a preguntarse por sus celos, versiones del Un Padre excepcional,
del padre imaginario que goza de todas las mujeres; en su fantasía el novio
gozaría de otras y ella cae como desecho, como no deseada lo cual se repite a
través del fantasma de: “ser dejada”, “ser usada”, “ser robada”, “ser violada”.
Para terminar, discernimos, en el caso Irma la que sueña, los siguientes
tiempos de inflexión entre la consulta y la entrada en análisis:
1. primera inflexión: miedos y sueños que indican la relevancia de la depresión
y la angustia
2. segunda inflexión: nominación de los síntomas de duda y aburrimiento.
3. tercera inflexión: marca de la diferencia que introduce la interrogación o
implicación subjetiva con la concomitante histerización del discurso
4. cuarta inflexión: nominación de la frigidez
5. entrada en análisis
Los sueños de comienzo del análisis que anticiparon prematuramente los
fantasmas fundantes, cedieron y dieron lugar a la asociación e instalación del
Sujeto Supuesto Saber, gracias a la neutralidad. A su vez el trabajo del sueño
constituyó la singular
“entrada en transferencia simbólica” de Irma, cuyos
destinos hay que esperarlos desde el futuro.
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