sumario Las enfermedades del suelo pélvico (disfunciones urinarias, ginecológicas y digestivas) afectan ocho veces más a las mujeres que a los hombres, ya que en éstas influyen factores como los partos, que a menudo requieren esfuerzo en la musculatura y dejan secuelas como la incontinencia urinaria, anal o estreñimiento, entre otras. Disfunciones urinarias, ginecológicas y digestivas son las patologías más frecuentes derivadas de la zona del suelo pélvico Las enfermedades del suelo pélvico afectan ocho veces más a las mujeres que a los hombres AS Unidades de Suelo Pélvico reúnen a especialistas de las tres áreas implicadas en el tratamiento de estas patologías (ginecología, aparato urinario y digestivo), con el fin de trabajar complementariamente en esta área. Según el doctor Enric Vidal, gastroenterólogo del Servicio de Aparato Digestivo de USP Institut Universitari Dexeus, los síndromes más habituales relacionados con el aparato digestivo son el estreñimiento y la incontinencia urinaria y anal, siendo imposible cuantificar la incidencia de los dos últimos “debido a que los pacientes tienden a esconder estas enfermedades. A pesar de ello, y por la elevada cifra de venta de productos como compresas absorbentes y otros apósitos, se cree que es muy alta”, explica el doctor Vidal. Respecto a los síntomas ginecológicos, los más frecuentes suelen derivarse de partos difíciles o secuelas post-parto a causa de los múltiples esfuerzos que en ocasiones realiza la mujer. “Los especialistas siempre insisten en que se realicen los ejercicios pre-parto sin tener en cuenta los post-parto, que son tan importantes como los pri- L 14 meros para fortalecer esta zona muscular tras el alumbramiento”, afirma el doctor Vidal. Otras disfunciones derivadas de las enfermedades del suelo pélvico son las psicosexuales. “Éstas se consideran secuelas de las intervenciones de zonas como la próstata o de pólipos en la vejiga o de matriz. Éstas pueden provocar una disfunción eréctil o condicionar dolor durante las relaciones sexuales, por lo que se requiere diferentes tipos de actuación a través de fármacos, desde el punto de vista psiquiátrico y terapias de recuperación de la fortaleza en la musculatura de la zona”, afirma el especialista. Diagnóstico Atendiendo a las necesidades de cada una de las patologías, se dispone de una serie de pruebas diagnósticas precisas, entre las que destacan: la urodinamia, que determina la magnitud de la incontinencia urinaria, especialmente en la mujer; la menometría anorrectal, que registra las presiones de la zona anal y la incontinencia urinaria tras un parto o el abuso de laxantes; la ecografía endoanal, que determina la inte- gridad de la musculatura de la zona del ano; la electromiografía, que sirve para evaluar las posibles lesiones del esfínter externo, y las técnicas radiológicas, como la uretrocitografía y videografía, que determinan los movimientos del recto y otras zonas del suelo pélvico cuando están en movimiento y en reposo. Tratamiento Existen dos tipos de tratamiento para las patologías del suelo pélvico: médico y quirúrgico. “Normalmente, los tratamientos médicos se realizan cuando hay una enfermedad de base como la diabetes, que a largo plazo produce incontinencia anal, o disfunciones derivadas del abuso de laxantes. En este sentido, los tratamientos empleados pueden ir desde recomendaciones de tipo dietético hasta ejercicios basados en la contracción de la musculatura. Respecto a las invervenciones quirúrgicas, permiten, por ejemplo, la implantación de esfínteres artificiales y el trasplante de músculo procedente de otra parte del cuerpo a la zona urinaria o anal”, concluye el doctor.