La madre, la tía y la abuela de Matías cruzaron insultos

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La Plata, jueves 15 de diciembre de 2005 Suplemento de Justicia, Seguridad y Policiales del diario Hoy en la Noticia
Trama URBANA
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ESCANDALO POR LA VIOLACION Y MUERTE DE UN MENOR
Ultima fila. Un momento difícil para los familiares de Pintos
Patricia y Juan. Los padres de Matías confían en la Justicia
La imagen. Los Rosales, todos los días con la foto de Matías
)
La madre, la tía y la abuela de Matías
cruzaron insultos a los gritos en el juicio
Una aseguró que el acusado le confesó el homicidio, pero no el abuso sexual. La tía culpó al padre del chico por la violación. La madre sufrió
una crisis de nervios. Un perito afirmó que el imputado es bisexual. Un guante de látex en la escena del crimen lo compromete aún más
Declaraciones a los gritos, un careo entre el acusado y la abuela del
niño asesinado, insultos entre la
madre de la víctima y su tía, acusaciones cruzadas entre hermanas,
llantos desconsolados. Sólo faltó la
agresión física.
El juicio estalló por su costado
más visceral: un vínculo familiar
enfermo y conflictivo. La tercera audiencia por la violación y muerte de
Matías Rosales (11) tuvo un final
anunciado: el tribunal decretó un
cuarto intermedio hasta hoy a las
8.30, como único remedio posible
para calmar los ánimos exaltados.
Todo comenzó con la declaración
de Graciela Gardiner, psicóloga de
la Asesoría Pericial de la Corte. La
experta manifestó que “el imputado
posee una tendencia bisexual” y es
“proclive a la violencia”.
El golpe asestado contra el acusado Rubén Pintos (22) parecía ser
definitivo. Pero había más: Dora
Colman, abuela de Matías, se presentó a declarar por segunda vez.
La mujer recordó que el 27 de
enero de 2003, cuando su nieto fue
trasladado en ambulancia al hospital tras ser hallado violado, maniatado y sumergido en una pileta de
lona, Pintos se le acercó y le dijo:
“Yo hice lo que hice, pero no lo
violé”.
La frase bastaba para imputar la
autoría del homicidio. Pero desde el
primer minuto del juicio surgieron
en el debate sospechas acerca del
abuso sexual, constatado luego por
los médicos forenses.
La fiscalía y la defensa parecían
coincidir ayer en que ese punto debía ser aclarado. El problema era
que las sospechas que ondulaban
sobre la autoría de la violación provenían el círculo íntimo de la familia Rosales.
fUNOXUNO
1
2
3
La interna familiar
versus la verdad
objetiva del abuso
y crimen de Matías
Cayó una banda de
La labor del Tribunal I -Patricia de la Serna,
Guillermo Labombarda y Samuel Saraví Paz-, se
dificultó cuando tuvieron que diferenciar entre
los testimonios vinculados al abuso y muerte
de Matías frente a las internas familiares
La vejación fue
previa a los nudos
y la inmersión en
la pileta de lona
Matar para
ocultar otro delito:
la pena sería de
reclusión perpetua
El juicio seguirá hoy en su cuarta jornada.
La fiscalía, por la secretaria de Silvina
Valenti, adelantó que encuadraría el
caso como un homicidio criminis causa:
“La idea era lograr la impunidad”
La frase: “Yo hice lo que
hice, pero no lo violé”
Dora Colman, la abuela del menor
Matías Rosales, no fue la única
que involucró a Rubén Pintos
(foto) en una supuesto “apriete”
posterior al hecho. La primera
testigo que refirió en el juicio ese
tipo de conductas fue Lucía
Rosales, la hermana de Matías y
novia del acusado al momento
del crimen. Colman dijo que cuando estaban en el hospital, donde
Matías agonizó durante dos días,
Pintos le dijo “yo hice lo que hice,
pero no lo violé”.
La supuesta aclaración que habría
dado el imputado, según la testigo
Colman, se asemejaría a la que
contó Lucía: “Pintos me dijo yo no
hice nada, sabés, si te preguntan,
yo no hice nada”.
El abuso sexual era de reciente data, según
sostuvo el forense Jorge Corti. El perito explicó
al fiscal Rubén Sarlo que basó su estudio en
las hedematizaciones y la sangre que implicaba
una herida reciente por falta de mucosa
La tía de Matías, Estela Colman,
declaró que había escuchado a distintos familiares decir que la violación sufrida por su sobrino de 11
años era de antigua data, muy anterior al hecho.
Tras el testimonio de Estela, el
abogado Juan Losinno, representante de los padres de Matías, pidió
que éstos volvieran a declarar.
Patricia Colman se refirió a un
guante de látex hallado en un galpón contiguo a la pileta de lona,
donde apareció maniatado y sumergido su hijo.
La testigo recordó que Pintos se
dedicaba a grabar tatuajes en la
piel y que lo hacía con guantes finos de látex. También dijo que uno
de esos grabados se lo hizo a su hermana Estela.
Estela reaccionó de manera
intempestiva. Y si bien admitió que
había sido tatuada por Pintos, contó que a quien había visto con
bien” que
) “chicos
vendía drogas
Cinco jóvenes de entre 24 y 25
años, y de clase media alta,
fueron detenidos acusados de
integrar una banda que vendí
pastillas de éxtasis y de LSD en
boliches de los barrios porteñ
de Núñez, Belgrano y Palerm,
según Gendarmería Nacional.
El líder de la banda, al que
apodaban “El Rey”, fue apresado en Las Cañitas. Al menos
dos de ellos habían regresado
días atrás de unas vacaciones
en Europa. Se decomisaron 40
mil pesos y 10 mil euros.
Además, 1.200 dosis de LSD y
200 pastillas de éxtas, valuada
en más de 40 mil pess.
guantes de látex era a Juan, el marido de Patricia y padre de Matías.
“¡Sacate la venda de los ojos, hace
20 años que estás con este tipo al lado!, le gritó Estela a su hermana.
Patricia reaccionó en un tono aún
más elevado: “¡Lo que pasa es que
vos estás caliente...!”. Su abogado
trató de calmarla. Y dos policías retiraron a Estela de la sala.
Otro de los momentos más tensos
de la audiencia se produjo durante
el careo entre el acusado Pintos y
Dora Colman, la abuela de Matías.
Cada uno se mantuvo en sus dichos. El imputado negó haberle
confesado el homicidio. Y la mujer,
en voz alta, mirando y señalando
con su índice el techo de la sala, le
dijo a Pintos: “Este te va a juzgar.
Este te va a juzgar!”, vociferó la
señora.
Los jueces dieron por cerrado el
careo. Y también la tercera y dramática audiencia de debate.
)
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