barato es lo más rentable para su explotación y para el medio ambiente. Este asesoramiento es especialmente necesario después de la reforma de la PAC. La reacción del agricultor ante dicha reforma y en general ante la crisis de la agricultura, ha sido la de reducir los gastos de cultivo. Pero lo está, haciendo sin racionalidad económica. A veces porque reduce en exceso las dosis de fertilizantes, a veces porque compra los productos más baratos y de menor eficacia. Otro error detectado es que algunos agricultores eliminan el abonado de fondo y sólo realizan el abonado de cobertera (respuesta rápida), con lo cual si esto se repite durante varios años, pueden destruir la fertilidad del suelo, con graves consecuencias. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las Consejerías de Agricultura de las Comunidades Autónomas deberían reflexionar sobre la etapa que se abre tras la reforma de la PAC y el acuerdo GATT. En ella, lo importante no es maximizar los rendimientos, sino producir al coste unitario más bajo posible, y para eso es necesario preocuparse no sólo por los rendimientos ( ingresos), sino también por el uso de los inputs (gastos) y sus efectos sobre la productividad. Las políticas actuales se centran en el fomento de la producción, y no se han preocupado en la misma medida de los inputs. En el futuro, y esa es una recomendación básica, tanto desde la perspectiva productiva como desde la medioambiental, la Administración deberá preocuparse tanto o más de las políticas cuyo fin sea conseguir un buen uso de los inputs agrarios, que de las políticas que persiguen el fomento productivo. Dentro de esas nuevas políticas dirigidas a mejorar la utilización de los fertilizantes, las más interesantes son las de experimentación y asesoramiento a los agricultores. No consideramos interesante ni posible la política de concesión de subvenciones a los fertilizantes. No es posible debido a que estas subvenciones serían contrarias al Trátado de la Unión Europea, y no es interesante porque provocarían un aumento del uso de fertilizantes, lo cual produciría efectos medioambientales negativos, sin que, en general, el aumento de los rendimientos fuese significativo. 3.2. MAQUINARIA AGRICOLA 3.2.1. El mercado mundial de maquinaria agrícola 3.2.1.1. Evolución del comercio internacional El comercio internacional de maquinaria agrícola está en franca regresión desde principios de los años o ^henta. Tanto el volumen de 630 exportaciones como el de importaciones viene descendiendo desde hace diez años. Según los datos de la FAO, las exportaciones de tractores agrícolas (principal componente del comercio de maquinaria agrícola), han pasado de casi 700.000 unidades en 1984 a 500.000 unidades en 1993. Siguiendo dicha fuente se observa además que Europa (incluida Europa del Este) es con gran diferencia el primer exportador mundial, seguido por Japón y a bastante distancia por EE.UU. En efecto, Europa tiene el 56% del total de las exportaciones, Japón el 20% y EE.UU. el 10%. Si analizamos la evolución de las exportaciones mundiales, se aprecia que Europa ha mantenido su participación en ellas, EE.UU. la ha incrementado ligeramente ( de 7,4% a 10%), y Japón la ha disminuido (de 30% a 20%). Pero quizá uno de los elementos más relevantes de la evolución es el aumento de la participación de los países en vías de desarrollo en las exportaciones de tractores agrícolas. En 1984 su participación era del 0,5% y en 1992 ya alcanzaba el 6%. Uno de los países que ha incrementado considerablemente sus exportaciones es China, que ha pasado de exportar unos 1.000 tractores en 1980 a 25.000 en 1991. Se trata de exportaciones de pequeños tractores, puesto que una gran parte de la producción china de tractores son modelos con una potencia inferior a los 20 Hp. (en 1991 este tipo de tractores suponía el 96% del 1.400.000 tractores producidos en China). En cuanto a las importaciones de tractores, se produ ^e un notable incremento a lo largo de los años 60, y especialmente en el período 1970-76. Sin embargo, en la segunda mitad de la década de los 70 las importaciones se estancan, para reducirse considerablemente en la década de los ochenta. Es interesante analizar la evolución de las importaciones de tractores en los países desarrollados y en los países en vías de desarrollo. Así, en los años 60 el ritmo de incremento de las importaciones era mayor en los países en vías de desarrollo, lo cual se debe al fuerte despegue (revolución verde) de las agriculturas de ciertos países en vías de desarrollo y a su escasa producción de bienes de equipo. En 1971-76 la tasa de aumento de importaciones crece considerablemente, siendo idéntica en países desarrollados y en países en vías de desarrollo. En 1976-81 la tendencia cambia y las importaciones se estancan, presentando ligeros descensos, pero de nuevo son de igual magnitud en países desarrollados (-0,37% de descenso medio anual) que en paises en vías de desarrollo (-0,25% de descenso medio anual). En los años 80 se vuelven a detectar de nuevo 631 importantes disparidades entre ambos grupos de países. Así, en 1981-86 se produce un descenso de importaciones mucho mayor en los países en vías de desarrollo (-7,6% de descenso medio anual) que en los países desarrollados (-2,8%). Esta situación se explica por los graves problemas económicos de las economías en vías de desarrollo, y en especial por el problema de la deuda externa, que dificultaba la importación de tractores (escasez de divisas) . En 1986-93, la disparidad no es sólo ya de cuantía sino también de signo. Mientras que los países desarrollados siguen disminuyendo sus importaciones aunque con menos intensidad (-2% de descenso medio anual), los países en vías de desarrollo aumentan, aunque muy ligeramente (0,7% de incremento medio anual). Esta situación se debe a que las economías en vías de desarrollo han mejorado, después de planes de ajustes muy duros impuestos como condición para renegociar su deuda externa, y a la acumulación de excedentes a^rarios en los países desarrollados, especialmente en la UE, lo que ha obligado a poner en práctica políticas de limitación de la oferta que han llevado al descenso de la inversión en maquinaria agrícola en Europa y otras áreas desárrolladas. La conclusión de este apartado es que el comercio internacional de maquinaria agrícola presenta una situación de claro retroceso desde principios de los años ochenta. El análisis de las posibles causas de esta situación, permite agrupar éstas en tres tipos: problemas intrínsecos del propio comercio exterior de maquinaria agrícola, problemas derivados de la situación económica y social de los países importadores y exportadores, y problemas de modernización agraria en las áreas desarrolladas y no desarrolladas. Pasamos a analizarlos a continuación. a) Problemas intrínsecos del comercio internacional de maquinaria agrícola Dos son los problemas básicos dentro de este grupo. En primer lugar, la existencia de importantes restricciones, tarifarias y no tarifarias, a las importaciones. Estas barreras comerciales dificultan grandemente el desarrollo del comercio internacional de maquinaria agrícola. Los costes de producción son muy distintos de unos países a otros, y estas restricciones se establecen para defender las industrias nacionales de maquinaria agrícola. El segundo problema es la inestabilidad del tipo de cambio, especialmente del dolar, lo que influye en el comercio internacional. Así, a principios de los 80, la fuerte revalorización del dolar provocó, junto a otras causas, la disminución de las importaciones. 632 b) Problemas relacionados con la situación económica de los países Dentro de este tipo de problemas podemos destacar los de las economías en vías de desarrollo, y en especial la crisis de la deuda externa, que disminuyó sus reservas y dificultó sus importaciones de bienes de equipo ante la escasez de divisas (éstas debían destinarse al pago del servicio de la deuda). Los graves problema ocasionados por la transición de los países del Este (antigua URSS y todos los antiguos países socialistas) desde una economía planificada hacia una economía de mercado, es otro de los temas que explican el retroceso del comercio mundial de maquinaria agrícola. Los países del Este eran importantes productores y demandantes de maquinaria agrícola. La difícil transición está provocando pérdidas en la capacidad de producción industrial y también la disminución de la demanda como consecuencia de la crisis agraria. c) Problemas de modernización agraria Dentro de este apartado podemos distinguir tres problemas. El primero es la dificultad de proseguir con el proceso de modernización y mecanización agraria iniciado hacía varias décadas en los países en vías de desarrollo, como consecuencia del problema de la superpoblación. En efecto, el exceso de mano de obra y la presión demográfica sobre el medio rural de estos países, hace difícil la introducción de maquinaria agrícola, al expulsar población que no tiene posibilidades de empleos alternativos. El segundo problema es el relativo a la dificultad de continuar con un ritmo intenso de mecanización en las agriculturas de los países desarrollados, como consecuencia de la situación de excedentes agrarios y de la necesidad de disminuir la producción agraria. La tendencia actual en la agricultura de los países desarrollados no es la de intensificar la producción agraria, sino más bien la contraria (retirada de supe^cie de cultivo, limitaciones de los censos ganaderos, etc). Esto junto con el hecho de que los índices de mecanización son ya elevados en las agriculturas de los países desarrollados, hace que la demanda de maquinaria agrícola esté en franca regresión en dichos países. El tercer problema tiene que ver con la mayor o menor adaptación tecnológica de la maquinaria agrícola a cada tipo de agricultura. Así, muchos tipos de maquinaria producida en los países industrializados no se adapta desde el punto de vista tecnológico a las 633 características requéridas por la maquinaria utilizada en las agricultúras de los países no'desarrollados. Este problema (exportación de tecnología y bienes de equipo desde los países desarrollados hacia los países en vías de desarrollo) no se plantea sólo en la maquinaria agrícola. Su solución exige que los países en vías de desarrollo tengan sus propias plantas que produzcan la maquinaria agrícola apropiada a las necesidades de su agricultura, aunque esta solución va, lógicamente, en detrimento del comercio internacional (disminución de importaciones). 3.2.1.2. El proceso de globalización de la industria • El desarrollo del comercio internacional está siendo sustituido por la creciente globalización de la industria de maquinaria agrícola, a través de acuerdos estratégicos entre las industrias de los distintos países productores. Los acuerdos estratégicos entre las diversas compañías están siendo cada vez más numerosos. Dichos acuerdos cubren básicamente tres áspectos: acuerdos de distribución (como el de Lombardini con Deutz o el de Daimler Benz con KHD), acuerdos de I+D (como el de Same con KHD, el de Carraro con Case, el de ACME con Lombardini, o el de Fiat con ZF), y acuerdos de colaboración industrial. Estos últimos acuerdos suelen realizarse con compañías localizadas en la Europa del E5te o en paises en vías de desarrollo. En los productos que incorporan tecnología más avanzada, algunas compañías están ampliando sus líneas de fabricación a esta gama de productos mediante ]a compra de elementos producidos por otras compañías. Otro elemento básico para el proceso de globalización es la asociación de compañías o la producción bajo patentes, para abastecer a países sin producción o con insuficiente producción de maquinaria. El primer paso es el apoyo a la producción doméstica de estos países con el objetivo primero de vender en su mercado interior, y segundo de exportar parte de la producción a otros mercados. El apoyo prestado por las compañías matrices a las filiales consiste en transferencias iniciales de tecnología, suministro de componentes y conjuntos de piezas, aportación de asistencia técnica, y control de calidad. En una segunda fase la compañía filial que opera en el nuevo mercado ya puede realizar el ensamblaje final de equipo de maquinaria, o incluso producir maquinaria agrícola de manera virtualmente independiente. A partir de ahí es posible establecer diversos acuerdos bilaterales entre la compañía matriz y la filial, que proporciónarán beneficios a las dos compañías. 634 3.2.1.3. La demanda y producción mundial de maquinaria ^ agrícola Los datos sobre demanda y producción mundial de maquinaria agrícola son coherentes con el análisis del comercio extérior que acabamos de realizar. Así, la demanda de tractores en la UE pasa de 176.459 unidades en 1989 a 119.700 en 1993. En los países de la antigua EFTA pasa de 33.441 unidades en 1989 a casi la mitad (18.050) en 1993. También en la Europa del Este se aprecia un claro descenso de la demanda de tractores al pasar de 370.000 unidades en 1989 a 300.000 en 1993. En Norteamérica los descensos son sensiblemente inferiores a los europeos. En EE.UU. se pasa de 106.386 tractores en 1989 a 85.000 en 1993 y en Canadá de 16.228 a 11.000 en el mismo período. En el mismo orden de disminución de la demanda de tractores está Japón que pasa de 93.276 unidades en 1989 a 85.000 en 1993. Sorprende, en cambio, la evolución de Sudamérica y Centroamérica, una de las aéreas con mayor descenso, al pasar de 43.754 unidades en 1989 a 27.000 unidades en 1993, sin duda como consecuencia de la fuerte crisis económica y la elevada deuda externa de estos países. En cambio otras áreas en vías de desarrollo, especialmente las del continente asiático, presentan importantes aumentos como en la India, país en el que la démanda de tractores pasa de 78.000 tractores en 1989 a 145.000 en 1993. En cuanto a la producción de cosechadoras, se aprecian fuertes descensos en Europa Occidental (de 19.000 cosechadoras en 1985 a 6.200 en 1993), Brasil (de 6.000 a 2.200 en el mismo período). Los descensos son bastante menores en Norteamérica (de 11.200 cosechadoras en 1985 a 9.500 en 1993). En el resto del mundo, los descensos de producción de cosechadoras son muy acusados, pasando de 7.200 unidades en 1985 a 3.500 en 1993. 3.2.2. Evolución del mercado de maquinaria agrícola en la UE 3.2.2.1. EI mercado de maquinaria agrícola La situación del mercado de maquinaria agrícola en la UE ha cambiado radicalmente en los últimos años. EI consumo ha decrecido a una tasa considerable, el saldo del comercio exterior sigue siendo favorable, pero ha empeorado como consecuencia del descenso de exportaciones y del aumento de las importaciones, y como consecuencia de todo ello la producción se ha reducido, arrastrando al sector industrial a una profunda crisis. 635 En el gráfico 3.2.1 se puede apreciar la evolución negativa de la producción de maquinaria agrícola desde 1985. Sin embargo, la evolución no es similar en los distintos países miembros. Así, la tasa de evolución de la producción en el período 1985-92 es muy positiva en Portugal, y ligeramente positiva en Bélgica y Holanda, mientras que en el resto de países es negativa. Dinamazca y España presentan un descenso de tipo medio en torno al 20%, y los países con fuerte implantación industrial como Francia, Italia, Reino Unido y Alemania acusan un fuerte descenso de la producción de maquinaria agrícola (entre el 35 % y el 40% en dicho período 198592. Por último, Grecia tiene el mayor descenso con un 50%. Para analizar el desarrollo del mercado de maquinaria agrícola de la UE, deberíamos consideraz además de la producción, el resto de componentes (consumo, importaciones y exportaciones). En el cuadro 3.2.1. aparecen las tasas anuales de crécimiento de cada componente en el período 1981-92 y también en los dos subperíodos en los que se puede dividir dicho período: 1981-85 (etapa expansiva) y 1985-92 (etapa recesiva). CUADRO 3.2.1 TASA ANUAL DE VARIACION Consumo aparente Producción Exportaciones extra CE Importaciones extra CE 1981-1992 1981-1985 1985-1992 2.24 1.55 -0.11 0.59 9.28 ] 0.00 0.93 0.20 -1.78 -3.29 -0.70 0.81 Fuente: TEPRO ANALISIS.Op. cit. Elaboración propia Como puede observarse, el primer período 1981-1985 presentan una media anual de crecimiento del consumo del 9% y de la producción del 10%, que pueden considerarse como una expansión considerable. Las exportaciones crecieron a un ritmo medio anual de casi un 1%, mientras que las importaciones apenas aumentaban (0,2%). La situación es totalmente contraria en el siguiente período 1985-1992. Así, el consumo aparente disminuye a una tasa media anual de casi un 2%. La evolución del saldo neto exportador es negativa (las exportaciones decrecieroit a una tasa media anual del 0,7%, mientras que las importaciones aumentaron a un ritmo anual medio de10.8%). Por ello la recesión fue más acusada en la producción (descenso medio del 3.2% anual) que en el consumo (descenso medio del 1.8% anual). Sin embazgo, si observamos el gráfico 3.2.1 se deduce que, aunque la recesión se inicia en 1985, es después de 1990 cuando ésta se 636 ^ Grájco 3.2./. Producción de maquinaria agrícola EUR-/2 (/ndice en términos reales l985 = 100). Fuente: The Agricultura! Machinery /ndustry in Europe. TEPRO ANALYS/S. (S1udy commissioned by teh Commission of the Europpean Communities, junio 1993. 637 agrava, próvocando una dura crisis en el sector de producción de maquinaria agrícola de la UE. La conclusión del análisis precedente es que ha sido la disminución del consumo y la pérdida de competitividad (reducción del saldo neto exportador), lo que explica la caída de la producción europea, y no al revés. Conviene ahora analizar con más detalle los distintos tipos de maquinaria agrícola, representando la distribución de la producción de maquinaria agrícola por tipos. Así, el 50% de la producción (en valor) es de tractores, el 10% de cosechadoras combinadas (cereales, oleaginosas, leguminosas), el 8% es de maquinaria para recolección de forrajes (hileradoras,empacadoras, etc.). EI 32 % restante pertenece a cosechadoras de frutas y hortalizas, viñas, aceitunas, algodón, remolacha y a todo tipo de aperos, abonadoras, sembradoras y remolques. Por tanto entre tractores, cosechadoras combinadas y maquinaria de recolección de forraje cubren casi el 70% de la producción de maquinaria agrícola de la U E-12. La maquinaria más importante, sin duda, son los tractores agrícolas, en los que se aprecia una fuerte regresión de su demanda, que pasa de 306.000 unidades en 1980 a 216.000 unidades en 1986 y a 145.000 unidades en 1992. Como se aprecia en el citado gráfico la reducción de la demanda viene de muy atrás y no puede achacarse sólo a la crisis agraria de los últimos años. La razón de la reducción de la demanda desde 1980 estriba en que el parque de tractores había llegado ya en 1980 a una situación de saturación, de modo que ya no había casi nueva demanda sino que la demanda era básicamente de reposición. Aún así, a esta razón de base se le suma, a partir de 1990, la crisis agraria y las incertidumbres provocadas por los cambios de política agraria, lo cual se refleja en un descenso muy brusco, a partir de dicho año, de la demanda de tractores agrícolas. La caída de la demanda en el período 1989-93 es similar en la UE y en los países de la EFTA y se sitúa en torno al 30%. En cambio dentro de la UE hay diferencias marcadas en cuanto al descenso de la demanda. Así, países como Reino Unido, Alemania e Italia sólo manifiestan una reducción en torno al 20%, mientras que en Francia, España y Grecia la demanda de tractores cae a la mitad en el período 1989-93 (gráfico 3.2.2). En cuanto al tipo de tractores, la proporción de tractores de cadenas está alrededor del 4% y permanece estable a lo largo del período 1982-92. Los tractores para plantaciones frutales han aumentado su proporción pasando de representar un 3% en 1982 a un 7% en 1992. Pero sin duda la característica que mejor refleja los cambios que se han producido en la demanda de los diversos tipos de tractores en la UE-12 es el aumento de la proporción de los tractores 638 ' Gráfico 3.2.2. Tasa rea/ de variacion países de la UE. Fuente: TEPRD ANALYS/S op. cit. /985i92 de Produccián de Maquinaria Agrícola en los 639 de gran potencia, y el descenso de la de los tractores de pequeña potencia. Así, los tractores de más de 165 cv. pasan de representar el 0,3% eñ 1982 al 3% en 1992. Los de 125-165 cv. del 3,8% al 8,4% y los de 95-125 cv. de19,8% a122% en el mismo período. En cuanto a los tractores de pequeña o mediana potencia, los de 65-95 'cv. pasan de representar a144% en 1982 al 37% en 1992. Pero el descenso más importante se produce en los tractores de 40-65 cv. que representaban el 30% en 1982 y en 1992 sólo representan el 12% de la demanda total de tractores. Los tractores de muy pequeña potencia (menos de 40 cv.) sólo representan el 2,5% de la demanda, pero este porcentaje permanece estable en el período 1982-92. En lo que se refiere a las cosechadoras, la evolución de la demanda de la UE-12 todavía es más negativa que la de los tractores. La demanda de cosechadoras combinadas se reduce casi a la tercera parte en el período 1985-93 (14.602 unidades e 1985 y 5.825 unidades en 1993). La caída se ha agudizado en el período 1990-93, aunque también se aprecia un claro descenso en el período 1985-90. La razón de esta disminución anterior a los años 90, es de nuevo la saturación del mercado y por tanto las compras son ya, a partir de mediados de los 80, compras de reposición. La caída de la demanda es espectacular en Dinamarca (se reduce a una sexta parte) y muy fuerte en Francia, España y Holanda, países en los que la demanda de cosechadoras integrales se reduce a una cuarta parte. En el mercado de empacadoras se aprecia también una fuerte reducción pasando de 44.665 unidades en 1980 a 19.61^ unidades en 199, en un proceso continuado de descenso de la demanda, que se ha agravado en los últirrios años. Además en este tipo de maquinaria se han operado cambios tecnológicos muy importantes. Así, el descenso ha sido drástico en las empacadoras de pequeñas pacas rectangulares (de 37.838 empacadoras en 1982 a 3.726 en 1993), que se han visto superadas tecnológicamente. El número de empacadoras de pacas redondas ha aumentado de 1980 (6.780 unidades) a 1988 (18.809 unidades), pero a partir de 1988 decrecen, llegando en 1993 a una demanda de 14.272 unidades. La demanda de empacadoras de pacas rectangulares grandes no ha dejado de aumentar desde 1980, pasando de 47 en dicho año a 1.613 unidades en 1993. La demanda de cosechadoras autopropulsadas de forraje presenta, en cambio, una gran estabilidad a lo largo del período 1980-93, situándose siempre en torno a las 1.500 unidades. 3.2.2.2. EI comercio exterior de maquinaria agrícola en la UE La Unión Europea es una potencia mundial en el comercio internacional de maquinaria agrícola. Su capacidad exportadora es notable 640 y viene siendo exportadora neta desde hace mucho tiempo. En la evolución reciente de las exportaciones pueden distinguirse tres etapas. En la primera (1985-87) se produce el descenso de las exportaciones a los países terceros. En la segunda (1987-90) las exportaciones aumentan, aunque no recuperan ni siquiera el nivel de 1985 = 100, de modo que el índice pasa del valor 71,2 en 1987 a 83 en 1990. En la tercera (1990-1993), las exportaciones caen con fuerza desde el índice 83 en 1990 a 65,7 en 1993. En c.uanto al destino de las exportaciones a terceros países, ha aumentado en, el período 1986-1993 la participación de la antigua URSS (A,4% .en 1986 y 12,1% en '1993), y como contrapartida ha disminuido la participación de los países OPÉC que pasa del 17% en 1985 al 9,5% en 1993. El resto permanece bastante estable, ya que EE.UU. aumenta ligeramente pasando, en el mismo período, de representar el 20,3% de las exportaciones al 23,4%. Los países de la EFTA descienden moderadamente en su participación del 27% al 21,5% y el resto del mundo del 35% al 33%. En cuanto a las importaciones, si consideramos la evolución del índice de las mismas con base 100 en 1985, se detecta una fuerte penetración de las importaciones procedentes de terceros países, que a partir de 1987 se dispara alcanzando el índice 154,2 en 1989 y manteniéndose entre 135 y 145 en los cuatro últimos años. Este aumento de las importaciones de terceros países debe analizarse a la luz de la procedencia de las mismas. En 1986 los tres principales suministradores eran los países de la EFTA (35,5%), EE.UU. (28%) y Japón (20%). El 16% restantes procedía del resto del mundo. En 1993 se aprecian notables cambios. Así, EE.UU. aumenta mucho su participación (41%), los países de la EFTA pasan de suministrar el 35,5 % al 28,5 %, y finalmente Japón pasa del 20% al 13%. El resto del mundo mantiene su participación en torno al l7%. Son por tanto las importaciones de EE.UU. las que han mejorado su competitividad y han penetrado fuertemente en el mercado comunitario. Esta competitividad se debe no sólo al factor precio sino a la oferta de productos con tecnología muy avanzada, en especial en la gama de tractores de gran potencia y cierto tipo de maquinaria para recolección. EI aumento de la competitividad de las importaciones de países terceros queda de manifiesto al observar el gráfico 3.2.3 que refleja la evolución del índice de penetración de las importaciones extraUE ((importaciones ^de terceros países/mercado doméstico total) * ]00). Como se desprende del citado gráfico, desde 1985 la penetración de las importaciones no deja de crecer en la UE, pasando del 5% en 1985 al 12% en 1992. 641 Para terminar este apartado se presenta el cuadro 3.2.2 que refleja la evolución en la UE de los principales componentes del comercio exterior de maquinaria agrícola y algunos ratios, todo ello en el período 1981-92. Del análisis de estos datos se de^prende que en términos corrientes, las exportaciones no bajan drásticamente en el período 1986-1992, mientras que las importaciones si aumentan a un fuerte ritmo en dicho período. El saldo comercial exportador neto en términos corrientes se reduce considerablemente pasando de•2.470 millones de ecus en 1985 a tan sólo 1.411 millones de ecus en 1992. El ratio de exportaciones sobre importaciones sufre un grave deterioro en el período 1981-92, pasando de 4,7 en 1981 a 2,1 (menos de la mitad) en 1992, sin dejar de reducirse durante todo el período. 3.2.2.3. La industria europea de maquinaria agrícola En el período 1980-92 el número de plantas de producción en la CE pasó de 3.111 a 2.589, reduciéndose también el empleo en el sector desde 201.586 empleos en 1980 hasta 123.573 en 1992, todo ello reflejando el proceso de ajuste duro del sector industrial ante la tendencia imparable de descenso de la demanda, como consecuencia de la saturación de los mercados y de una demanda que cada vez más se convertía en una simple demanda de reposición y no de adquisición de nuevos equipos. Otra de las características de la industria europea de maquinaria agrícola es el fuerte proceso de concentración desarrollado en los últimos años. Así, en 1985-87 las cuatro primeras empresas de producción de tractores vendían el 44,8% de los tractores, rriientras que en 1991-92 vendían el 50%. En el mismo período las ocho primeras empresas vendían el 70% de los tractores y en 1991-92 el 78%. Este proceso todavía ha sido mayor en las empresas que producen cosechadoras integrales. Así en 1985 las cuatro primeras vendían el 67% de las cosechadoras y en 1992 el 80%. La fuerte caída del consumo está provocando la disminución de los índices de utilización de la capacidad de producción. Para las plantas de producción de tractores, dicho índice pasa del 80% en 1986, al 70% en 1988 y al 40% (índice muy bajo) en 1992. El mismo problema se presenta en las plantas de producción de cosechadoras integrales. Así, la utilización de la capacidad de producción de cosechadoras ha pasado de niveles que oscilaban entre el 75 y el 100% en 1985, a valores entre el 50-60% en 1992. El problema en este tipo de producción es realmente serio, puesto que la caída de la demanda de cosechadoras todavía ha sido más fuerte que la de tractores, como se ha visto anteriormente. 642 Gráfico 3.2.3. Evolución de la penetración de las importaciones comunitarias de maquinaria agrícola. Fuente: TEPRO ANALYSIS. Op. cit. 643 CUADRO 3.2.2 EVOLUCION DEL COMERCIO EXTERIOR DE MAQUINARIA AGRICOLA DE LA UE (MILLONES ECUS) . 1981 Exportaciones Importaciones Saldo comercial Ratio exporls-imports Comercio intra UE Partic. de las Import totales % 1982 1983 1984 t985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 2.751 2.656 2.143 3.062 3.131 2.621 2.394 2.613 2.990 3.146 2.998 2.640 580 626 644 680 661 690 158 L011 1.185 1.088 1.088 I^29 2.177 2.030 2.100 2.382 2.470 1.931 1.635 1.602 1.805 2.058 1.910 1.411 2.7 2.1 2.6 2.5 2.9 4.7 4.2 4.3 4.5 4.7 3.8 3.2 1.983 2.509 2.619 2.844 3.149 3.035 3.000 3.401 3.730 3.801 3.451 3.463 77.3 80.0 80.2 80.7 82.6 81.4 79.8 77.1 15.8 11.1 14.6 73.8 Fueute: TEPRO ANALYSIS op. cit. Ante esta situación la estrategia de la industria de la UE ha consistido en disminuir la capacidad instalada, mediante el cierre de fábricas. Empresas tan importantes como Agrifull, Ford New Holand, Massey-Ferguson (Ex-Ebro), David Brown (Case), British Leyland, County Comercial Cars y Roadless Traction, han cerrado plantas de producción de tractores en Italia, Francia, España y Reino Unido. La reducción de la capacidad instalada también ha sido importante en el caso de las plantas de producción de cosechadoras. En el período 1985-92, la reducción de las siete empresas más importantes ha sido del 34%. Ello ha permitido mejorar el nivel de utilización de la capacidad productiva a partir de 1990, aunque sigue siendo muy bajo. La crisis de demanda y los bajos índices de utilización de la capacidad de producción está provocando la pérdida de rentabilidad de las industrias, según un reciente estudio elaborado sobre una muestra de 123 empresas italianas de maquinaria agrícola (Italia es uno de los principales países productores) para el período 1986-92. Los resultados de este estudio se resumen en el siguiente cuadro. AÑO l0"9 LIRAS Ventas netas Costes laborales Beneficios•antes de intereses e impuestos Beneficios 8fi 87 88 89 90 91 92 2.608 497 2.645 513 3.780 723 3.938 779 3.558 789 3.277 743 3.160 739 46,6 31,2 75,6 2,1 137.5 69,0 109.8 45,3 -87.6 -225 - 118 -279 -125 -296 Fuente: TEPRO ANALYSIS op. cit. Como se puede ver, los resultados empiezan a ser negativos a partir de 1990, obteniéndose fuertes pérdidas. Después de ] 989 las 644 ventas comienzan a disminuir mientras que los costes laborales permanecen prácticamente estabilizados. El descenso de la rentabilidad y las fuertes pérdidas llevaron a un aumento del nivel de endeudamiento, lo cual aumentó los intereses y gastos financieros, reflejándose en una caída aún mayor de los beneficios. La estrategia seguida por las industrias ante esta situación crítica consiste básicamente en un intento de racionalizar la oferta en términos de cantidad y calidad, en un escenario dominado por el exceso de capacidad instalada y el descenso de la demanda de maquinaria agrícola. Un punto esencial dentro de esta estrategia es el proceso de concentración (fusiones, asociaciones,etc.) entre los principales fabricantes para hacer frente a la crisis de este sector. Sin embargo, uno de los aspectos más críticos del deterioro de la rentabilidad del sector y la acumulación de perdidas, es la dificultad para seguir invirtiendo en I+D y poder lanzar al mercado nuevos productos que incorporen avances tecnológicos y que permitan dinamizar la demanda. La crisis de la agricultura tampoco ayuda a romper este circulo vicioso, ya que la falta de liquidez de los agricultores y su elevado nivel de endeudamiento dificulta su inversión en maquinaria agrícola. 3.2.2.4. La reforma de la PAC y la demanda futura de maquinaria agrícola en [a UE Desde un punto de vista cuantitativo, diversos estudios han estimado la evolución en los próximos años de la demanda de maquinaria agrícola. Así, un estudio econométrico desarrollado por el Instituto francés de investigación (Rexecode) ha estimado las ventas de tractores en Francia en el año 2000, considerando dos escenarios: con reforma PAC y sin reforma PAC. En este segundo escenario la demanda de tractores en el año 2000 se sitúa entre 21.000 y 25.000 unidades (en 1991 la demanda se situaba alrededor de las 30.000 unidades). La cifra más alfa parte de la hipótesis de una estabilización de la tasa de mecanización en la agricultura y de una reducción anual del 4% en el número de agricultores (1990-2000). La cifra más baja se basa en un incremento de la potencia de los tractores y en sus efectos sobre la estructura y tamaño del parque de tractores. En el escenario con reforma PAC, el modelo tiéne en cuenta los efectos redistributivos y de extensificación productiva propiciados por la reforma de la PAC. Según los resultados del modelo, la demanda para el año 2000 en este escenario se sitúa en 19.000 unidades lo cual supone una reducción sustancialmente mayor de la demanda que en el escenario sin reforma PAC. . 645 En Italia, otro estudio (Nomisma 92) ha estimado los efectos de la reforma de la PAC en los tres primeros años de aplicación de la reforma (análisis de medio plazo). El análisis input-output utilizado en este modelo proporciona una evaluación de los efectos de la reforma sobre los diversos sectores económicos relacionados con la agricultura. Según los resultados del modelo, la reducción de la demanda de maquinaria agrícola en 1996, al terminar las primeras campañas de aplicación de la reforma, comparada con la demanda de 1991 oscilará entre un 3,5°^o y un 6%. En el mercado británico, un estudio realizado por la Corporate Intelligence Group considera a la reforma de la PAC como la principal causa de la caída de las ventas de tractores estimada para los próximos años. La predic ^ ión sitúa la demanda de tractores en 1996 en 13.000 tractores cuando en 1992 era de 14.296 tractores. A nivel cualitativo, el impacto de la reforma de la PAC sobre la mecanización agraria, dependerá de la importancia de los distintos tipos de efectos. Así, la reforma de la PAC provocará que los agricultores traten de reducir los costes de producción. En primer lugar por la propia filosofía de extensificación productiva que supone la reforma. En segundo lugar por el cambio de mentalidad y objetivos de los agricultores (ya no se trata de maximizar la producción, sino de obtener la rríayor producción al mínimo coste posible). Como consecuencia de ello, el período de vida útil de la maquinaria se alargará y se desarrollarán fórmulas de copropiedad, subcontratación y"leasing" de maquinaria agrícola. La demanda de tractores, por tanto, sufrirá consecuencias negativas, reduciéndose significativamente. Además este efecto no parece que vaya a ser gradual sino que se ha producido de forma brusca en el inicio de la aplicación de la reforma (1993). Ello se debe a los elementos psicológicos pesimistas y de gran incertidumbre que la reforma de la PAC ha introducido en el sector agrario, al modificar completamente los esquemas de apoyo a la agricultura, modificaciones que, al principio por lo menos, son difícilmente entendibles y aceptables por el agricultor. Quizá en los próximos años, cuando la reforma se haya asentado y los agricultores la hayan asimilado, la demanda se estabilice y no siga disminuyendo. En particular, la retirada obligatoria del 15% de la superficie cultivada de cereales, oleaginosas y proteaginosas es uno de los elementos más negativos para la industria de maquinaria agrícola. Las ayudas compensatorias concedidas a los agricultores para la superficie retirada no serán invertidas en maquinaria agrícola, ya que la disminución de la superficie cultivada implica menores necesidades ^ de maquinaria. 646 Además, la crítica situación económica de la agricultura puede llevar a los agricultores, para reducir sus inversiones, a demorar la renovación de la maquinaria, y ó a comprar maquinaria de segunda mano. Lá reforma de la PAC tendrá además un importante efecto sobre lá composición de la demanda de maq ^ inaria. Por ejemplo, la demanda de pequeños tractores (plantaciones frutales) no descenderá o lo hará a una tasa menor ya que este sector no ha sido afectado por la reforma de la PAC. En cambio los tractores de tipo estándar, que se utilizan para los'grandes cult•ivos herbáceos, serán los más afectados^por lá i•educción dé la demanda ya que estos cultivos son los más afectadós por la reforrria de la PAC. También es probable que este descenso de la demanda de tractores estándares se vea parcialmente compensada por el aumento de la demanda de tractores de gran potencia para las asociaciones o círculos de maquinaria. Sin embargo, la reforma de la PAC no es el único elemento a tener en cuanta. Las nuevas reformas de las OCM pendientes de modificación (azúcar, vino, frutas y hortalizas, aceite de oliva, arroz...), así como el acuerdo GATT, influirán en los sectores no reformados, de modo que la nueva composición cualitativa de la demanda de maquinaria agrícola dependerá de todos estos elementos. Lo que es seguro es que las nuevas tendencias productivas agrarias provocarán no sólo un ajuste cuantitativo sino también cualitativo. ES más que probable que la industria de maq ^inaria agrícola se concentre en la producción de maquinaria especializada y de maquinaria multiuso basada en módulos. La reforma de la PAC no sólo afectará negativaménte a la demanda de maquinaria agrícola, sino también a la de fertilizantes, fitosanitarios, etc. Ello provocará efectos cruzados ya que se trata de sectores interrelacionados. La disminución del uso de agroquímicos también contribuirá a la reducción de la maquinaria que se usa para su aplicación. La reforma de la PAC plantea también graves problemas para la necesaria innovación tecnológica. Por un lado, la industria debe ofrecer maquinaria cada vez más competitiva y de mejor calidad, si quiere mantener su cuota de mercado. Para ello es necesario incorporar nueva.tecnología y nuevas prestaciones a la maquinaria, de modo que ésta se adapte a las nuevas pautas de la PAC y a las necesidades de los agricultores, especialmente de los agricultores más dinámicos, que son los que primero introducen las innovaciones tecnológicas. Pero el hecho de que una parte de los ingresos de los agricultores proceda de ayudas a la hectárea que no dependen de los rendimientos obtenidos, reduce el estímulo de los agricultores a invertir en cambios tecnológicos. Esto es grave, ya que puede paralizar la investigación de las industrias, que quizá podrían construir nuevos tipos de maquinaria, que permitiera reducir los costes de producción. La crítica situación 647 económica de las industrias de maquinaria agrícola hace todavía más difícil seguir con los procesos de I+D en dicho sector. La influencia de la reforma de la PAC sobré las empresas europeas de maquinaria agrícola será distinta según el tipo de compañía, y especialmente según su tamaño. Así, las grandes multinacionales tratarán de reducir su producción en Europa y expandirse fuertemente en mercados exteriores que sean mercados emergentes desde la perspectiva del desarrollo agrario . Las pequeñas compañías tratarán de sobrevivir el máximo de tiempo buscando nichos de mercado bien por el tipo de maquinaria específica, o por especializarse en un mercado local o^ambas cosas a la vez. Las compañías de tamaño medio que operaban inicialmente en los mercados nacionales o europeos sufrirán el proceso de adaptación más duro y difícil. Algunos expertos consideran que la reconversión del sector de maquinaria agrícolá estaba pendiente, y que más pronto o más tarde habría tenido lugar. Sin embargo, la mayoría reconoce que la reforma de la PAC ha acelerado el proceso, que el acuerdo GATT lo puede acelerar más, y que un proceso que podría haberse hecho de forma gradual y lentamente, habrá yue hacerlo en muy poco tiempo. Los cambios en la distribución geográfica de la producción agraria a nivel Tnternacional, están desplazando el centro de gravedad de la producción agraria mundial y,, por tanto, la localización de los mercados emergentes de maquinaria agrícola. Ello planteará nuevos problemas y nue,vas oportunidades a la industria europea de maquinaria agrícola. Por ejemplo, antes o después, la industria de ia vE deberá concluir acuerdos de intercambio comercial, para suministrar maquinaria agrícola a los nuevos agricultores individuales de los antiguos paises socialistas del Este de Europa, que a su vez venderán los productos agrícolas el mercado internacional ( incluida la UE). En definitiva, el impacto de la reforma de la PAC en la industria de maquinaria agrícola es realmente complejo. El efecto conjunto de los cambios estructurales en la agricultura comunitaria (extensificación, reducción del número de explotaciones, aumenlo del tamaño de las explotaciones), junto con las medidas introducidas por la reforma de la PAC, y la propia situación endógena del sector (sobremecanización, elevadas disponibilidades de potencia cv.), requerirá que las industrias de maquinaria agrícola presten una gran atención al desarrollo de nuevos mercados. 3.2.2.5. EI impacto del acuerdo GATT en la industria europea de maquinaria agrícola Debemos distinguir por un lado los efectos directos provocados por las propuestas de reducción arancelaria sobre el comercio de 648 maquinaria agrícola, y por otro los efectos indirectos a través del impacto del acuerdo GATT sobre la agricultura, sector demandante de la maquinaria ágrícola. En cuanto a estos últimos, la combinación acuerdo GATT-reforma de la PAC está desplazando los objetivos de la agricultura desde el incremento de los niveles de producción por hectárea o cabeza de ganado, hacia la optimización del empleo de los factores de producción, en un contexto de sensibilidad creciente por los problemas medioambientales. Más que la intensificación del uso de semillas selectas, fertilizantes, productos fitosanitarios y maquinaria agrícola, lo que se persigue ahora es racionalizar el uso de los inputs, conseguir formas más eficientes de organizar las explotaciones y extender la incorporación de los avances de la biotecnología. En cuanto a los efectos directos, lo más destacado es que uno de los mercados de exportación más importantes para la UE (el de EE.UU.), puede tener un acceso más fácil para la maquinaria europea, a raíz del acuerdo GATT. En efecto, EE.UU. ha ofrecido un arancel cero para la maquinaria agrícola. Esto es muy importante porque una de las salidas más importantes para la crisis de la industria europea de maquinaria agrícola es aumentar sus exportaciones. Sin embargo, los intereses de las multinacionales que operan en el mercado internacional con productos estándares, no tienen porque coincidir con los igualmente legítimos intereses de las pequeñas fábricas que operan con productos especializados a nivel nacional o subnacional. El acuerdo EE.UU.-UE no es sin embargo suficiente. La industria europea precisaría de reducciones arancelarias de mayor importancia que las ofrecidas por los principales países en vías de desarrollo con mercados emergentes de envergadura. Esto hubiera sido incluso más importante que la reducción arancelaria ofrecida por EE.UU. La oferta de la UE de fuerte reducción arancelaria puede aumentar las importaciones de EE UU., y sobre todo las de los productos procedentes de la industria de maquinaria y componentes industriales del Japón, Corea, y demás países del área, que se están especializando y haciendo muy competitivos. El acuerdo GATT, por tanto, no abre grandes expectativas en cuanto a que se frenen las importaciones y se desarrollen las exportaciones, es decir que mejore el saldo neto exportador, que desde hace ya unos años viene deteriorándose Por tanto, la industria europea deberá desarrollar nuevas estrategias basadas en la creación de filiales, o en la firma de acuerdos de colaboración o de ` joint ventures" en los principales países en vías de desarrollo, que presentan mercados emergentes de gran interés para la industria europea. 649 3.2.3. EI mercado de maquinaria agrícola en España La principal fuente para analizar el mercado de maquinaria agrícola en España son los Registros provinciales de maquinaria agrícola Sin embargo, según la Orden de 28 de Mayo de 1987 del Ministerio de Agricultura Pesca y Alimentación, las máquinas cuya inscripción es obligatoria son las destinadas a la agricultura y que pertenezcan a algunos de los siguientes grupos. * Tractores de ruedas, de cualquier tipo, potencia y peso, y los remolques agrícolas cuyo peso máximo autorizado exceda de 750 kg. * Tractores de cadenas, motocultores, portadores, tractocarros y máquinas agrícolas automotrices, de cualquier tipo, potencia peso. * Máquinas agrícola arrastradas cuyo peso máximo autorizado exceda de 750 kg. * Máquinas agrícolas no incluidas en los apartados anteriores, para cuya adquisición se haya solicitado un crédito o una subvención oficial y aquellos otros que determine el Ministerio. Por consiguiente, las cifras que pueden deducirse de los registros no se corresponden en su totalidad con el mercado real de maquinaria agrícola en España, especialmente las que se refieren a la maquinaria arrastrada y sobre todo a la suspendida. . En consecuencia, puede afirmarse que los datos referidos a tractores y maquinaria agrícola autopropulsada, reflejan con total fiabilidad la realidad del mercado, mientras que en el caso de motocultores, motosegadoras, motoazadas y asimilados, las cifras están por debajo de la realidad, al ser estas pequeñas máquinas de uso muy restringido en la propia explotación, y de escasa o nula circulación por las vías públicas. Comentario similar merecen las máquinas accionadas por tractor, que bien por ser de peso inferior a 750 kg. o por su inapreciable utilización fuera de la explotación no son inscritas en los Registros oficiales, salvo que hayan contado _con una ayuda oficial para su adquisición. Visto lo anterior, nos centraremos en el análisis del mercado para tractores y para maquinaria autopropulsada (recolección), dejando para un apartado especifico algunos comentarios, aunque con menor información estadística, sobre la restante maquinaria agrícola. 3.2.3.I. El mercado de tractores i) Evolución de la demanda de tractores La demanda de tractores durante el período 1970-94 ha evolucionado conforme se observa en el gráfico 3.2.4. Del análisis de 650 . ^ . , ^ ^ ^ i! ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^I + Gráfico 3.2.4. Tractores nuevos inscritos /970-/994. 65t dicho gráfico pueden distinguirse cuatro períodos. En el primero, 1970-78, la demanda fue ligeramente creciente. En el segundo, 1979-83, se aprecia una cierta reducción de la demanda. En el tercer período, 1984-88, la demanda entra en una fase de estabilidad, mientras que a partir de 1988 se aprecia una fase claramente descendente con un ritmo de reducción de la demanda muy fuerte. Respecto a la evolución de la demanda de tractores después de la adhesión a la CE en 1986, puede apreciarse que tras los primeros años de aumento de la demanda, empieza a producirse un fuerte descenso, sobre todo a partir de 1990, coincidiendo con varias campañas de pobres resultados económicos como consecuencia de la sequía, y con la incertidumbre provocada por la crisis de la PAC y posterior reforma de la misma. Así en el período 1988-93 la demanda se reduce a la mitad pasando de 24.571 tractores en 1988 a 12.388 tractores en 1993. En 1994, sin embargo, y como consecuencia de la mejoría de la liquidez de los agricultores, se aprecia una recuperación de la demanda de tractores, aunque sin alcanzar los niveles de años anteriores. Desde el punto de vista tecnológico es importante analizar la evolución de la demanda según tipo de tractores. Así, se aprecia la existencia de dos claras tendencias. Por un lado el aumento de la demanda de tractores de mayor potencia, y por otro el incremento de los tractores con doble tracción. Sin embargo, mientras que la tendencia de aumento de potencia está parada desde 1989, en cambio la de incremento de los tractores de doble tracción sigue produciéndose sin cesar. Así en í989 la potencia media de la demanda de tractores de ese año fue de 72,9 cv., 72,6 cv. la de 1990, 72,7 cv. la de 1991, de 70,6 cv. la de 1992, 72,5 cv. la de 1993 y 73,1 cv. en 1994. El porcentaje de tractores de doble tracción sobre el total de tractores presenta en cambio, como hecho diferencial, una línea continuamente ascendente. La proporción, como puede observarse, se ha más que duplicado en el período 1985-93, lo cual indica una clara preferencia de la demanda por ese tipo de tractores (Cuadro 3.2.3.j. La evolución hacia tractores de más potencia se puede corroborar a través de una encuesta encargada por el MAPA en 1989. Según dicha encuesta la media de la potencia de tractores en España era de 58 cv., comprobándose como a medida que la fecha de ^ompra se acercaba a la actualidad su potencia aumentaba, de modo que los de más de 20 años tenían una potencia media de 48 cv., mientras que los tractores de cinco o menos años tenían una potencia de 70 cv. Otro elemento de cambio cualitativo es la total regresión de los tractores de cadenas, en los que, salvo en Andalucía, las cifras son insignificantes. Incluso en Andalucía presentan una cierta tendencia a la disminución, aunque varía mucho de unos años a otros. 652 CUADRO 3.2.3 Año Porcentaje de tractores con doble tracción 1985 l 986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 35% 45% 51% 57% 63% 66% 70% 72% 78% 83% Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de inscripción de maquinaría agrícola También es importante destacar la fuerte demanda en los últimos años de tractores pequeños (viñedos y fruteros especialmente), que en la actualidad representan ya el 36% del mercado nacional. La crisis de la agricultura no sólo ha provocado la disminución de la demanda de tractores, cosa lógica pues en una situación de malas expectativás lo normal es paralizar decisiones de inversión, sino que también ha reforzado la tendencia ya observada en años anteriores de envejecimiento del parque de tractores. En los últimos años el agricultor es más prudente a la hora de renovar la maquinaria agrícola y alarga el período de vida útil de los tractores, con la consiguiente pérdida cualitativa del nivel de prestaciones del parque nacional de tractores. En la encuesta a la que antes nos hemos referido, se preguntaba acerca de la edad del tractor, encontrándose que en 1989 (año de realización de la encuesta) la edad media de los tractores en España era de 13 años. El 63% de los tractores tenía entonces más de ] 0 años, el 36% más de 16 años y el 18% más de 20 años. Siguiendo el mismo trabajo, la edad media de los tractores disminuye al aumentar la dimensión de las explotaciones. La crisis agraria ha agudizado el envejecimiento del parque de tractores. Por un lado por la disminución de la demanda para renovación. Por otro lado, porque otra consecuencia derivada de la crisis ^ha sido el gran auge del mercado de tractores de segunda mano. La mayoría de estos tractores. de segunda mano tiene entre 1 1 y 20 años de antigiiedad. La evolución de la demanda de tractores de segunda mano puede observarse en el cuadro 3.2.4, en el que se compara con la demanda de tractores nuevos. La proporción de tractores de segunda mano es inferior o igual al 50% en 1988 y 1989. Pero a partir de 1989, cuando se inicia la 653 crisis agraria, se produce una fuerte recesión de las rentas agrarias y de la liquidez de los agricultores, y empieza a observarse un nuevo fenómeno: el número de tractores de segunda mano ya supera al de los nuevos, y en las compras de 1993 la proporción de tractores usados alcanza ya el 60%. Además en 1993 se aprecia que mientras el número de tractores nuevos comprados disminuye (pasa de 13.630 a 12.388), en cambio el número de tractores de segunda mano aumenta (pasa de 18.373 a 19.045). En 1994 se reduce algo la proporción (57,5%), como consecuencia de la mejora de las rentas agrarias, lo que produce la recuperación de la compra de tractores nuevos. CUADRO 3.2.4 Año 1988 1989 1990 1991 , 1992 1993 1994 Tractores usados Tractores nuevos Penetración de los tractores usados 20.500 23.450 21.304 19.633 18.373 19.045 20.227 24.571 23.277 19.718 17.452 13.630 12.388 15.274 45,5% 50,2% 52,0% 53,0% 57,4% 60,6% 57,5% Fuente: Inscripciones de Maquinaria Agrícola (MAPA) Este fenómeno está produciendo efectos negativos en la modernización de las explotaciones agrarias, y en la composición por edades del parque nacional de tractores, que al envejecer pierde parte de su valor y de sus prestaciones técnicas, encareciéndose además el coste horario de utilización por el excesivo consumo de carburante y por la fuerte subida de los gastos de mantenimiento y sobre todo de reparaciones. Volveremos sobre este aspecto en un apartado posterior. ii) Evolución del Comercio Exterior de tractores La evolución de nuestro comercio exterior de tractores agrícolas viene marcada por cuatro elementos que en cierto modo están ligados. a) Desarme arancelario a partir cle 1986 A partir de nuestra adhesión a la CE se produce un proceso de desarme arancelario que abarata los tractores de importación, y que significó la apertura del mercado español que hasta entonces había sido un mercado cerrado, para proteger la producción de los fabricantes nacionales (Ebro, Agria, Pascuali, B.J.R. y Astoa). El desarme se produjo a dos n;veles. En el primero, se pasó a la libre circulación 654 de mercancías y por tanto a la desaparición de aranceles con los restantes países de la CE. En el segundo, se adoptó el arancel común frente a los países terceros y se asumieron todos los tratados preferenciales y sistema de SPG firmados por la CE. b) Estructura industrial en España En 1985, los tractores de fabricación nacional representaban el 80% del total de tractores inscritos en dicho año. Ese elevado porcentaje se debía no sólo a las marcas nacionales (Ebro, Barreiros, Agria, Pascuali, etc.), sino a las marcas extranjeras fabricados en España. Así importantes productores como Fiat, Jhon Deere o Massey-Ferguson tenían plantas de producción o por lo menos de ensamblaje en España. Esta estrategia tenía su origen justamente en la elevada protección arancelaria del mercado español. La construcción de plantas en España permitía mejorar el acceso al importante mercado español, salvando así el problema de los elevados aranceles a los tractores de importación. A medida que se producía el desarme arancelario, el incentivo a producir en España los tractores de marcas extranjeras era menor, ya que las trabas y gravámenes a las importaciones europeas acabaron por desaparecer completamente, con lo cual ya era posible abastecer el mercado español desde las plantas de producción de otros países comunitarios. c) Escasa implantación y tecnología en las marcas nacionales Este sector se caracteriza por la necesidad constante de inversión en I+D para mantener la cuota de mercado correspondiente, y no perder la carrera tecnológica. Para ello era necesario un tamaño de empresa y una capacidad de inversión que ninguna empresa española tenía. De ese modo la industria nacional fue perdiendo terreno en los tractores de mediana y gran potencia. La única compañía que había sobrevivido y que producía los tractores Ebro de gran potencia entró a finales de los 80 en una grave crisis, al borde de la quiebra, y que fue superada gracias a la entrada de capital japonés (Kubota). Pero Ebro Kubota acabó fracasando al cabo de los pocos años, abandonando el capital japonés en 1994 la planta de España después de haber tenido fuertes pérdidas. Ese fracaso ha significado la desaparición de la marca Ebro, la única marca española de tractores de media o gran potencia. Las fábricas españolas han acabado por especializarse en tractores de pequeña potencia y en tractores estrechos para frutales y viñedo, así como en motocultores, motoazadas, etc... donde los retos tecnológicos no son tan difíciles ni costosos de abordar. 655 La necesidad de permanente innovación y de lanzamiento de nuevos modelos también explica la pérdida de peso de las fábricas españolas de marcas extranjeras. Los nuevos modelos requerían otro tipo de tecnología no disponible, en algunos casos, en las plantas españolas con lo cual para ser eficientes debían producirse en plantas de otros países europeos, para luego ser exportados a España. El adaptar las plantas españolas para producir los nuevos modelos hubiera sido más costoso. d) Crisis de la industria de maqui.naria agrícola y nuevas estrategias Como ya se vio en una sección anterior, la industria europea entró en grave crisis, consecuencia fundamentalmente de la fuerte caída de la demanda; está situación provocó grandes pérdidas y obligó a la industria europea a emprender nuevas estrategias basadas en el cierre de factorías, la concentración de la producción en las plantas más eficientes y la expansión hacia mercados emergentes de países en vías de desarrollo. Es así como se explica que por ejemplo Fiat ya no produzca en España y la producción se concentre en sus plantas de Italia desde donde se exporta a España sin ningún problema más que el del coste de transporte, o que la multinacional americana Jhon Deere haya •decidido que la planta de España ya no produzca tractores, sino que se especialice en componentes, mientras que la producción se obtenga en otras plantas de Europa más especializadas y eficientes en la producción de tractores. El caso de Ebro-Kubota es distinto pues se trata de una marca japonesa ( Kubota) especializada en tractores pequeños, que quiso desembarcar en Europa incorporándose a la producción de tractores grandes mediante la compra de Ebro, con la idea de producir en dicha planta no sólo para España sino para toda Europa. Sin embargo, los planes de expansión excesivamente ambiciosos y las costosas inversiones, se enfrentaron a principios de los noventa a un período de fuerte recesión de la demanda de tractores en Europa, con lo cual sus inversiones no pudieron amortizarse y la empresa entró en pérdidas, hasta que los japoneses abandonaron la empresa. Las afirmaciones contenidas en los puntos c) y d) pueden corroborarse mediante lós datos que aparecen en los cuadros 3.2.5, 3.2.6 y 3.2.7. Así, las únicas marcas españolas que han sobrevivido han sido aquellas que se habían especializado en tractores pequeños como es el caso de Agria o Pascuali. Ebro, que producía la gama de tractores de mediana y gran potencia, fue perdiendo cuota de mercado de modo que pasó de vender casi 3.000 tractores al año, a principios de 656 los 80, a vender algo más de 1.000 tractores en 1989. Esta negativa evolución, fruto de la competencia de las otras marcas nacionales o importadas (la importación del resto de países de la CE se liberalizó después de nuestra adhesión), fue una de las principales causas de los malos resultados de la compañía y obligó a buscar la entrada de nuevos capitales, siendo la marca Kubota (Japón) la que compró la planta. En cuanto a la tendencia al crecimiento de las importaciones, se ve claramente en los cuadros mencionados como la proporción de tractores nacionales y la de tractores importados de las marcas líderes del mercado (Jhon Deere, Fiat y Massey-Ferguson) se va inclinando del lado de los tractores importados (en muchos casos las plantas españoles no eran eficientes por falta de innovación tecnológica y los nuevos modelos provenían del país de origen, como Italia en el caso de Fiat). El ejemplo más claro es el de Massey-Ferguson que vendía en 1985 1.700 tractores producidos en España, cifra que fue reduciéndose hasta que en 1989 ya se dejó de fabricar en España. Como contrapartida las importaciones de tractores de dicha marca aumentaron en paralelo, pasando de 190 en 1985 a más de 1.000 en 1989-90. Algo parecido ocurrió con Fiat, aunque el proceso fue más tardío pues la disminución de ventas de traçtores Fiat producidos en España se produce a partir de 1991-92 y concluye en 1993, año en el que prácticamente todos los tractores Fiat vendidos en España fueron importados. También ha ocurrido en Jhon Deere, aunque el salto todavía esta por venir ya que la fábrica de Jhon Deere en España ha seguido funcionando hasta la fecha. Sin embargo, la compañía americana ya ha decidido dejar de fabricar tractores en España (la planta se quedará como fabricación de componentes) y concentrar su producción en la planta de Alemania, de modo que en los próximos años todos los Jhon Deere vendidos en España serán de importación. CUADRO 3.2.5 EVOLUCION DEL NUMERO DE TRACTORES DE MARCAS NACIONALES 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 2737 1587 110 2183 1662 1073 2087 1719 1120 1729 1635 1123 1179 1537 1152 824 1229 908 765 1056 643 524 895 624 341 690 477 Astoa 367 243 200 142 98 47 30 18 9 BJR 224 172 90 63 70 68 90 78 64 Ebro Pascuali Agria Kubota 1093 ^ 1465 1232 982 714 1439 Ebrokubota 2822 2056 1747 1238 1780 2644 Fuente: Inscripción de Maquinaria Agrícola (MAPA) 657 CUADRO 3.2.6 EVOLUCION DEL NUMERO DE TRACTORES DE LAS PRINCIPALES MARCAS EXTRANJERAS FABRICADOS EN ESPAÑA Año Jhon Deere Fiat Massey-Fegurson 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 5.365 4.498 5.042 5.263 4.823 3.969 3.626 2.590 2.012 2.326 2.362 2.236 2.258 2.045 1.844 1.249 697 135 1.762 1.641 1.076 611 45 8 1 1 - Fuente: ANITMA CUADRO 3.2.7 EVOLUCION DEL NUMERO DE TRACTORES DE LAS PRINCIPALES MARCAS EXTRANJERAS FABRICADOS FUERA (IMPORTADOS) Año Jhon Deere Fiat Massey-Fegurson 1985 1986 1987 1988 1989 1990 199 ] 1992 1993 280 555 573 961 I .080 958 831 614 820 990 1 .213 ] .639 1.957 I .607 1.388 1.437 1.201 L539 190 154 249 772 I.O55 1.025 977 701 806 Fuente: ANITMA La retirada de Kubota hará desaparecer la marca Ebro y la producción de la planta industrial, de modo que esta cuota de mercado será cubierta con tractores de otras marcas (tractores de importación). Por tanto, en el futuro la cuota de mercado de los tractores de importación, en el segmento de los tractores de mediana y gran potencia y de ancho normal,se acercará al 100% . ^ En cuanto a los tractores estrechos, la cuota de mercado de las marcas nacionales se podrá mantener en torno al 30-40%, aunque la competencia será fuerte ya que marcas como Fiat y Jhon Deere ya están alcanzando un volumen de ventas considerable en este tipo de tractores, aunque son de potencia mayor que los tractores estrechos de marcas nacionales, como se puede observar en el cuadro 3.2.8. 658 CUADRO 3.2.8 AÑO 1993 Marcas Agria Pascuali Kubota Fiat Jhon Deere N° de Tractores Estrechos Potencia Media 477 690 553 501 712 35,4 29,4 44,0 60 9 53,3 , Fuente: ANITMA Al desaparecer Kubota queda una cuota de cierta importancia (553 tractores) que las empresas españolas podrían tratar de ganar, puesto que la potencia media de los tractores estrechos vendidos por Kubota esta más próxima al segmento de producción de las marcas nacionales, aunque la competencia será muy fuerte. Las distintas razones esgrimidas hasta aquí permiten explicar la negativa evolución de nuestro comercio exterior de tractores. Y ello a pesar de que algunos tractores que siempre han sido de importación, pues nunca se han fabricado en España (tractores de cadenas), han visto reducir su demanda fuertemente, pasando de 700 unidades a mediados de los años 80, a 435 unidades en 1994. Si se analiza la evolución de los tractores de ruedas importados y nacionales, se aprecia que el descenso fuerte se ha producido en los nacionales, mientras que en los de importación se produce una gran estabilidad o muy pequeños descensos. Incluso en 1993, año de gran descenso de las ventas de tractores, el número de tractores importados aumentó, como consecuencia de todo lo expuesto anteriormente. De igual forma, la recuperación de la demanda de tractores en 1994 se hace en base a los de importancia ya que las compras de tractores nacionales permanecen estables en dicho año. En el gráfico 3.2.5 puede comprobarse el fuerte ritmo de penetración en el mercado nacional de los tractores importados. Así en 1984, antes de la adhesión a la CE, la penetración era del 20% y en 1985 del 26%. A partir de 1986 la tasa de penetración no ha dejado de incrementarse, alcanzando casi el 70% en 1994. Esta tasa seguirá creciendo en los próximos años como consecuencia del cierre de la producción en España de Jhon Deere, la marca líder indiscutible, y de la quiebra de Ebro-Kubota. El grado de penetración de las importaciones de tractores de gran potencia es mayor del 70%, y en los próximos años alcanzará casi el 100%. En cambio en los tractores de pequeña potencia no llega al 50%. 659 En cuanto a la procedencia de las importaciones, la mayor parte (80-90%) procede de la UE y sólo entre un 7-10% procede de los países del Este de Europa (Rumania, Rusia, Yugoslavia, y sobre todo la marca ZETOR de la República Checa). Nuestras escasas exportaciones de tractores se dirigen a la UE (50%), al Norte de Afri ^a (30%) y a Latinoamérica (20%). 70 so 50 40 30 20 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Gráfico 3.2.5. Grado de penetración de !os tractores de importnción. Fnente. ANITMA (Asacinción Nueionnl de lmportndores úe lr •ctut^s y rar.yuir.aria ^.grícoln). En 1993 y 1994 las cuotas de mercado de las principales marcas de tractores fueron las siguientes: Jhon Deere .............. Fiat .......................... Kubota .................... Massey-Ferguson ... Pascuali ................... Same ....................... Ford ........................ Agria ....................... Case International ... Lamborghini ........... Ebro ........................ 1993 22,9 14,3 11,6 7, I 5,6 5,2 4,7 3,8 3 ,3 3,2 2, 8 1994 23,9 15,7 9,0 8,7 4,4 6,6 4,5 3,4 3 ,2 3,7 - La quiebra de Ebro-Kubota supondrá a medio plazo el vacío de una cuota de mercado de casi el 15%, cuota que s^ repartirá entre el 660 resto de marcas, estableciéndose una fuerte competencia para conseguir la mayor parte posible de la cuota vacante. iii) Evolución de los precios de los tractores Antes de 1986 los tractores de importación eran más caros que los nacionales como consecuencia de los arancele ^ proteccionistas. A partir de nuestra adhesión a la CE, el progresivo desmantelamiento arancelario, especialmente con los países de la UE, supuso el acercamiento de los precios de los tractores de importación y nacionales, y que incluso en algunos casos los tractores de importación fuesen más baratos y por tanto más competitivos que los nacionales, otra razón más, y esta de peso, para entender la penetración en el mercado nacional de los tractores de importación. La evolución del precio medio de los tractores según procedencia y tipo de tractor, se ha reflejado en el cuadro 3.2.10. CUADRO 3.2.10 (000 ptas.) Tractores de simple tracción nacionales Tractores de simple tracción importados Tractores de doble tracción nacionales Tractores de doble tracción importados Tractoresde cadenas importados . 1989 1990 1991 1992 1993 1994 2.694 2.738 3.050 2.456 2.314 2.517 2.618 2.505 2.859 2.221 2.232 2.443 2.779 2.842 3.263 2.634 2.584 2.627 3.901 3.775 3.979 3.296 3.298 3.853 3.373 3.150 3.417 3.053 2.808 2.927 Fuente: Inscripción de maquinaria agrícola (MAPA). Lo primero que destaca al analizar estos datos es la tendencia a la baja del precio de los tractores tanto nacionales como importados y para todos los tipos de tractores. Ello es consecuencia de la fuerte caída de la demanda, especialmente en los últimos años, y del aumento de la competencia derivado de la apertura del mercado español. El descenso de los precios en el período 1989-93 oscila entre el 8% en los tractores nacionales de doble tracción, el 20% en los tractores de cadena (todos importados) y el 15% en el resto de los tractores. En 1994, se produce una clara recuperación de los precios, en especial de los de importación (traslación de la devaluación de la pta. de 1993). 661 Otra conclusión interesante a la vista de los datos es que los tractores de simple tracción de importación son más baratos, a partir de 1989, que los de producción nacional. Sin embargo, en el caso de los tractores de doble tracción,' son más caros los de importación. Ello puede deberse a la mayor potencia de los tractores importados. Para analizar dicha cuestión se ha elaborado el siguiente cuadro con ^ datós de precios por cv.(Cuadro 3.2.11). CUADRO 3.2.1 1 (000 ptas.) 1989 1990 1991 1992 1993 1994 Tractores de simple tracción nacionales Tractores de simple tracción importados Tractores de doble tracción nacionales Tractores de doble tracción importados Tractores de cadenas importados 38,0 39,1 44,2 36,1 34,6 38,2 36,8 36,0 42,3 32,6 32,5 35,8 43,6 43,8 50,7 41,9 40,1 41,6 43,9 44,3 47,6 41,6 40,8 48,2 47,7 44,9 47,8 43,7 40,0 40,3 Fuente: Inscripciones de Maquinaria Agrícola (MAPA) El análisis de este cuadro confirma que el precio del cv. de tractor de simple tracción es menor en el caso de importación que en el de producción nacional, mientras que en los tractores de dobie tracción el precio del cv. es muy similar eri los tractores nacionales y en los de importación, lo cual parece sugerir que los tractores de doble tracción de importación son más caros por su mayor potencia. Sin eínbargo en 1994 se produce un fuerte encarecimiento del cv de tractor de doble tracción de importación, lo cual puede deberse a la fuerte demanda de este tipo de tractor. Sin embargo, estamos hablando de precios medios que nos marcan la tendencia, pero quizá no nos indican suficientemcnte la situación del mercado. La guerra comercial desatada en los tres últimos años ha sido desesperada. La necesidad de vender, casi a cualquier precio, de algunas marcas, en un mercado totalmente en recesión, ha provocado el que algunas empresas como Ebro-Kubota hayan vendido incluso por debajo del coste, con las consiguientes pérdidas para 7a empresa. El final lógico ha sido que el capital japonés ha abandonado la empresa. Pero la guerra comercial no sólo se ha producido entre fabricantes, sino también entre concesionarios (distribución). Con tal de vender, los concesionarios rebajaban los precios, perdiendo una parte sustancial de sus comisiones. Como consecuencia, muchos concesionarios han tenido que cerrar debido a fuertes pérdidas. 662 El fuerte descenso de la demanda de tractores en España y la guerra comercial tanto de fabricantes como de concesionarios ha hecho que España sea uno de los países de la UE en los que la maquinaria agrícola sea más barata. Por ejemplo en 1993 para no subir los precios de la maquinaria de importación (mayoritaria), no se repercutió la devaluación de la peseta, de modo que el aumento del 20% del precio en pesetas (devaluación) fue absorbido parte por los fabricantes y parte por los concesionarios (la más importante). La situación extremadamente deprimida de los precios en el merca-. do español se advierte claramente en el cuadro 3.2.12. En efecto, mientras los precios de los restantes países siguen aumentando, unos más otros menos, en España los precios no cesan de disminuir desde 1989, y en especial en los últimos años. Analizando el Cuadro 3.2.12. se aprecia que en una primera etapa (1985-89) los precios aumentan más en España que en la UE, pero en la siguiente etapa 1989-93 los precios de los tractores descienden fuertemente en España, mientras que en la UE siguen aumentando. CUADRO 3.2.12 INDICE DE PRECIOS DE LOS TRACTORES (1985-1993) 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 BEL DIN ALE GRE ESP FRA IRL ITA 100 100 l00 ]00 100 100 100 100 108 104,2 ]02,I 134,6 103,8 105,8 105,5 107,5 108,5 104, 8 103,3 149,8 113,3 113 110,4 110,8 I12,5 109,6 105,3 165 120,2 117,3 II5,5 115,3 116 113,4 106,8 181,9 131,4 122,2 121,2 123,2 119,1 120,5 109,5 204,6 128,8 127,8 125,9 130,2 LUX 124,9 120,9 112,5 229,7 109,5 133,3 130,6 l35 128,5 124,2 118,7 247,5 108,6 137,5 132 141,3 100 136,5 125,3 119,5 286,7 107,2 144,0 127,8 153,6 108 108,5 I 12,5 116 119,1 124,9 126,2 136,5 HOL POR R.U. EUR 12 100 100 100 100 104,6 112,6 105,8 106,7 107,2 129, I 108,4 111,3 I10,1 145 113,6 116,1 I13,6 170,9 I 17,1 123 117,8 176,3 122,7 128,4 124,7 180,5 128,1 131,3 127,9 193,2 135,0 137,8 124,0 204,3 143,6 144,1 Fuente: EUROSTAT. 3.2.3.2. El mercado de cosechadoras en España Comenzaremos por las cosechadoras de cereales que son las más importantes. La caída de la demanda de esta maquinaria ha sido todavia más espectacular que la de los tractores, como se puede apreciar en el gráfico 3.2.6. 663 N n M V ^ r r v rn O) ^ rn m ^ rn n rn m rn ó N ó ó O ó W ó oD ó 1^ Gráftco 3.2.6. Cosechadoras de cereales. Años: /986-/994. Fuente: ANITMA. 664 ó' c0 ó ^ ó V ó M En 1985 la demanda se situaba en 1.176 unidades, manteniendo la cifra por encima de 1.000 unidades en 1986-88, para empezar a descender a partir de 1988, primero suavemente (1988-90) y después vertiginosamente, hasta alcanzar una demanda de 370 unidades en 1993, casi la tercera parte de la cifra de mediados de los años 80. En 1994 la cifra de cosechadoras de cereales compradas apenas ha crecido, a diferencia de lo ocurrido en los tractores. La producción nacional, antes de la adhesión a la CEE, estaba centrada en una sola empresa (I.A.S.A), siendo todo el resto de cosechadoras de cereales importadas. La proporción de cosechadoras producidas en España era del 10% aproximadamente, y el resto era de importación. Sin embargo, a partir de 1986, como consecuencia del desarme arancelario y de la mayor competencia de las importaciones de cosechadoras de cereales, la producción nacional fue decreciendo, hasta desaparecer completamente a finales de los años 80. . Las marcas líderes del mercado español siguen siendo las mismas que hace diez años (con excepción de que ya no existe ninguna marca española) y por orden de importancia en la actualidad son las siguientes: Jhon Deere, New Holland, Claas, Deutz-Fahr y Laverda. La crisis de la agricultura ha provocado no sólo la disminución de la demanda, sino también la aparición de nuevas tendencias. De entre ellas, la que más destaca es la del crecimiento del mercado de segunda mano. En 1989 las nuevas cosechadoras representaban el 40%, mientras que en 1993 ya sólo suponían el 27% del total. Además según se observa en• el cuadro 3.2.13., las compras de cosechadoras usadas no han disminuido apenas en los últimos años, y en cambio la demanda de nuevas se ha hundido. CUADRO 3.2.13 Nuevas Usadas Total Penetración de las usadas 1989 1990 1991 1992 1993 942 1.375 2.317 59,5% 745 1.186 1.940 61,13% 655 976 1.631 59,84% 373 960 1.333 72,02% 372 1.007 1.379 73,02% Fuente: Inscripciones de Maquinaria Agrícola (MAPA). Las cosechadoras nuevas son compradas preferentemente por los maquileros y'por las empresas de servicios a los que los agricultores contratan la recolección, así como por cooperativas y agrupaciones de uso común de maquinaria, mientras que las cosechadoras de segunda mano son vendidas por los maquileros que operan a nivel 665 nacional, y compradas principalmente por grandes agricultores y maquileros que operan a nivel local. El hecho de que sea mucho mayor el número de cosechadoras compradas de segunda mano que las nuevas, supone que el parque de cosechadoras está envejecido. En la actualidad la edad más frecuente se sitúa entre 6 y 10 años, seguida de la situada entre 11 y 15 años. Ello plantea problemas de elevados costes de mantenimiento y reparaciones a los usuarios de dicha maquinaria envejecida. A pesar de que la demanda de cosechadoras ha caído en picado, su precio medio no ha disminuido apenas, a diferencia de lo sucedido en el mercado de tractores. Así en el período 1989-94 el precio medio de las cosechadoras de cereales varía entre 9.500.000 y 10.000.000 ptas. En el cuadro 3.2.14 puede apreciarse la evolución del mercado de las restantes cosechadoras autopropulsadas. Se observa que sólo tienen uri mínimo de importancia las cosechadoras de algodón, remolacha y forrajes. Las primeras presentan una caída importante de la demanda a p'artir de 1992, tanto por la saturación del mercado como por la disminución de la superficie de algodón por problemas de falta de agua., Las cosechadoras de remolacha presentan una cierta estabilidad de la demanda, y las de forrajes una cierta expansión. Todas las cosechadoras autopropulsadas son de importación, destacando como marcas líderes Jhon Deere en las de forraje y algodón, Barigelli en las cosechadoras de remolacha y Braud en las vendimiadoras. CUADRO 3.2.14 EVOLUCION DE COSECHADORAS AUTOPROPULSADAS Cosechadoras de algodón Cosechadoras de remolacha Cosechadoras de forraje Cosechadoras de uva Cosechadoras de hortalizas Recolección de frutas Cosechadoras de cereales TOTAL 1989 199U 55 23 6 5 3 6 943 80 19 12 5 5 13 747 1.041 881 1991 1992 1993 1994 60 . 21 15 7 1I 6 652 16 18 10 3 7 8 373 6 24 27 9 . 7 27 372 3 22 22 12 13 9 386 772 435 472 467 Fuente: Inscripción de Maquinaria Agrícola (MAPA). En el caso de la maquinaria de recolección se vuelve a repetir lo que sucedía con los precios de los tractores pero de forma menos acusada. Así y según el cuadro 3.2.15, España presenta la evolución menos alcista de toda la UE, lo cual se debe a la ligera tendencia a 666 la baja de los precios de esta maquinaria en los años 1991 y 1992. En 1990 el índice español de precios es mayor que el de Alemania, Bélgica, Holanda y Francia. Pero en los años siguientes los precios siguen creciendo en estos países y en cambio en España bajan levemente. • 3.2.3.3. El mercado de maquinaria agrícola complementaria No es posible analizar con fiabilidad el mercado de maquinaria agrícola complementaria ya que al no ser obligatoria la inscripción en el Registro los datos del mismo no recogen más que una pequeña parte (alguna publicación estima dicha parte en un 15-20%). Por otro lado la Asociación Nacional de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (ANFAMA), que podría tener datos sobre este tipo de maquinaria ya que la participación de la industria nacional en su producción es muy elevada a diferencia de lo que ocurría en los tractores y sobre todo en las cosechadoras, no dispone de dichos datos ya que sus propios asociados no se los facilitan. En motocultores y motomáquinas predominan los modelos nacionales sobre los importados, estando en la proporción de 2 a l. Entre las marcas nacionales las líderes son Pascuali, BCS, Agria y Lander y entre las importadas Bertolini-RE, Honda y Truss. CUADRO 3.2.15 INDICE DE PRECIOS DE LA MAQUINARIA AGRICOLA DE RECOLECCION ( 1985-1993). 1985=100 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 BEL DIN ALE GRE ESP FRA IRL ITL LUX 104,7 100 102,7 ]00 102,6 100 117,6 100 100 ^ 105,7 104,9 100 101,7 100 107,4 100 104,7 100 108 107,3 104,6 133,3 106,6 109, I 106,2 I 13,1 108,0 110,7 113,9 106,6 148 113,9 114,7 111,2 128,5 110,7 114,5 120,7 109,2 166,0 121,7 120,2 118,6 134,5 114,5 118,5 126,5 113,4 175,8 127,0 124,7 127,2 139,7 118,5 122,3 127,6 119,2 216,0 117,0 128,2 130,6 144,3 122,3 124,5 130,2 123,7 238,5 115,2 132,0 132,5 152,7 124,6 132,8 131,4 128,6 255.6 119,0 134,8 143,3 153,6 132,8 HOL 100 104,8 ]08,0 Ill,4 115,9 122,8 130,1 13 134,0 POR R.U. EUR 12 100 100 100 155,8 ]03,2 105,0 176,2 109,3 109,4 197,8 115,4 116,2 199,7 122,7 121,7 259,3 128,0 127,0 273,8 I35,8 132,5 285,3 I4 138,9 302,4 145,3 141,7 1985 Fuente: EUROSTAT. En remolques, el 98% son de fabricación nacional, generalmente en empresas con bajas series de producción, ya que la marca más 667 vendida no ]lega al 5% del total de las inscritas. El número de marcas de remolques registradas se aproxima a las cuatrocientas. En el caso de las empacadoras, lá gran mayoría son de importación (más del 80%), en especial las de tecnología más moderna (rotoempacadoras y grandes pacas paralelepípedas o"big ballers"). La única marca española es Batlle, tanto de empacadoras de pistón como rotativas, con un índice de penetración en el mercado del 6%. Jhon Deere es la primera marca en empacadoras convencionales, Welger en rotoempacadoras y New Holland en "big ballers". En la restante maquinaria arrastrada o suspendida, la producción nacional está en torno al 60-70%, y el resto es de importación (arados, cultivadores, gradas, sembradoras, abonadoras, distribuidores de estiércol, atomizadores y pulverizadores, cisternas de purín, etc.). No hay datos fiables que nos permitan analizar la evolución del mercado de esta maquinaria, pero todo indica que su demanda también ha caído bastante, aunque lógicamente se pueden dar grandes diferencias. Sí nos limitamos a la evolución de la maquinaria inscrita (única fuente disponible), y hechas todas las salvedades, podemos elaborar los siguientes comentarios: En el caso de los motocultores se aprecia una clara reducción de la demanda. Sin embargo el descenso ha sido más acusado en los de producción nacional que en los de importación. En las empacadoras se produce un ligero descenso de la demanda total pero las de importación ganan terreno, lo cual se debe sin duda a las innovaciones tecnológicas de este tipo de maquinaria; a las que las empresas españolas de maquinaria agrícola son totalmente ajenas, mostrando una vez más los problemas de la falta de inversión en I+D de nuestra industria. En los remolques, donde no hay mucha tecnología (cualquier pequeño herrero puede hacer un remolque), la producción nacional es casi del 100%. La evolución parece indicar una clara caída de la demanda. En cuanto al resto de maquinaria, predomina la de producción nacional, manteniéndose estable la escasa penetración de la maquinaria importada. El total de maquinaria de este epígrafe presenta una demanda sostenida, aunque hay que recordar que estos datos son sólo de la maquinaria inscrita, y por tanto, incompletos. En cuanto a la evolución de los precios, el cuadro 3.2.16 refleja los índices de precios de la maquinaria agrícola para el cultivo (arados, gradas, sembradoras, abonadoras, tratamientos, etc.). España tiene, a diferencia de lo que sucedía con el precio de los tractores, una evolución similar a la media comunitaria, excepto en los dos o tres últimos años en los que el crecimiento de los precios es algo 668 menor en nuestro país. La evolución es similar a la de Francia, Bélgica y Dinamarca. El aumento de precios es inferior al de Italia, Grecia, Portugal y Reino Unido, y es superior al de Alemania, Holanda e Irlanda. CUADRO 3.2.16 INDICE DE PRECIOS DE LA MAQUINARIA AGRICOLA PARA EL CULTIVO ( 1985-1992). 1985= 100 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 BEL 100 103,3 108,2 110,4 117,3 124,5 129,6 132,4 DIN 133,1 100 102,6 108,8 116, I 120,0 120,2 127,6 130,8 133,6 ALE GRE ESP FRA IRL ITA LUX HOL POR R.U. EUR l2 100 100 100 100 100 100 100 100 100 I00 100 102,4 128,3 105,9 104,2 103,1 106,5 103,3 ] 04,2 123,1 112,1 105,6 103,8 149,9 110,8 107,1 102,8 110,7 108,2 108,0 146,6 115,5 109,3 105,5 168,2 116,6 I 13,1 106,8 123,5 lIQ4 111,1 168,4 123, I 116,5 107,7 197,1 122,3_ 118,9 112,7 133,6 117,3 I 15, l 185,8 133,9 123,3 1 12, I 232,5 127,0 123,6 118,6 14Q6 124,5 I 19,0 192,7 142,5 129,0 115,9 284,3 132,3 129,2 123,0 149, I 129,6 126, I 205,5 156,2 136,1 120,9 299,5 133,5 133, I 125,3 159,2 131,8 12 217,8 16 142,6 • 123,2 325,6 134,7 137,8 133,4 170,4 133,0 129,0 217,9 170,4 148,3 Fuente: EUROSTAT. En cuanto al comercio exterior, lo sucedido con la maquinaria agrícola complementaria ha sido muy diferente a la evolución registrada en el mercado de tractores. El proceso de desarme arancelario no ha supuesto una entrada masiva de importaciones de maquinaria complementaria de países europeos, y el mercado nacional ha seguido en gran medida abastecido por la producción nacional. Como consecúencia, no se ha producido una situación de competencia dura, como ocurrió con los tractores, de modo que la presión a la baja de los precios no fue tan fuerte, a pesar de la caída de la demanda. Por ello, los precios de la maquinaria complementaria disminuyeron mucho menos que los de los tractores. La menor penetración de los aperos de importación se debe al fácil acceso a la tecnología de producción, a la existencia de una gran cantidad de pequeñas empresas de carácter local, y a que la producción española es competitiva en precios y calidad, de modo que los costes de transporte y distribución de las empresas europeas son suficientes, por regla general, para frenar las importaciones. En la única maquinaria donde el avance tecnológico es importante (empacadoras) la importación ha penetrado totalmente y hoy día casi el 90% de la demanda nacional es abastecida mediante importaciones de países europeos. 669 En cuanto a las exportaciones, no han aumentado apenas en los últimos años. Se exportan motocultores y todo tipo de aperos y remolques pero en pequeñas cantidades. Nuestros principales mercados de exportación son el Norte de Africa y Sudamérica. 3.2.4. EI sector de maquinaria agrícola y el acuerdo GATT En primer lugar analizamos las implicaciones para la producción de tractores (partida arancelaria 87.01.10 y 87.01.90), y en segundo lugar para el resto del conjunto de la maquinaria agrícola que corresponde a las partidas arancelarias 84.32 a 84.37 ( motocultores, motoazadas, maquinaria de recolección, implementos y equipos agrícolas de aperos, equipos de riegos, equipos para tratamientos, piezas y repuestos). En cuanto a los tractores, el cuadro 3.2.17 resume los principales datos del comercio exterior, la oferta de desarme arancelario, y las principales aéreas de origen de nuestras importaciones y de destino de nuestras escasas exportaciones. Las importaciones proceden en su gran mayoría de la UE: El resto tiene su origen en los países del Este (5%), en EE.UU. (10%) y en Japón (7%). El efecto del acuerdo se céntrará en las importaciones no preferenciales (15-20%), para las que la UE ha ofrecido un desarme arancelario del 8,75% al 0,66% al final del período del acuerdo. Ello puede permitir un ligero incremento de ias importaciones de países como EE.UU. o Japón, especialmente del primero, ya que dispone de marcas como Jhon Deere muy implantadas ( líder) en el mercado español. Otra razón para pensar en mayores posibilidades para las importaciones de tractores procedentes de países fuera de la UE, reside en la relajación de ciertas trabas técnicas a las importaciones, como son las normas de calidad, homologaciones técnicas, etc. La regulación de todos estos temas en el seno de la nueva Organización Mun-, dial de Comercio, permitirá una mayor facilidad para el comercio internacional de tractores agrícolas. En cuanto a las exportaciones éstas se reparten a medias entre los países de la UE y los países mediterráneos (Norte de Africa) y ACP, por lo que en ambos casos el acuerdo GATT apenas influirá, al tratarse de países miembros de la UE o de países con acuerdos preferenciales. Sin embargo, la reconversión del sector va a provocar una caída de exportaciones. Eñ efecto, las dos empresas que fabricaban en España tractores de más de 75 cv., Ebro-Kubota y Jhon Deere o han dejado de fabricarlos como en la primera, o van a dejar de hacerlo en fechas próximas como en la segunda. En 1993 670 las exportaciones españolas de estas maquinas alcanzaron un valor de 488 mill. de ptas., frente a los 1.054 mill. de ptas. del año 1992. España se quedará produciendo un tipo de tractor pequeño de 18 a 52 cv. y muchos de ellos de tipo estrecho (viña, frutales), donde las empresas principales son Pascuali, que exporta 200 mill. de ptas., Alfa Agricola, yue exporta 250 mill. de ptas., y Agria Hispania. Son este tipo de tractores pequeños los únicos cuya exportación podría aumentar en los próximos años, en especial hacia los países ACP, Sudamérica, y Norte de Africa. CUADRO 3.2. l7 SECTOR:TRACTORES Breve descripción: se incluyen los tractores (PP.AA. 87.01.10 y 87.01.90) Mill. Pts. Datos básicos 1992 Tms Producción Importación CEE Preferenciales PECOS SPG GATT no SPG Total no preferenciales Total Exportación CEE EFTA PECOS Mediterráneo y ACP ' SPG GATT no SPG Total ' 23.581 15.000 19.934 370 366 127 3.876 4.003 28.676 13.863 308 83 20 2.513 2.533 I 9.320 853 0 0 630 172 2 1.657 590 0 0 373 89 2 1.054 Arancel CE promedio SPG GATT no SPG Total no preferenciales 9,42% 8,73% 8,75% Oferta promedio 1,31 % 0,64% 0,66% Fuente: Impacto de la Ronda Uruguay en los sectores agroalimentarios e industriales. Director General de Comercio Exierior. Ministerio de Comercio y Turismo 1994. Respecto al resto de la maquinaria y equipos (el conjunto es más amplio que la maquinaria ya que se incluyen equipos de riego, ordeñadoras,.. .), el cuadro siguiente muestra como ha evolucionado el comercio exterior tras nuestra adhesión a la CE en 1986. 671 EVOLUCION EN EL PERIODO 1985-1994 Producción Importación Exportación Grado cobertura 1985 1994 INDICE DE VARIACION 31.612 20.7 ] 3 10.439 50,4% 41.000 43.330 13.546 28% 29,7% 133,3% 29,7% Cifras en millones de Ptas. Lo más destacado de estas cifras es que como consecuencia del desarme arancelario que supuso nuestra adhesión a la CE y la apertura al mercado europeo, las importaciones han crecido muy fuertemente, mientras que las exportaciones apenas han aumentado. Así la tasa de cobertura ha pasado del 50,4% al 29%. La producción nacional ha crecido moderadamente, muy por debajo del crecimiento de las importaciones. Por áreas, y según los datos del cuadro 3.2.18, la distribución de las exportaciones fue aproximadamente la siguiente (datos de 1992). Países de la UE el 54%, países preferenciales el 18,7%, Latino América el 7%o y el Norte de Africa el 10%. Durante 1993, las exportaciones cayeron un 30%, oscilando las cifra alrededor de los 7.000 millones de pesetas. Esta brusca caída se ha debido al importante descenso de la demanda de maquinaria agrícola en Europa Occidental, y a que la producción agrícola se está desplazando a los países del tercer mundo, en detrimento de los países del Norte. La oferta comunitaria "doble cero" no va a afectar prácticamente nada desde la perspectiva de las importaciones, pues el 90% de las mismas procede de países comunitarios y preferenciales que ya gozaban de arancel cero. Para los países del GAIT no SPG, el volumen de importaciones realizadas durante el año 1992 representó tan sólo el 8,7% del total, y el arancel promedio vigente era ya muy bajo ( 3,6%). 3.2.5. Perspectivas futuras del mercado español de maquinaria agrícola 3.2.5.1. Evolueión previsible de la de^nanda de maquinaria La combinación de la reforma de la PAC con la sucesión de varios años climatológicos negativos, ha provocado un ambiente de incertidumbre, desanimo y desconcierto que ha hundido la demanda de maquinaria agrícóla. La falta de liquidez de los agricultores en el período 1990-93, fruto en gran parte de la congelación de los pre- 672 cios de garantía (PAC) y de las malas cosechas ( sequía), ha contribuido todavía más a paralizar la compra de maquinaria agrícola, especialmente de tractores y cosechadoras. La caída de la demanda en España ha sido, de este modo, una de las más importantes dentro de los países de la UE. CUADRO 3.2.18 SECTOR: MAQUINARIA AGRI ^OLA Breve descripción: se incluyen las máquinas, aparatos y artefactos agrícolas u hortícolas'o silvícolas (PP.AA. 84.32 a 84.37) Datos básicos 1992 Tms Producción Importación CEE Preferenciales PECOS SPG GATT no SPG Total no preferenciales Total Exportación CEE EFTA PECOS Mediterráneo y ACP SPG GATT no SPG , Total 41.066 26.000 22.309 1.851 131 11 3.043 3.054 27.345 18.409 1,485 36 8 3.072 3.080 23.010 9.682 700 123 2.652 3.380 1.614 18.151 5.329 666 635 1.341 2.891 630 11.492 Arancel CE promedio SPG GATT no SPG Total no preferenciales 4,01 % 3,58% 3,58% Mill. Pts. Oferta promedio 0,00% 0,00% 0,00% Fuente: Impacto de la Ronda Uruguay en los sectores agroalimentarios e industriales. Director General de Comercio Exterior. Ministerio de Comercio y Turismo 1994. Sin embargo, hay varias razones para pensar que aunque la demanda no crecerá en el futuro al fuerte ritmo que lo hizo en décadas anteriores (boom de la modernización de los años 60 y 70), entre otras cosas porque en gran medida el mercado se saturó a mediados de los años 80 de modo que una gran parte de las compras serán para renovación, la previsible evolución tenderá a la estabilización de la demanda a niveles superiores a los de 1993, o a ligeros 673 incrementos. No cabe esperar pues nuevas caídas drásticas en los próximos años. Así la recuperación de las rentas en 1993 y 1994, y el consiguiente aumento de liquidez, ha provocado una clara recuperación de la demanda de maquinaria en 1994, aunque sin alcanzar los niveles de mediados de los años 80. Si comparamos la demanda de 1994 con la de 1993 se aprecia un incremento del 25% en el número de tractores, un 20% en el de maquinaria autopropulsada, y un 30% en maquinaria de arrastre y suspendida, datos estos últimos parciales pues sólo comprenden la maquinaria inscrita. Sin embargo, la sat ^ración del mercado es mucho mayor en los tractores que en aperos y maquinaria complementaria. Los índices de mecanización arrojan unos niveles aceptables en tractores, pero no así en alguna maquinaria complementaria (empacadoras, recolección de hortalizas, distribuidores de estiércol, cisternas de purines, equipos de tratamientos, transportadores de algodón, sembradoras de precisión,...). En este tipo de maquinaria cabe esperar aumentos de demanda de cierta entidad, ya que queda todavía un largo trecho por recorrer hasta alcanzar una autentica mecanización de la agricultura, superando lo que algunos llaman la "tractorización" actual de nuestra agricultura. También cabe esperar aumentos significativos en los tractores estrechos de pequeña potencia (viña, frutales,...). El envejecimiento del parque nacional de tractores es un serio problema que provocará incrementos de los costes de praducción, dificultando la mejora de la competitividad. La necesidad de una mayor tasa de renovación que la registrada en los últimos años, es otro de los elementos que barajaremos para apoyar la tesis de estabilización o ligeros incrementos de la demanda de maquinaria agrícola a corto y medio plazo. Sin embargo, a largo plazo la demanda de maquinaria puede sufrir descensos del 2-3% anual, como consecuencia de la disminución del peso de la agricultura en la UE (disminución de la producción, disminución de la superficie cultivada, etc). La deficiente estructura agraria española es uno de los elementos que dificultan la necesaria racionalización del parque de maquinaria (no sólo de los tractores). En una encuesta encargada por el Ministerio de Agricultura en 1989 y a la que ya hemos aludido anteriormente, se pudo estimar que más de la mitad de los tractores de España están en explotaciones de menos de 20 has., y que en las explotaciones de más de 100 has., que comprenden más del 50% de la superficie cultivada, solamente trabaja el 14% del parque nacional. Por cada 10 has. de superficie labrada se determinó en dicha encuesta el número de tractores y el de cv., obteniéndose a nivel medio nacional los valores de 0,7 y 34,2 respectivamente. Ambas 674 cifras podrían calificarse como correctas e indicativas de un aceptable nivel de mecanización de la agricultura española. Sin embargo, al relacionar estos datos con el tamaño de las explotaciones, aparecen unas desviaciones importantes, en el sentido de que se aprecia un excesivo número de tractores y de potencia en las pequeñas explotaciones, hasta el punto de que los agricultores que cultivan menos de 10 has., utilizan un tractor por cada 2,3 has. Por el contrario se consideran bajos los índices de mecanización en las explotaciones de más de 200 hectáreas. Los resultados de la encuesta demostrában que por término medio el número de horas anuales de trabajo de un tractor era de 600, lo cual es un índice de utilización muy bajo (subempleo de los tractores). De estas, un 95% se trabajaban en la propia explotación, y el 5% restante correspondía a labores realizadas a terceros. Existe también una relación inversa muy estrecha entre el tamaño de la explotación y el número de horas anuales de utilización. Así los agricultores con menos de 10 has. emplean su tractor menos de 400 horas al año, aumentando este valor a medida que aumenta el número de has., hasta llegar a 1,050 horas en las explotaciones de más de 600 has.. El número de horas de funcionamiento de un tractor desciende al aumentar su antigiiedad, y además los tractores más viejos se utilizan sobre todo en el transporté de productos, mientras que los más modernos se emplean en los trabajos más duros (preparación del terreno). La escasa racionalización del proceso de mecanización seguido en España, ha provocado un fuerte subempleo. Por otro lado, el envejecimiento del parque de tractores hace que los costes de carburante (mayores consumos) y de reparaciones sean elevados. Todo ello repercute en unos costes horarios de utilización de la maquinaria agrícola elevados, creando nuevas dificultades para competir en un mercado cada vez más libre y abierto. Frente a la falta de racionalidad del proceso de mecanización, la Administración debería promover el fomento de fórmulas asociativas para la mecanización en común. Hay diversas fórmulas, quizá las más interesantes sean los círculos de maquinaria (Alemania) o las CUMA (Francia). Los primeros consisten en un grupo de agricultores que se unen y aportan cada uno su maquinaria, que se utiliza en cada explotación según unos planes establecidos en función de la disponibilidad y las necesidades en cada momento. La idea es interesante, pero de muy difícil ejecución. Las CUMA francesas son agrupaciones para la adquisición y uso de maquinaria en común. El fomento de este tipo de agrupaciones se realiza mediante la concesión de una série de estímulos económicos, técnicos y fiscales. Esta formula es realmente interesante y permite 675 racionalizar el parque de maquinaria, e introducir algún tipo de maquinaria que por su elevado coste no puede ser adquirida por un agricultor de tipo medio. Este tipo de solución puede ser muy positiva para zonas donde predomine la pequeña explotación, y el proceso de mecanización esté poco avanzado en algunas tareas (recolección), como es el caso del País Valenciano. Un modelo similar ha funcioriado bastante bien en Andalucía para mecanizar la recolección del algodón. Sería recomendable que en España se promulgase una normativa completa para fomentar y regular este tipo de figura, que podría jugar un papel importante en la disminución de los costes de pro= ducción unitarios (disminución del súbempleo de maquinaria agrícola). Sin embargo, hay que reconocer qué en España, al igual que ha sucedido en Italia, y debido al fuerte individualismo y a los problemas que estas agrupaciones de uso en común de la maquinaria plantean, la formula de más éxitó ha sido la contratación de labores a las empresas de servicios, o a los "maquileros". En esta fórmula el que compra la maquinaria no es el agricultor sino el "maquilero". Sin embargo es una vía que se utiliza más para material de recolección que para los tractores y aperos. En el caso de los tractores, la mayoría de los agricultores desean tener su propio tractor, a pesar de tenerlo parado una parte del tiempo. Ello se debe, en parte, a que se dispone de poco tiempo para ciertas labores, como consecuencia de las adversas condiciones de suelo y clima. Respecto al problema del fuerte nivel de envejecimiento del parque de maquinaría agrícola, debería elaborarse un plan para incentivar la renovación de los tractores, lo cual también contribuiría a la reducción de los costes de producción (el tractor envejecido tienen unos costes mayores en consumo de carburantes, mantenimiento y reparaciones). Este plan podría vincularse al tema anterior, dando mayores facilidades para renovar la maquinaria a las agrupaciones de utilización de maquinaria en común. La política de renovación de coches, incentivando el cambio de vehículo cuando este tiene mas de un cierto número de años, se basa en la disminución del impuesto especial de matriculación, impuesto que no existe en el caso de los tractores. Por ello el Plan de renovación de tractores debería basarse en subvenciones directas, lo cual podría no ser conforme con los artículos 92-95 del Tratado (prácticas que distorsionan la competencia). Sin embargo, este tipo de ayudas pueden concederse cuando se enmarcan en una política de modernización y mejora de las estructuras productivas (planes de mejora de las explotaciones). Otra posibilidad sería la de establecer un IVA reducido para los tractores. Sin embargo, en el caso de los automóviles la política de renovación se justifica por la necesidad de animar la demanda de coches 676 de la industria nacional, una industria importante para la economía española. En cambio, no existe ya, desde que desapareció Ebro y desde que John Deere ha decidido dejar de producir tractores en España, una industria nacional de producción de tractores de mediana y gran potencia, con lo cual no existe el móvil de animar la demanda de la industria nacional. Sólo queda el mero interés para la agricultura (rejuvenecimiento de la maquinaria agricola y disminución de los costes de producción). 3.2.5.2. La industria de maquinaria agrícola La industria nacional de fabricación de tractores de mediana y gran potencia ha desaparecido recientemente, y la de maquinaria de recolección de cierta complejidad tecnológica (cosechadoras de cereales, cosechadoras de algodón, cosechadoras de remolacha, cosechadoras de forraje) nunca ha existido en España. Por tanto, sólo queda producción de tractores pequeños, motocultores, motoazadas, aperos, material de tratamientos fitosanitarios, y remolques. Este sector se ha configurado con unos diez fabricantes de cierta entidad, y luego entre 350 y 400 pequeñas empresas de carácter muy local y con producciones muy cortas. Esta situación lleva a un sector muy atomizado y mal organizado, cuyas posibilidades se reducen a mantener sus mercados locales. Sólo cuatro o cinco firmas tratan de competir en el mercado nacional, e incluso intentan aumentar sus exportaciones. , En este tipo de maquinaria de escasa complejidad tecnológica, España tiene una producción que en general es competitiva tanto en precio como en calidad. En opinión de muchos expertos, estos fabricantes podrían aumentar considerablemente sus exportaciones al Norte de Africa y a Sudamérica donde existe ya una cierta implantación de nuestra pequeña maquinaria agrícola. Pero el problema es que la mayoría de estos fabricantes que producen aperos de calidad y a buen precio, no desean aumentar su producción (abastecen mercados locales), y mucho menos complicarse la vida exportando. Es un problema de falta de espíritu emprendedor, y de miedo a vender en mercados exteriores, que no conocen bien. La Asociación Nacional de Fabricantes de Maquinaria Agrícola ha intentado realizar varias acciones con el ICEX, para fomentar la asistencia a ferias y la expansión de las exportaciones, pero los asociados han respondido con poco entusiasmo. La propia Asociación ha sufrido la baja de numerosos fabricantes, pasados los años posteriores a la entrada en la CE, etapa en la que la Asociación resolvía los problemas de homologaciones técnicas y otros problemas de normas de seguridad que los fabricantes debían superar. 677 El nivel organizativo del sector es pues escaso y a la baja. Si se organizaran mejor y las empresas emprendieran una política comercial de exportaciones, podrían aumentar notablemente su volumen de facturación y exportaciones. Sólo unas pocas empresas (Alfa, Agria, Camon, Pascuali, Lander, Beguer, Hermanos Guerrero, Batlle, Ilemo y Grillo) realizan exportaciones, pero cada una tiene su política comercial y no están excesivamente interesadas en agruparse para crear servicios comunes para el fomento de las exportaciones. 3.2.5.3. Evolución previsible del comercio exterior La desaparición de la fabricación nacional de tractores de media y gran potencia, supondrá en el futuro un aumento de las importaciones de estos tractores (unos 3.500-4.000). En el futuro todos estos tractores serán importados igual que ocurre ahora con todas las cosechadoras autopropulsadas. La mayoría de estas importacionés procederán de la UE, con lo cual en este sector nuestro saldo comercial con estos países empeorará. En la maquinaria complementaria y no autopropulsada, y dado que el abastecimiento tiene un carácter nacional o en muchos casos local (pequeños fabricantes que minimizan costes de logística y transporte), no cabe esperar un aumento notable de la penetración de las importaciones, excepto algunos casos como empacadoras y otras máquinas específicas de gran calidad o de cierta complejidad tecnológica. Es interesante mencionar el caso del arado noruego Kverland, que ha penetrado fuertemente en España, a pesar de su elevado precio. La razón es su elevada calidad y resistencia (dura mucho más tiempo que otros arados). Este es un camino a seguir, y muestra como en la maquinaria pequeña la calidad puede ser tan interesante, para mejorar la competitividad, como el precio. Todo ello acompañado de una buena campaña de marketing, y de una buena red de distribución. Teniendo en cuenta la buena relación calidad-precio de la pequeña maquinaria agrícola de muchos fabricantes españoles, y por tanto su ^ buenas condiciones de competitividad, las exportaciones de esta maquinaria podrían aumentarse considerablemente, tanto a la UE como al Norte de Africa y Sudamérica. Sin embargo, para que estas posibilidades se hagan realidad será necesario que la mentalidad empresarial de la mayoría de los fabricantes cambie radicalmente, y que su nivel de organización comercial mejore sustancialmente. El sector está muy atomizado,lo cual dificulta su capacidad para organizar campañas de promoción en los mercados exteriores con el 678 apoyo del ICEX. Es necesario crear estructuras empresariales y de asociación que permitan mejorar nuestra penetración exterior. La firma de acuerdos entre las empresas líderes españolas y con cierta ezperiencia de exportación, sería esencial para crear una red de distribución en países con gran futuro, como es el caso del Norte de Africa, países con agricultura emergente, con bajo nivel de mecanización y sin producción industrial propia. Estas recomendaciones son también válidas para otro tipo de maquinarias y equipos como ordeñadoras, silos, almacenes y sobre todo equipos de riego (pivots, aspersión y goteo). Cualquier política en este sector, cuyo objetivo sea el incremento de las exportaciones, deberá contar con las empresas líderes, ya que el resto son pequeñas empresas, a veces familiares, o incluso pequeños talleres autónomos, sin ninguna'mentalidad empresarial y que no desean aumentar su producción para no complicarse la vida. Es importante crear una red de distribución y de asistencia técnica en los países en los que se puede aumentar nuestras exportaciones> y distribuir productos de calidad. La proximidad de los mercados del Norte de Africa ofrece enormes ventajas para una buena asistencia post-venta con costes bajos, frente a otros países posibles competidores. 3.2.5.'4. Evolución previsible de los precios de la maquinaria agrícola en España Teniendo en cuenta que la demanda se ha recuperado en 1994, aunque sin llegar a los niveles de años anteriores, los precios ya han empezado a subir. Ello era previsible ya que la caída de la demanda en 1992 y 1993 y la fuerte competencia en el mercado español, llevó a unos precios muy bajos que provocaron pérdidas a muchos fabricantes y concesionarios. No se pueden mantener indefinidamente precios por debajo del nivel que produce beneficios. En 1994 los importadores han podido, por fin, repercutir la devaluación de la peseta de 1993, lo cual ha reforzado la tendencia alcista de los precios. Otro elemento que ha presionado los precios de los tractores al alza ha sido el cierre de Ebro-Kubota, una de las empresas que habían practicado una política más suicida de bajos precios, con tal de vender los stocks y obtener liquidez. En el futuro la demanda se mantendrá o incluso aumentará a corto y medio plazo, aunque a largo plazo se reducirá. Por otro lado, el cierre de Ebro-Kubota y la decisión de Jhon Deere de dejar de producir tractores en España, despejará el mercado español. El mercado europeo también se despejará como consecuencia del cierre de 679 muchas factorías de países de la UE, tal como vimos en el apartado correspondiente. Todo ello hace pensar que en el futuro los precios de la maquinaria agrícola en España subirán, especialmente los de los tractores y los de las cosechadora^ autopropulsadas. La tendencia será de alineamiento de los precios españoles con los precios europeos, hoy día algo más elevados como vimos en su momento, lo cual refuerza la previsión de un incremento de precios en España. Este incremento podría ser de un 5-7% en 1995, y a partir de 1995 de un 3-4% anual. Las subidas serán mayores en tractores y cosechadoras que en motocultores, aperos, equipos de tratamiento y remolques, producciones todos ellas de carácter básicamente nacional y a veces . incluso local. 3.3. LOS INPUTS ENERGETICOS 3.3.1. Análisis del mercado de iriputs energéticos Dentro de este capítulo analizaremos dos inputs energéticos de notable relevancia en el sector agrario: la energía eléctrica y los carburantes. El primero tiene una gran importancia en el caso de los regadíos con elevación, donde el gasto en electricidad puede llegar a 40.000-50.000 ptas/ha o incluso más, constituyendo pues uno de los componentes principales del coste de produccibn. A partir de cierta altura de elevación, el coste de la energía eléctrica puede hacer inviable el regadío. La importancia de este componente adquiere su justa medida, al tener en cuenta que casi una tercera parte de los regadíos españoles precisan elevación, y si nos centramos en los regadíos privados más del 60% riegan mediante pozos y por tanto con elevación. La competitividad de estos regadíos dependerá, pues,en gran medida del coste de la energía eléctrica. En cuanto a las instalaciones agrícolas y ganaderas, el consumo de energía eléctrica tienen también cierta importancia cuando existen ordeñadoras, tanques de refrigeración, secaderos y almacenes de grano, etc. El segundo input energético es el gas-oíl, que tiene un cierto peso en los costes de producción agrícolas, y en especial en los costes de utilización de maquinaria agrícola y de motores de gas-oíl para riegos u otras instalaciones, aunque los motores eléctricos tienen cada vez más importancia. Según una estimación realizada mediante encuestas, el gasto en carburante (gas-oíl) representa el 68% de los costes variables de utilización del tractor (sin considerar mano de obra). Ello da idea de la 680