PROCURADURIA DE LOS DERECHOS HUMANOS

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INFORME
“MUERTES VIOLENTAS DE NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y
JUVENTUD Y PROPUESTAS PARA SU PREVENCIÓN”
INFORME
“MUERTES VIOLENTAS DE NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y
JUVENTUD Y PROPUESTAS PARA SU PREVENCIÓN”
Procurador de los Derechos Humanos
Defensoría de la Niñez y Adolescencia
3
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
05.02.04.04
G918 Guatemala. Procurador de los Derechos Humanos.
Defensoría de la niñez y adolescencia
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud y
propuestas para su prevención.
-- Guatemala : PDH, 2004.
100 p. : cuadros
1. Violación de los derechos humanos 2. Niños Legislación 3. Violencia 4. Derechos humanos
I. t.
© Procurador de los Derechos Humanos
12 avenida 12-72, zona 1, Ciudad
Tels. (502) 230-0874 al 6
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Se autoriza la reproducción total o parcial de los contenidos citando la fuente.
DIRECTORIO
Dr. Sergio Fernando Morales Alvarado
Procurador de los Derechos Humanos
Licda. María Eugenia de Sierra
Procuradora Adjunta I
Licda. Dunia Tobar de Leal
Procuradora Adjunta II
Lic. Pedro Edmundo Asencio
Secretario General
Con el auspicio de
4
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Índice
Presentación
7
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez,
adolescencia y juventud
9
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
9
11
12
14
14
15
23
Qué se entiende por muerte
Qué es la violencia
Elementos constitutivos de la violencia
Las causas de la violencia
Delincuencia y violencia, fenómenos casi inseparables
Caracterización de los segmentos poblacionales investigados que son víctimas de muerte violenta
Hacia una definición de muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Marco de derechos a nivel internacional y nacional que protegen la vida de la niñez,
adolescencia y juventud
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Constitución Política de la República
Convención sobre los Derechos del Niño
Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
Ley de Desarrollo Integral de la Mujer
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer
“Convencio do Belém do Pará”
25
25
25
25
26
27
28
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
29
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
29
32
35
39
47
48
50
La cultura de la violencia en la sociedad guatemalteca
Secuelas de la política contrainsurgente y de seguridad nacional durante el conflicto armado interno
Crimen organizado y delincuencia, fenómenos sociales en constante crecimiento
Vulnerabilidad económica y social en que se encuentran la niñez, adolescencia y juventud
La vulnerabilidad de la niña y la mujer adolescente y joven
Las maras, fenómeno social en crecimiento
Debilidad del Estado en materia de seguridad y derechos humanos
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas
de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
1. Metodología
2. Algunos datos generales de cómo se ha manifestado la muerte violenta en Guatemala en los
últimos años
3. Análisis de la información hemerográfica y de las estadísticas procesadas
4. Comportamiento de las muertes violentas durante los años 2000 y 2002
5
55
55
57
59
75
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de
niñez, adolescencia y juventud
79
1. Propuesta para la creación de una política publica de prevención de la violencia y muertes
2.
3.
4.
5.
6.
7.
violentas y de prevención a la violación de los derechos humanos
Los Consejos de Desarrollo como medio para la implementación de políticas de prevención
de la violencia y la delincuencia
Propuestas para la prevención de la violencia y delincuencia
Compromiso del nuevo gobierno y del Organismo Judicial con la implementación de la Ley
de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
La institución del Procurador de los Derechos Humanos y la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia
Urgente integración de la CICIACS
Mejoramiento de la capacidad investigativa del Estado sobre las muertes violentas de niñez,
adolescencia y juventud, y de la administración de justicia
79
81
82
87
90
92
92
Bibliografía
93
Anexos
97
6
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Presentación
El Procurador de los Derechos Humanos valora la necesidad de contar con investigaciones sociales que le
permitan obtener elementos para el desempeño constitucional de su mandato, en el ámbito de la violación de
los derechos humanos que sufren los ciudadanos y las ciudadanas guatemaltecas.
El presente trabajo ha tratado de abordar el análisis sociológico, partiendo de un marco conceptual sobre
muerte, homicidio, violencia, delincuencia, caracterización de los grupos afectados, perfil de los victimarios, y
realidad de la niñez, adolescencia y juventud. Trata del marco de derechos y protección existentes. Analiza las
causas sociales, estructurales y coyunturales que originan el problema, como la pérdida y desconocimiento de
valores sociales de convivencia pacífica, alienación, secuelas de la política contrainsurgente, crimen organizado
y delincuencia, pobreza, desempleo, ingreso, falta de acceso a la educación, desintegración y problemática de
la familia, ausencia de espacios de recreación, vulnerabilidad de las niñas, maras, cuerpos ilegales y
clandestinos así como la debilidad del Estado en materia de seguridad.
También contiene un componente de investigación hemerográfica, que puede proporcionar indicadores sobre
la forma en que los medios sociales de comunicación dan tratamiento a este sensible tema.
La investigación, sistematización y análisis estuvo a cargo de Víctor Hugo Gudiel Saravia, a quien por este
medio reconocemos su acuciosa labor.
La investigación social de estos fenómenos ayudará a entender con mayor profundidad las causas de la muerte
violenta de las ciudadanas y los ciudadanos guatemaltecos, esperando encontrar acciones y medidas que
terminen con este flagelo, que ensombrece el verdadero camino del país hacia una cultura de paz.
Doctor Sergio Fernando Morales Alvarado
Procurador de los Derechos Humanos
7
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta
de la niñez, adolescencia y juventud
La muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes se ha incrementado dramáticamente durante los
últimos años, como parte del proceso de descomposición social y crisis económica, social, política y cultural
de Guatemala, situación que se convierte en parte de la violación sistemática de los derechos humanos que
aún prevalece en el país. Para adentrarnos en el tema es necesario conocer algunos conceptos y definiciones
generales, para lo cual se profundizará en las definiciones de muerte, violencia, niñez, adolescencia y juventud,
así como en los principales elementos que permitan en el marco legal y conceptual de los derechos humanos,
establecer un marco teórico como punto de partida del análisis de dicho problema.
1. Qué se entiende por muerte
Se entiende por muerte la “cesación o término de la vida”,1 tanto por diferentes causas como por
manifestación a través de diferentes hechos. Para efectos de la investigación, al hablar de muerte se hace
referencia a la acción de una o varias personas de matar o quitar la vida a otra u otras personas,
específicamente a niños, niñas o adolescentes que por su proceso de desarrollo se encuentran en situación de
vulnerabilidad, a lo que hay que agregar la situación de pobreza e inseguridad en que vive la sociedad
guatemalteca. Dicha acción se convierte en una violación de los derechos humanos y una trasgresión de la ley,
ya que ésta se contempla como un delito con consecuencias penales establecidas en el marco legal.
En esta perspectiva, el derecho a la vida es el principal derecho reconocido en la Constitución Política de la
República de Guatemala, la cual establece que “El Estado garantiza y protege la vida humana desde su
concepción, así como la integridad y la seguridad de la persona”, y debería ser uno de los valores principales
en la convivencia social de la población guatemalteca, promovido en el seno familiar, la escuela, la comunidad,
las estructuras de Estado, los medios de comunicación, etc.
El Código Penal guatemalteco establece y tipifica con claridad aquellos delitos que son contra la vida y la
integridad de la persona. Para el efecto, se establecen dos tipos de homicidio, el simple y el calificado, siendo
su clasificación la siguiente:2
Cuadro No. 1
Clasificación de homicidios simples
Homicidio: Comete homicidio quien diere muerte a alguna persona, se impondrá prisión de 15 a 40 años.
Homicidio cometido en estado de emoción violenta: Comete este tipo de homicidio quien matare en
estado de emoción violenta, se impondrá prisión de dos a ocho años.
Homicidio en riña tumultuaria: Cuando riñendo varios y acometiéndose entre sí, confusa y
tumultuariamente, hubiere como resultado muerte de una o más personas y no constare su autor, pero sí los
que hubieren causado lesiones graves, se impondrá a éstos prisión de seis a doce años.
Homicidio preterintencional: Cuando se comete homicidio sin tener la intención de hacerlo, el cual será
sancionado con prisión de dos a diez años.
Homicidio culposo: El autor de homicidio culposo se sancionará con prisión de dos a cinco años, o cuando
el hecho, acción u omisión es realizada sin malicia, premeditación o con imprudencia, negligencia o impericia,
pero tiene como consecuencia la muerte de una o varias personas.
1
2
Diccionario Enciclopédico Mega Siglo XXI, Colombia: Grupo Editorial Norma, 2001. p. 619.
Artículos 123 al 132, Código Penal y sus Reformas, Decreto No. 17-73.
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
9
Si el delito fue cometido al manejar vehículo en estado de ebriedad o bajo efecto de drogas o fármacos que
afecten la personalidad del conductor o en situación que menoscabe o reduzca su capacidad mental, volitiva o
física, se impondrá al responsable el doble de la pena que le correspondería. Si fuere cometido por piloto de
transporte colectivo, la pena respectiva se aumentará en una tercera parte.
Inducción o ayuda al suicidio: La persona que indujere a otra a cometer suicidio o le prestare ayuda para
cometerlo, si ocurriere la muerte, se le impondrá prisión de cinco a 15 años.
Infanticidio: La madre que impulsada por motivos íntimamente ligados a su estado que le produzcan
indudable alteración síquica, matare a su hijo durante su nacimiento o antes de que haya cumplido tres días,
será sancionada con prisión de dos a ocho años.
Cuadro No. 2
Clasificación de homicidios calificados
Parricidio: Quien conociendo el vínculo, matare a cualquier ascendiente o descendiente, a su cónyuge o a la
persona con quien hace vida marital, será castigado como parricida con prisión de 25 a 50 años, y se le podrá
imponer pena de muerte si se revela una mayor y particular peligrosidad.
Asesinato: Cometen asesinato las personas que mataren a otra persona: 1) con alevosía; 2) por precio,
recompensa, promesa, ánimo de lucro; 3) por medio o con ocasión de inundación, incendio, veneno,
explosión, desmoronamiento, derrumbe de edificio, u otro artificio que puede ocasionar gran estrago; 4) con
premeditación conocida; 5) con ensañamiento; 6) con impulso de perversidad brutal; 7) para preparar,
facilitar, consumar y ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o la inmunidad para sí o para sus
copartícipes o por no haber obtenido el resultado que se hubiere propuesto al intentar el otro hecho punible;
8) con fines terroristas o en desarrollo de actividades terroristas. Se impondrá una pena de prisión 25 a 50
años y si por las circunstancias del hecho y la ocasión, la manera de realizarlo y los móviles determinantes, se
revelare una mayor peligrosidad del hechos, se impondrá pena de muerte.
Ejecución extrajudicial: Comete delito de ejecución extrajudicial quien por orden, con autorización, apoyo
o aquiescencia de autoridades del Estado, privare en cualquier forma de la vida a una o más personas, por
motivos políticos; en igual forma, comete dicho delito el funcionario o empleado público, perteneciente o no
a los cuerpos de seguridad del Estado, que ordene, autorice, apoye o dé la aquiescencia para la comisión de
tales acciones. Constituye este delito, la privación de la vida de una o más personas, aun cuando no medie
móvil político, cuando se cometa por elementos de los cuerpos de seguridad del Estado, estando en el
ejercicio de su cargo, cuando actúen arbitrariamente o actúen con abuso o exceso de fuerza. Igualmente
cometen delito de ejecución extrajudicial, los miembros o integrantes de grupos o bandas organizadas con
fines terroristas, insurgentes, subversivos o con cualquier otro fin delictivo, cuando como resultado de su
accionar se diere muerte a una o más personas. Se impone una pena de prisión de 25 o 30 años, y se podrá
imponer la pena de muerte cuando la víctima sea menor de doce años o mayor de 60, o se revelaré una mayor
peligrosidad de la persona que cometió el hecho.
Con estas clasificaciones se conocen en el marco legal guatemalteco y en la sociedad aquellas muertes que con
frecuencia son cometidas por personas, grupos o bandas organizadas dentro y fuera de las estructuras del
Estado, que con violencia y/o fines delictivos le quitan la vida a otras personas para lograr su cometido. En sí,
todos estos delitos no son más que el irrespeto y violación al derecho a la vida de todos y todas las
guatemaltecas.
10
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Las penas por cometer una muerte violenta están claramente establecidas en la legislación guatemalteca,
siendo éstas la pena de prisión o privación de libertad y la pena de muerte,3 la cual se establece que tiene
carácter extraordinario y sólo podrá aplicarse en los casos expresamente consignados en la ley y no se
ejecutará sino después de agotarse todos los recursos legales. Sin embargo, el debate sobre la pena de muerte
en la sociedad guatemalteca genera polémica como consecuencia de que sectores sociales basados en el marco
de derechos humanos tanto nacionales como internacionales se oponen a su existencia; además, se plantea
que la misma no soluciona el problema de la delincuencia, sino que en algunos momentos lo agrava, pues los
que delinquen mejoran sus métodos y técnicas para cometer delitos y aumenta la agresión, principalmente
hacia las víctimas. Sin embargo, hasta el momento se mantiene como una pena, ya ejecutada en algunos casos
de delitos graves y dolosos contra la vida y la libertad de las personas.
2. Qué es la violencia
La violencia es un fenómeno social que presenta varias facetas y formas en el devenir histórico de la sociedad
y la humanidad, en el que las personas van adquiriendo diferentes connotaciones y manifestaciones al
ejercerla, por lo tanto, se reconoce la extrema complejidad al analizarla, pues existen muchas formas de
violencia. Es importante analizar el término desde una perspectiva psicosocial, analizando el momento en que
la violencia se origina por las relaciones de desigualdad que se establecen entre las personas, clases sociales,
sectores y grupos sociales.
“La palabra violencia se deriva del latín vis, que significa fuerza. Según el Diccionario de la Real Academia
Española, es aquel o aquello que está fuera de su natural estado, situación o modo. Que obra con ímpetu y
fuerza (...) Lo que uno hace contra su gusto, por cierto respeto y consideración (...) Que se ejecuta contra el
modo regular o fuera de razón y justicia”.4 Con base en esta definición, se puede afirmar que la violencia
equivale al uso de la fuerza, sin embargo, la violencia es un atributo humano, porque es el ser humano el
único ser con capacidad para ejercerla sobre las cosas o sobre otros seres humanos, la cual se transmite de
generación en generación y en el devenir del desarrollo humano.
La violencia se encuentra en la base del comportamiento de cualquier persona, aunque no tenga una actitud
agresiva o se dedique a una actividad delictiva. Todo acto al que se aplique fuerza excesiva puede ser
considerado como violencia, es decir que aquella persona que aplica la fuerza contra alguien intencionalmente
o por desconocimiento, a través de una acción que pretenda causar daño, está cometiendo un hecho violento.
Se puede entender como violencia todo hecho, acción u omisión realizada por una persona o grupo que viole
la integridad física, psicológica y mental y el derecho al bienestar y desarrollo de otras, lo cual produce una
alteración de las relaciones sociales y de la convivencia pacífica y armoniosa. Entonces, puede ser un hecho
social, material, político, cultural y mental, producido por las desigualdades y desbalances de poder entre las
personas, que toma diversas dimensiones y manifestaciones, desde una agresión a una persona, hasta las
guerras entre naciones.
“Generalmente, la violencia se manifiesta cuando se dan situaciones de desigualdad o de poder justificando y
legitimando con prácticas de discriminación y que la hacen normal o invisible (...) La violencia ejerce un
impacto negativo sobre las personas al afectar la calidad de vida causando daños físicos y emocionales, que
suele llevar a las personas a adicciones, enfermedades e incapacidad para realizar aportes positivos a la
sociedad (...) La violencia lleva a la persona, tanto a los agresores como a las víctimas a la degradación,
provocando dolor, culpa, miedo, aislamiento incapacidad para establecer relaciones armoniosas con otras
personas, con el entorno que los rodea y una actitud negativa ante la vida. Es una práctica orientada,
Artículo 53, ibid.; artículo 8, Constitución Política de la República de Guatemala.
María Eugenia Villaseñor Velarde et. al. Violencia doméstica y agresión social en Guatemala, Materiales de Estudio y Trabajo
No. 13, Guatemala: Fundación Friedrich Ebert, 1996. p. 11.
3
4
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
11
aprendida y legitimada contra los derechos de los otros y que lleva como fin intimidar y controlar.”5 La
violencia, adicionalmente, dependiendo la forma de su manifestación y el grado de agresión, lleva también a la
muerte de personas.
En el documento La juventud frente a la violencia y delincuencia de la Fundación para la Juventud (FUNDAJU), se
plantea que “Dentro de estas relaciones desiguales quienes tienen más poder gozan de ventajas o privilegios que
les permiten controlar y dominar a otros y otras. En la desigualdad está el origen de la violencia, que se refuerza
por el sistema social en que se vive, por lo que la misma se institucionaliza. La violencia es el mecanismo al que
se recurre para resolver los conflictos y las diferencias con los y las demás.”6
Otras definiciones con enfoque jurídico nos plantean que violencia es “el empleo de la fuerza para arrancar el
consentimiento y ejecución forzosa de algo con independencia de su legalidad o licitud.” O sea, la “coacción
para que alguien haga aquello que no quiere o se abstenga de lo que sin ello se querría o se podría hacer.” “La
violencia puede ser ejercida por una persona sobre otra de modo material o moral: en el primer caso, la
expresión equivale a la fuerza; y en el segundo a intimidación. Con respecto al primero, el empleo de la
violencia es lo que configura o califica determinados delitos (homicidio, robo, violación, quebrantamiento de
condenas, evasión, allanamiento de morada).”7
En este contexto teórico, se puede establecer que Guatemala, por su proceso histórico y las desigualdades
existentes, se ha caracterizado por ser una sociedad y un Estado donde la violencia se ha aplicado en
diferentes formas y en diferentes procesos, al grado de que amplios sectores sociales viven y usan la violencia
como parte de la cultura de convivencia y sobrevivencia. El conflicto armado y la política contrainsurgente, y
más recientemente los conflictos y problemas sociales, llevan a la sociedad a tener una actitud violenta y,
como consecuencia, altos índices de hechos violentos de muy variado tipo. Se habla entonces de diferentes
manifestaciones de la violencia: física, psíquica, doméstica, sexual, infantil, laboral, ideológica, cultural,
política, delincuencial, etc.
Es importante asimilar que no todo acto de violencia conlleva un acto de agresión, sin embargo, este último
es definido “como el acto de acometer a alguno para matarlo, herirlo o hacerle algún daño (...) mientras que la
agresión sólo sería una forma de violencia, es decir, aquella que aplica la fuerza contra alguien de manera
intencional, o sea, la acción mediante la cual se pretende causar daño a otra persona.”8
En conclusión, la violencia es una actitud mental y social, que se manifiesta en diferentes formas en una
sociedad determinada. Para el caso de este estudio, se manifiesta como algo patológico en la muerte de niños,
niñas, adolescentes y jóvenes de Guatemala, por la forma como se cometen, donde el exceso de fuerza es una
de las primeras características y el poder de una persona sobre otra se expresa en la crueldad y el salvajismo
con que los ejecutores de las muertes violentas actúan.
3. Elementos constitutivos de la violencia
En cualquier acto de violencia se identifican diferentes factores que lo constituyen: “la estructura formal del
acto, la ecuación personal, el contexto posibilitador y el fondo ideológico”.9
La estructura formal tiene que ver con que cualquier hecho u acto violento manifiesta ciertas características por
la aplicación de una fuerza excesiva sobre una o varias personas o sobre un proceso. Entonces, se pueden
Lilliam Zamora Estrada. Guía de capacitación sobre la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Intrafamiliar,
Guatemala: Comisión de la Mujer, el Menor y la Familia, Congreso de la República, PNUD, 1997. pp. 6-7.
6 Oscar Monzón. La juventud frente a la violencia y delincuencia, Guatemala: FUNDAJU, 1999. p. 20.
7 Manuel Osorio. Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales, Guatemala: Editorial Claridad, S.A., 1987.
8 Villaseñor et. al. Op. cit. pp. 11-12.
9 Ibid. p. 15.
5
12
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
distinguir dos formas de violencia: la instrumental y la terminal. La instrumental es en la que se persigue un
objetivo diferente al uso mismo de la violencia, la que se utiliza como medio para conseguirlo, como por
ejemplo, reprimir a un trabajador para que la huelga se termine. La terminal es la que se persigue en el uso
mismo de la violencia, el fin está en el hecho mismo, por ejemplo, cuando un joven de una mara asesina a un
miembro de otra porque éste le quitó la novia.
De manera general, se podría decir que en Guatemala la forma de violencia más común es la instrumental,
que se aplica por intereses económicos y políticos.
La ecuación personal contempla las características que sólo se pueden explicar por el carácter particular de la
persona que comete el hecho violento, las cuales le imponen la marca propia del criminal que lo comete, por
ejemplo, la forma en que han aparecido mujeres asesinadas durante los últimos meses.
El contexto posibilitador se manifiesta en las situaciones o condiciones previas en las que se da el hecho violento
y el contexto propicio, existiendo “dos tipos de contextos: el social —amplio— y el de situación
—inmediato. El primero se refiere a aquel que estimula y permite la violencia, por medio de normas y valores
que la aceptan como forma de comportamiento posible”;10 en este caso se puede mencionar como ejemplo la
aceptación que tienen los linchamientos en diferentes comunidades y que se convierten en una norma para
resolver los problemas delincuenciales, pese a que las leyes prohíben este tipo de hechos, a su vez tipificados
como delito. El segundo se refiere a que el mismo “contexto violento estimula la violencia”,11 la
generalización del uso de armas provoca que más personas se involucren en actos violentos y cometan
delitos.
“El último factor es su fondo ideológico: Es indudable que la violencia tiene su propia racionalidad, en el sentido
de que la aplicación de fuerza produce determinados resultados (...) La violencia exige siempre una
justificación frente a la realidad; es allí donde la racionalidad de la violencia confluye en la legitimidad de sus
resultados.” (Ignacio Martín-Baró).12
Mientras la violencia favorezca a determinados intereses dentro de una estructura dominante, se justifica la
violencia en un orden social establecido.
“En su obra, Sandra Haber y Bernard Seindenberg señalan que la violencia es construida socialmente, en el
sentido de que cada orden social establece las condiciones en que se puede justificar la violencia. Este proceso
depende de cuatro factores:
1. El agente de la acción: agente legítimo, es decir aquel al que el poder establecido le dio el derecho de
ejercer esa fuerza.
2. La víctima: cuanto más baja es la condición social de vida, más fácil se acepta la violencia en su
contra.
3. La situación en la que se produce el acto: una acto de violencia es aquel en el que una persona se defiende
de agresiones (...).
4. El grado de daño producido a la víctima: cuanto mayor sea el daño producido a la víctima más se justifica
la violencia.”13
Ibid. p. 16.
Ibid.
12 Ibid.
13 Ibid. pp. 16-17.
10
11
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
13
4. Las causas de la violencia
En una sociedad como la guatemalteca, estas causas son muy variadas, sin embargo, de manera teórica y
resumida, María Eugenia Villaseñor plantea que “como causas inmediatas de la violencia podemos mencionar
aquellos elementos que precipitan o desencadenan los comportamientos violentos (…) En primer lugar,
ciertos actos violentos o agresivos se originan de la cólera o el resentimiento producidos por la frustración de
aspiraciones o ideales.”14 Aquí se puede mencionar una infinidad de hechos violentos, uno de ellos es la
actitud violenta del joven marero contra otro joven que tiene un nivel de vida mejor, que culmina con el robo
de sus pertenencias o con el asesinato, actitud que se convierte en una forma de comportamiento normal
dentro de la mara y genera una cadena de violencia tanto al interno como al exterior de la mara.
Una gran cantidad de estos hechos ocurre o se desencadena “debido a ciertos estímulos ambientales (el lugar
donde se produce el acto, el momento político que se vive). Para ello, es necesario establecer los
comportamientos socialmente configurados.”15 Este elemento se puede manifestar en el comportamiento
colectivo de los grupos humanos, tal es el caso del secuestro de los periodistas realizado por el grupo de ex
PAC de La Libertad, Huehuetenango, quienes impulsados por su reivindicación económica (manipulada por
grupos con intereses políticos) los secuestran y agreden.
“El tercer factor que con más facilidad desata comportamientos violentos es la posibilidad de realizarlos”,16
por ejemplo, el policía que encuentra en su autoridad la posibilidad de agredir a una persona que defiende sus
derechos, o la situación de desventaja en la que se encuentran niños o niñas de la calle al momento que la
policía les hace daño.
Asimismo, la presión del grupo o de la colectividad desencadena actos de violencia, por ejemplo, el asesinato
de un joven por querer retirarse del narcotráfico por parte de los que dirigen el cartel, lo cual hace que estos
últimos mantengan su nivel y el respeto por parte de los y las que están debajo. De igual forma, para poder
ingresar a la mara se ha impuesto como norma, en algunas de ellas, que el o la joven tenga que asesinar a una
persona que le pidan los jefes de la mara, lo cual le da posibilidad de ingresar y mantener su estatus.
“Por último se desencadena violencia como un proceso asumido en forma consciente y racional, como
instrumento para lograr un fin.”17 Por ejemplo, los famosos actos violentos del jueves negro, cuando
simpatizantes organizaron manifestaciones violentas contra diferentes sectores con el objeto de desestabilizar
y presionar para la inscripción de Ríos Montt como candidato a la presidencia de la República.
5. Delincuencia y violencia, fenómenos casi inseparables
Ya se ahondó en los aspectos teóricos de qué es la violencia, sin embargo, se ha comprobado que la mayor
cantidad de casos de muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes se deben a los altos niveles
delincuenciales en que vive la sociedad guatemalteca. Se podría decir que ambos fenómenos tienen
connotaciones y orígenes diferentes, la violencia es un fenómeno más estructural e histórico, mientras que la
delincuencia ha evolucionado dramáticamente en los últimos años, pero a su vez recurre a la violencia para
conseguir los objetivos que se propone.
Se ha comprobado que muchos sectores que durante la época del conflicto armado interno formaron parte de
los órganos de represión o de “seguridad del Estado”, son los que han conformado bandas organizadas de
secuestro, narcotráfico, robo de carros, robo de negocios, etc. En este sentido, la delincuencia es una de las
Ibid. p. 18.
Ibid. pp. 18-19.
16 Ibid. p. 19.
17 Ibid.
14
15
14
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
formas en que se manifiesta la violencia que se vive en la sociedad guatemalteca, en muchos de los casos
relacionada con estructuras del Estado.
Se considera que la delincuencia es un fenómeno social, cuyas causas generales se encuentran en la falta de
alternativas de desarrollo, el atrasado sistema judicial y policial, y la existencia de una herencia cultural de
irrespeto a los derechos humanos y militarista. No hay que descartar que la delincuencia está condicionada
por factores psicosociales, que agravan el problema. En la sociedad es posible encontrar algunos patrones de
delincuencia que exhiben una forma constante de actividad delictuosa y una relativa uniformidad de
características psicosociales, por lo que se dificulta establecer la existencia de tipos específicos de criminalidad.
En las mismas personas ya etiquetadas por la sociedad como criminales o delincuentes, se registran
variaciones, tanto en la naturaleza como en la intensidad del papel delictuoso desarrollado.
Según los resultados de este estudio, amplios grupos humanos y específicamente adolescentes y jóvenes,
asumen conductas delictivas basadas en la emulación, la alienación, las necesidades económicas y,
principalmente, por problemas familiares. Es importante analizar que la delincuencia adolescente y juvenil en
el caso de Guatemala es generalizada; tanto adolescentes y jóvenes de capas medias y de familias pudientes,
así como los que son afectados por la pobreza, cometen diversidad de actos delincuenciales, los cuales
conllevan diferentes niveles de violencia. Complementa esta situación el consumo de drogas como la cocaína
o la heroína por jóvenes de familias con recursos económicos suficientes para adquirirlas, mientras jóvenes de
escasos recursos consumen crack, marihuana o inhalan solventes. Sin embargo, se observa que en los estratos
de escasos recursos económicos, el fenómeno de la delincuencia y la violencia es más visible, debido a que el
sistema policial y el judicial se enfocan en éstos; por lo que los casos delictivos que llegan al sistema judicial
son de adolescentes y jóvenes de escasos recursos debido a la imposibilidad de pagar abogados o a lo poco
influyentes que pueden ser ante los jueces. Su participación se consolida en la mara, alternativa organizativa
donde encuentran satisfactores de afectividad y económicos, lo cual no quiere decir que a dichos grupos
sociales hay que marcarlos de manera generalizada como delincuentes y excluirlos de las posibilidades del
desarrollo.
En algunos casos, los niveles de violencia y de agresión existentes en el comportamiento de un alto porcentaje
de la población guatemalteca, desencadenan la realización de un hecho delincuencial, por ejemplo, los
linchamientos, resultado de la violencia colectiva históricamente asimilada en muchas comunidades, de la
desconfianza en el sistema judicial y de seguridad civil, de la manipulación por parte de líderes que estuvieron
vinculados a órganos de seguridad del Estado, y de ciertas costumbres y reglas para resolver determinados
problemas.
Otro de los elementos importantes a destacar de la relación existente entre violencia y delincuencia es la
generalización del uso de armas de fuego en la sociedad, lo cual resulta en un incremento de los índices
registrados.
6. Caracterización de los segmentos poblacionales investigados que son
víctimas de muerte violenta
6.1. Niñez
Tanto en la legislación guatemalteca como a nivel internacional, se considera niño o niña a “todo ser humano
menor de dieciocho años”.18 Sin embargo, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia,
considera niño o niña a “toda persona desde su concepción hasta que cumple trece años de edad.”19
18
19
Artículo 1, Convención sobre los Derechos del Niño.
Artículo 2, Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia.
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
15
Según ésta, los niños y las niñas son considerados como sujetos y sujetas de derechos y deberes, por lo que el
Estado deberá velar porque se cumplan sus derechos y a la vez respetar los derechos de sus padres y madres.
La nueva doctrina de derechos de la niñez establece con claridad la corresponsabilidad entre familia, sociedad
y Estado, para crear las condiciones plenas de su desarrollo físico y mental.
Por estar en un proceso de crecimiento biológico y desarrollo mental, la niñez adquiere una vulnerabilidad
intrínseca, aparte de la generada por las condiciones sociales, culturales y económicas en que se desarrollan.
La pobreza, la falta de ingresos familiares, la inseguridad, la inestabilidad familiar, las formas violentas de
convivencia que imperan en la sociedad, la falta de educación, salud, vivienda, recreación, etc., generan una
triple condición de vulnerabilidad: 1) por ser niños o niñas; 2) por ser pobres; 3) por no ser atendidos por el
Estado y existir una constante violación de sus derechos.
Como consecuencia, se encuentran indefensos ante cualquier manifestación de violencia, incluyendo la
muerte violenta, debido a que muchas personas consideran que aún no son personas o que no tienen ningún
tipo de derecho, por lo que se les facilita aplicar niveles de agresión y violencia, llegando en muchos de los
casos a quitarles la vida.
Es durante la niñez que el ser humano sustenta su proceso ulterior de desarrollo y donde se forma el carácter,
dependiendo del nivel educativo, de salud, de desarrollo integral, de orientación, de formación, de cuidado y
atención, y de los patrones de crianza con que son formados por padres y madres, por lo que así será su
actitud, pensamiento y desarrollo físico en la adolescencia. Esta etapa es determinante para que se formen con
valores sociales respetuosos de los derechos humanos y de la democracia, y se abran posibilidades de
desarrollo social y económico como jóvenes y futuros reproductores de la sociedad.
Ver datos de la situación de la niñez y la adolescencia en los recuadros incluidos en el presente estudio.
6.2. Adolescencia
La Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia considera adolescente “toda aquella persona desde
el primer día de su año catorce de vida hasta cumplir los dieciocho”,20 aunque como ya se aclaró con
anterioridad, según la Convención de los Derechos del Niño todavía son considerados niños y niñas y les
aplican los mismos derechos que la misma establece.
Este segmento de población, al igual que la niñez, es vulnerable económica, social, cultural y físicamente, pues
es en este período que se afianza su proceso de desarrollo y se prepara para la vida como adulta y adulto.
Se considera que es el período de desarrollo en el cual recibe un trato diferente al del niño o la niña, y
comienza a experimentar transformaciones en su cuerpo y visión del mundo, proceso que finaliza cuando es
considerado ciudadano o ciudadana y adquiere la calificación de mayor de edad. Su estado de desarrollo
biológico y psicológico le hace estar en constante conflicto con su entorno social y en contradicción con sus
padres y madres, en general con las personas adultas, y encuentra en otros y otras adolescentes salida a sus
conflictos internos.
“El adolescente se debate simultáneamente en varios frentes: la revolución hormonal; el duelo por el cuerpo
infantil perdido junto a la extrañeza por su nueva forma, se conjugan en una búsqueda de una dimensión
mental donde ensamblar las viejas vivencias con las nuevas (…) Los y las adolescentes requieren de modelos
con los cuales identificarse, a fin de lograr el tránsito de la niñez a la vida adulta. Tales modelos puede
obtenerlos dentro del grupo primario o a nivel macro social. A nivel del grupo primario, la familia encuentra
dificultades para proveer el modelo a seguir en virtud de la natural resistencia del adolescente a las figuras de
autoridad y a aceptar como modelo a los que identifica plenamente como personas que no están en
20
16
Ibid.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
condiciones de comprenderle por no percibir el nuevo estadio de desarrollo de éste (…) Fuera de la familia,
los modelos los encuentra en grupos de amigos que al igual que él comparten las inquietudes de la nueva
etapa que les toca vivir y la búsqueda de la identidad.”21
Es una persona que desarrolla dos luchas: por una parte, se enfrenta a un mundo violento, injusto y
excluyente, el cual es difícil de asimilar y comprender, por sentir que no le pertenece, por otro lado, libra una
lucha contra sí mismo, ya que en lo inmediato no logra comprender el hecho de estar en un cuerpo que ya no
conoce y se desarrolla sin darle tiempo a asimilar tal hecho.
En el período de la adolescencia, la persona puede llegar a desplazar la función de la familia por el grupo de
amigos y amigas o sus iguales y, en muchos de los casos, por grupos organizados como las maras, si no
encuentra solidaridad y comprensión con sus familiares. Los modelos de identidad se encuentran en quienes
igualmente transcurren por la etapa de maduración o en otras personas jóvenes mayores que no representan
la figura de autoridad de sus padres o madres. Por otro lado, los códigos de identidad que los dominan son
emulados de la información obtenida a través de los medios de comunicación, donde las modas, la música, las
películas, la publicidad, juegan un papel determinante en su formación.
Es importante establecer que la influencia de los medios de comunicación y la información violenta que a
través de éstos se transmite, es fácil de asimilar por su pensamiento y forma de comportamiento, lo cual se
suma al grado de irresponsabilidad, rebeldía e irreverencia que en dicha etapa es frecuente. En esta edad, ante
la insatisfacción de sus necesidades afectivas, económicas y sociales y la poca atención de su familia por la
desintegración existente, la mara se convierte en un modus vivendi y de subsistencia, de la que adoptan las
formas violentas de comportamiento y de vida.
Cuadro No. 3
Realidad de la niñez y adolescencia
Datos poblacionales
• De 11,237,196 habitantes, el 43.8% es menor de 14 años (4,921,891) y el 11.2% se encuentra entre los 15
y 19 años (1,258,565), es decir que el 55% del total de la población guatemalteca (6,180,457) son niños,
niñas y adolescentes entre los cero y los 19 años.
•
El 51% son niñas y el 49% son niños; un 34% vive en el área urbana y un 66% en el área rural; el
53% es indígena y el 47% es mestizo o ladino.
•
Del total de hombres del país, los niños conforman el 52.6%, y del total de mujeres, las niñas conforman
el 57.6%.
Educación
• Hay amplios sectores de la niñez y adolescentes que no ingresan al sistema educativo. La tasa de
excluidos del sistema educativo es de 43.7% en primaria, 80.9% en básicos, y 85.4% en diversificado.
• La cobertura de educación bilingüe a nivel nacional es del 19%.
• La Reforma Educativa no tiene avances considerables.
Salud
• La tasa de mortalidad infantil (niñez de un año) es de 40.5 por mil nacidos, y 79 entre niños y niñas
indígenas. Las enfermedades respiratorias, diarreicas y la desnutrición son las principales causas.
21
Save the Children Suecia. Módulo sobre juventud, violencia y delincuencia. El Salvador: s.e., 2000. p. 13.
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
17
•
•
•
•
•
•
•
La infraestructura existente no propicia condiciones para mejorar los niveles de salud en la niñez y
adolescencia.
de centros
saludalno
tienen
programas de atención especializada.
Sólo
un 67.3%Lademayoría
la población
tiene de
acceso
agua
potable.
No existen programas de salud reproductiva y sexual; un 44% de las mujeres ha estado embarazada al
menos una vez a los 19 años y un 40.7% ya son madres. De los embarazos que ocurren anualmente, un
47.6% se da entre los 15 y los 24 años.
Se tiene como patrón general embarazos no deseados, consecuencia del desconocimiento sobre salud
reproductiva.
En promedio, los hombres han tenido su primera relación sexual a los 16 años, lo que los vulnera ante las
infecciones de transmisión sexual.
De 67,000 personas infectadas con VIH SIDA, 4,800 son niños y niñas entre los cero y los 14 años.
Las opciones de recreación, deporte, arte, esparcimiento son reducidas.
Situación económica y laboral
• Según mapas de pobreza de SEGEPLAN, en Guatemala hay un 54.33% de pobreza y 22.77% de pobreza
extrema.
• 3,357,842 niños, niñas y adolescentes son pobres.
• La pobreza tiene mayor impacto en la mujer y la niña.
• El porcentaje de pobreza es mucho más alto entre la población indígena, con un 74.5%.
• Hay 102 municipios considerados de alta vulnerabilidad, en los cuales se estima que la población pobre es
de un 50 a un 99%; por ende, su niñez es altamente vulnerable.
• Se habla de 821,875 niños y niñas entre los siete y los 14 años explotados laboralmente.
Violencia, maltrato y bienestar social
• Elevados niveles de abuso, maltrato y violencia hacia la niñez y la adolescencia: de cada diez, siete son
maltratados, 54% de los casos de maltrato eran niños, y 46% niñas.
• Los casos de maltrato físico son del 43%; negligencia, 41%; abuso sexual, 10%; maltrato emocional, 6%.
• En el 2002 se cometieron 465 homicidios de niños, niñas y adolescentes, y 175 en el primer trimestre del 2003.
• Hay 3,750 adolescentes en los centros de Bienestar Social.
• Se estima que 3,254 niños, niñas y adolescentes de la ciudad capital viven en las calles, y
aproximadamente unos 6,000 en todo el país.
• 20,000 adolescentes y jóvenes están involucrados en maras, delincuencia, violencia y drogadicción.
• Se estima que en los centros de prostitución de la capital hay 2,000 niñas y niños víctimas de la
explotación sexual, sin tomar en cuenta otros departamentos con altos índices de prostitución.
• Hay un alto consumo de drogas, alcohol y tabaco entre la niñez y la adolescencia.
• En el año 2001 se tramitó un total de 2,322 adopciones, en su mayoría con fines de lucro; además, un alto
porcentaje de niños y niñas son secuestradas o extraídas de sus casas, en otros casos por engaño y
ofrecimientos económicos a padres y madres.
• Se manifiesta un alto grado de desintegración familiar, que afecta directamente a la niñez y adolescencia.
Fuente: Elaboración propia con base en Instituto Nacional de Estadística (INE). Población y locales de habitación particulares censados según departamento y
municipios (cifras definitivas), Censos nacionales XI de Población y VI de Habitación 2002, Guatemala: INE, UNFPA, 2003 y página web. Sistema de las
Naciones Unidas en Guatemala. Informe de desarrollo humano, Guatemala: SNUG, 2000, 2001 y 2003. SEGEPLAN. Mapas de pobreza en Guatemala: Un
auxiliar para entender el flagelo de la pobreza en el país, Guatemala: SEGEPLAN, 2001.
18
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
6.3. Juventud22
Para el estudio ubicamos a la juventud entre los 18 años cumplidos y los 25, rango de edad en el cual las
personas formalizan sus procesos de vida y consolidan su modus vivendi, así como sus valores y pensamiento
social. Sin embargo, hay otras instituciones que consideran a las personas como jóvenes de los 18 a los 30
años. Al adquirir la mayoría de edad, las y los jóvenes asumen responsabilidades y derechos en el marco de su
ciudadanía; empiezan a tener compromisos sociales, económicos, jurídicos y políticos, e independencia total
del seno familiar. Se encuentran en una etapa de consolidación social y de reafirmación de su forma de vida y
de identidad social. Se ven rodeados por una serie de problemas económicos y sociales, los cuales dificultan
las posibilidades de su desarrollo. Es en esta etapa donde tienden a la búsqueda de relaciones formales con el
sexo opuesto e inician la etapa de procreación.
El interés económico comienza a ser el centro de su vida social, ya que normalmente las familias se ven
obligadas a sostenerles hasta los 18 años. Se presenta una serie de presiones familiares y sociales para su
subsistencia, por lo que pasan, en su mayoría, a ser parte del mercado laboral, en buena medida
desprotegidos. Como alternativa a la falta de empleo, encuentran en la mara, en la delincuencia o en las
bandas organizadas una forma de subsistencia económica y, por ende, cometen hechos delictivos donde la
violencia y la muerte son parte del proceso. Sin embargo, esto no quiere decir que todos y todas las jóvenes
que presentan ciertas características, principalmente su moda y extracto social pobre, sean delincuentes o
utilicen la violencia como forma de sobrevivencia, error en el caen diferentes sectores y algunos medios de
comunicación al tocar el tema.
Físicamente cuentan con un organismo totalmente desarrollado, por lo que pueden asumir trabajos y
actividades de cualquier tipo. Psicológicamente tienen formada su conciencia y constantemente piensan y
elaboran planes para el futuro. Se concreta en esta etapa su forma de concebir el mundo y la sociedad.
Es importante destacar que las mujeres adolescentes o jóvenes son las que primero empiezan su vida
reproductiva, pero a la vez las que sufren de marginación y discriminación, por lo que su desarrollo se ve
obstaculizado por la cultura machista imperante en nuestra sociedad.
En el caso de adolescentes y jóvenes indígenas, aparte de la discriminación y subvaloración social que existe
por su edad, también se enfrentan a la discriminación económica, relacionada a la pobreza que existe en
Guatemala, y a la discriminación racial que se manifiesta en las esferas del Estado y en la sociedad en general.
Esta situación agrava los problemas de estos sectores, que son evadidos o solucionados con acciones
negativas desde ellos y ellas como jóvenes o desde la sociedad misma. Esto en parte explica que adolescentes
y jóvenes indígenas prefieran abandonar la cultura de sus pueblos y adoptar la cultura ladina o elementos de la
cultura occidental, como la norteamericana, y el fenómeno de que las maras y pandillas se están generalizando
en municipios y departamentos de población maya.
En los siguientes recuadros se puede ahondar en la problemática que vive la juventud y que la caracteriza
como segmento poblacional parte del estudio.
Víctor Gudiel. El delito en adolescentes y jóvenes y propuestas para su prevención (municipio de Nebaj, Quiché y colonia Amparo, zona
7), Guatemala: Coordinadora Juvenil para la Prevención del Delito, 2002.
22
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
19
Cuadro No. 4
Realidad de la juventud
Datos poblacionales
• Los y las jóvenes comprendidos entre los 19 y los 29 años conforman el 13.3% (1,494,547 jóvenes) de los
11,237,196 habitantes de Guatemala.
• El 51% son mujeres.
• El 48.6% son indígenas.
• Un 60.3% viven en el área rural.
Realidad económica y laboral
• La juventud guatemalteca se debate entre la supervivencia, la pobreza y la exclusión.
• Un 54.33% (811,987) son jóvenes pobres y un 22.77% (340,308) extremadamente pobres.
• 102 municipios son prioritarios por los niveles de pobreza, que oscila entre el 50 y el 99%.
• Existe una estrategia de reducción de la pobreza, pero sin impacto real.
• El consumo infrahumano, consecuencia de los bajos ingresos y oportunidades de desarrollo, hace
vulnerable a la juventud.
Empleo
• Condiciones laborales infrahumanas y sin prestaciones. Existe discriminación y subvaloración en el
empleo y trabajo.
• Los salarios de adolescentes y jóvenes están por debajo del mínimo: Q825.40 en el sector agrícola y
Q900.00 en el sector no agrícola.
• Los y las jóvenes entre los 15 y 29 años representan el 37.88% de la PEA (1,767,789).
• El 53.12% de la juventud trabaja en la agricultura, el 16.34% en la industria, el 8.32% en servicios, y el
2.53% en la administración pública.
• El 46.8% de las mujeres jóvenes sustentan el empleo doméstico.
• En términos generales, un 61.5% de los hombres son excluidos laboralmente y un 76.8% de las mujeres.
• El 52% de los desempleados son jóvenes, desarrollando actividades económicas informales para
sobrevivir.
• Inexistencia de programas que promuevan la creación de unidades productoras juveniles.
• La globalización genera mayor desempleo y el Estado no tiene políticas de protección.
Educación
• Existe un atraso en materia de educación, que impide una inserción en el mercado laboral en mejores
condiciones. La educación es de mala calidad y la juventud sale mal preparada para enfrentar la
globalización.
• El presupuesto para educación es bajo.
• Un 44.5% no ha recibido más de tres años de primaria y el promedio de escolaridad es de 5.93 años.
• El 16.58% de los y las jóvenes son analfabetas: 83.7% en el área rural; 64.4% de mujeres. 400,000 jóvenes
pasan a la vida adulta sin saber leer ni escribir.
• Tasa de incorporación al sistema educativo: 56.3 % en primaria, 19.1% en básicos, 14.6% en
diversificado, 1.4% en nivel superior.
• Altos niveles de deserción escolar.
20
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
••
•
El
Estado reduce
oferta educativa,
mientras
el sector
privado
la amplia.
Incremento
de la su
inscripción
de jóvenes
de básicos
en un
30.46%
en el sector público y un 57.02% en el
sector privado; en diversificado, 2.75% en el sector público y 57.22% en el sector privado.
No existe una estrategia de desarrollo de las carreras de diversificado y técnicas.
Salud
• La principal causa de muerte de jóvenes son las enfermedades y la desnutrición.
• Hacen falta programas de salud para adolescentes y jóvenes. No existen programas preventivos y
curativos.
• Una gran cantidad de jóvenes no recibe atención del IGSS.
• La vida reproductiva empieza a temprana edad, un 44% de las mujeres ha estado embarazada una vez a
los 19 años. Embarazos no deseados por desconocimiento sobre salud reproductiva.
• En promedio, los hombres han tenido su primera relación sexual a los 16 años.
• En jóvenes de 20 a 29 años se manifiesta el 32.42% de casos de VIH SIDA.
• Un 2% de los jóvenes tiene alguna discapacidad.
• Se conoce de un alto índice de suicidios de adolescentes y jóvenes por la inexistencia de programas de
salud mental.
Recreación
• La recreación y el uso adecuado del tiempo libre permiten que la juventud tenga un desarrollo integral.
• Inexistencia de programas integrales de recreación, deporte, arte y cultura popular, para adolescentes y
jóvenes.
• Falta de infraestructura deportiva, centros recreativos y áreas verdes estatales y/o municipales.
• Existencia de campeonatos deportivos organizados por la comunidad, pero sin apoyo de las autoridades.
Niñez, adolescencia y juventud de la calle
• La niñez, adolescencia, juventud y familias que viven en la calle se incrementa. En la actualidad, unos
6,000 niños, niñas, adolescentes y jóvenes viven en la calle.
• El plan de niñez de la calle impulsado por el gobierno no cuenta con recursos y su impacto es casi nulo.
• Aunque existe un programa de erradicación de la prostitución infantil y juvenil, hay un incremento
principalmente de niñas.
Violencia y delincuencia juvenil
• Los altos índices de violencia y delincuencia tienen causas de carácter social, económico, cultural y
político estatal, lo que lo hace un problema complejo.
• Generalización del uso de armas.
• 465 homicidios de niños, niñas y adolescentes en el 2002.
• El Estado no cuenta con una política de prevención del delito, como parte de una política de seguridad.
• Las estructuras del Estado (Organismo Judicial, Secretaría de Bienestar Social, Policía Nacional Civil,
Procuraduría General de la Nación y Ministerio Público) no cuentan con recursos y voluntad para
implementar un sistema de justicia infanto-juvenil.
• 45.7% de los detenidos en el Preventivo de la zona 18 son jóvenes entre los 18 y los 24 años, 423
adolescentes internados en centros de la Secretaría de Bienestar Social. Inexistencia de una política de
rehabilitación.
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
21
•
•
•
•
Crecimiento de maras en la capital, cabeceras departamentales y municipales. 10,000 adolescentes y
jóvenes
de marasorganizada
en la capital.
La
delincuencia
usa y se nutre de jóvenes.
La juventud es estigmatizada como delincuente.
Existe una política represiva y de limpieza social dirigida a jóvenes mareros o delincuentes en procesos de
rehabilitación.
Discriminación
• Discriminación y subvaloración de los y las jóvenes en general.
• Las estructuras del Estado promueven la discriminación.
• Las mujeres adolescentes y jóvenes sufren altos niveles de discriminación.
• La juventud indígena es discriminada en diferentes ámbitos de la vida nacional.
• Irrespeto de su juventud. Acuerdos de Paz estancados, en especial el relativo a identidad y derechos de
los pueblos indígenas.
• Discriminación de jóvenes con tendencia sexual diferente.
• Un alto índice de adolescentes y jóvenes migrantes hacia los Estados Unidos de América y desde los
países de Centro América a Guatemala.
Participación sociopolítica
• La participación sociopolítica de la juventud está en un proceso de crecimiento y consolidación, sin
embargo, no se valora su potencial.
• Niveles de abstención política electoral en la juventud: 77% entre 18 y 19 años; 66% entre 20 y 24años, y
60% entre 25 y 29 años.
• Aproximadamente el 25% del padrón electoral conformado por jóvenes entre los 18 y 29 años.
• Escasa participación de jóvenes en los partidos políticos.
• Los partidos políticos no cuentan con planes y políticas para juventud.
• Desconocimiento de sus derechos y obligaciones ciudadanas.
• No hay participación de la juventud organizada en el sistema de Consejos de Desarrollo.
• Pocas municipalidades cuentan con espacios, programas y proyectos para la juventud.
• Los niveles de aculturización y alienación se incrementan. Los medios de comunicación social privados y
oficiales no cuentan con programas para la juventud.
• Inexistencia en el Estado de políticas públicas integrales.
• No existe una estructura estatal especializada en la juventud.
• No existe un marco legal que le dé soporte a una política pública para la juventud.
• Es necesario un proceso de discusión y diálogo para la elaboración de las políticas públicas integrales de
juventud.
Fuente: Elaboración propia con base en Instituto Nacional de Estadística (INE). Población y locales de habitación particulares censados según departamento y
municipios (cifras definitivas), Censos nacionales XI de Población y VI de Habitación 2002, Guatemala: INE, UNFPA, 2003 y página web. Sistema de las
Naciones Unidas en Guatemala. Informe de desarrollo humano, Guatemala: SNUG, 2000, 2001 y 2003. SEGEPLAN. Mapas de pobreza en Guatemala: Un
auxiliar para entender el flagelo de la pobreza en el país, Guatemala: SEGEPLAN, 2001.
22
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
7. Hacia una definición de muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Con base en los elementos teóricos antes expuestos, se puede afirmar que la muerte violenta es resultado de
hechos o acciones que conllevan el uso de la fuerza y la agresión en forma desmedida y premeditada, en
algunos casos por negligencia, por medio de los cuales una o varias personas le quitan la vida a niños, niñas,
adolescentes o jóvenes comprendidos entre las edades de cero a 25 años. Se constituye en una violación al
derecho a la vida del ser humano y configuran un delito contra la vida, cuyas causas se encuentran en la
cultura de violencia parte del comportamiento y forma de vida de amplios sectores de la población, la
desigualdad social y económica, los altos niveles de inseguridad y criminalidad y la institucionalización de la
violencia como parte de la herencia del conflicto armando interno, la política contrainsurgente y la
militarización del Estado.
En esta dimensión, se puede afirmar que la sociedad en su conjunto asimila la muerte violenta como propia
del proceso social guatemalteco, y en muchos casos la avala o la comparte, por ejemplo, linchamientos,
muerte violenta de jóvenes mareros, de niños, niñas y jóvenes de la calle, muerte de prostitutas o de jóvenes
homosexuales. Durante los últimos años ha adquirido características patológicas debido al crecimiento
desmedido de los índices de violencia y los móviles que reflejan mentalidades psicópatas y sociópatas de
quienes cometen estos actos.
No está de más afirmar que un amplio segmento poblacional opina que los derechos humanos únicamente
sirven para proteger a quienes cometen hechos delictivos y violentos y se resisten a adoptarlos como normas
de convivencia social. El Estado, sus funcionarios a todo nivel y los políticos, no terminan de asimilar e
incluir en todos sus procesos los derechos humanos y el respeto y vigencia de éstos como parte de su cultura
de gobierno y en su concepción de poder, principalmente en los órganos de seguridad, el sistema educativo y
las entidades que prestan servicios a la población. Ven como una caridad la prestación de servicios, no como
una obligación estatal y gubernamental establecida en la Constitución Política de la República y en los
convenios y tratados internacionales.
Al definir la muerte violenta, se tiene que analizar que muchos de los victimarios, según la información
existente, pertenecieron a órganos de represión durante el conflicto armado interno o pertenecen a las
estructuras actuales de los órganos de seguridad del Estado (policías, ejército, comisionados militares, etc.) y
que en este nuevo contexto actúan con los mismos métodos represivos y violentos, agregándole objetivos y
fines económicos y delincuenciales.
Marco teórico y conceptual para definir la muerte violenta de la niñez, adolescencia y juventud
23
24
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Marco de derechos a nivel internacional y nacional que protegen la
vida de la niñez, adolescencia y juventud
Provocar una muerte violenta es, explícitamente, la violación de uno de los derechos humanos elementales.
Los Estados tienen la responsabilidad de cumplir con los diferentes tratados y convenios internacionales por
ellos ratificados, en los que se comprometen a velar por el respeto a la vida de las personas que lo conforman,
situación que a la vez compromete a las familias y a sus integrantes, en tanto base fundamental de un Estadonación, a respetar este derecho. O sea que la corresponsabilidad Estado-sociedad como tutelares de los
derechos humanos abarca a todas las personas que conforman un territorio, sean éstas las que administran el
Estado, las que conforman sus instituciones, o los sujetos de derechos y obligaciones, incluyendo aquí a la
niñez, adolescencia y juventud.
1. Declaración Universal de los Derechos Humanos
Se afirma que el derecho a la vida es el más importante y fundamental ya que constituye la fuente de la que
emanan todos los otros derechos humanos. Merece el mayor respeto y esfuerzo de los Estados que ratificaron
la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros pactos internacionales en esta materia. En este
sentido, el compromiso de velar por el respeto a los derechos humanos es de carácter internacional,
trascendiendo las jurisdicciones de los Estados.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 3, establece que “todo individuo tiene
derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. En la misma sintonía y con el afán de
profundizar los esfuerzos para la protección constante y creciente de los derechos humanos, en particular el
derechos a la vida, el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reitera que “El
derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser
privado de la vida arbitrariamente”. Dichos instrumentos, pese a que Guatemala es signataria desde su
creación en las Naciones Unidas, han sido poco aplicados por los gobiernos que se han sucedido en el poder,
más bien durante décadas fueron los principales violadores del derecho a la vida.
2. Constitución Política de la República
La Constitución Política de 1985 ratifica en su contenido los derechos reconocidos a nivel mundial; los
artículos 1 y 2 plantean los fines y deberes del Estado al expresar que “El Estado de Guatemala se organiza
para proteger a la persona y a la familia, su fin supremo es la realización del bien común” y “Es deber del
Estado garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el
desarrollo integral de la persona”.
Adelante, encabezando el listado de los derechos humanos y de los derechos individuales, el artículo 3
establece el “Derecho a la Vida” expresando que “El Estado garantiza y protege la vida humana desde su
concepción, así como la integridad y la seguridad de las personas.” Dentro del Estado, quienes gobiernan no
tienen ni la voluntad ni las políticas para lograr que el fin primario, y último a la vez, de proteger el derecho a
la vida se cumpla, iniciando por las escasas o nulas políticas educativas, de prevención o de control de las
constantes y alarmantes muertes violentas que suceden en Guatemala.
3. Convención sobre los Derechos del Niño
La Organización de las Naciones Unidas reconoce que existe una diferencia en lo relativo a los derechos
humanos al proclamar que la niñez tiene derecho a cuidados y asistencia especiales, atendiendo las
condiciones de vulnerabilidad en que se desarrollan. Por ello, los Estados se comprometieron a “asegurar al
niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar (…) y con ese fin, tomarán todas las
Marco de derechos a nivel internacional y nacional que protegen la vida de la niñez, adolescencia y juventud
25
medidas legislativas y administrativas adecuadas.”23 Así, es promulgada la Convención sobre los Derechos del
Niño, la cual establece el marco de derechos y las responsabilidades de los Estados para cumplir con éstos,
reconociendo que “todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida. Los Estados Partes garantizarán en la
máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.”24
Además, la Convención establece la corresponsabilidad de la familia y los padres para que estos derechos se
cumplan, estableciendo que “Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento
del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y al desarrollo
del niño.”25 Estos derechos se enmarcan dentro del principio del interés superior de la niñez, o sea, la
prioridad que tienen los niños y las niñas para ser atendidos en cualquier situación. Los Estados Parte de la
Convención también adquieren la responsabilidad de asegurar que la aplicación y vigencia de estos derechos
llegue a cada niño y niña sujetos a su jurisdicción, sin discriminación y distinción alguna independientemente
de su raza, sexo, color, religión, idioma, origen étnico, posición social y económica, impedimento físico y
mental, opinión política o de cualquier otra condición especifica del niño y la niña o de sus padres y madres.
Estos derechos son violados constantemente, principalmente el derecho a la vida, a través de las constantes
muertes violentas de niños, niñas y adolescentes que ocurren en el país, cuyos índices se incrementan
alarmantemente.
4. Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
Después de varios años de lucha y gestión ante el Congreso de la República, en el 2003 dicho organismo
aprobó la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia como un instrumento de derechos que
persigue el desarrollo integral y sostenible de la niñez y adolescencia guatemalteca dentro de un marco
democrático y el irrestricto respeto de los derechos humanos.
Dicha Ley se convierte en un instrumento novedoso, al considerar a los niños y adolescentes como sujetos y
sujetas de derechos y deberes, obligando a la familia, a los padres y madres, y al mismo Estado, a promover y
adoptar todas las medidas necesarias para proteger a la familia y a la vez asegurar el cumplimiento de los
derechos de la niñez y adolescencia a través de todos medios posibles, reconociendo el interés superior del
niño y la niña como uno de los principios que sustentan dicho instrumento jurídico, lo cual les da prioridad
en la aplicación de políticas dirigidas a la plena vigencia y goce de sus derechos. Así, el artículo 9 expresa que
“Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho fundamental a la vida. Es obligación del Estado garantizar su
supervivencia, seguridad y desarrollo integral. (…) Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la
protección, cuidado y asistencia necesaria para lograr un adecuado desarrollo físico, mental, social y espiritual.
Estos derechos se reconocen desde su concepción.”
Al igual que en la Convención sobre los Derechos del Niño, se establece que la aplicación de los derechos en
ella contenidos será sin discriminación alguna, agregándole la especificidad de los niños, niñas y adolescentes
que pertenezcan a los pueblos indígenas que coexisten en Guatemala, recalcando en el respeto a las
diferencias idiomáticas y culturales de los diferentes pueblos.
El artículo 11 habla acerca de la integridad personal, reafirmando que “Todo niño, niñas y adolescente tiene
derecho a ser protegido contra toda forma de descuido, abandono o violencia, así también a no ser sometido
a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes.”
Artículo 3, Convención sobre los Derechos del Niño.
Artículo 6, ibid.
25 Artículo 18, ibid.
23
24
26
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Además de contener todos los derechos humanos de la niñez y adolescencia, establece los principios y
normas para desarrollar toda una política pública en favor de este segmento poblacional y los compromisos
institucionales de diferentes instancias del Estado guatemalteco para desarrollarla.
En el Título I, Libro III, establece los mecanismos, procedimientos y obligaciones del Organismo Judicial y
del Ejecutivo para la protección y restitución de los derechos a los niños, niñas y adolescentes amenazados o
violados en sus derechos humanos. En el Título II del mismo libro, establece todos los mecanismos,
procedimientos, principios y responsabilidades de estos dos organismos para tratar, atender, orientar,
rehabilitar y reinsertar, sobre la base de medidas socioeducativas, a los niños, niñas y adolescentes que
trasgreden la ley penal y cometen algún tipo de delito, incluyendo aquí a aquellos que violan el derecho a la
vida al provocar la muerte a otra persona. Mecanismos y procedimientos que al aplicarse correctamente y con
voluntad política por parte de las autoridades, forman parte de una política de prevención de la violencia y la
delincuencia.
Dicha Ley reafirma el papel del Procurador de los Derechos Humanos a través de la Defensoría de la Niñez y
Adolescencia, la cual existía antes de su promulgación, y ratifican sus compromisos y obligaciones de velar
por la plena vigencia, defensa, protección y divulgación de los derechos de la niñez y adolescencia. Sobre este
tema se ahondará más adelante.
5. Ley de Desarrollo Integral de la Mujer
La Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer, aprobaba en el año 2000 por gestión de diferentes
organizaciones sociales de mujeres, sustenta una serie de principios, derechos y mecanismos para asegurar el
desarrollo de los derechos fundamentales que se relacionan con la dignificación de la mujer, los cuales se
encuentran establecidos en la Constitución Política de la República y en los acuerdos internacionales que se
relacionan con la mujer y que ha firmado el gobierno, por lo que el Estado está comprometido a cumplirlos y
darlos a conocer a toda la población guatemalteca.26
Además, en su artículo 3 establece que existe discriminación contra la mujer dirigida a hacerla de menos,
limitar su participación o apartarla por su condición económica, de sexo, edad, religión, etnia y cultura, por lo
que plantea que debe haber igualdad y libertad de participación de la mujer en el campo político, económico,
laboral, social y cultural. En el artículo 4, reconoce la existencia de la violencia contra la mujer, la cual se
manifiesta física, psicológica y materialmente.
Para lograr que la discriminación y la violencia contra la mujer se vayan erradicando de la sociedad
guatemalteca, plantea en el Capítulo III los mecanismos y acciones que se pueden impulsar para su
prevención y erradicación en todos lo ámbitos y esferas del Estado y la sociedad.
Como antecedente de esta Ley, en 1996 fue aprobada la Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia
Intrafamiliar, la cual tipifica la violencia intrafamiliar como uno de los problemas sociales que se suman a la
violación constante de los derechos humanos, principalmente de las mujeres y de la niñez. Además, se
convierte en un instrumento que contribuye a la erradicación de la violencia como parte de los valores de la
convivencia familiar.
26
Artículo 2, Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer.
Marco de derechos a nivel internacional y nacional que protegen la vida de la niñez, adolescencia y juventud
27
6. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia Contra la Mujer “Convención de Belem do Pará”
Esta Convención se convierte en uno de los instrumentos de derechos que recobran importancia en el
continente americano, la cual fue aprobada por la Asamblea General de la Organización de los Estados
Americanos en 1994. En ella se expresa que cualquier tipo de violencia contra la mujer es una violación a los
derechos humanos, y establece compromisos para que los Estados procuren romper las barreras de la
desigualdad entre mujeres y hombres generando condiciones de equidad.
La Convención de Belem do Pará, establece en su artículo 1 que “Para los efectos de esta Convención debe
entenderse por violencia contra la mujer cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte,
daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado.”
Establece, además, que los alcances de la violencia contra la mujer incluyen la violencia física, sexual y
psicológica, planteando como escenarios la familia, la comunidad y desde el Estado, y reafirmando el derecho
a tener una vida libre de violencia en todos los ámbitos de la vida social y política.
El artículo 4 amplía el reconocimiento de otros derechos elementales para el pleno goce, ejercicio y
protección de los derechos humanos y libertades estipulados en tratados y convenios internacionales,
ratificando y reforzando el compromiso de los Estados, la familia y la comunidad al respeto a su vida,
integridad física, psíquica y moral, el derecho a la libertad y la seguridad personal, y el derecho a no ser
sometidas a ningún tipo de tortura.
En el contexto de este instrumento interamericano, es necesario destacar que las mujeres fácilmente se
convierten en víctimas de la violencia y de las muertes violentas, debido a su vulnerabilidad y a la cultura
patriarcal y machista que impera en diferentes grupos humanos que conforman la sociedad guatemalteca.
Otro instrumento que contribuye a generar un marco de protección de los derechos de las mujeres es la
Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, aprobada por las
Naciones Unidas en 1981.
28
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes
en Guatemala
Si bien es cierto que las causas de la muerte violenta de este segmento poblacional pueden ser muy variadas,
en este capítulo se identificarán las más relevantes y sensibles en la sociedad guatemalteca. De manera general,
se puede decir que tiene sus causas en los siguientes aspectos históricos, estructurales y coyunturales:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
La violencia y el irrespeto a la vida como parte del comportamiento y cultura imperante en la sociedad
guatemalteca, herencia del conflicto armado interno, del militarismo y del autoritarismo, que se
contraponen a la aceptación de los derechos humanos como normas de convivencia social.
La política contrainsurgente y de seguridad, aplicada y enraizada en las esferas del Estado y los cuerpos de
seguridad civil y el ejército y, por ende, en las personas que pertenecieron o pertenecen a dichos entes
estatales.
La delincuencia común y el crimen organizado, que utilizan y adoptan la violencia como forma de vida,
llegando a la muerte violenta para lograr sus fines económicos, sociales y políticos, y que utiliza a
adolescentes y jóvenes para lograr sus objetivos.
La situación de vulnerabilidad económica y social en que se encuentran.
La situación de vulnerabilidad social en que se encuentran las niñas y mujeres adolescentes y jóvenes
como parte del problema de la violencia y la delincuencia o que se ven afectadas por éste.
El crecimiento y extensión de las maras, a través de las cuales se satisfacen necesidades afectivas, sociales,
económicas y de poder, usando la violencia como forma de expresión e inconformidad ante la sociedad.
Dicho fenómeno es de carácter regional e internacional.
La ausencia, desde el Estado, de una estrategia y política de prevención de la violencia y la delincuencia, y
dentro de ésta, de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
La debilidad de los órganos de seguridad civil del Estado y la ausencia de una política de seguridad en
consonancia con los Acuerdos de Paz, y la consolidación de la convivencia democrática necesaria.
La existencia de aparatos y grupos clandestinos de seguridad en las esferas del Estado.
El Estado no ha realizado los esfuerzos necesarios para adoptar en sus estructuras y entre sus
funcionarios a todo nivel, los derechos humanos como normas de comportamiento, administración y
servicio. A su vez, la falta de una política estatal de educación y promoción de estos derechos que incida
en el cambio cultural de la población.
1. La cultura de la violencia en la sociedad guatemalteca
La violencia en la sociedad guatemalteca ha llegado a constituirse en parte de la cultura de convivencia entre
amplios segmentos poblacionales. La formación histórico-social guatemalteca, conformada a partir de la
invasión e imposición de un sistema diferente, el de los españoles, a través de una conquista militar
sangrienta, daría inicio al período colonial, en el cual la violencia fue uno de los mecanismos para mantener el
sistema de explotación sustentado en ese período y consolidar la dominación de los pueblos indígenas. Dicho
proceso de violencia no sólo se daría en lo económico, sino en otros aspectos como el religioso, el cultural, el
social, llegando hasta el abuso sexual y violencia contra la mujer y la niñez. La discriminación y la exclusión se
convierten en formas de violencia cultural y social que marcan un período de opresión de más de cuatro
siglos. Se puede afirmar, entonces, que las formas culturales que adquiere la violencia durante esa época, y que
se trasladan a otras épocas con diferentes manifestaciones, son herencia de las formas violentas que el sistema
colonialista español aplicó en Guatemala para consolidar su dominio territorial y poblacional.
No se puede dudar que en ciertos períodos históricos, los sectores dominantes guatemaltecos ahondarían los
niveles de violencia hasta llegar a una institucionalización de ésta en las esferas del Estado por quienes lo
dominaron durante los siglos XIX y XX. La aparición del ejército como institución al servicio de los poderes
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
29
económico y político, agregó un nuevo elemento de violencia en el Estado, pues fue éste el llamado a
mantener durante más de un siglo un sistema de privilegios, opresión y represión. El militarismo se fue
internando a tal punto en la cultura de la sociedad guatemalteca, como consecuencia de las políticas de
control social establecidas en la estrategia contrainsurgente y el poder, que llegó a todas las esferas del Estado,
al grado que la educación, la salud, la seguridad civil, la justicia, las comunicaciones y otros ámbitos del Estado
eran dirigidas por militares.
La violencia a través del uso de las armas y la represión se convirtieron en parte sustancial de la estrategia
psicológica del ejército y, por ende, del Estado, para mantener el control social, generando terror en la
población y las comunidades indígenas. “La CEH comprobó que a lo largo del enfrentamiento armado, el
ejército diseñó e implementó una estrategia para provocar terror en la población. Esta estrategia se convirtió
en el eje de sus operaciones, tanto en las de estricto carácter militar como en las de índole psicológica y las
denominadas de desarrollo.”27 La muerte violenta a través de masacres, ejecuciones extrajudiciales, de la
represión selectiva, en sí, el exterminio de quienes se oponían al sistema, fueron las formas más brutales de
violencia utilizadas por el ejército. Además, la violación de mujeres, la masacre de niños y niñas, el incendio de
comunidades completas, la tortura y las amenazas, se convirtieron en la forma de actuar de quienes integraban
las fuerzas armadas y su extensión en los comisionados militares.
Por otro lado, el ejército logró involucrar, en la mayoría de los casos de forma violenta, a una gran cantidad de
jóvenes, principalmente indígenas, en sus filas, y más de medio millón de ex patrulleros civiles, quienes de
alguna forma se ramificaban en todo el país y adoptaban los principios, los valores y la violencia militar como
forma cultural de convivencia en sus comunidades y seno familiar.
En sí, el conflicto armado llevaría a muchos sectores de la población a convivir y aceptar la violencia como la
forma de solucionar los problemas políticos y sociales en el país, y a otros a convivir con ella como forma de
sobrevivir y expresar su superioridad sobre los demás.
El sector privado también sería parte del ahondamiento de la violencia como forma de dominación y control
de sus trabajadores o trabajadoras, quienes comenzaron a impulsar la organización para defender sus
derechos, manifestándose una gran cantidad de hechos violentos en fincas y fábricas.
Por otro lado, diferentes sectores populares inconformes con la situación del país, organizaron movimientos
insurgentes, populares y sociales como forma de resistencia a la violencia estatal, que incrementaron los
niveles de violencia en la sociedad.
“El comportamiento violento de amplios segmentos poblacionales de la sociedad guatemalteca (...) es la
consecuencia de la guerra, la polarización entre diferentes sectores de la sociedad en el proceso histórico de su
formación, la política de Estado que fue aplicada durante muchos años para reprimir a las expresiones
organizadas, la insatisfacción de las necesidades básicas de amplios sectores sociales, el machismo, la
discriminación, la proliferación de la delincuencia y uso de armas. Se puede decir que la violencia equivale al
uso de la fuerza para conseguir u obtener algo, por lo mismo, es un atributo humano, ya que éste es el único
con capacidad para ejercerla sobre las cosas materiales o sobre otras personas. La violencia es una práctica
que se transmite familiar y socialmente de generación en generación, y se entiende por ésta toda acción u
omisión de una persona o grupo de personas, que viole los derechos elementales de otra persona o de otro
grupo.”28
Guatemala es una sociedad en la que imperan relaciones desiguales, donde quienes tienen más poder gozan de
ventajas, impunidad y privilegios que les permiten controlar y dominar a otros. En la desigualdad está el
27 Comisión de Esclarecimiento Histórico (CEH). Guatemala, Memoria del Silencio, Conclusiones y recomendaciones,
Guatemala: Litoprint, 1999. p. 26.
28 Gudiel. Op. cit. p. 30
30
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
origen de la violencia, que se refuerza por el sistema social en que se vive, llegando hasta su
institucionalización, tanto histórica como política, en el Estado.
Actualmente, la violencia es el mecanismo al que se recurre para resolver los conflictos y las diferencias en
general, es el mecanismo que se utiliza para lograr por la fuerza objetivos e intereses particulares o
delincuenciales, o para “hacer justicia con las propias manos” como en el caso de los linchamientos. En
muchas familias, es transmitida como forma de vida, que lleva a niños, niñas, adolescentes y jóvenes a
cometer actos violentos contra otras personas, sobre todo cuando ésta es la principal herramienta para
realizar actividades o acciones que les permitan la sobrevivencia, la obtención de ingresos económicos, o
demostrar su superioridad y poder.
Adolescentes y jóvenes, por su estado psicológico y físico, son presa fácil de los comportamientos violentos, y
cuando éstos se mezclan con comportamientos delincuenciales lo más probable es que los hechos cometidos
se agraven, ya que el daño físico es el medio para lograr sus objetivos.
El crecer en un ambiente de violencia intrafamiliar se convierte en una de las principales causas de la
desintegración familiar y del abandono del hogar por parte de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, quienes en
la calle encuentran satisfactores a sus problemas, pero a la vez forman conciencias violentas que se reflejan en
las relaciones extra familiares y en la comunidad.
1.1. Pérdida y desconocimiento de valores sociales de convivencia pacífica
Los valores de convivencia social en la época contemporánea tienen su fundamento en los derechos
humanos, los cuales contemplan las normas básicas a respetar en la interrelación social. Las familias
guatemaltecas, consecuencia del bajo nivel cultural y educativo que poseen, desconocen estas normas y los
mecanismos para defenderlos, por lo que las prácticas violatorias se van convirtiendo en las formas culturales
de convivencia, entre ellas, el irrespeto a la vida, la violencia, la exclusión, la confrontación, la discriminación
racial, de género, económica, sexual, y el autoritarismo. Amplios sectores de la niñez, adolescencia y juventud
del país, se forman bajo dichas normas, las que crean automáticamente mentalidades abiertas a cometer
acciones violentas, sin importar sus consecuencias.
La paz, la solidaridad, la democracia, la tolerancia, el respeto, la no discriminación, la equidad, son valores
sociales y culturales que todavía no están arraigados en la población.
Como normas de convivencia también existen los derechos de los pueblos indígenas, los derechos de la
mujer, los derechos de la niñez y juventud, los derechos de las minorías sexuales. Éstos, obviamente, son
violados en primera instancia por el Estado, al incumplir con sus responsabilidades sociales y en muchos
casos al violar derechos elementales como el de la vida y la libertad a través de políticas represivas. En la
actualidad ya no con la intensidad de años anteriores, pero aún existen grupos clandestinos amparados en la
impunidad de ciertas estructuras estatales.
El sistema educativo no cuenta con la metodología, programas y contenidos sistematizados que propicien una
educación para la paz, la no violencia y el respeto a los derechos humanos.
1.2. La alienación
La adopción de patrones culturales que no son los que en una sociedad se mantienen como forma de vida, se
puede convertir en una de las causas para que la violencia se arraigue en su población. Dicho fenómeno se
manifiesta en Guatemala, a raíz de los patrones de vida de adolescentes y jóvenes en los Estados Unidos de
América miembros de pandillas existentes en dicho país, en las cuales las normas de convivencia se basan en
relaciones violentas de poder. De igual forma, modas, música y películas impuestas por la cultura
estadounidense, se convierten en aspectos que motivan las actitudes y acciones violentas. Además, las
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
31
posiciones bélicas, confrontativas y violentas de la política internacional son asimiladas por la población como
formas naturales de convivencia.
En las áreas donde la población es indígena, cabe mencionar que el impacto de la alienación es fuerte, debido
a la existencia de un proceso de transculturación, principalmente en niños, niñas, adolescentes y jóvenes
indígenas que abandonan su idioma, identidad y costumbres, y adoptan las estadounidenses, mexicanas y
ladinas.
Es importante analizar la proliferación de los centros de juegos electrónicos generalmente denominados “las
maquinitas”, los cuales no poseen ningún tipo de control y son de acceso libre para cualquier edad, lo que
llega a convertirse en una práctica diaria de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, además de ser utilizados para
la distribución de drogas o la promoción de vicios dañinos para ellos y ellas. Otro elemento a analizar es su
alta inducción a la violencia y la confrontación, en juegos como Mortal Combat, Contra, Teken, Marvel
Comics, Samurai, Galaxia y Top Gun.29 Además, los juegos de video y por internet han proliferado, con un
alto contenido incitador de la violencia, el asesinato y el homicidio, entre ellos, Diablo, The Grand FT
(francotirador), Resident Evil (huésped maldito), El Demonio debe Llorar, Media Vida, etc.30
El acceso a la televisión nacional y por cable y a otros medios de información, resultado de la revolución de la
informática y las comunicaciones a nivel mundial, es un elemento más que influye en el comportamiento
violento adolescente y juvenil, principalmente aquellos programas que provocan altos grados de alineación y
aculturación, tal es el caso de programas, caricaturas y películas violentas de las cuales se copian
comportamientos confrontativos y delincuenciales, como el uso de armas, formas pandilleriles, muertes
violentas, homicidios y asesinatos, uso de drogas, agresiones, riñas tumultuarias, desobediencia hacia padres y
madres, etc.
Nos encontramos, entonces, ante una cultura que de forma general contiene comportamientos violentos, que
en algunos casos más que otros, lleva a muchas personas a cometer actos como la muerte violenta con
intereses políticos, económicos o sociales, o simplemente a cometerlas por el estado psicópata que han
adquirido en su proceso de formación social. La cultura de la violencia se convierte así en una de las
principales causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes y, por ende, en la causa de la
violación de los derechos humanos, específicamente del derecho a la vida.
2. Secuelas de la política contrainsurgente y de seguridad nacional durante el
conflicto armado interno
Según el informe Guatemala, Memoria del Silencio, presentado por la Comisión del Esclarecimiento Histórico, la
política de seguridad nacional que el Estado adoptó durante buena parte del siglo pasado marcó su
configuración política, al grado que las decisiones eran tomadas por los militares, algunas veces teniendo
como fachada a gobiernos civiles. Los recursos recaudados por el gobierno así como la misma cooperación
internacional fueron dirigidos principalmente a mantener un ejército de ocupación, dando como resultado
que las estructuras del Estado fueran militarizadas con una visión totalmente represiva; bajo el argumento de
que había que vencer al enemigo interno y el postulado del anticomunismo, se propuso la eliminación de la
subversión armada, así como de las organizaciones sociales paralelas y de las comunidades excluidas y
marginadas, aplicando métodos sanguinarios e irregulares.
Dicha visión se extendió a todas las estructuras del Estado, entre éstas “la Policía Nacional y la Guardia de
Hacienda, dos importantes fuerzas de seguridad del Estado, también cometieron numerosas y graves
violaciones de los derechos humanos durante el enfrentamiento armado. Hacia mediados de los sesenta, estas
fuerzas iniciaron su subordinación al control del Ejército, situación que se mantuvo a lo largo del
29
30
32
Información proporcionada por joven voluntario de una organización juvenil.
Información obtenida por colaborador de la Fundación para la Juventud, consultada en internet.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
enfrentamiento. Actuando con frecuencia bajo órdenes de estructuras del Ejército, los detectives y otras
fuerzas policiales que se vestían de civil, se convirtieron en los principales agentes del terror estatal en la
capital de Guatemala por casi veinte años.”31
Durante este período, ante la poca capacidad de los gobiernos para dar respuestas y soluciones a las demandas
sociales, se crearon una infinidad de aparatos de represión que bajo el manto de la impunidad que da el poder,
cometían actos represivos fuera del marco jurídico guatemalteco, queriendo asumirse como tribunales con
poderes especiales para quitarle la vida a quienes se oponían a las políticas gubernamentales. Se instaló
subterráneamente un sistema dirigido por las estructuras de inteligencia militar, siendo ésta la forma de
control social del Estado, complementada con la colaboración directa o indirecta de sectores económicos y
políticos dominantes. Ante los lineamientos de esta política, se descuidó el papel de seguridad ciudadana que
le correspondía al Estado y a las diferentes instituciones encargadas de esta actividad, lo que dio lugar a un
crecimiento paulatino de grupos delincuenciales comunes y organizados.
Por otro lado, “El sistema judicial del país, por su ineficacia provocada o deliberada, no garantizó el
cumplimiento de la ley, tolerando y hasta propiciando la violencia. Por omisión o acción, el poder judicial
contribuyó al agravamiento de los conflictos sociales en distintos momentos de la historia de Guatemala. La
impunidad caló hasta el punto de apoderarse de la estructura misma del Estado, y se convirtió tanto en un
medio como en un fin. Como medio, cobijó y protegió las actuaciones represivas del Estado así como la de
particulares afines a sus propósitos; mientras que, como fin, fue consecuencia de los métodos aplicados para
reprimir y eliminar a los adversarios políticos y sociales.”32
Como resultado del impulso de la política contrainsurgente y de la Doctrina de Seguridad Nacional, se
impuso la militarización del Estado y de la sociedad como un objetivo definido, planeado y ejecutado desde el
ejército. “La militarización presentó características diferentes a lo largo de los años del enfrentamiento
armado. Empezó durante los años sesenta y setenta con el dominio que el Ejército impuso sobre las
estructuras del poder ejecutivo. Luego asumió el ejercicio casi absoluto del poder mediante su penetración en
todas las instituciones y espacios políticos, sociales e ideológicos del país durante media década en los años
ochenta, hasta llegar —en la etapa final— a tener un control paralelo, semivisible, de bajo perfil pero de alto
impacto, en la vida nacional.”33
La inteligencia militar juega un papel determinante en el proceso de consolidación de la militarización del
Estado y la sociedad, la cual logró infiltrarse en las esferas estatales y en las organizaciones sociales y
populares, o en los espacios donde éstas promovían sus reivindicaciones, para posteriormente impulsar sus
tácticas represivas. Dicha actividad se realizó de manera clandestina utilizando centros ilegales de detención o
cárceles clandestinas que existieron tanto en los cuarteles como en las instalaciones de la Policía, con el objeto
de torturar a sus víctimas. La ejecución extrajudicial, las masacres, el genocidio, la desaparición forzada, las
amenazas, fueron las formas violentas que cobró su estrategia de represión.
Para poder impulsar dichos procesos represivos y de control social, el ejército logró que muchos de sus
cuadros se especializaran en inteligencia militar y política contrainsurgente, para lo cual los Estados Unidos de
América impulsó planes de apoyo y asistencia militar para reforzar los aparatos de inteligencia y entrenar a los
oficiales, organizados en cuerpos ilegales y grupos clandestinos, factor que provocó mayor intensidad en la
violación de los derechos humanos.
En este contexto, la Policía Nacional y la inteligencia militar impulsaron, paralelamente a la represión
institucionalizada, una política permanente de limpieza social de delincuentes de todo tipo que, según ellos, se
convertían en lacras sociales, ejecutada por esos grupos. Otro ejemplo de cómo durante los años ochenta se
CEH. Op. cit. p. 26.
Ibid. p. 18.
33 Ibid. p. 24.
31
32
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
33
manifestó esta política de violencia institucionalizada son los Tribunales de Fuero Especial, creados en uno de
los períodos más represivos de la historia en Guatemala, cuando Ríos Montt, a través de un golpe de Estado,
llega a gobernar el país. Esta política se mantiene hasta nuestros días como una de las acciones que los grupos
clandestinos existentes en las esferas del Estado impulsa en determinados momentos políticos o cuando la
delincuencia va en ascenso.
Los elementos señalados en los párrafos anteriores llevan a la conclusión de que las estructuras del Estado,
incluyendo ministerios con responsabilidades sociales, el Ministerio de Gobernación, la Policía Nacional, el
Organismo Judicial, no estaban preparadas para asumir sus funciones constitucionales respetando el Estado
de Derecho y el proceso democrático, y funcionar según los lineamientos de un Estado gobernado por civiles;
menos aún, atender y prevenir los problemas sociales que aquejaban a la sociedad guatemalteca. Su
experiencia era el control social, no impulsar políticas públicas para solucionarlos; su experiencia era reprimir,
no realizar procesos judiciales transparentes. Esta visión, que imperó hasta finales del siglo pasado, ha
empezado su transformación, esperando que la política de seguridad se enmarque en lo establecido en los
Acuerdos de Paz y en el pleno respeto a los derechos humanos, teniendo una visión preventiva.
La política contrainsurgente y la militarización del Estado y la sociedad se convierten en causas de la muerte
violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como de la población en general, que se manifiestan en la
actualidad debido a:
•
•
•
•
•
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•
•
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34
Existe información y datos concretos de la existencia de grupos clandestinos e ilegales dentro del ejército
y la Policía Nacional Civil, así como al servicio de algunos funcionarios, que realizan acciones represivas y
de control social, incluyendo ejecuciones extrajudiciales como parte de la política de limpieza social.
Muchas de las estructuras del Estado todavía no se han modernizado, por lo que la visión
contrainsurgente y militarista aún prevalece en su accionar.
La Policía Nacional Civil y el Ministerio de Gobernación, pese a los Acuerdos de Paz, no están
preparados técnica y tecnológicamente para asumir de manera eficiente su función de brindar seguridad
civil a la población, y a la vez jugar un papel importante en la prevención y persecución de los
delincuentes que cometen muertes violentas.
Muchas de las personas que pertenecen al narcotráfico, a las bandas de secuestradores, de robacarros, de
robo de bancos, robo de negocios o a otro tipo de bandas delincuenciales, pertenecen o pertenecieron a
alguno de los órganos de seguridad (Policía Militar Ambulante, Guardia de Hacienda, Policía Nacional o
Policía Nacional Civil, Estado Mayor Presidencial, ejército en alguna de sus estructuras, cuerpos de
seguridad de funcionarios), que por su vivencia y experiencia utilizan la violencia y la muerte violenta para
alcanzar sus objetivos.
Muchos de los funcionarios o miembros de la Policía Nacional Civil, del ejército, de la Secretaría de
Asuntos Administrativos y Seguridad de la Presidencia (SAAS) o de la Secretaría de Análisis Estratégicos
de la Presidencia (SAE), todavía tienen una mentalidad contrainsurgente y represiva.
No existe un plan de seguridad civil basado en el respeto a los derechos humanos, moderno y eficiente,
que pueda controlar los altos índices delincuenciales y brindar la seguridad necesaria a la población.
El Organismo Judicial, pese a que como resultado de los Acuerdos de Paz está en un proceso de
modernización, todavía no tiene el impacto necesario en la impartición de justicia.
La impunidad con que operan una gran cantidad de funcionarios públicos, incluyendo integrantes de los
cuerpos de seguridad, herencia de la impunidad con que actuó el ejército y las personas que tenían el
poder durante el conflicto armado interno.
El Estado no tiene conciencia del respeto de los derechos humanos.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
3. Crimen organizado y delincuencia, fenómenos sociales en constante
crecimiento
Como se explicó anteriormente, la violencia y la delincuencia son fenómenos sociales íntimamente
relacionados pero a la vez independientes. El crimen organizado y la delincuencia se presentan como una de
las principales causas de las muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala.
Por delincuente se entiende toda persona que comete un delito y realiza actos al margen de la ley con cierto
grado de profesionalismo y de manera permanente, y que puede haber sido previamente identificado por la
sociedad o los aparatos de seguridad y justicia como tal; estos hechos delictivos tienen causas de carácter
económico, social, político, cultural y mental. De esa cuenta, en los procesos penales de cada país, por el
simple hecho de haber ingresado al sistema penitenciario (o de orientación, en el caso de la niñez y
adolescencia), haber sido fichado, o simplemente haber cometido infracciones o faltas, son elementos
suficientes para ser catalogados como delincuentes, creando una estigmatización de las personas, lo cual causa
rechazo y aumenta la frustración y los niveles de violencia y pericia en el o la delincuente.
Para el caso de Guatemala, consecuencia de la crisis de seguridad pública existente y el constante incremento
de los hechos delincuenciales, hay un creciente prejuicio y psicosis social, por lo que es dable calificar a
alguien como delincuente y discriminarle por ciertas características físicas y de vestimenta, al grado de
provocar una reacción violenta y delictiva de la comunidad, el linchamiento, por medio del cual la colectividad
manipulada toma la vida de quienes trasgreden la ley al aplicar la justicia en sus manos.
Los patrones de la criminalidad o de la delincuencia se manifiestan bajo diferentes formas en la sociedad y
dependiendo de la coyuntura social, económica y política en que vive el país. La actividad mantiene una
relativa uniformidad en su manifestación social, presentando en algunos momentos variaciones psicológicas y
sociales. Se puede afirmar, basados en los planteamientos de Emile Durkeim, que el crimen en Guatemala ha
pasado de ser un hecho normal en la sociedad a un hecho patológico debido al crecimiento, grado de
organización y violencia que adquirió en los últimos años. El crecimiento de la delincuencia y la complejidad
de los métodos utilizados, plantean que el fenómeno tiene un comportamiento ascendente, por la debilidad
de las fuerzas de seguridad civil, la utilización de la nueva tecnología, el mejoramiento del armamento e
infraestructura con que actúan y mayores grados de organización, además de que, en algunos casos, se
identifican personalidades para las que la acción delincuencial es una forma de vida y adquieren
comportamientos psicópatas en la forma de tratar a sus víctimas.
Para entender mejor la situación de la delincuencia como causa que origina las muertes violentas en
Guatemala, es importante saber que el delito es la manifestación concreta y penal de la delincuencia. Delito es
“todo acto o hecho que una persona comete en contra de otra persona y/o sus bienes, los cuales riñen con el
marco legal de derecho establecido a nivel nacional e internacional, hechos que están tipificados en las leyes
penales, y cuyas causas pueden ser sociales, políticas, económicas, culturales o psicológicas.”34
Entonces, se puede decir que el delito es una forma de conducta que asume el ser humano por diferentes
causas. En el caso de países como Guatemala, éstas pueden ser materiales o económicas, sociales, políticas y
culturales; dichas causas tienen una gran determinación para que se cometan delitos de diferente tipo y se
incrementen los índices delincuenciales. La pobreza como uno de los problemas causales de muchos
fenómenos sociales, puede convertirse en una de los motivos centrales de la trasgresión de la ley pero,
principalmente, se convierte en un factor de discriminación legal y social, debido a la estigmatización de las
personas por su condición económica y social. Generalmente, las penas y los castigos se imponen con mayor
fuerza a personas de escasos recursos que a aquellas que cometen delitos de cuello blanco o empresarial, o
poseen el dinero suficiente para pagar asesoría legal.
34
Gudiel. Op. cit. p. 1.
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
35
Mauro Chacón, en el documento El delito y el delincuente en Guatemala, según los datos recavados de los índices
delincuenciales, da a conocer que los delitos que se cometen mayoritariamente son:
Delitos contra el patrimonio
Incluyen hurto (agravado, de uso, de fluidos, impropio), robo (agravado, de uso, de fluidos, impropio, hechos
sacrílegos), usurpación (agravada, alteración de linderos, perturbación de la posesión), extorsión, chantaje,
estafa, apropiación indebida de fondos, usura.
Delitos contra la vida y la integridad de la persona
Contemplan el homicidio simple (cometido en estado de emoción violenta, en riña tumultuaria, homicidio
culposo, ayuda al suicidio, infanticidio), el homicidio calificado (parricidio, asesinato, ejecución extrajudicial),
aborto, agresión y disparo de arma de fuego, lesiones (específicas, gravísimas, graves, leves, lesión en riña,
lesiones culposas), exposición de personas al peligro (abandono de niños y personas desvalidas, abandono por
estado afectivo, omisión de auxilio) y contra la seguridad de tránsito.
Delitos contra la libertad y seguridad de la persona
Contemplan el delito contra la libertad de la persona (plagio o secuestro, tortura, desaparición forzada,
sometimiento o servidumbre, detenciones ilegales, aprehensión ilegal), allanamiento de morada, sustracción
de menores (sustracción propia, impropia, agravada, inducción al abandono de hogar, entrega indebida de un
menor), coacciones y amenazas (coacción, amenaza, coacción contra la libertad política), violación y
revelación de secretos, delitos contra la libertad de cultos y el sentimiento religioso, y delitos de inseminación.
Delitos contra la libertad y la seguridad sexuales y contra el pudor
Abarcan los delitos de violación, estupro (mediante inexperiencia y confianza, mediante engaño, agravado),
abusos deshonestos (violentos, agravados), rapto (propio, impropio, agravado, desaparición o muerte de la
raptada, ocultación o desaparición de la raptada), corrupción de menores (corrupción agravada, inducción
mediante promesa o pacto), delitos contra el pudor (proxenetismo, proxenetismo agravado, rufianería, trata
de personas, exhibiciones obscenas, publicaciones y espectáculos obscenos).
Delitos contra la seguridad colectiva
Comprenden el delito contra la salud, tráfico ilegal de fármacos, drogas o estupefacientes en todas sus
manifestaciones (siembra y cultivo, facilitación del uso de estupefacientes, inducción al uso).
Al igual que la delincuencia a nivel general, en Guatemala también existe un alto índice de delitos cometidos
por adolescentes y jóvenes, o sea, no sólo son víctimas de la muerte violenta, sino que también se convierten
en victimarios al asumir conductas delictivas basadas en la emulación, la alineación, las necesidades
económicas y, principalmente, por problemas familiares. Es importante analizar que la delincuencia
adolescente y juvenil, para el caso de Guatemala, es generalizada; tanto los de capas medias y de familias
pudientes, así como los que son afectados por la pobreza, cometen diversidad de delitos.
Los delitos que generalmente cometen son:
•
•
•
•
Delitos contra el patrimonio.
Delitos contra la seguridad colectiva.
Delitos contra la vida y la integridad de la persona.
Delitos contra la tranquilidad social.
Alrededor de estos delitos se manifiestan las formas delictivas, tanto en lo organizativo como en los fines y
medios que utilizan para lograr su objetivo económico, social o político. El crimen organizado cobra relevancia
36
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
dentro de esta gama de expresiones delictivas, trascendiendo las fronteras del país y llegando en algunos casos a
ser parte de redes centroamericanas o americanas de narcotráfico, secuestro, robo de carros, etc.
Dentro del fenómeno delincuencial toman relevancia los grupos organizados con fines criminales, los cuales
tienen un fuerte impacto en la sociedad, al grado de crear psicosis social en diferentes estratos de la población,
y al igual que en el conflicto armando, provocan terror generalizado en los barrios, colonias, zonas y
comunidades del país, siendo éstos:35
3.1. Carteles de narcotraficantes
Se organizan alrededor de intereses económicos, en el marco del mercado nacional e internacional de compra
y venta de drogas: en el estadounidense, como principal mercado de consumo, y en el colombiano, como
principal mercado de producción, especialmente de marihuana, crack, cocaína y heroína. Poseen una
estructura organizativa jerárquicamente planteada, con códigos de vida o muerte por el compromiso que
adquieren ante el cartel, normalmente bien remunerada y por lo tanto muy atractiva para involucrarse. Se
habla de que nadie, una vez es parte del cartel, puede retirarse y si lo hace, es asesinado. Poseen un alto poder
económico y financiero que les permite tener una infraestructura delictiva fuerte y con cierto grado de
tecnología: usan radios, celulares, vehículos de doble tracción, helicópteros, aviones o avionetas, lanchas,
armamento de bajo y alto calibre, que incluye fusiles AK 47, metralletas MiniUzi, escopetas, granadas,
escuadras, etc. Ha sido comprobada la estrecha relación de los carteles con militares de todos los rangos, con
altos funcionarios de gobierno, con integrantes y candidatos de los partidos políticos, con miembros de la
Policía Nacional Civil de alto nivel, pero también con las comisarías, subcomisarías, estaciones, subestaciones,
oficiales y agentes. Se sabe que en los barrios o comunidades donde operan realizan obras de caridad, y son
aceptados por esto. Dentro de los patrones de violencia y conducta de los narcotraficantes el respeto a la vida
no existe, pues no tienen ningún tipo de escrúpulos para dar muerte violenta a otros narcotraficantes o
personas que interfieran con el logro de sus objetivos. En algunos momentos realizan acciones con técnicas
militares, lo que indica que sus integrantes tienen entrenamiento militar o paramilitar, y la mayoría de los
asesinatos son realizados con el modus operandi de ejecuciones extrajudiciales y con altos niveles de
profesionalismo.
3.2. Bandas de secuestros
También se organizan alrededor de intereses económicos, a partir de secuestros de personas de cualquier edad
cuyas familias, por el nivel económico que tienen, pueden pagar un alto rescate en efectivo. Su modus operandi
es similar al de los grupos clandestinos que realizaban secuestros y asesinatos políticos en los años setenta y
ochenta, y poseen un alto nivel de inteligencia e información en sus operaciones. Cuentan con una
infraestructura adecuada para realizar los hechos delictivos, y normalmente son grupos bastante organizados
que funcionan con normas militares, por lo que se ha comprobado en repetidas ocasiones que varios de sus
integrantes pertenecen o pertenecían a algún cuerpo de seguridad del Estado. En varios casos utilizan la
tortura y el vejamen como una muestra de lo violento y sanguinarios que pueden ser, infundiendo miedo en
las familias para lograr un pago alto y rápido del rescate. La muerte violenta de las personas secuestradas se
ejecuta cuando las familias no pagan el rescate pedido, aunque tienen todo un proceso de negociación. Se
habla también de los secuestros económicos a personas que no son de familias millonarias pero tienen
negocios florecientes. Estos secuestros oscilan entre los Q25,000 y Q40,000. Este tipo de bandas organizadas
son las responsables de un alto porcentaje de muertes violentas, tanto de las o los secuestrados como de las
personas que impidan la realización de sus objetivos. Las muertes que cometen adquieren características de
asesinatos o ejecuciones extrajudiciales.
Categorizaciones elaboradas con base en información de periódicos y consultas a personas expertas y personas que
han sido parte de estos grupos delincuenciales organizados.
35
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
37
3.3. Bandas de roba carros
Estos grupos delincuenciales se organizan alrededor de un interés económico, la venta y compra de vehículos
robados, llegando a tener nexos con otras bandas similares a nivel centroamericano y mexicano. La red va
desde los y las delincuentes que son los que cometen el robo, hasta quienes desmantelan, falsifican y
comercian los carros. No tienen ningún escrúpulo para dar muerte a las personas que van en los vehículos,
por lo que el robo se complementa con homicidios calificados. Se han encontrado evidencias de que existe
relación con ciertos funcionarios, principalmente de la Policía Nacional Civil, aduanas y algunos militares,
quienes facilitan el cambio y/o falsificación de los papeles, de los números de chassis, de motor y de placas.
3.4. Bandas de roba bancos y negocios grandes
Dichas bandas se organizan por intereses económicos, siendo el robo de bancos, almacenes, abarroterías,
furgones, y bienes en general que poseen un valor alto, los hechos que más se presentan en su accionar.
Poseen cierta infraestructura para cometerlos: vehículos, armamento, equipo de comunicación, redes de
información e inteligencia, centros de almacenaje, etc. Son grupos que por alcanzar sus objetivos no tienen el
más mínimo respeto al derecho a la vida, por lo que el matar a quien se interpongan en el logro de éstos es
parte de su modus operandi. Poseen menos poder económico que los anteriores, pero su número es mucho más
elevado.
3.5. Delincuencia común
Son todas aquellas expresiones delincuenciales que se organizan con fines económicos de supervivencia,
teniendo como base familiares cercanos, amigos y amigas, las maras (de las cuales se hablará con detalle más
adelante), grupos que por tradición y herencia viven de la delincuencia. Entran en esta categoría asaltantes de
domicilios, transeúntes, buses, radios y piezas de carros, estafadores de la calle, carteristas, etc. Realizan de
manera general y como objetivo central delitos contra el patrimonio, pero de igual forma, la mayoría no tiene
el más mínimo sentido de respeto al derecho a la vida de quien se oponga. Poseen una infraestructura mínima
para realizar sus acciones, como armas de bajo calibre, armas blancas, casas como bodegas, algunas veces
vehículos y camiones, sin embargo, el poder económico es bajo y los resultados del hecho les alcanzan para la
subsistencia familiar. Se conoce de la existencia de bodegas o centros en los cuales compran los bienes
robados y se encargan de su distribución y reventa.
3.6. Asesinos o sicarios a sueldo
Se han desarrollado en la sociedad guatemalteca con mayor fuerza después de la firma de los Acuerdos de
Paz. Su fin es económico, matan por dinero cobrando sumas que oscilan entre los Q3,000 y los Q10,000,
dependiendo de quién sea la víctima y su grado de importancia. Son personas que han tenido capacitación y
preparación militar o policial, conocen técnicas adecuadas para cometer estos asesinatos, poseen niveles de
información e inteligencia organizada para actuar sin errores, y operan con armamento de bajo calibre y armas
blancas, según el tipo de muerte. Son personas que han perdido por completo el respeto al derecho a la vida,
llegando a tener mentalidades psicópatas y asesinas, que les facilita realizar este tipo de muertes, que en su
mayoría se consideran asesinatos o ejecuciones extrajudiciales.
La muerte violenta de personas en Guatemala, a causa de la delincuencia y el crimen organizado, tiene las
siguientes connotaciones sociales:
•
En muchas de las expresiones delincuenciales se encuentran involucradas personas que pertenecieron o
pertenecen a algún cuerpo de seguridad del Estado, entrenadas en técnicas militares o policiales, con
amplia experiencia en el manejo de armas.
38
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
•
•
•
•
Los grupos delincuenciales cuentan con mayor acceso a todo tipo de armas de fuego, “lo cual puede ser
un indicador del crecimiento en el uso de armas, consecuencia de su venta y tráfico ilegal, problema que
recobra importancia de carácter nacional ya que, según el periódico Prensa Libre, se venden dos millones
anuales de armas de fuego en el mercado negro.”36 Dicha situación pone en condiciones de mayor
vulnerabilidad a las víctimas, pues al poseer armamento sofisticado y variado, a los grupos delincuenciales
se les facilita matar a quienes se interponen o se oponen a la realización de los hechos delictivos.
Los nexos de carácter internacional con el crimen centroamericano y estadounidense, permiten que estos
grupos tengan acceso a mayor tecnología militar y sofisticada y que el respaldo económico sea mayor.
Existe relación de funcionarios de alto y medio nivel con los grupos criminales, lo cual en determinados
momentos les da la impunidad necesaria para cometer los hechos delictivos y dar muerte a cualquier
persona.
La relación fin-medios se da, en primera instancia, entre la consecución del objetivo económico y los
medios para alcanzarla, entre éstos la muerte violenta de quien se oponga; sin embargo, al convertirse el
asesinato en una forma generalizada de cometer los hechos delictivos, la relación se da en el mismo nivel
fin económico-muerte violenta o muerte violenta-fin económico.
4. Vulnerabilidad económica y social en que se encuentran la niñez,
adolescencia y juventud
La vulnerabilidad en que se encuentra este grupo se convierte en una causa de las constantes muertes
violentas, por dos razones básicas:
•
•
•
•
•
Ante las escasas políticas de desarrollo e inclusión social por parte del gobierno, tiene una triple
condición de vulnerabilidad:
Por ser pobres y sus familias no tener las condiciones materiales para darles la protección necesaria,
que los conduce a buscar opciones de sobrevivencia o a la “callejización”, que les expone a la muerte
violenta.
Por su etapa en el desarrollo físico y psicológico, que les coloca en condición de desventaja frente a
personas mayores.
Amplios sectores de la sociedad no reconocen los derechos de la niñez y la adolescencia, y por lo
tanto para muchas personas no existen como seres humanos y son los últimos beneficiarios de la
sociedad. En el caso de las niñas, este fenómeno es mucho más enraizado consecuencia de lo
patriarcal y machista de la mentalidad de las familias guatemaltecas.
La niñez, adolescencia y juventud y sus familias al no tener las posibilidades de desarrollo, terminan
involucrándose en la delincuencia y el crimen, lo cual los expone en alto grado a la muerte violenta.
4.1. Vulnerabilidad económica
a. Pobreza
La pobreza es un problema estructural, cuya raíz se encuentra en la exclusión histórica al desarrollo de
amplios sectores de la sociedad; cabe mencionar aquí, que en el área rural la exclusión se agrava por la
discriminación herencia de la época colonial.
Según datos estadísticos,37 54.33% de las familias guatemaltecas vive en condiciones de pobreza y 22. 77% en
condiciones de extrema pobreza, lo cual quiere decir que de los niños, adolescentes y jóvenes, que
Gudiel. Op. cit. p. 41.
Secretaría General de Planificación (SEGEPLAN). Mapas de pobreza en Guatemala: Un auxiliar para entender el flagelo de la
pobreza en el país, Guatemala: SEGEPLAN, 2001. p. 37.
36
37
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
39
representan aproximadamente 60.3% de la población nacional (de cero a 29 años), 4,169,830 viven en
condiciones de pobreza, sin embargo, hay 102 municipios en donde la pobreza oscila entre el 50 y el 99%.
Estos niños, niñas, adolescentes y jóvenes y sus familias no cuentan con los ingresos necesarios para acceder a
una calidad de vida adecuada, sin acceso a la educación, la recreación, la salud, la alimentación, y a una
infraestructura ambiental adecuada.
Cuadro No. 5
La pobreza en que viven las familias hace vulnerable a la niñez, adolescencia y juventud
Pobreza no
extrema
LP general
Q4,020.00 anuales
Pobreza
general
LP extrema
Q1,873.00 anuales
Pobreza extrema
Pobreza extrema
Hogares cuyo consumo per capita se encuentra bajo la línea de pobreza extrema.
Pobreza general
Hogares cuyo consumo per capita se encuentra bajo la línea de pobreza general.
Fuente: SEGEPLAN. Mapas de pobreza en Guatemala, Guatemala: SEGEPLAN, 2001.
“La pobreza y la miseria en la cual viven millones de familias guatemaltecas durante décadas, han creado (...)
la Cultura de la Sobrevivencia, en la cual el niño y la niña se forman generalmente en una cultura de violencia,
machismo y abuso, lo que da como resultado un adolescente y joven que para sobrevivir no respete la vida y
los derechos humanos, y además los desconoce. Esto, normalmente, en algunas familias se convierte en
hechos que trasgreden el orden jurídico establecido y les lleva a cometer delitos. Además, la necesidad de
obtener ingresos económicos a falta de un nivel educativo adecuado y empleos dignos, para satisfacer ciertas
necesidades básicas, los lleva a cometer delitos en contra del patrimonio de otras personas y que
colateralmente por lograr su objetivo llegan a cometer delitos en contra de la vida de las personas. Antepuesto
a esta teoría, también se encuentran muchas familias guatemaltecas que en el marco de su pobreza mantienen
un pensamiento solidario, respetuoso de los derechos humanos y con interés de vencer el entorno social que
los tiene en la exclusión, por lo que también hay gran potencialidad de cambio y anuencia a solucionar
problemas sociales como el de la delincuencia adolescente y juvenil.”38
38
40
Gudiel. Op. cit. p. 22.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
b. Falta de oportunidades de empleo
El tema del desempleo es otro de los problemas que se convierte en la causa de que adolescentes y jóvenes en
situación de vulnerabilidad realicen actos delictivos y violentos o sean víctimas de éstos. El mercado laboral
guatemalteco es, primer lugar, discriminativo y excluyente, principalmente para adolescentes en edad de
trabajar y jóvenes pobres que no han alcanzado un nivel educativo adecuado, entre ellos y ellas la juventud
indígena y las mujeres jóvenes.
Es necesario antes de hacer un análisis del problema del empleo y desempleo, aclarar que niños, niñas y
adolescentes de cero a 14 años de edad, según sus derechos establecidos en convenios internacionales y leyes
nacionales, no tendrían que asumir ninguna actividad laboral, sino por el contrario, gozar de sus derechos
elementales como la educación, la recreación, la realización de actividades acordes a su estado físico y
psicológico. Sin embargo, la pobreza existente entre las familias guatemaltecas provoca que niños, niñas y
adolescentes asuman actividades que generen ingresos económicos, lo cual se ha convertido en uno de los
elementos básicos de la cultura de la sobrevivencia, pues se sacrifica todo el proceso educativo y social en el cual
deberían desarrollarse. Es necesario señalar que en el país, la edad mínima para trabajar es de 14 años, pero
esta situación se trasgrede, pues, desde antes de cumplirlos los niños y las niñas realizan actividades
económicas.
La cultura de sobrevivencia lleva a los niños y niñas a la calle ya sea al trabajo o a su utilización y explotación, y
resultado de esto a aprender formas violentas y delincuenciales para su subsistencia.
Consecuentemente, el desempleo tiene que enfocarse y analizarse desde dos ópticas, el que afecta a los padres
y madres de familia y por lo tanto al desarrollo de sus hijos e hijas, y el que afecta a jóvenes en edad de
trabajar.
En cuanto al primer enfoque, es necesario aclarar que de manera inicial el desempleo afecta a las personas
vulnerables, principalmente por la falta de educación. Es así como, según los datos estadísticos oficiales, un
41.5% de la población urbana tiene empleo y un 58.5% en el área rural.39 Para el caso de las mujeres el dato es
más alarmante, pues se estima que sólo un 35.4% tiene empleo, lo cual se agrava con la existencia de hogares
donde la mujer asume la jefatura. Sin embargo, estos datos no reflejan la realidad, pues fenómenos como el
subempleo y la economía informal no son tomados en cuenta en las cifras oficiales. Es importante resaltar
que el PNUD, en su informe de desarrollo humano del 2000, con base en los datos de la Encuesta Nacional
de Ingresos y Gastos Familiares (ENIGFAM) realizada entre 1998 y 1999, crea la variable de la exclusión
laboral, cuyas cifras son dramáticas en comparación a las cifras oficiales, pues se calcula que un 61.5% de
hombres y un 76.5 % de mujeres son excluidos laboralmente.
Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala. Informe de Desarrollo Humano 2001, Guatemala: El financiamiento del
desarrollo humano, Guatemala: Artgrafic, 2001. Anexo A74, Cuadro No. 34.
39
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
41
Cuadro No. 6
Perfiles de fuerza laboral por condición de exclusión laboral, 1998
Variables
Sexo
Hombres
Mujeres
Edad (promedio en años)
Escolaridad (promedio de años)
Étnia
Indígenas
No indígenas
Área
Rural
Urbana
Segmentos
Moderno agrícola
Subsistencia agrícola
Formal
Informal
Público
Doméstico
No excluidos
Excluidos
38.5%
33.2%
39.9
5.5
61.5%
76.8%
30.6
4.0
27.1%
37.5%
72.9%
62.5%
27.8%
38.7%
72.2%
61.3%
29.5%
32.0%
48.5%
33.9%
55.4%
15.3%
70.5%
68.0%
51.5%
61.1%
44.6%
84.7%
Fuente: Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala. Informe de Desarrollo Humano 2000, Guatemala: La
fuerza incluyente del desarrollo humano, Guatemala: Artgrafic, 2000.
Con respecto al segundo enfoque, el desempleo en jóvenes, éstos “representan 3 de cada 10 trabajadores del
sector formal de la economía, lo que demuestra su enorme contribución a la generación de la riqueza en el
país”40; sin embargo, “el desempleo está conformado mayoritariamente por jóvenes (52.0 %) y hay una
proporción alta de jóvenes trabajando en empleos domésticos (46.8%), bastante mayor a la tasa de
participación de jóvenes en el sector formal (35.7%) (...) Los jóvenes, especialmente aquellos en búsqueda de
un primer trabajo, son los más afectados por el desempleo abierto. Asimismo, el trabajo familiar no
remunerado, como era de esperar, se muestra como un fenómeno que afecta, con gran incidencia, a los
jóvenes.”41 Además, el mayor grado de exclusión laboral se encuentra entre las edades de los 14 a los 30 años,
siendo en promedio las personas que tienen 30 años las más excluidas. Para el caso de la juventud, el
problema del empleo es medular, pues las presiones familiares y el abandono de la escuela les obligan a buscar
empleo a temprana edad, lo cual se confronta a su rebeldía de no seguir órdenes o estar bajo autoridad alguna.
Además, las posibilidades de conseguir trabajo son reducidas, por lo que la realización de actividades ilícitas
para poder subsistir, entre ellas el robo y el hurto, se convierten en una alternativa de ingresos económicos;
así, la mara se vuelve el espacio propicio para conseguir dinero y, a su vez, el afecto que en la empresa (debido
a los grados de explotación, injusticia, bajos salarios y condiciones inhumanas de trabajo) y en su familia, no
encuentra.
c. El ingreso
Los bajos o nulos ingresos familiares o individuales son otro de los factores que podrían convertirse en causa
de la delincuencia y la violencia. Los salarios existentes y las condiciones de trabajo no generan mayor
incentivo de superación en la juventud, pues los mismos son bajos, las condiciones laborales son
infrahumanas y los patronos normalmente abusan y maltratan a sus trabajadores y trabajadoras. Para el caso
40
41
42
SNU. Op. cit., 2000. p. 63.
Ibid.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
de Guatemala, en el año 2001 el salario mínimo se fijó en Q.27.50 al día por una jornada ordinaria de trabajo
para las actividades agrícolas, o sea Q.825.00 mensuales, y de Q.30.00 al día por una jornada ordinaria de
trabajo en actividades no agrícolas, equivalente a Q.900.00 mensuales.42 Estos salarios no llegan al mínimo
vital que es de aproximadamente Q.3,000.00 mensuales utilizando los servicios estatales, ni a los
requerimiento de la canasta básica familiar que se establece en Q1,256.64 mensuales.43 Aunado a estos
factores, se discrimina a adolescentes y jóvenes que trabajan, pagándoles salarios que están debajo del salario
mínimo.
Esta situación genera un estado de inconformidad y de rebeldía contra el empleador y sus malos tratos, que
provoca un alto grado de deserción de las empresas, además de los constantes despidos. Las posibilidades de
tener ingresos fáciles y altos se convierten en una opción para el joven, tales como el narcotráfico y venta de
drogas, el robo, el hurto, el cobro de cuotas territoriales a pilotos de buses, etc., y por ende, la utilización de
mecanismos violentos para lograr su subsistencia, causa de muertes violentas, de adultos y adultas, así como
de otros adolescentes y jóvenes que son víctimas de los hechos delictivos que cometen quienes forman parte
del fenómeno delincuencial.
4.2. Problemas sociales
Las causas sociales poseen el mismo grado de incidencia que las económicas para que niños, niñas,
adolescentes y jóvenes sean víctimas o victimarios en los procesos delincuenciales y violentos en la sociedad
guatemalteca. En este tipo de causas el Estado tiene gran responsabilidad al no satisfacer necesidades básicas
de la población, y al reproducir esquemas tradicionales en el abordaje de ciertos problemas de la sociedad. Se
analizan aquí aquellas causas relacionadas con el desarrollo integral de la persona y la familia guatemalteca,
como la educación, la recreación y la desintegración familiar. Sin caer en el determinismo económico, muchos
de estos problemas sociales no se solucionan debido a la pobreza en que se desarrollan las familias, a los
escasos ingresos, y al incumplimiento de las obligaciones estatales constitucionales hacia la población
guatemalteca.
a. Falta de acceso y mala calidad de la educación
Este problema está vinculado directamente al desarrollo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, pues
deberían ser beneficiados y beneficiadas por el sistema nacional de educación, ya que ésta es uno de los ejes
centrales para desarrollar una política de prevención de la violencia y delincuencia; es a través de la formación
y educación que hay posibilidades de orientar y formarles de manera adecuada, para que no cometan actos
negativos en la sociedad y para su bienestar. Aparte de la formación en el núcleo familiar, la escuela, el
instituto y el colegio se convierten en el segundo espacio donde se forma el carácter, los valores y el
pensamiento de las personas, que determinan hacia el futuro sus posibles acciones positivas o negativas.
Además, la educación les provee los elementos necesarios para iniciar un proceso de mejoramiento de sus
condiciones de vida y económicas, pues la profesionalización abre posibilidades de empleo.
Por otro lado, la cultura de sobrevivencia ha creado en las familias pobres el desinterés por la educación de sus
hijos e hijas; se prefiere involucrarlos en actividades que generen ingresos económicos, antes que hacer el
esfuerzo de integrarlos al proceso educativo. Expresiones como “Yo no estudié porque me tocó que trabajar,
por lo que vos también vas a trabajar” son normales en las familias de escasos recursos y de bajo nivel
educativo.
En este contexto, adolescentes y jóvenes no tienen la oportunidad de acceder a la educación, lo cual dificulta
su desarrollo. Según datos estadísticos de 1999, al nivel primario sólo se incorpora el 56.3% de los niños y
42
43
Dato extraído de la página web del Ministerio de Trabajo.
Monzón. Op. cit. p. 48.
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
43
niñas en la edad correspondiente, en el secundario se incorpora el 19.1% de adolescentes, y a diversificado tan
sólo el 14.6%,44 datos que son más alarmantes en las áreas con población predominantemente indígena.
Colateral a esta realidad, nos encontramos con que niños, niñas, adolescentes y jóvenes que tienen acceso al
sistema educativo nacional están recibiendo una educación de baja calidad, donde los contenidos formativos
son casi inexistentes. Educación ciudadana, derechos humanos, cultura de paz, resolución de conflictos,
convivencia multicultural, equidad de género, Estado de Derecho y prevención del delito, son temas aún no
incluidos en los contenidos curriculares. El proceso de Reforma Educativa, como parte de los Acuerdos de
Paz, tiene algunos avances, pero no los suficientes para mejorar el proceso de enseñanza y la formación de
alumnos y alumnas.
El tema de prevención de la violencia y la delincuencia debe ser parte esencial de cualquier proceso educativo,
con el objeto de lograr una mentalidad diferente en la niñez, adolescencia y juventud, creando una actitud
resistente a la violencia.
La falta de educación, en conclusión, se convierte en causa estructural de las muertes violentas, debido a:
•
•
•
Niños, niñas, adolescentes y jóvenes no tienen la posibilidad de acceder a la información y generar un
cambio cultural que los haga dejar la violencia como parte de su formación, para pasar a una cultura de
paz y derechos humanos.
La falta de educación les impide tener mejores oportunidades sociales y económicas para su desarrollo,
por lo que la delincuencia se convierte en una opción de supervivencia.
En términos generales, la población acepta la muerte violenta por no tener el nivel cultural necesario para
la convivencia pacífica, democrática, con respeto a los derechos humanos.
b. La desintegración y problemas que afectan a la familia
La desintegración familiar es uno de los problemas centrales que da origen a que muchos y muchas niños,
niñas, adolescentes y jóvenes adquieran una mentalidad violenta y se inicien en la delincuencia, irrespetando
los derechos humanos.
“La familia constituye uno de los principales escenarios de interacción donde tiene lugar dicho proceso de
aprendizaje y comunicación.”45 Es en el contexto de la práctica familiar donde aprenden los valores de
convivencia social formados por los padres y madres, determinándose así su posible conducta violenta o
delincuencial. Sin duda alguna, problemas como los económicos y educativos son causales de la
desintegración y problemas familiares, aunque no se puede ser determinista, ya que hay comportamientos,
costumbres y valores ya formados en quienes integran una familia, y en la sociedad por su proceso histórico.
La familia es, supuestamente, la preocupación más grande del Estado, ya que éste se organiza para proteger a
la persona y a la familia, siendo ésta la institución de mayor importancia en las sociedades. Tal y como lo
refiere la Organización de las Naciones Unidas, “la familia sigue ofreciendo el marco natural de apoyo
emocional, económico y material que es esencial para el crecimiento y desarrollo de sus miembros,
especialmente (...) los niños.”46 Los problemas que afectan a la familia, repercuten directamente en sus
integrantes vulnerables, principalmente la niñez y adolescencia.
En este contexto, se considera que la desintegración familiar es el abandono de alguno o alguna de sus integrantes,
principalmente de los padres o madres, siendo la generalidad el abandono del núcleo familiar por parte del padre, lo
SNU. Op. cit., 2000. Cuadro A.38. p. 282.
Don C. Gibbons. Delincuentes juveniles y criminales, México: Fondo de Cultura Económica, 1969. pp. 82-83.
46 Comisión Pro Convención sobre los Derechos de la Niñez (PRODEN). Entre el olvido y la esperanza: La niñez de
Guatemala, Guatemala: Editorial HIGSA GALA, 1996. p. 39.
44
45
44
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
cual tiene un fuerte impacto en la formación de hijos e hijas, y en las posibilidades económicas de la familia para
satisfacer sus necesidades básicas. “Se entenderá como (...) desintegración familiar, aquella que por la falta de uno
de sus integrantes genera desestabilización económica, emocional y psicológica.”47
En muchos de los casos es común la ausencia del padre debido a la práctica de la paternidad irresponsable, la
madre pasa a constituirse en el único sostén económico y orientador de la familia, lo que conlleva algunas
situaciones desfavorables en el desarrollo psicosocial del niño, niña y adolescentes. Pero en aquellos casos en
que el padre es violento, consume alcohol o drogas y es irresponsable, las familias se estabilizan y se abren
posibilidades para mejorar su desarrollo. “La creciente inestabilidad de las familias ocasionadas por la
separación de los cónyuges tiene un alto costo emocional para las hijas e hijos, quienes se siente en muchas
ocasiones abandonadas y abandonados por sus padres, o culpables de la separación.”48
Sobre este problema no hay datos estadísticos, pero se sabe que es muy generalizado en la sociedad
guatemalteca, por lo que se deduce que vulnera más al niño, niña, adolescente y joven, dando como resultado
la preferencia de éstos por la vida en la calle, el uso de drogas, el involucramiento en las maras, el uso de la
violencia como forma de resolver sus problemas y, por ende, les inclina a cometer delitos y a involucrarse en
procesos delincuenciales.
La desintegración familiar no es la única causa para que adolescentes y jóvenes actúen en forma violenta, ya
que se conoce de innumerables familias que están integradas pero que hijos e hijas tiene como patrón de
crianza la violencia. Problemas como la pérdida de afecto, la incomprensión del padre o la madre, patrones
tradicionales de crianza, falta de comunicación familiar, violencia y abuso intrafamiliar, alcoholismo y
consumo de drogas, generan también niveles de inconformidad, rebeldía y violencia, que les involucran en
procesos que normalmente llevan a transgredir la ley.
La violencia es una causa-efecto común en muchas familias guatemaltecas, convirtiéndose en un patrón de
crianza, la cual proviene principalmente de la cultura machista, autoritaria y violenta que ha imperado en la
sociedad. Normalmente, la violencia es ejercida del padre a la madre y luego hacia los hijos e hijas, finalizando
la cadena de violencia intrafamiliar, de hermanos y hermanas mayores a menores. Lo planteado produce baja
autoestima y aprecio, que los grupos delincuenciales aprovechan fácilmente al darles incentivos o hacerlos
sentir parte de éstos.
Existen familias en las cuales el padre y/o la madre son intolerantes con los hijos e hijas, quienes por su
estado anímico y psicológico asumen actitudes rebeldes, deteriorándose así las relaciones familiares, y donde
el conflicto y la confrontación se convierten en el centro de la vida familiar. Esto puede generar dos efectos:
primero, el uso de la violencia para resolver los problemas y el desinterés de los padres y madres en la crianza
y, segundo, la realización de acciones negativas por parte de los hijos e hijas, sin pensar en las consecuencias.
“La desintegración y problemas familiares estimulan el pandillerismo, la violencia y la delincuencia, las y los
jóvenes adolescentes y jóvenes no encuentran en su familia la satisfacción de sus necesidades y si agregamos
los componentes del proceso, se puede observar que la pandilla o la mara sustituye a la familia, convirtiéndose
en el núcleo que satisface sus necesidades de atención y afecto, pero sin darse cuenta ejerce presiones sobre él,
para efectuar actos que solos no harían. Las pandillas juveniles se convierten en excelentes canalizadores de
rebeldía, descontento y apoyo.”49
Adolescentes y jóvenes tienen la necesidad psicológica de identificarse, protegerse y participar en algún grupo
de su misma edad, sienten la necesidad de hacerse escuchar y tener poder, por lo que grupos como las maras
o las pandillas les permiten expresarse a través de ciertas acciones alterando el orden público, lo cual les
Monzón. Op. cit. p. 51.
Ibid. p. 52.
49 Ibid. p. 54.
47
48
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
45
coloca en una situación en la que adultos y adultas que participan en el crimen organizado y, en algunos casos,
en ciertas estructuras del Estado, los utilicen y manipulen para lograr determinados objetivos políticos o
económicos, aprovechándose de la vulnerabilidad y marginación en que se desarrollan.
Otro de los problemas resultado de la desintegración familiar y de los niveles de pobreza en que viven las
familias, es el abandono o expulsión del dañado seno familiar de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, lo cual
los lleva a las calles a vivir en condiciones infrahumanas, generándose grupos cuyo objetivo es protegerse y
apoyarse para la supervivencia. Este fenómeno se generalizó durante las décadas de 1980 y 1990, problema
creciente al grado de que se han reproducido, existiendo ya una primera generación de niños y niñas nacidos
en la calle, estimando que existen casi 6,000 en la ciudad capital. Vivir en la calle les hace vulnerables y les
expone a la muerte violenta, principalmente porque para ciertos sectores del Estado y la sociedad son
considerados como “lacras o parásitos sociales”, por lo que se justifica una política de limpieza social o
eliminación física. Por otro lado, las forma de sobrevivencia de dichos grupos los lleva en algunos casos a
cometer ciertos actos delincuenciales menores, exponiéndoles a una muerte violenta. Se conoce, entonces, en
el desarrollo de este fenómeno, un constante hostigamiento y represión contra este sector, al grado de que
varios han sido objetos de muerte violenta o ejecuciones extrajudiciales, principalmente cometidas por
elementos de los cuerpos de seguridad civil.
c. Falta de opciones y espacios de participación y recreación para adolescentes y jóvenes
Falta de opciones de participación
La organización juvenil es una alternativa viable para que adolescentes y jóvenes puedan canalizar su ánimo,
inquietudes y expectativas; sin embargo, el Estado guatemalteco no cuenta con programas de participación y
organización donde tengan oportunidad de mejorar sus capacidades, conocimientos y puedan convivir entre
sus iguales. A nivel local, las autoridades municipales no cuentan con programas y proyectos para la
participación juvenil, son contadas las alcaldías que desarrollan proyectos de este tipo, como por ejemplo, las
municipalidades de Quetzaltenango, Nebaj y de Guatemala. Sin embargo, la generalidad es la inexistencia de
espacios de participación y la despreocupación de las autoridades respecto a los problemas de adolescentes y
jóvenes, excluyéndoles de los pocos planes de desarrollo existentes.
Aunque existen varias organizaciones juveniles aún son incipientes, encontrándose en un proceso de
reconstrucción, pues el conflicto armado interno y, principalmente, la política de seguridad del Estado,
desarticuló los esfuerzos organizativos existentes. Las organizaciones juveniles no cuentan con los recursos
para poder funcionar de manera adecuada, ya que otras instituciones, autoridades o personas adultas
subvaloran y discriminan la participación de la juventud. La organización juvenil sigue siendo un medio válido
y eficaz para prevenir el delito, siendo necesario mayor apoyo a dichos esfuerzos.
Es de hacer notar que adolescentes y jóvenes, consecuencia de la falta de credibilidad en las instituciones del
Estado y de quienes las dirigen, muestran apatía a cualquier tipo de participación sociopolítica y viven con
pocas expectativas de futuro, esto se comprueba en los niveles de abstencionismo electoral de la juventud. El
PNUD,50 en términos generales, afirma que la juventud de hoy es más apática que la del pasado, su indolencia
se refleja en los porcentajes de abstencionismo: el 77% de jóvenes entre 18 y 19 años no participó en el
proceso electoral, el 66% entre los de 20 a 24 años, y el 60% entre los 25 y 29, situación que se acentúa más
en mujeres jóvenes, principalmente indígenas.
Falta de opciones de recreación
Ésta se convierte en una causa determinante para que adolescentes y jóvenes prefieran involucrarse en
procesos de violencia y delincuencia; la ausencia de espacios que permitan potenciar las habilidades físicas e
50
46
SNU. Op. cit., 2000.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
intelectuales de este sector que está en constante desarrollo físico y psicológico, se constituye en causal de
violencia y delincuencia. Durante esta etapa de la vida se necesita, para lograr un desarrollo integral, realizar
actividades físicas, deportivas, artísticas, de convivencia, excursiones, intercambios, etc.; el gobierno y sus
diferentes ministerios e instituciones no cuentan con planes de recreación permanente que beneficien a las
comunidades. El Ministerio de Cultura y Deportes está llamado a desarrollar un papel importante en la
recreación, creando infraestructura recreativa y deportiva, además de promover y organizar dichas actividades.
El Ministerio de Educación (MINEDUC) continúa trabajando con una metodología de enseñanza que
inmoviliza al niño, niña, adolescente y joven, vedándoles las posibilidades de desarrollar actividades que
incentiven y estimulen la creatividad, el juego y la recreación como forma de aprender, además de
complementar su desarrollo psicológico y físico. No existen opciones de turismo nacional y actividades extra
aula que permitan un mejor uso del tiempo libre de la niñez, adolescencia y juventud. Dentro del MINEDUC
existe el Instituto Nacional de la Juventud y el Deporte, que cuenta con instalaciones para promover dichas
actividades extra aula, sin embargo, son insuficientes para la demanda existente.
La municipalidad es otra de las instituciones que tiene la responsabilidad de preservar y destinar áreas recreativas y
deportivas, éstas en su mayoría se construyen en sitios baldíos y sin mantenimiento, lo cual ocasiona que al estar en
total abandono y ante el problema de falta de vivienda, sean ocupadas por familias. Asimismo, son pocas las áreas
verdes y parques construidos por las municipalidades, normalmente se convierten en mercados, vedando la
posibilidad de organizar actividades culturales, artísticas y recreativas en general.
La planeación urbanística de las ciudades y comunidades, si es que existe, no contempla la construcción de
centros recreativos, áreas verdes y de juego, por lo que las calles, las aceras y sitios baldíos se convierten en
espacios inadecuados de juego y de práctica deportiva, esto cuando el grupo de la cuadra se organiza con este
objetivo, de lo contrario, la calle y las esquinas se convierten en lugares donde se fomenta el alcoholismo, la
drogadicción, las apuestas, la delincuencia, la violencia, etc., además de convertirse en territorio de las maras
existentes en la localidad. Se ha constatado la existencia de centros de recreación, pero en su mayoría son
privados y pagados, accediendo a éstos familias que poseen la capacidad económica para pagarlos.
Es importante analizar la proliferación, en el país en general, de los centros de juegos electrónicos o
“maquinitas”, que no poseen ningún tipo de control y son de acceso libre para cualquier edad, lo que llega a
convertirse en una práctica diaria del niño, niña, adolescente y joven. Son utilizados para la distribución de
drogas o la promoción de vicios dañinos, además de su alta inducción a la violencia y la confrontación. El
acceso a la televisión nacional y por cable y a otros medios de información, es otro de los elementos que
influye altamente en el comportamiento adolescente y juvenil, principalmente aquellos programas que
provocan altos niveles de alienación y aculturación.
5. La vulnerabilidad de la niña y la mujer adolescente y joven
Por su condición de género, las mujeres a nivel general son objeto de una serie de abusos, violación a sus
derechos y discriminación, especialmente a través de formas violentas, las cuales tienen su origen principal en
lo patriarcal y machista de la formación social guatemalteca. En este contexto, las mujeres tienen pocas
oportunidades de desarrollo, encontrando que los altos índices de falta de educación, salud, recreación,
empleo, participación, los sufren ellas. Las niñas y adolescentes son las más desprotegidas, no sólo por su
condición de mujer, sino también por lo vulnerable de su condición física y psicológica. Sumado a esto, la
violencia intrafamiliar y el abuso sexual son problemas muy generalizados en la sociedad.
Los mismos grupos delincuenciales encuentran en las mujeres las víctimas idóneas para cometer sus hechos
delictivos, sabiendo que la fuerza facilita cometerlos sin mayor resistencia, llegando en muchos de los casos al
abuso sexual y asesinato. Bajo el pensamiento machista, los derechos de las mujeres son irrespetados en
diferentes niveles y estratos de la sociedad, y bajo el argumento de inferioridad física y de género son
asesinadas o ejecutadas extrajudicialmente utilizando las formas más violentas. De esa cuenta, nos
encontramos con que las prostitutas, las niñas y adolescentes de la calle, y las adolescentes y jóvenes que
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
47
participan en la mara o en el grupo delincuencial, son las que sufren muertes violentas con señales de poder y
estados psicópatas de quienes las cometen.
Las hijas y esposas son vulnerables en el ámbito familiar, donde la violencia es parte de su cultura de
sobrevivencia, llegando al maltrato físico y emocional a niveles que salen de un comportamiento que pueda
llamarse “humano”.
En conclusión, las niñas y las mujeres adolescentes y jóvenes son vulnerables a la muerte violenta por las
siguientes razones:
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•
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•
•
Su condición de género en el marco de una sociedad machista y patriarcal.
Vulnerabilidad física y psicológica.
Los victimarios las ven como objetos sexuales.
Son parte de bandas delincuenciales o maras, donde los más fuertes son los hombres y pueden decidir
sobre su vida.
Son parte de fenómenos y problemas sociales como la prostitución y la niñez y adolescencia de la calle.
6. Las maras, fenómeno social en crecimiento
Las maras son un fenómeno social generalizado en casi la totalidad de departamentos; sus orígenes se
encuentran en el área urbana; sin embargo, a consecuencia de los procesos de migración hacia la capital y los
Estados Unidos de América, el fenómeno tiende a extenderse a cabeceras departamentales y municipales y en
el ámbito centroamericano.
La Fundación para la Juventud plantea que la mara “Es un grupo de adolescentes y jóvenes comprendidos
entre los 10 y los 25 años de edad, que se reúnen en las diferentes calles, barrios y colonias de los cascos
urbanos, pero que por iniciativa de algunos de sus integrantes con mayor poder y experiencia o por emulación
de la cultura pandilleril estadounidense, establecen códigos de convivencia basados en relaciones de poder, en
donde la violencia se convierte en uno de los patrones de convivencia (...) dichos grupos bajo el argumento de
la territorialidad, la defensa de su cuadra o colonia se confrontan constantemente con otros jóvenes o maras.
Dichas organizaciones están integradas principalmente por adolescentes y jóvenes marginados que han
sufrido algún problema social y algunos que han migrado a los Estados Unidos y han sido deportados, y que
para su sobrevivencia realizan algunos actos delincuenciales.”51
Los y las integrantes de dichas organizaciones informales proceden de familias pobres de clase trabajadora y
capas medias empobrecidas; con bajo nivel educativo debido a que desertaron, fueron expulsados o su familia
no pudo mantener sus estudios; generalmente usan drogas y roban para poder conseguirlas; proceden de
familias desintegradas con padres o padrastros violentos, alcohólicos e incomunicativos. Un rasgo decisivo
para entender su psicología es que la mayoría siente que no tiene futuro y encuentran en la mara las
posibilidades de ser respetados y reconocidos en la sociedad.
La organización de las maras se basa en códigos de mucha solidaridad, compañerismo y apoyo mutuo, aunque
la manera de expresarlos casi siempre se manifiesta de forma violenta intra y extra mara; además, como
consecuencia de la falta de identidad y sentido de pertenencia, asumen ciertas formas de vestir, algún tipo de
música, determinadas formas de expresión oral y corporal, y determinados tatuajes en la piel.
Independientemente de lo negativo, las maras también se convierten en espacios donde adolescentes y
jóvenes hacen ciertas actividades propias como la convivencia entre iguales, el baile, el deporte, y algunas
formas de recreación.
51
48
Monzón. Op. cit.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Las primeras expresiones de maras se organizaron bajo la denominación de Break's (nombre e identidad
procedente de los Estados Unidos de América) quienes normalmente se confrontaban con los burgueses.
Posteriormente, aparecieron los Cholos, quienes se dividieron en MS (Mara Salvatrucha) con mucha
influencia de jóvenes salvadoreños que vivieron en los Estados Unidos de América, los 18 ST y los Chapines;
también se conoce de otros grupos como los Rockeros. Se habla, según información del PNUD, para el año
2000, de más de 90 maras y más de 10,000 mareros organizados en la capital. Dichas maras, en determinadas
coyunturas, han sido objeto de manipulación por parte de sectores interesados en generar desestabilización
política. Casi en su totalidad, adolescentes y jóvenes mareros y mareras portan algún tipo de arma,
principalmente los cabecillas, llegando incluso a tener experiencia en la fabricación de sus propias armas.
Uno de los problemas visibles de las maras son las peleas entre ellas, generalmente en defensa de su territorio
y de sus noviazgos. De igual forma, las agresiones y homicidios contra otros y otras jóvenes debido a que no
quieren ingresar a la mara porque tienen diferente comportamiento o estatus económico, o porque se salen de
la mara y están en proceso de rehabilitación. Se sabe, además, que los dirigentes de las maras llegan a
involucrarse con bandas organizadas de delincuencia como el narcotráfico, robo de carros, asesinos a sueldo o
sicarios, asaltos y robos, etc., en las cuales por problemas internos o porque se quieren retirar de las mismas e
incorporarse a procesos de rehabilitación, no dudan en quitarles la vida violentamente, en muchas ocasiones
de acuerdo y en coordinación con ciertos agentes de la Policía Nacional Civil.
Adolescentes y jóvenes de maras viven en una constante discriminación, primero porque son pobres, segundo
porque en su familia son rechazados, tercero porque la sociedad les estigmatiza como delincuentes, y cuarto
porque les es difícil conseguir empleo o buscar fuentes formales de ingresos. Las maras son efecto de
problemas económicos y sociales, pero a la vez son una causa de la muerte violenta, pues al ser una forma de
organización juvenil cuentan con mecanismos para reclutar e involucrar a más miembros en sus procesos,
además de ser el espacio oportuno para iniciarse en la delincuencia, situación que afecta a las comunidades
donde se desarrolla el proyecto de prevención del delito.
Cuadro No. 7
Principales causas y efectos del fenómeno social de las maras
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Causas
Desintegración y problemas familiares.
Violencia intrafamiliar.
Falta de atención de la familia a menores en
problemas.
Poco acceso al sistema educativo nacional y
cuando existe, la metodología es inapropiada o hay
falta de atención psicológica.
Utilización de drogas.
Ausencia de políticas públicas por parte del Estado
para adolescentes y jóvenes.
Escasos ingresos familiares.
Falta de empleo.
Falta de oportunidades de desarrollo.
Inexistencia de opciones recreativas.
Influencia de culturas exógenas y alienación.
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Efectos
Inseguridad ciudadana.
Aumento de los niveles de violencia.
Disturbios callejeros.
Confrontación entre jóvenes.
Proliferación de robos y asaltos.
Abusos sexuales.
Asesinatos y homicidios.
Estigmatización del adolescente y joven de
maras como delincuente.
Discriminación generalizada en la sociedad.
Aumento del consumo y la distribución de
drogas.
La cárcel para quienes cometen actos
delincuenciales.
Involucramiento
en
otros
procesos
delincuenciales organizados.
Fuente: Elaboración propia, con base en resultados del Seminario sobre el delito en adolescentes y jóvenes. Coordinadora Juvenil
para la Prevención del Delito, Guatemala, 1° de agosto de 2002.
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
49
En conclusión, las maras se convierten en una de las principales causas de la muerte violenta de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes, debido a:
a.
Los códigos de supervivencia intramara establecen la violencia como la forma de resolver sus problemas,
por lo que la muerte violenta a quien la abandone o traicione o rete a quienes son sus jefes, es la
manifestación concreta de la resolución del problema.
b. Las pugnas territoriales, económicas y de relaciones intermaras.
c. Las maras se convierten en blanco de políticas de limpieza social de algunos sectores del Estado y de la
sociedad, principalmente de grupos clandestinos.
d. Para lograr la supervivencia de la mara y de sus integrantes, cometen actos delictivos que en un alto
porcentaje van acompañados de la violencia, llegando a dar muerte a muchas de sus víctimas.
e. Muchos integrantes de la mara se involucran en bandas organizadas del crimen de las cuales no pueden
retirarse, y cuando lo hacen son asesinados.
f. Su conducta los lleva a confrontarse con otros jóvenes que no son de la mara, para imponer su poder y
respeto en las colonias, barrios y comunidades.
7. Debilidad del Estado en materia de seguridad y derechos humanos
7.1. Los órganos de seguridad y la ausencia de un plan de seguridad en consonancia con los
Acuerdos de Paz y el respeto a los derechos humanos
La seguridad ciudadana o seguridad civil pública de los habitantes de una sociedad, se entiende como el o los
derechos que le asisten a toda persona que conforma una sociedad, a desarrollarse individual y colectivamente
dentro de un ambiente de paz, donde sus derechos humanos, principalmente el derecho a la vida y la
integridad personal, sus derechos civiles y al pleno goce de sus bienes, no se vean amenazados por ningún
hecho individual o colectivo. En esa perspectiva, la Constitución Política de la República establece con
claridad el compromiso de todas las estructuras, organismos e instituciones que conforman el Estado, para
lograr uno de los fines y deberes principales de éste para con las y los habitantes del territorio que lo integran.
Los problemas de la seguridad ciudadana o inseguridad, tienen relación directa con el incumplimiento de
dicho compromiso social por parte del Estado y de quienes ejercen su administración durante determinado
período, por lo que la violación de los derechos humanos en general, la violencia y delincuencia, y el crimen
organizado en particular, hacen presa de miles de ciudadanos y ciudadanas que en el peor de los casos son
objeto de violaciones al derecho a la vida a través de la muerte violenta cometida por personas o individuos
con diferentes fines u objetivos. Lamentablemente, por la debilidad del Estado y la herencia de la política
contrainsurgente (de la cual se habló antes) este mismo se convierte en el que viola los elementales derechos
de la población y, en todo caso, sirve de manto de impunidad para quienes cometen actos contra la vida, la
integridad de las personas y la convivencia pacífica y democrática de la sociedad.
Con el objetivo de fortalecer la seguridad ciudadana y crear un plan nacional de seguridad democrática y
derechos humanos, el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y Papel del Ejército en una Sociedad
Democrática, estableció una agenda básica para modernizar todas las estructuras que tuvieran que ver con el
tema, y generar una visión de respeto de los derechos humanos en las políticas públicas que éstos impulsen.
Sin embargo, este proceso está inconcluso y algunas de las acciones que promovieron fueron tergiversadas en
su ejecución y aplicación.
Las instituciones que están directamente involucradas con la seguridad ciudadana son:
• Ministerio de Gobernación
• Policía Nacional Civil
• Organismo Judicial
50
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
•
•
•
Ministerio Público
Procuraduría General de la Nación
Comisión Presidencial de Derechos Humanos
Dichas instituciones deberían, en buena medida de manera coordinada y en el marco legal de su
independencia o autonomía, plantear un plan de seguridad que permita mejorar los niveles de seguridad
ciudadana y respeto de los derechos humanos. En contraposición a esto, la ineficacia del Estado y las
carencias presupuestarias y de infraestructura continúan ahondándose y, por ende, la capacidad de dar
respuesta a esta necesidad social.
La inseguridad en Guatemala es una de las mayores limitantes para que las personas puedan desarrollarse
libremente, y en ella se encuentra una de las causas para que los índices de violación de los derechos humanos
y los de criminalidad y delincuencia, sean tan elevados, principalmente en la violación del derecho a la vida a
través de la muerte violenta.
Una de las instituciones que tendría que jugar un papel central en la prevención y control de los hechos
delictivos y transgresores de los derechos humanos y la ley, es la Policía Nacional Civil. Los Acuerdos de Paz
establecieron una serie de medidas para su depuración, modernización y ajuste a una estructura
eminentemente civil no militarizada; pese a que se cumplió con la meta de ampliar la cantidad de elementos
policiales a 20,000 y realizar una depuración, para tener una mejor cobertura, dicho proceso se convirtió en el
reciclaje de elementos de la antigua Policía Nacional y de la Guardia de Hacienda, así como de ex integrantes
del ejército, lo cual obstaculizó el cambio conceptual, operacional y técnico para su verdadera modernización.
Uno de los objetivos centrales era promover la profesionalización de sus integrantes, sin embargo, la
inversión en formación y capacitación ha sido débil.
La infraestructura policial, para cumplir su función de seguridad ciudadana, sigue siendo reducida, y en
contraposición a esto, el ejército, pese a que su existencia se justifica cada día menos, recibe un alto porcentaje
del presupuesto nacional. “Hacia julio de 2002, el 40% de los vehículos estaban varados por falta de
mantenimiento y el servicio telefónico era constantemente suspendido por falta de pago.”52
“Además, no está claramente regulada la intervención del ejército en cuestiones de seguridad interna. Por
ejemplo, durante el 2002, las comisarías de la PNC debían remitir copias de sus denuncias a las zonas
militares, y la forma en que debía llevarse a cabo el patrullaje combinado del ejército y la PNC estaba sujeta a
diversas interpretaciones.”53
La Policía Nacional Civil sigue siendo señalada en diferentes instancias de derechos humanos como una de las
principales violadoras del derecho a la vida e integridad personal. En esta perspectiva, el Ministerio de
Gobernación tampoco ha cumplido con lo establecido en los Acuerdos de Paz, de impulsar todo un proceso
de reforma policial e impulsar una política integral de seguridad. Además, se conoce por diferentes denuncias
públicas la relación que existe entre ciertos niveles de la PNC y las bandas del crimen organizado, actuando en
algunas ocasiones de manera conjunta para evitar que los denuncien o sean procesados.
El Ministerio Público, como una de las instituciones vinculadas estrechamente a la persecución penal de
quienes cometen delitos o violaciones de los derechos humanos, se planteó una reingeniería y la redefinición
de sus alcances y estrategias, en lo que denominó “Política Criminal Democrática del Ministerio Público”, la
cual dio como resultado la apertura de nuevas fiscalías como la de Derechos Humanos, la de los Pueblos
Indígenas y la de la Niñez y Juventud. Sin embargo, su actuación se ha quedado en el discurso, pues los
avances en materia de investigación y persecución penal han sido escasos. Más bien, se conoce por los medios
52 Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala. Informe de Desarrollo Humano 2003. Guatemala una Agenda para el Desarrollo
Humano, Guatemala: PNUD, ASDI, Fundación NORAD, Fundación Soros, 2003. p. 7.
53 Ibid. p. 7.
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
51
de comunicación de una serie de vinculaciones con grupos delincuenciales y actos de corrupción en varios
niveles. En lo relacionado a infraestructura de operación e investigación, ha logrado alguna ampliación, pese a
esto, aún no cubre eficaz y oportunamente los casos denunciados, principalmente aquellos que conllevan la
muerte violenta de personas y, específicamente, de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
El Organismo Judicial entró desde 1997 en un proceso de modernización y fortalecimiento, establecido en el
Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y Papel del Ejército en una Sociedad Democrática, el cual ha
dado algunos resultados, principalmente en la ampliación de la cobertura y la profesionalización de sus
funcionarios y funcionarias. El principal objetivo de este proceso era crear una concepción de la justicia bajo
criterios de igualdad, democratización y eficacia, con el fin de “visualizar a los tribunales de justicia como
centros desde los cuales pueda emanar la solución de conflictos, la reparación y el resarcimiento de quienes
han sido despojados de su dignidad, han sido víctimas de conductas antisociales o han sufrido la vulneración
de sus derechos esenciales. Es decir, adquirir una nueva visión que elimine la actual invocación inquisitorial y
represiva, que concibe a los tribunales únicamente como centros de sanción y castigo.”54 Aunado a esto, con
la reforma al Organismo Judicial se persigue su verdadera independencia de los otros poderes del Estado y de
los poderes paralelos, principalmente el del ejército, y un pronto y cumplido proceso judicial, tomando en
cuenta la multiculturalidad y multilingüismo de la nación guatemalteca.
Sin embargo, todavía se evidencian actos de corrupción que se han ventilado públicamente, fallos
insustentados como en los casos Mack y Gerardi, lentitud e ineficiencia en los procesos judiciales, y cobertura
insuficiente.
Los Organismos Ejecutivo y Legislativo han realizado durante los últimos dos años reducciones considerables
en las asignaciones presupuestarias del Organismo Judicial, en lugar de fortalecerlas, por lo que hay proyectos
y programas inconclusos, mientras la criminalidad sobrepasa su capacidad de respuesta.
En términos generales, las instituciones de Estado encargadas de manera directa de brindar seguridad a la
población, no poseen un plan integrado y coordinado que permita prevenir y evitar las muertes violentas, y
castigar como corresponde a quienes trasgredan la ley y cometan tales hechos criminales.
En la actualidad no existe un plan de prevención de la violencia y la delincuencia por parte del Estado
guatemalteco, sino únicamente algunas políticas reactivas, las cuales son insuficientes. El Plan Nacional de
Prevención de la Violencia y la Delincuencia, debe ser de carácter integral y un esfuerzo conjunto del Estado,
donde se impulsen políticas, programas y proyectos que traten de solucionar los problemas causales de la
muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, así como otros aspectos de un plan integral de esta
naturaleza. La visión reactiva y represiva que históricamente han tenido las instituciones de seguridad
ciudadana, ha sido rebasada por las incesantes violaciones de los derechos humanos, las constantes muertes
violentas y el daño a la integridad física de miles de ciudadanos, por lo que es necesario tener una visión
moderna y pasar a impulsar una política de prevención.
Por otro lado, el Estado –en su conjunto de instituciones y muchos de los y las funcionarios que lo
administran–, todavía tiene una mentalidad represiva, autoritaria e irrespetuosa de los derechos humanos, lo
cual impide su transformación política, de ser un Estado violador de los derechos humanos hacia un Estado
que vele por su plena vigencia.
7.2. Existencia de cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad
Estos cuerpos y aparatos de seguridad juegan un papel de control y represión de organizaciones y personas
que se oponen a las políticas de gobierno, o que tienen una visión de cambio profundo de ciertas estructuras.
Comisión de Fortalecimiento de la Justicia. Una nueva justicia para la paz. Guatemala: Magna Terra editores, 1998. pp. 910.
54
52
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Impulsan acciones cuyo objetivo es la limpieza social ejecutando extrajudicialmente a personas que son parte
de alguno de los problemas sociales o delincuenciales que vive la sociedad, y se manifiesta como un hecho
concreto en acciones denunciadas por diferentes sectores sociales. Sin duda alguna, la herencia
contrainsurgente se mantiene en diferentes estructuras, principalmente del ejército y la Policía, o al servicio de
funcionarios del más alto nivel.
Las características del modus operandi de quienes en los últimos años han realizado amenazas de todo tipo, la
muerte de activistas de derechos humanos, la muerte de personas con señales de tortura y tiro de gracia, son
algunas de las evidencias de que dichos grupos existen.
Sobre este tema, el Procurador de los Derechos Humanos emitió una resolución el 16 de enero de 2003 que
dice “(...) asegurar la vigencia de los más altos valores de la vida social, por lo que es urgente adoptar medidas
eficaces para que restituyan al pueblo el disfrute de las garantías constitucionales a que tiene derecho y de las
cuales ha sido paulatinamente despojado, y recomienda la creación de las Comisión de Investigación de los
Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS).”55 Además, el Congreso de la República,
el 21 de enero del mismo año, emitió por unanimidad un punto resolutivo que apoya la creación de dicha
comisión; y el gobierno, a través de su Canciller, emite un comunicado apoyando la iniciativa. Dicha
Comisión quedó integrada el 13 de marzo de 2003, teniendo carácter internacional ya que será creada a través
de la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el Estado de
Guatemala, con participación de comisionados y técnicos nacionales.
“Los cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad son destacamentos de inteligencia operativa y/o de
fuerzas especiales que aprovechando la estructura y las misiones de los cuerpos de seguridad (inteligencia
militar, servicios de seguridad, policía nacional, etc.), ejecutan subrepticiamente las actividades al margen de la
ley y/o de violaciones de derechos humanos por encargo de un superior jerárquico. Pueden estar
conformados sólo por personal en actividad, en retiro y/o delincuencia común y/o organizada.”56
CONADHEGUA, CALDH, Fundación Myrna Mack, Fundación Rigoberta Menchú, ODHAG, PDH. Comisión de
Investigación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS), documento informativo, Guatemala: 2003.
p. 2.
56 Ibid. p. 3.
55
Causas de la muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Guatemala
53
54
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica
de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
de 0 a 25 años
Este capítulo tiene el objeto de analizar las estadísticas obtenidas de la investigación hemerográfica realizada
en el periódico Nuestro Diario del mes de julio de 2002 al mes de agosto de 2003 (14 meses), que se
complementará con información estadística obtenida en otros documentos y periódicos, para que el análisis
de elementos pueda plantear una serie de propuestas y recomendaciones, principalmente dirigidas al Estado,
con el fin de impulsar una política de prevención de las muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y
jóvenes. Se trata de ahondar en la manifestación de este fenómeno en Guatemala, a partir de un análisis
sociopolítico de las características de los hechos violentos cometidos contra el segmento poblacional
investigado.
1. Metodología
Para obtener información estadística y cualitativa se estimó conveniente tomar como fuente uno de los
periódicos de mayor circulación en el país, donde el tema de violencia e inseguridad es uno de los principales,
sobre la base de los siguientes criterios de confiabilidad:
•
•
•
Este tipo de periódico es de los que mayor cobertura da a la muerte violenta en Guatemala.
Los reporteros o las reporteras tienen como fuente de información la Policía Nacional Civil y los
Bomberos, sobre los hechos cometidos y algunas características, que en términos generales son
confiables, aunque no hay que descartar que en algunos casos la información se tergiversa o se exagera.
La información que publican contiene elementos que permiten realizar un análisis de los casos y
establecer quiénes cometen las muertes violentas y cómo se dan, aunque no reportan todas las muertes, sí
los casos paradigmáticos.
Sobre esta base se procedió a elaborar una ficha técnica para la recopilación de la información, en la cual se
estableció una tipología de muertes violentas con base en antecedentes históricos y en la información
hemerográfica, que se presenta en el siguiente cuadro:
Cuadro No. 8
Tipología de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Tipo de muerte
Muerte cometida
por mara
Muerte con
características
extrajudiciales o
de limpieza social
Muerte a marero
Definición
En este tipo de muerte violenta se caracteriza por ser cometida por
algún integrante de la mara, la cual se realiza como consecuencia de un
hecho delincuencial, por venganza o pugnas, o por relaciones
sentimentales. Normalmente se comete con arma de fuego, en segundo
lugar con arma blanca, y tercero, con agresión física.
Se caracteriza por la forma como fue cometido el hecho. Normalmente
aparecen señales de tortura, tiro de gracia, ataduras en el cuerpo y un
modus operandi bastante profesional. Se realiza principalmente con arma
de fuego y con técnicas de intimidación y tortura. Otra de las
características es que los cuerpos aparecen en lugares diferentes a los de
residencia de las víctimas.
Es el resultado de algún tipo de venganza contra un integrante de la
mara, por pugnas internas, al momento de cometer algún hecho
delictivo, como parte de acciones de “limpieza social”, o por haber
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
55
Muerte entre
maras
Muerte por
retirarse de la
mara
Muerte a niñez y
juventud de la
calle
Muerte por
linchamiento
Muerte a
homosexuales y
travestis
Muerte por
negligencia o
accidente
Muerte con
violación y
excesiva violencia
Muerte por
delincuencia
sido parte de una banda organizada del crimen. Casi siempre se comete
con arma de fuego.
Este tipo se caracteriza porque se da entre diferentes maras por
problemas de territorio, enfrentamientos casuales en fiestas o en
colonias, por ser parte de alguna banda del crimen organizado, por
problemas de noviazgo. Se realiza con arma de fuego o arma blanca,
algunas veces a golpes y agresión física.
Ocurre cuando deciden abandonar la mara, ya que por los códigos de
pertenencia y juramento de sangre son asesinados; también a los que
pertenecen a la mara y que además estaban en alguna banda organizada
del crimen, al intentar retirarse. En algunos casos se ha comprobado la
participación de elementos de la PNC en estos hechos. Este tipo de
muertes se realiza con arma de fuego.
Es cometida por algunos sectores sociales y grupos dentro de la
estructura del Estado que impulsan políticas de “limpieza social”, o en
algunos casos hasta por juegos de personas de poder. Por otro lado,
históricamente, elementos de la policía se extralimitan y han matado a
niñas, niños, adolescentes y jóvenes de la calle. Este tipo de muerte
violenta se realiza con arma de fuego y, en algunos casos, con golpes y
agresión física.
Se manifiesta como una respuesta de la comunidad contra quienes
cometen algún delito. Se realiza colectivamente: una turba arremete
contra los delincuentes a golpes, con palos y piedras, para finalmente
quemarlos o ahorcarlos. Normalmente existe algún tipo de
manipulación de supuestos líderes comunitarios que pertenecieron a las
PAC o que fueron comisionados militares. Además, ocurre por la falta
de credibilidad en la PNC, el Organismo Judicial y otras instancias de
seguridad interna.
Es el resultado de la discriminación hacia este grupo humano, llegando
a pensar que asesinándolos hacen un favor a la sociedad. Normalmente
se efectúa con arma de fuego y en algunos casos existen pruebas de
excesiva violencia.
Se manifiesta por descuido, negligencia, accidentes u omisiones, de
familiares o personas, o por la falta de previsión del Estado ante los
desastres naturales. Aunque existe una muerte violenta, ésta no es
cometida con objetivos delincuenciales.
Este tipo de muertes violentas tiene la característica de que antes de
cometerse el asesinato o ejecución extrajudicial, hubo un abuso sexual
y/o violación por parte de los victimarios, normalmente acompañada
de golpes, agresión y vejámenes en el cuerpo. La muerte se realiza con
arma de fuego o con arma blanca, en algunos casos se da por
estrangulamiento.
Es el medio o el resultado de un hecho delincuencial, en el cual se usa
la violencia, llegando en muchos de los casos a la muerte violenta para
lograr el objetivo. Se realiza principalmente con arma de fuego y en
menor escala con arma blanca y explosivos. En el caso de los
victimarios, aunque el delito a cometer no es contra la vida, no dudan
ni tienen escrúpulos para asesinar.
Fuente: Elaboración con base en información hemerográfica en Nuestro Diario.
56
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
En la ficha técnica se recopiló la siguiente información:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Nombre o datos de la víctima.
Lugar y fecha del hecho.
Edad con tres rangos: de 0 a 13 años, de 14 a 18, y de 19 a 25.
Tipo de muerte.
Información de quién cometió el hecho.
Información de cómo sucedió y qué tipo de arma se utilizó.
Género de la persona.
Los rangos de edad fueron definidos tomando como base la Ley de Protección Integral de la Niñez y
Adolescencia, la cual establece que niño o niña se considera de 0 a 13 años, adolescente de 14 a 18 años, y en
el caso de la juventud se adoptó el criterio de algunos organismos internacionales que contemplan a la
juventud entre los 19 y los 25 años.57
2. Algunos datos generales de cómo se ha manifestado la muerte violenta en
Guatemala en los últimos años
La muerte violenta se ha convertido en un flagelo que afecta a toda la población guatemalteca; es un problema
que adquiere carácter nacional y debe ser un esfuerzo de la sociedad y el Estado erradicarlo. No respeta edad,
género, origen étnico, nivel económico o área geográfica.
De acuerdo con datos de la PNC, “la tasa de homicidios se había reducido, de tasas superiores a 30 pcmh
(por cada cien mil habitantes) entre 1996 y 1998, a una tasa de 23.7 pcmh en 1999, pero luego se elevó a 25.2
en 2000, a 27.5 en 2001 y a 32.3 en 2002”.58 Pese a que vivimos una etapa post conflicto, la muerte violenta
de guatemaltecos y guatemaltecas muestra un incremento durante los últimos años. La inseguridad ciudadana
y el irrespeto a los derechos humanos tienen un alto costo en vida humanas para Guatemala; un 97%59 de los
casos queda en la impunidad, tan sólo el 3% se investiga hasta llegar a un castigo. Se habla, según estos datos,
de 12,42260 personas que han muerto en forma violenta durante los últimos tres años y los primeros siete
meses de 2003.
Durante el 2003, la muerte violenta de mujeres incrementó de forma alarmante, y llaman la atención debido a
la forma en que se han dado: señales de tortura, vejámenes, violación, tiro de gracia, extracción o mutilación
de órganos. Según los registros de la PNC, fueron asesinadas 115 mujeres durante los primeros ocho meses
de ese año.
Los rangos de edad aquí establecidos serán generales para esta clasificación a lo largo del presente capítulo.
SNU. Op. cit., 2003. p. 5.
59 Prensa Libre, Guatemala, 24 de agosto de 2003. p. 2.
60 Ibid.
57
58
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
57
Cuadro No. 9
Muertes violentas según causa y tasa de homicidios*
1997-2002
Muertes violentas
Arma de fuego
Arma blanca
Arma contundente
Artefacto explosivo
Estrangulaciones
Linchamientos
Total
Homicidios
Total homicidios
Tasa de homicidios
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2,806
833
241
72
36
3,988
2,392
646
158
19
67
28
3,310
1,837
604
124
20
43
31
2,659
2,109
555
159
6
38
31
2,898
2,419
547
174
10
59
21
3,230
2,796
565
233
4
71
20
3,689
3,952
37.6
3,282
304
2,628
23.7
2,867
25.2
3,209
27.5
3,631
30.3
Fuente: Sistema de las Naciones Unidas en Guatemala, Informe de Desarrollo Humano 2003, Guatemala: una agenda para el
desarrollo humano. Guatemala: PNUD, ASDI, Fundación NORAD, Fundación Soros, 2003.
* Número y tasa por 100,000 habitantes
En el cuadro anterior se puede ver la tendencia creciente de las muertes violentas durante los últimos tres
años, lo cual significa que los planes y políticas de gobierno no han tenido el impacto para prevenirlas, pese a
que fue uno de los ofrecimientos centrales del gobierno anterior. Para el año 2002, según datos de la PNC, al
15 de agosto el número llegaba a 2,577; durante los meses de julio a octubre de 2003 se percibió un
incremento, lo cual se sumó a la inestabilidad que generaron las elecciones nacionales. MINUGUA planteó
que la situación de las muertes violentas se torna compleja pues entre las que han ocurrido se mezclan los
intereses de la delincuencia común y organizada, así como los atentados y muertes por causas políticas.
Aproximadamente 75% de las muertes se comete con arma de fuego, como consecuencia de la proliferación
de éstas y la ampliación de un mercado negro; se habla de 1,500,000 armas en manos de particulares, de las
cuales sólo 250,000 están registradas. Además, diferentes grupos, entre éstos las maras, han logrado de
manera empírica crear sus propios talleres de fabricación. El 15% de las muertes se comete con arma blanca,
el restante 10% con armas contundentes, golpes, agresión y estrangulamiento.
Como parte de la agenda establecida en los Acuerdos de Paz, se contempló el fortalecimiento de la seguridad
ciudadana civil, concediéndole recursos al Ministerio de Gobernación y la PNC para mejorar su capacidad
instalada y técnica, sin embargo, según la distribución presupuestaria para el 2003, los recursos para el
Ministerio de Gobernación se redujeron mientras que los recursos para el ejército se incrementaron, bajo el
argumento de que según la Constitución Política, éste tiene también la responsabilidad de la seguridad interna
en contraposición al planteamiento de que debe dedicarse a la defensa de la integridad del territorio y la
soberanía nacional.
Los departamentos con mayor tasa de homicidios por cada cien mil habitantes (thcmh) en 1999 son Petén,
Jutiapa, Santa Rosa, Izabal y Zacapa, sin embargo, la mayor cantidad de muertes violentas ocurren en la
capital y sus municipios, por la concentración de habitantes y, por ende, de la delincuencia, las maras y las
bandas criminales.
58
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
3. Análisis de la información hemerográfica y de las estadísticas procesadas
Las estadísticas obtenidas reflejan lo dramático e inhumano que se torna la muerte violenta de niños,
adolescentes y la jóvenes. En el Cuadro No. 11 se detallan los datos recopilados en la investigación
hemerográfica, los cuales se presentan por tipo de muerte y por mes. El total de casos encontrados fue de
34961 muertes violentas de personas entre los cero y los 25 años, de julio de 2002 a agosto de 2003.
Según este Cuadro y la Gráfica No. 1, se puede analizar como se manifiestan las muertes violentas según la
tipología establecida en el Cuadro No. 8:
•
La mayoría de muertes violentas son las que se dan como consecuencia de la delincuencia, o sea, por la
realización de un hecho delictivo que, acompañado de un proceso de violencia, culmina en un asesinato.
Están directamente vinculados con delitos contra el patrimonio, es decir, son de carácter económico, los
robos son el delito primario y el asesinato la consecuencia. Esto no quiere decir que el asesinato sea el
delito menor, ya que la mentalidad delincuencial en términos generales está preparada para matar
violentamente. Un 28.5% (102 casos) del total de muertes contra la niñez, adolescencia y juventud tiene
como origen la delincuencia. El derecho a la vida no importa, prevalece el interés económico en la
mentalidad delincuencial, a tal grado que por un teléfono celular o una cartera el delincuente le quita la
vida a su víctima. La delincuencia común y la organizada (esta última en la mayoría de los casos
relacionada con grupos dentro del Estado) mantienen en zozobra a la población, de ahí que una de las
principales exigencias sea la seguridad ciudadana así como la pronta aplicación de la justicia. Esto lleva a
que la población en general esté de acuerdo con la pena de muerte, pues piensan que con la aplicación de
una política de mano dura y castigo ejemplar, los niveles de delincuencia se reducen automáticamente.
Esta misma situación lleva a la colectividad a avalar o a realizar linchamientos como una forma de castigo,
aunque el linchamiento sea en sí mismo otro delito que puede llegar a provocar una muerte violenta. Las
organizaciones criminales con mayor poder económico como el narcotráfico, secuestro, robo de carros,
de bancos, etc., también son causantes de este tipo de muertes, diferenciándose de las de la delincuencia
común por el armamento y la logística utilizados.
La mayor cantidad de muertes violentas (67%) ocurre entre los jóvenes, un 24% son cometidas contra
adolescentes, y un 9% contra niños y niñas.
•
En segundo lugar aparecen las muertes violentas cometidas por maras, con un 27.4% (98 casos), las
cuales se dan en el marco de hechos delictivos contra el patrimonio, principalmente robos a transeúntes o
en buses, actividades que realiza la mara como parte de su subsistencia económica. Además, se presenta
una serie de muertes cometidas por venganza contra alguna persona o joven del mismo barrio o colonia,
o de mujeres que no aceptaron un noviazgo con alguno de los miembros de la mara. También, se
presentan algunos casos que fueron resultado de acciones de integrantes de las maras en actividades
sociales como fiestas o en discotecas. Se registran muertes a golpes y dos muertes de mujeres con
violación.
La generalidad de este tipo de muerte violenta se realiza con arma de fuego asesinando a las víctimas con
uno hasta tres tiros. No se manifiestan vejámenes adicionales en las víctimas.
La PNC identificó 434 maras en todo el país, con una participación de 7,987 adolescentes y jóvenes, las
cuales se distribuyen en diferentes departamentos, la mayor concentración de éstas se da en el
departamento de Guatemala, principalmente en zona las 5, 6, 7, 11, 12, 17, 18 y 19 de la capital, y en los
Según el Cuadro No. 11 en total son 358 casos, pero existen nueve que a la vez de cometerse contra algún sector
específico, tenían características extrajudiciales o fueron muertes cometidas por maras.
61
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
59
municipios de Villa Nueva, Mixco, Amatitlán, Villa Canales y San Juan Sacatepéquez. En los
departamentos del interior del país se manifiesta una extensión e incremento del fenómeno de las maras.
En el siguiente cuadro se puede apreciar, según la PNC, el crecimiento de las maras en los últimos años,
así como las áreas con mayor presencia.
Cuadro No. 10
Crecimiento de las maras por año y áreas con mayor presencia
Cantidad de maras e integrantes
Maras identificadas
Integrantes
16
43
14
33
13
12
15
31
41
32
24
21
2000
104
2,559
Área con presencia
Comisaría (No.)
Mixco y San Juan Sacatepéquez
Huehuetenango
Zonas 7, 11 y 12
Suchitepéquez
Zonas 5 y 17
Zonas 6 y 18
Villa Nueva, Villa Canales y Amatitlán
Escuintla
Quetzaltenango
Santa Rosa
Zacapa
Jutiapa
2001
309
6,165
Cantidad de
maras
39
35
19
40
19
16
18
28
43
3
3
3
2002
434
7,987
Cantidad de
integrantes
1,505
906
783
535
496
401
346
302
289
75
44
21
Fuente: Prensa Libre, Guatemala, 29 de agosto de 2003.
Pese a que la PNC ha proporcionado dicha información, el PNUD62 plantea la existencia de 90 maras y
10,000 integrantes sólo en la capital.
Las propuestas de solución de este problema tiene dos puntos de vista. Uno, el de aplicar mano dura con
sus integrantes, desde el impulso de una política de limpieza social hasta la promulgación de una ley
represiva contra éstas para desarticularlas, el cual es impulsado por algunos partidos políticos y
funcionarios de gobierno, y es aceptado por la población; y dos, la necesidad de impulsar una política de
prevención de la delincuencia adolescente y juvenil atacando las causas económicas, sociales, políticas y
culturales que la originan, para lo cual la sociedad civil organizada ha presentado propuestas al gobierno
de la República, específicamente al Ministerio de Gobernación y la PNC. Sin embargo, hay expresiones
sociales que plantean el exterminio de mareros y mareras a través de la muerte violenta. Las maras que
operan y que se extienden por todo el país son la MS y la 18 ST, las cuales trascienden o conforman redes
a nivel centroamericano y están conectadas con las pandillas originarias en los Estados Unidos de
América.
Del total de muertes cometidas por maras, 43% se ha dado contra jóvenes, 48% contra adolescentes, y
9% contra niños y niñas.
62
SNU. Op. cit., 2000.
60
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
•
En tercer lugar se encuentran las muertes violentas con características extrajudiciales y/o limpieza social,
con 16.5% (59 casos) del total cometido durante los 14 meses investigados. Este tipo de muerte presenta
las siguientes características:
a. Tiro de gracia en la cabeza.
b. Señales de tortura y mutilación.
c. Atadura de manos y pies.
d. Golpes contundentes en el cuerpo.
e. Aparecen en costales, en bolsas, o con un trapo o una bolsa en la cabeza.
f. Aparecen en lugares inhóspitos como barrancos o lugares fuera de la ciudad.
g. Algunos casos muestran evidencia de violación.
h. Son pocos los casos en los que la muerte se comete con cuchillo, sin embargo, se evidencia
experiencia en la forma de cometer el asesinato.
Son cometidas por grupos clandestinos que poseen algún tipo de vinculación con estructuras del Estado
y funcionarios del mismo, o por grupos delincuenciales organizados como narcotraficantes,
secuestradores, bandas de robo. Se espera que la Comisión de Investigación de los Cuerpos Ilegales y
Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS), pueda dar datos e información sobre dichos grupos.
En su mayoría se ejecutan con arma de fuego, sin embargo, se evidencian daños físicos previos en los
cuerpos de las víctimas.
Un 55% de muertes extrajudiciales son cometidas contra jóvenes, un 39% contra adolescentes, y un 6%
contra niños y niñas.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
61
Cuadro No. 11
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Julio de 2002 a agosto de 2003
Tipo de muerte
Muerte cometida por mara
Muerte con características
extrajudiciales y limpieza social
Muerte a mareros/as
Muerte por retirarse de la mara
Muerte entre maras
Muerte a niñez y juventud de la
calle
Muerte por linchamiento
Muerte a homosexuales
Muerte por negligencia
Muerte con violación y excesiva
violencia
muerte por delincuencia
Totales
2002
Sep Oct
10
4
Jul
9
Ago
3
6
4
2
3
0
1
0
0
2
1
2003
Abr May
10
8
Total
%
98
27.4
3
59
16.5
1
1
1
0
0
0
10
7
17
2.79
1.96
4.75
0
0
0
6
1.68
0
1
0
1
0
0
1
1
1
0
0
1
7
4
31
1.96
1.12
8.66
1
10
0
2
1
17
4.75
8
25
5
29
8
23
9
22
5
18
102
358
28.5
100
Nov
2
Dic
4
Ene
7
Feb
4
Mar
15
Jun
14
Jul
0
Ago
8
3
10
7
5
7
1
4
2
0
5
1
0
1
1
0
2
0
1
2
4
1
2
0
1
2
0
3
1
0
0
1
0
0
1
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
2
0
1
0
0
2
1
0
1
3
1
0
0
0
5
1
0
6
0
0
5
0
0
5
0
0
4
0
0
1
0
1
1
0
0
1
0
1
1
0
0
0
0
0
1
5
27
5
19
6
26
11
28
3
23
12
37
8
27
7
24
10
30
Fuente: Elaboración propia con base en investigación hemerográfica en Nuestro Diario.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
63
Gráfica No. 1
Muertes violentas de niñez adolescencia y juventud
por tipo de delito
120
100
102
98
80
59
60
40
31
20
17
10
7
c
d
17
6
7
4
f
g
h
0
a
b
a
b
c
d
e
f
g
h
i
j
k
•
e
i
j
k
Muerte cometida por mara
Muerte con características extrajudiciales y limpieza social
Muerte a mareros/as
Muerte por retirarse de la mara
Muerte a marero por marero
Muerte a niñez y juventud de la calle
Muerte por linchamiento
Muerte a homosexuales
Muerte por negligencia
Muerte con violación y excesiva violencia
Muerte por delincuencia
En cuarto lugar se encuentran las muertes por negligencia o accidente, con 8.66% (31 casos), las cuales se
manifiestan en hechos de negligencia, descuido, omisión y falta de prevención, algunas de éstas cometidas
por conducir en estado de ebriedad, siendo los principales hechos que las causan los siguientes:
a. Descuido en la atención de niños y niñas al no seguir ciertas normas de cuidado y protección, como
soltarles de la mano, ahogamientos, quemaduras.
b. Arrollados por vehículos, accidentes en los que, en la mayoría de casos, los pilotos conducían en
estado de ebriedad.
c. Fenómenos naturales que provocan la muerte, principalmente soterramientos y derrumbes.
d. Manejo de armas en casas donde viven niños y niñas.
e. Mordidas provocadas por animales, principalmente perros pitbull.
f. Maltrato físico por parte de padres y madres.
Este tipo de muertes demuestra la falta de conocimientos para atender y cuidar a niños y niñas, y las
escasas políticas de prevención de desastres, accidentes y legislación para regular la tenencia de armas y de
perros de alta peligrosidad.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
63
El 90% de muertes por negligencia o accidentes ocurrieron entre niños y niñas, 3% entre adolescentes, y
13% entre jóvenes.
•
En quinto lugar se encuentran las muertes con violación y excesiva violencia contra niñas y mujeres
adolescentes y jóvenes, con 4.5% (17 casos). Estas muertes se incrementaron de forma alarmante durante
los meses de mayo a septiembre de 2003, lo que ha provocado una reacción de las organizaciones de
mujeres en particular y de la sociedad en general, a través de campañas contra este tipo de hechos. La
vulnerabilidad social de las mujeres se pone de manifiesto ya sea porque éstas no tengan las condiciones
adecuadas de seguridad, la cual debería proporcionársela el Estado, o por que son afectadas por alguno de
los problemas sociales como las maras, la prostitución, el narcotráfico, o niñez y adolescencia de la calle.
En su mayoría son cometidas por personas que pertenecen a bandas delincuenciales organizadas o a
alguno de los aparatos clandestinos que existen en Guatemala. Sin duda alguna, quienes las realizan
presentan un comportamiento psicópata en el que la violencia es parte de éste. A través de la violación se
identifica una mentalidad machista y patriarcal y, a su vez, una connotación de poder y opresión hacia la
mujer.
Este tipo de muertes son de las más violentas encontradas en la investigación, y presentan las siguientes
características:
a. Muerte cometida con cuchillo, con heridas varias; hay evidencias de aplicación de fuerza excesiva a
través de golpes durante la violación.
b. Muerte cometida con arma de fuego y durante la violación hay evidencias de aplicación de fuerza
excesiva a través de golpes.
c. Violación con señales de maltrato físico, acuchillamiento, que culminan con degollamiento.
d. Violación y muerte ocasionada por golpes, acuchillamiento y arma de fuego.
e. Muerte con mutilación de órganos.
f. Golpes y estrangulamiento.
Este tipo de hechos ha llamado la atención de la opinión pública nacional e internacional, hablándose de
que ésta son realizadas por sectas satánicas y maras; sin embargo, hay evidencias de que quienes cometen
este tipo de hechos tienen experiencia en dar muerte con cuchillo, mutilar órganos, hacer cortes en
músculos y órganos, con el agregado de la violación sexual, lo cual evidencia una mentalidad psicópata
con trastornos mentales y psicológicos, además de cierto profesionalismo en su realización.
Del total de muertes violentas de este tipo, 53% se cometió contra mujeres jóvenes, 41% contra mujeres
adolescentes, y 6% contra niñas.
•
En sexto lugar se ubican las muertes violentas entre maras, con un 4.5% (17 casos) del total de muertes
cometidas durante los 14 meses. Se manifiestan por conflictos entre maras, y en algunos casos al interior
de éstas. Pueden ser conflictos territoriales, económicos, sentimentales, delincuenciales y de poder; la
venganza es otra causa de dichas muertes. Este tipo de muerte se comete principalmente con arma de
fuego (en algunos casos el disparo se da en la cabeza), algunas son cometidas con cuchillo, machete, o a
golpes utilizando bates o palos. Provocan que la confrontación entre maras se incremente, pues el deseo
de venganza crece, y en ciertos hechos han matado a personas y jóvenes sin relación alguna con la pugna
que se encuentran en el lugar donde suceden las muertes.
El 58% de este tipo de muertes se comete contra jóvenes, y el 42% contra adolescentes; no se reportan
muertes violentas de niños y niñas menores de 13 años.
64
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
•
En séptimo lugar se encuentran las muertes violentas de mareros o mareras, con un 2.79% (diez casos).
Este tipo de muerte se da contra adolescentes y jóvenes que pertenecen a alguna mara, como venganza
por haber cometido algún hecho delictivo contra otra persona, o durante el mismo acto. Además, al ser
considerado de alta peligrosidad, algunos elementos de los cuerpos de seguridad proceden a darle muerte,
justificando su acción en el clamor social de justicia y castigo; de igual forma, cuando el marero o la
marera ya no sirve a los intereses de ciertas bandas criminales organizadas proceden a su eliminación bajo
el argumento de traición o abandono.
Este tipo de muerte se da normalmente con arma de fuego, en algunos casos con tiro de gracia o con tiro
en la cabeza, y otros a golpes.
El 60% de éstas se da contra adolescentes y el 40% contra jóvenes.
•
En octavo lugar se encuentran las muertes violentas por retirarse de la mara, con 1.96% (siete casos). Son
el resultado de la rehabilitación y reinserción que muchos y muchas jóvenes buscan después de haber
vivido procesos de violencia y delincuencia. Normalmente se dan sobre la base de los códigos y
compromisos de sangre que se hacen al momento de integrarse a la mara, o por obstaculizar los procesos
de rehabilitación que muchos y muchas encuentran en las organizaciones sociales, la iglesia y la
comunidad, ya que no conviene a los intereses delincuenciales, económicos y sociales de grupos
organizados del crimen. De igual forma, el acoso por parte de agentes de la PNC se mantiene, pese a los
indicios de su retiro de la mara.
Según datos proporcionados por Prensa Libre, se ha dado muerte violenta a 79 jóvenes en proceso de
rehabilitación en los últimos dos años. Los jóvenes que han sido asesinados habían dejado su vida
delictiva y tenían interés por reinsertarse al mercado laboral y al proceso educativo. Se “responsabiliza al
narcotráfico de estar detrás de estos crímenes, ya que los adolescentes en rehabilitación ya no permitían el
ingreso de droga en el sector en que vivían, o se negaban a cometer delitos financiados por el crimen
organizado.”63
Antes de matarlos, las víctimas normalmente sufren algún tipo de persecución policial y extorsión,
intimidándolos y amenazándolos.
La mara posee códigos de solidaridad grupal en los cuales se hace un pacto de sangre para que todo el
accionar y hasta la vida de quien se integra sea para defender a la mara y a sus integrantes, e impide que
quienes encuentran un camino diferente para su sobrevivencia y desarrollo puedan abandonarla.
Este tipo de hechos violentos se comete normalmente con arma de fuego. El 85.71% se da entre jóvenes,
entre los 19 y los 25 años, edad en la que comienzan a tener una perspectiva de la vida diferente a la de la
adolescencia, ya que se unen, tienen hijos e hijas, y comienzan a tener responsabilidades ante la sociedad y
su familia, por lo tanto, la alternativa de retirarse de la mara se comienza a plantear en este rango de edad;
el 14.29% se da entre adolescentes.
•
63
En noveno lugar se encuentran las muertes por linchamiento, con 1.96% (siete casos) del total de muertes
violentas investigadas, como respuesta a la falta de seguridad existente en el país y de efectividad de la
PNC, el Ministerio Público y de los juzgados correspondientes. La violencia colectiva, herencia del
conflicto armado interno y la manipulación de que es objeto la comunidad por ex comisionados militares,
ex PAC o personas que estuvieron vinculadas al ejército, son la sustentación ideológica y mental de este
tipo de hechos.
Prensa Libre. Guatemala, 27 de septiembre de 2003. p. 8.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
65
MINUGUA reportó un total de 57 casos de linchamientos contra 139 personas entre julio de 2001 y
junio de 2002, resultando 21 en muertes violentas. La mayoría de estos casos ocurrieron en zonas donde
la guerra interna tuvo una mayor intensidad. Con el Cuadro No. 9 podemos darnos una idea de cómo
estos hechos violentos han evolucionado desde 1997 y se mantienen como una constante en el
comportamiento de las comunidades, generalizándose y extendiéndose.
Es un proceso que va desde la captura de los o las que cometieron el hecho delictivo, su enjuiciamiento
público, la imposición de la pena por la turba a través de golpes con palos, piedras, puñetazos, patadas,
llegando por lo general a quemarlos vivos. Este tipo de muertes, aunque según quienes las cometen o
impulsan es por hacer justicia, se convierten en otro delito igual o más grave que el que cometieron los
delincuentes, y es el asesinato. Con éste se violenta el Estado de Derecho y no se respeta el derecho que
tiene cualquier persona a un juicio y defensa justa y al de presunción de inocencia.
Un 85.71% de este tipo de delitos de comete contra jóvenes y un 14.29% contra adolescentes.
•
En décimo lugar se encuentra las muertes violentas de niños y jóvenes de la calle, con 1.68% (seis casos).
Tienen carácter histórico dentro de las “limpieza social” que se impulsaba como parte de la política de
seguridad y estabilidad nacional durante los regímenes militares. En la actualidad, aún se cometen por
grupos clandestinos dentro de las fuerzas de seguridad civil, por los agentes de la PNC y por grupos de
particulares que se organizan para eliminar, según ellos, este problema. Normalmente, se realizan con
muestras de violencia excesiva, existiendo en varios de los casos señales de vejámenes corporales, tortura
y tiro de gracia.
Casa Alianza Guatemala, una de las organizaciones que trabaja con niñez y juventud de la calle, ha dado
seguimiento a este tipo de muertes violentas. Según esta institución, hasta 1997 se habían acumulado en
los tribunales 365 casos pendientes contra personas y agentes que provocaron algún tipo de daño
violento a este sector poblacional.
Casa Alianza observó en sus estadísticas de 1997 que el número de agentes policiales involucrado en
actos de violencia contra niños y niñas de la calle descendió a seis, siendo este descenso, según
declaraciones de Bruce Harris, director de la institución, “una diferencia significativa y positiva si
comparamos esta cifra con las del período de 1992 a 1994, en el que cerca de 50 policías al año estaban
involucrados en la tortura y asesinato de niños y niñas de la calle.”
Uno de los casos históricos de consecuencias legales a nivel internacional fue el de Nahaman Carmona
López, niño de 13 años asesinado por cuatro policías uniformados en 1990, quienes fueron condenados a
doce años de cárcel. Sin embargo, la justicia en este tipo de casos es totalmente lenta, y no hay una
respuesta efectiva ante las innumerables demandas de abusos contra la niñez y juventud de la calle.
Gracias al esfuerzo de Casa Alianza y otros sectores sociales, este tipo de muertes ha disminuido, sin
embargo, el acoso a este sector se manifiesta en hechos represivos cometidos contra niños, niñas,
adolescentes y jóvenes de la calle.
De este tipo de muertes violentas, 33% se cometió contra niños y niñas, 33% contra adolescentes, y 33%
contra jóvenes.
•
66
En último lugar tenemos las muertes violentas cometidas contra homosexuales y/o travestís, con un
1.12% (cuatro casos). Éstas se enmarcan dentro de la discriminación a la diversidad sexual y homofobia
existentes en la sociedad guatemalteca, pero sobre todo a la sistemática violación de los derechos
humanos. Presentan muestras de violencia y normalmente se cometen con arma de fuego. Este grupo
humano ha logrado alcanzar niveles organizativos importantes, por lo que, en la actualidad, estos hechos
tienen la tendencia a disminuir. Históricamente este sector ha sido objeto de muertes violentas, uno de
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
los casos que causó conmoción en la sociedad guatemalteca fue el de María Conchita, cuyo verdadero
nombre era Luis Palencia, gay que se dedicaba a prestar servicios sexuales como travestí, quien fue
asesinado el 4 de octubre de 1997 por tres desconocidos que lo atacaron con arma de fuego. Maria
Conchita se dedicó a organizar y trabajar en campañas de prevención del VIH/SIDA y a organizar a esta
minoría sexual, participando activamente en la Organización de Apoyo a una Sexualidad Integral Frente
al SIDA (OASIS).
La prestación de servicios sexuales en la calle coloca a este grupo en condiciones de vulnerabilidad, al no
contar con ningún tipo de protección, y pueden ser objeto de acciones represivas de homofóbicos o
grupos clandestinos de seguridad.
Este tipo de muerte violenta se cometió en su totalidad contra jóvenes de 19 a 25 años.
Gráfica No. 2
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Total de casos por mes
40
37
35
30
27
25
26
28
27
23
30
29
25
24
23
19
20
22
18
15
10
5
2002
Ago
Jul
Jun
May
Abr
Mar
Feb
Ene
Dic
Nov
Oct
Sep
Ago
Jul
0
2003
En la Gráfica No. 2 se puede apreciar el comportamiento mensual de las muertes violentas de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes. Los meses con mayor número de muertes violentas son octubre, diciembre, enero,
marzo y mayo, llegando al máximo en el mes de diciembre, con 37 casos, lo cual puede relacionarse con que
el índice delincuencial tiende a crecer en esta época. El mes con el menor número de casos tanto en el 2002
como en el 2003 es agosto, reportándose 19 y 18 casos respectivamente. En la Gráfica se visualiza una
disminución que empieza en mayo de 2003, sin embargo, el tipo de muertes ocurridas hasta agosto de 2003
son de las más violentas registradas en los últimos años. Esta disminución puede tener varias causas, sin
embargo, es muy complejo establecer específicamente el por qué de dicha tendencia. Sin embargo, se puede
decir que la presión social y política existente en el marco de las elecciones pudo haber sido un elemento
condicionador.
En el Cuadro No. 12 y las Gráficas No. 3, 4 y 5, se establece que la mayor cantidad de muertes violentas se
cometió contra jóvenes (50% del total de casos), seguido de la muerte de adolescentes (34%) y la muerte de
niños y niñas (16%). Además, se puede establecer por rango edad la cantidad de muertes cometidas
mensualmente de julio de 2002 a agosto de 2003.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
67
Cuadro No. 12
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
por rango de edad
Año
Mes
0 a 13
años
3
4
6
8
3
7
5
4
5
2
5
1
1
2
56
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Totales
2002
2003
14 a 18
años
9
2
7
11
8
12
7
6
5
13
12
9
6
11
118
19 a 25
años
15
3
13
9
12
18
15
14
20
9
12
13
15
5
173
Fuente: elaboración propia con base en investigación hemerográfica en
Nuestro Diario.
Gráfica No. 3
Muerte violenta de niñez por mes
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
8
7
6
5
4
3
5
5
4
3
2
2
1
1
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago
68
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Gráfica No. 4
Muerte violenta de adolescencia
14
11
12
9
10
7
6
4
12
11
9
8
7
8
13
12
6
6
5
2
2
0
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago
Gráfica No. 5
Muerte violenta de juventud
25
20
20
15
18
15
15
13
5
12
9
10
15
14
12
13
9
5
3
Ju
l
Ag
o
D
ic
En
e
Fe
b
M
ar
Ab
r
M
ay
Ju
n
Se
p
O
ct
N
ov
Ju
l
Ag
o
0
El Cuadro No. 13 establece las muertes por rango de edad y por mes, así como los totales correspondientes.
En la Gráfica No. 6 se puede observar que el 43% de las muertes de mujeres sucedieron entre jóvenes, un
34% fueron cometidas contra mujeres adolescentes, y 23% contra niñas.
En la Gráfica No. 7 se aprecia que 23.5% del total de muertes violentas cometidas de julio de 2002 a agosto
de 2003 fueron contra mujeres de 0 a 25 años, y 76.5% fueron cometidas contra hombres, lo cual se explica a
partir de que las mujeres en su mayoría son víctimas de hechos violentos o delincuenciales no victimarias, y
que la violencia de ejerce más de los hombres hacia las mujeres. Es entre el género masculino que se violan
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
69
más los derechos humanos y se cometen muertes violentas, consecuencia del machismo existente, y la mayor
participación de hombres en los procesos delincuenciales y de violación de los derechos humanos.
En las Gráficas No. 8, 9 y 10 se establece el comportamiento mensual de las muertes de mujeres por cantidad
absoluta y por rango de edad.
Gráfica No. 6
Muerte violenta de mujeres por total de casos
19 a 25 años
43%
0 a 13 años
22%
14 a 18 años
35%
Grafica No. 7
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Según sexo
86
280
Hombres 76.5%
70
Mujeres 23.5%
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Gráfica No. 8
Muerte violenta de niñas
Por total de casos
3.5
3
3
3
3
3
2.5
2
1.5
1
1
1
1
0.5
1
1
1
0
0
1
0
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
0
Jul Ago
Gráfica No. 9
Muerte violenta de mujeres adolescentes
Por total de casos
4.5
4
3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
4
3
2
1
3
3
3
2
3
2
1
1
1
1
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
Jul Ago
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
71
Gráfica No. 10
Muerte violenta de mujeres jóvenes
Por total de casos
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
8
6
3
3
3
3
3
3
2
1
1
0
1
0
Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun
Jul Ago
Cuadro No. 13
Muerte violenta de mujeres: niñas, adolescentes y jóvenes
Por rango de edad y mes
Año
2002
2003
Mes
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Total
0 a 13
años
1
3
3
3
1
3
1
0
1
1
1
0
0
1
19
14 a 18
años
1
2
3
3
3
2
1
1
1
1
3
4
2
3
30
19 a 25
años
3
3
3
3
1
3
0
2
1
0
8
6
3
1
37
Total por
mes
5
8
9
9
5
8
2
3
3
2
12
10
5
5
86
Fuente: Elaboración propia con base en investigación hemerográfica en Nuestro Diario.
En el Cuadro No. 14 y en las Gráficas No. 11 y 12 se establece por departamento cómo se dieron las muertes
violentas en el período establecido para la investigación. Guatemala es el departamento con mayor número de
muertes, con un 69%; le sigue Escuintla, con un 7%; Petén, con un 3%, y en similares condiciones
72
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Chimaltenango y Quetzaltenango. El resto de departamentos se encuentran por debajo del 2%. La
concentración de las muertes violentas en Guatemala obedece a la concentración de las bandas
delincuenciales, las maras y los grupos clandestinos en el departamento, consecuencia de que en él se agrupa
aproximadamente el 22% de toda de la población del país, pero además, es en este departamento donde se
concentran los recursos y la logística para poder cometer hechos violentos y delictivos.
Cuadro No. 14
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
por departamento
Total
por
J 02 A 02 S 02 O 02 N 02 D 02 E 03 F 03 M 03 A 03 M 03 J 03 J 03 A 03 depto.
Guatemala
17 14 14 18
13 22 21 20 21
21
18 15 16 10
240
Escuintla
0
4
3
3
3
3
1
1
0
1
4
1
0
1
25
Chimaltenango
1
0
1
1
1
3
0
0
1
1
2
1
1
0
13
Petén
3
0
2
0
0
2
1
0
0
1
1
1
1
0
12
Quetzaltenango 0
0
0
1
1
0
2
0
4
0
0
0
1
1
10
San Marcos
1
1
3
1
0
1
0
0
0
0
0
0
0
1
8
Jalapa
0
1
1
1
1
1
2
0
0
0
0
0
0
7
Suchitepéquez
0
0
0
0
0
0
1
1
1
0
0
1
0
2
6
Alta Verapaz
1
0
1
2
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
4
Totonicapán
0
1
0
0
0
1
0
0
0
0
0
2
0
0
4
Sacatepéquez
0
0
0
0
2
0
0
0
0
0
0
0
0
2
4
Jutiapa
1
1
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
0
0
3
Chiquimula
0
0
0
0
0
1
0
0
1
0
0
1
0
0
3
Quiché
0
1
0
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
0
2
Sololá
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
2
Retalhuleu
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
1
2
Santa Rosa
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
1
0
0
0
2
Huehetenango
0
0
0
1
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
Zacapa
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
1
0
1
Total mes
24 23 26 28
21
34 27 24 29
24
27 23 21 18
349
Departo.
Mes
Fuente: Elaboración propia con base en investigación hemerográfica en Nuestro Diario.
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
73
Gráfica No. 11
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Por departamento
300
250
200
150
100
50
0
240
13
12
10
Q
ue
tz
alt
en
an
go
Ch
im
alt
en
an
go
Es
cu
in
tla
G
ua
tem
ala
25
Gráfica No. 12
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud por departamento
8
7
6
4
3
2
2
1
1
Zacapa
2
Huehetenango
Quiché
Chiquimula
Jutiapa
Sacatepequez
Totonicapán
Alta Verapaz
Suchitepequez
Jalapa
2
Santa Rosa
3
Retalhuleu
4
Sololá
4
San Marcos
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
En la Gráfica No. 13 se establecen los porcentajes y cantidades absolutas de muertes cometidas según el tipo
de arma. La proliferación de armas de fuego de todo tipo, de las cuales Prensa Libre plantea que hay un millón
y medio en manos de particulares, se suma a las causas de la muerte violenta de niñez, adolescencia y
juventud. El 73% de las muertes cometidas contra este segmento poblacional se realizan con arma de fuego;
12% se realizan con arma blanca, 7% son producto de accidentes o negligencia, 4% son muertes a golpes, y
2% son muertes por linchamiento.
74
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Gráfica No. 13
Muerte violenta de niñez, adolescencia y juventud
Según tipo de arma o hecho en que se dio
1
2
7
3
4
6
5
1
2
3
4
5
6
7
Muerte por arma de fuego
Muerte por arma blanca
Muerte por accidente
Muerte por golpes
Muerte por linchamiento
Muerte por estrangulamiento
Muerte causada por explosivos
4. Comportamiento de las muertes violentas durante los años 2000 y 2002
A partir de la información del Instituto Nacional de Estadística (INE) en los Cuadros No. 15 y 16, se puede
establecer una comparación de cómo las muertes violentas se han manifestado en Guatemala en el año 2000 y
el año 2003, además de un análisis específico de las muertes violentas del sector que se investiga.
Del 2000 al 2002 hubo un decremento en el total de muertes violentas del país, de 6,792 a 5,074
respectivamente; y en ambos años el total de muertes femeninas representó el 16%, lo cual se mantiene
cercano al 23.5% establecido en la investigación hemerográfica. Sin embargo, según el INE, de las muertes
cometidas contra la niñez y la adolescencia, el 32% es contra niñas y mujeres adolescentes para ambos años.
Del total de muertes reportadas, 15.75% fue cometido contra niños, niñas y adolescentes menores de 18 años
en el 2000, y 13.89% en el 2002, lo que estadísticamente denota un descenso mínimo, si bien los niveles de
violencia han aumentado según los datos obtenidos de la investigación hemerográfica.
En el 2000, del total de muertes a nivel nacional, 32.37% se realizó con arma de fuego, 8.73% con arma
blanca, y 56.65% por otro medio violento; en la misma consonancia, de las muertes de menores de 18 años a
nivel nacional, 19.35% se cometió con arma de fuego, 5.6% con arma blanca, y 71.53% con otro medio
violento. En el 2002, 37.15% del total de muertes a nivel nacional se realizó con arma de fuego, 8.69% con
arma blanca, y 52.22% por otro medio violento.
En comparación con el 2000, se manifiesta un incremento de las muertes cometidas con arma de fuego de
5% aproximadamente; con relación a las muertes violentas de menores de 18 años, 23.12% se realizó con
Análisis de los resultados de la investigación hemerográfica de muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud de 0 a 25 años
75
arma de fuego, 5.95% con arma blanca, y 68.36% por otro medio violento, lo cual denota un leve
crecimiento, con relación al 2002, de muertes con arma de fuego.
Sin embargo, con relación a las muertes a nivel nacional consideradas como homicidios, 76% se cometieron
con arma de fuego en el 2000, y 75.56% en el 2002. Casi con el mismo comportamiento, de las muertes
violentas de niñez y adolescencia (menores de 18 años) consideradas como homicidios a nivel nacional,
73.73% fueron efectuadas con arma de fuego en el 2000, y 72.22% en el 2002, dato que coincide con el
porcentaje obtenido con la investigación hemerográfica, que es del 73% para las edades de 0 a 25 años.
Es importante destacar que de las muertes violentas a nivel nacional catalogadas como homicidio, cometidas
con arma de fuego en el año 2002, 271 fueron contra menores de 19 años, 343 contra jóvenes de 20 a 24
años, y 264 contra de jóvenes de 25 a 29 años, de lo cual se desprende que el 44% de los homicidios fueron
cometidos contra niños y adolescentes, y 56% contra jóvenes. Estos datos coinciden de manera aproximada
con la investigación hemerográfica, según la cual, el 50% de las muertes cometidas en los 14 meses fueron
contra jóvenes de 19 a 25 años, 34% contra adolescentes de 14 a 18 años, y 16% contra niños y niñas de 0 a
13 años.
76
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Cuadro No. 15
Muertes violentas (totales) por edad y género,
Según departamento de ocurrencia, motivación de la muerte y causa, año 2000
Departamento de
ocurrencia, motivación de
la muerte y causa
Total Republica
1. Arma de fuego
2. Arma blanca
3. Otro medio violento
4. Medio ignorado
Homicidio
1. Arma de fuego
2. Arma blanca
3. Otro medio violento
4. Medio ignorado
Suicidio
1. Arma de fuego
2. Arma blanca
3. Otro medio violento
4. Medio ignorado
Accidente
1. Arma de fuego
2. Arma blanca
3. Otro medio violento
4. Medio ignorado
Causa ignorada
1. Arma de fuego
2. Arma blanca
3. Otro medio violento
4. Medio ignorado
Total
Total
6,792
2,199
593
3,848
152
2,167
1,647
410
42
68
181
21
1
157
2
229
17
13
198
1
4,215
514
169
3,451
81
Mas. Fem.
5,676 1,116
1,985 214
525
68
3,056 792
110
42
1,954 213
1,497 150
362
48
34
8
61
7
140
41
19
2
1
0
118
39
2
0
193
36
15
2
11
2
166
32
1
0
3,389 826
454
60
151
18
2,738 713
46
35
Menor de 18 años
Total
Mas. Fem.
1,070
717
353
209
182
27
60
49
11
766
467
299
35
19
16
198
166
32
146
128
18
36
28
8
10
5
5
6
5
1
24
12
12
0
0
0
0
0
0
23
11
12
1
1
0
52
39
13
1
1
0
2
2
0
49
36
13
0
0
0
796
500
296
62
53
9
22
19
3
684
415
269
28
13
15
Edad y sexo
De 18 a 39
De 40 a 64
Total Mas. Fem. Total Mas. Fem.
3,570 3,178 392
1,540 1,313 227
1,449 1,343 106
454
389
65
330
304
26
159
138
21
1,744 1,489 255
887
753
134
47
42
5
40
33
7
1,385 1,287 98
488
423
65
1,097 1,021 76
347
300
47
239
220
19
109
93
16
18
17
1
11
10
1
31
29
2
21
20
1
121
98
23
23
18
5
18
17
1
2
2
0
0
0
0
0
0
0
103
81
22
20
15
5
0
0
0
1
1
0
108
94
14
55
48
7
12
11
1
2
2
0
6
5
1
5
4
1
90
78
12
47
41
6
0
0
0
1
1
0
1,956 1,699 257
974
824
150
322
294
28
103
85
18
85
79
6
45
41
4
1,533 1,313 220
809
687
122
16
13
3
17
11
6
65 y más
Total Mas.
612
468
87
71
44
34
451
347
30
16
96
78
57
48
26
21
3
2
10
7
13
12
1
0
1
1
11
11
0
0
14
12
2
1
0
0
12
11
0
0
489
366
27
22
17
12
425
323
20
9
Fem.
144
16
10
104
14
18
9
5
1
3
1
1
0
0
0
2
1
0
1
0
123
5
5
102
11
Cuadro No. 16
Muertes violentas (totales) por edad y género
Según departamento de ocurrencia, motivación de la muerte y causa, año 2002
Edad y sexo
Total
Menor de 18 años
De 18 a 39
De 40 a 64
Departamento de
ocurrencia,
motivación
de la muerte y causa Total Mas. Fem. Total Mas. Fem.
Total República
5,074 4,253 821
705
478
227
1. Arma de fuego
1,885 1,71 175
163
129
34
2. Arma blanca
441
395
46
42
30
12
3. Otro medio violento 2,65 2,078 572
482
311
171
4. Medio ignorado
98
70
28
18
8
10
Homicidio
1,739 1,576 163
144
109
35
1. Arma de fuego
1,314 1,201 113
104
84
20
2. Arma blanca
346
310
36
31
21
10
3. Otro medio violento
31
22
9
7
2
5
4. Medio ignorado
48
43
5
2
2
0
Suicidio
201
147
54
23
14
9
1. Arma de fuego
18
17
1
2
1
1
2. Arma blanca
2
2
0
0
0
0
3. Otro medio violento 174
124
50
21
13
8
4. Medio ignorado
7
4
3
0
0
0
Accidente
180
144
36
44
33
11
1. Arma de fuego
13
11
2
1
1
0
2. Arma blanca
8
7
1
1
1
0
3. Otro medio violento 158
125
33
42
31
11
4. Medio ignorado
1
1
0
0
0
0
Causa ignorada
2,954 2,386 568
494
322
172
1. Arma de fuego
540
481
59
56
43
13
2. Arma blanca
85
76
9
10
8
2
3. Otro medio violento 2,287 1,807 480
412
265
147
4. Medio ignorado
42
22
20
16
6
10
Total
Mas.
2,686
1,224
235
1,191
36
1,082
864
184
15
19
110
9
1
96
4
67
8
5
53
1
1,427
343
45
1,027
12
2,336
1,137
215
959
25
999
803
170
11
15
80
9
1
68
2
57
6
4
46
1
1,200
319
40
834
7
65 y más
Fem. Total Mas. Fem.
350
87
20
232
11
83
61
14
4
4
30
0
0
28
2
10
2
1
7
0
227
24
5
193
5
1,245 1,085
428
382
125
117
669
564
23
22
432
396
303
274
102
95
8
8
19
19
44
35
4
4
0
0
39
30
1
1
47
38
4
4
1
1
42
33
0
0
722
616
117
100
22
21
580
493
3
2
160
46
8
105
1
36
29
7
0
0
9
0
0
9
0
9
0
0
9
0
106
17
1
87
1
Total
Mas.
Fem.
438
70
39
308
21
81
43
29
1
8
24
3
1
18
2
22
0
1
21
0
311
24
8
268
11
354
62
33
244
15
72
40
24
1
7
18
3
1
13
1
16
0
1
15
0
248
19
7
215
7
84
8
6
64
6
9
3
5
0
1
6
0
0
5
1
6
0
0
6
0
63
5
1
53
4
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes
violentas de la niñez, adolescencia y juventud
En este capítulo se presenta una serie de propuestas y recomendaciones para impulsar políticas, programas,
proyectos y acciones para la prevención de estas muertes, así como de la violencia en general. Corresponde al
Estado y el gobierno en turno la responsabilidad central de prevenirlas y el deber de hacer que se respete la
vida e integridad de las personas. Sin embargo, desde la concepción de la Ley de Protección Integral de la
Niñez y Adolescencia, también la familia, la sociedad y la comunidad son corresponsables de hacer los
esfuerzos necesarios para lograr el pleno respeto y vigencia de los derechos de la niñez y adolescencia, y de
manera general los derechos humanos de todas las personas, mujeres y hombres, indígenas y no indígenas, en
el marco de una sociedad democrática, multicultural, multilingüe y en paz.
1. Propuesta para la creación de una política pública de prevención de la
violencia y muertes violentas, y de prevención de la violación de los derechos
humanos
Las muertes violentas, como la expresión más profunda de la violencia y violación de los derechos humanos
en Guatemala, y específicamente de la niñez, adolescencia y juventud, se convierten en un problema social de
magnitudes inimaginables, tanto para el presente como para el futuro, que abarca a todos los sectores y
niveles de la población guatemalteca. Dicho problema se agrava por la inexistencia de un plan nacional de
seguridad y las escasas oportunidades de desarrollo económico y social, sumado a los procesos delincuenciales
a nivel nacional e internacional. En la actualidad, en las estructuras del Estado prevalece una visión reactiva y
punitiva ante las muertes violentas, visión tradicional herencia del enraizamiento del militarismo y de la
política de contrainsurgencia en las estructuras de seguridad ciudadana.
Dicha política de prevención, de acuerdo con las causas que originan las muertes violentas, puede definir dos
líneas de trabajo:
•
•
La prevención física
La prevención social y cultural
1.1. Prevención física de la violencia y de las muertes violentas
Una política de prevención física incluye todos aquellos programas que desde la capacidad física, técnica,
logística y de recursos humanos de las instituciones del Estado y, específicamente, las de seguridad civil (pero
sobre todo de la voluntad política del nuevo gobierno), se pongan en acción para contener y contraer
procesos violentos, delincuenciales o violaciones de los derechos humanos. La organización comunitaria
puede jugar un papel importante en este tipo de acciones.
Los programas de dicha política podrían ser:
•
•
•
Mejoramiento de la capacidad técnica y en materia de derechos humanos de los órganos de seguridad
civil, así como en relaciones humanas con la comunidad, la niñez, la adolescencia y la juventud.
Mejoramiento del patrullaje, operativos y presencia física de la Policía Nacional Civil (PNC), en horarios y
zonas donde, con base en un estudio, se considere que son de alta peligrosidad. Se debe incluir aquí un
programa de asistencia inmediata a denuncias preventivas.
Mejoramiento de la infraestructura y el ambiente que brinde condiciones de seguridad como: iluminación,
ornato, caminamientos, condiciones del transporte, y presencia policial preventiva.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
79
•
•
•
•
Mejoramiento de la infraestructura y logística policial para la prevención, por ejemplo, líneas telefónicas y
números especiales para emergencias, renovación y actualización del equipo de comunicación, renovación
y ampliación periódica de la flotilla de transporte para la PNC, y del armamento con objetivos
persuasivos, etc.
Mejoramiento de las condiciones de seguridad en la infraestructura de servicios básicos para la población:
escuelas, institutos, universidades, paradas de buses, centros de salud.
Educación sobre técnicas familiares y personales para prevenir hechos violentos y delictivos.
Reducción de armas en circulación y campaña contra su uso.
1.2. Prevención social y cultural de la violencia y muertes violentas
Este tipo de prevención está dirigido a la búsqueda de soluciones a las causas que las provocan, y tiene que
ver con todos los programas que desde las estructuras del Estado en coordinación con la organización social y
la comunidad, se impulsen para evitar que estos hechos sucedan.
En esta política se contemplan los siguientes programas:
•
•
•
•
•
•
Educación y cambio cultural en la población, y principalmente en la niñez, adolescencia y juventud,
dirigidos a incluir en la Reforma Educativa la enseñanza de los derechos humanos y la cultura de paz; el
impulso por todos los medios posibles de procesos educativos informales sobre las consecuencias de la
utilización de la violencia para resolver los problemas y los temas de derechos humanos, cultura y
convivencia pacífica, prevención del delito, cómo educar a hijos e hijas, prevención de la participación en
las maras, etc.
Integración y convivencia pacífica familiar dirigidas a fortalecer por todos los medios el seno familiar, con
el objeto de mejorar la atención de hijos e hijas, evitar y erradicar la violencia intrafamiliar como forma de
resolver los problemas, mejorar la comunicación entre padres, madres e hijos, fortalecer los valores y el
conocimiento sobre los derechos humanos. Para el efecto, se pueden crear en el marco de sistema
educativo y de las municipalidades, escuelas de padres y madres, y espacios de encuentro y convivencia
familiar.
Programa de recreación, deporte y cultura para la paz.
Programa de organización y participación adolescente y juvenil, alternativo a la mara y a otras expresiones
violentas y delincuenciales.
Mejoramiento y ampliación del acceso a la educación técnica laboral.
Promoción y generación de empleo para jóvenes.
1.3. Creación del Consejo Nacional de Prevención a la Violación de los Derechos Humanos,
la Violencia y la Delincuencia
Para impulsar una política de prevención de la violencia, muertes violentas y violación de los derechos
humanos, se hace necesario promover una serie de eventos de discusión que permitan delinear un plan de
prevención, con participación intersectorial sociedad civil-gobierno, con el objeto de contar con elementos
viables y reales para enfrentar el problema en sus aspectos inmediatos, y en los aspectos causales a mediano y
largo plazo.
Para impulsar los resultados de este proceso de discusión, se requiere de la creación de un Consejo Nacional
de Prevención a la Violación de los Derechos Humanos, la Violencia y la Delincuencia, el cual encaja con la
creación del Consejo de Seguridad Ciudadana planteado en el Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y
Función del Ejército en una Sociedad Democrática, como parte del fortalecimiento de los órganos de
seguridad pública y en el nuevo papel que debería jugar el Ministerio de Gobernación y la Policía Nacional
Civil, así como los órganos encargados de la investigación judicial y aplicación de la ley.
80
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Este Consejo Nacional de Prevención se concibe como un ente gubernamental permanente encargado de
impulsar, delinear y orientar el desarrollo y ejecución de la política pública de prevención de todos aquellos
hechos, fenómenos y problemas que representen violación de los derechos humanos, el cual estará integrado
por representantes del gobierno, ministerios y organizaciones de la sociedad civil interesadas.
Dicho Consejo podría estar integrado por:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
Ministerio de Gobernación
Policía Nacional Civil: Sub Dirección de Prevención del Delito, Sección de Menores, Unidad de
Prevención del Delito (UPREDE).
Ministerio de Educación
Ministerio de Cultura y Deportes
Ministerio de Trabajo
Comisión Nacional de la Niñez y Adolescencia
Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia
Ministerio Público
Organismo Judicial
Secretaría de Desarrollo Integral de la Juventud y Consejo Nacional de la Juventud
Organizaciones de la sociedad civil
Organizaciones empresariales interesadas en el tema: CACIF, cámaras, fundaciones, etc.
Organismos internacionales como observadores y acompañantes del proceso.
Medios de comunicación social
La integración del Consejo podría darse a través de un Acuerdo Gubernativo y posteriormente ratificarse en
una Ley específica en el Congreso de la República.
2. Los Consejos de Desarrollo como medio para la implementación de políticas
de prevención de la violencia y la delincuencia
En el marco de la nueva ley y estructura del sistema de Consejos de Desarrollo, cuyo objetivo es lograr la
participación de todos los pueblos en la elaboración y orientación de las políticas de desarrollo del país, se
abre un nuevo espacio de participación ciudadana y comunitaria, en el cual los planes aprobados tienen que
estar dirigidos en buena medida a la solución de las causas de la violencia y la delincuencia, así como de otros
problemas sociales, económicos, políticos y culturales.
Es impostergable que el Consejo Nacional de Desarrollo, los Consejos Regionales y los Consejos
Departamentales contemplen entre sus líneas de trabajo la prevención del delito, y que sus políticas tengan como
objetivos lograr que menos adolescentes y jóvenes, así como adultos, se involucren en acciones de violencia y
delincuencia, a partir de atender las causas que originan dicho fenómeno.
“El Sistema de Consejos de Desarrollo es el medio principal de participación de la población maya, xinca y
garífuna y la no indígena, en la gestión pública para llevar a cabo el proceso de planificación democrática del
desarrollo, tomando en cuenta principios de unidad nacional, multiétnica, pluricultural y multilingüe de la
nación guatemalteca.”64
Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, la Descentralización y la Participación Ciudadana. Recopilación de
Leyes, Guatemala: Litografía Mercagraf, 2002. p. 23.
64
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
81
Para impulsar esta política de prevención de la violencia y la delincuencia, es igualmente importante aquello
que los Consejos de Desarrollo Municipal y Comunitario puedan hacer sobre dicho tema; para el efecto, las
organizaciones juveniles y sociales de la localidad tienen el espacio para participar activamente en dicho
sistema y llevar sus propuestas comunitarias a discusión con las autoridades correspondientes.
Los Consejos Municipales de Desarrollo están integrados por:65
•
•
•
•
•
Alcalde municipal, quien lo coordina.
Los síndicos y concejales que determine la corporación municipal.
Los representantes de los Consejos Comunitarios de Desarrollo hasta un número de 20, designados por
los coordinadores de los Consejos Municipales.
Los representantes de entidades públicas con presencia en la localidad.
Los representantes de entidades civiles locales que sean convocados.
De igual forma, los Consejos Comunitarios de Desarrollo están integrados por:66
•
•
La asamblea comunitaria, integrada por los residentes de una misma comunidad.
El órgano de coordinación, integrado de acuerdo con sus propios principios, valores, normas y
procedimientos o, en forma supletoria, de acuerdo con los reglamentos municipales existentes.
Dicha integración permite que la comunidad y sus organizaciones puedan tener protagonismo en el desarrollo
de las funciones de los Consejos, llevando a la mesa de discusión los principales problemas y necesidades
ingentes, entre ellas, el problema del delito y la delincuencia.
Las funciones de los Consejos de Desarrollo dan cobertura perfectamente a las propuestas que adolescentes y
jóvenes, así como otras personas, realizaron durante el Seminario de Prevención del Delito. Las funciones
más importantes son:67
•
•
•
Promover y facilitar la organización y participación efectiva de las comunidades y sus organizaciones en la
priorización de necesidades, problemas y sus soluciones, para el desarrollo integral del municipio y de la
comunidad.
Promover políticas, programas y proyectos de protección y promoción integral para la niñez, la
adolescencia, la juventud y la mujer.
Contribuir a la definición y seguimiento de la política fiscal en el marco de su mandato de formulación de
las políticas de desarrollo.
Sin duda alguna, el sistema de Consejos de Desarrollo se puede convertir en el principal medio de prevención
de la violación de los derechos humanos, la violencia y la delincuencia para la niñez, la adolescencia, la
juventud y la población en general, ya que está obligado a promover políticas de desarrollo para dichos
sectores, que a la vez son políticas de prevención.
3. Propuestas para la prevención de la violencia y la delincuencia
Para establecer un plan de prevención de la violación de los derechos humanos, las muertes violentas, la
violencia y la delincuencia, se plantean las siguientes propuestas por sector, las cuales se pueden adoptar
dentro de la política pública a impulsar, y comprometer a la sociedad en la lucha por la vida. Dichas
Ibid. Artículo 11. p. 30.
Ibid. Artículo 13. p. 32.
67 Ibid. Artículos 12 y 14. pp. 31-33.
65
66
82
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
propuestas deben contar con la coordinación gobierno central-municipalidades-organizaciones sociales, para
que su impulso sea real y viable.
Cuadro No. 17
Líneas de acción por sector
Desde la familia
Siendo la familia la base del Estado guatemalteco y de la sociedad, se concibe como el ente transmisor y
formador de los principios y valores normativos y de convivencia democrática y pacífica. Por lo tanto, la
responsabilidad de padres, madres y demás familiares consanguíneos debe valorarse en el marco de una nueva
sociedad, sin dejar por un lado las obligaciones y derechos que tienen adolescentes y jóvenes:
1. Revalorizar el pensamiento y la concepción de familia en el marco de los derechos humanos.
2. Informarse y auto formarse sobre derechos humanos, métodos de crianza no violentos, valores sociales,
principales leyes del país, sobre el comportamiento psicológico de adolescentes y jóvenes, técnicas de
comunicación y educación familiar, etc.
3. Comunicarse constantemente con los hijos y las hijas, compartiendo problemas y necesidades, con el
objeto de establecer posibles actitudes que les lleven a cometer delitos y atenderlas oportunamente.
4. Realizar esfuerzos para que hijos e hijas reciban educación formal y se mantengan en el sistema.
5. Informarse y poner en práctica técnicas educativas que prioricen la comunicación, la ternura y el amor.
6. Evitar el consumo de alcohol, drogas o la realización de vicios que pueden inducir al adolescente o joven
a la violencia.
7. Cuando se detecte algún comportamiento tendiente a la violencia o a la delincuencia, buscar apoyo
profesional en instituciones del Estado y organizaciones sociales.
8. Participar en los procesos organizativos de la comunidad, para apoyar, opinar e impulsar los proyectos de
beneficio comunitario.
9. Procurar un entorno y ambiente libre de violencia e inducción a la delincuencia.
10. Algunas familias deben cambiar la mentalidad de ver a los hijos e hijas como fuente de ingresos o su
extensión laboral, procurándoles una educación que les propicie un futuro mejor.
11. Adolescentes y jóvenes deben fortalecer su identidad nacional y valores sociales de solidaridad y paz,
rechazando culturas exógenas que provocan la violencia y la delincuencia. Padres y madres deben orientar
y clasificar adecuadamente la información a que tienen acceso sus hijos e hijas.
12. Las familias indígenas tienen que hacer un esfuerzo para rescatar y transmitir a futuras generaciones los
valores, identidad y costumbres de sus pueblos, que contribuyan a crear personalidades inmunoviolentas
y delictivas.
Desde la comunidad
La prevención de la violencia, las muertes violentas y la delincuencia entre la niñez, la adolescencia y la
juventud es más efectiva si se utilizan mecanismos y formas de intervención centradas en la organización y
participación de las personas que integran una comunidad. Sin embargo, la comunidad debe mejorar su
organización para lograr mayor participación. Se ven involucradas aquí las organizaciones sociales que operan
en la comunidad y las autoridades locales:
1. Fortalecer y mejorar el funcionamiento y participación en las organizaciones comunitarias como Comités
de Vecinos, Organizaciones de Desarrollo.
2. Buscar la unidad y alianzas, para realizar un trabajo conjunto para atender a su niñez, adolescencia y
juventud.
3. Incluir prioritariamente en sus planes de trabajo, proyectos y actividades dirigidas a solucionar las causas
por las que adolescentes y jóvenes tiendan a delinquir o a involucrarse en maras.
4. Incrementar o crear actividades de formación y educación para padres y madres, así como para
adolescentes y jóvenes.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
83
5. Impulsar de manera conjunta actividades de carácter recreativo (cultura, arte, deporte, excursiones,
convivencias, etc.), donde adolescentes y jóvenes puedan desarrollarse, y a la vez las familias puedan
unirse en un ambiente sano.
6. Promover la organización de grupos de autoayuda para quienes tengan problemas familiares, buscando la
intervención psicosocial.
7. Gestionar la construcción de infraestructura para la participación, recreación y utilización del tiempo libre
de adolescentes y jóvenes.
8. Impulsar la instalación de mesas de concertación entre maras y de éstas con la PNC, para establecer
mecanismos de solución de conflictos y enfrentamientos innecesarios.
9. Gestionar ante el Estado, organismos internacionales y empresarios, proyectos productivos que generen
empleo e ingresos para jóvenes.
10. Impulsar actividades de formación para maestros y maestras como orientadores y orientadoras de
prevención de la violencia y la delincuencia.
11. Impulsar campañas educativas y divulgativas desde las organizaciones sociales.
12. Creación de las Coordinadoras Locales de Prevención de la Violencia, Violación de los Derechos
Humanos, Muertes Violentas y Delincuencia, con participación de los sectores gubernamentales y no
gubernamentales.
Desde la municipalidad
La municipalidad y sus autoridades son el medio más cercano para solucionar los problemas que aquejan a las
familias, la niñez, la adolescencia y la juventud, además de que en el marco de la descentralización y el sistema
de Consejos de Desarrollo, se potencializa el desarrollo municipal y comunitario. Por lo que se convierte en el
espacio idóneo para desarrollar planes de prevención de la violencia y la delincuencia, estableciendo las
coordinaciones y alianzas correspondientes con las organizaciones sociales locales. La municipalidad debe dar
respuesta a las gestiones de la comunidad y sus organizaciones:
1. Integrar la comisión para trabajar con la familia, la niñez y la mujer, contemplada en el nuevo Código
Municipal, como un espacio para impulsar iniciativas locales que atiendan los problemas que provocan la
delincuencia.
2. En la integración de los Consejos Municipales de Desarrollo, coordinados por el alcalde, incluir a las
organizaciones juveniles y sociales interesadas en trabajar el tema.
3. Con base en lo establecido en las funciones de los Consejos Municipales de Desarrollo, en sus incisos b y
f, establecer las políticas, planes, programas y proyectos para niñez, adolescentes y juventud.
4. Generar espacios de participación para adolescentes y jóvenes, conformando consejos juveniles y
fortaleciendo los ya existentes.
5. Construir infraestructura para la recreación y esparcimiento, que incluya áreas deportivas, centros de usos
múltiples, centros culturales y artísticos, facilitando el acceso de la población.
6. Impulsar programas permanentes de actividades para que adolescentes y jóvenes usen su tiempo libre
positivamente, por ejemplo: campeonatos deportivos y apoyar los existentes, cursos de formación
artística, concursos de dibujo, canto, poesía y declamación, muralismo, teatro, expresión corporal, ferias,
festivales culturales, etc.
7. Gestionar la construcción de infraestructura educativa para la capacitación técnica laboral, y para cubrir
los niveles educativos no atendidos en el municipio.
8. Conjuntamente con el Ministerio de Educación, ampliar la cobertura educativa para niños, niñas y
adolescentes.
9. Impulsar campañas educativas y divulgativas con contenidos que formen en adolescentes y jóvenes
actitudes inmunoviolentas y no delictivas.
10. Apoyar la organización juvenil, con el objeto de crear una alternativa de participación en las maras,
impulsando proyectos conjuntos.
11. Establecer con el apoyo de organizaciones sociales, mesas de concertación con el objeto de resolver
conflictos entre maras, jóvenes y la PNC.
12. Generar infraestructura física que permita crear un ambiente sano, iluminado y de fácil acceso y camino.
84
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
13. Impulsar conjuntamente con los empresarios de la localidad, proyectos productivos para jóvenes.
Desde el nuevo gobierno
Ministerio de Educación
Todo buen sistema y proceso educativo surte efecto como medio de prevención de la violencia y la
delincuencia, ya que éste comprende la influencia pedagógica que consolida la modelación del pensamiento
del niño, niña, adolescentes y joven. Es en éste donde en buena parte se da el sistema de socialización, por lo
que juega un papel importante en el presente y futuro de las personas:
1. Concluir el proceso de Reforma Educativa, procurando la inclusión de los temas de derechos humanos,
convivencia pacífica, prevención de la violencia y la delincuencia, prevención de la participación en las
maras, en los contenidos curriculares de nivel primario, secundario y diversificado.
2. En coordinación con las municipalidades, construir la infraestructura educativa necesaria para dar
cobertura a quienes no pueden acceder al sistema.
3. Apoyar a escuelas e institutos que operan en las áreas seleccionadas, para mejorar su capacidad de
intervención comunitaria.
4. Coordinar con el INTECAP, la USAC y otras instituciones interesadas, la apertura de centros de
capacitación técnica para el trabajo.
5. Capacitar a maestros y maestras para que puedan orientar en mejor forma a niños, niñas, adolescentes y
jóvenes, con el fin de que no realicen actos violentos y delincuenciales.
6. Orientar a autoridades educativas de la zona y del municipio correspondiente para que colaboren en las
actividades comunitarias de prevención, y con el uso de instalaciones para algunas actividades de las
organizaciones sociales.
7. Incluir en las escuelas e institutos actividades recreativas y de uso del tiempo libre.
Ministerio de Cultura y Deportes
La cultura, las artes y el deporte recreativo son por excelencia las actividades para usar en mejor forma el
tiempo libre de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, además de rescatar los valores culturales que permitan
una mejor integración de la familia y la formación de hijos e hijas. El accionar de dicho Ministerio debe
manifestarse a nivel local y no sólo quedarse en planes muy generales:
1. Fortalecer la estructura de promotores y promotoras culturales y deportivos.
2. Apoyar los esfuerzos de las municipalidades y de las casas de cultura, para que puedan impulsar sus
proyectos recreativos y culturales.
3. Generar su política pública con aplicación municipal y comunitaria para la niñez, la adolescencia y la
juventud.
4. Introducir en sus contenidos información sobre prevención de la violencia y la delincuencia.
Ministerios de Trabajo y Previsión Social y de Agricultura, Ganadería y Alimentación
La falta de empleo y, por ende, de ingresos económicos, la falta de proyectos productivos, así como la
discriminación hacia adolescentes y jóvenes para el trabajo, son factores esenciales para que prefieran la
delincuencia y la violencia como alternativas de vida. Por ello, los planes de dichos ministerios son
importantes en una política de prevención:
1. Lograr que el programa de generación y promoción al empleo opere a nivel nacional.
2. Impulsar proyectos productivos para jóvenes en dichas áreas, logrando que la política de juventud rural
aprobada por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación se aplique.
3. Verificar y controlar que las empresas cumplan con sus obligaciones constitucionales y las establecidas en
el Código de Trabajo, que mejoren las condiciones laborales y paguen salarios justos.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
85
Ministerio de Gobernación y Policía Nacional Civil
Estas instituciones juegan un papel importante en el impulso de una política de prevención, modernizando su
estrategia de intervención, mejorando su logística e infraestructura, y asimilando los derechos humanos y una
visión integral y social de la violencia y sus causas:
1. Generar su política de prevención de la violencia, muertes violentas y delincuencia.
2. Creación del Viceministerio y la Sub Dirección de la PNC de Prevención de la Violencia y la
Delincuencia.
3. Fortalecer la infraestructura y presupuesto para generar la política de prevención.
4. Que la Academia de la PNC introduzca en su currículo de estudios la prevención de la violencia y la
delincuencia, en el marco del respeto de los derechos humanos, además, capacitar a los y las agentes
sobre métodos de prevención y educación.
5. Profesionalización y capacitación de los y las agentes en general sobre métodos y técnicas de prevención
de la violencia y la delincuencia, derechos humanos, así como de comunicación y diálogo con la
ciudadanía.
6. Que las comisarías, estaciones y subestaciones de la PNC, impulsen actividades educativas comunitarias,
visitando familias, impartiendo charlas en escuelas e institutos.
7. Que las comisarías ganen la confianza de la población de la comunidad, teniendo reuniones con todos los
sectores organizados, comités de vecinos, ONGs, organizaciones juveniles, clubes deportivos,
empresarios, autoridades municipales. Además, organizar actividades de proyección comunitaria.
8. Participación activa en las Coordinadoras Locales de Prevención del Delito.
9. Promoción de mesas de concertación para evitar conflictos innecesarios con la comunidad, las maras y la
juventud en general.
10. Mejorar la logística y recursos de la PNC para que pueda cumplir de mejor forma sus acciones,
incluyendo su programa de prevención física.
11. Elaboración del plan de prevención física del delito en coordinación con la comunidad, el cual puede
establecer:
• Incremento de la cantidad de agentes y de su equipo para mejorar la presencia y acciones policiales de
prevención.
• Establecer operativos de presencia comunitaria, identificando las horas de mayor peligrosidad; operativos
como patrullaje, rondas, registros, etc.
• Identificar las cuadras o lugares de mayor peligrosidad y dar prioridad a la presencia policial en los
mismos.
• Informar a la población sobre las actividades y acciones de seguridad que deben realizar las familias y las
personas, para aminorar las posibilidades de ser objeto de actos de violencia y delincuencia.
• Informar sobre técnicas para detectar actitudes violentas y delincuenciales en sus hijos e hijas, y los
procedimientos para tratarlos.
• Realizar campañas sobre lo que es la violencia, el delito y su prevención.
• Mejorar la capacidad para recibir denuncias y darles seguimiento.
• Poner líneas telefónicas para atender denuncias inmediatas hechas por las personas de la comunidad.
• Establecer relaciones humanas con grupos de jóvenes y personas de la comunidad.
• Mantener como mínimo un año a los y las agentes en las comisarías correspondientes.
• Mejorar los salarios y los mecanismos de control interno, para evitar la corrupción de agentes policiales,
lo cual agrava los niveles de delincuencia.
• Establecer una mejor relación entre la Sección de Menores y la Unidad de Prevención del Delito
(UPREDE) con las comisarías de las áreas seleccionadas.
Medios de comunicación
El esfuerzo integral de prevención que tiene que realizar la sociedad para la prevención social de la violencia y
delincuencia, así como de las muertes violentas, debe incluir la redefinición por parte de los medios de
comunicación de su aporte al tema, ya que juegan un papel importante en el enfoque del mismo.
86
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Normalmente dan a conocer el hecho concreto, no así las causas y sus posibles soluciones. De igual forma,
deben jugar un papel de incidencia para que el gobierno y la sociedad cambien su actitud respecto a los
problemas de la niñez, la adolescencia y la juventud:
1. Evitar y clasificar de manera adecuada la transmisión de programas que muestren elevados niveles de
violencia y agresión entre personas, que sugieren la violencia como método para resolver conflictos y
problemas.
2. Dar espacios a las organizaciones sociales, principalmente a las juveniles, para que realicen actividades de
prevención para jóvenes.
3. Cambiar el enfoque sensacionalista y estigmatizador del adolescente y joven, dando a conocer las causas
de la violencia y la delincuencia, y de las actividades positivas que realizan las organizaciones juveniles.
4. Impulsar campañas de prevención de la violencia, muertes violentas, violación de los derechos humanos,
con contenidos educativos e informativos para construir una cultura de paz y actitudes pro sociales y
participativas en niños, niñas, adolescentes y jóvenes y adultos en general.
5. Divulgación acerca de los servicios, infraestructura, actividades y oportunidades de desarrollo para
adolescentes y jóvenes, con el objeto de facilitar su acceso y uso.
6. Los medios de comunicación deben abrir espacios específicos para adolescentes y jóvenes, donde se
analicen sus problemas, se presenten propuestas, se eduquen e informen de su actividad positiva, de
opciones de participación, pues en la actualidad sólo enfocan las actividades sociales de adolescentes y
jóvenes de sectores con altos recursos económicos, siendo éstos la minoría.
7. Impulsar campañas para la recuperación de la identidad nacional, la identidad del pueblo maya y la
promoción de valores pacíficos y democráticos de convivencia.
Fuente: Con base en: Víctor Gudiel. El delito en adolescentes y jóvenes y propuestas para su prevención (municipio de Nebaj,
Quiché y colonia Amparo, zona 7), Guatemala: Coordinadora Juvenil para la Prevención del Delito, 2002.
4. Compromiso del nuevo gobierno y del Organismo Judicial con la
implementación de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
La Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia se convierte en un instrumento de defensa y plena
vigencia de los derechos de la niñez, así como de su protección y desarrollo integral. Dicha Ley es el resultado
de un proceso de casi diez años de discusión y propuestas hacia el Congreso de la República y al Organismo
Ejecutivo, donde la falta de voluntad política de un grupo de opositores con intereses económicos sobre la
niñez, y la falta conocimiento sobre el tema y su problemática, fueron los principales obstáculos para su
puesta en vigencia e implementación. En 1996 fue aprobado el Código de la Niñez y Juventud, el cual fue
suspendido en su vigencia cuatro veces, la última de manera indefinida. Se presentó un recurso de
inconstitucionalidad, que fue declarado con lugar ordenando la vigencia inmediata de dicha ley. Paralelamente,
se propuso otro código en consenso entre las iglesias y la sociedad civil, para que finalmente se presentara al
Congreso una última propuesta, denominada Ley de Protección a la Niñez y Adolescencia, la cual con varias
enmiendas fue aprobada. Es importante destacar el aporte de la institución del Procurador de los Derechos
Humanos y de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, en este proceso.
En la actualidad, esta Ley se encuentra en su fase inicial de implementación, pero, debido a la coyuntura
actual, corresponderá al nuevo gobierno electo asumir la responsabilidad de implementar las políticas,
órganos de protección y procesos contenidos en su articulado.
Este instrumento cumple una función de protección y prevención de la violación de los derechos humanos de
la niñez y la adolescencia, entre éstos el derecho a la vida, y contra los hechos que violenten su pleno goce,
como las muertes violentas.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
87
Establece el compromiso y las obligaciones que el Estado, la sociedad, padres y madres, tutores o encargados
deben cumplir para procurar su bienestar; la responsabilidad tripartita entre Estado-sociedad-familia para
desarrollar todas aquellas acciones que estén dirigidas a proteger a la niñez y adolescencia ante amenazas o
violación de sus derechos.
En cuanto al Estado, establece como obligación central “Velar porque las instituciones públicas o privadas
que atiendan a los niños, niñas y adolescentes a quienes sus derechos se encuentren amenazados o violados,
éstos les sean respetados o restituidos, en especial su derecho a la vida, seguridad, identidad cultural,
costumbres, tradiciones e idioma, y les brinden tratamiento integral y digno”, así como “Coordinar acciones e
impulsar programas que fomenten la unidad y estabilidad familiar, el civismo, la identidad nacional, los
valores morales, el respeto a los derechos humanos y el liderazgo para el desarrollo de la comunidad.”68
En cuanto a la sociedad en general, establece que “Es deber de las personas participar en todos aquellos
programas gubernamentales y no gubernamentales que se ejecuten a favor de la niñez y la adolescencia, que se
encuentren amenazados o violados en sus derechos.”69
Respecto a los padres y madres, establece como responsabilidades “a) Brindarles afecto y dedicación (...) b)
Proveerles los recursos materiales necesarios para su desarrollo, de acuerdo a sus posibilidades económicas
(...) c) Orientarlos preventivamente, así como participar activamente en programas comunitarios de
prevención y rehabilitación.”70
Aparte de definir las obligaciones y la responsabilidad de estos tres, plantea con claridad un concepto de lo
que debe entenderse como protección integral: “La protección integral de los niños, niñas y adolescentes
deberá realizarse a nivel social, económico y jurídico. (...) Las acciones administrativas que desarrolla el
presente libro, con el fin de propiciar la vigencia efectiva de los derechos de la niñez y adolescencia, se
realizarán mediante la formulación, ejecución y control de las políticas públicas desarrolladas por el Estado
con participación de la sociedad.”71
4.1. Urgente integración de la Comisión Nacional de la Niñez y Adolescencia
La Ley plantea la necesaria conformación de un ente especializado, con participación de la sociedad civil
organizada y representación de todo el Estado: la Comisión Nacional de la Niñez y Adolescencia, responsable
de la formulación de las políticas de protección integral de la niñez y adolescencia. Dicha Comisión
funcionará con un presupuesto canalizado a través de la Secretaría de Bienestar Social y de las subvenciones
ordinarias y extraordinarias adicionales que reciba del Estado y otros organismos nacionales e internacionales.
Integrarán la Comisión “a) Por el Estado: un representante de cada una de las áreas de: educación, salud,
trabajo y previsión social, gobernación, cultura, bienestar social, finanzas y de la secretaría de planificación y
programación de la presidencia o de la dependencia que tenga a su cargo la planificación en el Organismo
Ejecutivo; un representante del Congreso de la República; un representante del Organismo Judicial. (...) b)
Por las organizaciones no gubernamentales destinadas al desarrollo de la niñez y adolescencia, once
representantes de: organizaciones de derechos humanos de la niñez y adolescencia, religiosas, indígenas,
juveniles, educativas y de salud.”72
Esta Comisión es de gran importancia para el desarrollo de toda una nueva cultura en planificación y
ejecución de políticas con prioridad en la niñez y adolescencia. Para el caso específico tanto de la solución de
Artículo 76, incisos a y b. Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia.
Artículo 77. Ibid.
70 Artículo 78, incisos a, b y c. Ibid.
71 Artículo 80. Ibid.
72 Artículo 86. Ibid.
68
69
88
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
las causas como en el hecho concreto de las muertes violentas de niñez y adolescencia, está llamada a
integrarse con carácter de urgencia nacional, siendo uno de los temas prioritarios el de seguridad y protección
de la vida de niños, niñas y adolescentes.
Además, dicha Ley contempla la Unidad Especializada de la Niñez y Adolescencia de la Policía Nacional
Civil, la cual tendrá como objetivo principal capacitar y asesorar sistemáticamente a todos los miembros de la
institución, sobre derechos y deberes de niños, niñas y adolescentes. La integración de dicha unidad y su
funcionamiento inmediato también son de carácter urgente, con dos objetivos: 1) Prevenir cualquier violación
de los derechos de la niñez y adolescencia que provenga del interior de la PNC, pues, según el informe de
desarrollo humano del PNUD de 2003, en el 2002 se presentaron 1,841 denuncias contra agentes de la PNC
por violación de los derechos humanos y responsabilidad profesional, además, se sabe de la participación y
apoyo a bandas criminales; 2) Que la PNC actúe preventivamente en su accionar para proteger la vida de la
niñez y adolescencia, siendo respetuosa de sus derechos.
4.2. Nuevos procedimientos legales para la protección de la niñez y la adolescencia violada
en sus derechos
En el Libro Tercero, Título I de la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, se establecen todos
los procedimientos específicos para proteger y restituir a la niñez y adolescencia amenazada o violada, los
derechos humanos contemplados en la misma Ley y en la Constitución Política de la República. La restitución
y protección de derechos corresponde a los Juzgados de Paz y Juzgados de la Niñez y Adolescencia, así como
cuando éstos lo ordenen, a las instituciones del Estado y a los padres o madres responsables de alguna
violación. Las medidas cautelares se establecen con claridad en dicha Ley, quedando obligada toda la
estructura del Estado a velar porque cese la amenaza o violación de sus derechos.
El Ministerio Público y la Procuraduría General de la Nación tienen la obligación de asistir, representar,
investigar de oficio, presentar las denuncias y acompañar en todo el proceso judicial a aquellos niños, niñas y
adolescentes, cuyos derechos hayan sido violados.
Además, se establecen, en el artículo 116 de esta Ley, los derechos y garantías fundamentales en el proceso de
la niñez y adolescencia amenazada o violada en sus derechos.
4.3. Nuevos procedimientos para la niñez y adolescencia transgresora de la ley penal
La estructura y doctrina establecidas en el Código de Menores quedaron rebasadas con la Ley de Protección
Integral, estableciendo modelos y procedimientos para respetar los derechos de la niñez y la adolescencia,
diferenciando entre niñez violada en sus derechos y niñez transgresora de la ley. Para el efecto, se plantea el
derecho de niños, niñas o adolescentes al debido proceso, en el cual el juez tendrá que dictar las medidas
necesarias con base en la objetividad de los hechos y no en la subjetividad al momento de impartir justicia. La
pobreza ya no constituye un elemento válido para emitir una sentencia.
Serán los Juzgados de Paz, los Juzgados de la Niñez y Adolescencia y los Juzgados de Adolescentes en
Conflicto con la Ley Penal, los que tratarán de manera inicial todo lo relacionado a hechos delictivos que
cometan la niñez y adolescencia, existiendo además los Juzgados de Control de Ejecución de Medidas y la
Sala de la Corte de Apelaciones de la Niñez y Adolescencia.
Se establece con claridad cuáles son los derechos y garantías fundamentales en el proceso de adolescentes en
conflicto con la ley penal.73
73
Artículos 132 al 141, Ibid.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
89
Es de suma importancia que la Ley de Protección Integral priorice todas aquellas medidas que procuren la
reinserción y rehabilitación social, siendo las medidas socioeducativas las principales a impulsar. Se contempla
la privación de libertad, pero no como una simple pena o sanción como se da en el sistema penitenciario
nacional, sino con el acompañamiento de un plan de rehabilitación durante la privación de libertad.
4.4. Imperativa implementación del nuevo sistema de protección y procedimientos
judiciales para niñez y adolescencia
Se hace imperativo que el Organismo Judicial cuente con los fondos y la voluntad política suficiente para
implementar este nuevo sistema, que contempla una serie de juzgados, procedimientos y capacitación de su
personal con relación al tema, para que en lo inmediato el sistema comience a funcionar y a perfeccionarse.
5. La institución del Procurador de los Derechos Humanos y la Defensoría de
la Niñez y Adolescencia
La Procuraduría de los Derechos Humanos ha jugado un importante papel en la protección y prevención de
la violación de los derechos humanos de la niñez y la adolescencia, logrando un protagonismo y liderazgo
importantes a nivel nacional sobre el tema, acompañando a la sociedad civil en la gestión política de este
tema.
Para el efecto, en 1990 se crea administrativamente la Instancia de Defensor de los Derechos de la Niñez, la
cual dependería directamente del Procurador y los Procuradores Adjuntos, dando amplias facultades para la
defensa, protección y divulgación de los derechos de la niñez, según lo establece el Acuerdo No. SG-2-90 del
Procurador de los Derechos Humanos.
El Defensor de los Derechos de la Niñez tienen como objetivo y funciones primordiales:
“a) Proteger los derechos humanos de la menores establecidos en la Constitución Política de la República, los
Tratados y Convenios Internacionales aceptados y ratificados por Guatemala (...) mediante la investigación de
denuncias presentadas o tramitadas de oficio en relación a la violación de tales derechos, a efecto de
determinar responsabilidades, ordenar la cesación de las violaciones ocurridas y promover las sanciones o
denuncias que procedan ante los órganos competentes.”74
Además, establece como funciones la de velar porque las autoridades encargadas de brindar protección
cumplan con sus atribuciones de manera adecuada; mantener la coordinación de acciones interinstitucionales,
gubernamentales y no gubernamentales, a nivel nacional e internacional; realizar acciones de prevención para
proteger los derechos de la niñez a través de diferentes medios; establecer las acciones dirigidas a promover y
educar a la población infantil y adulta sobre derechos de la niñez y sus mecanismos de protección, en
coordinación con la Dirección de Promoción y Educación; visitar entidades e instituciones públicas o
privadas donde se atienda a menores, con el objeto de controlar y verificar las condiciones en que se
encuentran y adoptar las medidas para su protección; representar y/o acompañar al Procurador de los
Derechos Humanos en las actividades relacionadas con niñez, nacionales e internacionales.
En esta línea, la Defensoría de la Niñez ha dado valiosos aportes y contribuciones para la plena vigencia de
estos derechos. Sin embargo, el desarrollo y las necesidades del tema, así como la agudización de muchos de
los problemas que afectan a la niñez, hacen que no cuente con los recursos humanos y económicos necesarios
para cubrir la demanda existente en esta área específica de derechos.
74
90
Artículo 2. Acuerdo No. SG-2-90 del Procurador de los Derechos Humanos.
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Como resultado de la aprobación del Código de la Niñez y Juventud, el cual establecía la creación de las
Juntas de Protección para la Niñez por parte de instancias de la Procuraduría de los Derechos Humanos y la
Defensoría de la Niñez, la Procuraduría creó en 1998, por acuerdo, las Juntas Municipales de Protección a la
Niñez como instancias integradas por personas y organizaciones interesadas en velar por la plena vigencia y
protección de los derechos de la niñez. En dicho proceso se crearon 90 Juntas Municipales, las cuales son
retomadas por el Procurador y la Defensoría de la Niñez en el 2002, manteniendo el carácter y orientación de
las mismas.
Se esperaba que la vigencia del Código de la Niñez diera a las Juntas Municipales la cobertura legal necesaria
para que operaran bajo la coordinación de la Procuraduría; sin embargo, con la suspensión indefinida del
Código esto no se concretó. De igual forma, la propuesta de Ley de Protección Integral presentada al
Congreso de la República en noviembre de 2002, contenía la figura de dichas Juntas, pero en su aprobación
fue eliminada, imposibilitando el desarrollo legal de estas instancias.
En el caso específico de la violación del derecho a la vida de la niñez, la adolescencia y la juventud y de las
muertes violentas, están llamadas a jugar un papel importante en su prevención y, por ende, en su
disminución.
5.1. La Defensoría de la Niñez en la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
De manera errónea, la Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia plantea en su artículo 90 la
creación de la Defensoría de la Niñez, pues ésta ya existía desde 1990, con las mismas funciones que le
establece la Ley. Sin embargo, dicha Ley reafirma los objetivos y acciones que debe impulsar, y, además,
establece la observancia obligatoria y jurisdicción de la Defensoría para todos los habitantes y estructuras del
Estado guatemalteco.
La reafirmación del papel del Procurador a través de la Defensoría, le otorga una mayor responsabilidad y
cobertura del tema, constituyéndose en la instancia estatal que tiene que velar por el cumplimiento de los
derechos de la niñez y adolescencia establecidos en ella.
a. Emisión de un nuevo acuerdo de la Procuraduría de los Derechos Humanos sobre la Defensoría
de la Niñez
El Procurador de los Derechos Humanos tendrá que emitir un nuevo acuerdo sobre el Defensor y la
Defensoría de la Niñez, readecuándolo a lo establecido en la Ley de Protección Integral, definiendo con
mayor amplitud su alcance, funciones y atribuciones.
De igual forma, se hace necesario incluir en el acuerdo la figura de las Juntas Municipales de Protección de la
Niñez, con el objeto de darles la cobertura legal necesaria y establecer con claridad su alcance, integración y
atribuciones.
b. Extensión de la Defensoría a nivel departamental y municipal
El reconocimiento que en la Ley de Protección Integral se hace en cuanto a la cobertura nacional de la
Defensoría, y la agudización de los problemas que afectan a la niñez y adolescencia, justifican la necesidad de
su ampliación con plena representación en las Auxiliaturas de la Procuraduría. Para el efecto, deben analizarse
las siguientes posibilidades:
a.
Nombrar a un o una auxiliar de la Defensoría en cada Auxiliatura Departamental, haciendo las gestiones
presupuestarias correspondientes, con base en la reafirmación de su trabajo en la Ley de Protección
Integral de la Niñez y Adolescencia.
Propuestas y recomendaciones para la prevención de las muertes violentas de la niñez, adolescencia y juventud
91
b. Asignarle a uno o una de las personas que integran las Auxiliaturas el tema de derechos de la niñez y
adolescencia.
c. Mantener las Juntas Municipales, redefiniendo sus funciones y fortaleciendo su trabajo con base en lo
establecido en la Ley de Protección Integral, nombrando dentro de ellas a una persona como
representante de la Defensoría a nivel municipal.
Todas las opciones pasan por el fortalecimiento de la Defensoría de la Niñez, lo cual significa un mayor
presupuesto para su funcionamiento y una mayor gestión de cooperación para cumplir en mejores
condiciones el mandato contenido en la Ley de Protección Integral.
En cuanto a la protección de la niñez, adolescencia y juventud de las muertes violentas y la prevención de las
mismas, con base en la presente investigación y los resultados de la investigación realizada por Casa Alianza,
es necesario hacer una priorización de los departamentos con mayor número de muertes violentas, para
establecer una estrategia y un plan, con el fin de que la Defensoría contribuya a su disminución y a la solución
de las causas que las provocan.
6. Urgente integración de la CICIACS
La integración de la Comisión de Investigación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad
(CICIACS), se convierte en una necesidad, con el objeto de someter ante la misma aquellos casos específicos
sobre ejecuciones extrajudiciales o muertes violentas de que se tenga información que hayan sido realizadas
por este tipo de grupos clandestinos vinculados al Estado o a entidades privadas. El funcionamiento de la
misma puede prevenir que se impulsen políticas de limpieza social desde ciertas instancias del Estado,
además, aportar datos e información sobre la existencia de dichas políticas y acciones por parte de
funcionarios públicos.
7. Mejoramiento de la capacidad investigativa del Estado sobre las muertes
violentas de niñez, adolescencia y juventud, y de la administración de justicia
Las instituciones del Estado encargadas de investigar sobre las muertes violentas tienen que mejorar sus
procedimientos, con el objeto de establecer quiénes y en qué sectores se cometen estas muertes. Así, la Policía
Nacional Civil y el Ministerio Público juegan un papel determinante para evitar que ocurran estos hechos,
además de que quienes los cometen sean sancionados penalmente, evitando así que la mayoría de casos quede
en la impunidad. El mejoramiento de su logística, recursos y capacidad técnica y tecnológica, contribuye de
manera efectiva a una política de prevención de este flagelo social.
Por otro lado, el Organismo Judicial, aunque se encuentra en un proceso de reforma y modernización, está
llamado a realizar un esfuerzo institucional para que la administración de justicia sea pronta y certera, para que
a la vez de fortalecer el Estado de Derecho cumpla una función disuasiva, evitando que se cometa este tipo de
delitos y violaciones de los derechos humanos.
92
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
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Convención sobre los Derechos del Niño
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Ley de Desarrollo Social
Ley de Dignificación y Promoción Integral de la Mujer
Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
94
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Anexos
Muerte violenta de niños, niñas, adolescentes y jóvenes
hasta 22 años en Guatemala, durante el 2003
Más que simples gráficas o cuadros fríos que reflejan un resultado cuantitativo, esta parte del informe es
producto de una de las tareas más dolorosas e impactantes realizadas por el equipo, leer sobre la forma de la
muerte, la edad, el arma utilizada, el lugar donde vivían, desde un caserío hasta las ciudades.
Se revelaron muertes con arma de fuego hasta en recién nacidos de cuatro meses, el número de adolescentes y
jóvenes muertos por armas es impresionante, lo mismo que formas terribles de dar muerte a un niño o un
adolescente.
Los datos también nos permiten visualizar los departamentos que están sufriendo más violencia, y comprobar
que en los informes Guatemala ocupa uno de los principales lugares entre los países que sufren violencia en
Latinoamérica, donde la seguridad ciudadana es una materia reprobada por los Estados.
En cada niño, niña o joven asesinado, se violó el derecho a la vida, el derecho a razonar, cada uno de ellos
deja a una familia atemorizada, insegura, llena de dolor y sin la expectativa de la convivencia pacífica.
La idea es ayudar a cambiar las circunstancias actuales, desde las medidas tomadas por gobernantes y
autoridades, hasta las familias y personas que conforman este pueblo y las diferentes instancias sociales.
Despertar la decisión de no continuar viviendo en una jungla, donde las diferencias se zanjan cortando la vida
de las personas, con el agravante que en esta oportunidad se trata de personas con un alto grado de
vulnerabilidad, por su edad y su condición de desarrollo.
Se espera que esta investigación resulte útil para dar seguimiento al tratamiento que la justicia guatemalteca dé
a cada uno de los asesinatos, de personas menores de edad y jóvenes que tuvieron un nombre, un apellido,
una familia y, seguramente, un sueño, antes que su vida fuera cortada con violencia.
Los datos por departamento del primer semestre se obtuvieron en colaboración con Casa Alianza, durante el
segundo semestre la Procuraduría de los Derechos Humanos recavó los datos departamentales mientras Casa
Alianza se encargó de la capital, colaboración contenida en la Carta de Entendimiento suscrita entre ambas
instituciones.
Las fuentes son las morgues del Organismo Judicial, agencias del Ministerio Público y comisarías de la Policía
Nacional Civil. Cabe señalar que pese que la mayoría colaboraron, es necesario fortalecer los sistemas de
archivo y tratamiento de expedientes.
No se incluyen datos de Sacatepéquez y San Marcos del segundo semestre. En otros dos departamentos están
incluidos casos de asfixia por suspensión y por inmersión, no habiendo establecido la investigación de las
fuentes, si se trataba de suicidios o hechos cometidos contra las víctimas.
Anexos
95
Muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes durante el 2003
Por departamento; por rangos etéreos; y por género
Rango etareo
Departamento
0 - 12
13 - 18
Total por sexo
19 - 22
Gran
total
%
9
0.8
3
0.3
Masc Fem Nep Masc Fem Nep Masc Fem Nep Masc Fem Nep
Alta Verapaz
4
4
1
1
Baja Verapaz
1
Chimaltenango
10
4
9
4
7
Chiquimula
5
3
7
5
13
El Progreso
5
7
3
7
Escuintla
4
3
7
2
Guatemala
9
1
300
36
412
Huehuetenango
2
2
1
2
5
1
15
7
1
5
2
Jutiapa
7
8
Petén
3
1
4
26
12
38
3.2
25
8
33
2.8
12
1.0
3
12
17
17
34
2.9
11
5
16
1.4
721
61
782
66.0
6
1
7
0.6
2
20
3
23
1.9
2
14
3
17
1.4
21
1.8
40
3.4
29
2.4
24
13
21
38
2
12
1
23
10
4
9
3
19
9
1
17
6
23
1.9
15
2
17
1.4
8
3
11
0.9
2
29
2.5
2
0.2
Quetzaltenango
2
Retalhuleu
3
7
2
10
Sacatepéquez
1
4
1
11
San Marcos
1
3
1
5
9
2
16
27
2
2
Santa Rosa
1
2
Sololá
Suchitepéquez
1
3
8
2
8
1
6
2
412
73
Totonicapán
Zacapa
Total
%
96
46
29
6
1
5
7
Jalapa
8
3
2
El Quiché
Izabal
1
2
1
17
6
23
1.9
1
1
1
2
0.2
6
12
2
14
1.1
1028
144
13
1185
100.0
86.8
12.1
1.1
100.0
570
1
1
42
5
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Muertes violentas de niños, niñas, adolescentes y jóvenes durante el 2003
Según departamento
900
782
800
700
600
500
400
300
2
23
2
14
Sololá
Suchitepéquez
Totonicapán
Zacapa
Santa Rosa
San Marcos
Sacatepéquez
Retalhuleu
Quetzaltenango
Petén
Jutiapa
Jalapa
23 17 21 40 29 23 17 11 29
Izabal
Huehuetenango
7
Guatemala
Escuintla
El Quiché
El Progreso
38 33 12 34 16
Chiquimula
3
Chimaltenango
0
9
Baja Verapaz
100
Alta Verapaz
200
Muertes violentas durante el 2003
Según género
Femenino
12%
Género no
especificado
1%
Masculino
87%
Anexos
97
Muertes violentas durante el 2003
Según tipo de arma; según género
Masculino
Femenino
Sexo no
especificado
Total
%
Arma blanca
63
8
1
72
6.1
Arma de fuego
833
66
2
901
76
7
0.6
Tipo de arma
Arma blanca + arma
de fuego
7
Varios
99
57
9
165
13.9
No especificado
26
13
1
40
3.4
Total
1,028
144
13
1,185
100.0
%
86.8
12.1
1.1
100.0
901
165
98
40
Varios
Arma
blanca +
arma de
fuego
Arma de
fuego
7
No
especificada
72
Arma
blanca
1000
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
Muertes violentas durante el 2003
Por mes; según género
Mes
Masculino
%
Femenino
%
Enero
85
8.3
15
10.4
Febrero
85
8.3
9
6.2
Marzo
84
8.2
18
Abril
107
10.4
Mayo
106
Junio
Total
%
100
8.4
95
8.0
12.5
102
8.6
15
10.4
122
10.3
10.3
9
6.3
115
9.7
130
12.6
27
18.7
157
13.3
Julio
93
9.1
22
15.3
115
9.7
Agosto
70
6.8
10
6.9
2
15.4
82
6.9
Septiembre
75
7.3
4
2.8
2
15.4
81
6.8
Octubre
60
5.8
5
3.5
2
15.4
67
5.7
Noviembre
64
6.2
5
3.5
4
30.7
73
6.2
Diciembre
69
6.7
5
3.5
2
15.4
76
6.4
Total
1,028
100
144
100
13
100
1,185
100.0
%
86.7
Anexos
1
12.2
%
7.7
100.0
1.1
157
73
76
Diciembre
Septiembre
67
Noviembre
81
Octubre
82
Agosto
115
Julio
115
Junio
Abril
Marzo
95
Febrero
100
102
Mayo
122
Enero
180
160
140
120
100
80
60
40
20
0
NEP
99
Muertes violentas durante el 2003
Identificación de las víctimas; según género
Víctimas
Masculino Femenino
Identificad@s
923
121
Dato no disponible
No identificad@s
100
Sexo no
Total
especificado
%
1
1,045
88.2
12
12
1.0
128
10.8
100.0
105
23
Total
1,028
144
13
1,185
%
86.7
12.2
1.1
100.0
Muertes violentas de niñez, adolescencia y juventud
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