Auto Juzgado mantiene ejecución Las Llamas I

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JUZGADO DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO
Nº 1 DE SANTANDER
INCIDENTE DE EJECUCIÓN 181/1999
AUTO Nº
En Santander, a 12 de enero de 2015.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En fecha 11-12-2013 se instó, por el ayuntamiento de Argoños,
incidente del art. 109 LJ al objeto de concretar, medios, formas y fechas para la
ejecución del fallo. Posteriormente, se han acumulado las ejecuciones 183, 184
y 185/2009 en las cuales se suscitaron idénticos incidentes.
SEGUNDO.- Dado traslado a las partes interesadas y celebrada vista, se han
presentado las alegaciones que obran en la pieza.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El derecho fundamental a la tutela judicial efectiva del art.
24 CE no solo alcanza a la fase declarativa sino que comprende también el
derecho a obtener la ejecución de lo resuelto en resolución firme evitando así
que se convierta en meras declaraciones sin valor efectivo algo. Es por ello que,
como contenido propio de este derecho fundamental, deba reconocerse el
derecho a que las sentencias se ejecuten en sus propios términos entendiéndose
que tal ejecución se alcanza con la realización exacta y puntual del contenido
del fallo terminando con la completa satisfacción del acreedor. Así, resulta de
lo establecido en los arts. 103.2 (forma y términos que la sentencia consigne),
104.1 (puro y debido efecto y practique lo que exija el cumplimiento de las
declaraciones del fallo), 105.1, 109.1 (total ejecución de la sentencia) LJ, y ello
en relación al principio general contenido en el art. 570 LEC conforme al cual
la ejecución forzosa terminará con la completa satisfacción del acreedor.
Esto significa, en resumidas cuentas, que habrá de realizarse
exactamente el contenido del fallo, ni en más ni en menos, sin contrariarse su
contenido (art. 109.1 LJ).
SEGUNDO.- El objeto del presente incidente es, conforme al art. 109 LJ
resolver sobre los medios y formas en que debe llevarse a efecto el fallo
indicado. El incidente parte de la propuesta del propio ayuntamiento si bien, en
el mismo, cada parte ha expuesto su propia pretensión de cómo debe llevarse a
cabo la ejecución material y, en especial, la representación de los particulares
propietarios de las viviendas.
Ahora bien, resulta que es objeto, la determinación y concreción del
mecanismo para ejecutar o llevar a la realidad material el contenido d elos
fallos que imponen la demolición, es algo que, realmente, ya se resolvió por
este Juzgador en 4 Autos de fechas 7-6-2011, 20-6-2011, 21-6-2011 y 21-62011. En estas resoluciones ya se acordó la ejecución subsidiaria por TRAGSA
a costa del ayuntamiento debido a la incapacidad i inactividad de la
administración local para llevar a cabo las órdenes del Juzgado, sin perjuicio de
otras medidas que se han ido adoptando. Es decir, la propuesta del
ayuntamiento, que en principio cuenta con el beneplácito del Gobierno de
Cantabria, personado a tal fin, de que se ejecute la sentencia con intervención
de la administración autonómica, a costa de ésta y con un calendario que
dependería a la aprobación del nuevo PGOU, supone, en la práctica modificar
lo ya resuelto. Es decir, se pretende que se deje sin efecto esa ejecución
subsidiaria por TRAGSA para acordar otro nuevo sistema.
Este juzgador, a pesar de esta circunstancia que supone dejar sin efecto
algo que ya ha decidido, ha accedido a tramitar los incidentes para intentar
alcanzar un acuerdo. En la tramitación de esta pieza se ha intentado impulsar e
incentivar una vía consensuada, al ser consciente este juzgador de la compleja
situación, jurídica, social y económica que se ha generado en toda Cantabria.
Ese consenso, unido a la voluntad de cumplir el fallo, habría facilitado en gran
medida el objetivo y disminuido perjuicios para todos los interesados. Pero no
ha sido posible.
Es por ello que, al no ser preciso el acuerdo ni vinculante, sino que ha
obedecido a los fines expuestos el intento de alcanzarlo, debe ser el juzgador
quien resuelva sobre la forma y modo de proceder a la ejecución adoptando
cuantas medidas ejecutivas estime, de conformidad con los arts. 109 y 112 LJ.
Y en su resolución, debe atender, precisamente, al objetivo de llevar a efecto el
fallo dictado.
La propuesta formulada nunca ha llegado a concretarse, ni en las formas,
ni en el calendario ni menos aún en los medios financieros. Así, todo queda
pendiente de futuribles, como el contenido del nuevo PGOU o la voluntad de
los futuros Gobiernos autonómicos de asumir o no el coste. Es decir, aprobar la
propuesta supone suspender de facto la ejecución a la espera de
acontecimientos y de buenas voluntades.
Pues bien, en ese objeto de concretar los medios y formas de ejecución,
no cabe incluir cuestiones ajenas a la propia ejecución, tales como el control de
legalidad de un nuevo PGOU, el control a prevención de futuras actuaciones
administrativas, o la resolución de los expedientes sobre responsabilidad
patrimonial en que pudiera haber incurrido la administración a consecuencia de
la anulación del acto frente a terceros irresponsables. Todas estas cuestiones
habrán de sustanciarse en sus respectivos expedientes administrativos, cuyas
resoluciones finales, en su caso, podrán ser recurridas autónomamente ante la
jurisdicción, sin que esta ejecución los prejuzgue o vincule. Aquí, solo se
resolverá sobre la ejecución estricta del fallo sin perjuicio de que, en esa
actividad material, deban contemplarse esos intereses o la incidencia, que a los
solos efectos de la ejecución, puedan tener un nuevo Plan, una vez que exista
(no meras previsiones o futuribles) u otro tipo de actos.
Como se ha indicado, este juzgador, en atención a los intereses en juego,
ha intentado la solución consensuada, a la cual, se hubiera dado, dentro de las
posibilidades del orden público y legalidad vigentes, toda prioridad. Pero no
siendo así, lo que procede imponer es la ejecución del fallo que es claro y
meridiano, pues ni siquiera por vía de acuerdo es posible alterar un fallo
judicial.
Y esta cuestión, como se dice, ya se ha resuelto por autos firmes sin que
exista motivo alguno para alterar su contenido.
TERCERO.- En las citadas resoluciones se acuerda la ejecución
subsidiaria por TRAGSA que deberá presupuestar las obras de demolición e
informar de otras necesidades. Para la cobertura económica, se requerirá al
ayuntamiento para que consigne esas cantidades o proceda conforme al art.
106.1 LJ a la ampliación de las partidas presupuestarias que, para ejecución de
estas sentencias deberían existir y estar previstas, sin perjuicio de que, al
parecer, la obra cuenta con respaldo económico y el compromiso del Gobierno
de asumirla. No puede olvidarse que la obligación de demolición está pendiente
desde hace años y que carecería de explicación que este periodo no se hubiera
presupuestado su cumplimiento (ciertamente, con cantidades relativamente
pequeñas al año que se hubiesen destinado, se hubiera cubierto el coste total).
Es más, sería revelador de una voluntad obstativa e incumplidora y suficiente
indicio como para deducir testimonio de actuaciones y remitirlas al Ministerio
Fiscal por si se hubiera incurrido en delito de desobediencia.
Es por ello que, presupuestada la obra, se requerirá al Alcalde, Tesorero
y Secretario municipales, bajo apercibimiento de proceder por delito de
desobediencia para que informen de la existencia de partida en el presupuesto
destinada al cumplimiento del fallo y, de no haberla (y sin perjuicio de deducir
testimonio de particulares), para iniciar los trámites para la ampliación de
partidas presupuestarias conforme al art. 106.1 LJ a la vez que, en aplicación
del artículo 173.2 del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el
que se aprueba el texto refundido de la Ley reguladora de las Haciendas
Locales, informen a este Juzgado sobre los bienes patrimoniales no afectados
en a un uso o servicio público a efectos de proceder a su embargo. Todo ello
según interpretación dada por la STC 166/1998, de 15 de julio.
En relación a las alegaciones de inexistencia de tales bienes, también se
recordará que la ocultación de los mismos, a parte del delito de desobediencia,
puede suponer otro de insolvencia punible.
PARTE DISPOSITIVA
SE ACUERDA mantener la ejecución subsidiaria del derribo acordada
en Autos de este Juzgado de 7-6-2011, 20-6-2011, 21-6-2011 y 21-6-2011 a
ejecutar por la empresa pública TRAGSA.
Requiérase a TRAGSA para asumir la ejecución subsidiaria informando
al juzgado de las necesidades que pudieran existir y para que presente
presupuesto de las obras de demolición.
Notifíquese esta resolución al interesado, advirtiéndoles que contra la
misma cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Contencioso
Administrativo del Tribunal Superior de Justicia, mediante escrito razonado que
deberá contener las razones en que se fundamente, y que deberá presentarse
ante este Juzgado, en el plazo de quince días, a contar desde el siguiente a su
notificación. Para la interposición de dicho recurso es necesaria la constitución
de depósito en la cuenta de depósitos y consignaciones del Juzgado de acuerdo
con lo establecido en la disposición adicional decimoquinta de la LOPJ y por el
importe previsto en tal norma, lo que deberá ser acreditado a la presentación del
recurso.
Lo pronuncio, mando y firmo de lo que yo, el Secretario Judicial, doy fe.
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