del Eufrates y al norie de las del Danubio los con

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del Eufrates y al norie de las del Danubio los con-
que ir á criifesarse, según parece. Asi lo verificó
fines del Imperio Romano. Si la fortuna
aquel marchándose en seguida al campo á o c u p a r -
le bubiese
consorvado Emperadores como Marco Aurelio dolados
so en las faenas que su amo le habia
de bastante valor para mantener lo que habia
A la hora de costumbre se levanló el dueño de la
esle
encargado.
adquirido con su prudencia, este establecimiento de
casa, y llamó á la criada para que le sirviera
conGnes hubiera servido do llevar al templo de J a n o .
desayuno; pero Csla no pareció. Persuadido
Descuidóse su sistema que tanto necesilaba la ua-
el
aquel
de que habria salido á la plaza ó que estaría o c u -
turaleza y eslension del imperio; intentaron después
pada en el servicio doméstico, y
volverle á seguir, pero y a uo era tiempo.
prisa, llamó á una muger de la vecindad, y esla le
L o s bárbaros, que nada lenian que perder, se
arrojaron sobre los que lodo lo poseían, y cada u n a \
de sus irrupciones abrió bna gran brecha y preparó
sirvió el
teniendo alguna
chocolate.
»A1 poco tiempo se levanló la señora de la c a sa, esposa de D . Francisco Gozalbes, y llamó á la
otras mayores. Et norte de la Europa y el de Asia
referida moza con el mismo objeto que su
vinieron á tragar sin remedio alguno aquella
pero no habiéndose presentado, y creyendo lo mis-
lán-
marido;
guida y dispersa Monarquía que no ofrecía olra cosa
ino que aquel, se sirvió por sí misma el almuerzo.'
que soldados sin patria y soberanos sin autoridad,
llegada la hora de mediodía y rio habiendo pareci-
disputando con grandes retóricos y turbulentos c i s -
do lá Francisóa Baldó, creció algún tanto la i m p a -
máticos. No habia dogma ni controversia escolásti-
cieiicia de sus amos, y
mandaron recado á
ca cuya gerga no se oyese en el Palacio do H i -
las casas y puntos del
pueblo donde
todas
presumieron
sanzio, en donde se ignoraban hasla los nonibres dé
podría oslar, haciendo también un escrupuloso r e g i s -
lodos eslos seplonlrionaltis feroces que ya venian p a -
: tro en ioda la casa; pero ni uno ni olro medio p r o -
i a ii.vadirlo.
"düjo resultado alguno; la criada habia desaparecido.
En este periodo de éalorce siglos de una guerra
Sospechando los dueños de la casa si habria p o d i -
casi continua (si escepluamos las primeras empresas
do marcharse á la suya sin decirles palabra,
aun-
guerreras de algunos foragidos que seguían la b a n -
que 00 habia mediado molivo alguno para eslo, r e -
dera de uu cónsul y la sumisión de los paises c i r -
gistraron su habitación, encontrando toda su ropa, y
cunvecinos de Roma) sé observaba á loda la Italia
sin botar tampoco en lá casa falla de dinero ú otro
contra lodas las provincias de Europa sucesivamente
efecto de valor.
•reducidas las de Asia y las del Norte indómito. Esla
relación general esplica lanío la policía de Roma cámo la frecuencia de sus guerras de las que erati
víctimas uua turba de Reyes, de esclavos: y de (ri-bularios, y las mas florecientes proviucias invadidas
y saqueadas do nuestro emisferio.
Esltí delirio de ambición conducía á lo á c n o s á
la victoria, esto es, á la opulencia y al Imperio. C e ñida á e s t » conquistas, la guerra hubiera Jejndo á
la Italia en paz y lran({uila sin las calamidades con
que el furor da
las facciones la afligió. Einalmeifte
desdo el reinado de Augusto basla la invnsion
de
los bárbaros las armas del Imperio sd emplearon c o mo su política eu conservar mas bien que en c o n quistar, en sacudir enemigos naturales,
que en h a -
«erlos nuevos.
¡Cuan diferente es el cuadro de la Europa moderna!
De el Alicantino tomamos la siguiente noticiar '
—Goncenlaina.
Alicante
il
de Febrero.
En
el pueblo de Muro, distante de esla vdla unos tres
cuarlos de hora, y en la casa dc D . Francisco G o zalbes, labrador regularmente acomodado, se h a l l a b a en esla semana pasada de moza de servicio Francisca Baldó, natural do Benimanlell, soltera y de 19
años de edad.
»A1 tercer dia que se hallaba sirviendo en la
casa, previno por la noche al criado de labranza que
«1 dia siguiente la despertara temprano; pues tenia
BAI sigtíienle dia de esta ocurrencia murió c a si repentiuamcate una hermana del Sr. Gozalbes,
que ocupaba la casa contigua á la de éste, cuyo d e sagradable suceso le bizo prescindir en cierto mo-, do de la falta de la criada; pero habiendo trascurrido ocho dias, y deseando vivamente averiguar su
paradero, mandó un hombre á Benimanlell dónde t e nia su familia la Baldó; mas el hombre volvió d i ciiendo que nada habia podido averiguar, pues ni a q u e lla se había presentado en su pueblo, ni se sabia
nada de su persona.
sljllimamenle, al noveno dia de la ocurrencia
fué á sacar agua del pozo la nueva criada, y notó
que el pozal no caía naturalmente, sino que t r o p e zaba con un cuerpo estraño que le impedia llegar basta el fondo: como eslo sucediera oirás y otras veces
lá criada entró en cuidado, y lo puso en conocíiiiiento de su amo. til Sr. Gozalbes, en fuerza de
los antecedentes que tenia, comprendió al m o m e n to por ta esplicacion de la criada la horrible r e a l i dad, y dispuso que al momento entrara un hombre
al pozo. Asi se hizo, y ¡cuál seria el asombro da
los circunslautes al oir decir que el obstáculo quo
se oponía al pozal era el cadáver de la desvenlurar
da Francisca Baldó!
iDislintas son las versiones que han cundido s o bre el molivo de esla
general, y
desgracia; pero
el parecer
lo mas probable á mi juicio, es que la
infeliz doncella debió subirse sobre el brocal ó a n i llo del pozo para desenredar la cuerda de la g a r rucha, y un vahído, resbalón
ú olra causa de esta
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