— ig — drá á bien de comunicarme una cosa tan deseada de los Botánicos como es la Flora de España. Como en los dos años que Loefling permaneció en M a drid habia examinado las plantas septentrionales, aspiró á disfrutar la fortuna que logró Clusio en otro tiempo de recorrer las provincias mas cálidas de España, como también los montes Pirineos: mientras formaba este proyecto, llegó el dia en que el Señor Carvajal quiso poner en execucion una cosa, de la qual precisamente habia de redundar mucha gloria al Soberano, utilidad ventajosa á la Monarquía, y una especie de inmortalidad al autor de tan alto pensamiento. Nadie ignora que los españoles poseen en i^mérica muchas provincias situadas en el clima mas feliz. El México y el Perú &c. son parages en donde depositó naturaleza incomparables tesoros. Parte de estos estaba ya conocida y disfrutada; pero otra gran parte nunca se habia beneficiado para dirigirla á la utilidad común del género humano. De las plantas hay unas que.los hombres han preferido para su propio uso, otras que han dexado para sustento de los animales, y otras que atendiendo á la conservación del equilibrio en el mundo político, se cultivan en determinadas partes; así vemos que jamas se han plantado las especias en América, ni el té en Europa, á fin de que los Chinos no carezcan de este ramo lucrativo de comercio. Por esta razón es máxima sentada entre las naciones europeas el ocultar y hacer privativas aquellas producciones que son peculiares de sus colonias. El Sr. Carvajal era muy gran Ministro para dexarse engañar de tan errónea máxima. Sabia muy bien que los manantiales de la naturaleza son inagotables, y que de su conocimiento y uso no puede resultar inconveniente ni perjuicio alguno. Sabia asimismo quan multiplicados provechos sacan de sus colonias los ingleses y franceses después que han conocido las propiedades y frutos de su suelo; y- como el gobierno habia determinado comisionar algunos sugetos para fixar los límites de las colonias españolas, este digno Ministro hizo presente al Soberano la necesidad de aprovechar esta ocasión para inquirir y examinar la naturaleza y productos poco conocidos de las provincias de América.