ALBACEAS, NOMBRAMIENTO DE, EN CASO DE CESION DE

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354427. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo LXV, Pág. 2019.
ALBACEAS, NOMBRAMIENTO DE, EN CASO DE CESION DE DERECHOS
HEREDITARIOS. La transmisión de derechos hereditarios por cualquier título que se haga,
es una cesión sujeta a las reglas ordinarias que la doctrina y la ley establecen para esta, y así,
hace pasar al adquirente, el conjunto de derechos y obligaciones constitutivo del patrimonio
hereditarios de cedente o de la cuota parcial que al mismo le corresponda en la sucesión, no
los privilegios y garantías correspondientes a esa universalidad, quedando sólo exentos de la
transmisión, aquellos derechos que por su índole no pueden ser cedidos, entre los que se
comprenden los que son inseparables de la persona del titular cedente, por ser estríctamente
personales, por lo que, en la cesión de los derechos hereditarios es evidente que no están
incluidos en la transmisión, los que son propios del heredero en su condición de tal; los
relativos a la calidad del cedente, como sucesor instituido por el de cujus o por la ley, ya que
la calidad de heredero no es cedible, porque supone un beneficio otorgado por la voluntad
soberana del testador, en mérito exclusivo de la persona, o que dicho heredero lo es por
encontrarse en determinadas circunstancias rigurosamente personales fijadas por la ley, para
otorgarle el derecho a la sucesión y que pueden consistir en el parentesco o en relaciones
naturales. Lo único que puede ser objeto de la transmisión son los derechos patrimoniales, o
sea, el conjunto de derechos y obligaciones valuables en dinero que se transmitan por la
herencia, o en otros términos, sólo el contenido económico de la condición de heredero.
Ahora bien, el derecho de revocar el cargo de albacea, establecido por la legislación civil del
Distrito Federal, no es rigurosamente personal del heredero, pues sólo podría serlo en caso de
sucesión testamentaria, cuando el albacea es nombrado por el testador, confiriéndole como
integrantes del ejercicio de tal función determinados encargos cuyo desempeño exacto, de
acuerdo con la voluntad de aquel, sólo los herederos instituidos pudieran juzgar, con
exclusión de cualquier extraño, por referirse a intereses de la familia; pero no así en la
sucesión legítima, en la cual, el albacea es un verdadero administrador y liquidador de la
herencia. Por tanto, quien cede sus derechos hereditarios pierde la facultad de nombrar
albacea, misma que pasa al cesionario.
Amparo civil directo 1258/39. Ruiz Francisca. 12 de agosto de 1940. Unanimidad de cinco
votos. La publicación no menciona el nombre del ponente.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Quinta Epoca, Tomo LXIX, página 1135, tesis
de rubro "ALBACEAS, DESIGNACION DE PERSONAS INCAPACITADAS PARA EL
CARGO DE (LEGISLACION DE SONORA).".
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