y así, el depositario tan solo tiene la simple detentación, pues era

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OBLIGACIONES
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y así, el depositario tan solo tiene la simple detentación, pues era indiferente que
él fuese o no propietario.
Es un contrato re, de buena fe, en virtud del cual el depositante entrega al
depositario la mera tenencia y nunca la posesión de un objeto que pertenece.
La función del contrato de depósito consistía en la custodia, servandum dare
custodiemdum dare, de tal forma que el depositario no podía hacer uso de la
cosa, ya que si no, cometía furtum usus. La gratuidad era un elemento esencial
del depósito ya que si no, se transformaba en arriendo de obra. Sin embargo, se
admite que pudiera pactarse una compensación a título de honorarios, antes que
de prestación.
Defensa. El depósito inicialmente estuvo sancionado por una acción, depositi
de carácter penal y al duplo que existió en tiempos de las Doce Tablas y que
posteriormente desapareció.
Después de la aparición del procedimiento formulario, el depósito estaba
sancionado por dos acciones:
Actio depositi directa. Era esta una acción in factum primero y posteriormente,
in jus, acción de naturaleza infamante dada al depositante contra el depositario.
También el depositante poseía la acción reivindicatoria y los interdicto
possesorios.
Actio depositi contraria. Era la acción inversa, otorgada al depositario en contra
del depositante para que le devolviera los gastos efectuados en la conservación
de la cosa. El depósito de derecho romano, lo mismo que en los derechos
modernos presenta varias clases y formas:
Depósito ordinario. Este recae solamente sobre objetos en especie, como por
ejemplo, un saco que contenga dinero y esté sellado, a diferencia de uno que
contenga monedas y que no lo esté; el depositario no tiene derecho de servirse
de la cosa depositada, porque de lo contrario cometería un furtum usus.
Depósito necesario. Es aquél que se hace en casos de fuerza mayor. Llamado
miserable por los comentadores, era el constituido en caso de necesidad por
tumulto, incendio, naufragio u otra calamidad. No siendo libre la elección del
depositario, en este caso, si no cumplía con la restitución, era condenado al
doble del valor, in duplum.
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