135 CONSULTA Eses. Gabriela Petroni, Rosa Giuliano, Jorge Machado, Laura Pamas, Roque Molla y Ana Olano, aprueba el informe que antecede. Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. Ns 27.549, de 7 de marzo de 1994. Esc. Roque Molla Coordinador 3.1.4. ESTIPULACIÓN PARA OTRO. REPRESENTACIÓN. DONACIÓN. LEGITIMACIÓN PARA CONTRATAR. El compromiso de compraventa por el cual adquiere el padre en representación de su hijo no nacido, no es un caso de representación sino de estipulación para otro. Al fallecer el padre, trasmite sus derechos a todos sus herederos. La renuncia unilateral que hacen los coherederos en favor de su hermana, significa una propuesta de donación que al no haber sido aceptada aún, no ha producido la trasmisión dominial, por lo cual el inmueble continúa en indivisión. CONSULTA La colega interviniente en la escritura de compraventa delinmueble ubicado enla... Sección Judicial de M., padrón N2 ..., ha observado la documentación que seguidamente se relacionará y, atento a que nuestra opinión ampararía la bondad de la titulación, solicitamos que esa Asociación se expida al respecto. Nuestro criterio es el que se indicará por cada documento en particular. I) Compromiso de compraventa de fecha 17 de abril de 1957, inscripto en el Registro correspondiente el 22 de mayo de 1957. Se observa de inmediato que el promitente compra­ dor expresa que: "adquiere el bien de referencia para su hijo C., oriental y menor de edad" y no se establece en qué forma lo representa. Se plantea, en primer lugar, la duda si ante esa omisión estamos o no frente a un contrato válido. No existe nulidad absoluta (art. 1560 del Código civil), los requisitos esenciales parala validez del contrato están cumplidos (art. 1261 del Código Civil). ¿Podría objetarse el consentimiento? De ninguna manera, pues no hay duda alguna en cuanto a que los otorgantes han convenido exactamente en las contraprestaciones del contra­ to y el mismo no adolece de ninguno de los vicios a que se refieren los arts. 1262 y siguientes del citado Código. Se cuestiona determinar si los efectos de la ! representación (mal) invocada se producen o no. La representación puede ser legal o contractual. Tratándose de unhijo menor, si se invocábala representación legal, debieron comparecer ambos padres en ejercicio de la patria potestad; y si fuera representación convencional, adolecería de nulidad por la incapacidad de uno de los contratantes. Del estudio del siguiente documento, que se analizará, surge la verdadera intención del pro­ mitente adquirente: donar el dinero a su futuro hijo para que integre el precio de la promesa que se estaba celebrando y, con ello, adquiriera el bien. No podemos buscar dentro de las normas de la representación, solución alguna si se trataba de un hijo concebido, pero no nacido. No podemos encuadrar la situación, por lo tanto, en el art. 1255 del Código Civil, por cuanto mal podía actuar el promitente comprador a nombre de quien jurídicamente no tenía la calidad de per­ sona (art. 21). El contrato fue pacíficamente cumplido entre las partes y no surge que se haya objetado ningún aspecto del mismo, sino que por el contrario, son las mismas partes las que inten­ tarán, en elfuturo, enderezar y encauzar jurídica­ mente el negocio en esos aspectos, cuya solución no se había logrado. La inscripción de la promesa caducó a los 35 años, o sea el 21 de mayo de 1992. Las partes la declararon expresamente cum­ plida y cancelada. II) Declaratoria de 8 de febrero de 1977. Comparecen la parte vendedora, debidamente 136 REVISTA DE LA A.E.U.- T. 80 (1-6), 1994 representada por mandatária contractual y, asi­ mismo, acreditada la legitimidad de sus mandan­ tes respecto del bien obj eto del compromiso que se refirió; y por la otra parte comparece -ahora sí en su calidad de madre legítima y en ejercicio de la patria potestad- la madre de aquel hijo invocado por el promitente adquirente con nombre de varón, pero que ahora se le menciona como mujer. En este documento se hace la luz de varios aspectos; como dijimos, el promitente adquirente pretendía adquirir a nombre de un hijo no nacido, pero ocultando esa situación. Falleció el promitente adquirente, y es la madre de aquel concebido quien con la parte vendedora intentan poner las cosas en la verdadera intención de los originarios contratantes. Todo ello dentro de la paz que el ordenamiento jurídico reclama. No obstante la claridad con que se expresa y se intenta precisar el sujeto de derecho sobre el cual recaen los efectos de aquella promesa de compraventa, no nos queda claro por qué vía se trasmiten los derechos y obligaciones emergen­ tes de la misma, a e sta hija concebida y no nacida en aquel momento. Consideramos que falta un negocio traslativo, pese a reconocer que se trata de un aspecto opinable. III) Escritura de compraventa de 15 de febrero de 1980. Acorde a la declaratoria que se indicó, se otorga la compraventa en cumplimiento del compromiso a favor de quien -como vimos- era el destinatario de la compra en la intención de su padre. Se relaciona completamente la sucesión del promitente adquirente, sobre quien, para nosotros, recayeron todos los efectos del com­ promiso. No hay duda que esta compraventa es totalmente válida y que los vendedores se desprendieron en forma total y definitiva de todos los derechos de propiedad y posesión que les correspondían a favor de la adquirente. Resulta de toda evidencia que las obligaciones emergentes de los contratos otorgados fueron totalmente cumplidas y que las partes no tienen reclamación alguna. Esta compraventa es justo título y de buenafe y, por lo tanto, para nosotros es título bueno por imperio del art. 1204 del Código Civil. Admitimos que podría observarse que si los derechos de promitente comprador integraban el acervo sucesorio del causante referido, habría derechos sucesorios, asimismo, de los demás causahabientes y no sólo de aquel hijo concebido y no nacido al momento de otorgarse la promesa y, por lo tanto, eventuales reclamantes. No viene al caso plantearse si esas pretensiones prosperarían frente a la prescripción, pues la escritura de declaratoria, cuyo proyecto se nos exhibe, aventa totalmente ese riesgo. TV) Proyecto de declaratoria de fecha 20 de mayo de 1993. Los herederos del mencionado causante disipan todo riesgo de conflicto de intereses conla actual propietaria del bien. Consideramos que la inscripción de esta declaratoria no es procedente y que sus efectos resultan de la propia calidad del documento en que se otorga. INFORME DE LA COMISIÓN DE DERECHO CIVIL 1.- En la promesa de compraventa de autos no se da un caso de representación sino un caso de estipulación para otro, art. 1256 del Código Civil, al haber contratado C.S.S. a nombre propio estipulando una ventaja (favor ajeno) en favor de: "... su hijo C.", pero al no existir la tercera persona en favor de la cual se realiza la esti­ pulación en favor para otro, hace que la misma sea ineficaz y que por ende la titularidad del crédito de promitente comprador recaiga en el contratante C.S.S. 2.- Al fallecer el señor C.S.S. trasmite los derechos emergentes de la citada promesa, por modo sucesión, a todos sus herederos, formando parte los citados derechos, de las respectivas indivisiones hereditarias y postcomunitaria. 3.- La declaratoria otorgada el 8 de febrero de 1987 carece de eficacia, ya que en primer lugar fue otorgada por los promitentes vendedores y uno de los herederos del promitente comprador; declaratoria que no puede significar enajenación CONSULTA de los derechos adquiridos por los restantes herederos del promitente comprador, lo que hace que tal negocio sea inútil. 4.- El 15 de febrero de 1980 se otorga la compraventa-tradición, cumpliéndose así la pro­ mesa citada, por lo que los promitentes ven­ dedores: "... en cumplimiento de la promesa referida..., la que se declara cancelada, venden ... a A....". En la cláusula 8- de la citada promesa de compraventa se estableció que: "... las obligaciones y derechos de la parte compradora son indivisibles ..." Conforme al art. 1385 del Código Civil: cualquiera de los herederos del acreedorp uede exigir en su totalidad la ejecución de la deuda indivisible... Es así como Crome, siguiendo a Dumoulin y Pothier concluye que los deudores de una obligación indivisible responden in totum y los acreedores, digo yo, adquieren in totum. Señalando Cristóbal Montes ("La distinción en­ tre indivisibilidad y solidaridad" enR.D.P., pág. 1011) que la indivisibilidad nace de la calidad de la prestación, la cual por su misma naturaleza o por voluntad del hombre, o por disposición de la ley, no puede separarse en partes y opone, por consecuencia, un obstáculo insuperable a la división de las obligaciones, siendo la función de la indivisibilidad la de proteger la unidad de la prestación, asegurando que el cumplimiento ten­ ga lugar por acto único. Es así que A. adquiere "pagándosele" por los promitentes vendedores la prestación íntegra­ mente, no sólo para ella sino para todos los comuneros del respectivo crédito inmueble de promitente comprador (cónyuge supérstite y demás herederos). Compraventa y tradición que es paga en cuanto: "es el cumplimiento por parte del deudor de la dación ... que fue objeto de la obligación" y que es eficaz, ya que conforme al art. 1449 del Código Civil: cuando por el pago debe transferirse la propiedad de la cosa, es preciso para su validez que el que lo hace sea propietario de ella y tenga capacidad de enajenarla, cosa que se da, debiendo ligar el art. 1449 con los arts. 758 y 769. 5.- Es así como el respectivo inmueble se encuentra en situación de indivisión entre los citados. 137 A continuación debemos analizar el negocio membretado "declaratoria y renuncia", en el que se manifiesta por los restantes coindivisarios que: "... renuncian a los eventuales derechos que sobre el inmueble relacionado... y en consecuencia nada tienen que reclamarle a A con referencia a dicha propiedad". Gregorio Ortega Pardo ("Donaciones indi­ rectas" enA.D. C. U., tomo 2, pág. 952) señala que: "Uno de los casos más salientes de donación indirecta es para los autores el de la renuncia. No cabe duda que la renuncia convencional es una liberalidad directa. Pero la pregunta de si la renuncia traslativa, hecha con ánimo de libe­ ralidad, originará una donación indirecta. A nuestro juicio, no. Consideramos que el negocio de renuncia es empleado directamente para conseguir el fin liberal perseguido. En la renun­ cia traslativa gratuita de un derecho, la ventaja que logra el adquirente no es una consecuencia ulterior de la renuncia obrada a su favor sino el fin principal que se persigue; por ello constituye donación directa. Podrá objetarse que la renun­ cia es una manifestación unilateral de voluntad que produce su efecto sin necesidad de concurso y, por el contrario, las donaciones son contratos, es decir, negocios jurídicos bilaterales. Pero es que la renuncia traslativa gratuita no produce el efecto deseado por el renunciante hasta que el favorecido manifiesta su voluntad de aceptar. Una simple renuncia no aceptada no constituye donación, ni directa ni indirecta" Es así que siguiendo a OrtegaPardo, podemos sostener que lo que existe es sólo una propuesta de donación a A, que no ha sido aceptada y, por consiguiente, perfeccionada. No hay trasmisión dominial y por ende el inmueble continúa en indivisión. Esc. Raúl Anido Informante Montevideo 23 de diciembre de 1993. La Comisión de Derecho Civil, integrada por los Eses. Rosa Giuliano, Jorge Machado, Laura Parnás, Roque Molla y Ana Olano aprueba el infor­ me precedente. Aprobado por unanimidad por la C.D. de la AEU, Resol. Ns 27589 de 14 de marzo de 1994.