ficha de oracion nº4 --------------- dia 1

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FICHA DE ORACION Nº Nº 4 – Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios
Ejercicios Espirituales Ignacianos – www.apuntesespirituales.com.ar – [email protected]
FICHA DE ORACION Nº4
Tema: “Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios”
--------------- DIA 1 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
PETICION
"Señor, que pueda sentir vergüenza y confusión
de mí mismo, viendo cuántos han sido condenados, mientras que a mí me has dado la oportunidad de conocerte, y de contar con tu amor y tu
gracia para arrepentirme de mis tantos pecados.
¿Que hice Señor para merecerte?".
LA ORACION Y EL ENEMIGO
De a poquito tu oración empezará a ser más
constante y natural (serás cada vez más consciente de que Dios es quien lleva la iniciativa).
Pero a esta altura, probablemente esté sometida
ya a un enemigo muy acosador: la distracción.
Hay distracciones simples que pueden ser por
fatiga, decaimiento, desaliento… y consisten
simplemente en una especie de sopor, de "estar
en blanco", un poco de sueño y vaga fantasía.
El remedio será volver al tema de la oración y al
trato con Dios nuestro Señor, apenas nos damos
cuenta. Si nos cuesta, tomemos versículos de
Salmos que nos hayan atrapado en otros momentos, refresquemos marcas hechas en los textos,
repasemos nuestras notas de fichas anteriores…
Si se pone difícil, conviene volver a la oración de
disponibilidad ("recibe mi voluntad, memoria,
entendimiento, mi libertad, mi haber, mi poseer") y la petición. Es decir, dejar en Sus manos
nuestro problema. Ayudará también el mojarnos
la cara, o prepararnos otro café o mate. La idea
es resistir a la invasión del sopor.
También puede haber distracciones por preocupaciones de salud, trabajo, o familia, que sustituyen al tema de la oración y el trato con Dios.
Ahí conviene además de lo anterior, hacer de la
preocupación, una ocasión de trato con El, y
sobre todo de petición.
Pueden aparecer también tentaciones que son
más turbadoras y peligrosas. Un estado de desolación, en sequedad, "sin fe, sin esperanza, sin
amor, hallándose perezoso, tibio, triste y como
separado de su Creador y Señor". Uno se halla
"hombre viejo", "mundano" y, por tanto, hastiado
de orar, con un sentimiento de inutilidad, de
fastidio de lo que se está haciendo.
O bien, porque la vista de nuestros pecados y
miserias tiende a desalentarnos: "¡no hay lugar
para ti en la casa de Dios... fuera los perros!".
El resultado es que, tanto en un caso como en el
otro, nos apartamos de la oración, ya porque nos
parezca inútil, indeseable, pesada; o bien porque
no nos creemos dignos…
Otro tipo de tentaciones peligrosas, son cuando
"nos son sugeridos" pensamientos, sentimientos o
imaginaciones: de furia, de duda, de desesperanza, de amargura consentida, de agrado en el
mal de los demás, de celos, de orgullo, de vanidad, de sensualidad, etc.
Ahí, lo primero que debemos tener en cuenta, es
que son la escuela normal y necesaria de las altas
virtudes. No hay que temerlas, ni deplorarlas
excesivamente: con la gracia que tenemos, podemos y debemos, no solamente superarlas, sino
sacar de ellas un gran provecho espiritual.
Se las combate en general tratando de mantener
un clima de presencia y escucha de Dios durante
el día, fuera de la hora específica de oración que
es donde somos atacados por estas tentaciones.
En las tentaciones de depresión deberemos discernir -con la ayuda del acompañante- si esos
sentimientos son tentación para disgustarnos de
la oración y el servicio a Dios (mal espíritu); o si
nacen de una caricia, que Dios se digna darnos
(buen espíritu), haciéndonos sentir nuestra miseria, para que como "el Hijo Pródigo", iniciemos la
vuelta a casa.
En el primer caso, hay que reaccionar valientemente contra el hastío: no ceder en nada, sino
apostar más aún.
En el segundo, hay que purificar nuestra vida, y
dejarlo obrar a Dios. Y reconoceremos que viene
de Dios, si nos humilla… sin desalentarnos. Podremos entonces, entre lágrimas reírnos de nosotros mismos y permanecer en paz, reconociendo
nuestras limitaciones. Después, una vez hecho
esto, quedar en paz ante Dios, ser paciente "como una oveja ante quien la esquila" (Is.53,7),
como Jesús frente a su Pasión.
Habrá otras tentaciones, como acordarse ("justo
en ese momento") de un tema pendiente, que
nos saca del clima de encuentro con el Señor. Al
darnos cuenta, no perdamos tiempo con vergüenza, o tristeza, sino de inmediato, volver a
nuestra oración con el Señor, en la que estábamos. Un verdadero arrepentimiento, es ese que
nos levanta y nos vuelve hacia Dios -como al Hijo
Pródigo-, y que nos puede hacer ganar más de lo
que perdimos con esa distracción.
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a) Traer a la memoria el primer pecado que
hubo en la Creación, que fue el de los ángeles.
NUEVO PASO EN EL PROCESO
Hemos empezado con las "distracciones" porque
estamos por meternos de lleno en la primera semana ignaciana. Esta nos hace percibir fuertemente el amor de Dios para con nosotros, y comienza entonces el acoso del enemigo de Dios,
que busca separarnos de El.
Nos sentimos identificados con el Señor y sus tentaciones en el desierto antes de iniciar su misión,
su proyecto de vida. Jn.13,16: "Les aseguro que
el servidor no es más grande que su señor, ni el
enviado más grande que el que lo envía".
PRIMER EJERCICIO
1er Punto: EL PECADO DE LOS ANGELES
En este primer ejercicio, San Ignacio trata de
identificar al responsable de que nuestra naturaleza humana tenga la tendencia a lo terreno, más
que a los valores del Reino. Gal.5,16-17: "déjense
conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán
arrastrados por los deseos de la carne. Porque la
carne desea contra el espíritu y el espíritu contra
la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren".
En estas próximas semanas, buscaremos experimentar a Jesús como Salvador. Se trata de llegar
a una experiencia viva y profunda de Su Amor,
hasta poder decir con San Pablo en Rom.8,38-39:
"nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha
demostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor" .
Pero esta percepción no la puede lograr uno de
por sí: es una gracia libremente regalada, y por
eso hay que suplicarla. Se pide "quedar profundamente confundido por mi ingratitud ante el
continuo derroche de la misericordia de Dios en
Jesús", que "cuando abundó en mi el pecado, hizo
sobreabundar para mi su gracia" (cf.Rom.5,20)
El Primer Ejercicio, busca hacer conocer rasgos
típicos del pecado en las actitudes elegidas por
los ángeles y las personas en la historia.
Vemos ANEXO N°2, punto 6 b)
"Representación imaginativa del lugar".
En el caso de los pecados será considerar "que mi
alma está encarcelada en este cuerpo corruptible". Rom.7,14-24: "no hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero... Ay de mí, ¿quien
podrá librarme de este cuerpo que me lleva a la
muerte?". Si el cuerpo no es recuperado en gracia y en voluntad, arrastra en su desorden al
alma, que queda como encarcelada y arrastrada.
Dios creó un mundo de maravillosos espíritus
puros: criaturas limitadas pero creadas a imagen
y semejanza de Dios, con potencial para entregarse, con toda su libertad y capacidad, a "alabar, hacer reverencia y servir a Dios", y mediante
eso, llegar a participar de Su gloria.
Según los Padres de la Iglesia, el pecado de Lucifer y sus ángeles fue que, al revelarles Dios la
Encarnación del Hijo, como punto central de la
elevación de las creaturas humanas al estado de
"hijos", los ángeles debían adorar, como "Dios", al
Hijo del hombre, que se les presentaba con naturaleza humana (Flp.2,7-8). Además debían reconocer y honrar, en un portador de naturaleza
humana (en un hombre), la fuente de la gracia y
de la gloria destinada a ellos. Heb.1,6: "Que
todos los ángeles de Dios lo adoren".
Se rebelaron furiosamente, objetando que eso
los rebajaba ante la creatura humana y los ponía
al servicio de seres inferiores: "¡No serviré!", fue
su respuesta. No quisieron permanecer en su
gracia, sino que se precipitaron en ese definitivo
alejamiento de Dios que llamamos infierno, "preparado para el Demonio y sus ángeles" (Mt.25,41)
Lo sentían una profunda humillación: no solamente debían reconocer que, a pesar de sus altas perfecciones naturales, no podían pretender
ser "hijos", sino que, además, debían resignarse a
que el Unigénito de Dios, no morase en medio de
ellos, sino que levantase el trono de su gracia en
la naturaleza humana, que les era inferior, y
desde allí les irradiase a ellos su gloria divina.
¿No había de irritarle a Lucifer que Dios prescindiera de su naturaleza, y llenarse de envidia
contra el linaje humano así favorecido (Sab.
2,23) y sobre todo sentir un odio irrefrenable al
Hijo del hombre, al cual habría de rendir homenaje, al cual habría de adorar?
Según la Escritura (Is. 14,14 y Ez.28,2), quiso con
loca osadía ser semejante al Altísimo y fundar,
frente a El, su propio reino.
Esta parece haber sido la forma original de su
orgullo, en el que iban incluidas la envidia a los
hombres así favorecidos, y a su Cabeza, el Hijo
del Hombre, y la rebelión contra Dios.
Sin esta revelación, nunca podremos hablar, con
precisión, acerca de la Redención, del reino de
Cristo y su victoria sobre Satanás, de la gracia
bautismal como rechazo del demonio, y de la
historia universal de salvación como "del echar
afuera el príncipe de este mundo" (Jn.12,31).
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Pareciera que una de las "maldades" de Satanás,
que "ronda buscando a quién devorar" (1Pe.5,8),
fuese la de envolver en una nube la mayor parte
de las verdades sobre él mismo.
Las imagenes de un demonio cinematográfico en
las películas de terror, o de la picara silueta del
"enfundado en el overol rojo con tridente", la
exacta anti-imagen de los dulzones ángeles rosados con amables cuerpitos de niños, hace que la
creencia en su poder parezca infantil. En definitiva, "si no veo películas de terror, o no me acerco al esoterismo, estoy a salvo de su influencia
en mi". Esto le deja libre camino para las "sutilezas" que hacen exclamar a San Pablo (y a cada
uno al tomar conciencia) Rom.7,14-24: "no hago
el bien que quiero, sino el mal que no quiero..."
Las poderosas imágenes de Isaías y del Apocalipsis, y el conjunto de todo lo que ha dicho y
hecho Jesús contra Satanás (en el NT se menciona al demonio 511 veces), nos proporcionaría
suficiente contenido para una exposición profunda sobre el gran enemigo de los hombres, sin el
cual no se entiende el drama de la Redención.
Jesús dice en Jn.8,44: "Satanás es el homicida
desde el principio", o sea, desde el comienzo, el
demonio piensa en el asesinato del Encarnado,
en la muerte de Dios en la cruz, en la muerte de
Aquel que debía salir del género de Adán.
Satán, "Padre de la mentira" y "Homicida desde
el comienzo" es enemigo del Verbo (Verdad) y el
Hijo (Vida), y enemigo de los seres humanos. La
realidad irrebatible de este combate espiritual es
lo que obliga al cristiano a creerle a Cristo cuando habla de este enemigo y nos pone en guardia
contra él. Quien tenga una experiencia seria de
la vida espiritual, sabe de qué, o más bien "de
quién" está hablando aquí el Señor.
La Biblia da indicaciones claras y sobrias sobre
este enemigo. Lc.10,18: "Yo veía a Satanás caer
del cielo como un rayo". Jesús retoma a Isaías,
en una sátira contra el rey de Babilonia:
Is.14,10-15. Esto ha sido ampliado por Ezequiel
en otra sátira contra el rey de Tiro: Ez.28.
Ez.28,15: "Eras irreprochable en tus caminos
desde el día en que fuiste creado, hasta que
apareció tu perversidad". Por un acto arbitrario,
lo mejor se vuelve lo peor. Así aprendemos que,
no son nuestros defectos, nuestras imperfecciones y nuestras limitaciones los que producen en
nosotros el mayor mal, sino nuestras cualidades y
nuestras perfecciones cuando llegan a apoderarse de ellas el orgullo y la voluntad de poder.
"Veía a Satanás caer del cielo como el relámpago". El relámpago chispea un instante. Este acto
instantáneo, se produce fuera del tiempo humano. Tiene un alcance por lo menos igual a toda la
historia de la humanidad. Tal es el "primer pecado". Se acabó... es definitivo. En cambio, nuestros actos, tienen una trayectoria en que el pecado produce poco a poco su efecto. Y la condena no es inmediata, uno puede retractarse...
(b) Analizar con el entendimiento, tratando de
penetrar toda esta realidad.
(c) Y luego con la voluntad, queriendo avergonzarme y confundirme más, comparando a un
pecado de los ángeles, tantos pecados míos…
Ejemplo: "no puedo hacerlo de la manera que
Vos me pedís… lo lamento, es más fuerte que
yo"… ¿no se parece a lo de Lucifer?… y considerando que si ellos por un solo pecado fueron al
infierno, cuántas veces yo lo he merecido…
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Y mirándome a mí, ver qué he hecho por El,
qué hago por El, qué debo hacer por El.
Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
Is.14,10-15
Sátira contra el demonio
Ez.28, 1-19
(v.15, evoca "el Instante"). Arrogancia / Orgullo
Sal. 27
No tengas miedo, Yo estoy contigo
(En www.apuntesespirituales.com.ar, en la aleta Amb.I, el P.Ignacio Larrañaga desarrolla el Salmo 27)
Sab.2,23-24
Dios creó al hombre inmortal, a su imagen
Mt.25,41
vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles
Apoc.12, 7-9
el seductor del mundo fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles
Col.1,15-17
En El fueron creados tanto los seres visibles como invisibles.
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--------------- DIA 2 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
1Cor1,25: "Porque la locura de Dios es más sabia
que la sabiduría de los hombres, y Su debilidad es
más fuerte que la fortaleza de los hombres".
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
Es una experiencia teológica. Por eso, la revelación del pecado, está en relación imprescindible
con tu fe en un Dios "loco de Amor".
PETICION
Rom.5,20: "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia".
"Señor, que pueda sentir vergüenza y confusión
de mí mismo, viendo cuántos han sido condenados, mientras que a mí me has dado la oportunidad de conocerte, y de contar con tu amor y tu
gracia para arrepentirme de mis tantos pecados.
¿Que hice Señor para merecerte?".
LA MIRADA DEL SEÑOR SOBRE EL PECADO
El principio fundamental en todo lo referente al
pecado, durante la primera Semana, es que sólo
el amor de Dios revela lo que es el pecado.
Todo otro conocimiento del mismo es superficial;
nuestro propio punto de vista no sirve aquí, es
pobre o desacertado, racionaliza, minimiza o
exagera.
Vale la pena detenerse en la percepción de lo que
el hijo pródigo pensaba hacer, y la insospechada
misericordia del Padre que lo estaba esperando
para abrazarlo y besarlo.
Lc.15,17-20: "entonces recapacitó... ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre,
pequé... ya no merezco ser llamado hijo tuyo...
Entonces partió... cuando todavía estaba lejos, su
padre lo vió y se conmovió profundamente; corrió
a su encuentro, lo abrazó y lo besó... y festejó".
El pecado no puede ser conocido por medio de la
sola reflexión que hace nuestra conciencia moral
sobre nuestras intenciones y actos.
Podremos darnos cuenta sobre ciertas faltas cometidas contra otros, o contra nosotros mismos,
pero no necesariamente en aquello que Dios nos
reprocha en la Biblia como nuestro pecado.
Ejemplo, Os.2,4-15: "la amada infiel" (idolatría),
que consagra a otros, que no son Dios, el don
recibido de El. Semejante revelación, desenmascara algo que queda imperceptible para nosotros.
El pecado obnubila la conciencia del pecador y
oculta a sus ojos el alcance y la malicia intrínseca
de sus actos. La revelación es la que nos lo hace
conocer.
La primera Semana no es, por lo tanto, de carácter moral o psicológico, eso aquí no sirve…
Ef.1,7: "hemos recibido el perdón de los pecados,
según la riqueza de su gracia".
Col.3,13: "El Señor los ha perdonado: hagan ustedes lo mismo".
Veamos una metáfora para sentir en carne propia
lo que es la misericordia de Dios con nosotros.
LA INFLUENCIA MISTERIOSA
Es la tarde de un viernes típico y estas manejando hacia tu casa. Sintonizas la radio. El noticiero
cuenta una historia de poca importancia: en un
pueblito lejano han muerto 3 personas de alguna
gripe que nunca antes se había visto. No le prestas mucha atención...
El lunes cuando despiertas, escuchas que ya no
son 3, sino 30.000 personas los muertos en las
colinas remotas de la India. Gente del control de
enfermedades de EE.UU., ha ido a investigar. El
martes ya es la noticia más importante en la
primera plana del periódico.
No sólo es la India, sino Pakistán, Irán y Afganistán y pronto la noticia sale en todos los noticieros. Le están llamando "La Influencia Misteriosa"
y todos se preguntan: ¿Cómo vamos a controlarla? Entonces una noticia sorprende a todos. Europa cierra sus fronteras, no habrá vuelos a Francia desde la India, ni de ningún otro país en el
cual se haya visto la enfermedad. Estas viendo
las noticias por lo del cierre de fronteras, cuando
escuchas que en Francia hay un hombre en el
hospital muriendo de la "Influencia Misteriosa".
Hay pánico en Europa. La información dice que
cuando tienes el virus, es por una semana y ni te
das cuenta. Luego tienes 4 días de síntomas
horribles y mueres...
Inglaterra cierra también sus fronteras... pero es
tarde. Pasa un día más y el presidente de los
EE.UU. cierra las fronteras a Europa y Asia, para
evitar el contagio, hasta que encuentren la cura.
Al día siguiente la gente se reúne en los templos
a orar por una cura y entra alguien diciendo:
"prendan la radio", y se oye la noticia: "Dos mujeres han muerto en Nueva York". En horas, parece que la cosa invade a todo el mundo.
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Los científicos siguen trabajando para encontrar
el antídoto, pero nada funciona. Y de repente,
viene la noticia esperada: "Se ha descifrado el
código de ADN del Virus. Se puede hacer el antídoto... Va a requerirse la sangre de alguien que
no haya sido infectado". En todo el país se corre
la voz de que todos vayan a los hospitales para
que se les practique un examen de sangre.
Vas de voluntario con tu familia, junto a unos
vecinos, preguntándote: ¿qué pasará? ¿Será esto
el fin del mundo?... De repente el doctor sale
gritando un nombre que ha leído en su cuaderno.
Tu hijo, muy pequeño, está a tu lado, te agarra
la chaqueta y dice: "Papi, ¿me llamó a mí?" Antes
de que puedas reaccionar se están llevando a tu
hijo y gritas: "¡Esperen!" Y ellos contestan: "todo
esta bien, su sangre esta limpia, es pura. Creemos que tiene el tipo de sangre correcta..."
Después de 5 largos minutos salen los médicos
llorando y riendo. Es la primera vez que has visto
a alguien reír en una semana. Un especialista se
te acerca y dice: "¡Gracias, señor!, la sangre de
su hijo es perfecta, esta limpia y pura, se puede
hacer el antídoto contra esta enfermedad..."
La noticia corre por todas partes, la gente esta
orando y riendo de felicidad. En eso el doctor se
acerca a ti y a tu esposa y dice: "¿podemos
hablar un momento?, es que... no sabíamos que
el donante seria un niño y precisamos que firmen
este documento para darnos el permiso de usar
su sangre".
Cuando lo estas leyendo te das cuenta de que no
ponen la cantidad que necesitaran y preguntas:
"¿cuánta sangre?"... La sonrisa del doctor desaparece y contesta: "no pensábamos que era un niño... no estabamos preparados... ¡¡¡la necesitamos toda!!!"
No lo puedes creer y tratas de contestar: "Pero,
pero..." El doctor te sigue insistiendo: "usted no
entiende, estamos hablando de la cura para todo
el mundo. ¡Por favor firme, la necesitamos...
toda!. Tú preguntas: "¿pero no pueden darle una
transfusión?" Y viene la respuesta: "Si tuviéramos
sangre limpia podríamos... ¿Firmara? ¡Por favor!
¡¡¡Firme!!!"
En silencio y sin poder sentir los mismos dedos
que tienen la pluma en la mano, lo firmas...
Te preguntan: "¿quiere ver a su hijo?" Caminas
hacia esa sala de emergencia donde tu hijo esta
sentado en la cama diciendo: "¡papi! ¡mami! ¿qué
pasa?" Tomas su mano y le dices: "Hijo, tu mami
y yo te amamos y nunca dejaríamos que te pase
algo que no fuera necesario, ¿comprendes eso?"
Y cuando el doctor regresa y te dice: "lo siento
necesitamos empezar, gente en todo el mundo
esta muriendo"... ¿Te puedes ir? ¿Puedes darle la
espalda a tu hijo y dejarlo allí? Mientras el te
dice: "¿papi, mami por que me abandonan?"
A la semana siguiente cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se
quedan dormidas en casa, otras no vienen porque
prefieren ir de paseo, o ver un partido de fútbol,
y otras vienen a la ceremonia con una sonrisa
falsa fingiendo que les importa. Quisieras pararte
y gritar: "¡Mi hijo murió por ustedes! ¿Qué no les
importa?".
Eso es lo que Él nos quiere decir: "¡Mi hijo murió
por ustedes! ¿Qué no saben cuánto los amo?" "De
tal manera amó Dios al mundo, que entregó a su
Hijo único para que todo el que cree en él no
muera, sino que tenga Vida eterna" (Jn.3,16).
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Ante El, coloco mi vida entera pues acabo de ver
como El colocó la suya para salvarme. Son dos
vidas que quieren unirse y ponerse en estrecha
relación: ver qué he hecho por El, qué hago por
El, qué debo hacer por El.
Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
Rom.8,31-39
¿Qué diremos después de todo ésto?
1 Cor.1,25-2,16
La sabiduría del mundo y la sabiduría de Dios
1 Tim.1,12-17
Me llamó a pesar de todo
Flp.2,6-8
Se anonadó a sí mismo y se humilló aceptando por obediencia la muerte
En www.apuntesespirituales.com.ar, aleta Amb.III, otra metáfora de Jn.3,16: "Tanto amó Dios…"
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--------------- DIA 3 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
nos habla del remoto origen de la humanidad,
oscuro para el conocimiento de la ciencia natural
pero vivo en el pueblo de Dios iluminado.
El relato de Adán y Eva, y toda la Historia de la
salvación, guardan su mensaje humano y religioso
intangible, cualquiera sean los datos que la ciencia de hoy vaya alcanzando sobre el origen material del hombre.
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
PETICION
"Señor, que pueda sentir vergüenza y confusión
de mí mismo, viendo cuántos han sido condenados, mientras que a mí me has dado la oportunidad de conocerte, y de contar con tu amor y tu
gracia para arrepentirme de mis tantos pecados.
¿Que hice Señor para merecerte?".
PRIMER EJERCICIO
2do Punto: EL PECADO DE ADAN Y EVA
El pueblo de Israel, iluminado por la experiencia
de Dios en su propia historia, llegó a reconocerlo
como "Dios misericordioso y compasivo, tardo a
la cólera y rico en amor y fidelidad" (Ex 34,6).
Israel no se cansa de cantar a Dios, Yahvé, desde
ese conocimiento: "porque es bueno, porque es
eterno su amor" (Sal.136). Tanto Israel como los
paganos (a los que aún no se había revelado el
Dios verdadero) captaron el problema del mal y
de la muerte reinante en el mundo.
Los pueblos paganos culpan del mal y la muerte a
Dios (aunque hablan de dioses): "Cuando los dioses crearon la humanidad, a los humanos les
dieron la muerte, y ellos se quedaron con la
Vida" (Gilgamesh). Homero: "los dioses disponen
que los pobres mortales tengan que vivir en la
aflicción, pero ellos no sufren el más leve dolor".
Los paganos, sin la Revelación, no tienen cómo
evitar la tristeza de no tener futuro, ni el resentimiento por el egoísmo de los dioses.
Israel nos legó el libro de Job, donde se declara a
Dios inocente: no es de El la culpa. Mientras los
paganos acusan a Dios, Israel, ante la bondad de
Dios, descubrió que el pecador es el ser humano:
"lo malo a tus ojos cometí... pecador me concibió mi madre" (Sal.50).
De allí que a partir del hecho reconocido del mal
y la muerte en el mundo, y de la mala inclinación del corazón humano, Israel intuyó proféticamente que la humanidad está en una "situación
de pecado" que viene desde los orígenes.
Saliendo en defensa de Dios, Israel, con el relato
de Adán y Eva, proyectó hacia atrás, hasta el
primer comienzo histórico, ese conocimiento
sobrenatural, inspirado por el Espíritu Santo,
sobre la culpa original de los seres humanos,
causa del mal en el mundo. En base a imágenes y
símbolos familiares a las culturas orientales, se
Este ejercicio podría parecerte externo a vos, sin
embargo todos los hombres de todos los tiempos
nos parecemos en las distintas respuestas al uso
de la libertad que Dios nos dió. Las distintas actitudes que ves en los distintos personajes, nos
permite reflejarnos como en un espejo. El egoísmo, el orgullo, la rabia, la tibieza, que han estado
detrás de tantas acciones nuestras, comparadas
con un solo acto de rebeldía o desobediencia de
los protagonistas de la historia, en la Biblia.
Ej: Ver nuestra respuesta a las tentaciones sobre "cosas" que Dios nos dice que no nos sirven para alcanzar
el fin para el cual nos creó, y ver la respuesta de Eva a
la tentación de algo que Dios le pidió que no hiciera.
Al conocer tus pecados, te avergonzarán y confundirán como a quien fraternalmente le revelan
un defecto que no sospechaba de si mismo. Es
importante reconocer el pecado objetivamente y
simultáneamente el perdón ofrecido por Dios,
“rico en misericordia”.
Hacemos la misma "Representación imaginativa del lugar" de la pág.2 de esta ficha
Leemos: Gn.1,26-3,24
a) Traer a la memoria el pecado de Adán y Eva:
Dios creó a Adán con "polvo del suelo"...
(El ser espiritual es creado "de la nada" (en hebreo:
"bará") e inmortal, mientras que el cuerpo, es formado de los elementos físicos (en hebreo: yatsar) y es
mortal. El hombre, de esta manera, está equipado
para la vida en esta tierra. Su contacto con el mundo
físico es a través de su ser físico, su carne)
...luego plantó un jardín en Edén, al oriente,
donde colocó al hombre que había formado. De
una costilla de Adán, formó a Eva...
(Entre los semitas, costiIla era lo íntimo, el corazón.
El varón y la mujer están creados para complementarse en el amor, fieles a Dios)
…Adán y Eva aparecen en un estado de abundancia, inocencia y cercanía de Dios. Dios los atiende con su Providencia, les abre el camino para el
despliegue sano de su libertad, y para la vida en
el amor según Dios. Les señala con cuidado paternal, de qué se deben abstener: les prohibe
comer del árbol de la ciencia del bien y del mal,
símbolo de sus mandamientos pedagógicos.
(como los niños, necesitamos la autoridad y guía de
Dios (Mt.18,3))
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FICHA DE ORACION Nº Nº 4 – Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios
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Sin embargo, se dejan tentar y comen, contradiciendo a Dios con plena conciencia. Es un pecado
completamente consciente, saben que Dios les
ha pedido eso y sin embargo cometen ese pecado
de desobediencia, de rebeldía, de orgullo. Todo pecado tiene algo de esto: sabiendo que está
mal, consentimos a la tentación.
Consecuencia del pecado: Perciben que quedan
desnudos (de la gracia divina). Entra la confusión
y la maldición (Gn. 3,7ss). Finalmente: "Dios hizo
para el hombre y su mujer túnicas y los vistió...
cían hijos de Abraham, su padre.
(vestidura de respeto recíproco y penitencial, como la
de los profetas: Mt.3,4; 11,9; 2 Reyes 1,8. Dios, con
ternura y firmeza, los llama al respeto recíproco y a
penitencia).
(Mt.7,13s: "es espacioso el camino que lleva a la perdición y son muchos los que van por allí"; Mt.25,41:
"aléjense de mí, malditos, vayan al fuego eterno...
cada vez que no lo hicieron con el mas pequeño...").
... Y los echó Dios del jardín de Edén.
c) Y luego con la voluntad, queriendo avergonzarme y confundirme más, comparando a un
pecado de Adán y Eva tantos pecados míos, y
considerando que si ellos por un solo pecado
tuvieron estas consecuencias, cuánto he merecido yo por tantos pecados míos...
(símbolo de la pérdida del estado de gracia por haberse querido sustraer a la soberanía paternal de Dios).
Y vivieron toda su vida en sufrimiento y penitencia (ver Sab.10,1) (sin su gracia).
No es en el nivel de la carne y la sangre donde se
comunica el pecado original, sino en una historia
humana y sobrenatural común. Reflexionando en
esta dirección, entendemos mejor nuestra relación con Adán.
b) Analizar con el entendimiento cómo por aquel
pecado cada persona tiene mucho sufrimiento y
debe hacer penitencia, y cuánta corrupción entró al género humano yéndose tantos al infierno.
La relación del relato del pueblo de Dios con
Cristo, se formula dos veces.
En los siguientes párrafos del Génesis, están descriptas otras de nuestras actitudes cotidianas:
1Cor.15,20-28: "la muerte vino por medio de un
hombre, y también por medio de un hombre
viene la resurrección"
 El pecado de Caín (Gn.4,1-16): es tentado con
envidia, rivalidad, enojo, resentimiento, es
agresivo con su hermano, va concibiendo odio,
siente deseos de vengarse y lo mata. Al ser
descubierto: miente, es irónico. Nuestros pecados contra otros tienen algo de este.
Rom.5,12-20: "Por un solo hombre entro el pecado y por el pecado, la muerte, y así la muerte
pasó a todos los hombres... pero la gracia de
Jesucristo fue derramada...".
Los judíos del tiempo de Jesús y de san Pablo
admitían que el torrente de los pecados en el
mundo tenía su origen en Adán. Pero: ¿que relación tenemos nosotros con el Adán que describe
el pueblo de Israel para explicar el pecado de
raíz del género humano?
En general pensamos: "antepasados", "generaciones", como una operación completamente biológica, un lazo de sangre. Esta no era la idea que
tenían los antiguos, en especial los semitas y el
pueblo bíblico. Para ellos, la generación designa
la relación más esencial por la cual un ser humano, está religado a un origen humano. Por la
generación, el miembro de una comunidad se
religa al ancestro, al padre de la comunidad, que
es al mismo tiempo el testigo primero de los
eventos religiosos que han fundado esta comunidad. Este es el sentido en que los judíos se de-
 El pecado de la Torre de Babel (Gn.11,4-9).
Después del diluvio, los hombres piensan construir una torre para escaparse de cualquier diluvio. Es el pecado colectivo, de desafío, de
orgullo ("no te necesitamos, sólos podemos"),
vanidad ("perpetuar nuestro nombre").
Estos pecados ya concluyeron, son inmodificables
En cambio nosotros, ante actitudes semejantes,
¡nos experimentamos salvados por nuestro Señor!
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Ver qué he hecho por El, qué hago por El, qué
debo hacer por El. Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
Gén.3
desconfianza para con Dios y crédito concedido a la serpiente que miente
Rom.5,8 y 5,12-20
Prueba de que nos ama: éramos pecadores y Cristo murió por nosotros.
1Cor.15,20-28
así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo
Col.1,21-22 y 2,14
Ustedes eran enemigos de Dios. Cristo los ha reconciliado con su muerte
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FICHA DE ORACION Nº Nº 4 – Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios
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--------------- DIA 4 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
PETICION
"Señor, que pueda sentir vergüenza y confusión
de mí mismo, viendo cuántos han sido condenados, mientras que a mí me has dado la oportunidad de conocerte, y de contar con tu amor y tu
gracia para arrepentirme de mis tantos pecados.
¿Que hice Señor para merecerte?".
PRIMER EJERCICIO
3er Punto: EL PECADO DE UN
SER HUMANO CUALQUIERA
El Pecado de Satán está por encima de la serie
de pecados de los seres humanos, pero la abarca,
en el sentido de que él es el instigador supremo:
Satán es el tentador, y todo pecado humano
tiene, de una u otra forma, su origen en él.
El Pecado que manda la serie y forma parte de
ella es el Pecado de Adán y Eva. En el fondo, el
Pecado original es desconfianza respecto de
Dios, de quien se sospecha que quiere retener
celosamente para sí algo que negaría al ser
humano. Tal parece ser al menos el sentido del
texto del Génesis. Y la serpiente es quien, adulándolo, inspira semejante desconfianza.
Ayer vimos como la Revelación hace llegar hasta
nosotros, desde el fondo de un misterio tan perturbador como impenetrable, palabras de advertencia: el Pecado de los seres humanos, no está
libre de relaciones íntimas con el Pecado del
Ángel que ha elegido el camino de ser la esencia
del Mentiroso, del Tentador y del Homicida.
A la vez culpable y víctima, el ser humano se
puso libremente bajo la esclavitud a Satán al
sucumbir a la tentación.
El pecado original es, por definición, pecado en
el origen, y en cuanto tal, no se reitera. Pero la
misma triste historia vuelve a comenzar en todo
pecado: un ser humano que sospecha de las intenciones del Creador, de buena gana se fía más
de Satán que de Dios, y actúa...
Para comprender el verdadero sentido de esta
“vergüenza y confusión” de la que habla San
Ignacio convendría ver la significación que le da a
estas palabras en su Autobiografía (32-33):
"... estuvo a punto de naufragar (siempre se describe en tercera persona). En este tiempo, examinándose bien, y preparándose para morir, no
podía tener temor de sus pecados, ni de ser condenado (porque se le había revelado la misericordia infinita de Dios); pero tenía gran confusión y
dolor, por juzgar que no había empleado bien los
dones y gracia que Nuestro Señor le había comunicado".
También puede verse en [EE.74]: "... empujar a
mi alma hacia un estado de confusión y vergüenza
por mis tantos pecados, poniendo ejemplos: como
si a mí también, como a David a través del profeta Natán, Dios me pusiera en evidencia por alguna página vergonzosa de mi vida, y me echara en
cara mi perversidad y mi ingratitud después de
tantos beneficios".
En realidad le estamos pidiendo que nos envíe a
"Natán" a través de su Espíritu Santo en nuestro
interior, para revelarnos los pecados que aún no
podemos ver (y estamos dispuestos a la verguenza y confusión que nos causarán)
Hacemos la misma "Representación imaginativa del lugar" de la pág.2 de esta ficha
a) Traer a la memoria la gravedad y malicia de
pecados de uno cualquiera contra su Creador.
Meditamos sobre casos ya condenados, a veces,
por un solo pecado mortal, y otros muchos condenados por menos pecados que los míos sin que
les quede, como a mí, una nueva oportunidad.
Ver los casos de:
1. Diluvio: Mt.24, 37-41
2. Judas: Mt.26,24; Mt.27,3-10, Hch.1, 15-20;
3. Ananías y Zafira, en Hch.5,1-11
(Miles y miles mueren cada día en mil formas; miles
mueren desprevenidamente ¿Cuántos no llegan a reconciliarse para poderse salvar?).
Otros casos típicos de pecado, en la Biblia:
4. El pecado de David (2 Sam.11 y 12). Ve a
una mujer que se está bañando. El tiene un
pequeño harem de seis mujeres. En ese tiempo, se ve en la Biblia, que había jueces que
también tenían varias mujeres, de modo que
esto no era malo. Pero David pregunta:
“¿Quien es esa mujer?”, y le dijeron: “Es la
mujer de Urías”. Entonces, con esto, él sabía
que no debía tocarla. Apoderarse de esta mujer era adulterio, y eso estaba prohibido
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siempre. Sin embargo, David es tentado y
cae, y después trata de tapar ese pecado, y
termina haciendo morir al marido de Betsabé
y se lleva a ella a su Palacio. De modo que
hay pecado de adulterio y de homicidio. David está tan deslumbrado que es necesario
que el profeta Natán vaya a indicarle, a mostrarle, la fealdad de su pecado.
5. El pecado de Pedro (Mt.26,69-75). Jesús le
había advertido: “antes que el gallo cante dos
veces, me habrás negado tres veces”. Pedro
estaba seguro de sí mismo: “No, Señor, voy a
morir antes que negarte”. Sin embargo, Pedro, en su debilidad cae en una especie de
crisis de pánico. Le dicen: “Tú estabas con
él”... “no, no, ¡yo no!”... Podríamos creer
que, en ese momento, perdió el control (no
hubiese habido pecado), sin embargo, la Biblia lo presenta como pecado. Podría haber
acompañado a Jesús en su sufrimiento, sin
embargo se queda, lo niega bajo juramento y
repite de nuevo “que Dios me castigue si estoy mintiendo”...
En esto vemos lo difícil, lo imposible que es para
nosotros juzgar al prójimo. Podemos juzgar el
pecado. Pedro pecó, objetivamente negó a Jesús, pero no podemos condenar al pecador, porque no podemos entrar y apreciar que es lo
que le pasó dentro de él. Dios es el que sabe.
Esto es importante recordarlo, porque la Iglesia
juzga el pecado, pero no juzga al pecador. Si
vemos que un hombre violó a una mujer, etc.
decimos: “hizo algo malo”, condenamos el pecado, pero no podemos entrar y saber que es lo
que pasó en el pecador: si estaba loco, drogado,
cual fue su historia de vida, que le pasó adentro.
Dios es el único.
6. Y también tenemos el pecado en la historia
actual: violencia, fanatismos, intolerancia,
desprecio por la vida y por la dignidad de las
personas, esclavitudes (drogas, juego,...), "el
otro" como objeto de placer, etc...
b) Analizar con el entendimiento, reconociendo
cómo al pecar, por contraponerse a la bondad
infinita, el pecador con toda justicia ha sido
condenado para siempre (un solo pecado mortal
merece la condenación).
c) Y luego con la voluntad, queriendo avergonzarme y confundirme más, comparando a un
pecado de los que acabo de ver, tantos pecados
míos, y considerando que si ellos por un solo
pecado tuvieron estas consecuencias, cuánto he
merecido yo por tantos pecados míos...
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Ante El, coloco mi vida entera pues acabo de ver
como El colocó la suya para salvarme. Son dos
vidas que quieren unirse y ponerse en estrecha
relación: ver qué he hecho por El, qué hago por
El, qué debo hacer por El.
Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
1 Sam.15, 7-35
La desobediencia de Saúl
En la Biblia hay muchas actitudes de pecado; Jesús nos pone en guardia principalmente con las faltas:
Mt.24,37-44
de falta de vigilancia y de ligereza incalificable
Mt.24,45-51
en el orden del servicio, de los deberes de estado
Mt.25,1-13
en el orden del amor (simbolismo de la lámpara encendida o apagada)
Mt.25,31-46
que llamaríamos de omisión
APUNTES SOBRE MIS MOCIONES INTERIORES (¿que sentí hoy en mi oración?)
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--------------- DIA 5 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
PETICION
"Señor, te pido que pueda percibir fuertemente y
agradecer el amor que me tenés".
UN DIOS QUE DISFRUTA PERDONANDO
En la primera Semana de sus Ejercicios, San Ignacio nos hizo considerar primero la misericordia
y el perdón de Dios (con la meditación del "Primer Ejercicio"). Mas adelante haremos la de
"nuestros propios pecados". En ella, y en el examen de conciencia "para limpiarse y para mejor
confesarse", nos hace primero dar gracias a Dios,
antes de hacernos considerar nuestros pecados
personales. Este mismo orden se encuentra en
algunos salmos, en los que el Señor renueva su
Alianza con su pueblo.
La misericordia y el perdón de Dios para con
nosotros, pecadores, debe despertar nuestra
acción de gracias por su infinito Amor, al habernos salvado de la esclavitud y habernos puesto a
disposición su gracia para mantenernos libres.
Sólo así estaremos en condiciones de reconocer
nuestro pecado.
Hay varios salmos en que se da el mismo orden:
primero, un himno de alegría y de acción de gracias; y luego, la acusación -que hace el mismo
Dios- de los pecados del pueblo. Por ejemplo, el
Salmo 50 (vv. 1-6 y 7-23), el Salmo 81 (vv. 1-6a
y 6b-17), y otros salmos.
Tomemos ahora el Salmo 95: vv.1-7, la alegría
por lo que Yahvé ha hecho con su pueblo. Los
personajes entran rápidamente en escena: se ve
a Israel venir multitudinariamente a la presencia
de Yahvé, a quien trae su homenaje, ya que,
gracias a El, es lo que es; y enseguida se oye a
Yahvé que, en persona, responde con una dura
lección que Israel escucha en silencio profundo:
vv. 7-11, la acusación que Yahvé hace a su pueblo, sobre sus pecados.
La "aclamación" designaba originariamente el
grito de guerra que precedía al asalto: es la palabra hebrea "teruah", que designaba un clamor
guerrero (Núm.10,5; Salm.33,3). Así se lo saludaba a Yahvé como Rey y Jefe de la guerra.
Y hoy, en nuestra lucha, "no contra la carne y la
sangre, sino contra los espíritus del mal" (Ef.6,
12-13), al tomar "las armas de Dios" (Ef.6,1317), "siempre en oración y súplica, orando en
toda ocasión en el Espíritu, velando con perseve-
rancia e intercediendo por todos" (Ef.6,18-20),
podemos también "aclamar a la Roca" que nos ha
de salvar.
Toda la primera parte del salmo, celebra el
triunfo de Yahvé: no lo dudemos nunca, porque
formamos parte del "bando ganador". Jn.16,33:
"¡Animo! Yo he vencido al mundo". Mc.3,27:
"Nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar -como lo he hecho Yo-, si no ata
primero al fuerte -al demonio-".
La creación del mundo, apunta a la elección del
pueblo que la habita. Dios todo lo ha ordenado a
la gloria que tiene destinada para sus elegidos
(Rom.8,30). Todo esto que Yahvé ha hecho por
su pueblo, justifica sus exigencias: "Reconoce hoy
y medita en tu corazón que el Señor es Dios - en
el cielo y en la tierra - y no hay otro. Observa
los preceptos y mandamientos que hoy te prescribo. Así serás feliz, tú y tus hijos después de
ti, y vivirás mucho tiempo en la tierra que el
Señor, tu Dios, te da para siempre" (Dt.4,39-40)
El resto de la humanidad, dejada a sí misma, en
el "seudo-diálogo" que sostenía con su "dios", no
escuchaba sino el eco de sus propios deseos.
Israel, en cambio, escucha a Yahvé que usa un
lenguaje que no es el de los hombres. Por eso, a
través de toda la Biblia, repetidamente se dice:
"Escucha, Israel...". Cerrar los oídos a esta Palabra es cerrar el propio corazón:" es "endurecer el
corazón". O como también dice la Biblia, ser de
"dura cerviz" (Dt.9,13; Jr.7,26), o como una "vaca brava" (Os.4,16), que no se deja conducir. Por
eso, cuando Israel se endurece, Yahvé tendrá
que cambiarle el corazón (Ez.36,26).
Se suele presentar al Dios del AT como Dios del
temor (todo lo contrario del Dios del amor y la
misericordia). Y nada más falso ni contrario a la
realidad. El calificativo de misericordioso es el
que más veces se atribuye a Dios en el AT: ¡más
de 300 veces!. En la Biblia hebrea, este término
contiene una enorme riqueza de matices de amor
La misericordia es perdón.
El rey David había pecado gravemente (adulterio
y homicidio); pero, ciego por la pasión, no lo
había reconocido. El profeta Natán se lo hace
ver, y David llora su culpa (2 Sam.11-12). Probablemente es en esta ocasión cuando escribe la
maravillosa oración que es el Salmo 51. En él,
todo hombre sincero ama a Dios con David: "Por
tu inmensa ternura, borra mi delito. Lávame a
fondo de mi culpa y purifícame de mi pecado.
Rocíame con hisopo, y seré limpio; lávame y
quedaré más blanco que la nieve" (vv.3, 4, 9).
Dios escucha toda oración; pero una humilde y
confiada súplica de perdón, alcanza lo más sensible de su misericordia, y le mueve a responder.
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"Aunque sus pecados sean como la escarlata, se
volverán blancos como la nieve; aunque sean
rojos como púrpura, serán como lana" (Is.1,18)
Dios aparece, en el AT, como el gran perdonador. Antes nos cansamos nosotros de pedir perdón, que El de concederlo (Gn.18). Da la impresión de que disfruta perdonando. Su perdón es
infinitamente mayor y más completo que el
nuestro: cuando El perdona, no sólo olvida nuestras culpas, sino que las hace desaparecer. "Tu
borras nuestras rebeldías" (Salm.65,4). "Has
quitado la culpa de tu pueblo, has cubierto todos sus pecados" (Salm.85,3).
La misericordia es fidelidad.
Uno de los términos más usados en la Biblia
hebrea para designar la misericordia es "hésed":
podemos traducirlo como "fidelidad en el amor".
Entre dos hombres, "hésed" indica que son mutuamente bondadosos en virtud de la fidelidad a
un compromiso. "Hésed" también se traduce como "gracia" o "amor", basándose en esa fidelidad.
Cuando en el AT se emplea este término referido
a Dios, es siempre en relación a la Alianza que
hizo con Israel como don gratuito y benévolo. El
se comprometía a guardarla por su bondad y
fidelidad ("hésed"). Cuando Israel rompe la Alianza, el mutuo compromiso entre Dios e Israel deja
propiamente de obligar. Pero Dios no rompe con
su pueblo, sino que le sigue amando y ayudando,
porque su actuación bondadosa no depende de la
conducta de su pueblo, sino que brota de la fidelidad a Sí mismo, de su propio amor inmutable:
"No lo hago por ustedes, Casa de Israel, sino por
el honor de mi nombre" (Ez.36,22). Entonces, el
"hésed" manifiesta su aspecto más profundo: Dios
actúa con bondad, no por obligación jurídica
externa, sino por su amor fiel, más fuerte que la
traición o el pecado. Esta idea se refuerza en
hebreo con el binomio "gracia y fidelidad"
(Ex.34,6; Miq.7,20, etc.).
Cuando Israel -y cada uno de nosotros- ha pecado, no tiene derecho a recurrir al "hésed" de Dios
por justicia legal, pues ha roto el compromiso.
Pero sí puede y debe confiar en obtener el perdón y la restauración de la gracia y Alianza, basándose en la misericordia de Dios, que es fidelidad inquebrantable a su propia esencia de amor
y bondad. Israel lo canta en el himno pascual:
"¡Alaben a Yahvé todas las naciones, celebrenlo
todos los pueblos! Porque es fuerte su amor
("hésed") hacia ustedes, la fidelidad ("émet") de
Yahvé dura por siempre" (Salm.117).
La revelación del amor fiel de Dios llegará a su
plenitud al enviar a su propio Hijo (Jn.3,16).
La misericordia es ternura.
La palabra "misericordia", recalca la relación con
la miseria (piedad, perdón). Pero, gracias a Dios,
su misericordia no consiste solamente en perdonar. Sería descorazonador saber que, a lo más,
podemos aspirar que no se tengan en cuenta los
pecados, pasando la vida en una continua petición de perdón. Ser perdonados es poco para
nosotros; y perdonar es poco para Dios. Una madre no se limita a "perdonar" a su hijo por estar
enfermo. Todo lo contrario, le atiende más, aumenta su cariño, su cuidado, hasta que le pone
más fuerte que antes.
Existe, en hebreo, otro vocablo que expresa la
misericordia: "rahamin". El sustantivo "réhem"
significa primariamente seno o regazo materno.
En virtud de la unidad biológica que liga a la
madre con el niño en gestación, brota un instinto
para con él de afecto y de ternura que, por su
origen, también se llamará "réhem". Es evidente
que este amor no es por los méritos del niño,
sino fruto de una necesidad interior de la madre,
una exigencia del corazón.
Así como el vocablo "hésed" recalcaba matices de
responsabilidad a la fidelidad hacia Sí mismo,
que de alguna manera pueden considerarse caracteres masculinos, "rahamin" tiene un matiz
semántico diferente: denota el amor de la madre, la delicadeza femenina.
Esto es revolucionario en la historia de las religiones. Y debe serlo en nuestra espiritualidad
personal. Estamos relativamente acostumbrados
a ver cómo Dios se presenta como Padre, Esposo
o Amigo. Pero la revelación nos presenta el Corazón de Dios en el AT con expresiones aún más
evocadoras y dulces: ternura, bondad, cariño,
fidelidad, delicadeza maternal. Todo esto queda
comprendido en el vocablo "misericordia".
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Ver qué he hecho por El, qué hago por El, qué
debo hacer por El. Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
Eclo.18,1-14
la misericordia divina
Is.1,16-18
Aunque sus pecados sean como el rojo mas vivo, los dejare como la nieve
Lc.15
La oveja encontrada, la moneda encontrada y el Padre misericordioso
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--------------- DIA 6 --------------ORACION DE DISPONIBILIDAD
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
roso respecto de Cristo en la cruz, razón de no
haber sido castigado: "lo que hice, lo que hago,
lo que debo hacer por Cristo", como San Ignacio
dice en el "coloquio" (EE.53).
Pero podría uno preguntarse, al comenzar estos
Ejercicios: ¿dónde están "mis tantos pecados"?
PETICION
"Señor, te pido que pueda percibir fuertemente y
agradecer el amor que me tenés".
PERCIBIR LA DESPROPORCION
San Ignacio, en la Primera Semana de sus Ejercicios, pone dos meditaciones, de las cuales, la
primera es la del "primero, segundo y tercer
pecado" (que ya hicimos), y la segunda "de los
pecados personales". ¿Por qué este orden, en que
la consideración de los pecados ajenos precede a
la de los propios? Parecería obvio que si San Ignacio pretende que consideremos nuestros pecados, comenzara por ahí, "sin perder tiempo" en la
consideración de los pecados ajenos.
La razón podría ser que, es más fácil animarse a
considerar los pecados propios, si se tiene bien
clara la misericordia de Dios. En otros términos,
como si fuera necesario estar seguro del perdón
y de la misericordia de Dios, para poder mirar,
en toda su profundidad, los pecados personales.
El objetivo, pues, de la primera meditación sobre
el "primero, segundo y tercer pecado ajeno", es
caer bien en la cuenta de la misericordia de Dios
para con nosotros.
Y, ¿cómo se logra esto? La meditación nos hizo
considerar tres "tipos" de pecados; y, en cada
uno de ellos, nos hizo considerar su castigo, y su
castigo eterno en algunos casos (no en todos). Es
el castigo experimentado por otros pecadores, y
que yo (al menos, todavía) no he experimentado,
lo que me permite considerar la misericordia que
Dios ha tenido conmigo.
Por eso, en esa meditación, no he de limitarme a
considerar el pecado de los otros, sino pasar a la
consideración del castigo terrible de cada uno de
esos pecados, y pensar que yo no he sido castigado "por mis tantos pecados" (EE.48).
Así puede nacer en mí lo que pido en la petición
(EE.48): "vergüenza y confusión de mi mismo,
viendo cuántos han sido dañados por un solo pecado mortal, y cuántas veces yo merecía ser condenado para siempre por mis tantos pecados".
Pero no debo quedarme en este sentimiento de
vergüenza que pido en la petición, sino que he
de tratar de pasar al sentimiento del amor gene-
Dice Santa Teresa, en respuesta a esta, nuestra
pregunta: "Te parecerá que estas almas, a las
que el Señor se comunica tan particularmente,
estarán ya tan seguras de que han de gozarle
para siempre, que no tendrán que temer ni que
llorar sus pecados. Este es un engaño muy grande, porque el dolor de los pecados crece más,
mientras más se recibe de Dios.
"Es verdad que unas veces aprieta más que otras;
y también es de diferente manera, porque una
no se acuerda de la pena que ha de tener por
ellos, sino de cómo una fue tan ingrata con
quien tanto debe y con quien tanto merece ser
servido. Una se espanta de cómo fue tan atrevida, llora su poco respeto, le parece una cosa tan
desatinada su desatino, que no acaba jamás de
dolerse cuando se acuerda de las cosas tan bajas
por las que dejaba a tan grande Majestad. Mucho más se acuerda de esto que de las gracias
que recibe.
"Para esta pena, ningún alivio es pensar que
nuestro Señor ya tiene perdonados y olvidados
los pecados, es más, añade a la pena, el ver tanta bondad, y que se regalan gracias a quien no
merecía sino el infierno".
"Yo pienso que fue éste un gran martirio en Pedro y la Magdalena, porque, como tenían el
amor tan crecido y habían recibido tanta gracia,
y tenían entendida la grandeza y majestad de
Dios, darse cuenta de esta desproporción sería
muy duro".
En la Biblia, los Patriarcas tratan íntimamente
con Dios. Lo consideran bueno, cercano, entrañable. La forma de orar de Jacob lo muestra: "Oh
Yahvé, Dios de mi padre Abraham, de mi padre
Isaac, que me dijiste: 'Vuelve a tu tierra, a tu
patria, que yo seré bueno contigo': ¡qué poco
merecía yo todas las gracias y confianza que has
dado a tu siervo! Fuiste Tú quien dijiste: 'Yo seré
bueno contigo y haré tu descendencia como la
arena del mar, y no se puede contar de tanta
que hay' (Gn.32,10-13). Y Dios no le defraudó.
El nacimiento del Pueblo de Israel suele situarse
en la liberación de la esclavitud de Egipto, paso
del Mar Rojo y peregrinación hacia la Tierra prometida. Es un tiempo de continua manifestación
de la misericordia divina, incesantemente contrastada con la rebelde obstinación de los israelitas: esos cuarenta años pueden resumirse en una
frase del himno que canta tras atravesar el Mar
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FICHA DE ORACION Nº Nº 4 – Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios
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Rojo: "En tu misericordia te has hecho guía del
pueblo que has liberado, y con tu poder lo has
conducido a tu santa morada" (Ex.15,13).
San Ignacio considera la misericordia de Dios en el
"Primer Ejercicio", el de la historia del pecado,
presentando a pecadores y su castigo, mientras
que yo no he sido aún castigado...
Hemos podido meditar sobre muchos ejemplos de
pecado en la historia. Pero lo importante aquí,
es considerar la misericordia de Dios para con el
pecador.
Esta misericordia nos la enseña Jesús:
Mt.5,43-45: "Amen a sus enemigos, rueguen por
sus perseguidores… porque el Padre hace salir el
sol sobre malos y buenos, sobre justos e injustos"
De manera que Dios ama a buenos y malos. Aún
al pecador, al que ha ofendido a Dios, al que se
ha separado de El, Dios sigue amándolo, sigue
deseando su bien. 2 Tim.2,13: "Si somos infieles, El es fiel, porque no puede renegar de sí
mismo".
Su amor es fiel. Su amor al pecador, nace de El
mismo. No es un amor que depende de la conducta de la persona (es el amor "ágape"). Dios
ama porque "es Dios", porque "es Amor".
La respuesta en el caso de Pedro: Jesús lo miró,
y Pedro salió y lloró amargamente. Esa es una
gracia de Dios. Es una gracia del arrepentimiento. Y esa contrición es el pecador que rechaza el
pecado que ha cometido. Sin duda, Pedro, se
expresaría con las palabras con que se expresó
David en el Salmo 51 (el salmista es consciente
de su profunda miseria y experimenta la necesidad de una total transformación interior y suplica al Señor que lo renueve íntegramente).
De modo que en la contrición, se rechaza el
pecado que se ha hecho, y se vuelve a Dios con
confianza en su perdón.
Esta confianza también se expresa hermosamen-
te en el Salmo 103 (la actitud de Dios hacia los
pecadores no es la de un Juez inapelable, sino la
de un padre bondadoso, que conoce a fondo la
miseria del hombre).
Cuando Dios perdona, aleja de nosotros infinitamente nuestra culpa. Desaparece nuestra culpa.
En el caso de Pedro, sin duda que Dios le dio esa
contrición y esa confianza.
En una de sus enseñanzas, Jesús añadió algo casi
sorprendente… Son tres parábolas:
Lc.15,1-7 … 'Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido'. ... habrá
más alegría en el cielo por un solo pecador que
se convierta, que por noventa y nueve justos...
Jesús toma un episodio de la vida del pastor. La
pérdida y el hallazgo son motivo de una celebración, de una alegría que no habría habido sin
pérdida y sin hallazgo. Es una comparación del
gozo del Señor por un pecador que se arrepiente.
Lc.15,8-10:... 'Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido'... de
la misma manera, se alegran los ángeles de Dios
por un solo pecador que se convierte.
Lc.15,11-32... Sobre el hijo pródigo: Es justo
que haya fiesta y alegría, porque tu hermano
estaba muerto y ha vuelto a la vida...". Es la
misericordia de Dios para con el pecador.
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Imaginando a Cristo nuestro Señor en la cruz
delante de mí. Considerar cómo, de Creador ha
venido a hacerse hombre, mortal, para así morir
por mis pecados.
Ante El, coloco mi vida entera pues acabo de ver
como El colocó la suya para salvarme. Son dos
vidas que quieren unirse y ponerse en estrecha
relación: ver qué he hecho por El, qué hago por
El, qué debo hacer por El.
Luego un "Padrenuestro".
LECTURAS PARA HOY (Además de las indicadas en el texto, otras relacionadas...)
Sal.51
inspira arrepentimiento
Sal 89
cantaré eternamente la misericordia del Señor.
Sal.103
inspira confianza de perdón
Sal.116
¿Con que pagaré al Señor todo el bien que me hizo?
Rom.5,20
Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia
Flp.3,7-14
La misericordia de Dios nos invita a la conversión
APUNTES SOBRE MIS MOCIONES INTERIORES (¿que sentí hoy en mi oración?)
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FICHA DE ORACION Nº Nº 4 – Primer Ejercicio: El mal en la historia y la misericordia de Dios
Ejercicios Espirituales Ignacianos – www.apuntesespirituales.com.ar – [email protected]
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conocer el peligro del que se ha librado, ¿no le
amará aún más?".
ORACION DE DISPONIBILIDAD
Pues bien, yo soy ese hijo, objeto de amor previsor de un Padre que no ha sido enviado a rescatar a justos, sino a pecadores. El quiere que yo
le ame, no porque me ha perdonado mucho, sino
TODO. El no ha esperado que yo le amase mucho
como Santa Magdalena; ha querido que supiera
cómo me había amado El, con un amor infinitamente previsor, para que yo le ame ahora hasta
la locura... "He oído decir que no se había encontrado un alma pura, que amase más que un
alma penitente. ¡Cómo me gustaría desmentir
esa afirmación!".
Ej: "Toma, Señor, y recibe…" (Baq. N°1)
PETICION
"Señor, te pido que pueda percibir fuertemente y
agradecerte el amor que me tenés".
"CASTIGAME CON UN BESO"
También puede pasar que uno no recuerde haber
cometido ni un pecado mortal en su vida, por el
cual pudiera merecer el infierno. ¿Podría hacer
las meditaciones que propone San Ignacio en su
Primera Semana de sus Ejercicios?
La respuesta nos la da Santa Teresita del Niño
Jesús: "Estoy muy agradecida a Jesús, que no me
ha permitido encontrar 'más que amargura en las
amistades de la tierra'. Con un corazón como el
mío, me hubiera dejado cautivar y cortar las
alas; y entonces, ¿cómo hubiera podido 'volar y
descansar'? (Salm.55,7). ¿Cómo un corazón, entregado al afecto de las creaturas, puede unirse
íntimamente con Dios? Intuyo que es imposible".
"¡Ah, lo sé! Jesús me veía demasiado débil para
exponerme a la tentación. No tengo, pues, ningún mérito por no haberme entregado al amor
de las creaturas, ya que fue la misericordia de
Dios la que me libró. Reconozco que sin su ayuda
hubiera podido caer tan bajo como Santa Magdalena, y las palabras de Nuestro Señor a Simón
resuenan con gran dulzura en mi alma. Yo sé que
'a quien menos se le perdona, ama menos'
(Lc.7,47), pero sé también que Jesús me ha
perdonado más que a Santa Magdalena, ya que
me perdonó de antemano, librándome de caer".
"¡Ah, cuánto me gustaría explicar lo que siento!
He aquí un ejemplo, que explica de algún modo
mi pensamiento: Supongo que el hijo de un sabio
doctor, al tropezar en el camino con una piedra,
cae y se rompe un miembro. Acude rápidamente
su padre, le levanta con amor, cura sus heridas,
empleando en ello todos los recursos de su ciencia y luego, completamente curado, el hijo le
demuestra su agradecimiento. Sin duda, este
hijo tiene razón en querer a un padre tan bueno"
"Pero he aquí otra suposición. Habiéndose enterado el padre de que, en el camino de su hijo
hay una piedra, se apresura a ir adelante y la
retira, sin ser visto por nadie. Ciertamente, este
hijo, objeto de ternura tan previsora, si desconoce el daño que su padre le ha evitado, no le
demostrará su reconocimiento y le amará menos
que si hubiera sido curado por él. Pero si llega a
Esta consideración de la misericordia de Dios
para con nosotros, tanto la que nace del perdón
recibido, como la del preveniente, debe despertar, en nuestro corazón, una actitud peculiar,
que posibilitará que, a continuación, consideremos mejor nuestros pecados y faltas.
Esta actitud la describe así Santa Teresita del
Niño Jesús: "Supongamos que un padre tiene dos
hijos revoltosos y desobedientes; y que, al ir a
castigarlos, ve que uno de ellos tiembla y se
aleja de él con temor, aunque en el fondo sabe
que merece ser castigado.
"Su hermano, por el contrario, se arroja en sus
brazos diciéndole que siente haberle causado
pena, que lo ama, y que para probarlo será en
adelante bueno. Luego, si este hijo le pide a su
padre que lo castigue con un beso, yo no creo
que el corazón del dichoso padre pueda resistirse a la confianza filial de su hijo, cuya sinceridad y amor conoce. Sin embargo, no ignora que
más de una vez su hijo volverá a caer en las
mismas faltas; pero está dispuesto a perdonarlo
siempre, si siempre su hijo le toca el corazón.
No digo nada del otro hijo. Se comprenderá que
su Padre no puede amarlo tanto ni tratarlo con
la misma indulgencia que al primero"
La actitud, pues, con que debemos acercarnos a
la consideración de nuestros pecados y faltas, no
es la del temor, sino la de la confianza filial en
la misericordia de nuestro Padre. "En el amor no
hay lugar para el temor: al contrario, el amor
perfecto elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha llegado a la
plenitud del amor. Nosotros amamos porque Dios
nos amó primero" (1Jn.4, 18-19).
Sin embargo, también es bueno el temor "de las
penas": "para que, si del amor del Señor me olvidare por mis faltas, al menos el temor de las penas me ayude para no venir en pecado" (EE.65).
BAQUEANO N°2, punto 7) "COLOQUIO"
Ver qué he hecho por El, qué hago por El, qué
debo hacer por El. Luego un "Padrenuestro".
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