¿Quién sale ganando con la consolidación del sector bancario

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¿Quién sale ganando con la consolidación del sector bancario americano?
El sector bancario de EEUU estaba entrando en un periodo de recuperación en
2010, pero aún así experimentó altibajos. El año pasado, 157 bancos entraron en
suspensión de pagos en EEUU, el mayor número desde 1992 según la Sociedad
Federal de Seguro de Depósito (FDIC, por sus siglas en inglés). La concesión de
apertura de nuevos bancos marcó un mínimo histórico: 11, comparado con 181
hace tres años.
Con tantos bancos saliendo de escena y tan pocos entrando, está teniendo lugar un
proceso de consolidación que se había anticipado desde hace tiempo. En EEUU
habrá al final de 2011 menos de 6.529 bancos comerciales y 1.128 instituciones de
ahorro. Esto representa una caída del 4,4% en relación al año anterior, lo que deja
al país con cerca de la mitad de instituciones que hace 20 años, según datos del
FDIC. ¿Qué significa esa consolidación para el sector bancario en los próximos 20
años? ¿La disminución del número de bancos debe ser motivo de preocupación para
el consumidor?
Diversos especialistas creen que la consolidación continuará, y prevén que la
tendencia contribuirá a mejorar el sistema bancario a largo plazo. "Realmente no
necesitábamos tantos bancos como teníamos", dice Jack Guttentag, profesor
emérito de Finanzas de Wharton y ex economista de la Reserva Federal de Nueva
York. "Los bancos hoy en día pueden abrir sucursales donde deseen, por lo tanto lo
que importa, de hecho, es el número de opciones que el cliente tiene en un
determinado mercado".
Ese es el desafío, dice Kenneth H. Thomas, profesor de Finanzas de Wharton. Para
Thomas, no todos los clientes se verán beneficiados por una consolidación mayor.
Un mercado, como el americano, con un exceso de bancos, en que la oferta de
servicios bancarios supera la demanda, "generalmente es bueno para el consumidor
y para las empresas, porque tiene como resultado precios más bajos —es decir, en
índices de préstamos, tarifas de préstamo/depósito más bajos e índices de
depósitos más altos— y mejores resultados en lo tocante a productos más variados
e innovadores", dice Thomas. "Habrá quien crea que el exceso de competencia [o la
bancarización excesiva] puede aniquilar los bancos más frágiles" —tal y como
sucedió con Washington Mutual, institución de ahorro que acabó en suspensión de
pagos en 2008—, "pero ahí surge otro que lo sustituye, aunque con un número
menor de sucursales y de servicios".
Lecciones que la historia enseña
Hay un motivo de que en EEUU haya tantos bancos. En vez de crear un banco único
y de grandes dimensiones como hicieron otros países, el Gobierno federal
americano aprobó varias leyes en 1784 con el objetivo de estimular la creación de
numerosos bancos en los diversos Estados. En 1863, una nueva ley bancaria creó
una carta nacional de autorización que estimulaba la creación de un número mayor
de instituciones financieras, aunque tributara a los bancos en sus documentos de
constitución. Cerca de 70 años después, al principio de la Gran Depresión, el país
tenía más de 30.000 bancos. Sin embargo, el colapso del mercado tuvo su precio.
Sólo en 1993, cerca de 4.000 bancos comerciales y 1.700 instituciones de ahorro y
de préstamos se habían hundido.
La siguiente ola de consolidación ocurrió en 1994 con la llegada de Riegle-Neal
Interstate Banking y de la Ley de Eficiencia de las Sucursales. Eso facilitó la
expansión interestatal, que se dio por medio de fusiones y adquisiciones o de
manera orgánica. El número de bancos comenzó a disminuir en cerca de un 4,5%
al año, antes de que tuviera lugar otro periodo de expansión a finales de los años
90, según el FDIC.
Con el péndulo oscilando una vez más el año pasado, la consolidación volvió a los
niveles de 1994. Pero, en contraste con épocas anteriores, buena parte de la
consolidación se debió a suspensiones de pagos y no a fusiones y adquisiciones.
Entre los bancos que cerraron sus puertas están: el American National Bank of
Ohio, una pequeña institución con activos de US$ 70 millones y que luchó durante
años para dar beneficios y estuvo bajo presión regulatoria hasta que su actividad
cesó en marzo; el Colonial BancGroup of Alabama, que concluyó sus actividades en
el verano de 2009 pocos días después de que los órganos reguladores comenzaron
una investigación sobre irregularidades contables. Esta fue la tercera mayor
suspensión de pagos de la historia de EEUU. Todos los depósitos del Colonial fueron
vendidos a B&T, lo que le convirtió en el noveno mayor banco en número de
activos, según Bloomberg. Respecto a las fusiones y las adquisiciones, hubo 197
acuerdos el año pasado, siendo ése el número más bajo registrado en los últimos
20 años. Loretta J. Mester, profesora adjunta de Finanzas de Wharton y directora
de investigaciones del Federal Reserve Bank de Filadelfia, cree que la consolidación
continuará a lo largo de los próximos años. "A corto plazo, creo que la consolidación
ganará fuerza a medida que los bancos más frágiles vayan siendo engullidos en los
procesos de fusiones y adquisiciones, mientras los más fuertes se tomen su tiempo
para reforzar su capital" a la espera de mayores eficiencias y de economías de
escala, dice ella.
Los pequeños
Las instituciones que probablemente se verán más afectadas por toda esa actividad
serán los bancos comunitarios. Gran parte de ellos son de tamaño pequeño,
pertenecen a propietarios locales y tienen menos de US$ 1.000 millones en activos,
pero representan un 92% de todas las instituciones bancarias y de ahorro, informa
el FDCI. Para muchos de ellos, la llegada de la reciente Reforma Dodd-Frank Wall
Street y de la Ley de Protección al Consumidor fue fatal. La introducción de
controles más rigurosos sobre el capital, la liquidez y el apalancamiento, así como
el crecimiento de la burocracia regulatoria, pusieron a esos bancos en una situación
difícil, sobre todo los que tienen menos de US$ 500 millones en activos. "Muchos
bancos pequeños se sienten alejados del segmento por las nuevas regulaciones",
dice Thomas.
La difícil situación de los pequeños no ha pasado desapercibida para el FDIC, ya
que el órgano lanzó varios proyectos para atenuar las dificultades de los bancos
comunitarios. Hace pocas semanas, por ejemplo, el órgano expidió directrices que
alivian los requisitos relativos a la forma en que esos bancos lidian con los clientes
cuyas cuentas están casi siempre en posición de descubierto. El FDIC también ha
incentivado a los emprendedores a comprar bancos con problemas. Según Thomas,
esa tendencia surge hace dos años, cuando era difícil conseguir aval de apertura.
Ejemplo de eso fue el caso del BankUnited, institución financiera de Miami Lakes,
en Florida, con 70 sucursales. El banco salió a bolsa a principios de este año
después de que el FDIC lo vendiera en 2009 a un grupo de inversores en private
equity liderado por John Kanas, ex consejero delegado de un banco regional de
Long Island vendido a Capital One hace algunos años.
Todd A. Gormley, profesor de Finanzas de Wharton, dice que los bancos
comunitarios tienen un papel importante en las economías locales. En general, ellos
se relacionan de manera muy próxima con los clientes y suelen conceder préstamos
utilizando más información personalizada que el historial de crédito y otros datos
concretos usados por los grandes bancos. "Los bancos pequeños, y las personas
que intentan conseguir préstamos de los grandes bancos, tal vez sean un subgrupo
de la población en mala situación debido a la consolidación", dice Gormley.
No se puede dejar de mencionar también la eficiencia —a veces poco apreciada—
de acreedores de menor tamaño que convierten a las relaciones personales en una
garantía contra el impago. En un estudio publicado el año pasado, Stephanie
Moulton, profesora de Políticas Públicas de la Universidad Provincial de Ohio,
constató que los prestatarios de baja renta, o con un mal historial de crédito, tienen
mucha menos probabilidad de caer en el impago en los préstamos contratados en
bancos locales que en préstamos obtenidos de bancos o compañías hipotecarias
distantes. Las relaciones personales, dijo ella, son un factor importante en la
relación recíproca entre acreedor y prestatario. Eso permite que ambos lados
intercambien informaciones críticas como, por ejemplo, plazos de pagos.
Como viene, se va
Para Guttentag, la consolidación deja en manos de algunos bancos la mayor parte
de ciertos productos específicos. Cuatro "megabancos" —Wells Fargo, Bank of
America, JPMorgan Chase y Citigroup— tienen hoy en día las tres quintas partes del
mercado hipotecario residencial, lo que limita la elección de productos por el
consumidor y las opciones de mejor precio. "Es una cuestión evidente de
concentración de poder", dice Guttentag. "Un número limitado de empresas
controla el mercado y se involucra en prácticas implícitas de colusión".
Thomas, por su parte, se preocupa de la concentración de los mercados en áreas
geográficas específicas como consecuencia de la consolidación que está teniendo
lugar. Aunque haya un número más que suficiente de bancos en todo el país,
algunas ciudades, estados y regiones cuentan sólo con un banco que domina el
sector. "Algunos mercados corren el riesgo de tener sólo uno o dos bancos en la
ciudad", dijo. Por ejemplo, en el área metropolitana de Pittsburgh, el Banco PNC
tiene un 47% del segmento de depósitos, según datos del FDIC. El segundo mayor
banco de la región es el Citizens Bank de Pensilvania, con un 8,5% de los
depósitos. "Necesitamos la competencia porque ella rebaja los precios", dice
Thomas.
Aunque no haya límites para el volumen de depósitos en ciertos mercados, la Ley
Riegle-Neal, de 1994, impone a los bancos un techo del 10% sobre los depósitos en
todo el país. Desde entonces, esa ley está siendo interpretada como un límite al
crecimiento a través de fusiones, y no de manera orgánica. El Departamento del
Tesoro estudia ahora modificar ese techo e incluir también los pasivos consolidados.
Mester, sin embargo, dice que el consumidor no necesita preocuparse. "Cuando hay
consolidación, no significa que haya necesariamente menos sucursales bancarias",
dice ella. Aunque el número total de bancos esté descendiendo, el número de
sucursales no lo está. Además, no importa donde esté, el consumidor tiene acceso
a un número cada vez mayor de opciones bancarias online. En los últimos diez
años, el número de sucursales creció un 15% en todo el país, aunque esa
expansión haya ocurrido de forma primordial entre bancos con US$ 500 millones, o
más, de activos. El número de sucursales cayó de forma significativa por primera
vez en diez años en 2010. Respecto al futuro, Guttentag prevé que el número de
bancos continuará descendiendo, pero él duda de que EEUU llegue un día a
parecerse a Canadá, por ejemplo, donde hay sólo 22 bancos. De hecho, si la
consolidación continúa al mismo ritmo que en los últimos 20 años, a una media
anual del 3,3%, se necesitarían 60 años para que el número total caiga por debajo
de 1.000 bancos y cerca de 130 años para que quedara por debajo de 100.
"Aunque el número de bancos descienda, pasando de 1.000 a 100, si esos 100
están operando en todos los segmentos de mercado, y si el consumidor tuviera
varias opciones, no habría motivo de preocupación", dice Guttentag.
Informe realizado por la Wharton School, de la Universidad de
Pennsylvania, y otorgado por Universia.
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