340257. . Tercera Sala. Quinta Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo CX, Pág. 811. SIEMBRAS EN TERRENO AJENO DERECHO DE ACCESION (LEGISLACION DE VERACRUZ). El hecho de que el actor haya sembrado en el predio adquirido por los demandados (quienes así lo reconocieron), por sí solo no es suficiente para que pueda establecerse la procedencia de la acción de pago de la siembra y de los frutos percibidos, y por ende para que se niegue a los demandados, el derecho accesorio a la propiedad del predio, de percibir los frutos, ya que, cuando más, el demandante tendría derecho a una indemnización, en caso de que hubiera sembrado de buena fe, de acuerdo con lo prescrito en el artículo 935 del Código Civil. Sin embargo, debe estimarse que la siembra la hizo de mala fe, de acuerdo con lo preceptuado por el artículo 939 del propio ordenamiento, si no consta que haya pedido previamente al dueño su consentimiento por escrito, para realizarla, y en tales condiciones, se está en el caso del artículo 936 del mismo Código Civil, que dispone que el que siembra de mala fe, en terreno ajeno, pierde lo sembrado y no tiene derecho de reclamar indemnización alguna del dueño del suelo. El derecho de accesión, que es el medio de adquirir la propiedad mediante la unión o incorporación de una cosa secundaria a una principal, lo establece también el artículo 930 del repetido ordenamiento, en cuanto prescribe que "todo lo que se une o incorpora a otra cosa, lo edificado, plantado, sembrado, y lo reparado o mejorado en terreno o finca de propiedad ajena, pertenece al dueño del terreno o finca, con sujeción a lo que disponen los artículos siguientes". Entre dichos artículos siguientes se encuentran los marcados números 935 y 936 anteriormente citados. Por otra parte, el derecho de propiedad de la siembra, como accesión del predio, no puede negárseles a los adquirientes del terreno en que aquélla se encontraba, por el hecho de que supieran que la siembra fue realizada por el demandante, cuando eran dueños las personas de quienes adquirieron el predio, si los propios demandados, al comprar el terreno, pactaron en la escritura de compraventa respectiva, que quedaban "comprendidos en la venta, todos los acotamientos, plantaciones, entradas, salidas, usos, costumbres, servidumbres y todo lo que ha pertenecido a los vendedores". Amparo civil directo. 5022/51. Párraga David P. 26 de octubre de 1951. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Hilario Medina. Ponente: Agustín Mercado Alarcón. -1-