ANEXO N° 1 1° Día: Entronización de la Palabra

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ANEXO N° 1
1° Día: Entronización de la Palabra
Oración de la mañana
(Una persona puede ser vestida de blanco, entra con las Santas Escrituras y dice en voz alta)
“Poned estas palabras mías en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas como una señal a
vuestra mano, y sean como un signo entre vuestros ojos. Las escribirás en las jambas de tu
casa y en tus puertas, para que vuestros días y los días de vuestros hijos, en la tierra que
Yavhé juró dar a vuestros padres, sean tan numerosos como los días del cielo sobre la
tierra”.
Dt 11,18-21
Comentario:
Con este texto de las Sagradas Escrituras que acabamos de escuchar, estamos invitados a
dar comienzo a esta Semana Bíblica, que no pretende otra cosa que hacer de este tiempo
bendito, una experiencia de la Palabra de Dios.
Decir experiencia, significa adquirir una señal propia. Quedar
acontecimiento de tal manera que nada pueda borrarlo ni empañarlo.
marcados
por
el
Y, decir “de la Palabra de Dios”, no es nada menos que expresar la idea de que la imagen
luminosa de Cristo-Jesús, Palabra viviente del Padre, se impregne tanto en nosotros que,
de este tiempo en adelante, nuestra vida no sea más que para Jesús, nuestro amor no sea
más que para Jesús, nuestras palabras para Jesús, nuestras acciones para Jesús, (Momento
de silencio).
Canto: Mi pensamiento eres Tú Señor (3) Mi pensamiento eres Tú
Porque Tú me has dado la vida/, porque Tú me has dado el existir.
Porque Tú me has dado cariño, me has dado amor (bis).
Mi alegría eres Tú, Señor (3), mi alegría eres Tú. Porque…
Mi esperanza…
El texto del Dt, nos da cuatro indicaciones, que son como el itinerario para hacer de la
Palabra una experiencia:
 Poner la Palabra en el corazón y en el alma
 Atarla como señal a la mano
 Hacer de la Palabra un signo entre los ojos
 Escribirla (donde se vea)
(Leer los puntos siguientes, muy despacio y dar tiempo para interiorizar)
1) Poner la Palabra en el corazón y en el alma, es decir, darle el lugar que merece:
 en el corazón, como centro o foco de la vida. El corazón en el mundo bíblico
es la fuente de los motivos, de las pasiones y de los procesos mentales. Ya
Jesús lo ha expresado en el Evangelio, refiriéndose a la raíz del mal: “de
dentro del corazón de los hombres, salen la intenciones malas…” (Mc 7 . La
Palabra colocada allí, debe sanar el corazón, poner en orden los
pensamientos, los afectos, la voluntad, para que brote como de una fuente la
luminosidad del Evangelio.
 En el alma (nefesh= vida). No es fácil traducir el sentido de este término. En
la psicología del Antiguo Testamento, la nefesh, tiene tanto el significado de
aliento vital como vida propiamente. Por tanto, colocar la Palabra en la
nefesh, sería al mismo tiempo, como ubicarla en el origen de la existencia y
en las acciones de la vida misma. Aspiro la Palabra y la entrego en bendición
para los demás.
2) Atarla como señal a la mano: La Palabra está pegada al cuerpo el creyente; va con
él a todas partes, y orienta todas sus acciones y decisiones, de modo que el resultado
de su vida le procura bienestar, felicidad a sí mismo y a los otros, no obstante las
renuncias y sacrificios que exige el obrar bien.
3) Hacer de la Palabra un signo entre los ojos: ella (la Palabra) que es luz, ilumina la
vida del creyente, le permite discernir correctamente, la orienta y permite ser leída,
por quienes lo ven, a través de sus sentimientos, deseos, juicios.
4) Escribirla: la Palabra necesita ser recordada, cuidada, cultivada y comunicada de
generación en generación. Un creyente que ha guardado en el corazón la Palabra,
(cfr. Salmo 119, 11), no puede encerrarla. Tiene que ser un misionero de la Palabra,
con todos los medios a su alcance, para que todos los pueblos “tengan vida y vida en
abundancia” (Jn 10,10).
(Después de un corto silencio, alguien dice en voz alta):
Cuatro pasos que nos indican el camino de la Palabra:
(los leemos juntos)
 Poner la Palabra en el corazón y en el alma
 Atarla como señal a la mano
 Hacer de la Palabra un signo entre los ojos
 Escribirla (donde se vea)
¿Queremos realmente embarcarnos en esta experiencia de la Palabra?
¿Qué me dice a mí esta Palabra? ¿A qué me invita? ¿Qué me hace decirle a Dios?
(Silencio y música suave; a medida que el Espíritu nos lo sugiera podemos expresar
nuestras oraciones al Señor)… A cada una de las peticiones respondemos todos:
“Que tu Palabra Señor, sea luz para nuestros pasos”
Canto: Escuchar tu Palabra, es principio de fe en Ti Señor
Meditar tu Palabra, es guardar tu mensaje de amor
Anunciar tu Palabra Señor, es estar convencido de Ti
Proclamar tu Palabra Señor, es ya dar testimonio de Ti, mi Dios.
En el corazón de María, Madre de la Palabra Encarnada, colocamos la jornada que empezamos:
Ave María
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ANEXO N° 2
CONCLUSIONES DEL SÍNODO
Quince verbos, quince actitudes, quince anhelos
1.- Redescubrir la Palabra de Dios en su totalidad, en su grandeza y en su riqueza inagotables.
2.- Buscar la Palabra de Dios –como al cierva que busca las corrientes del agua pura- como alimento
primero y como manantial de la vida cristiana
3.-Promover una pastoral bíblica integral, transversal, robusta y creíble, aunando en la exégesis la
realidad histórica y filológica de los textos sagrados con su verdad teológica, espiritual y existencial desde
la analogía de la fe y desde la Tradición de la Iglesia, superando posibles dualismo entre exégesis y
teología y superando actitudes extremas como las interpretaciones fundamentalistas o historicistas
desmitologizadoras.
4.-Acercar la Escritura a todo el Pueblo Santo de Dios: La Biblia es un libro de un pueblo y para un
pueblo.
5.-Promover en todos los miembros de la Iglesia una correcta, constante y permanente formación bíblica.
6.-Divulgar las Escrituras a través de los modernos medios de comunicación, asumiendo su lenguaje y
sus técnicas.
7.-Integrar adecuadamente la Palabra en la liturgia y en la oración pública y privada.
8.- Cuidar y potenciar la homilía como eco de la predicación de Jesús, sensible a los signos de los
tiempos y a las necesidades de la comunidad y pensando para remover los corazones y actuar la
conversión.
9.- Centrar la catequesis en las raíces de la revelación cristiana, tomando como modelo la pedagogía de
Jesús en el camino de Emaús.
10.- Llevar la Palabra de Dios a las escuelas, colegios y centros educativos, enseñando ya desde ellos la
Historia Sagrada y nutriendo de ella los contenidos y las programaciones de las clases de Religión.
11.- Leer, rezar, custodiar y amar la Palabra de Dios en y desde la familia, que ha de ser uno de sus
ámbitos y espacios fundamentales.
12.- Aprovechar sus potencialidades ecuménicas y de diálogo interreligioso.
13.- Recordar y reactualizar la capacidad de la Palabra de Dios como savia impregnadora y sazonadora
de la cultura.
14.-Servir la misión “ad gentes” desde ella. La Palabra de Dios es un bien para todos los hombres, que
todos los hombres deben conocer porque es la Palabra de la salvación. El “oro” y la “plata” del misionero
es la Palabra de Dios, avalada y aquilatada por su vida coherente, entregada y fiel.
15.- Traducir a gestos y actitudes de amor la Palabra escuchada, contemplada, rezada, celebrada
porque solo así se hace creíble el anuncio del Evangelio, compartiéndola con los pobres, los enfermos,
los sufrientes y los oprimidos por cualquier causa. Es Palabra de Amor. Es Palabra de Salud. Es Palabra
de Libertad. Es Palabra de Vida.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
ANEXO N° 3
LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA ECLESIAL
VERBUM DÓMINI
Encontrar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura
72. Si bien es verdad que la liturgia es el lugar privilegiado para la proclamación, la
escucha y la celebración de la Palabra de Dios, es cierto también que este encuentro
ha de ser preparado en los corazones de los fieles y, sobre todo, profundizado y
asimilado por ellos. En efecto, la vida cristiana se caracteriza esencialmente por el
encuentro con Jesucristo que nos llama a seguirlo. Por eso, el Sínodo de los Obispos
ha reiterado más de una vez la importancia de la pastoral en las comunidades
cristianas, como ámbito propio en el que recorrer un itinerario personal y comunitario
con respecto a la Palabra de Dios, de modo que ésta sea realmente el fundamento de
la vida espiritual. Junto a los Padres sinodales, expreso el vivo deseo de que florezca
“una nueva etapa de mayor amor a la Sagrada Escritura por parte de todos los
miembros del Pueblo de Dios, de manera que, mediante su lectura orante y fiel a lo
largo del tiempo, se profundice la relación con la persona misma de Jesús”.
No faltan en la historia de la Iglesia recomendaciones por parte de los santos sobre la
necesidad de conocer la Escritura para crecer en el amor de Cristo. Este es un dato
particularmente claro en los Padres de la Iglesia. San Jerónimo, gran enamorado de la
Palabra de Dios, se preguntaba: “¿Cómo se podría vivir sin la ciencia de las Escrituras,
mediante las cuales se aprende a conocer a Cristo mismo, que es la vida de los
creyentes?” Era muy consciente de que la Biblia es el instrumento “con el que Dios
habla cada día a los creyentes”. Así, san Jerónimo da este consejo a la matrona romana
Leta para la educación de su hija: “Asegúrate de que estudie cada día algún paso de la
Escritura... Que la oración siga a la lectura, y la lectura a la oración... Que, en lugar de
las joyas y los vestidos de seda, ame los Libros divinos”. Vale también para nosotros lo
que san Jerónimo escribió al sacerdote Nepoziano: “Lee con mucha frecuencia las
divinas Escrituras; más aún, que nunca dejes de tener el Libro santo en tus manos.
Aprende aquí lo que tú tienes que enseñar”. A ejemplo del gran santo, que dedicó su
vida al estudio de la Biblia y que dejó a la Iglesia su traducción latina, llamada Vulgata,
y de todos los santos, que han puesto en el centro de su vida espiritual el encuentro con
Cristo, renovemos nuestro compromiso de profundizar en la palabra que Dios ha dado a
la Iglesia: podremos aspirar así a ese “alto grado de la vida cristiana ordinaria”, que el
Papa Juan Pablo II deseaba al principio del tercer milenio cristiano, y que se alimenta
constantemente de la escucha de la Palabra de Dios.
La animación bíblica de la pastoral
73. En este sentido, el Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar
el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando “incrementar
la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como
animación bíblica de toda la pastoral”. No se trata, pues, de añadir algún encuentro en
la parroquia o la diócesis, sino de lograr que las actividades habituales de las
comunidades cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos, se
interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se comunica en su
Palabra. Así, puesto que “la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo”, la
animación bíblica de toda la pastoral ordinaria y extraordinaria llevará a un mayor
conocimiento de la persona de Cristo, revelador del Padre y plenitud de la revelación
divina.
Por tanto, exhorto a los pastores y fieles a tener en cuenta la importancia de esta
animación: será también el mejor modo para afrontar algunos problemas pastorales
puestos de relieve durante la Asamblea sinodal, y vinculados, por ejemplo, a la
proliferación de sectas que difunden una lectura distorsionada e instrumental de la
Sagrada Escritura. Allí donde no se forma a los fieles en un conocimiento de la Biblia
según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva, se deja de hecho un vacío
pastoral, en el que realidades como las sectas pueden encontrar terreno donde echar
raíces. Por eso, es también necesario dotar de una preparación adecuada a los
sacerdotes y laicos para que puedan instruir al Pueblo de Dios en el conocimiento
auténtico de las Escrituras.
Además, como se ha subrayado durante los trabajos sinodales, conviene que en la
actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades,
“formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos
movimientos eclesiales y nuevas comunidades”, en las cuales se promueva la
formación, la oración y el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia.
Dimensión bíblica de la catequesis
74. Un momento importante de la animación pastoral de la Iglesia en el que se puede
redescubrir adecuadamente el puesto central de la Palabra de Dios es la catequesis,
que, en sus diversas formas y fases, ha de acompañar siempre al Pueblo de Dios. El
encuentro de los discípulos de Emaús con Jesús, descrito por el evangelista Lucas (cf.
Lc 24,13-35), representa en cierto sentido el modelo de una catequesis en cuyo centro
está la “explicación de las Escrituras”, que sólo Cristo es capaz de dar (cf. Lc24, 27-28),
mostrando en sí mismo su cumplimiento. De este modo, renace la esperanza más
fuerte que cualquier fracaso, y hace de aquellos discípulos testigos convencidos y
creíbles del Resucitado.
En el Directorio general para la catequesis encontramos indicaciones válidas para
animar bíblicamente la catequesis, y a ellas me remito. En esta circunstancia, deseo
sobre todo subrayar que la catequesis “ha de estar totalmente impregnada por el
pensamiento, el espíritu y las actitudes bíblicas y evangélicas, a través de un contacto
asiduo con los mismos textos; y recordar también que la catequesis será tanto más rica
y eficaz cuanto más lea los textos con la inteligencia y el corazón de la Iglesia”, y cuanto
más se inspire en la reflexión y en la vida bimilenaria de la Iglesia. Se ha de fomentar,
pues, el conocimiento de las figuras, de los hechos y las expresiones fundamentales del
texto sagrado; para ello, puede ayudar también una inteligente memorización de
algunos pasajes bíblicos particularmente elocuentes de los misterios cristianos. La
actividad catequética comporta un acercamiento a las Escrituras en la fe y en la
Tradición de la Iglesia, de modo que se perciban esas palabras como vivas, al igual que
Cristo está vivo hoy donde dos o tres se reúnen en su nombre (cf. Mt 18, 20). Además,
debe comunicar de manera vital la historia de la salvación y los contenidos de la fe de la
Iglesia, para que todo fiel reconozca que también su existencia personal pertenece a
esta misma historia.
En esta perspectiva, es importante subrayar la relación entre la Sagrada Escritura y el
Catecismo de la Iglesia Católica, como dice el Directorio general para la catequesis: “La
Sagrada Escritura, como “Palabra de Dios escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo”
y el Catecismo de la Iglesia Católica, como expresión relevante actual de la Tradición
viva de la Iglesia y norma segura para la enseñanza de la fe, están llamados, cada uno
a su modo y según su específica autoridad, a fecundar la catequesis en la Iglesia
contemporánea”.
Formación bíblica de los cristianos
75. Para alcanzar el objetivo deseado por el Sínodo de que toda la pastoral tenga un
mayor carácter bíblico, es necesario que los cristianos, y en particular los catequistas,
tengan una adecuada formación. A este respecto, se ha de prestar atención al
apostolado bíblico, un método muy válido para esta finalidad, como demuestra la
experiencia eclesial. Los Padres sinodales, además, han recomendado que,
potenciando en lo posible las estructuras académicas ya existentes, se establezcan
centros de formación para laicos y misioneros, en los que se aprenda a comprender,
vivir y anunciar la Palabra de Dios y, donde sea necesario, “se creen institutos
especializados con el fin de que los exegetas tengan una sólida comprensión teológica
y una adecuada sensibilidad para los contextos de su misión”.
DGC- Directorio General de Catequesis
3. El Magisterio de la Iglesia nunca ha dejado, en estos años, de ejercer con
perseverancia su solicitud pastoral a favor de la catequesis. Numerosos Obispos y
Conferencias episcopales, en todos los continentes, han impulsado de manera notable
la catequesis, publicando Catecismos valiosos y orientaciones pastorales, promoviendo
la formación de peritos y favoreciendo la investigación catequética. Estos esfuerzos han
sido fecundos y han redundado favorablemente sobre la actividad catequética de las
Iglesias particulares. Una aportación particularmente rica para la renovación catequética
fue el Ritual de la iniciación cristiana de adultos, promulgado el 6 de Enero de 1972 por
la Congregación para el Culto Divino.
Es obligado recordar, de manera especial, el ministerio de Pablo VI, el Pontífice que
guió a la Iglesia durante el primer período posconciliar. A este propósito, Juan Pablo II
se manifiesta así: « Mi venerado predecesor Pablo VI sirvió a la catequesis de la Iglesia
de manera especialmente ejemplar con sus gestos, su predicación, su interpretación
autorizada del Concilio Vaticano II —que él consideraba como la gran catequesis de los
tiempos modernos—, con su vida entera ».(2)
4. Un hito decisivo para la catequesis fue la reflexión realizada por la Asamblea General
del Sínodo de los obispos acerca de la evangelización del mundo contemporáneo, que
se celebró en octubre de 1974. Las proposiciones de esta Asamblea fueron
presentadas al papa Pablo VI, que promulgó la Exhortación apostólica Evangelii
Nuntiandi, del 8 de Diciembre de 1975. Este documento presenta, entre otros, un
principio de particular importancia: la catequesis como acción evangelizadora dentro del
ámbito de la misión general de la Iglesia. La actividad catequética, de ahora en
adelante, deberá ser considerada como partícipe siempre de las urgencias y afanes
propios del mandato misionero para nuestro tiempo.
Además, la última Asamblea sinodal convocada por Pablo VI en octubre de 1977
escogió la catequesis como tema de análisis y reflexión episcopal. Este Sínodo vio « en
la renovación catequética un don precioso del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy ».(3)
Juan Pablo II asumió en
Exhortación apostólica
Exhortación forma una
Nuntiandi y vuelve a
evangelización.
1978 esta herencia y formuló sus primeras orientaciones en la
Catechesi Tradendae, del 16 de octubre de 1979. Esta
unidad totalmente coherente con la Exhortación Evangelii
situar plenamente a la catequesis en el marco de la
-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
ANEXO N° 4
DGC
94. La fuente de donde la catequesis toma su mensaje es la misma Palabra de Dios:
«La catequesis extraerá siempre su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios,
transmitida mediante la Tradición y la Escritura, dado que la Sagrada Tradición y la
Sagrada Escritura constituyen el único depósito sagrado de la Palabra de Dios confiado
a la Iglesia » . CT27
Este « depósito de la fe » (DV 10a y b; cf 1 Tm 6,20; 2 Tm 1,14.) es como el arca del
padre de la casa, que ha sido confiado a la Iglesia, la familia de Dios, y de donde ella
saca continuamente lo viejo y lo nuevo. (Cf Mt 13,52) Todos los hijos del Padre,
animados por su Espíritu, se nutren de este tesoro de la Palabra. Ellos saben que la
Palabra de Dios es Jesucristo, el Verbo hecho hombre y que su voz sigue resonando
por medio del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo.
La Palabra de Dios, por admirable « condescendencia » (DV 13) divina, se dirige y llega
a nosotros a través de « obras y palabras » humanas, « a la manera como un día el
Verbo del Padre eterno, al tomar la carne de la flaqueza humana, se hizo semejante a
los hombres ». (DV 13) Sin dejar de ser Palabra de Dios, se expresa en palabra
humana. Cercana, permanece sin embargo velada, en estado « kenótico ». Por eso la
Iglesia, guiada por el Espíritu, necesita interpretarla continuamente y, al tiempo que la
contempla con profundo espíritu de fe, «la escucha piadosamente, la custodia
santamente y la anuncia fielmente ». (DV 10)
La fuente y « las fuentes » del mensaje de la catequesis
95. La Palabra de Dios contenida en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura:
– es meditada y comprendida cada vez más profundamente por el sentido de la fe de
todo el Pueblo de Dios, bajo la guía del Magisterio, que la enseña con autoridad;
– se celebra en la liturgia, donde constantemente es proclamada, escuchada,
interiorizada y comentada;
– resplandece en la vida de la Iglesia, en su historia bimilenaria, sobre todo en el
testimonio de los cristianos, particularmente de los santos;
– es profundizada en la investigación teológica, que ayuda a los creyentes a avanzar en
la inteligencia vital de los misterios de la fe;
– se manifiesta en los genuinos valores religiosos y morales que, como semillas de la
Palabra, están esparcidos en la sociedad humana y en las diversas culturas.
96. Todas éstas son las fuentes, principales o subsidiarias, de la catequesis, las cuales
de ninguna manera deben ser tomadas en un sentido unívoco. (Cf DCG (1971) 45b) La
Sagrada Escritura « es Palabra de Dios en cuanto que, por inspiración del Espíritu
Santo, se consigna por escrito»; (DV 9) y la Sagrada Tradición «transmite íntegramente
a los sucesores de los apóstoles la Palabra de Dios que fue a éstos confiada por Cristo
Señor y por el Espíritu Santo ». (DV 9) El Magisterio tiene la función de « interpretar
auténticamente la Palabra de Dios », (DV 10b) realizando —en nombre de Jesucristo—
un servicio eclesial fundamental. Tradición, Escritura y Magisterio, íntimamente
entrelazados y unidos, son, « cada uno a su modo », (DV 10c) fuentes principales de la
catequesis.
Las « fuentes » de la catequesis tienen cada una su propio lenguaje, que queda
plasmado en una rica variedad de « documentos de la fe ». La catequesis es tradición
viva de esos documentos: (Cf MPD 9) perícopas bíblicas, textos litúrgicos, escritos de
los Padres de la Iglesia, formulaciones del Magisterio, símbolos de fe, testimonios de
santos, reflexiones teológicas.
La fuente viva de la Palabra de Dios y las « fuentes » que de ella derivan y en las que
ella se expresa, proporcionan a la catequesis los criterios para transmitir su mensaje a
todos aquellos que han tomado la decisión de seguir a Jesucristo.
Los criterios para la presentación del mensaje
97. Los criterios para presentar el mensaje evangélico en la catequesis están
íntimamente relacionados entre sí, pues brotan de una única fuente.
– El mensaje, centrado en la persona de Jesucristo (cristocentrismo), por su propia
dinámica interna, introduce en la dimensión trinitaria del mismo mensaje.
– El anuncio de la Buena Nueva del Reino de Dios, centrado en el don de la salvación,
implica un mensaje de liberación.
– El carácter eclesial del mensaje remite a su carácter histórico, pues la catequesis —
como el conjunto de la evangelización— se realiza en el « tiempo de la Iglesia ».
– El mensaje evangélico, por ser Buena Nueva destinada a todos los pueblos, busca la
inculturación, la cual se logrará en profundidad sólo si el mensaje se presenta en toda
su integridad y pureza.
– El mensaje evangélico es necesariamente un mensaje orgánico, con su jerarquía de
verdades. Es esta visión armónica del Evangelio la que convierte en acontecimiento
profundamente significativo para la persona humana.
Aunque estos criterios son válidos para todo el ministerio de la Palabra, aquí se
presentan referidos en relación a la catequesis.
El cristocentrismo del mensaje evangélico
98. Jesucristo no sólo transmite la Palabra de Dios: El es la Palabra de Dios. Por eso, la
catequesis —toda ella— está referida a El.
En este sentido, lo que caracteriza al mensaje que transmite la catequesis es, ante
todo, el « cristocentrismo », (Cf CEC 426-429; CT 5-6; DCG (1971) 40) que debe
entenderse en varios sentidos:
– En primer lugar, significa que « en el centro de la catequesis encontramos
esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, lleno de
gracia y de verdad ». (CT 5) En realidad, la tarea fundamental de la catequesis es
mostrar a Cristo: todo lo demás, en referencia a El. Lo que, en definitiva, busca es
propiciar el seguimiento de Jesucristo, la comunión con El: cada elemento del mensaje
tiende a ello.
– El cristocentrismo, en segundo lugar, significa que Cristo está « en el centro de la
historia de la salvación », (DCG (1971) 41a. 39. 40. 44) que la catequesis presenta. El
es, en efecto, el acontecimiento último hacia el que converge toda la historia salvífica.
El, venido en « la plenitud de los tiempos » ( Ga 4,4), es « la clave, el centro y el fin de
toda la historia humana ». (GS 10) El mensaje catequético ayuda al cristiano a situarse
en la historia, y a insertarse activamente en ella, al mostrar cómo Cristo es el sentido
último de esta historia.
– El cristocentrismo significa, igualmente, que el mensaje evangélico no proviene del
hombre sino que es Palabra de Dios. La Iglesia, y en su nombre todo catequista, puede
decir con verdad: « Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado » ( Jn 7,16). Por
eso, lo que transmite la catequesis es « la enseñanza de Jesucristo, la verdad que El
comunica o, más exactamente, la Verdad que El es » (CT 6). El cristocentrismo obliga a
la catequesis a transmitir lo que Jesús enseña acerca de Dios, del hombre, de la
felicidad, de la vida moral, de la muerte... sin permitirse cambiar en nada su
pensamiento (Cf 1 Co 15,1-4; EN 15e.f).
Los evangelios, que narran la vida de Jesús, están en el centro del mensaje
catequético. Dotados ellos mismos de una « estructura catequética », (CT 11b)
manifiestan la enseñanza que se proponía a las primitivas comunidades cristianas y
que transmitía la vida de Jesús, su mensaje y sus acciones salvadoras. En la
catequesis, « los cuatro evangelios ocupan un lugar central, pues su centro es Cristo
Jesús ». (CEC 139)
El cristocentrismo trinitario del mensaje evangélico
99. La Palabra de Dios, encarnada en Jesús de Nazaret, Hijo de María Virgen, es la
Palabra del Padre, que habla al mundo por medio de su Espíritu. Jesús remite
constantemente al Padre, del que se sabe Hijo Único, y al Espíritu Santo, por el que se
sabe Ungido. El es el « camino » que introduce en el misterio íntimo de Dios. (Cf Jn
14,6)
El cristocentrismo de la catequesis, en virtud de su propia dinámica interna, conduce a
la confesión de la fe en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es un cristocentrismo
esencialmente trinitario. Los cristianos, en el Bautismo, quedan configurados con Cristo,
« Uno de la Trinidad », y esta configuración sitúa a los bautizados, « hijos en el Hijo »,
en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo. Por eso su fe es radicalmente
trinitaria. « El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida
cristiana ». (CEC 234)
100. El cristocentrismo trinitario del mensaje evangélico impulsa a la catequesis a
cuidar, entre otros, los siguientes aspectos:
– La estructura interna de la catequesis, en cualquier modalidad de presentación, será
siempre cristocéntrico-trinitaria: « Por Cristo al Padre en el Espíritu ». (DCG (1971) 41;
cf Ef 2,18). Una catequesis que omitiese una de estas dimensiones o desconociese su
orgánica unión, correría el riesgo de traicionar la originalidad del mensaje cristiano. (Cf
DCG (1971) 41)
– Siguiendo la misma pedagogía de Jesús, en su revelación del Padre, de sí mismo
como Hijo y del Espíritu Santo, la catequesis mostrará la vida íntima de Dios, a partir de
sus obras salvíficas en favor de la humanidad. (Cf CEC 258. 236 y 259) Las obras de
Dios revelan quién es Él en sí mismo y, a la vez, el misterio de su ser íntimo ilumina la
inteligencia de todas sus obras. Sucede así, analógicamente, en las relaciones
humanas: las personas se revelan en su obrar y, a medida que las conocemos mejor,
comprendemos mejor su conducta. (Cf CEC 236)
– La presentación del ser íntimo de Dios revelado por Jesús, uno en esencia y trino en
personas, mostrará las implicaciones vitales para la vida de los seres humanos.
Confesar a un Dios único significa que « el hombre no debe someter su libertad
personal, de modo absoluto, a ningún poder terrenal ». (CEC 450) Significa, también,
que la humanidad, creada a imagen de un Dios que es « comunión de personas », está
llamada a ser una sociedad fraterna, compuesta por hijos de un mismo Padre, iguales
en dignidad personal. Las implicaciones humanas y sociales de la concepción cristiana
de Dios son inmensas. (Cf CEC 1702.1878). La Iglesia, al profesar su fe en la Trinidad y
anunciarla al mundo, se comprende a sí misma como « una muchedumbre reunida por
la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ». (LG 4b, que cita textualmente a S.
Cipriano)
Un mensaje que anuncia la salvación
101. El mensaje de Jesús sobre Dios es una buena noticia para la humanidad. Jesús,
en efecto, anunció el Reino de Dios: (Cf EN 11-14; RM 12-20; CEC 541-556) una nueva
y definitiva intervención divina, con un poder transformador tan grande, y aún mayor,
que el que utilizó en la creación del mundo (Misal Romano, Vigilia Pascual). En este
sentido, « como núcleo y centro de la Buena Nueva, Cristo anuncia la salvación: ese
gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre
todo liberación.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.MPD: Sínodo de los obispos, Mensaje al Pueblo de Dios Cum iam ad exitum sobre la catequesis en nuestro tiempo (28 octubre
1977), Typis Polyglottis Vaticanis 1977
El decálogo de la Palabra
1) Para saber
En el mes de octubre de 2008, el Papa se reunió con un grupo de obispos, además de otros invitados, para llevar a
cabo la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Roma, para tratar el tema de la Palabra
de Dios. Con este motivo el Sumo Pontífice Benedicto XVI, presidente de la Asamblea, pronunció una meditación.
Un escritor llamado Jesús de las Heras la resumió en el siguiente “Decálogo” que nos ayudará a reflexionar.
2) Proclamación del decálogo: La asamblea toda dice la primera frase y una solista lee en voz fuerte lo que
sigue. (Podría también hacerse en procesión, proclamando en eco la frase inicial y dejándolo luego en un
lugar visible).
1.- La Palabra de Dios es firme. Nada es más seguro y cierto. Como lo dijo el Señor: el cielo y la
tierra pasarán, pero la Palabra de Dios no pasará. Nuestra respuesta ha de ser la de creer a esa
Palabra de verdad.
2.- La Palabra de Dios es la verdadera realidad. El Papa señala que todo lo material pasará. Lo
vemos ahora en la caída de los grandes bancos: este dinero desaparece, no es nada… son realidades de
segundo orden… Quien construye la vida sobre estas realidades construye sobre arena. Solo la
Palabra de Dios es el fundamento de toda la realidad.
3.- La Palabra de Dios es la verdadera riqueza. No es la crisis económica la mayor de las
desdichas. Solo la Palabra es la fuente del amor y de la vida. Solo la Palabra transforma el corazón
del hombre.
4.- La Palabra de Dios es creadora y regeneradora. La Palabra crea todas las cosas y es la fuente
de la vida y del amor. Por ello, todo está llamado a servir a la Palabra.
5. -La Palabra de Dios es el lugar del encuentro entre Dios y el hombre. Dice el Papa que esto
significa “que toda la creación está pensada para crear el lugar del encuentro entre Dios y su
criatura”, un lugar donde el amor de la criatura responda al amor divino, un lugar donde se desarrolle
la historia de amor entre Dios y su criatura.
6.- La Palabra de Dios es el hallazgo definitivo. No podemos conformarnos con leer un texto de la
Biblia, sino hay que buscar a Dios y su Voluntad. La lectura no es solamente un fenómeno literario, sino
ha de comprometer toda nuestra existencia. Debemos ser, pues, pacientes, perseverantes, humildes y
apasionados buscadores y lectores con el corazón de la Palabra de Dios.
7.- La Palabra de Dios es perenne, es universal. No conoce límites de tiempo ni de espacio. Ha
servido y servirá para todos los hombres. Al leer la Palabra de Dios, entramos realmente en el
universo de la Verdad, de la Belleza, de la Vida, del Amor y en la comunión de la Iglesia que nos hace
salir de nuestros límites de lengua, de raza, de cultura, de miras.
8.- La Palabra de Dios es el anuncio de Evangelio. Dice el Papa que la Evangelización no es una
especie de colonialismo eclesial, con que queremos meter a otros en nuestro grupo, sino salir de los
límites de las culturas individuales a la universalidad que nos comunica a todos, que nos une a todos y
nos hace a todos hermanos.
9.- La Palabra de Dios es la escalera para llegar al amor de Jesucristo. Con ella podemos subir y
bajar, con Cristo, a la profundidad de su amor. La Palabra tiene un rostro, es persona, es Jesucristo.
Y antes de que nosotros podamos decir “Yo soy tuyo, Señor”, El ya nos ha dicho “Yo soy tuyo”. Así
estamos en su corazón. Es estar salvados.
10.- La Palabra de Dios es la Palabra de la Vida para siempre y para todos. (Todos cantamos)
“Tu Palabra, me da vida. Confío en Ti, Señor. Tu Palabra es eterna. En ella esperaré”.
ANEXO N° 6
VOCABULARIO BÁSICO: CATEQUESIS, TRADICIÓN, PALABRA DE DIOS
1. CATEQUESIS
1.1. No es un término bíblico, no se encuentra en el Nuevo Testamento. Aparece, en
cambio, el verbo  que, en su sentido original profano, significa “hablar desde
arriba” (desde el escenario) y “hacer eco” o “resonar”. En el lenguaje cristiano, tiene
un sentido derivado del anterior y quiere decir “comunicar una noticia”. (Cf Hch
21,21-24; Lc 1.1-4).
En sentido más estricto significa dar una instrucción cristiana (Cf. Hech 18,25; Rm 2,18;
Gal 6,6) y también “enseñar de viva voz”, pero dicha enseñanza no es más que el eco
de una palabra que ya está dicha: la de Dios. En este sentido la catequesis es en
primer lugar el resonar de la Palabra de Dios mediante la voz del catequista.1
Las
primeras
comunidades
cristianas
utilizaron
también
otro
término,
(Evangelizar) para indicar tanto la proclamación del primer anuncio de la
salvación (kerigma) como toda la actividad de la Iglesia primitiva, que, con la
palabra y con la vida, anunció e hizo operante la salvación.
1.2.
La catequesis en términos generales es la “acción educativa y pastoral de la
Iglesia que transmite el mensaje cristiano con el objeto de acompañar el
crecimiento y maduración de la fe de los creyentes y de los grupos eclesiales”2
La catequesis durante mucho tiempo dejó de ser un proceso de formación y se vio
reducida a una breve instrucción previa a los sacramentos de la Iniciación Cristiana;
aún hoy se ha identificado la Catequesis con el Catecismo.
En nuestros días se está haciendo un gran esfuerzo en la Iglesia por recuperar el
sentido de catequesis como proceso de formación básica del cristiano en dimensión
catecumenal o de itinerario de fe.
Hoy en la Iglesia es clara la distinción, pero al mismo tiempo la complementaridad, entre
Kerigma y Catequesis. Hasta hace pocos años se hablaba en la Iglesia solamente de
catequesis. Se había olvidado el kerigma o primer anuncio o propuesta del evangelio. El
Concilio Vaticano II (cf A G,6) y el Magisterio Pontificio han puesto de relieve el binomio
evangelización y catequesis y su relación con la pastoral (cf RM, 34; DGC 505-51).
1
COCCHINI, F., Catequesis, en Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana, dirigido por Ángelo Di
Berardino, Edic. Sígueme, Madrid 1991, 389-392.
2
ALBERICH, E., Catequética en FLORISTAN, C. TAMAYO, J. Conceptos fundamentales del cristianismo,
Editorial: Trotta, Madrid 1993, 151-154. Cf. también V. Ma. PEDROSA, Ma. NAVARRO y otros (directores),
Nuevo Diccionario de CATEQUETICA, Editorial San Pablo, Madrid 1999. Volumen I, 411-417.
Esta distinción proviene del mismo Nuevo Testamento en el que existe una cierta
distinción básica entre un primer momento de difusión del mensaje que se expresa con
los verbos (gritar),  (traer una (buena) noticia, evangelizar),
 (testimoniar) y un segundo momento de explicitación y profundización
mediante los verbos  (enseñar),  (instruir, informar), 
(anunciar, predicar, proclamar),  (transmitir) y otros3. A este segundo
momento pertenece la actividad catequística.
El contenido del Kerygma es el evangelio, o, dicho de otro modo, lo proclamado es el
evangelio.
Según los Sinópticos, Jesús proclama la conversión, el reino, el evangelio de Dios.
Inmediatamente después los apóstoles refieren el kerygma al acontecimiento Jesús. De
proclamador, Jesús pasa a ser el proclamado. Del Jesús viviente, histórico, se llega al
Jesús predicado, celebrado en la comunidad, y escrito, (evangelios) al Jesús de la fe.
Pero por los evangelios, en recorrido inverso, se tiene acceso al Jesús histórico.
En las Cartas Pastorales hay como un tercer escalón: el kerygma se identifica con la
Didajé. Así se forma la doctrina, el depósito de la fe.
En todos los textos de N.T., el kerygma se dirige a judíos y paganos. Es una
proclamación que tiene por objeto suscitar la fe en Jesús, Señor () y salvador
(
). Un ejemplo claro de la predicación del kerygma es Hch 2,14-26. Pedro
interpreta la venida del Paráclito como el cumplimiento de la profecía de Joel 3,1-5.
Inmediatamente pasa a hacer un anuncio trascendental: Jesús de Nazaret, acreditado
por Dios con milagros, prodigios y señales (Señor y Mesías)
según el designo predeterminado y la presciencia de Dios, fue ejecutado injustamente
en la Cruz, pero Dios lo ha resucitado y lo ha constituido Señor y Mesías. Todos están
invitados a convertirse y a bautizarse para el perdón de los pecados.
1.3 Catequética es la ciencia de la catequesis. Su objeto es la catequesis, entendida
ésta como proceso y como acto en el marco pastoral de la Iglesia. Es una ciencia
fundamentalmente metodológica, una teoría del método a seguir para realizar la
acción catequística.
La catequética, a diferencia de la catequesis, es una ciencia reciente, nace a fines del
siglo XVIII. Empieza a desarrollarse con cierta amplitud y rigor hacia finales del siglo
XIX, siguiendo el nacimiento y desarrollo del “MOVIMIENTO CATEQUETICO”.
Usando una terminología alemana, se puede distinguir entre catequética fundamental,
catequética material y catequética formal o entre catequética fundamental, general y
especial. Se llama Catequética Fundamental al estudio de los presupuestos básicos y
principios determinantes de la acción catequística.
3
BISSOLI, C., oc, 82; Cfr ALBERICH, E., Catequesis Evangelizadora. Manual de catequética fundamental, Quito,
2003, 53; GEVAERT, J., El primer anuncio, Santander, 2004.
La catequética se presenta como metodología sistemática científica de la catequesis,
como reflexión orgánica sobre el proceso y acto catequístico, a fin de analizarlos,
interpretarlos y orientarlos.
Durante muchos siglos se identificó la catequesis con el catecismo. “Ir al catecismo”
equivalía a “asistir a la catequesis”. La catequesis se reducía al aspecto doctrinal y su
finalidad era hacer aprender de memoria, a veces explicar y aplicar a la vida las
verdades que hay que creer, los mandamientos que hay que practicar y los medios
sobrenaturales que emplear (gracia y sacramento) para salvarse.
El desafío PROPUESTO POR LA ABP es realizar un auténtico cambio de paradigma
en nuestra forma de concebir y actuar el servicio de la Palabra, para que sea fuente de
animación de la pastoral orgánica de la Iglesia. No se trata necesariamente de
aumentar o cambiar actividades, sino de convertirnos a los criterios y principios de la
Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. Doc. Conclusivo I ENCUENTRO
LATINOAMERICANO DE ANIMACIÓN BÍBLICA DE LA PASTORAL (ABP)
Por eso la ABP propone una lectura cristológica que tiene al Señor como centro de toda
la Escritura, al Espíritu como Maestro e Intérprete, y al Padre como fuente de Vida para
todos los hijos de Dios.
Transmitir no es solamente enviar el pasado; es hacer del acontecimiento pasado un
memorial, es decir, traer el pasado a nuestro presente, revivirlo, actualizarlo, hacernos
contemporáneos de aquel acontecimiento4. En consecuencia, la Catequesis busca
capacitar al catequizando para leer su historia personal y colectiva en “clave” de historia
de la salvación. La Revelación nos describe el sentido de la condición humana: “El
misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del verbo encarnado”(GS, 22). Esta
lectura se basa en la estrecha relación entre Palabra de Dios y experiencia humana. La
catequesis es anuncio del Evangelio como buena noticia para el hombre concreto y de
hoy. Dice la GS: “Una cosa es el depósito de la fe, o sea, sus verdades, y otra cosa es
el modo de formularlas, conservando el mismo sentido y el mismo significado” (Nº 62).
El Directorio General de Catequesis explicita:
“Ha de ser considerada como correcta aquella catequesis que no sólo logra la
asimilación intelectual del contenido de la fe, sino que alcanza el corazón y transforma
la conducta. Si es así, la catequesis genera un modo de vida dinámico y unificado; por
la fe, establece la unión entre la fe y la vida, entre el mensaje cristiano y el contexto
cultural y produce frutos de santidad” (No. 116-124)
La misión primordial de la Iglesia, en efecto, es anunciar a Dios, ser testimonio de El
ante el mundo. Se trata de dar a conocer el verdadero rostro de Dios y su designio de
amor y de salvación en favor de los hombres, tal como Jesús lo reveló.
El cometido de la catequesis es, pues, hacer comprender y experimentar toda la
importancia de Cristo en la vida cada día- Ella nos debe decir cómo Dios Padre nos
4
cf. Nuevo Diccionario Catequético, 1964
reconcilia con su Él mediante su Hijo Jesucristo, bajo la acción del Espíritu Santo y
ayudarnos a experimentarlo de tal manera que, desde nuestra condición de criaturas
nuevas regeneradas, sanadas por Cristo, cada cristiano muestre en sus acciones, en
su vida familiar y social el rostro del Cristo que ha conocido y al cual se ha adherido
plenamente.
La catequesis es un servicio a la Palabra de Dios. (Luc 18).
Ella educa no sólo para el diálogo exterior, sino ante todo, como principio, pasa al
diálogo con el Maestro interior. Desarrolla la capacidad de escucha de la Palabra.”La
catequesis es esa forma particular del “Ministerio de la Palabra” que hace madurar la
conexión inicial hasta de ella una viva, explícita y operativa confesión de fe. “La
Catequesis tiene su origen en la confesión de fe y conduce a la Confesión de Fe” (DGC,
82).
Las tareas de la catequesis realizan su finalidad
84. La finalidad de la catequesis se realiza a través de diversas tareas, mutuamente
implicadas. (Cf EN, 75a) Para actualizarlas, la catequesis se inspirará ciertamente en el
modo en que Jesús formaba a sus discípulos: les daba a conocer las diferentes
dimensiones del Reino de Dios (« a vosotros se os ha dado a conocer los misterios del
Reino de los cielos » [ Mt 13,11]), (Cf EN, 75d) les enseñaba a orar. La catequesis es
esa forma particular del ministerio de la Palabra que hace madurar la conversión inicial
hasta hacer de ella una viva, explícita y operativa confesión de fe: « La catequesis tiene
su origen en la confesión de fe y conduce a la confesión de fe ». (Cf CT 49b)
La profesión de fe, interior al Bautismo, es eminentemente trinitaria. La Iglesia bautiza «
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo » ( Mt 28,19), (FD 4c) Dios uno y
trino, a quien el cristiano confía su vida. La catequesis de iniciación prepara —antes o
después de recibir el Bautismo— para esta decisiva entrega. La catequesis permanente
ayudará a madurar esa profesión de fe continuamente, a proclamarla en la Eucaristía y
a renovar los compromisos que implica. Es importante que la catequesis sepa vincular
bien la confesión de fe cristológica, « Jesús es Señor », con la confesión trinitaria, «
Creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo », ya que no son más que dos
modalidades de expresar la misma fe cristiana. El que, por el primer anuncio se
convierte a Jesucristo y le reconoce como Señor, inicia un proceso, ayudado por la
catequesis, que desemboca necesariamente en la confesión explícita de la Trinidad.
Con la profesión de fe en el Dios único, el cristiano renuncia a servir a cualquier
absoluto humano: poder, placer, raza, antepasado, Estado, dinero..., (CT 50)
liberándose de cualquier ídolo que lo esclavice. Es la proclamación de su voluntad de
querer servir a Dios y a los hombres sin ataduras. Y al proclamar la fe en la Trinidad,
que es comunión de personas, el discípulo de Jesucristo manifiesta al mismo tiempo
que el amor a Dios y al prójimo es el principio que informa su ser y su obrar.
83. La profesión de fe sólo es plena si es referida a la Iglesia. Todo bautizado proclama
en singular el Credo, pues ninguna acción es más personal que ésta. Pero lo recita en
la Iglesia y a través de ella, puesto que lo hace como miembro suyo. El « creo » y el «
creemos » se implican mutuamente. (DCG (1971) 119, 134; CIC 775, 2; PB 94.) Al
fundir su confesión con la de la Iglesia, el cristiano se incorpora a la misión de ésta: ser
« sacramento universal de salvación » para la vida del mundo. El que proclama la
profesión de fe asume compromisos que, no pocas veces, atraerán persecución. En la
historia cristiana son los mártires los anunciadores y los testigos por excelencia. (Cf
Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta Communionis Notio 9: l.c. 843).
En virtud de su misma dinámica interna, la fe pide ser conocida, celebrada, vivida y
hecha oración. La catequesis debe cultivar cada una de estas dimensiones. Pero la fe
se vive en la comunidad cristiana y se anuncia en la misión: es una fe compartida y
anunciada. Y estas dimensiones deben ser, también, cultivadas por la catequesis.
El Concilio Vaticano II expresó así estas tareas: « La formación catequética ilumina y
robustece la fe, alimenta la vida según el espíritu de Cristo, lleva a una consciente y
activa participación del misterio litúrgico y alienta a la acción apostólica ». (CT 73)
2. TRADICIÓN
No es, simplemente una reserva de respuestas que nos dispensa de buscar y de
pensar, sino un conjunto de pensamientos que nos sitúa en la línea de aquellos que, a
lo largo de los siglos, en situaciones siempre nuevas, han estado buscando respuestas
a las preguntas que eternamente torturan al corazón humano y no dan descanso a su
pensamiento5.
Ella tiene un dinamismo propio. Es una realidad viva y dinámica que va creciendo en la
Iglesia con la ayuda Espíritu Santo.., no en el sentido de que cambie en su verdad, que
es perenne… Crece la comprensión de las palabras y las instituciones transmitidas, con
la contemplación y el estudio, con la inteligencia fruto de una profunda experiencia
espiritual, así como con la predicación de los que con la sucesión episcopal recibieron
el carisma seguro de la verdad6.
3. BIBLIA/ESCRITURA - SAGRADA BIBLIA/SAGRADAESCRITURA - PALABRA DE
DIOS
S.S. E.E.
BIBLIA/E.
5
P. DE DIOS
Henri Derroitte, 15 Nuevos caminos para l catequesis hoy, Sal Terrae, 2008, 56
V.D. 17
FD: Juan Pablo II, Constitución Apostólica Fidei Depositum (11 octubre 1992)
6
ANEXO N°7
1. DESDE JESÚS HASTA EL SIGLO IV
1.1.
LA CATEQUESIS EN EL MINISTERIO DE JESÚS
JESUCRISTO es el primer e insuperable maestro de la Iglesia. Durante su vida terrena
enseñó solamente durante los tres últimos años de su “vida pública” y transmitió su
doctrina mediante el uso de parábolas, ejemplos, acciones milagrosas, pero sobre todo
con su actitud ante la pasión y muerte (Cf. DGC,137; CT 9).
Un rasgo con que los evangelios caracterizan a Jesús es “el que enseña” (Cf. Mc 10,1;
Mt 4,23; 9,35; Lc 4,15). La gente se dirigía a él llamándole “Maestro” (Cf. Mc 4,38;
9,17.38; 10,17.35; Mt 19,16; 22,16; Lc 7,40; 11,45; Jn 1,38; 3,2).
San Marcos, “enseñar” es la acción típica de Jesús. El verbo
enseñarse dice de él 15 veces. También en San Mateo la acción de
enseñar ocupa un lugar importante (Cf. 4,23; 9,35; 11,1).
Según
A partir de la resurrección, los apóstoles se convirtieron en predicadores de Jesús e
hicieron resonar (de aquí catequesis) con extraordinaria eficacia y dedicación el anuncio
salvífico de su maestro. Pueden considerarse los cuatro evangelios como los primeros
catecismos de la Iglesia. JESUCRISTO ES EL GRAN CATEQUISTA DE LA IGLESIA
DE TODOS LOS TIEMPOS. Sin embargo no se puede encasillar a Jesucristo en la
categoría de “catequista” con un sentido reductivo. Es necesario, en cambio, que el
catequista tenga en cuenta los rasgos característicos de la pedagogía de Jesús, como
son: la centralidad de la persona, la atención al auditorio, un hablar concreto aunque
con abundancia de imágenes; una exposición diferenciada según los grupos; profunda
unidad y coherencia entre vida y mensaje; una propuesta radical, interpelante, que lleva
a la conversión; consecuencia de transmitir un mensaje con proyección para el futuro7.
1.2.
CATEQUESIS EN EL PERIODO APOSTOLICO
La catequesis, como la Iglesia misma, se vio obligada a mostrar su identidad propia, a
deslindarse tanto de las enseñanzas judías como de las escuelas filosóficas de origen
helenístico. Al principio tuvo que recurrir a expresiones de uso corriente, pero sus
formulaciones eran imprecisas. Poco a poco se fue creando una gramática de la
comunicación del mensaje cristiano. Los verbos usados con más frecuencia son8:
BISSOLI, C., Gesù de Nazaret “Catechista?” en Manuale di Catechese Biblica, Turin, 2006,28; también Jesús de
Nazaret como catequista en LÄPPLE, A., Breve historia de la Catequesis, Edit. Ccs, Madrid, 1988, 24-28
8
Aquí sigo a LÄPPLE, A., Breve historia de la Catequesis, Madrid, 1988, 24-28.
7
διδασκw
=
enseñar, amaestrar.
κηρυσσw
=
proclamar un gran acontecimiento
ευαγγελιζw
=
anunciar una buena noticia.
κατηχεw
=
instruir.
αρτυρεw
=
testimoniar, manifestar, confirmar.
Hay un hecho sorprendente: junto al vocablo entonces más usado
διδασκαλία (didascalía=doctrina, enseñanza, instrucción), que aparece 21 veces en el
Nuevo Testamento, existen otros dos vocablos particularmente privilegiados: μαρτυρία
(martyría = testimonio, confirmación), que aparece 37 veces, y εύαγγέλιον
(euanguélion = buena noticia, mensaje alegre), que es el vocablo más usado (76
veces).
El verbo κατηχέω (catejéo) ha sufrido en Pablo una precisión al ser usado en el sentido
exclusivo de de “instruir a alguien sobre el contenido de la fe” (1 Cor 14,19; Gal 6,6).
En el Nuevo Testamento se encuentran también los términos “catecúmeno”, para
señalar a los discípulos de la fe o a los aspirantes al bautismo (Gal 6,6; cf 2 Clem 17,1),
y “catequista” (Gal 6,6). Tal vez sea éste el testimonio más antiguo en el cristianismo
primitivo de una condición de enseñantes de profesión. Quizás haya sido Pablo quien
ha introducido este vocablo para designar al enseñante del evangelio, pues es
desconocido en el judaísmo helenístico y en el Nuevo Testamento.
El término “catequesis” adquirió una concreción muy importante (aunque
frecuentemente descuidada) en Hechos 18,25, donde es presentado como “camino del
Señor”.
Una ilustración incisiva de lo que significa la catequesis como “camino del Señor” nos la
ofrece el verbo κηρυσσw (kerýsso), que el Nuevo Testamento usa en 61 ocasiones. Se
conjugan constantemente tres componentes: mensaje, anunciador (servidor) de la
palabra, y oyente de la palabra. El mensaje es la palabra de Dios y de Cristo. Esta ha
de ser comunicada “a tiempo y a destiempo” (2 Tim 4,2) íntegra, no falsificada, incluso
cuando “va a llegar el momento en que la gente no soportará la doctrina sana” (2 Tim
4,3). El contenido de este mensaje, bueno y regocijante, es, en última instancia, la
redención y salvación del hombre.
El mensajero (servidor) de la palabra (Lc 1,2) es un llamado de Dios y de Cristo. El
término κηρυξ (queryx = heraldo) aparece en el Nuevo Testamento sólo tres veces (1
Tim 2,7; 2 Tim 1,11; 2 Pe 2,5). El mensajero neotestamentario no debía colocar en un
primer puesto a la propia persona, como aparecía entonces en el vocablo griego “Lo
que interesa no es la persona que anuncia la palabra, puesto que el predicador
verdadero y propio es Dios o Cristo”. Cristo o la Iglesia han encargado al mensajero de
una misión, lo han destinado a ser un correo de la verdad, un “testimonio de la luz” /Jn
1,8) por medio de su palabra, pero, sobre todo, por la credibilidad de su vida. El
mensajero no se confiere a sí mismo el encargo de anunciar, sino que le es confiado,
como persona escogida y fiable. Por esto, no tiene derecho alguno a disponer
autónomamente del mensaje.
Hay que mencionar, finalmente, al oyente del mensaje salvífico. El kerygma cristiano es
todo lo contrario de una información neutral, cuya noticia se recoge para luego relegarla
al olvido. El kerygma es una información sobre un acontecimiento grande y
estremecedor, sin el que la vida de una persona ya no se puede entender ni vivir ni
conducir sensatamente. El kerygma cristiano posee un carácter crítico, agresivo e
inquietante. Pretende conducir a la división y la decisión y colocar al hombre en el
“camino del Señor”. La catequesis cristiana es una provocación hacia un cambio
fundamental, hacia la metánoia, hacia la disponibilidad para vivir una vida nueva en y
con Cristo. (Hasta aquí LÄPPLE, A., oc).
En la época apostólica no había estructuras eclesiásticas. Era el tiempo de la vida
naciente, de la vitalidad. No se daba especial relieve al ritualismo. Hasta la primera
mitad del siglo II no hubo un contexto ritual (años 180-200).
Sin embargo, el Nuevo Testamento nos da cuenta de que el BAUTISMO, que era la
meta de la predicación cristiana (kerigma), requería ciertas condiciones. El cristiano no
nacía, sino que se hacía a base de una conversión voluntaria y reflexiva. Cuando Pedro
proclamó por primera vez el kerigma de Jesucristo, sus palabras llegaron al corazón de
muchos de sus oyentes. Ellos preguntaron: “¿Qué hemos de hacer, hermanos?” (Hch
2,14-36).
La respuesta de la Iglesia fue proponer un camino de acercamiento a ella, que tiene
como elementos fundamentales la Conversión y el Bautismo (Mc 16,16; Hch 2,38). La
rapidez con que a veces se muestra la admisión de los candidatos es más apariencia
que realidad.
Algunas condiciones:
⁂ No tener ningún impedimento, es decir, cumplir todas las condiciones (Hch 3,86;
10, 47; 11,17).
⁂ Discernimiento de la actitud de los candidatos. Estos se preguntaban: “¿Qué
debemos hacer?” (Hch 2,37; 16,30; 22,10).
⁂ La confesión de fe (Hch 10,43; 11,17; Rom 6,11).
⁂ La instrucción (Hch 8,35; 19,18-19).
La Iniciación Cristiana no se menciona explícitamente en el N.T. Ese lenguaje era
propio de las religiones mistéricas. Más tarde, cuando ya esas religiones no eran un
peligro de contaminación para el cristianismo, los Santos Padres asumieron no sólo el
lenguaje sino también la idea de que el acceso a la fe cristiana necesitaba de un
proceso iniciatorio, el Catecumenado.
Aunque todavía no existía el catecumenado de iniciación, ya se caminaba hacia él.
1.3
LA CATEQUESIS EN LA ÉPOCA DE LOS SANTOS PADRES
Hemos visto que la Catequesis es tan antigua como la Iglesia. Su contenido aparece ya
en la literatura cristiana primitiva (Evangelios, Símbolos de fe). Pero la tradición
catequética de la Iglesia es mucho más nítida en los escritos extrabíblicos presentados
por anónimos y los Padres de la Iglesia: La Didajé, Carta a Bernabé, I Apología de San
Justino, El Pastor (Hermas).
2.3.1 El siglo IV es la edad de oro de la catequesis. Los obispos más destacados de
aquella época se interesan por ella: Cirilo de Jerusalén, Ambrosio de Milán, Juan
Crisóstomo, Teodoro de Mopsuestia, Agustín de Hipona. Es más, en esta época
la catequesis era misión propia de los obispos.
2.3.2 La catequesis era una iniciación integral de los adultos a la vida cristiana. Los
cinco primeros siglos constituyen el “período catecumenal”. En él la preparación
al bautismo comprendía una doble enseñanza: una explicación de la Escritura
que hacía el obispo (Catequesis Bíblica) y un comentario al Símbolo de la fe
(Catequesis doctrinal).
2.3.3 El primer tiempo de la catequesis era bíblico: su soporte (como el de los
evangelios) es el Antiguo Testamento - preparación providencial para la venida
de Cristo-,aunque era sombra (Gal 4,1-6) pero el núcleo de la catequesis era el
acontecimiento de la Encarnación, Crucifixión y Resurrección de Cristo. Primer
anuncio kerigmático: Hch 2,14-26.22-25. Condiciones para entrar a formar parte
de la comunidad de salvación: Hch 2,37-41: “¿Qué debemos hacer?”
2.3.3 El segundo momento era doctrinal: los Símbolos de la fe, primeras formulaciones
de la fe cristiana, y las colecciones de citas del A.T. (seleccionadas en series
homogéneas con fines didácticos, polémicos, apologéticos y litúrgicos), que son
la primera manifestación de cómo se usa el A.T. en la catequesis.
Los dos niveles descritos se conjugaban, parecen reflejarse en la manera de
argumentar San Pablo en algunos pasajes de sus cartas: 1 Cor 3,1-11; 15. Pero sobre
todo Heb 5,11-13 en el que se contrapone la leche al alimento sólido.
La enseñanza que recibían los convertidos se designaba con los términos
διδασκειν (95) y κατηχw (17) (resonar e instruir de viva voz. Cf. Hch 18,23) y muestra
que la catequesis, más que una comunicación de saberes, es iniciación a la vida de
comunión con Cristo.
Relación Biblia – Catequesis:
La catequesis doctrinal se desarrolla a partir de los núcleos kerigmáticos, los himnos:
Flp 2 y confesiones de fe contenidos en el N.T.
Toda la catequesis antigua es unánime (rasgo característico) en introducir el anuncio de
Jesucristo dentro de la Historia de la Salvación, y no desligado de ella, y en situarlo
como continuación de las grandes profecías(Cf. Hch 26,22-23).
La época patrística fue el tiempo de la primera y gran difusión de la Biblia. En ese
tiempo surgieron en el reducido espacio de la cuenca del Mediterráneo oriental y casi al
mismo tiempo (Siglo III – IV) tres grandes centros catequísticos: la escuela catequética
de Alejandría (Egipto), la de Cesarea marítima (Palestina) y la de Antioquia de Siria.
Fueron escuelas de exégesis o lectura bíblica:
⁂ alegórica en Alejandría, con sus antecedentes en Pablo (Gal 4,21-31), San
Justino y la Epístola de Bernabé.
⁂ La exégesis literal y espiritual, sobria, de la escuela antioquena y
⁂ la exégesis textual de la escuela de Cesarea.
La Biblia fue objeto de muchos y excelentes comentarios. Hubo un gigantesco esfuerzo
hermenéutico en cuanto a la comprensión del A.T. a la luz del Nuevo y en torno a la
unidad del libro sagrado, en contra de los herejes del siglo II – III (Marción y los
gnósticos) y en el uso del esquema Promesa – Cumplimiento en el marco de la
historia de la salvación, que es progresiva.
La catequesis bíblica de los Padres dio como fruto el “símbolo” o credo (fines del siglo
II) en el que sobresale la línea histórica de la Escritura centrada en momentos
esenciales. De esta manera la Iglesia recitando el Credo, anuncia la Biblia.
Con el catecumenado, la atmósfera bíblica que envuelve a los catecumenados es total.
No solo escuchan la palabra sino que experimentan en sí mismos los pasos de la
historia de la salvación que la Escritura testimonia9
9
HAMMAN, A., Leer la Biblia en la escuela de los Padres. De Justino mártir a San Buenaventura, Bilbao, 1999, 175; cf BISSOLI, C., oc 32-34.
2. DE LA CATEQUESIS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA A LA CATEQUESIS DE
CATECISMOS EN EL SIGLO XVI.
En el periodo apostólico y post apostólico y en la catequesis de los Santos Padres la
catequesis adquirió el significado de ENSEÑANZA FUNDAMENTAL DE LA FE CRISTIANA
DENTRO DEL CATECUMENADO.
Durante la Edad Media desapareció prácticamente el término catequesis y fue
sustituido por CATECHISMUS e INSTRUCTIO en referencia a las preguntas y respuestas
previas al rito del bautismo. El siglo XVI dio inicio a la época de la “Catequesis de
Catecismos” que se extendió hasta nuestros días. Catechismus: era no sólo la forma de
educar la fe o el sistema de educación religiosa elemental, sino el libro. Lutero escribió
un Catecismo Breve (1529) para niños y otro para los padres en 40 preguntas; San
Pedro Canisio escribió para las escuelas y el Concilio de Trento escribió para los
Párrocos (1566).
En esta época moderna (Siglo XVI – XIX) floreció la actividad catequística mediante los
catecismos. La catequesis recibió otros nombres: catecismo, doctrina cristiana,
instrucción religiosa, enseñanza religiosa y otros. Sólo hasta el siglo XX, gracias al
movimiento catequético-litúrgico, se pudo recuperar el término tradicional de
“catequesis”, al redescubrir su sentido original y reinterpretarlo en el nuevo contexto
cultural. Esta catequesis se caracterizó por ser, en esencia, una transmisión o
comunicación de verdades que son necesarias creer para salvarse, articuladas de
modo más bien teológico que pedagógico: lenguaje abstracto, método deductivo,
pedagogía magistral y depositaria.
Relación Biblia – Catequesis
La fundamentación de esta catequesis era la teología y el magisterio eclesiástico, no
la Palabra de Dios. La Biblia, cuando era usada, servía de apoyo o prueba argumental
escolástica de las verdades expuestas.
La “Historia Sagrada” era un acercamiento anecdótico al Antiguo Testamento. No se le
relacionaba con el Nuevo Testamento. No se hacía ver la trabazón entre el A.T. y N.T.
La Historia Sagrada era un saber religioso, pero no catequesis. El centro de la
instrucción catequética era el Libro = Catecismo.
Hasta la década de los 60 los catecismos eran de tipo doctrinal, de lenguaje abstracto,
pobreza bíblica y litúrgica, método deductivo y pedagogía bancaria o depositaria.
3.
LA CORRIENTE DE CATEQUESIS KERIGMÁTICA.
Entre la II Guerra Mundial (1940) y el Concilio Vaticano II (1962-1965) hubo en Europa
un movimiento de renovación catequética llamado KERIGMÁTICO, cuya preocupación
fundamental era el contenido o mensaje de la Catequesis. La presentación del
contenido era más evangélica, a la luz del Kerygma cristiano primitivo y de la más
genuina tradición de la Iglesia. El centro de atención eran la dimensión bíblica y la
dimensión litúrgica del mensaje cristiano, la importancia de la Historia de la Salvación,
la concepción de la Catequesis como educación integral de la fe.
“La Catequesis no es la divulgación de un sistema de verdades religiosas ni de
principios morales, sino el anuncio del mensaje cristiano; el catequista, por lo tanto, no
es profesor, sino testigo que transmite un mensaje en el que él mismo está implicado;
el núcleo del mensaje lo constituye la persona de Cristo, y de su relación con él
depende el valor de cada verdad particular; su muerte y resurrección culminan la
historia de la salvación, y su gracia se nos comunica a nosotros y a todos los pueblos.
El contenido prima sobre el método, y este ha de ser fiel a los lenguajes en que nos
llega el mensaje: bíblico, litúrgico, doctrinal y testimonial.”. (Nuevo Diccionario de
Catequética, Volumen I, 1144)
Representantes de esta corriente Kerygmática son: el austriaco Joseph Andreas
Jungmann con su obra: “La predicación de la fe a la luz de la Buena Nueva” (1936);
F.X. Arnold, G. Delcuve, Joseph Coloma, G. de Bretagne, F. Schreybmar, Klemens
Tillmann, Johannes Hofinger.
Fruto de esta corriente son: L’ Institut Súperienr de Pastorale Catechetique de Paris
(1951), el Instituto “Lumen Vitae” de Bruselas (1957), la Semana Internacional de la
Catequesis de Eich-stätt (1960), el Catecismo Católico Alemán (1955) y el Directorio
Francés de Pastoral Catequética (1964).
“La Catequesis Kerigmática acentuando unilateralmente el carácter teológico de la
Palabra de Dios, había dejado en la sombra a su destinatario, que es el hombre”.
(Ibidem).
Después de la II Guerra Mundial, a partir de 1940, ha habido en relación con la
catequesis una doble inquietud o tendencia:
⁂ volver a las fuentes de la vida cristiana: Sagrada Escritura y Tradición y a la
riqueza de los orígenes apostólicos y patrísticos.
⁂ Mirar al sujeto de la catequesis en su contexto socio-cultural.
Se tiene así una doble fidelidad al mensaje y al hombre, lo que hace que la catequesis
adquiera una densidad de sentido y se clarifique su identidad: su ser y quehacer.
3. EL CONCILIO VATICANO II Y SU INFLUJO EN LA CATEQUESIS.
En 1869 el Concilio Vaticano I (8/12/1869 – 20/10/1870) tenía un proyecto de Decreto
para establecer un pequeño catecismo universal. Se llamaba “De confectione et usu
unius parvi catechismi pro universa ecclesia”, quedó redactado y aprobado, pero no
votado porque se suspendió el Concilio. Comenzaba así:
“Como todos los miembros de la Iglesia de Cristo, extendida por todo el mundo, deben
tener un solo corazón y una sola alma, también deben tener una sola voz…” Esta idea
uniformadora provenía directamente del siglo XVII, cuando se pusieron en circulación
los catecismos de preguntas y respuestas.
El Concilio Vaticano II no retomó el proyecto ni elaboró ninguna Constitución ni Decreto
sobre la catequesis. Pero eso no quiere decir que la ignoró o marginó. Por el contrario,
si se extrajeran de los documentos conciliares todos los textos que explícita e
implícitamente se refieren a la catequesis y se dispusieran en un esquema lógico, nos
sorprenderíamos ante una verdadera pequeña “summa catechética”. El Concilio prefirió
establecer un marco más amplio llamado: Directorio General.
La promulgación del catecismo de la Iglesia Católica (1992) no ha sido siempre bien
comprendida. Ha sido vista como una ambigüedad. Pone el acento sobre el retorno a
los contenidos y favorece una interpretación reductiva de la catequesis. Oficialmente el
C E C ha sido presentado como “punto de referencia doctrinal” (Fidei depositum 12,
23 y 24), que no sustituye, sino supone la inculturación, contextualización y mediación
local. Otros lo consideran impropiamente como un verdadero y propio Catecismo
Universal, utilizable en la actividad catequística bajo forma de síntesis elaborada en
forma de preguntas y respuestas. Aquí se plantea el problema del COMPENDIO DEL
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (2005).
A partir de los años 80 se ha hecho sentir una doble vertiente en relación a la
comunicación de la fe en la vida de la Iglesia: quienes ven un encuentro directo con la
Biblia a través de la Lectio Divina y quienes lo ven a través del catecismo. En el
pensamiento del Papa Benedicto XVI no hay una dicotomía entre Biblia y Catecismo,
puesto que hay una razón teológica que fundamenta la implicación armónica de ambos:
la necesaria mediación de la Iglesia como sujeto interpretante.
El binomio Biblia – catecismo es teológicamente legítimo, mientras sea entendido como
forma de comunicación de la fe de la Iglesia y en el ámbito de relación de causa (la
Biblia) y efecto (el catecismo) Dice: “La catequesis transmite el contenido de la
Palabra de Dios según las dos modalidades con que la Iglesia lo posee, lo
interioriza y lo vive: como narración de la Historia de la salvación y como
explicitación del símbolo de la fe. La Sagrada Escritura y el Catecismo de la
Iglesia Católica han de inspirar tanto la catequesis bíblica como la catequesis
doctrinal, que canalizan ese contenido de la Palabra de Dios” (128).
El Concilio Vaticano II consideró a la catequesis como un momento bien distinguido,
privilegiado, de la evangelización. En este sentido fue un gran acierto la Exhortación
Apostólica Evangelii Nuntiandi del Papa Pablo VI.
Hay dos textos conciliares muy explícitos sobre la catequesis:
⁂ El Nº 14 del Decreto Christus Dominus, sobre el oficio pastoral de los Obispos.
En ese texto el Concilio define la naturaleza, la finalidad y las tareas de la
catequesis. Además de la catequesis de adultos y el catecumenado, las fuentes
de la catequesis y la necesidad de las ciencias antropológicas para una
adecuada formación de los catequistas. Al final de este Decreto Christus
Dominus los Padres Conciliares prescribieron la redacción de un Directorio para
la Instrucción Catequética del Pueblo Cristiano, que fue publicado el 11 de
abril de 1971.
⁂ Gravissimum Educationis, 4.
Con todo, la renovación de la catequesis, no nació solamente del Concilio Vaticano II.
Desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX (Congreso de Munich en 1912 y
especialmente en 1950, el Congreso Internacional de Catequesis en Roma que impulsó
la Catequesis de Adultos y la creación de Secretariados; el Movimiento Kerigmático;
1962 Concilio Vaticano II), se percibe el reajuste que el concepto de catequesis va
asumiendo, permaneciendo al mismo tiempo fiel al núcleo fundamental de los primeros
siglos y al hombre de cada época.
En la primera mitad del siglo XX hubo un profundo y notable movimiento de renovación
en el campo bíblico, litúrgico, moral, ecuménico, en el método teológico y también en el
pedagógico. Estos movimientos de renovación han tenido muy en cuenta los aportes de
la historia de la Iglesia y de la patrística. Todos esos movimientos convergieron en el
Concilio Vaticano II.
Pero esa búsqueda y reflexión no quitan que el impacto conciliar sobre la teología y la
praxis de la pastoral haya sido enorme y decisivo. Tan decisivo que es imposible
entender los cambios en la Iglesia y en sus múltiples manifestaciones sin sopesar con
atención todo lo que el Vaticano II ha supuesto de exigencias, impulsos, problemas y
perspectivas.
Es verdad que el Concilio no ha tratado en un documento específico la catequesis. Pero
en diferentes documentos hay oportunas referencias a ella (además de Christus
Dominus 14 y de GE, 4 , cf. AG, 17; Nostra Aetate, 4; PO) y ha renovado en
profundidad los puntos básicos que determinan el nuevo concepto y la praxis de la
catequesis.
Algunas aportaciones en particular:
⁂ La SC con su visión renovada de la liturgia y los impulsos a la reforma litúrgica y
a la participación litúrgica.
⁂ La Dei Verbum con la nueva concepción de Revelación y el lugar que le asigna a
la Sagrada Escritura en la Iglesia.
⁂ La Lumen Gentium, que desarrolla una nueva eclesiología: la eclesiología de
comunión y participación.
⁂ La Gadium et Spes, en la que el mundo no es condenado, sino que mundo e
historia asumen el rango de “lugares teológicos” y abre de nuevo el diálogo entre
fe y cultura.
⁂ El Decreto AA, que recupera la visión teológica positiva del laico y de su
corresponsabilidad eclesial.
⁂ El Decreto Ad Gentes, que pone de relieve la prioridad de la evangelización y
revaloriza el catecumenado.
Conclusión:
El Concilio Vaticano II fue el punto final del catecismo-instrucción y el punto de arranque
de la nueva institución educadora de los cristianos: La Catequesis de inspiración
catecumenal procesual. Ha dado origen a una renovada concepción de la catequesis.
⁂ Recupera la iniciación cristiana e imprime a la catequesis un carácter
catecumenal.
⁂ Puso fin a una concepción de la misma, como preparación inmediata para los
sacramentos y como un acto propio y casi exclusivo de la vida cristiana infantil.
⁂ Desencadenó por otra parte, a partir de una nueva concepción de Revelación, un
movimiento de renovación, emparentado con los que precedieron al Concilio,
que, ante todo, coloca la Palabra de Dios como fuente de la catequesis, a ésta
como «momento privilegiado» del proceso global de la evangelización y a los
adultos como sus primeros destinatarios o interlocutores.
-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-
Desarrollos a partir del Concilio Vaticano II
1. Directorio sobre la formación catequética del pueblo cristiano ». (1) En
cumplimiento de este mandato conciliar, la Congregación para el Clero se sirvió de
una Comisión especial de expertos y consultó a las Conferencias episcopales del
mundo, que remitieron numerosas sugerencias y observaciones al respecto. El
texto preparado fue revisado por una Comisión teológica ad hoc y por la
Congregación para la Doctrina de la Fe. El 18 de marzo de 1971 fue definitivamente
aprobado por Pablo VI y promulgado el 11 de abril del mismo año, con el título
Directorium Catechisticum Generale. Este directorio recoge la síntesis y
orientaciones emanadas de la doctrina del Concilio.
2. Una aportación particularmente rica para la renovación catequética fue el Ritual de
la iniciación cristiana de adultos, promulgado el 6 de Enero de 1972 por la
Congregación para el Culto Divino.
3. Un hito decisivo para la catequesis fue la reflexión realizada por la Asamblea
General del Sínodo de los obispos acerca de la evangelización del mundo
contemporáneo, que se celebró en octubre de 1974. Las proposiciones de esta
Asamblea fueron presentadas al papa Pablo VI, que promulgó la Exhortación
apostólica Evangelii Nuntiandi, del 8 de Diciembre de 1975. Este documento
presenta, entre otros, un principio de particular importancia: la catequesis como
acción evangelizadora dentro del ámbito de la misión general de la Iglesia. La
actividad catequética, de ahora en adelante, deberá ser considerada como partícipe
siempre de las urgencias y afanes propios del mandato misionero para nuestro
tiempo.
4. La última Asamblea sinodal convocada por Pablo VI en octubre de 1977 escogió la
catequesis como tema de análisis y reflexión episcopal. Este Sínodo vio « en la
renovación catequética un don precioso del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy ».(3)
5. Juan Pablo II asumió en 1978 esta herencia y formuló sus primeras orientaciones
en la Exhortación apostólica Catechesi Tradendae, del 16 de octubre de 1979. Esta
Exhortación forma una unidad totalmente coherente con la Exhortación Evangelii
Nuntiandi y vuelve a situar plenamente a la catequesis en el marco de la
evangelización.
6. Las Asambleas Generales, ordinarias y extraordinarias, del Sínodo de los Obispos
han tenido una particular incidencia en el campo de la catequesis. Por su particular
relieve deben señalarse las Asambleas Sinodales de 1980 y de 1987, sobre la
misión de la familia y sobre la vocación de los laicos bautizados.
7. A los trabajos sinodales siguieron las correspondientes Exhortaciones apostólicas
de Juan Pablo II Familiaris Consortio (22 noviembre 1981) y Christifideles Laici (30
diciembre 1988). El mismo Sínodo extraordinario de 1985 ha influido, también, de
manera decisiva sobre el presente y futuro de la catequesis de nuestro tiempo. En
aquella ocasión se hizo balance de los veinte años de aplicación del Concilio
Vaticano II, y los Padres sinodales propusieron al Santo Padre la elaboración de un
Catecismo universal para la Iglesia Católica.
8. La propuesta de la Asamblea sinodal extraordinaria de 1985 fue acogida
favorablemente y hecha propia por Juan Pablo II. Culminado el paciente y complejo
proceso de su elaboración, el Catecismo de la Iglesia Católica fue entregado a los
obispos y a las Iglesias particulares mediante la Constitución apostólica Fidei
Depositum el 11 octubre 1992.
9. Este acontecimiento de tan profunda significación y el conjunto de hechos y de
intervenciones magisteriales anteriormente señalados, imponían el deber de una
revisión del Directorium Catechisticum Generale, a fin de adaptar este valioso
instrumento teológico-pastoral a la nueva situación y a las nuevas necesidades.
Recoger tal herencia y sistematizarla sintéticamente en orden a la actividad
catequética, siempre en la perspectiva de la presente etapa de la vida de la Iglesia,
es un servicio de la Sede Apostólica a todos.
10. El trabajo para la reelaboración del Directorio General para la Catequesis,
promovido por la Congregación para el Clero, ha sido realizado por un grupo de
Obispos y de expertos en teología y en catequesis. Seguidamente, ha sido
sometido a consulta de las Conferencias episcopales, de diversos peritos e
Institutos o Centros de estudios catequéticos; y ha sido en el respeto substancial a
la inspiración y contenidos del texto de 1971. Evidentemente, la nueva redacción
del Directorio General para la Catequesis ha debido conjugar dos exigencias
principales:
⁂ por una parte, el encuadramiento de la catequesis en la evangelización,
postulado en particular por las Exhortaciones Evangelii Nuntiandi y Catechesi
Tradendae ;
⁂ por otra parte, la asunción de los contenidos de la fe propuestos por el
Catecismo de la Iglesia Católica.
11. Por último, el Sínodo de la Palabra, año 2010 – señala la dimensión bíblica de la
catequesis.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
ANEXO N°8
CELEBRACIÓN - Hechos 8,26-40
Al terminar esta jornada, queremos agradecer al Señor que nos ha llamado para hacer oír su
voz en medio de nuestros pueblos. Lo haremos recorriendo esta página de la Sagrada
Escritura, como fuente inspiradora de nuestro itinerario como catequistas, en comunión con
la propuesta que la Iglesia Latinoamericana nos hace a todos los que diversas maneras nos
comprometemos en la tarea de hacer que la Palabra de Dios, sea la fuente de toda
Animación pastoral.
Lectura del texto: Hech 8,26-40
“Levántate y ve hacia el sur…él se levantó y partió”

Hoy también el ángel del Señor nos invita a levantarnos con valentía y esperanza, y
recorrer nuevos caminos, al servicio de la Palabra en una Iglesia de América Latina y el
Caribe que, desde Aparecida, nos invita a ser discípulos misioneros.
El Espíritu dijo a Felipe: acércate…

Hoy también el Espíritu nos invita a acercarnos a la realidad concreta de nuestros
pueblos y reconocer en ella la presencia de Dios. Al acercarnos a nuestros hermanos
descubrimos con ellos el rostro de Cristo en los rostros sufrientes. Situaciones
dramáticas de injusticia, marginación y dolor. Asimismo vemos la capacidad de alegría y
esperanza que estalla y se manifiesta de mil maneras en el canto y en la danza, en la
creatividad y en la fortaleza de nuestra gente.

Queremos ser una Iglesia discípula y misionera que sin miedo se acerque a los hermanos
y hermanas de nuestro Continente; una Iglesia rica sobre todo por su fe en Cristo y por
la fuerza de la Palabra, el gran regalo a ofrecer en este tiempo.
¿Comprendes lo que estás leyendo?..¿Cómo puedo entender si nadie me lo explica?

Como Felipe, hoy al acercarnos queremos tener una escucha atenta a las preguntas e
interrogantes, incluso inconscientes, de los hombres y mujeres de nuestro pueblo:
¿comprenden siempre el sentido de sus vidas, de los acontecimientos, de las búsquedas,
de los encuentros y desencuentros…?

Para dar respuestas no hay recetas mágicas. ¡Tenemos el don de la Palabra que abre
siempre caminos insospechados! ¡Dios siempre nos sorprende con su amor!

Desde la ABP queremos ser Escuela de Interpretación de la Palabra, para ayudar a
nuestro pueblo a entender las Escrituras, a transitar con seguridad por los textos
bíblicos, a lograr una lectura comprensiva que alimente la fe, la espiritualidad y el
compromiso misionero.
Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura,
le anunció la Buena Noticia de Jesús.

Felipe parte del texto, pero no se queda en él. A partir del texto revela la presencia de
Jesucristo, Palabra eterna y definitiva del Padre.

También nosotros creemos que es insustituible la Escritura para la interpretación de la
realidad de nuestros pueblos, por eso es importante que todas las familias puedan
acceder a una buena versión de la Biblia.

Pero no podemos quedarnos sólo en la letra: el Espíritu del Resucitado convierte al texto
bíblico en mediación privilegiada del encuentro con Jesucristo. No somos una religión del
libro: Cristo es la Palabra que antecede el texto. Por eso la ABP propone una lectura
cristológica que tiene al Señor como centro de toda la Escritura, al Espíritu como
Maestro e Intérprete, y al Padre como fuente de Vida para todos los hijos de Dios.

La Palabra de Dios es fuente de espiritualidad y oración. La ABP concede mucha
importancia a la Lectio Divina y a todas las formas e lectura orante, para todos los
miembros de la Iglesia y para inspirar la conversión pastoral en la Iglesia.

El encuentro vivo con Jesucristo es luz que ilumina para purificar y liberar nuestro
corazón de todos los ídolos, dilatándolo en actitudes de servicio y misericordia con los
hermanos. Así, la ABP actualiza la Palabra de Dios y se convierte en Escuela de
Comunión.
Felipe lo bautizó

La palabra de Felipe ha iniciado al etíope en la fe en Jesucristo; el bautismo lo introduce
en la comunidad de los creyentes, en la comunidad de la Palabra hecha carne (Jn 1,14).
Mediante palabras y sacramentos, mediante la mesa de la Palabra y de la Eucaristía que
la Iglesia prepara, Jesucristo alimenta a los suyos.

No leemos la Biblia de manera individualista; la ABP promueve una lectura bíblica en la
Iglesia, misterio de comunión y misión, que va regenerando la vida cristiana (1 Pe 1,2225).

La Palabra de Dios anima toda la vida de la Iglesia, no sólo su quehacer, sino también su
ser. En este sentido, la ABP no puede ser una pastoral yuxtapuesta a otras; su servicio,
como su mismo nombre lo indica, es servicio de animación de todas las expresiones de la
vida y de la misión de la Iglesia para formar al discípulo misionero.
El etíope siguió gozoso su camino

El encuentro con Jesucristo no termina en la Biblia ni en sí mismo, sino que nos regresa a
la vida cotidiana con nuevas actitudes; el gozo del etíope es expresión de una persona
que, al encontrarse con Jesús en la Iglesia, ha encontrado el Sentido de su vida.

La ABP plantea un itinerario que, partiendo de un acercamiento a la vida concreta, se
deja iluminar por la Palabra para retornar, con nuevas motivaciones, a la vida y a la
comunidad, a nuestro pueblo sencillo, hambriento de la Palabra, para transformar, con
ellos, este mundo según los valores del reino.

Este camino gozoso lo hacemos con nuestros hermanos y hermanas de las otras Iglesias
y Comunidades Eclesiales con quienes compartimos el amor por la Palabra.
Felipe, en todas las ciudades por donde pasaba, iba anunciando la Buena Noticia

Como Felipe, somos miembros de una Iglesia que se va redescubriendo a sí misma cómo
anunciadora del Evangelio. “¡Ay de mí si no evangelizara!? (1 Cor 9,16). La Escritura es
mediación de salvación al revelar a Jesucristo; por eso la ABP es Escuela de
Evangelización Inculturada, para anunciar a Cristo, ofreciéndolo a todos, fuente de Vida
plena.

En un mundo plural y secularizado, muchas veces fraccionado y deshumanizante, la ABP
deberá aprender a presentar la Buena Noticia en forma significativa, portadora de
unidad y justicia para todos.
Todos
Conscientes de que la ABP es don y tarea, hacemos nuestras las palabras de nuestros
pastores: “Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una alegría, y
transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos
ha confiado”. (10)
10
DA, 18.
Canto: ¡Qué detalle Señor
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
ANEXO N° 9
APENDICE I: LOS SANTOS PADRES
1.
Patrística es la etapa inmediatamente posterior a la época apostólica. Se llaman “Padres
de la Iglesia” a los Maestros de la Fe de los primeros ocho siglos cristianos (el límite en
Oriente es San Juan Damasceno (+ 749), en Occidente San Isidoro de Sevilla (+ 636).
1.1
Los Santos Padres fueron “quienes, recogiendo la tradición de los apóstoles y ejerciendo
ejemplarmente el ministerio de la predicación, nos dejaron en herencia el inmenso tesoro
del contenido de la fe cristiana y eclesial”.
Nos dejaron también en sus obras “cuál debe ser siempre el estilo y el espíritu de la
evangelización y de la catequesis”. “Supieron imitar con fidelidad los ejemplos de los
apóstoles y sus maneras de hablar al pueblo”.
“En la medida en que la predicación fue apartándose del estilo de los Santos Padres, la
formación y la vida de gran parte del pueblo cristiano se fue empobreciendo en muchos de
sus aspectos”11.
Los Padres son:


11
Padres en el sentido bíblico del término, es decir, padres en la fe y en la vida
cristiana.
Testigos privilegiados de la tradición, los más cercanos a la fuente de donde ésta ha
comenzado. Son los más inmediatos testigos, receptores, transmisores y hasta
interpretes del Evangelio12. De aquí su autoridad basada en la santidad, la doctrina y
la experiencia pastoral.
PEINADO, Miguel, La predicación del Evangelio en los Padres de la Iglesia, BAC, Madrid 1992, Prólogo. Cf.
Congregación para la Educación, Instrucción sobre estudio de los Padres de la Iglesia, Roma 1989.
12
SANCHEZ, Manuel, Historia de la Espiritualidad Patrística, Edit. de Espiritualidad, Madrid 1992, 13-16
La catequesis de los Padres es desarrollo de la catequesis apostólica que inicialmente fue
instrucción oral (Cf. 1Co 14,19; Gal 6,6), pero que pasó pronto a ser escrita y quedó en parte
expuesta en modelos catequísticos neotestamentarios.
La catequesis nace al mismo tiempo, y aún antes, que la Teología. En los Padres son un binomio
inseparable13.
A los Padres se les suele clasificar de la siguiente manera:
A)
Padres Apostólicos (siglos I-II). Con el nombre de Padres Apostólicos (patrólogo JB
Cotelier, 1672) se conoce a seis escritores que conocieron y se relacionaron con los
apóstoles. Testimonian el sentir catequístico de la segunda generación cristiana, recibido
de boca de los mismos apóstoles o de sus discípulos.
Entre los escritores más antiguos que conservan la primitiva estructura catequística
sobresalen:
 Bernabé, que se suponía ser el compañero de San Pablo (Cf. Hch 9,27; 11,22-30;
13,1-6).
 Clemente, el gran obispo de Roma, tercer sucesor de San Pedro. Según Orígenes
(185-253) y Eusebio (+370), quizás tenga que identificarse con el colaborador de
San Pablo (Cf. Flp 4,3).
 Hermas, a quien Orígenes hace discípulo de San Pablo por identificarle con el
Hermas de Rom 16,14 (año 58).
 Ignacio, Obispo de Antioquía (110-130), que pudo conocer a los apóstoles,
aunque no consta con certeza.
 Policarpo, Obispo de Esmirna (+156) a quien su discípulo San Ireneo (nacido
entre 130 y 140) pone en estrecha relación con el Apóstol San Juan.
 Papias, Obispo de Hierápolis, contemporáneo de Policarpo, a quien San Ireneo
califica de discípulo de San Juan. Escribió por los años 130-140 una obra de
carácter exegético, explicación de las sentencias del Señor.
1.2
La catequesis en el período de los Padres Apostólicos se caracteriza por el pluralismo de las
INSTRUCCIONES, adaptadas al destinatario y a su ambiente cultural, sirviéndose de
múltiples tradiciones orales y literarias, escogiendo aquellos aspectos que más interesan al
destinatario según sea judío de Palestina, judío de la diáspora o pagano. En estos dos
primeros siglos las comunidades cristianas se concentran en Palestina y Asia Menor.
Las obras de este grupo de escritores son: la Didajé, dos Cartas de San Clemente; siete
cartas de San Ignacio, carta y martirio de San Policarpo; carta de Bernabé, fragmentos de
Papías; el pastor de Hermas.
13
ROMERO POSE, Eugenio, Catequesis en la época Patrística, en Nuevo Diccionario de Catequesis, San Pablo,
Madrid 1999, 362-374.
El perfil catequético de los escritos de este período nace del objetivo misionero de la
predicación del kerigma: el cambio de vida o la conversión, la necesaria iniciación al
Bautismo y el interés por mantener la nueva vida del convertido.
LA DIDAJE, de principios del siglo II, descubierta por el metropolita de Nicomedia,
FILOTEO BRYENNIOS y publicada en 1883.
Es obra de un compilador desconocido (un catequista de origen judeo-cristiano) que recoge
materiales de distintas épocas para las comunidades cristianas de origen pagano. Este
compilador puso al comienzo la enseñanza de las DOS VIAS (de la vida y de la muerte) y
le añadió un bloque de tradiciones litúrgicas sobre el bautismo, el ayuno, la oración y la
cena eucarística. También utilizó fuentes en la parte disciplinar (11-13) sobre maestros,
apóstoles y profetas verdaderos y falsos. La doctrina de las DOS VIAS (1-6) es la más
elemental, de orden práctico o moral, requerida para la INICIACIÓN CRISTIANA.
Bajo la antiquísima alegoría de los dos caminos, que los griegos conocen desde Hesíodo, se
le proponen al CATECUMENADO los preceptos de la moral natural y de la perfección
evangélica: ante todo el amor a Dios y, luego, el amor al prójimo como a sí mismo. A
continuación el anónimo catequista inserta un largo pasaje del Sermón del Monte (Mt y Lc)
como explicación y perfección del precepto de amor al prójimo14. He aquí su contenido15:
Los dos caminos: 1-6.



El camino de la vida: 1, 2-4.14.
El camino de la muerte: 5
Exhortación final: 6.
Disposiciones litúrgicas: 7-10
Bautismo (fórmula; prescripciones sobre el rito del agua): 7
Ayuno: 8,1
La oración diaria: 8,25
Oraciones eucarísticas: 9.10
Disposiciones sobre la conducta frente a los predicadores itinerantes: 11-13
Verdaderos y falsos maestros: 11.1s
Verdaderos y falsos apóstoles y profetas: 11,3-12
a) Apóstoles. Acogida y duración de su estancia, criterios de su autenticidad:
11,3-6
b) Profetas. Criterios de su autenticidad: 11,7-12
14
15
RUIZ BUENO, Daniel, Padres Apostólicos, BAC, Madrid 1967, 35-36.
VIELHAUFER, Ph, oc, 753-754.
Hermanos viajeros: 12
a) Acogida, examen y apoyo: 12, 1s
b) Condiciones para su alojamiento: 12,3-5
Alojamiento de verdaderos profetas y maestros en la comunidad. Deberes hospitalarios de
la comunidad: 13.
Disposiciones sobre la vida comunitaria: 14.15
Eucaristía dominical. Condiciones de participación: 14
Obispos y diáconos: 15, 1s
Deber de corrección fraterna y amor: 15,3s
Apocalipsis: 16.
LA EPISTOLA DE BERNABÉ (Fines del Siglo I)
La instrucción moral o doctrina de las DOS VIAS, que según la Didajé 7,1 forma parte de la
enseñanza catequética, reaparece luego en otros escritos: CARTA DE BERNABE, falsamente
atribuida a JOSE, levita de Chipre (llamado Bernabé), que vende un campo y entrega su precio a
los apóstoles (Hech 4,36).
Se presenta como un tratado teológico bajo una forma epistolar. Se compone de dos partes: la
primera (cap. 2-16) es una polémica antijudía: no ha existido una Alianza de Dios con el Israel de
la historia. La verdadera Alianza es la de JESÚS, sellada en el corazón de quienes esperan y
creen en él (4,8). La segunda (18-21) expone la doctrina de las DOS VIAS presentada como “otra
gnosis y doctrina”. Es una compilación de fines del siglo I.
B)
LOS PADRES APOLOGISTAS GRIEGOS DEL (siglo II y III)
a)
Ocupan la segunda mitad del siglo II. Escriben APOLOGIAS (defensas) de la doctrina y
de la conducta de los cristianos, dirigidas a la opinión pública judía o pagana.
En este período ya los cristianos son conocidos, pero mal conocidos. Sobre ellos se han ido
tejiendo numerosas calumnias. Se les acusa de ser ateos y de reuniones secretas y turbias; son
gente reclutada entre lo peor de la sociedad.
Esta situación hace surgir una nueva literatura cristiana muy distinta a la del período anterior. Los
escritos no se dirigen a los cristianos sino a los paganos y a los judíos. Los nuevos escritores son:
Cuadrato, Aristón de Pella, San Justino (mártir), Taciano el Sirio, Milcíades, Atenágoras, Teófilo
de Antioquia, Melitón de Sardes.
b)
Entre los escritos, por su relación con la catequesis, pueden citarse los de San Justino
mártir (+165); dos Apologías y el Diálogo con Trifon.
Estas obras nos ofrecen datos sobre la INICIACIÓN CRISTIANA o CATECUMENADO, como
el camino que conduce al bautismo y a la Eucaristía.
C)
a)
LITERATURA ANTIHERETICA (S-III)
A la par de los Apologistas surge la literatura antiherética (contra el Gnosticismo y Marción),
cuyo mejor representante es San Ireneo de Lyon (+202) con su obra “Contra las herejías”.
Es el escrito teológico con más alcance catequético, con esta obra el género catequético entra
de lleno entre los géneros literarios.
Otra obra suya es La demostración de la predicación apostólica, considerada como el primer
catecismo para adultos de toda la historia. En ella expone San Ireneo, a manera de catecismo, los
diversos momentos de la Historia de la Salvación, la creación del hombre y el nuevo nacimiento
por el bautismo. Esta obra es una síntesis de lo expuesto en la anterior, contra las herejías.
b)
Otro escritor antiherético y testigo del proceso de Iniciación Cristiana es HIPOLITO de
Roma (+235). Escribe en Roma en la primera mitad del siglo III (200-235).
Su obra de mayor interés es La Tradición Apostólica, un escrito breve que se conoce por sus
diferentes versiones, pues el original griego se perdió.
En los capítulos 15-22 describe las etapas de la Iniciación Cristiana:
⁂ La preparación remota que conlleva una primera admisión en la que se valoraban las
motivaciones para ser cristiano, el estado de vida y profesión. Esta etapa duraba unos tres
años en los que se atendía a una formación orgánica que ayudaba a crecer espiritual y
moralmente e iniciaba a los catecúmenos en la oración.
⁂ La preparación próxima: incluía un nuevo examen de admisión para conocer más de
cerca la vida y la conducta de los catecúmenos y a lo largo de una semana se les exponían
las celebraciones bautismales a las que ellos se preparaban con la oración, el ayuno y
otros ritos.
c)
Representante de la tradición catequética es Orígenes (+253), natural de Alejandría.
Dedicó su vida a la catequesis y a la exégesis en Alejandría y Cesarea atendiendo sobre todo a la
formación pastoral. (cf Floristán, C., Para comprender el catecumenado, 59). En su obra “Contra
Celso” y en sus Homilías hace referencia al catecumenado y su organización.
2.
EL CATECUMENADO
La etapa de la catequesis anterior al Concilio de Nicea (325) (periodo preniceno) es la más rica
en exégesis y teología y en el contenido y formas catequéticas. El período que le sigue, llamado
“siglo de oro” de la catequesis es un tiempo de mayor producción teológica en cantidad, pero no
en creatividad y calidad.
2.1
En este período, la INICIACIÓN CRISTIANA constituyó el centro de interés de la Iglesia,
que llegó a institucionalizar el CATECUMENADO y a hacer de él el camino ordinario para
llegar a ser cristiano.
En el Catecumenado, la Iniciación Cristiana es un camino o proceso de formación por etapas, en
el que se integran la Instrucción Catequética, la conversión y el cambio radical de vida, la
experiencia litúrgica y de oración, la formación espiritual, la celebración de los sacramentos
del Bautismo, Confirmación y Eucaristía por los que los candidatos son incorporados al misterio
de Cristo y de su Iglesia.
El Catecumenado se concibe como “noviciado” de la vida cristiana que se nutre de la catequesis
y de la escucha de la Palabra, apoyado por celebraciones litúrgicas, ejercicios ascéticos y
penitenciales, con la ayuda de la comunidad cristiana que acoge al catecúmeno, lo acompaña y
forma y lo incorpora a su seno.
2.2
Los siglos IV y V, son la edad de oro de la catequesis, los Obispos más destacados de
aquella época se interesan por ella. Es más eran los verdaderos catequistas. Consideraban la
catequesis como misión propia. Entre ellos, Cirilo de Jerusalén, Ambrosio de Milán 16, Juan
Crisóstomo17, Teodoro de Mopsuestia18,, Agustín de Hipona19. Grandes teólogos y mistagogos
(Clemente Alejandrino20, Hipólito de Roma, Juan Crisóstomo, Teodoro de Mopsuestia, Gregorio
de Nisa21, Proclo de Constantinopla22, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, el PseudosDionisio) se pusieron al servicio de quienes se iniciaban en la fe y elaboraron para ellos
preciosísimas catequesis que todavía hoy nos causan admiración por su profundidad y sencillez.
(Para ampliar, consultar a: FLORISTAN, C., Para comprender el catecumenado, cap. 6, pág. 56).
2.3
Catequesis en el Período Postniceno En esta época la catequesis era misión propia de los
obispos. El siglo IV es la edad de oro de la catequesis
16
Fue obispo de Milán entre el 373 y el 397. Dedicó tres tratatdos a la iniciación cristiana: Sobre el Símbolo es la
descripción de una sesión de traditio symboli y nos ofrece los elementos de una catequesis; Sobre los Sacramentos
son como los apuntes de un oyente de la catetquesis sacramental de Ambrosio; De Mysteriis es una redacción
escrita por el mismo San Ambrosio. Su predicación estaba especialmente dirigida a los catecúmenos; llamaba
competentes y electia quienes se preparaban inmediatamente para el bautismo.
17
Ordenado sacerdote el 16 de febrero del 386. Fue el encargado de preparar a los catecúmenos de Antioquia para
los sacramentos de la iniciación cristiana durante el espacio de doce años (386-398). Se conservan algunas de sus
catequesis o discursos. La Patrología de Migne trae dos (PG48,223-240). En 1955 Antoine Wenger descubrió
ocho de sus discursos catecumenales en el monasterio Stavronikita del Monte Athos en un códice del comienzo del
siglo XI. La editorial Ciudad Nueva ha publicado doce catequesis bautismales de Juan Crisóstomo: J UAN
CRISÓSTOMO, Las catequesis bautismales,Ciudad Nueva, Madrid, 1988, 149.
18
Nos ha dejado 16 Homilias catequéticas sobre la inciación cristiana, que pronunció cuando era presbítero en
Antuiquía antes del 392: en las 10 primeras explica el símbolo de la fe. El texto del credo que explica no se
identifica ni con el de Nicea (325), ni con el de Nicea-Constantinopla (381), sino que presenta la recensión
antioquena de este último. En las seis restantes el padrenuestro; el padrenuestro está extraído de Mt 6,9-13 y se le
añade la doxología (porque tuyo es el reino…); también el bautismo y la eucaristía. Las 4 primeras catequesis se
daban antes del bautismo, durante el período de preparación intensiva: T ONNEAU R.- DEVREESSE r.-, Les homélies
catéchétiques de Théodore de Mpsueste. Reproducttion photografique du Ms. Mengana syr. 561, Ciudad del
Vaticano 1949.
19
Al Aeropagita se atribuyen escritos teológicos titulados De nominibus divinis, De teología mystica, De hierarchia
coelesti, De hierarchia eclesiástica y una colección de diez cartas. Su actividad literaria se sitúa entre el 485 y el
515 en Siria o en Palestina. SuHierarchia eclesiástica es el más antiguo tratao de liturgia cristiana. En el capítulo
segundo y tercero habla de la iniciación cristiana. El capítulo del bautismo se encuentra en PG 3,391-424.
20
Clemente Alejandrimo (150-215) atestigua la iniciación cristiana en Alejandría a comienzos del siglo III.
21
Murió en el 394. Escribió una homilía titulada Adversus eos qui differunt baptismun.
22
Nació en Constantinopla antes del 390. Diácono, sacerdote, obispo desde el 434 al 446. De este tiempo dat su
Mystogagia eis to Baptista.Es una homilía que tiene lugar después de las ceremonias de renuncia a Satanás,
redditio del símbolo y del padrenuestro, pero antes de recibir el bautismo. Se trata de una catequesis mistagógica
en el sentido propio, hecha en la ceremonia bautismal.
2.4
Decadencia del Catecumenado: A partir del siglo IV el cristianismo pasó de ser
perseguido a ser tolerado en el Imperio, para terminar siendo privilegiado: la única religión
autorizada. Convertirse deja de ser un proceso exigente. La conversión es sustituida por los ritos
(“cumplimiento”) que marcan el ingreso al catecumenado. Este se reduce a la etapa de
preparación inmediata a los sacramentos de iniciación durante la primera parte de misa en la
cuaresma. Los catecúmenos no son ya convertidos que aspiran al bautismo. El catecumenado deja
de ser un proceso para ser un estado. El bautismo pasa de ser un don a ser un derecho.
A partir del siglo VI con la generalización del bautismo de niños bárbaros y el progresivo
afianzamiento del régimen de cristiandad, se pierde el proceso de evangelización y catequesis de
adultos. Desaparece la forma original de educar la fe: la catequesis. Desaparece el catecumenado
hasta el Concilio Vaticano II que ordena restaurarlo (SC, 64; cf. AG 14). El Sínodo de 1977 en su
Mensaje al Pueblo de Dios, 8, lo da como modelo de toda catequesis.
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DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del Evangelio de Mateo 1,1-4,25
Primer cuadro: “El Mesías, un Dios con nosotros”.
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (Mateo 1,1-4,25). Luego:
1. Subrayo los títulos que se dan a Jesús en esta sección del Evangelio____________
______________________________________________________________
2. Escojo uno de esos títulos y me pregunto: ¿qué significa para mí?
______________________________________________________________
3. En la genealogía (1,1-16), se muestra el carácter desconcertante de los caminos de
Dios. Su plan va para delante de forma paradójica y, a veces, contra toda
expectativa (la presencia de cuatro mujeres, tres de ellas paganas y de actuación
irregular); Ver: (38, 1-30; Rut 4, 5. 13-17; 2Sam 12,24). En el momento culminante,
se nos dice que Dios actúa más allá de las posibilidades humanas y que por la fuerza
de su Espíritu, saca vida del seno de una virgen (Mt.1,16.18-28). Por eso ese niño será
Emmanuel, “Dios con nosotros” (1,23); a través de Él se verifica la presencia nueva y
definitiva de Dios con su pueblo (cfr 28,20) ¿Qué significa esto para mí?
______________________________________________________________
______________________________________________________________
Mt 2,13-18: Hay en este texto una clara referencia a Jesús como nuevo Moisés y
nuevo Israel:
 Como Moisés, Jesús fue salvado milagrosamente de la persecución. Sus pasos
fueron dirigidos por Dios y tuvo que huir: Cfr Ex. 2,1-15
 Jesús, Hijo de Dios, como el pueblo de Israel, fue sacado de Egipto (2,15; cfr.
Ex 4,22)
 Jesús, el Hijo de Dios, sufre las mismas tentaciones que Israel en el desierto
(Mt. 4,1-11; cfr Dt 8,2-3; 6,16; 6,12-13), pero permanece fiel. Donde el pueblo
de Israel había pecado, Jesús vence la tentación.
 Jesús, es el Hijo de Dios no por el camino del éxito y del poder, sino por la
entrega total y fiel a la voluntad del Padre (cfr Mt 27,39-44.54)
 ¿Qué aspecto me llama la atención? ¿por qué?
_________________________________________________________
_________________________________________________________
4. Mt 2,1-12: nos permite vislumbrar lo que va ser el destino de Jesús y también de la
Iglesia:
 Los magos buscan al Rey de los judíos (2,2), son extranjeros y tienen que
preguntar a quienes saben las Escrituras, porque ahí se encuentra el
testimonio sobre él (2,2-6).
 El rey Herodes y toda Jerusalén se turban ante el nuevo Rey que ha nacido
(2,3) y, pese a leer, saber la Escritura, no le acogen.
 Los paganos, abiertos a los signos de Dios, le van a adorar y a ofrecer sus
dones (2,11)
 Empieza la intriga y la persecución contra Jesús (2,8.16); tiene que huir por
primera vez (2,13), pero hay otras huidas (4,12; 14,13;15,21; 16,4)
 ¿Qué me dice todo esto a mí?
_________________________________________________________
_________________________________________________________
_________________________________________________________
5. Jesús es llamado hijo de Abraham: está inserto en el pueblo judío y, cumple las
esperanzas mesiánicas (cfr Mt 1,1; Gén 12,1-2); su misión tiene una dimensión
universal. La Iglesia se abre a la gentilidad (4,12-17)
¿Qué implica ésto para mi vida?
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______________________________________________________________
6. Detengámonos en Mt 4, 17-22
 ¿Cuál es el inicio del ministerio de Jesús?
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 ¿Cuál el contenido?
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 ¿Qué me dice Jesús, a través del llamamiento a los cuatro primeros
discípulos?
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Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la
reflexión de esta parte del evangelio de Mateo.
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 4,23-7,29
Segundo cuadro: EL MESÍAS DE LA PALABRA
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
1. El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (4,23-7,29)
2. Subrayo los títulos que se dan a Jesús en esta sección del Evangelio________________
_______________________________________________________________
_______________________________________________________________
3. Escojo uno de esos títulos y me pregunto: ¿qué significa para mí?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
4. En esta sección del Evangelio se nos presenta de modo programático, por un lado, la
enseñanza de Jesús y por otro su actuación:
a) Comparemos 4,23 con 9,35:
¿Qué elementos comunes encuentro?
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______________________________________________________________
______________________________________________________________
b) Jesús enseña, predica la Buena Noticia:
Mt 5-7: Predicación programática del reino de los Cielos (leerla ojalá en voz alta,
dejando que la Palabra de Jesús llegue al corazón y sea retenida)
¿Cuál es la enseñanza que más toca mi corazón? ¿A qué me invita hoy?
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta
parte del evangelio de Mateo.
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 8,1-9,36
Tercer cuadro: EL MESÍAS DE LA ACCIÓN – INVITACIÓN A LOS DISCÍPULOS AUTORIDAD
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
Jesús realiza acciones poderosas y liberadoras del Reino: No podemos separar esta sección
de la anterior (5,1-7,29). Las acciones de Jesús corroboran su enseñanza.
Vamos por partes:
Mt 8,1-9,35: en esta sección hay tres grupos de milagros, separados por un elemento
que se llama técnicamente transición (en este caso doble, porque presenta dos
situaciones):
 Mt 8,1-15: Presenta el primer grupo de milagros. La narración de tres curaciones.
¿Quiénes son los curados? ¿Qué características tienen?¿Qué hace Jesús?
____________________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
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 Mt 8,16-22: primera transición. Notemos que en la primera parte hay una cita de
cumplimiento (del A.T). ¿Cuál es?
____________________________________________________________
 Mt 8,18-22: Segunda parte de la transición: Condiciones de los seguidores de
Jesús. ¿Qué me sugiere este texto?
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____________________________________________________________
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 Mt, 8, 23-9,8: Segundo grupo de tres milagros. ¿Cuáles son?
____________________________________________________________
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¿Qué hace Jesús? ¿Cuál es la reacción de las personas que están con él o reciben
sus beneficios? ¿Qué enseñanza percibo?
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 Mt. 9,9,13: segunda transición: Jesús llama a Mateo y come con publicanos y
pecadores: ¿Qué situaciones se presentan? ¿Qué reacciones? ¿Qué invitación me
hace el Señor?
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 Mt 9, 14-17: segunda parte de la transición N°2
¿Cuál es la situación que se presenta? ¿Cómo reacciona Jesús?
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 Mt 9,18-33a: tercer grupo de milagros: ¿Cuáles son? ¿A quiénes van dirigidos? ¿Qué
hace Jesús? ¿Cuál es la reacción de la gente? ¿Cuál la enseñanza principal?
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 Mt 33b-34: Notemos las distintas reacciones delante de Jesús. ¿Cuál es la reacción
de la gente? ¿Cuál la de los fariseos?
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 Mt 9,35-36: ¿Qué situaciones se presentan en este texto? ¿Cómo percibo a Jesús?
¿A qué me invita?
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______________________________________________________________
Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta
parte del evangelio de Mateo.
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 10,1-11,1
Cuarto Cuadro: JESÚS MAESTRO: INSTRUYE Y ENVÍA – LA MISIÓN
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi
todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro,
descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (10,1-11,1)
1. ¿Descubrimos en este texto, algún título particular aplicado a Jesús?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
2. Esta sección del evangelio presenta de modo particular a los discípulos como enviados por
Jesús, para continuar su obra y las diversas respuestas.
a) Mateo establece unas relaciones muy estrictas entre la actividad de Jesús descrita
en 4-9 y la actividad de los discípulos presentada en el cap.10 (leer Mt 10). Los
discípulos con continuadores de la misión de Jesús. Ver paralelos:
JESUS
DISCÍPULOS
9,35
10,1
4,17
10,7
8,20
10,9-10
11,18-24
10,14-15
15,24
10,5-6
9,34;12,24
10,24-25
10,4;17,22;20,18-19
10,17;10,21-22; 24,9-10
26,59
10,17
20,19
10,17; 23,34
2,1.3.9; 27,2.11.14.15.21.27; 28,14
10,18
b) Mt 9,35-11,1: Encontramos aquí que la diferencia del ministerio de los discípulos con el
ministerio de Jesús expresada en 4,17-9,35, está en la enseñanza. Jesús enseña (4,23;
5,2; 7,29; 9,35). A los discípulos se les dará este poder después de la resurrección (ver
Mt 28,19-20)
¿Qué me sugiere la reflexión de estos dos puntos anteriores? ¿A qué me invita el Señor
hoy?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
Escribo una oración, fruto de la reflexión…
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 11,2-12,50
Quinto Cuadro: LOS DISCÍPULOS – OPCIÓN POR JESÚS
Seguirlo, ¿sí o no?
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
a) El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (11,2-12,50). ¿Descubrimos en este texto, algún título
particular aplicado a Jesús? ¿Cuál? ¿Qué significa?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
b) Mt 11,2-12,50: reacciones que suscita el ministerio de Jesús (4-9) y el de los discípulos
(10)
 Mt 11, 20-24: Queja de Jesús de las ciudades en que ha desarrollado su ministerio

Mt 11,16; 12,39.41.42.45: lamento por la generación incrédula.
 Mt 12,2.14.23-24.38: Los adversarios de Jesús, ¿quiénes son? ¿qué hacen?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
Mt 11,21-24; 12,38-42: Notemos la diferencia entre la cerrazón de los representantes del
judaísmo y la apertura de los paganos. ¿Cuáles son los ejemplos que Jesús propone?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
 Mt. 11,25-30: Reacciones positivas frente a la oposición. ¿Cómo actúa Jesús? ¿Qué nos
propone?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
 Mt 12,46-50: En medio de la oposición y el conflicto, se configura el círculo de la nueva
familia (los discípulos) de Jesús. ¿Cuál es la característica particular de esta
comunidad?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
c) Leyendo esta sección del evangelio, ¿qué descubrimientos particulares he hecho? ¿A qué
me invita el Señor? ¿Qué quiero decirle en este momento?
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 13,1-53
Sexto Cuadro: LAS PARÁBOLAS: MÉTODO DE FORMACIÓN
MISTERIO DEL REINO
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
“Dichosos vuestros ojos, porque ven y vuestros oídos, porque oyen” Mt 13,16
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (13,1-53)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
2. Mt 13, 1-52: Presenta la naturaleza del Reino de los Cielos a través de parábolas.
Igualmente explica las reacciones que el ministerio de Jesús y de los discípulos han
encontrado, como vemos en los cap 11 y 12.
a) ¿Cuántas parábolas hay en esta sección del Evangelio? ¿Cuáles son? ¿Qué enseñanzas
traen?
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
b) Mt 13,10-17 (cfr Mc 4,10-12): ¿Notamos alguna diferencia entre el Texto de Mt y Mc?
¿Cuál?
____________________________________________________________________
En Mt Jesús atribuye el ver o no ver, el aceptar o rechazar a las disposiciones morales del
ser humano. ¿Qué invitación percibo?________________________________________
____________________________________________________________________
a) Mt 13,36-43 y 13,47-50: se refiere al juicio como el momento de la verdad de la historia,
con la separación de los buenos y los malos. ¿Qué me dicen a mí estos
textos?____________________________________________________________
__________________________________________________________________
Retomando las enseñanzas del conjunto de estos textos, ¿qué quiero decirle al
Señor?____________________________________________________________
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 13,54-17,27
Séptimo Cuadro: JESÚS PEDAGOGO DE LA FE Y SEÑOR DE LA COMUNIDAD
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (13,54-17,27)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
2. Mt. 13, 53-14,21; 15,1-21; 16,1-4: ¿Qué situaciones que se describen? ¿Qué personajes
intervienen? ¿Qué hace Jesús?
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
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b) Mt.14,1-34; 15,12-20; 16,5-12; 16,13-28; 17,1-13; 17,19-20; 17,22-27: El ministerio de
Jesús, se circunscribe cada vez más a los discípulos. ¿Qué situaciones se presentan?
¿Qué hace Jesús? ¿A qué son invitados los discípulos? ¿Cuál es la reacción de los
discípulos?
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f) Mt 14,22-33; 16,16-19; 17,24-27: destacan el contenido eclesial, en los que Pedro juega
un papel muy importante. La Iglesia de Jesús que apenas se vislumbraba en las secciones
anteriores, ahora es anunciada claramente. ¿Qué relación se percibe entre Jesús y Pedro?
¿Cuál es el papel de Pedro?
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g) Leyendo esta sección del evangelio, ¿qué descubrimientos particulares he hecho? ¿A qué
me invita el Señor?
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Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta
parte del evangelio de Mateo.
DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 18,1-35
Octavo Cuadro: JESÚS Y SUS DISCÍPULOS - CRITERIOS PARA LA VIDA
COMUNITARIA
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (18,1-35)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
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2. En Mt 16,16-19, aparece la Iglesia prometida por Jesús. Ahora en el capítulo 18 (volver a
leer), Jesús instruye sobre la vida de los discípulos y sobre lo que está llamada a ser la
Iglesia. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Cuáles son estas instrucciones? ¿Cuáles son las
reacciones de los discípulos?
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¿A qué me siento hoy invitado(a) por el Señor?_________________________________
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¿Qué quiero decirle a Él?_________________________________________________
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DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 19,1-23,39
Noveno Cuadro: JESÚS Y EL CAMINO A LA CRISIS FINAL
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (18,1-35)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
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2. Mt 19,1-20,34: Jesús inicia su camino a Jerusalén, pero sigue muy centrado en la
enseñanza a los discípulos. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Cómo reacciona Jesús? ¿Cuáles
son las enseñanzas particulares a los discípulos? ¿Cómo reaccionan ellos?
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3. Retomando los puntos anteriores ¿En cuál de las enseñanzas de Jesús me siento más
fuertemente interpelado? ¿A qué me invita hoy el Señor?
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4. 21,1-22: Entrada de Jesús a Jerusalén, expulsión de los vendedores del templo y la
higuera estéril. ¿Cómo percibo la relación de Jesús con los discípulos? ¿Qué situaciones
particulares se presentan? ¿Qué nuevas enseñanzas da Jesús?
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5. Mt 21,23-22,14: Controversias con las autoridades judías. Con tres parábolas el
evangelista subraya dos ideas muy importantes: el rechazo del pueblo de Israel a Jesús y la
advertencia a la Iglesia, fundada por Él. ¿Cuáles son esas tres parábolas? ¿A quiénes están
dirigidas? ¿Cuál es el reproche de Jesús? ¿Cuál la reacción de sus opositores?
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6. Mt 22,15-46: Nuevas controversias, nuevas enseñanzas. ¿Quiénes son los personajes que
intervienen en esta sección del Evangelio? ¿Qué hacen? ¿Qué enseñanzas da Jesús? ¿Cómo
reaccionan los opositores?
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7. Mt 23,1-39: Hay unas instrucciones a los discípulos (la Iglesia) y unas invectivas contra
los fariseos y escribas. ¿Cuáles son las instrucciones? ¿Cuáles los reclamos que hace?
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8. ¿Qué me deja a mí, el encuentro con Jesús en esta sección del evangelio que he leído?
¿Qué quiero decirle al Señor ahora?
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DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 24,1-25,46
Décimo Cuadro: ACABAN LAS PALABRAS DE JESÚS - ESPERA ACTIVA DEL REINO
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (18,1-35)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
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2. Mt 24,1-25,46: Con esta sección acaban las palabras de Jesús. Es el discurso
escatológico, dirigido a la Iglesia, con unas exhortaciones precisas. ¿Qué situaciones se
presentan? ¿Cuáles son las actitudes precisas para la llegada del Reino? ¿De qué ejemplos
se vale el evangelista para dar la enseñanza?
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3. Retomando los dos puntos anteriores (1 y 2), ¿Cuál de las enseñanzas, me interpela más?
¿A que me siento invitado (a) hoy por el Señor?
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4. ¿Qué quiero decirle ahora al Señor?______________________________________
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DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO
Lectura guiada del evangelio de Mateo 26,1-28,20
Undécimo Cuadro: EL GRAN SIGNO DE LA PASCUA
Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi
Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra
e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para
encaminar las mías. Oro un momento…
El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a
descubrirlo leyendo el texto (18,1-35)
1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere?
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2. Mt 26,1-28,15: en actitud contemplativa, leo muy despacio el texto y escribo el
sentimiento que me suscita este relato:
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¿Qué gesto de Jesús o de alguno de los otros personajes, me llama la atención? ¿Por
qué?________________________________________________________________
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3. Mt 28,16-20: Es la conclusión y culminación de todo el Evangelio. En esta sección o
perícopa confluyen todos los hilos teológicos que recorren el Evangelio. Tratemos de
descubrirlo:
 Ver: Mt 26,32; 28,7.10 Cfr 28,16: ¿Dónde acontecen los hechos que se narran?
¿Quién convocó allí a los discípulos? ¿Dónde había comenzado Jesús su ministerio?
(ver 4,12-23) ¿Qué significado tiene?
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 Mt 28,17; cfr 14,28-33: ¿Con qué actitudes se describe a los discípulos (Iglesia)?
¿Qué me hace pensar esta constatación?
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 Mt 28,18 (Cfr: Dn 7,14; 13,41-43; 16,27; 19,28; 24,30-31; 25,31-46; 26,64; Flp 2,911; Mt 11,27) ¿Qué imagen de Jesús aparece en estos textos?
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 Mt 28,19-20a Cfr 1,18-20; 3,16-17; 11,25-27: Los discípulos reciben de Jesús
glorificado, el poder de hacer nuevos discípulos, por toda la tierra. ¿Qué deben
enseñar los discípulos? (cfr 23,8-10) ¿Qué implica para mí el mandato misionero de
Jesús?
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 Mt 28,20b; cfr 1,23: ¿Cómo se revela Jesús en este texto? (Cfr Ex 3,6) ¿Qué
significa para mí (para mi comunidad) hoy esta Palabra?
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4. ¿Qué me deja a mí, el encuentro con Jesús en esta sección del evangelio que he leído?
¿Qué quiero decirle ahora a Él?
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