ANEXO N° 1 1° Día: Entronización de la Palabra Oración de la mañana (Una persona puede ser vestida de blanco, entra con las Santas Escrituras y dice en voz alta) “Poned estas palabras mías en vuestro corazón y en vuestra alma, atadlas como una señal a vuestra mano, y sean como un signo entre vuestros ojos. Las escribirás en las jambas de tu casa y en tus puertas, para que vuestros días y los días de vuestros hijos, en la tierra que Yavhé juró dar a vuestros padres, sean tan numerosos como los días del cielo sobre la tierra”. Dt 11,18-21 Comentario: Con este texto de las Sagradas Escrituras que acabamos de escuchar, estamos invitados a dar comienzo a esta Semana Bíblica, que no pretende otra cosa que hacer de este tiempo bendito, una experiencia de la Palabra de Dios. Decir experiencia, significa adquirir una señal propia. Quedar acontecimiento de tal manera que nada pueda borrarlo ni empañarlo. marcados por el Y, decir “de la Palabra de Dios”, no es nada menos que expresar la idea de que la imagen luminosa de Cristo-Jesús, Palabra viviente del Padre, se impregne tanto en nosotros que, de este tiempo en adelante, nuestra vida no sea más que para Jesús, nuestro amor no sea más que para Jesús, nuestras palabras para Jesús, nuestras acciones para Jesús, (Momento de silencio). Canto: Mi pensamiento eres Tú Señor (3) Mi pensamiento eres Tú Porque Tú me has dado la vida/, porque Tú me has dado el existir. Porque Tú me has dado cariño, me has dado amor (bis). Mi alegría eres Tú, Señor (3), mi alegría eres Tú. Porque… Mi esperanza… El texto del Dt, nos da cuatro indicaciones, que son como el itinerario para hacer de la Palabra una experiencia: Poner la Palabra en el corazón y en el alma Atarla como señal a la mano Hacer de la Palabra un signo entre los ojos Escribirla (donde se vea) (Leer los puntos siguientes, muy despacio y dar tiempo para interiorizar) 1) Poner la Palabra en el corazón y en el alma, es decir, darle el lugar que merece: en el corazón, como centro o foco de la vida. El corazón en el mundo bíblico es la fuente de los motivos, de las pasiones y de los procesos mentales. Ya Jesús lo ha expresado en el Evangelio, refiriéndose a la raíz del mal: “de dentro del corazón de los hombres, salen la intenciones malas…” (Mc 7 . La Palabra colocada allí, debe sanar el corazón, poner en orden los pensamientos, los afectos, la voluntad, para que brote como de una fuente la luminosidad del Evangelio. En el alma (nefesh= vida). No es fácil traducir el sentido de este término. En la psicología del Antiguo Testamento, la nefesh, tiene tanto el significado de aliento vital como vida propiamente. Por tanto, colocar la Palabra en la nefesh, sería al mismo tiempo, como ubicarla en el origen de la existencia y en las acciones de la vida misma. Aspiro la Palabra y la entrego en bendición para los demás. 2) Atarla como señal a la mano: La Palabra está pegada al cuerpo el creyente; va con él a todas partes, y orienta todas sus acciones y decisiones, de modo que el resultado de su vida le procura bienestar, felicidad a sí mismo y a los otros, no obstante las renuncias y sacrificios que exige el obrar bien. 3) Hacer de la Palabra un signo entre los ojos: ella (la Palabra) que es luz, ilumina la vida del creyente, le permite discernir correctamente, la orienta y permite ser leída, por quienes lo ven, a través de sus sentimientos, deseos, juicios. 4) Escribirla: la Palabra necesita ser recordada, cuidada, cultivada y comunicada de generación en generación. Un creyente que ha guardado en el corazón la Palabra, (cfr. Salmo 119, 11), no puede encerrarla. Tiene que ser un misionero de la Palabra, con todos los medios a su alcance, para que todos los pueblos “tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). (Después de un corto silencio, alguien dice en voz alta): Cuatro pasos que nos indican el camino de la Palabra: (los leemos juntos) Poner la Palabra en el corazón y en el alma Atarla como señal a la mano Hacer de la Palabra un signo entre los ojos Escribirla (donde se vea) ¿Queremos realmente embarcarnos en esta experiencia de la Palabra? ¿Qué me dice a mí esta Palabra? ¿A qué me invita? ¿Qué me hace decirle a Dios? (Silencio y música suave; a medida que el Espíritu nos lo sugiera podemos expresar nuestras oraciones al Señor)… A cada una de las peticiones respondemos todos: “Que tu Palabra Señor, sea luz para nuestros pasos” Canto: Escuchar tu Palabra, es principio de fe en Ti Señor Meditar tu Palabra, es guardar tu mensaje de amor Anunciar tu Palabra Señor, es estar convencido de Ti Proclamar tu Palabra Señor, es ya dar testimonio de Ti, mi Dios. En el corazón de María, Madre de la Palabra Encarnada, colocamos la jornada que empezamos: Ave María -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ANEXO N° 2 CONCLUSIONES DEL SÍNODO Quince verbos, quince actitudes, quince anhelos 1.- Redescubrir la Palabra de Dios en su totalidad, en su grandeza y en su riqueza inagotables. 2.- Buscar la Palabra de Dios –como al cierva que busca las corrientes del agua pura- como alimento primero y como manantial de la vida cristiana 3.-Promover una pastoral bíblica integral, transversal, robusta y creíble, aunando en la exégesis la realidad histórica y filológica de los textos sagrados con su verdad teológica, espiritual y existencial desde la analogía de la fe y desde la Tradición de la Iglesia, superando posibles dualismo entre exégesis y teología y superando actitudes extremas como las interpretaciones fundamentalistas o historicistas desmitologizadoras. 4.-Acercar la Escritura a todo el Pueblo Santo de Dios: La Biblia es un libro de un pueblo y para un pueblo. 5.-Promover en todos los miembros de la Iglesia una correcta, constante y permanente formación bíblica. 6.-Divulgar las Escrituras a través de los modernos medios de comunicación, asumiendo su lenguaje y sus técnicas. 7.-Integrar adecuadamente la Palabra en la liturgia y en la oración pública y privada. 8.- Cuidar y potenciar la homilía como eco de la predicación de Jesús, sensible a los signos de los tiempos y a las necesidades de la comunidad y pensando para remover los corazones y actuar la conversión. 9.- Centrar la catequesis en las raíces de la revelación cristiana, tomando como modelo la pedagogía de Jesús en el camino de Emaús. 10.- Llevar la Palabra de Dios a las escuelas, colegios y centros educativos, enseñando ya desde ellos la Historia Sagrada y nutriendo de ella los contenidos y las programaciones de las clases de Religión. 11.- Leer, rezar, custodiar y amar la Palabra de Dios en y desde la familia, que ha de ser uno de sus ámbitos y espacios fundamentales. 12.- Aprovechar sus potencialidades ecuménicas y de diálogo interreligioso. 13.- Recordar y reactualizar la capacidad de la Palabra de Dios como savia impregnadora y sazonadora de la cultura. 14.-Servir la misión “ad gentes” desde ella. La Palabra de Dios es un bien para todos los hombres, que todos los hombres deben conocer porque es la Palabra de la salvación. El “oro” y la “plata” del misionero es la Palabra de Dios, avalada y aquilatada por su vida coherente, entregada y fiel. 15.- Traducir a gestos y actitudes de amor la Palabra escuchada, contemplada, rezada, celebrada porque solo así se hace creíble el anuncio del Evangelio, compartiéndola con los pobres, los enfermos, los sufrientes y los oprimidos por cualquier causa. Es Palabra de Amor. Es Palabra de Salud. Es Palabra de Libertad. Es Palabra de Vida. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ANEXO N° 3 LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA ECLESIAL VERBUM DÓMINI Encontrar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura 72. Si bien es verdad que la liturgia es el lugar privilegiado para la proclamación, la escucha y la celebración de la Palabra de Dios, es cierto también que este encuentro ha de ser preparado en los corazones de los fieles y, sobre todo, profundizado y asimilado por ellos. En efecto, la vida cristiana se caracteriza esencialmente por el encuentro con Jesucristo que nos llama a seguirlo. Por eso, el Sínodo de los Obispos ha reiterado más de una vez la importancia de la pastoral en las comunidades cristianas, como ámbito propio en el que recorrer un itinerario personal y comunitario con respecto a la Palabra de Dios, de modo que ésta sea realmente el fundamento de la vida espiritual. Junto a los Padres sinodales, expreso el vivo deseo de que florezca “una nueva etapa de mayor amor a la Sagrada Escritura por parte de todos los miembros del Pueblo de Dios, de manera que, mediante su lectura orante y fiel a lo largo del tiempo, se profundice la relación con la persona misma de Jesús”. No faltan en la historia de la Iglesia recomendaciones por parte de los santos sobre la necesidad de conocer la Escritura para crecer en el amor de Cristo. Este es un dato particularmente claro en los Padres de la Iglesia. San Jerónimo, gran enamorado de la Palabra de Dios, se preguntaba: “¿Cómo se podría vivir sin la ciencia de las Escrituras, mediante las cuales se aprende a conocer a Cristo mismo, que es la vida de los creyentes?” Era muy consciente de que la Biblia es el instrumento “con el que Dios habla cada día a los creyentes”. Así, san Jerónimo da este consejo a la matrona romana Leta para la educación de su hija: “Asegúrate de que estudie cada día algún paso de la Escritura... Que la oración siga a la lectura, y la lectura a la oración... Que, en lugar de las joyas y los vestidos de seda, ame los Libros divinos”. Vale también para nosotros lo que san Jerónimo escribió al sacerdote Nepoziano: “Lee con mucha frecuencia las divinas Escrituras; más aún, que nunca dejes de tener el Libro santo en tus manos. Aprende aquí lo que tú tienes que enseñar”. A ejemplo del gran santo, que dedicó su vida al estudio de la Biblia y que dejó a la Iglesia su traducción latina, llamada Vulgata, y de todos los santos, que han puesto en el centro de su vida espiritual el encuentro con Cristo, renovemos nuestro compromiso de profundizar en la palabra que Dios ha dado a la Iglesia: podremos aspirar así a ese “alto grado de la vida cristiana ordinaria”, que el Papa Juan Pablo II deseaba al principio del tercer milenio cristiano, y que se alimenta constantemente de la escucha de la Palabra de Dios. La animación bíblica de la pastoral 73. En este sentido, el Sínodo ha invitado a un particular esfuerzo pastoral para resaltar el puesto central de la Palabra de Dios en la vida eclesial, recomendando “incrementar la “pastoral bíblica”, no en yuxtaposición con otras formas de pastoral, sino como animación bíblica de toda la pastoral”. No se trata, pues, de añadir algún encuentro en la parroquia o la diócesis, sino de lograr que las actividades habituales de las comunidades cristianas, las parroquias, las asociaciones y los movimientos, se interesen realmente por el encuentro personal con Cristo que se comunica en su Palabra. Así, puesto que “la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo”, la animación bíblica de toda la pastoral ordinaria y extraordinaria llevará a un mayor conocimiento de la persona de Cristo, revelador del Padre y plenitud de la revelación divina. Por tanto, exhorto a los pastores y fieles a tener en cuenta la importancia de esta animación: será también el mejor modo para afrontar algunos problemas pastorales puestos de relieve durante la Asamblea sinodal, y vinculados, por ejemplo, a la proliferación de sectas que difunden una lectura distorsionada e instrumental de la Sagrada Escritura. Allí donde no se forma a los fieles en un conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia, en el marco de su Tradición viva, se deja de hecho un vacío pastoral, en el que realidades como las sectas pueden encontrar terreno donde echar raíces. Por eso, es también necesario dotar de una preparación adecuada a los sacerdotes y laicos para que puedan instruir al Pueblo de Dios en el conocimiento auténtico de las Escrituras. Además, como se ha subrayado durante los trabajos sinodales, conviene que en la actividad pastoral se favorezca también la difusión de pequeñas comunidades, “formadas por familias o radicadas en las parroquias o vinculadas a diversos movimientos eclesiales y nuevas comunidades”, en las cuales se promueva la formación, la oración y el conocimiento de la Biblia según la fe de la Iglesia. Dimensión bíblica de la catequesis 74. Un momento importante de la animación pastoral de la Iglesia en el que se puede redescubrir adecuadamente el puesto central de la Palabra de Dios es la catequesis, que, en sus diversas formas y fases, ha de acompañar siempre al Pueblo de Dios. El encuentro de los discípulos de Emaús con Jesús, descrito por el evangelista Lucas (cf. Lc 24,13-35), representa en cierto sentido el modelo de una catequesis en cuyo centro está la “explicación de las Escrituras”, que sólo Cristo es capaz de dar (cf. Lc24, 27-28), mostrando en sí mismo su cumplimiento. De este modo, renace la esperanza más fuerte que cualquier fracaso, y hace de aquellos discípulos testigos convencidos y creíbles del Resucitado. En el Directorio general para la catequesis encontramos indicaciones válidas para animar bíblicamente la catequesis, y a ellas me remito. En esta circunstancia, deseo sobre todo subrayar que la catequesis “ha de estar totalmente impregnada por el pensamiento, el espíritu y las actitudes bíblicas y evangélicas, a través de un contacto asiduo con los mismos textos; y recordar también que la catequesis será tanto más rica y eficaz cuanto más lea los textos con la inteligencia y el corazón de la Iglesia”, y cuanto más se inspire en la reflexión y en la vida bimilenaria de la Iglesia. Se ha de fomentar, pues, el conocimiento de las figuras, de los hechos y las expresiones fundamentales del texto sagrado; para ello, puede ayudar también una inteligente memorización de algunos pasajes bíblicos particularmente elocuentes de los misterios cristianos. La actividad catequética comporta un acercamiento a las Escrituras en la fe y en la Tradición de la Iglesia, de modo que se perciban esas palabras como vivas, al igual que Cristo está vivo hoy donde dos o tres se reúnen en su nombre (cf. Mt 18, 20). Además, debe comunicar de manera vital la historia de la salvación y los contenidos de la fe de la Iglesia, para que todo fiel reconozca que también su existencia personal pertenece a esta misma historia. En esta perspectiva, es importante subrayar la relación entre la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica, como dice el Directorio general para la catequesis: “La Sagrada Escritura, como “Palabra de Dios escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo” y el Catecismo de la Iglesia Católica, como expresión relevante actual de la Tradición viva de la Iglesia y norma segura para la enseñanza de la fe, están llamados, cada uno a su modo y según su específica autoridad, a fecundar la catequesis en la Iglesia contemporánea”. Formación bíblica de los cristianos 75. Para alcanzar el objetivo deseado por el Sínodo de que toda la pastoral tenga un mayor carácter bíblico, es necesario que los cristianos, y en particular los catequistas, tengan una adecuada formación. A este respecto, se ha de prestar atención al apostolado bíblico, un método muy válido para esta finalidad, como demuestra la experiencia eclesial. Los Padres sinodales, además, han recomendado que, potenciando en lo posible las estructuras académicas ya existentes, se establezcan centros de formación para laicos y misioneros, en los que se aprenda a comprender, vivir y anunciar la Palabra de Dios y, donde sea necesario, “se creen institutos especializados con el fin de que los exegetas tengan una sólida comprensión teológica y una adecuada sensibilidad para los contextos de su misión”. DGC- Directorio General de Catequesis 3. El Magisterio de la Iglesia nunca ha dejado, en estos años, de ejercer con perseverancia su solicitud pastoral a favor de la catequesis. Numerosos Obispos y Conferencias episcopales, en todos los continentes, han impulsado de manera notable la catequesis, publicando Catecismos valiosos y orientaciones pastorales, promoviendo la formación de peritos y favoreciendo la investigación catequética. Estos esfuerzos han sido fecundos y han redundado favorablemente sobre la actividad catequética de las Iglesias particulares. Una aportación particularmente rica para la renovación catequética fue el Ritual de la iniciación cristiana de adultos, promulgado el 6 de Enero de 1972 por la Congregación para el Culto Divino. Es obligado recordar, de manera especial, el ministerio de Pablo VI, el Pontífice que guió a la Iglesia durante el primer período posconciliar. A este propósito, Juan Pablo II se manifiesta así: « Mi venerado predecesor Pablo VI sirvió a la catequesis de la Iglesia de manera especialmente ejemplar con sus gestos, su predicación, su interpretación autorizada del Concilio Vaticano II —que él consideraba como la gran catequesis de los tiempos modernos—, con su vida entera ».(2) 4. Un hito decisivo para la catequesis fue la reflexión realizada por la Asamblea General del Sínodo de los obispos acerca de la evangelización del mundo contemporáneo, que se celebró en octubre de 1974. Las proposiciones de esta Asamblea fueron presentadas al papa Pablo VI, que promulgó la Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, del 8 de Diciembre de 1975. Este documento presenta, entre otros, un principio de particular importancia: la catequesis como acción evangelizadora dentro del ámbito de la misión general de la Iglesia. La actividad catequética, de ahora en adelante, deberá ser considerada como partícipe siempre de las urgencias y afanes propios del mandato misionero para nuestro tiempo. Además, la última Asamblea sinodal convocada por Pablo VI en octubre de 1977 escogió la catequesis como tema de análisis y reflexión episcopal. Este Sínodo vio « en la renovación catequética un don precioso del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy ».(3) Juan Pablo II asumió en Exhortación apostólica Exhortación forma una Nuntiandi y vuelve a evangelización. 1978 esta herencia y formuló sus primeras orientaciones en la Catechesi Tradendae, del 16 de octubre de 1979. Esta unidad totalmente coherente con la Exhortación Evangelii situar plenamente a la catequesis en el marco de la -.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ANEXO N° 4 DGC 94. La fuente de donde la catequesis toma su mensaje es la misma Palabra de Dios: «La catequesis extraerá siempre su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios, transmitida mediante la Tradición y la Escritura, dado que la Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura constituyen el único depósito sagrado de la Palabra de Dios confiado a la Iglesia » . CT27 Este « depósito de la fe » (DV 10a y b; cf 1 Tm 6,20; 2 Tm 1,14.) es como el arca del padre de la casa, que ha sido confiado a la Iglesia, la familia de Dios, y de donde ella saca continuamente lo viejo y lo nuevo. (Cf Mt 13,52) Todos los hijos del Padre, animados por su Espíritu, se nutren de este tesoro de la Palabra. Ellos saben que la Palabra de Dios es Jesucristo, el Verbo hecho hombre y que su voz sigue resonando por medio del Espíritu Santo en la Iglesia y en el mundo. La Palabra de Dios, por admirable « condescendencia » (DV 13) divina, se dirige y llega a nosotros a través de « obras y palabras » humanas, « a la manera como un día el Verbo del Padre eterno, al tomar la carne de la flaqueza humana, se hizo semejante a los hombres ». (DV 13) Sin dejar de ser Palabra de Dios, se expresa en palabra humana. Cercana, permanece sin embargo velada, en estado « kenótico ». Por eso la Iglesia, guiada por el Espíritu, necesita interpretarla continuamente y, al tiempo que la contempla con profundo espíritu de fe, «la escucha piadosamente, la custodia santamente y la anuncia fielmente ». (DV 10) La fuente y « las fuentes » del mensaje de la catequesis 95. La Palabra de Dios contenida en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura: – es meditada y comprendida cada vez más profundamente por el sentido de la fe de todo el Pueblo de Dios, bajo la guía del Magisterio, que la enseña con autoridad; – se celebra en la liturgia, donde constantemente es proclamada, escuchada, interiorizada y comentada; – resplandece en la vida de la Iglesia, en su historia bimilenaria, sobre todo en el testimonio de los cristianos, particularmente de los santos; – es profundizada en la investigación teológica, que ayuda a los creyentes a avanzar en la inteligencia vital de los misterios de la fe; – se manifiesta en los genuinos valores religiosos y morales que, como semillas de la Palabra, están esparcidos en la sociedad humana y en las diversas culturas. 96. Todas éstas son las fuentes, principales o subsidiarias, de la catequesis, las cuales de ninguna manera deben ser tomadas en un sentido unívoco. (Cf DCG (1971) 45b) La Sagrada Escritura « es Palabra de Dios en cuanto que, por inspiración del Espíritu Santo, se consigna por escrito»; (DV 9) y la Sagrada Tradición «transmite íntegramente a los sucesores de los apóstoles la Palabra de Dios que fue a éstos confiada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo ». (DV 9) El Magisterio tiene la función de « interpretar auténticamente la Palabra de Dios », (DV 10b) realizando —en nombre de Jesucristo— un servicio eclesial fundamental. Tradición, Escritura y Magisterio, íntimamente entrelazados y unidos, son, « cada uno a su modo », (DV 10c) fuentes principales de la catequesis. Las « fuentes » de la catequesis tienen cada una su propio lenguaje, que queda plasmado en una rica variedad de « documentos de la fe ». La catequesis es tradición viva de esos documentos: (Cf MPD 9) perícopas bíblicas, textos litúrgicos, escritos de los Padres de la Iglesia, formulaciones del Magisterio, símbolos de fe, testimonios de santos, reflexiones teológicas. La fuente viva de la Palabra de Dios y las « fuentes » que de ella derivan y en las que ella se expresa, proporcionan a la catequesis los criterios para transmitir su mensaje a todos aquellos que han tomado la decisión de seguir a Jesucristo. Los criterios para la presentación del mensaje 97. Los criterios para presentar el mensaje evangélico en la catequesis están íntimamente relacionados entre sí, pues brotan de una única fuente. – El mensaje, centrado en la persona de Jesucristo (cristocentrismo), por su propia dinámica interna, introduce en la dimensión trinitaria del mismo mensaje. – El anuncio de la Buena Nueva del Reino de Dios, centrado en el don de la salvación, implica un mensaje de liberación. – El carácter eclesial del mensaje remite a su carácter histórico, pues la catequesis — como el conjunto de la evangelización— se realiza en el « tiempo de la Iglesia ». – El mensaje evangélico, por ser Buena Nueva destinada a todos los pueblos, busca la inculturación, la cual se logrará en profundidad sólo si el mensaje se presenta en toda su integridad y pureza. – El mensaje evangélico es necesariamente un mensaje orgánico, con su jerarquía de verdades. Es esta visión armónica del Evangelio la que convierte en acontecimiento profundamente significativo para la persona humana. Aunque estos criterios son válidos para todo el ministerio de la Palabra, aquí se presentan referidos en relación a la catequesis. El cristocentrismo del mensaje evangélico 98. Jesucristo no sólo transmite la Palabra de Dios: El es la Palabra de Dios. Por eso, la catequesis —toda ella— está referida a El. En este sentido, lo que caracteriza al mensaje que transmite la catequesis es, ante todo, el « cristocentrismo », (Cf CEC 426-429; CT 5-6; DCG (1971) 40) que debe entenderse en varios sentidos: – En primer lugar, significa que « en el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad ». (CT 5) En realidad, la tarea fundamental de la catequesis es mostrar a Cristo: todo lo demás, en referencia a El. Lo que, en definitiva, busca es propiciar el seguimiento de Jesucristo, la comunión con El: cada elemento del mensaje tiende a ello. – El cristocentrismo, en segundo lugar, significa que Cristo está « en el centro de la historia de la salvación », (DCG (1971) 41a. 39. 40. 44) que la catequesis presenta. El es, en efecto, el acontecimiento último hacia el que converge toda la historia salvífica. El, venido en « la plenitud de los tiempos » ( Ga 4,4), es « la clave, el centro y el fin de toda la historia humana ». (GS 10) El mensaje catequético ayuda al cristiano a situarse en la historia, y a insertarse activamente en ella, al mostrar cómo Cristo es el sentido último de esta historia. – El cristocentrismo significa, igualmente, que el mensaje evangélico no proviene del hombre sino que es Palabra de Dios. La Iglesia, y en su nombre todo catequista, puede decir con verdad: « Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado » ( Jn 7,16). Por eso, lo que transmite la catequesis es « la enseñanza de Jesucristo, la verdad que El comunica o, más exactamente, la Verdad que El es » (CT 6). El cristocentrismo obliga a la catequesis a transmitir lo que Jesús enseña acerca de Dios, del hombre, de la felicidad, de la vida moral, de la muerte... sin permitirse cambiar en nada su pensamiento (Cf 1 Co 15,1-4; EN 15e.f). Los evangelios, que narran la vida de Jesús, están en el centro del mensaje catequético. Dotados ellos mismos de una « estructura catequética », (CT 11b) manifiestan la enseñanza que se proponía a las primitivas comunidades cristianas y que transmitía la vida de Jesús, su mensaje y sus acciones salvadoras. En la catequesis, « los cuatro evangelios ocupan un lugar central, pues su centro es Cristo Jesús ». (CEC 139) El cristocentrismo trinitario del mensaje evangélico 99. La Palabra de Dios, encarnada en Jesús de Nazaret, Hijo de María Virgen, es la Palabra del Padre, que habla al mundo por medio de su Espíritu. Jesús remite constantemente al Padre, del que se sabe Hijo Único, y al Espíritu Santo, por el que se sabe Ungido. El es el « camino » que introduce en el misterio íntimo de Dios. (Cf Jn 14,6) El cristocentrismo de la catequesis, en virtud de su propia dinámica interna, conduce a la confesión de la fe en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es un cristocentrismo esencialmente trinitario. Los cristianos, en el Bautismo, quedan configurados con Cristo, « Uno de la Trinidad », y esta configuración sitúa a los bautizados, « hijos en el Hijo », en comunión con el Padre y con el Espíritu Santo. Por eso su fe es radicalmente trinitaria. « El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana ». (CEC 234) 100. El cristocentrismo trinitario del mensaje evangélico impulsa a la catequesis a cuidar, entre otros, los siguientes aspectos: – La estructura interna de la catequesis, en cualquier modalidad de presentación, será siempre cristocéntrico-trinitaria: « Por Cristo al Padre en el Espíritu ». (DCG (1971) 41; cf Ef 2,18). Una catequesis que omitiese una de estas dimensiones o desconociese su orgánica unión, correría el riesgo de traicionar la originalidad del mensaje cristiano. (Cf DCG (1971) 41) – Siguiendo la misma pedagogía de Jesús, en su revelación del Padre, de sí mismo como Hijo y del Espíritu Santo, la catequesis mostrará la vida íntima de Dios, a partir de sus obras salvíficas en favor de la humanidad. (Cf CEC 258. 236 y 259) Las obras de Dios revelan quién es Él en sí mismo y, a la vez, el misterio de su ser íntimo ilumina la inteligencia de todas sus obras. Sucede así, analógicamente, en las relaciones humanas: las personas se revelan en su obrar y, a medida que las conocemos mejor, comprendemos mejor su conducta. (Cf CEC 236) – La presentación del ser íntimo de Dios revelado por Jesús, uno en esencia y trino en personas, mostrará las implicaciones vitales para la vida de los seres humanos. Confesar a un Dios único significa que « el hombre no debe someter su libertad personal, de modo absoluto, a ningún poder terrenal ». (CEC 450) Significa, también, que la humanidad, creada a imagen de un Dios que es « comunión de personas », está llamada a ser una sociedad fraterna, compuesta por hijos de un mismo Padre, iguales en dignidad personal. Las implicaciones humanas y sociales de la concepción cristiana de Dios son inmensas. (Cf CEC 1702.1878). La Iglesia, al profesar su fe en la Trinidad y anunciarla al mundo, se comprende a sí misma como « una muchedumbre reunida por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ». (LG 4b, que cita textualmente a S. Cipriano) Un mensaje que anuncia la salvación 101. El mensaje de Jesús sobre Dios es una buena noticia para la humanidad. Jesús, en efecto, anunció el Reino de Dios: (Cf EN 11-14; RM 12-20; CEC 541-556) una nueva y definitiva intervención divina, con un poder transformador tan grande, y aún mayor, que el que utilizó en la creación del mundo (Misal Romano, Vigilia Pascual). En este sentido, « como núcleo y centro de la Buena Nueva, Cristo anuncia la salvación: ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo liberación. -.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-.-.-.-.-.-.MPD: Sínodo de los obispos, Mensaje al Pueblo de Dios Cum iam ad exitum sobre la catequesis en nuestro tiempo (28 octubre 1977), Typis Polyglottis Vaticanis 1977 El decálogo de la Palabra 1) Para saber En el mes de octubre de 2008, el Papa se reunió con un grupo de obispos, además de otros invitados, para llevar a cabo la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Roma, para tratar el tema de la Palabra de Dios. Con este motivo el Sumo Pontífice Benedicto XVI, presidente de la Asamblea, pronunció una meditación. Un escritor llamado Jesús de las Heras la resumió en el siguiente “Decálogo” que nos ayudará a reflexionar. 2) Proclamación del decálogo: La asamblea toda dice la primera frase y una solista lee en voz fuerte lo que sigue. (Podría también hacerse en procesión, proclamando en eco la frase inicial y dejándolo luego en un lugar visible). 1.- La Palabra de Dios es firme. Nada es más seguro y cierto. Como lo dijo el Señor: el cielo y la tierra pasarán, pero la Palabra de Dios no pasará. Nuestra respuesta ha de ser la de creer a esa Palabra de verdad. 2.- La Palabra de Dios es la verdadera realidad. El Papa señala que todo lo material pasará. Lo vemos ahora en la caída de los grandes bancos: este dinero desaparece, no es nada… son realidades de segundo orden… Quien construye la vida sobre estas realidades construye sobre arena. Solo la Palabra de Dios es el fundamento de toda la realidad. 3.- La Palabra de Dios es la verdadera riqueza. No es la crisis económica la mayor de las desdichas. Solo la Palabra es la fuente del amor y de la vida. Solo la Palabra transforma el corazón del hombre. 4.- La Palabra de Dios es creadora y regeneradora. La Palabra crea todas las cosas y es la fuente de la vida y del amor. Por ello, todo está llamado a servir a la Palabra. 5. -La Palabra de Dios es el lugar del encuentro entre Dios y el hombre. Dice el Papa que esto significa “que toda la creación está pensada para crear el lugar del encuentro entre Dios y su criatura”, un lugar donde el amor de la criatura responda al amor divino, un lugar donde se desarrolle la historia de amor entre Dios y su criatura. 6.- La Palabra de Dios es el hallazgo definitivo. No podemos conformarnos con leer un texto de la Biblia, sino hay que buscar a Dios y su Voluntad. La lectura no es solamente un fenómeno literario, sino ha de comprometer toda nuestra existencia. Debemos ser, pues, pacientes, perseverantes, humildes y apasionados buscadores y lectores con el corazón de la Palabra de Dios. 7.- La Palabra de Dios es perenne, es universal. No conoce límites de tiempo ni de espacio. Ha servido y servirá para todos los hombres. Al leer la Palabra de Dios, entramos realmente en el universo de la Verdad, de la Belleza, de la Vida, del Amor y en la comunión de la Iglesia que nos hace salir de nuestros límites de lengua, de raza, de cultura, de miras. 8.- La Palabra de Dios es el anuncio de Evangelio. Dice el Papa que la Evangelización no es una especie de colonialismo eclesial, con que queremos meter a otros en nuestro grupo, sino salir de los límites de las culturas individuales a la universalidad que nos comunica a todos, que nos une a todos y nos hace a todos hermanos. 9.- La Palabra de Dios es la escalera para llegar al amor de Jesucristo. Con ella podemos subir y bajar, con Cristo, a la profundidad de su amor. La Palabra tiene un rostro, es persona, es Jesucristo. Y antes de que nosotros podamos decir “Yo soy tuyo, Señor”, El ya nos ha dicho “Yo soy tuyo”. Así estamos en su corazón. Es estar salvados. 10.- La Palabra de Dios es la Palabra de la Vida para siempre y para todos. (Todos cantamos) “Tu Palabra, me da vida. Confío en Ti, Señor. Tu Palabra es eterna. En ella esperaré”. ANEXO N° 6 VOCABULARIO BÁSICO: CATEQUESIS, TRADICIÓN, PALABRA DE DIOS 1. CATEQUESIS 1.1. No es un término bíblico, no se encuentra en el Nuevo Testamento. Aparece, en cambio, el verbo que, en su sentido original profano, significa “hablar desde arriba” (desde el escenario) y “hacer eco” o “resonar”. En el lenguaje cristiano, tiene un sentido derivado del anterior y quiere decir “comunicar una noticia”. (Cf Hch 21,21-24; Lc 1.1-4). En sentido más estricto significa dar una instrucción cristiana (Cf. Hech 18,25; Rm 2,18; Gal 6,6) y también “enseñar de viva voz”, pero dicha enseñanza no es más que el eco de una palabra que ya está dicha: la de Dios. En este sentido la catequesis es en primer lugar el resonar de la Palabra de Dios mediante la voz del catequista.1 Las primeras comunidades cristianas utilizaron también otro término, (Evangelizar) para indicar tanto la proclamación del primer anuncio de la salvación (kerigma) como toda la actividad de la Iglesia primitiva, que, con la palabra y con la vida, anunció e hizo operante la salvación. 1.2. La catequesis en términos generales es la “acción educativa y pastoral de la Iglesia que transmite el mensaje cristiano con el objeto de acompañar el crecimiento y maduración de la fe de los creyentes y de los grupos eclesiales”2 La catequesis durante mucho tiempo dejó de ser un proceso de formación y se vio reducida a una breve instrucción previa a los sacramentos de la Iniciación Cristiana; aún hoy se ha identificado la Catequesis con el Catecismo. En nuestros días se está haciendo un gran esfuerzo en la Iglesia por recuperar el sentido de catequesis como proceso de formación básica del cristiano en dimensión catecumenal o de itinerario de fe. Hoy en la Iglesia es clara la distinción, pero al mismo tiempo la complementaridad, entre Kerigma y Catequesis. Hasta hace pocos años se hablaba en la Iglesia solamente de catequesis. Se había olvidado el kerigma o primer anuncio o propuesta del evangelio. El Concilio Vaticano II (cf A G,6) y el Magisterio Pontificio han puesto de relieve el binomio evangelización y catequesis y su relación con la pastoral (cf RM, 34; DGC 505-51). 1 COCCHINI, F., Catequesis, en Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana, dirigido por Ángelo Di Berardino, Edic. Sígueme, Madrid 1991, 389-392. 2 ALBERICH, E., Catequética en FLORISTAN, C. TAMAYO, J. Conceptos fundamentales del cristianismo, Editorial: Trotta, Madrid 1993, 151-154. Cf. también V. Ma. PEDROSA, Ma. NAVARRO y otros (directores), Nuevo Diccionario de CATEQUETICA, Editorial San Pablo, Madrid 1999. Volumen I, 411-417. Esta distinción proviene del mismo Nuevo Testamento en el que existe una cierta distinción básica entre un primer momento de difusión del mensaje que se expresa con los verbos (gritar), (traer una (buena) noticia, evangelizar), (testimoniar) y un segundo momento de explicitación y profundización mediante los verbos (enseñar), (instruir, informar), (anunciar, predicar, proclamar), (transmitir) y otros3. A este segundo momento pertenece la actividad catequística. El contenido del Kerygma es el evangelio, o, dicho de otro modo, lo proclamado es el evangelio. Según los Sinópticos, Jesús proclama la conversión, el reino, el evangelio de Dios. Inmediatamente después los apóstoles refieren el kerygma al acontecimiento Jesús. De proclamador, Jesús pasa a ser el proclamado. Del Jesús viviente, histórico, se llega al Jesús predicado, celebrado en la comunidad, y escrito, (evangelios) al Jesús de la fe. Pero por los evangelios, en recorrido inverso, se tiene acceso al Jesús histórico. En las Cartas Pastorales hay como un tercer escalón: el kerygma se identifica con la Didajé. Así se forma la doctrina, el depósito de la fe. En todos los textos de N.T., el kerygma se dirige a judíos y paganos. Es una proclamación que tiene por objeto suscitar la fe en Jesús, Señor () y salvador ( ). Un ejemplo claro de la predicación del kerygma es Hch 2,14-26. Pedro interpreta la venida del Paráclito como el cumplimiento de la profecía de Joel 3,1-5. Inmediatamente pasa a hacer un anuncio trascendental: Jesús de Nazaret, acreditado por Dios con milagros, prodigios y señales (Señor y Mesías) según el designo predeterminado y la presciencia de Dios, fue ejecutado injustamente en la Cruz, pero Dios lo ha resucitado y lo ha constituido Señor y Mesías. Todos están invitados a convertirse y a bautizarse para el perdón de los pecados. 1.3 Catequética es la ciencia de la catequesis. Su objeto es la catequesis, entendida ésta como proceso y como acto en el marco pastoral de la Iglesia. Es una ciencia fundamentalmente metodológica, una teoría del método a seguir para realizar la acción catequística. La catequética, a diferencia de la catequesis, es una ciencia reciente, nace a fines del siglo XVIII. Empieza a desarrollarse con cierta amplitud y rigor hacia finales del siglo XIX, siguiendo el nacimiento y desarrollo del “MOVIMIENTO CATEQUETICO”. Usando una terminología alemana, se puede distinguir entre catequética fundamental, catequética material y catequética formal o entre catequética fundamental, general y especial. Se llama Catequética Fundamental al estudio de los presupuestos básicos y principios determinantes de la acción catequística. 3 BISSOLI, C., oc, 82; Cfr ALBERICH, E., Catequesis Evangelizadora. Manual de catequética fundamental, Quito, 2003, 53; GEVAERT, J., El primer anuncio, Santander, 2004. La catequética se presenta como metodología sistemática científica de la catequesis, como reflexión orgánica sobre el proceso y acto catequístico, a fin de analizarlos, interpretarlos y orientarlos. Durante muchos siglos se identificó la catequesis con el catecismo. “Ir al catecismo” equivalía a “asistir a la catequesis”. La catequesis se reducía al aspecto doctrinal y su finalidad era hacer aprender de memoria, a veces explicar y aplicar a la vida las verdades que hay que creer, los mandamientos que hay que practicar y los medios sobrenaturales que emplear (gracia y sacramento) para salvarse. El desafío PROPUESTO POR LA ABP es realizar un auténtico cambio de paradigma en nuestra forma de concebir y actuar el servicio de la Palabra, para que sea fuente de animación de la pastoral orgánica de la Iglesia. No se trata necesariamente de aumentar o cambiar actividades, sino de convertirnos a los criterios y principios de la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia. Doc. Conclusivo I ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE ANIMACIÓN BÍBLICA DE LA PASTORAL (ABP) Por eso la ABP propone una lectura cristológica que tiene al Señor como centro de toda la Escritura, al Espíritu como Maestro e Intérprete, y al Padre como fuente de Vida para todos los hijos de Dios. Transmitir no es solamente enviar el pasado; es hacer del acontecimiento pasado un memorial, es decir, traer el pasado a nuestro presente, revivirlo, actualizarlo, hacernos contemporáneos de aquel acontecimiento4. En consecuencia, la Catequesis busca capacitar al catequizando para leer su historia personal y colectiva en “clave” de historia de la salvación. La Revelación nos describe el sentido de la condición humana: “El misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del verbo encarnado”(GS, 22). Esta lectura se basa en la estrecha relación entre Palabra de Dios y experiencia humana. La catequesis es anuncio del Evangelio como buena noticia para el hombre concreto y de hoy. Dice la GS: “Una cosa es el depósito de la fe, o sea, sus verdades, y otra cosa es el modo de formularlas, conservando el mismo sentido y el mismo significado” (Nº 62). El Directorio General de Catequesis explicita: “Ha de ser considerada como correcta aquella catequesis que no sólo logra la asimilación intelectual del contenido de la fe, sino que alcanza el corazón y transforma la conducta. Si es así, la catequesis genera un modo de vida dinámico y unificado; por la fe, establece la unión entre la fe y la vida, entre el mensaje cristiano y el contexto cultural y produce frutos de santidad” (No. 116-124) La misión primordial de la Iglesia, en efecto, es anunciar a Dios, ser testimonio de El ante el mundo. Se trata de dar a conocer el verdadero rostro de Dios y su designio de amor y de salvación en favor de los hombres, tal como Jesús lo reveló. El cometido de la catequesis es, pues, hacer comprender y experimentar toda la importancia de Cristo en la vida cada día- Ella nos debe decir cómo Dios Padre nos 4 cf. Nuevo Diccionario Catequético, 1964 reconcilia con su Él mediante su Hijo Jesucristo, bajo la acción del Espíritu Santo y ayudarnos a experimentarlo de tal manera que, desde nuestra condición de criaturas nuevas regeneradas, sanadas por Cristo, cada cristiano muestre en sus acciones, en su vida familiar y social el rostro del Cristo que ha conocido y al cual se ha adherido plenamente. La catequesis es un servicio a la Palabra de Dios. (Luc 18). Ella educa no sólo para el diálogo exterior, sino ante todo, como principio, pasa al diálogo con el Maestro interior. Desarrolla la capacidad de escucha de la Palabra.”La catequesis es esa forma particular del “Ministerio de la Palabra” que hace madurar la conexión inicial hasta de ella una viva, explícita y operativa confesión de fe. “La Catequesis tiene su origen en la confesión de fe y conduce a la Confesión de Fe” (DGC, 82). Las tareas de la catequesis realizan su finalidad 84. La finalidad de la catequesis se realiza a través de diversas tareas, mutuamente implicadas. (Cf EN, 75a) Para actualizarlas, la catequesis se inspirará ciertamente en el modo en que Jesús formaba a sus discípulos: les daba a conocer las diferentes dimensiones del Reino de Dios (« a vosotros se os ha dado a conocer los misterios del Reino de los cielos » [ Mt 13,11]), (Cf EN, 75d) les enseñaba a orar. La catequesis es esa forma particular del ministerio de la Palabra que hace madurar la conversión inicial hasta hacer de ella una viva, explícita y operativa confesión de fe: « La catequesis tiene su origen en la confesión de fe y conduce a la confesión de fe ». (Cf CT 49b) La profesión de fe, interior al Bautismo, es eminentemente trinitaria. La Iglesia bautiza « en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo » ( Mt 28,19), (FD 4c) Dios uno y trino, a quien el cristiano confía su vida. La catequesis de iniciación prepara —antes o después de recibir el Bautismo— para esta decisiva entrega. La catequesis permanente ayudará a madurar esa profesión de fe continuamente, a proclamarla en la Eucaristía y a renovar los compromisos que implica. Es importante que la catequesis sepa vincular bien la confesión de fe cristológica, « Jesús es Señor », con la confesión trinitaria, « Creo en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo », ya que no son más que dos modalidades de expresar la misma fe cristiana. El que, por el primer anuncio se convierte a Jesucristo y le reconoce como Señor, inicia un proceso, ayudado por la catequesis, que desemboca necesariamente en la confesión explícita de la Trinidad. Con la profesión de fe en el Dios único, el cristiano renuncia a servir a cualquier absoluto humano: poder, placer, raza, antepasado, Estado, dinero..., (CT 50) liberándose de cualquier ídolo que lo esclavice. Es la proclamación de su voluntad de querer servir a Dios y a los hombres sin ataduras. Y al proclamar la fe en la Trinidad, que es comunión de personas, el discípulo de Jesucristo manifiesta al mismo tiempo que el amor a Dios y al prójimo es el principio que informa su ser y su obrar. 83. La profesión de fe sólo es plena si es referida a la Iglesia. Todo bautizado proclama en singular el Credo, pues ninguna acción es más personal que ésta. Pero lo recita en la Iglesia y a través de ella, puesto que lo hace como miembro suyo. El « creo » y el « creemos » se implican mutuamente. (DCG (1971) 119, 134; CIC 775, 2; PB 94.) Al fundir su confesión con la de la Iglesia, el cristiano se incorpora a la misión de ésta: ser « sacramento universal de salvación » para la vida del mundo. El que proclama la profesión de fe asume compromisos que, no pocas veces, atraerán persecución. En la historia cristiana son los mártires los anunciadores y los testigos por excelencia. (Cf Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta Communionis Notio 9: l.c. 843). En virtud de su misma dinámica interna, la fe pide ser conocida, celebrada, vivida y hecha oración. La catequesis debe cultivar cada una de estas dimensiones. Pero la fe se vive en la comunidad cristiana y se anuncia en la misión: es una fe compartida y anunciada. Y estas dimensiones deben ser, también, cultivadas por la catequesis. El Concilio Vaticano II expresó así estas tareas: « La formación catequética ilumina y robustece la fe, alimenta la vida según el espíritu de Cristo, lleva a una consciente y activa participación del misterio litúrgico y alienta a la acción apostólica ». (CT 73) 2. TRADICIÓN No es, simplemente una reserva de respuestas que nos dispensa de buscar y de pensar, sino un conjunto de pensamientos que nos sitúa en la línea de aquellos que, a lo largo de los siglos, en situaciones siempre nuevas, han estado buscando respuestas a las preguntas que eternamente torturan al corazón humano y no dan descanso a su pensamiento5. Ella tiene un dinamismo propio. Es una realidad viva y dinámica que va creciendo en la Iglesia con la ayuda Espíritu Santo.., no en el sentido de que cambie en su verdad, que es perenne… Crece la comprensión de las palabras y las instituciones transmitidas, con la contemplación y el estudio, con la inteligencia fruto de una profunda experiencia espiritual, así como con la predicación de los que con la sucesión episcopal recibieron el carisma seguro de la verdad6. 3. BIBLIA/ESCRITURA - SAGRADA BIBLIA/SAGRADAESCRITURA - PALABRA DE DIOS S.S. E.E. BIBLIA/E. 5 P. DE DIOS Henri Derroitte, 15 Nuevos caminos para l catequesis hoy, Sal Terrae, 2008, 56 V.D. 17 FD: Juan Pablo II, Constitución Apostólica Fidei Depositum (11 octubre 1992) 6 ANEXO N°7 1. DESDE JESÚS HASTA EL SIGLO IV 1.1. LA CATEQUESIS EN EL MINISTERIO DE JESÚS JESUCRISTO es el primer e insuperable maestro de la Iglesia. Durante su vida terrena enseñó solamente durante los tres últimos años de su “vida pública” y transmitió su doctrina mediante el uso de parábolas, ejemplos, acciones milagrosas, pero sobre todo con su actitud ante la pasión y muerte (Cf. DGC,137; CT 9). Un rasgo con que los evangelios caracterizan a Jesús es “el que enseña” (Cf. Mc 10,1; Mt 4,23; 9,35; Lc 4,15). La gente se dirigía a él llamándole “Maestro” (Cf. Mc 4,38; 9,17.38; 10,17.35; Mt 19,16; 22,16; Lc 7,40; 11,45; Jn 1,38; 3,2). San Marcos, “enseñar” es la acción típica de Jesús. El verbo enseñarse dice de él 15 veces. También en San Mateo la acción de enseñar ocupa un lugar importante (Cf. 4,23; 9,35; 11,1). Según A partir de la resurrección, los apóstoles se convirtieron en predicadores de Jesús e hicieron resonar (de aquí catequesis) con extraordinaria eficacia y dedicación el anuncio salvífico de su maestro. Pueden considerarse los cuatro evangelios como los primeros catecismos de la Iglesia. JESUCRISTO ES EL GRAN CATEQUISTA DE LA IGLESIA DE TODOS LOS TIEMPOS. Sin embargo no se puede encasillar a Jesucristo en la categoría de “catequista” con un sentido reductivo. Es necesario, en cambio, que el catequista tenga en cuenta los rasgos característicos de la pedagogía de Jesús, como son: la centralidad de la persona, la atención al auditorio, un hablar concreto aunque con abundancia de imágenes; una exposición diferenciada según los grupos; profunda unidad y coherencia entre vida y mensaje; una propuesta radical, interpelante, que lleva a la conversión; consecuencia de transmitir un mensaje con proyección para el futuro7. 1.2. CATEQUESIS EN EL PERIODO APOSTOLICO La catequesis, como la Iglesia misma, se vio obligada a mostrar su identidad propia, a deslindarse tanto de las enseñanzas judías como de las escuelas filosóficas de origen helenístico. Al principio tuvo que recurrir a expresiones de uso corriente, pero sus formulaciones eran imprecisas. Poco a poco se fue creando una gramática de la comunicación del mensaje cristiano. Los verbos usados con más frecuencia son8: BISSOLI, C., Gesù de Nazaret “Catechista?” en Manuale di Catechese Biblica, Turin, 2006,28; también Jesús de Nazaret como catequista en LÄPPLE, A., Breve historia de la Catequesis, Edit. Ccs, Madrid, 1988, 24-28 8 Aquí sigo a LÄPPLE, A., Breve historia de la Catequesis, Madrid, 1988, 24-28. 7 διδασκw = enseñar, amaestrar. κηρυσσw = proclamar un gran acontecimiento ευαγγελιζw = anunciar una buena noticia. κατηχεw = instruir. αρτυρεw = testimoniar, manifestar, confirmar. Hay un hecho sorprendente: junto al vocablo entonces más usado διδασκαλία (didascalía=doctrina, enseñanza, instrucción), que aparece 21 veces en el Nuevo Testamento, existen otros dos vocablos particularmente privilegiados: μαρτυρία (martyría = testimonio, confirmación), que aparece 37 veces, y εύαγγέλιον (euanguélion = buena noticia, mensaje alegre), que es el vocablo más usado (76 veces). El verbo κατηχέω (catejéo) ha sufrido en Pablo una precisión al ser usado en el sentido exclusivo de de “instruir a alguien sobre el contenido de la fe” (1 Cor 14,19; Gal 6,6). En el Nuevo Testamento se encuentran también los términos “catecúmeno”, para señalar a los discípulos de la fe o a los aspirantes al bautismo (Gal 6,6; cf 2 Clem 17,1), y “catequista” (Gal 6,6). Tal vez sea éste el testimonio más antiguo en el cristianismo primitivo de una condición de enseñantes de profesión. Quizás haya sido Pablo quien ha introducido este vocablo para designar al enseñante del evangelio, pues es desconocido en el judaísmo helenístico y en el Nuevo Testamento. El término “catequesis” adquirió una concreción muy importante (aunque frecuentemente descuidada) en Hechos 18,25, donde es presentado como “camino del Señor”. Una ilustración incisiva de lo que significa la catequesis como “camino del Señor” nos la ofrece el verbo κηρυσσw (kerýsso), que el Nuevo Testamento usa en 61 ocasiones. Se conjugan constantemente tres componentes: mensaje, anunciador (servidor) de la palabra, y oyente de la palabra. El mensaje es la palabra de Dios y de Cristo. Esta ha de ser comunicada “a tiempo y a destiempo” (2 Tim 4,2) íntegra, no falsificada, incluso cuando “va a llegar el momento en que la gente no soportará la doctrina sana” (2 Tim 4,3). El contenido de este mensaje, bueno y regocijante, es, en última instancia, la redención y salvación del hombre. El mensajero (servidor) de la palabra (Lc 1,2) es un llamado de Dios y de Cristo. El término κηρυξ (queryx = heraldo) aparece en el Nuevo Testamento sólo tres veces (1 Tim 2,7; 2 Tim 1,11; 2 Pe 2,5). El mensajero neotestamentario no debía colocar en un primer puesto a la propia persona, como aparecía entonces en el vocablo griego “Lo que interesa no es la persona que anuncia la palabra, puesto que el predicador verdadero y propio es Dios o Cristo”. Cristo o la Iglesia han encargado al mensajero de una misión, lo han destinado a ser un correo de la verdad, un “testimonio de la luz” /Jn 1,8) por medio de su palabra, pero, sobre todo, por la credibilidad de su vida. El mensajero no se confiere a sí mismo el encargo de anunciar, sino que le es confiado, como persona escogida y fiable. Por esto, no tiene derecho alguno a disponer autónomamente del mensaje. Hay que mencionar, finalmente, al oyente del mensaje salvífico. El kerygma cristiano es todo lo contrario de una información neutral, cuya noticia se recoge para luego relegarla al olvido. El kerygma es una información sobre un acontecimiento grande y estremecedor, sin el que la vida de una persona ya no se puede entender ni vivir ni conducir sensatamente. El kerygma cristiano posee un carácter crítico, agresivo e inquietante. Pretende conducir a la división y la decisión y colocar al hombre en el “camino del Señor”. La catequesis cristiana es una provocación hacia un cambio fundamental, hacia la metánoia, hacia la disponibilidad para vivir una vida nueva en y con Cristo. (Hasta aquí LÄPPLE, A., oc). En la época apostólica no había estructuras eclesiásticas. Era el tiempo de la vida naciente, de la vitalidad. No se daba especial relieve al ritualismo. Hasta la primera mitad del siglo II no hubo un contexto ritual (años 180-200). Sin embargo, el Nuevo Testamento nos da cuenta de que el BAUTISMO, que era la meta de la predicación cristiana (kerigma), requería ciertas condiciones. El cristiano no nacía, sino que se hacía a base de una conversión voluntaria y reflexiva. Cuando Pedro proclamó por primera vez el kerigma de Jesucristo, sus palabras llegaron al corazón de muchos de sus oyentes. Ellos preguntaron: “¿Qué hemos de hacer, hermanos?” (Hch 2,14-36). La respuesta de la Iglesia fue proponer un camino de acercamiento a ella, que tiene como elementos fundamentales la Conversión y el Bautismo (Mc 16,16; Hch 2,38). La rapidez con que a veces se muestra la admisión de los candidatos es más apariencia que realidad. Algunas condiciones: ⁂ No tener ningún impedimento, es decir, cumplir todas las condiciones (Hch 3,86; 10, 47; 11,17). ⁂ Discernimiento de la actitud de los candidatos. Estos se preguntaban: “¿Qué debemos hacer?” (Hch 2,37; 16,30; 22,10). ⁂ La confesión de fe (Hch 10,43; 11,17; Rom 6,11). ⁂ La instrucción (Hch 8,35; 19,18-19). La Iniciación Cristiana no se menciona explícitamente en el N.T. Ese lenguaje era propio de las religiones mistéricas. Más tarde, cuando ya esas religiones no eran un peligro de contaminación para el cristianismo, los Santos Padres asumieron no sólo el lenguaje sino también la idea de que el acceso a la fe cristiana necesitaba de un proceso iniciatorio, el Catecumenado. Aunque todavía no existía el catecumenado de iniciación, ya se caminaba hacia él. 1.3 LA CATEQUESIS EN LA ÉPOCA DE LOS SANTOS PADRES Hemos visto que la Catequesis es tan antigua como la Iglesia. Su contenido aparece ya en la literatura cristiana primitiva (Evangelios, Símbolos de fe). Pero la tradición catequética de la Iglesia es mucho más nítida en los escritos extrabíblicos presentados por anónimos y los Padres de la Iglesia: La Didajé, Carta a Bernabé, I Apología de San Justino, El Pastor (Hermas). 2.3.1 El siglo IV es la edad de oro de la catequesis. Los obispos más destacados de aquella época se interesan por ella: Cirilo de Jerusalén, Ambrosio de Milán, Juan Crisóstomo, Teodoro de Mopsuestia, Agustín de Hipona. Es más, en esta época la catequesis era misión propia de los obispos. 2.3.2 La catequesis era una iniciación integral de los adultos a la vida cristiana. Los cinco primeros siglos constituyen el “período catecumenal”. En él la preparación al bautismo comprendía una doble enseñanza: una explicación de la Escritura que hacía el obispo (Catequesis Bíblica) y un comentario al Símbolo de la fe (Catequesis doctrinal). 2.3.3 El primer tiempo de la catequesis era bíblico: su soporte (como el de los evangelios) es el Antiguo Testamento - preparación providencial para la venida de Cristo-,aunque era sombra (Gal 4,1-6) pero el núcleo de la catequesis era el acontecimiento de la Encarnación, Crucifixión y Resurrección de Cristo. Primer anuncio kerigmático: Hch 2,14-26.22-25. Condiciones para entrar a formar parte de la comunidad de salvación: Hch 2,37-41: “¿Qué debemos hacer?” 2.3.3 El segundo momento era doctrinal: los Símbolos de la fe, primeras formulaciones de la fe cristiana, y las colecciones de citas del A.T. (seleccionadas en series homogéneas con fines didácticos, polémicos, apologéticos y litúrgicos), que son la primera manifestación de cómo se usa el A.T. en la catequesis. Los dos niveles descritos se conjugaban, parecen reflejarse en la manera de argumentar San Pablo en algunos pasajes de sus cartas: 1 Cor 3,1-11; 15. Pero sobre todo Heb 5,11-13 en el que se contrapone la leche al alimento sólido. La enseñanza que recibían los convertidos se designaba con los términos διδασκειν (95) y κατηχw (17) (resonar e instruir de viva voz. Cf. Hch 18,23) y muestra que la catequesis, más que una comunicación de saberes, es iniciación a la vida de comunión con Cristo. Relación Biblia – Catequesis: La catequesis doctrinal se desarrolla a partir de los núcleos kerigmáticos, los himnos: Flp 2 y confesiones de fe contenidos en el N.T. Toda la catequesis antigua es unánime (rasgo característico) en introducir el anuncio de Jesucristo dentro de la Historia de la Salvación, y no desligado de ella, y en situarlo como continuación de las grandes profecías(Cf. Hch 26,22-23). La época patrística fue el tiempo de la primera y gran difusión de la Biblia. En ese tiempo surgieron en el reducido espacio de la cuenca del Mediterráneo oriental y casi al mismo tiempo (Siglo III – IV) tres grandes centros catequísticos: la escuela catequética de Alejandría (Egipto), la de Cesarea marítima (Palestina) y la de Antioquia de Siria. Fueron escuelas de exégesis o lectura bíblica: ⁂ alegórica en Alejandría, con sus antecedentes en Pablo (Gal 4,21-31), San Justino y la Epístola de Bernabé. ⁂ La exégesis literal y espiritual, sobria, de la escuela antioquena y ⁂ la exégesis textual de la escuela de Cesarea. La Biblia fue objeto de muchos y excelentes comentarios. Hubo un gigantesco esfuerzo hermenéutico en cuanto a la comprensión del A.T. a la luz del Nuevo y en torno a la unidad del libro sagrado, en contra de los herejes del siglo II – III (Marción y los gnósticos) y en el uso del esquema Promesa – Cumplimiento en el marco de la historia de la salvación, que es progresiva. La catequesis bíblica de los Padres dio como fruto el “símbolo” o credo (fines del siglo II) en el que sobresale la línea histórica de la Escritura centrada en momentos esenciales. De esta manera la Iglesia recitando el Credo, anuncia la Biblia. Con el catecumenado, la atmósfera bíblica que envuelve a los catecumenados es total. No solo escuchan la palabra sino que experimentan en sí mismos los pasos de la historia de la salvación que la Escritura testimonia9 9 HAMMAN, A., Leer la Biblia en la escuela de los Padres. De Justino mártir a San Buenaventura, Bilbao, 1999, 175; cf BISSOLI, C., oc 32-34. 2. DE LA CATEQUESIS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA A LA CATEQUESIS DE CATECISMOS EN EL SIGLO XVI. En el periodo apostólico y post apostólico y en la catequesis de los Santos Padres la catequesis adquirió el significado de ENSEÑANZA FUNDAMENTAL DE LA FE CRISTIANA DENTRO DEL CATECUMENADO. Durante la Edad Media desapareció prácticamente el término catequesis y fue sustituido por CATECHISMUS e INSTRUCTIO en referencia a las preguntas y respuestas previas al rito del bautismo. El siglo XVI dio inicio a la época de la “Catequesis de Catecismos” que se extendió hasta nuestros días. Catechismus: era no sólo la forma de educar la fe o el sistema de educación religiosa elemental, sino el libro. Lutero escribió un Catecismo Breve (1529) para niños y otro para los padres en 40 preguntas; San Pedro Canisio escribió para las escuelas y el Concilio de Trento escribió para los Párrocos (1566). En esta época moderna (Siglo XVI – XIX) floreció la actividad catequística mediante los catecismos. La catequesis recibió otros nombres: catecismo, doctrina cristiana, instrucción religiosa, enseñanza religiosa y otros. Sólo hasta el siglo XX, gracias al movimiento catequético-litúrgico, se pudo recuperar el término tradicional de “catequesis”, al redescubrir su sentido original y reinterpretarlo en el nuevo contexto cultural. Esta catequesis se caracterizó por ser, en esencia, una transmisión o comunicación de verdades que son necesarias creer para salvarse, articuladas de modo más bien teológico que pedagógico: lenguaje abstracto, método deductivo, pedagogía magistral y depositaria. Relación Biblia – Catequesis La fundamentación de esta catequesis era la teología y el magisterio eclesiástico, no la Palabra de Dios. La Biblia, cuando era usada, servía de apoyo o prueba argumental escolástica de las verdades expuestas. La “Historia Sagrada” era un acercamiento anecdótico al Antiguo Testamento. No se le relacionaba con el Nuevo Testamento. No se hacía ver la trabazón entre el A.T. y N.T. La Historia Sagrada era un saber religioso, pero no catequesis. El centro de la instrucción catequética era el Libro = Catecismo. Hasta la década de los 60 los catecismos eran de tipo doctrinal, de lenguaje abstracto, pobreza bíblica y litúrgica, método deductivo y pedagogía bancaria o depositaria. 3. LA CORRIENTE DE CATEQUESIS KERIGMÁTICA. Entre la II Guerra Mundial (1940) y el Concilio Vaticano II (1962-1965) hubo en Europa un movimiento de renovación catequética llamado KERIGMÁTICO, cuya preocupación fundamental era el contenido o mensaje de la Catequesis. La presentación del contenido era más evangélica, a la luz del Kerygma cristiano primitivo y de la más genuina tradición de la Iglesia. El centro de atención eran la dimensión bíblica y la dimensión litúrgica del mensaje cristiano, la importancia de la Historia de la Salvación, la concepción de la Catequesis como educación integral de la fe. “La Catequesis no es la divulgación de un sistema de verdades religiosas ni de principios morales, sino el anuncio del mensaje cristiano; el catequista, por lo tanto, no es profesor, sino testigo que transmite un mensaje en el que él mismo está implicado; el núcleo del mensaje lo constituye la persona de Cristo, y de su relación con él depende el valor de cada verdad particular; su muerte y resurrección culminan la historia de la salvación, y su gracia se nos comunica a nosotros y a todos los pueblos. El contenido prima sobre el método, y este ha de ser fiel a los lenguajes en que nos llega el mensaje: bíblico, litúrgico, doctrinal y testimonial.”. (Nuevo Diccionario de Catequética, Volumen I, 1144) Representantes de esta corriente Kerygmática son: el austriaco Joseph Andreas Jungmann con su obra: “La predicación de la fe a la luz de la Buena Nueva” (1936); F.X. Arnold, G. Delcuve, Joseph Coloma, G. de Bretagne, F. Schreybmar, Klemens Tillmann, Johannes Hofinger. Fruto de esta corriente son: L’ Institut Súperienr de Pastorale Catechetique de Paris (1951), el Instituto “Lumen Vitae” de Bruselas (1957), la Semana Internacional de la Catequesis de Eich-stätt (1960), el Catecismo Católico Alemán (1955) y el Directorio Francés de Pastoral Catequética (1964). “La Catequesis Kerigmática acentuando unilateralmente el carácter teológico de la Palabra de Dios, había dejado en la sombra a su destinatario, que es el hombre”. (Ibidem). Después de la II Guerra Mundial, a partir de 1940, ha habido en relación con la catequesis una doble inquietud o tendencia: ⁂ volver a las fuentes de la vida cristiana: Sagrada Escritura y Tradición y a la riqueza de los orígenes apostólicos y patrísticos. ⁂ Mirar al sujeto de la catequesis en su contexto socio-cultural. Se tiene así una doble fidelidad al mensaje y al hombre, lo que hace que la catequesis adquiera una densidad de sentido y se clarifique su identidad: su ser y quehacer. 3. EL CONCILIO VATICANO II Y SU INFLUJO EN LA CATEQUESIS. En 1869 el Concilio Vaticano I (8/12/1869 – 20/10/1870) tenía un proyecto de Decreto para establecer un pequeño catecismo universal. Se llamaba “De confectione et usu unius parvi catechismi pro universa ecclesia”, quedó redactado y aprobado, pero no votado porque se suspendió el Concilio. Comenzaba así: “Como todos los miembros de la Iglesia de Cristo, extendida por todo el mundo, deben tener un solo corazón y una sola alma, también deben tener una sola voz…” Esta idea uniformadora provenía directamente del siglo XVII, cuando se pusieron en circulación los catecismos de preguntas y respuestas. El Concilio Vaticano II no retomó el proyecto ni elaboró ninguna Constitución ni Decreto sobre la catequesis. Pero eso no quiere decir que la ignoró o marginó. Por el contrario, si se extrajeran de los documentos conciliares todos los textos que explícita e implícitamente se refieren a la catequesis y se dispusieran en un esquema lógico, nos sorprenderíamos ante una verdadera pequeña “summa catechética”. El Concilio prefirió establecer un marco más amplio llamado: Directorio General. La promulgación del catecismo de la Iglesia Católica (1992) no ha sido siempre bien comprendida. Ha sido vista como una ambigüedad. Pone el acento sobre el retorno a los contenidos y favorece una interpretación reductiva de la catequesis. Oficialmente el C E C ha sido presentado como “punto de referencia doctrinal” (Fidei depositum 12, 23 y 24), que no sustituye, sino supone la inculturación, contextualización y mediación local. Otros lo consideran impropiamente como un verdadero y propio Catecismo Universal, utilizable en la actividad catequística bajo forma de síntesis elaborada en forma de preguntas y respuestas. Aquí se plantea el problema del COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (2005). A partir de los años 80 se ha hecho sentir una doble vertiente en relación a la comunicación de la fe en la vida de la Iglesia: quienes ven un encuentro directo con la Biblia a través de la Lectio Divina y quienes lo ven a través del catecismo. En el pensamiento del Papa Benedicto XVI no hay una dicotomía entre Biblia y Catecismo, puesto que hay una razón teológica que fundamenta la implicación armónica de ambos: la necesaria mediación de la Iglesia como sujeto interpretante. El binomio Biblia – catecismo es teológicamente legítimo, mientras sea entendido como forma de comunicación de la fe de la Iglesia y en el ámbito de relación de causa (la Biblia) y efecto (el catecismo) Dice: “La catequesis transmite el contenido de la Palabra de Dios según las dos modalidades con que la Iglesia lo posee, lo interioriza y lo vive: como narración de la Historia de la salvación y como explicitación del símbolo de la fe. La Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica han de inspirar tanto la catequesis bíblica como la catequesis doctrinal, que canalizan ese contenido de la Palabra de Dios” (128). El Concilio Vaticano II consideró a la catequesis como un momento bien distinguido, privilegiado, de la evangelización. En este sentido fue un gran acierto la Exhortación Apostólica Evangelii Nuntiandi del Papa Pablo VI. Hay dos textos conciliares muy explícitos sobre la catequesis: ⁂ El Nº 14 del Decreto Christus Dominus, sobre el oficio pastoral de los Obispos. En ese texto el Concilio define la naturaleza, la finalidad y las tareas de la catequesis. Además de la catequesis de adultos y el catecumenado, las fuentes de la catequesis y la necesidad de las ciencias antropológicas para una adecuada formación de los catequistas. Al final de este Decreto Christus Dominus los Padres Conciliares prescribieron la redacción de un Directorio para la Instrucción Catequética del Pueblo Cristiano, que fue publicado el 11 de abril de 1971. ⁂ Gravissimum Educationis, 4. Con todo, la renovación de la catequesis, no nació solamente del Concilio Vaticano II. Desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX (Congreso de Munich en 1912 y especialmente en 1950, el Congreso Internacional de Catequesis en Roma que impulsó la Catequesis de Adultos y la creación de Secretariados; el Movimiento Kerigmático; 1962 Concilio Vaticano II), se percibe el reajuste que el concepto de catequesis va asumiendo, permaneciendo al mismo tiempo fiel al núcleo fundamental de los primeros siglos y al hombre de cada época. En la primera mitad del siglo XX hubo un profundo y notable movimiento de renovación en el campo bíblico, litúrgico, moral, ecuménico, en el método teológico y también en el pedagógico. Estos movimientos de renovación han tenido muy en cuenta los aportes de la historia de la Iglesia y de la patrística. Todos esos movimientos convergieron en el Concilio Vaticano II. Pero esa búsqueda y reflexión no quitan que el impacto conciliar sobre la teología y la praxis de la pastoral haya sido enorme y decisivo. Tan decisivo que es imposible entender los cambios en la Iglesia y en sus múltiples manifestaciones sin sopesar con atención todo lo que el Vaticano II ha supuesto de exigencias, impulsos, problemas y perspectivas. Es verdad que el Concilio no ha tratado en un documento específico la catequesis. Pero en diferentes documentos hay oportunas referencias a ella (además de Christus Dominus 14 y de GE, 4 , cf. AG, 17; Nostra Aetate, 4; PO) y ha renovado en profundidad los puntos básicos que determinan el nuevo concepto y la praxis de la catequesis. Algunas aportaciones en particular: ⁂ La SC con su visión renovada de la liturgia y los impulsos a la reforma litúrgica y a la participación litúrgica. ⁂ La Dei Verbum con la nueva concepción de Revelación y el lugar que le asigna a la Sagrada Escritura en la Iglesia. ⁂ La Lumen Gentium, que desarrolla una nueva eclesiología: la eclesiología de comunión y participación. ⁂ La Gadium et Spes, en la que el mundo no es condenado, sino que mundo e historia asumen el rango de “lugares teológicos” y abre de nuevo el diálogo entre fe y cultura. ⁂ El Decreto AA, que recupera la visión teológica positiva del laico y de su corresponsabilidad eclesial. ⁂ El Decreto Ad Gentes, que pone de relieve la prioridad de la evangelización y revaloriza el catecumenado. Conclusión: El Concilio Vaticano II fue el punto final del catecismo-instrucción y el punto de arranque de la nueva institución educadora de los cristianos: La Catequesis de inspiración catecumenal procesual. Ha dado origen a una renovada concepción de la catequesis. ⁂ Recupera la iniciación cristiana e imprime a la catequesis un carácter catecumenal. ⁂ Puso fin a una concepción de la misma, como preparación inmediata para los sacramentos y como un acto propio y casi exclusivo de la vida cristiana infantil. ⁂ Desencadenó por otra parte, a partir de una nueva concepción de Revelación, un movimiento de renovación, emparentado con los que precedieron al Concilio, que, ante todo, coloca la Palabra de Dios como fuente de la catequesis, a ésta como «momento privilegiado» del proceso global de la evangelización y a los adultos como sus primeros destinatarios o interlocutores. -.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.- Desarrollos a partir del Concilio Vaticano II 1. Directorio sobre la formación catequética del pueblo cristiano ». (1) En cumplimiento de este mandato conciliar, la Congregación para el Clero se sirvió de una Comisión especial de expertos y consultó a las Conferencias episcopales del mundo, que remitieron numerosas sugerencias y observaciones al respecto. El texto preparado fue revisado por una Comisión teológica ad hoc y por la Congregación para la Doctrina de la Fe. El 18 de marzo de 1971 fue definitivamente aprobado por Pablo VI y promulgado el 11 de abril del mismo año, con el título Directorium Catechisticum Generale. Este directorio recoge la síntesis y orientaciones emanadas de la doctrina del Concilio. 2. Una aportación particularmente rica para la renovación catequética fue el Ritual de la iniciación cristiana de adultos, promulgado el 6 de Enero de 1972 por la Congregación para el Culto Divino. 3. Un hito decisivo para la catequesis fue la reflexión realizada por la Asamblea General del Sínodo de los obispos acerca de la evangelización del mundo contemporáneo, que se celebró en octubre de 1974. Las proposiciones de esta Asamblea fueron presentadas al papa Pablo VI, que promulgó la Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, del 8 de Diciembre de 1975. Este documento presenta, entre otros, un principio de particular importancia: la catequesis como acción evangelizadora dentro del ámbito de la misión general de la Iglesia. La actividad catequética, de ahora en adelante, deberá ser considerada como partícipe siempre de las urgencias y afanes propios del mandato misionero para nuestro tiempo. 4. La última Asamblea sinodal convocada por Pablo VI en octubre de 1977 escogió la catequesis como tema de análisis y reflexión episcopal. Este Sínodo vio « en la renovación catequética un don precioso del Espíritu Santo a la Iglesia de hoy ».(3) 5. Juan Pablo II asumió en 1978 esta herencia y formuló sus primeras orientaciones en la Exhortación apostólica Catechesi Tradendae, del 16 de octubre de 1979. Esta Exhortación forma una unidad totalmente coherente con la Exhortación Evangelii Nuntiandi y vuelve a situar plenamente a la catequesis en el marco de la evangelización. 6. Las Asambleas Generales, ordinarias y extraordinarias, del Sínodo de los Obispos han tenido una particular incidencia en el campo de la catequesis. Por su particular relieve deben señalarse las Asambleas Sinodales de 1980 y de 1987, sobre la misión de la familia y sobre la vocación de los laicos bautizados. 7. A los trabajos sinodales siguieron las correspondientes Exhortaciones apostólicas de Juan Pablo II Familiaris Consortio (22 noviembre 1981) y Christifideles Laici (30 diciembre 1988). El mismo Sínodo extraordinario de 1985 ha influido, también, de manera decisiva sobre el presente y futuro de la catequesis de nuestro tiempo. En aquella ocasión se hizo balance de los veinte años de aplicación del Concilio Vaticano II, y los Padres sinodales propusieron al Santo Padre la elaboración de un Catecismo universal para la Iglesia Católica. 8. La propuesta de la Asamblea sinodal extraordinaria de 1985 fue acogida favorablemente y hecha propia por Juan Pablo II. Culminado el paciente y complejo proceso de su elaboración, el Catecismo de la Iglesia Católica fue entregado a los obispos y a las Iglesias particulares mediante la Constitución apostólica Fidei Depositum el 11 octubre 1992. 9. Este acontecimiento de tan profunda significación y el conjunto de hechos y de intervenciones magisteriales anteriormente señalados, imponían el deber de una revisión del Directorium Catechisticum Generale, a fin de adaptar este valioso instrumento teológico-pastoral a la nueva situación y a las nuevas necesidades. Recoger tal herencia y sistematizarla sintéticamente en orden a la actividad catequética, siempre en la perspectiva de la presente etapa de la vida de la Iglesia, es un servicio de la Sede Apostólica a todos. 10. El trabajo para la reelaboración del Directorio General para la Catequesis, promovido por la Congregación para el Clero, ha sido realizado por un grupo de Obispos y de expertos en teología y en catequesis. Seguidamente, ha sido sometido a consulta de las Conferencias episcopales, de diversos peritos e Institutos o Centros de estudios catequéticos; y ha sido en el respeto substancial a la inspiración y contenidos del texto de 1971. Evidentemente, la nueva redacción del Directorio General para la Catequesis ha debido conjugar dos exigencias principales: ⁂ por una parte, el encuadramiento de la catequesis en la evangelización, postulado en particular por las Exhortaciones Evangelii Nuntiandi y Catechesi Tradendae ; ⁂ por otra parte, la asunción de los contenidos de la fe propuestos por el Catecismo de la Iglesia Católica. 11. Por último, el Sínodo de la Palabra, año 2010 – señala la dimensión bíblica de la catequesis. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ANEXO N°8 CELEBRACIÓN - Hechos 8,26-40 Al terminar esta jornada, queremos agradecer al Señor que nos ha llamado para hacer oír su voz en medio de nuestros pueblos. Lo haremos recorriendo esta página de la Sagrada Escritura, como fuente inspiradora de nuestro itinerario como catequistas, en comunión con la propuesta que la Iglesia Latinoamericana nos hace a todos los que diversas maneras nos comprometemos en la tarea de hacer que la Palabra de Dios, sea la fuente de toda Animación pastoral. Lectura del texto: Hech 8,26-40 “Levántate y ve hacia el sur…él se levantó y partió” Hoy también el ángel del Señor nos invita a levantarnos con valentía y esperanza, y recorrer nuevos caminos, al servicio de la Palabra en una Iglesia de América Latina y el Caribe que, desde Aparecida, nos invita a ser discípulos misioneros. El Espíritu dijo a Felipe: acércate… Hoy también el Espíritu nos invita a acercarnos a la realidad concreta de nuestros pueblos y reconocer en ella la presencia de Dios. Al acercarnos a nuestros hermanos descubrimos con ellos el rostro de Cristo en los rostros sufrientes. Situaciones dramáticas de injusticia, marginación y dolor. Asimismo vemos la capacidad de alegría y esperanza que estalla y se manifiesta de mil maneras en el canto y en la danza, en la creatividad y en la fortaleza de nuestra gente. Queremos ser una Iglesia discípula y misionera que sin miedo se acerque a los hermanos y hermanas de nuestro Continente; una Iglesia rica sobre todo por su fe en Cristo y por la fuerza de la Palabra, el gran regalo a ofrecer en este tiempo. ¿Comprendes lo que estás leyendo?..¿Cómo puedo entender si nadie me lo explica? Como Felipe, hoy al acercarnos queremos tener una escucha atenta a las preguntas e interrogantes, incluso inconscientes, de los hombres y mujeres de nuestro pueblo: ¿comprenden siempre el sentido de sus vidas, de los acontecimientos, de las búsquedas, de los encuentros y desencuentros…? Para dar respuestas no hay recetas mágicas. ¡Tenemos el don de la Palabra que abre siempre caminos insospechados! ¡Dios siempre nos sorprende con su amor! Desde la ABP queremos ser Escuela de Interpretación de la Palabra, para ayudar a nuestro pueblo a entender las Escrituras, a transitar con seguridad por los textos bíblicos, a lograr una lectura comprensiva que alimente la fe, la espiritualidad y el compromiso misionero. Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús. Felipe parte del texto, pero no se queda en él. A partir del texto revela la presencia de Jesucristo, Palabra eterna y definitiva del Padre. También nosotros creemos que es insustituible la Escritura para la interpretación de la realidad de nuestros pueblos, por eso es importante que todas las familias puedan acceder a una buena versión de la Biblia. Pero no podemos quedarnos sólo en la letra: el Espíritu del Resucitado convierte al texto bíblico en mediación privilegiada del encuentro con Jesucristo. No somos una religión del libro: Cristo es la Palabra que antecede el texto. Por eso la ABP propone una lectura cristológica que tiene al Señor como centro de toda la Escritura, al Espíritu como Maestro e Intérprete, y al Padre como fuente de Vida para todos los hijos de Dios. La Palabra de Dios es fuente de espiritualidad y oración. La ABP concede mucha importancia a la Lectio Divina y a todas las formas e lectura orante, para todos los miembros de la Iglesia y para inspirar la conversión pastoral en la Iglesia. El encuentro vivo con Jesucristo es luz que ilumina para purificar y liberar nuestro corazón de todos los ídolos, dilatándolo en actitudes de servicio y misericordia con los hermanos. Así, la ABP actualiza la Palabra de Dios y se convierte en Escuela de Comunión. Felipe lo bautizó La palabra de Felipe ha iniciado al etíope en la fe en Jesucristo; el bautismo lo introduce en la comunidad de los creyentes, en la comunidad de la Palabra hecha carne (Jn 1,14). Mediante palabras y sacramentos, mediante la mesa de la Palabra y de la Eucaristía que la Iglesia prepara, Jesucristo alimenta a los suyos. No leemos la Biblia de manera individualista; la ABP promueve una lectura bíblica en la Iglesia, misterio de comunión y misión, que va regenerando la vida cristiana (1 Pe 1,2225). La Palabra de Dios anima toda la vida de la Iglesia, no sólo su quehacer, sino también su ser. En este sentido, la ABP no puede ser una pastoral yuxtapuesta a otras; su servicio, como su mismo nombre lo indica, es servicio de animación de todas las expresiones de la vida y de la misión de la Iglesia para formar al discípulo misionero. El etíope siguió gozoso su camino El encuentro con Jesucristo no termina en la Biblia ni en sí mismo, sino que nos regresa a la vida cotidiana con nuevas actitudes; el gozo del etíope es expresión de una persona que, al encontrarse con Jesús en la Iglesia, ha encontrado el Sentido de su vida. La ABP plantea un itinerario que, partiendo de un acercamiento a la vida concreta, se deja iluminar por la Palabra para retornar, con nuevas motivaciones, a la vida y a la comunidad, a nuestro pueblo sencillo, hambriento de la Palabra, para transformar, con ellos, este mundo según los valores del reino. Este camino gozoso lo hacemos con nuestros hermanos y hermanas de las otras Iglesias y Comunidades Eclesiales con quienes compartimos el amor por la Palabra. Felipe, en todas las ciudades por donde pasaba, iba anunciando la Buena Noticia Como Felipe, somos miembros de una Iglesia que se va redescubriendo a sí misma cómo anunciadora del Evangelio. “¡Ay de mí si no evangelizara!? (1 Cor 9,16). La Escritura es mediación de salvación al revelar a Jesucristo; por eso la ABP es Escuela de Evangelización Inculturada, para anunciar a Cristo, ofreciéndolo a todos, fuente de Vida plena. En un mundo plural y secularizado, muchas veces fraccionado y deshumanizante, la ABP deberá aprender a presentar la Buena Noticia en forma significativa, portadora de unidad y justicia para todos. Todos Conscientes de que la ABP es don y tarea, hacemos nuestras las palabras de nuestros pastores: “Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una alegría, y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado”. (10) 10 DA, 18. Canto: ¡Qué detalle Señor -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- ANEXO N° 9 APENDICE I: LOS SANTOS PADRES 1. Patrística es la etapa inmediatamente posterior a la época apostólica. Se llaman “Padres de la Iglesia” a los Maestros de la Fe de los primeros ocho siglos cristianos (el límite en Oriente es San Juan Damasceno (+ 749), en Occidente San Isidoro de Sevilla (+ 636). 1.1 Los Santos Padres fueron “quienes, recogiendo la tradición de los apóstoles y ejerciendo ejemplarmente el ministerio de la predicación, nos dejaron en herencia el inmenso tesoro del contenido de la fe cristiana y eclesial”. Nos dejaron también en sus obras “cuál debe ser siempre el estilo y el espíritu de la evangelización y de la catequesis”. “Supieron imitar con fidelidad los ejemplos de los apóstoles y sus maneras de hablar al pueblo”. “En la medida en que la predicación fue apartándose del estilo de los Santos Padres, la formación y la vida de gran parte del pueblo cristiano se fue empobreciendo en muchos de sus aspectos”11. Los Padres son: 11 Padres en el sentido bíblico del término, es decir, padres en la fe y en la vida cristiana. Testigos privilegiados de la tradición, los más cercanos a la fuente de donde ésta ha comenzado. Son los más inmediatos testigos, receptores, transmisores y hasta interpretes del Evangelio12. De aquí su autoridad basada en la santidad, la doctrina y la experiencia pastoral. PEINADO, Miguel, La predicación del Evangelio en los Padres de la Iglesia, BAC, Madrid 1992, Prólogo. Cf. Congregación para la Educación, Instrucción sobre estudio de los Padres de la Iglesia, Roma 1989. 12 SANCHEZ, Manuel, Historia de la Espiritualidad Patrística, Edit. de Espiritualidad, Madrid 1992, 13-16 La catequesis de los Padres es desarrollo de la catequesis apostólica que inicialmente fue instrucción oral (Cf. 1Co 14,19; Gal 6,6), pero que pasó pronto a ser escrita y quedó en parte expuesta en modelos catequísticos neotestamentarios. La catequesis nace al mismo tiempo, y aún antes, que la Teología. En los Padres son un binomio inseparable13. A los Padres se les suele clasificar de la siguiente manera: A) Padres Apostólicos (siglos I-II). Con el nombre de Padres Apostólicos (patrólogo JB Cotelier, 1672) se conoce a seis escritores que conocieron y se relacionaron con los apóstoles. Testimonian el sentir catequístico de la segunda generación cristiana, recibido de boca de los mismos apóstoles o de sus discípulos. Entre los escritores más antiguos que conservan la primitiva estructura catequística sobresalen: Bernabé, que se suponía ser el compañero de San Pablo (Cf. Hch 9,27; 11,22-30; 13,1-6). Clemente, el gran obispo de Roma, tercer sucesor de San Pedro. Según Orígenes (185-253) y Eusebio (+370), quizás tenga que identificarse con el colaborador de San Pablo (Cf. Flp 4,3). Hermas, a quien Orígenes hace discípulo de San Pablo por identificarle con el Hermas de Rom 16,14 (año 58). Ignacio, Obispo de Antioquía (110-130), que pudo conocer a los apóstoles, aunque no consta con certeza. Policarpo, Obispo de Esmirna (+156) a quien su discípulo San Ireneo (nacido entre 130 y 140) pone en estrecha relación con el Apóstol San Juan. Papias, Obispo de Hierápolis, contemporáneo de Policarpo, a quien San Ireneo califica de discípulo de San Juan. Escribió por los años 130-140 una obra de carácter exegético, explicación de las sentencias del Señor. 1.2 La catequesis en el período de los Padres Apostólicos se caracteriza por el pluralismo de las INSTRUCCIONES, adaptadas al destinatario y a su ambiente cultural, sirviéndose de múltiples tradiciones orales y literarias, escogiendo aquellos aspectos que más interesan al destinatario según sea judío de Palestina, judío de la diáspora o pagano. En estos dos primeros siglos las comunidades cristianas se concentran en Palestina y Asia Menor. Las obras de este grupo de escritores son: la Didajé, dos Cartas de San Clemente; siete cartas de San Ignacio, carta y martirio de San Policarpo; carta de Bernabé, fragmentos de Papías; el pastor de Hermas. 13 ROMERO POSE, Eugenio, Catequesis en la época Patrística, en Nuevo Diccionario de Catequesis, San Pablo, Madrid 1999, 362-374. El perfil catequético de los escritos de este período nace del objetivo misionero de la predicación del kerigma: el cambio de vida o la conversión, la necesaria iniciación al Bautismo y el interés por mantener la nueva vida del convertido. LA DIDAJE, de principios del siglo II, descubierta por el metropolita de Nicomedia, FILOTEO BRYENNIOS y publicada en 1883. Es obra de un compilador desconocido (un catequista de origen judeo-cristiano) que recoge materiales de distintas épocas para las comunidades cristianas de origen pagano. Este compilador puso al comienzo la enseñanza de las DOS VIAS (de la vida y de la muerte) y le añadió un bloque de tradiciones litúrgicas sobre el bautismo, el ayuno, la oración y la cena eucarística. También utilizó fuentes en la parte disciplinar (11-13) sobre maestros, apóstoles y profetas verdaderos y falsos. La doctrina de las DOS VIAS (1-6) es la más elemental, de orden práctico o moral, requerida para la INICIACIÓN CRISTIANA. Bajo la antiquísima alegoría de los dos caminos, que los griegos conocen desde Hesíodo, se le proponen al CATECUMENADO los preceptos de la moral natural y de la perfección evangélica: ante todo el amor a Dios y, luego, el amor al prójimo como a sí mismo. A continuación el anónimo catequista inserta un largo pasaje del Sermón del Monte (Mt y Lc) como explicación y perfección del precepto de amor al prójimo14. He aquí su contenido15: Los dos caminos: 1-6. El camino de la vida: 1, 2-4.14. El camino de la muerte: 5 Exhortación final: 6. Disposiciones litúrgicas: 7-10 Bautismo (fórmula; prescripciones sobre el rito del agua): 7 Ayuno: 8,1 La oración diaria: 8,25 Oraciones eucarísticas: 9.10 Disposiciones sobre la conducta frente a los predicadores itinerantes: 11-13 Verdaderos y falsos maestros: 11.1s Verdaderos y falsos apóstoles y profetas: 11,3-12 a) Apóstoles. Acogida y duración de su estancia, criterios de su autenticidad: 11,3-6 b) Profetas. Criterios de su autenticidad: 11,7-12 14 15 RUIZ BUENO, Daniel, Padres Apostólicos, BAC, Madrid 1967, 35-36. VIELHAUFER, Ph, oc, 753-754. Hermanos viajeros: 12 a) Acogida, examen y apoyo: 12, 1s b) Condiciones para su alojamiento: 12,3-5 Alojamiento de verdaderos profetas y maestros en la comunidad. Deberes hospitalarios de la comunidad: 13. Disposiciones sobre la vida comunitaria: 14.15 Eucaristía dominical. Condiciones de participación: 14 Obispos y diáconos: 15, 1s Deber de corrección fraterna y amor: 15,3s Apocalipsis: 16. LA EPISTOLA DE BERNABÉ (Fines del Siglo I) La instrucción moral o doctrina de las DOS VIAS, que según la Didajé 7,1 forma parte de la enseñanza catequética, reaparece luego en otros escritos: CARTA DE BERNABE, falsamente atribuida a JOSE, levita de Chipre (llamado Bernabé), que vende un campo y entrega su precio a los apóstoles (Hech 4,36). Se presenta como un tratado teológico bajo una forma epistolar. Se compone de dos partes: la primera (cap. 2-16) es una polémica antijudía: no ha existido una Alianza de Dios con el Israel de la historia. La verdadera Alianza es la de JESÚS, sellada en el corazón de quienes esperan y creen en él (4,8). La segunda (18-21) expone la doctrina de las DOS VIAS presentada como “otra gnosis y doctrina”. Es una compilación de fines del siglo I. B) LOS PADRES APOLOGISTAS GRIEGOS DEL (siglo II y III) a) Ocupan la segunda mitad del siglo II. Escriben APOLOGIAS (defensas) de la doctrina y de la conducta de los cristianos, dirigidas a la opinión pública judía o pagana. En este período ya los cristianos son conocidos, pero mal conocidos. Sobre ellos se han ido tejiendo numerosas calumnias. Se les acusa de ser ateos y de reuniones secretas y turbias; son gente reclutada entre lo peor de la sociedad. Esta situación hace surgir una nueva literatura cristiana muy distinta a la del período anterior. Los escritos no se dirigen a los cristianos sino a los paganos y a los judíos. Los nuevos escritores son: Cuadrato, Aristón de Pella, San Justino (mártir), Taciano el Sirio, Milcíades, Atenágoras, Teófilo de Antioquia, Melitón de Sardes. b) Entre los escritos, por su relación con la catequesis, pueden citarse los de San Justino mártir (+165); dos Apologías y el Diálogo con Trifon. Estas obras nos ofrecen datos sobre la INICIACIÓN CRISTIANA o CATECUMENADO, como el camino que conduce al bautismo y a la Eucaristía. C) a) LITERATURA ANTIHERETICA (S-III) A la par de los Apologistas surge la literatura antiherética (contra el Gnosticismo y Marción), cuyo mejor representante es San Ireneo de Lyon (+202) con su obra “Contra las herejías”. Es el escrito teológico con más alcance catequético, con esta obra el género catequético entra de lleno entre los géneros literarios. Otra obra suya es La demostración de la predicación apostólica, considerada como el primer catecismo para adultos de toda la historia. En ella expone San Ireneo, a manera de catecismo, los diversos momentos de la Historia de la Salvación, la creación del hombre y el nuevo nacimiento por el bautismo. Esta obra es una síntesis de lo expuesto en la anterior, contra las herejías. b) Otro escritor antiherético y testigo del proceso de Iniciación Cristiana es HIPOLITO de Roma (+235). Escribe en Roma en la primera mitad del siglo III (200-235). Su obra de mayor interés es La Tradición Apostólica, un escrito breve que se conoce por sus diferentes versiones, pues el original griego se perdió. En los capítulos 15-22 describe las etapas de la Iniciación Cristiana: ⁂ La preparación remota que conlleva una primera admisión en la que se valoraban las motivaciones para ser cristiano, el estado de vida y profesión. Esta etapa duraba unos tres años en los que se atendía a una formación orgánica que ayudaba a crecer espiritual y moralmente e iniciaba a los catecúmenos en la oración. ⁂ La preparación próxima: incluía un nuevo examen de admisión para conocer más de cerca la vida y la conducta de los catecúmenos y a lo largo de una semana se les exponían las celebraciones bautismales a las que ellos se preparaban con la oración, el ayuno y otros ritos. c) Representante de la tradición catequética es Orígenes (+253), natural de Alejandría. Dedicó su vida a la catequesis y a la exégesis en Alejandría y Cesarea atendiendo sobre todo a la formación pastoral. (cf Floristán, C., Para comprender el catecumenado, 59). En su obra “Contra Celso” y en sus Homilías hace referencia al catecumenado y su organización. 2. EL CATECUMENADO La etapa de la catequesis anterior al Concilio de Nicea (325) (periodo preniceno) es la más rica en exégesis y teología y en el contenido y formas catequéticas. El período que le sigue, llamado “siglo de oro” de la catequesis es un tiempo de mayor producción teológica en cantidad, pero no en creatividad y calidad. 2.1 En este período, la INICIACIÓN CRISTIANA constituyó el centro de interés de la Iglesia, que llegó a institucionalizar el CATECUMENADO y a hacer de él el camino ordinario para llegar a ser cristiano. En el Catecumenado, la Iniciación Cristiana es un camino o proceso de formación por etapas, en el que se integran la Instrucción Catequética, la conversión y el cambio radical de vida, la experiencia litúrgica y de oración, la formación espiritual, la celebración de los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía por los que los candidatos son incorporados al misterio de Cristo y de su Iglesia. El Catecumenado se concibe como “noviciado” de la vida cristiana que se nutre de la catequesis y de la escucha de la Palabra, apoyado por celebraciones litúrgicas, ejercicios ascéticos y penitenciales, con la ayuda de la comunidad cristiana que acoge al catecúmeno, lo acompaña y forma y lo incorpora a su seno. 2.2 Los siglos IV y V, son la edad de oro de la catequesis, los Obispos más destacados de aquella época se interesan por ella. Es más eran los verdaderos catequistas. Consideraban la catequesis como misión propia. Entre ellos, Cirilo de Jerusalén, Ambrosio de Milán 16, Juan Crisóstomo17, Teodoro de Mopsuestia18,, Agustín de Hipona19. Grandes teólogos y mistagogos (Clemente Alejandrino20, Hipólito de Roma, Juan Crisóstomo, Teodoro de Mopsuestia, Gregorio de Nisa21, Proclo de Constantinopla22, Ambrosio de Milán, Agustín de Hipona, el PseudosDionisio) se pusieron al servicio de quienes se iniciaban en la fe y elaboraron para ellos preciosísimas catequesis que todavía hoy nos causan admiración por su profundidad y sencillez. (Para ampliar, consultar a: FLORISTAN, C., Para comprender el catecumenado, cap. 6, pág. 56). 2.3 Catequesis en el Período Postniceno En esta época la catequesis era misión propia de los obispos. El siglo IV es la edad de oro de la catequesis 16 Fue obispo de Milán entre el 373 y el 397. Dedicó tres tratatdos a la iniciación cristiana: Sobre el Símbolo es la descripción de una sesión de traditio symboli y nos ofrece los elementos de una catequesis; Sobre los Sacramentos son como los apuntes de un oyente de la catetquesis sacramental de Ambrosio; De Mysteriis es una redacción escrita por el mismo San Ambrosio. Su predicación estaba especialmente dirigida a los catecúmenos; llamaba competentes y electia quienes se preparaban inmediatamente para el bautismo. 17 Ordenado sacerdote el 16 de febrero del 386. Fue el encargado de preparar a los catecúmenos de Antioquia para los sacramentos de la iniciación cristiana durante el espacio de doce años (386-398). Se conservan algunas de sus catequesis o discursos. La Patrología de Migne trae dos (PG48,223-240). En 1955 Antoine Wenger descubrió ocho de sus discursos catecumenales en el monasterio Stavronikita del Monte Athos en un códice del comienzo del siglo XI. La editorial Ciudad Nueva ha publicado doce catequesis bautismales de Juan Crisóstomo: J UAN CRISÓSTOMO, Las catequesis bautismales,Ciudad Nueva, Madrid, 1988, 149. 18 Nos ha dejado 16 Homilias catequéticas sobre la inciación cristiana, que pronunció cuando era presbítero en Antuiquía antes del 392: en las 10 primeras explica el símbolo de la fe. El texto del credo que explica no se identifica ni con el de Nicea (325), ni con el de Nicea-Constantinopla (381), sino que presenta la recensión antioquena de este último. En las seis restantes el padrenuestro; el padrenuestro está extraído de Mt 6,9-13 y se le añade la doxología (porque tuyo es el reino…); también el bautismo y la eucaristía. Las 4 primeras catequesis se daban antes del bautismo, durante el período de preparación intensiva: T ONNEAU R.- DEVREESSE r.-, Les homélies catéchétiques de Théodore de Mpsueste. Reproducttion photografique du Ms. Mengana syr. 561, Ciudad del Vaticano 1949. 19 Al Aeropagita se atribuyen escritos teológicos titulados De nominibus divinis, De teología mystica, De hierarchia coelesti, De hierarchia eclesiástica y una colección de diez cartas. Su actividad literaria se sitúa entre el 485 y el 515 en Siria o en Palestina. SuHierarchia eclesiástica es el más antiguo tratao de liturgia cristiana. En el capítulo segundo y tercero habla de la iniciación cristiana. El capítulo del bautismo se encuentra en PG 3,391-424. 20 Clemente Alejandrimo (150-215) atestigua la iniciación cristiana en Alejandría a comienzos del siglo III. 21 Murió en el 394. Escribió una homilía titulada Adversus eos qui differunt baptismun. 22 Nació en Constantinopla antes del 390. Diácono, sacerdote, obispo desde el 434 al 446. De este tiempo dat su Mystogagia eis to Baptista.Es una homilía que tiene lugar después de las ceremonias de renuncia a Satanás, redditio del símbolo y del padrenuestro, pero antes de recibir el bautismo. Se trata de una catequesis mistagógica en el sentido propio, hecha en la ceremonia bautismal. 2.4 Decadencia del Catecumenado: A partir del siglo IV el cristianismo pasó de ser perseguido a ser tolerado en el Imperio, para terminar siendo privilegiado: la única religión autorizada. Convertirse deja de ser un proceso exigente. La conversión es sustituida por los ritos (“cumplimiento”) que marcan el ingreso al catecumenado. Este se reduce a la etapa de preparación inmediata a los sacramentos de iniciación durante la primera parte de misa en la cuaresma. Los catecúmenos no son ya convertidos que aspiran al bautismo. El catecumenado deja de ser un proceso para ser un estado. El bautismo pasa de ser un don a ser un derecho. A partir del siglo VI con la generalización del bautismo de niños bárbaros y el progresivo afianzamiento del régimen de cristiandad, se pierde el proceso de evangelización y catequesis de adultos. Desaparece la forma original de educar la fe: la catequesis. Desaparece el catecumenado hasta el Concilio Vaticano II que ordena restaurarlo (SC, 64; cf. AG 14). El Sínodo de 1977 en su Mensaje al Pueblo de Dios, 8, lo da como modelo de toda catequesis. -.-.-.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del Evangelio de Mateo 1,1-4,25 Primer cuadro: “El Mesías, un Dios con nosotros”. Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (Mateo 1,1-4,25). Luego: 1. Subrayo los títulos que se dan a Jesús en esta sección del Evangelio____________ ______________________________________________________________ 2. Escojo uno de esos títulos y me pregunto: ¿qué significa para mí? ______________________________________________________________ 3. En la genealogía (1,1-16), se muestra el carácter desconcertante de los caminos de Dios. Su plan va para delante de forma paradójica y, a veces, contra toda expectativa (la presencia de cuatro mujeres, tres de ellas paganas y de actuación irregular); Ver: (38, 1-30; Rut 4, 5. 13-17; 2Sam 12,24). En el momento culminante, se nos dice que Dios actúa más allá de las posibilidades humanas y que por la fuerza de su Espíritu, saca vida del seno de una virgen (Mt.1,16.18-28). Por eso ese niño será Emmanuel, “Dios con nosotros” (1,23); a través de Él se verifica la presencia nueva y definitiva de Dios con su pueblo (cfr 28,20) ¿Qué significa esto para mí? ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Mt 2,13-18: Hay en este texto una clara referencia a Jesús como nuevo Moisés y nuevo Israel: Como Moisés, Jesús fue salvado milagrosamente de la persecución. Sus pasos fueron dirigidos por Dios y tuvo que huir: Cfr Ex. 2,1-15 Jesús, Hijo de Dios, como el pueblo de Israel, fue sacado de Egipto (2,15; cfr. Ex 4,22) Jesús, el Hijo de Dios, sufre las mismas tentaciones que Israel en el desierto (Mt. 4,1-11; cfr Dt 8,2-3; 6,16; 6,12-13), pero permanece fiel. Donde el pueblo de Israel había pecado, Jesús vence la tentación. Jesús, es el Hijo de Dios no por el camino del éxito y del poder, sino por la entrega total y fiel a la voluntad del Padre (cfr Mt 27,39-44.54) ¿Qué aspecto me llama la atención? ¿por qué? _________________________________________________________ _________________________________________________________ 4. Mt 2,1-12: nos permite vislumbrar lo que va ser el destino de Jesús y también de la Iglesia: Los magos buscan al Rey de los judíos (2,2), son extranjeros y tienen que preguntar a quienes saben las Escrituras, porque ahí se encuentra el testimonio sobre él (2,2-6). El rey Herodes y toda Jerusalén se turban ante el nuevo Rey que ha nacido (2,3) y, pese a leer, saber la Escritura, no le acogen. Los paganos, abiertos a los signos de Dios, le van a adorar y a ofrecer sus dones (2,11) Empieza la intriga y la persecución contra Jesús (2,8.16); tiene que huir por primera vez (2,13), pero hay otras huidas (4,12; 14,13;15,21; 16,4) ¿Qué me dice todo esto a mí? _________________________________________________________ _________________________________________________________ _________________________________________________________ 5. Jesús es llamado hijo de Abraham: está inserto en el pueblo judío y, cumple las esperanzas mesiánicas (cfr Mt 1,1; Gén 12,1-2); su misión tiene una dimensión universal. La Iglesia se abre a la gentilidad (4,12-17) ¿Qué implica ésto para mi vida? ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ 6. Detengámonos en Mt 4, 17-22 ¿Cuál es el inicio del ministerio de Jesús? _________________________________________________________ _________________________________________________________ ________________________________________________________ _________________________________________________________ _________________________________________________________ ________________________________________________________ ¿Cuál el contenido? _________________________________________________________ _________________________________________________________ _________________________________________________________ _________________________________________________________ ¿Qué me dice Jesús, a través del llamamiento a los cuatro primeros discípulos? _________________________________________________________ _________________________________________________________ _________________________________________________________ ________________________________________________________ Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta parte del evangelio de Mateo. DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 4,23-7,29 Segundo cuadro: EL MESÍAS DE LA PALABRA Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… 1. El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (4,23-7,29) 2. Subrayo los títulos que se dan a Jesús en esta sección del Evangelio________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ 3. Escojo uno de esos títulos y me pregunto: ¿qué significa para mí? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 4. En esta sección del Evangelio se nos presenta de modo programático, por un lado, la enseñanza de Jesús y por otro su actuación: a) Comparemos 4,23 con 9,35: ¿Qué elementos comunes encuentro? ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ b) Jesús enseña, predica la Buena Noticia: Mt 5-7: Predicación programática del reino de los Cielos (leerla ojalá en voz alta, dejando que la Palabra de Jesús llegue al corazón y sea retenida) ¿Cuál es la enseñanza que más toca mi corazón? ¿A qué me invita hoy? ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta parte del evangelio de Mateo. DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 8,1-9,36 Tercer cuadro: EL MESÍAS DE LA ACCIÓN – INVITACIÓN A LOS DISCÍPULOS AUTORIDAD Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… Jesús realiza acciones poderosas y liberadoras del Reino: No podemos separar esta sección de la anterior (5,1-7,29). Las acciones de Jesús corroboran su enseñanza. Vamos por partes: Mt 8,1-9,35: en esta sección hay tres grupos de milagros, separados por un elemento que se llama técnicamente transición (en este caso doble, porque presenta dos situaciones): Mt 8,1-15: Presenta el primer grupo de milagros. La narración de tres curaciones. ¿Quiénes son los curados? ¿Qué características tienen?¿Qué hace Jesús? ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ Mt 8,16-22: primera transición. Notemos que en la primera parte hay una cita de cumplimiento (del A.T). ¿Cuál es? ____________________________________________________________ Mt 8,18-22: Segunda parte de la transición: Condiciones de los seguidores de Jesús. ¿Qué me sugiere este texto? ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ Mt, 8, 23-9,8: Segundo grupo de tres milagros. ¿Cuáles son? ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ___________________________________________________________ ¿Qué hace Jesús? ¿Cuál es la reacción de las personas que están con él o reciben sus beneficios? ¿Qué enseñanza percibo? ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ Mt. 9,9,13: segunda transición: Jesús llama a Mateo y come con publicanos y pecadores: ¿Qué situaciones se presentan? ¿Qué reacciones? ¿Qué invitación me hace el Señor? ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ ____________________________________________________________ Mt 9, 14-17: segunda parte de la transición N°2 ¿Cuál es la situación que se presenta? ¿Cómo reacciona Jesús? _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ Mt 9,18-33a: tercer grupo de milagros: ¿Cuáles son? ¿A quiénes van dirigidos? ¿Qué hace Jesús? ¿Cuál es la reacción de la gente? ¿Cuál la enseñanza principal? _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ Mt 33b-34: Notemos las distintas reacciones delante de Jesús. ¿Cuál es la reacción de la gente? ¿Cuál la de los fariseos? _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ _______________________________________________________________ Mt 9,35-36: ¿Qué situaciones se presentan en este texto? ¿Cómo percibo a Jesús? ¿A qué me invita? ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta parte del evangelio de Mateo. DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 10,1-11,1 Cuarto Cuadro: JESÚS MAESTRO: INSTRUYE Y ENVÍA – LA MISIÓN Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (10,1-11,1) 1. ¿Descubrimos en este texto, algún título particular aplicado a Jesús? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 2. Esta sección del evangelio presenta de modo particular a los discípulos como enviados por Jesús, para continuar su obra y las diversas respuestas. a) Mateo establece unas relaciones muy estrictas entre la actividad de Jesús descrita en 4-9 y la actividad de los discípulos presentada en el cap.10 (leer Mt 10). Los discípulos con continuadores de la misión de Jesús. Ver paralelos: JESUS DISCÍPULOS 9,35 10,1 4,17 10,7 8,20 10,9-10 11,18-24 10,14-15 15,24 10,5-6 9,34;12,24 10,24-25 10,4;17,22;20,18-19 10,17;10,21-22; 24,9-10 26,59 10,17 20,19 10,17; 23,34 2,1.3.9; 27,2.11.14.15.21.27; 28,14 10,18 b) Mt 9,35-11,1: Encontramos aquí que la diferencia del ministerio de los discípulos con el ministerio de Jesús expresada en 4,17-9,35, está en la enseñanza. Jesús enseña (4,23; 5,2; 7,29; 9,35). A los discípulos se les dará este poder después de la resurrección (ver Mt 28,19-20) ¿Qué me sugiere la reflexión de estos dos puntos anteriores? ¿A qué me invita el Señor hoy? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Escribo una oración, fruto de la reflexión… DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 11,2-12,50 Quinto Cuadro: LOS DISCÍPULOS – OPCIÓN POR JESÚS Seguirlo, ¿sí o no? Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… a) El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (11,2-12,50). ¿Descubrimos en este texto, algún título particular aplicado a Jesús? ¿Cuál? ¿Qué significa? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ b) Mt 11,2-12,50: reacciones que suscita el ministerio de Jesús (4-9) y el de los discípulos (10) Mt 11, 20-24: Queja de Jesús de las ciudades en que ha desarrollado su ministerio Mt 11,16; 12,39.41.42.45: lamento por la generación incrédula. Mt 12,2.14.23-24.38: Los adversarios de Jesús, ¿quiénes son? ¿qué hacen? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 11,21-24; 12,38-42: Notemos la diferencia entre la cerrazón de los representantes del judaísmo y la apertura de los paganos. ¿Cuáles son los ejemplos que Jesús propone? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt. 11,25-30: Reacciones positivas frente a la oposición. ¿Cómo actúa Jesús? ¿Qué nos propone? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 12,46-50: En medio de la oposición y el conflicto, se configura el círculo de la nueva familia (los discípulos) de Jesús. ¿Cuál es la característica particular de esta comunidad? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ c) Leyendo esta sección del evangelio, ¿qué descubrimientos particulares he hecho? ¿A qué me invita el Señor? ¿Qué quiero decirle en este momento? DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 13,1-53 Sexto Cuadro: LAS PARÁBOLAS: MÉTODO DE FORMACIÓN MISTERIO DEL REINO Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… “Dichosos vuestros ojos, porque ven y vuestros oídos, porque oyen” Mt 13,16 El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (13,1-53) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 2. Mt 13, 1-52: Presenta la naturaleza del Reino de los Cielos a través de parábolas. Igualmente explica las reacciones que el ministerio de Jesús y de los discípulos han encontrado, como vemos en los cap 11 y 12. a) ¿Cuántas parábolas hay en esta sección del Evangelio? ¿Cuáles son? ¿Qué enseñanzas traen? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ b) Mt 13,10-17 (cfr Mc 4,10-12): ¿Notamos alguna diferencia entre el Texto de Mt y Mc? ¿Cuál? ____________________________________________________________________ En Mt Jesús atribuye el ver o no ver, el aceptar o rechazar a las disposiciones morales del ser humano. ¿Qué invitación percibo?________________________________________ ____________________________________________________________________ a) Mt 13,36-43 y 13,47-50: se refiere al juicio como el momento de la verdad de la historia, con la separación de los buenos y los malos. ¿Qué me dicen a mí estos textos?____________________________________________________________ __________________________________________________________________ Retomando las enseñanzas del conjunto de estos textos, ¿qué quiero decirle al Señor?____________________________________________________________ DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 13,54-17,27 Séptimo Cuadro: JESÚS PEDAGOGO DE LA FE Y SEÑOR DE LA COMUNIDAD Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (13,54-17,27) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 2. Mt. 13, 53-14,21; 15,1-21; 16,1-4: ¿Qué situaciones que se describen? ¿Qué personajes intervienen? ¿Qué hace Jesús? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ b) Mt.14,1-34; 15,12-20; 16,5-12; 16,13-28; 17,1-13; 17,19-20; 17,22-27: El ministerio de Jesús, se circunscribe cada vez más a los discípulos. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Qué hace Jesús? ¿A qué son invitados los discípulos? ¿Cuál es la reacción de los discípulos? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ f) Mt 14,22-33; 16,16-19; 17,24-27: destacan el contenido eclesial, en los que Pedro juega un papel muy importante. La Iglesia de Jesús que apenas se vislumbraba en las secciones anteriores, ahora es anunciada claramente. ¿Qué relación se percibe entre Jesús y Pedro? ¿Cuál es el papel de Pedro? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ g) Leyendo esta sección del evangelio, ¿qué descubrimientos particulares he hecho? ¿A qué me invita el Señor? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Escribo una oración con la cual expreso lo que he recibido del Señor, en la reflexión de esta parte del evangelio de Mateo. DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 18,1-35 Octavo Cuadro: JESÚS Y SUS DISCÍPULOS - CRITERIOS PARA LA VIDA COMUNITARIA Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (18,1-35) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 2. En Mt 16,16-19, aparece la Iglesia prometida por Jesús. Ahora en el capítulo 18 (volver a leer), Jesús instruye sobre la vida de los discípulos y sobre lo que está llamada a ser la Iglesia. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Cuáles son estas instrucciones? ¿Cuáles son las reacciones de los discípulos? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ¿A qué me siento hoy invitado(a) por el Señor?_________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ¿Qué quiero decirle a Él?_________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 19,1-23,39 Noveno Cuadro: JESÚS Y EL CAMINO A LA CRISIS FINAL Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (18,1-35) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? __________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 2. Mt 19,1-20,34: Jesús inicia su camino a Jerusalén, pero sigue muy centrado en la enseñanza a los discípulos. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Cómo reacciona Jesús? ¿Cuáles son las enseñanzas particulares a los discípulos? ¿Cómo reaccionan ellos? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ __________________________________________________________________ 3. Retomando los puntos anteriores ¿En cuál de las enseñanzas de Jesús me siento más fuertemente interpelado? ¿A qué me invita hoy el Señor? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 4. 21,1-22: Entrada de Jesús a Jerusalén, expulsión de los vendedores del templo y la higuera estéril. ¿Cómo percibo la relación de Jesús con los discípulos? ¿Qué situaciones particulares se presentan? ¿Qué nuevas enseñanzas da Jesús? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 5. Mt 21,23-22,14: Controversias con las autoridades judías. Con tres parábolas el evangelista subraya dos ideas muy importantes: el rechazo del pueblo de Israel a Jesús y la advertencia a la Iglesia, fundada por Él. ¿Cuáles son esas tres parábolas? ¿A quiénes están dirigidas? ¿Cuál es el reproche de Jesús? ¿Cuál la reacción de sus opositores? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 6. Mt 22,15-46: Nuevas controversias, nuevas enseñanzas. ¿Quiénes son los personajes que intervienen en esta sección del Evangelio? ¿Qué hacen? ¿Qué enseñanzas da Jesús? ¿Cómo reaccionan los opositores? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 7. Mt 23,1-39: Hay unas instrucciones a los discípulos (la Iglesia) y unas invectivas contra los fariseos y escribas. ¿Cuáles son las instrucciones? ¿Cuáles los reclamos que hace? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 8. ¿Qué me deja a mí, el encuentro con Jesús en esta sección del evangelio que he leído? ¿Qué quiero decirle al Señor ahora? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ___________________________________________________________________ DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 24,1-25,46 Décimo Cuadro: ACABAN LAS PALABRAS DE JESÚS - ESPERA ACTIVA DEL REINO Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (18,1-35) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 2. Mt 24,1-25,46: Con esta sección acaban las palabras de Jesús. Es el discurso escatológico, dirigido a la Iglesia, con unas exhortaciones precisas. ¿Qué situaciones se presentan? ¿Cuáles son las actitudes precisas para la llegada del Reino? ¿De qué ejemplos se vale el evangelista para dar la enseñanza? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 3. Retomando los dos puntos anteriores (1 y 2), ¿Cuál de las enseñanzas, me interpela más? ¿A que me siento invitado (a) hoy por el Señor? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 4. ¿Qué quiero decirle ahora al Señor?______________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ DESCUBRIENDO EL ROSTRO DEL MAESTRO Lectura guiada del evangelio de Mateo 26,1-28,20 Undécimo Cuadro: EL GRAN SIGNO DE LA PASCUA Primer Paso: Hoy tengo una oportunidad maravillosa para verme en el rostro de Jesús, mi Señor, mi Dios, mi todo. Entro en mi cuarto, en el secreto del corazón, a solas con la Palabra e intento sintonizarme con el Maestro, descubrir su rostro, identificar sus huellas para encaminar las mías. Oro un momento… El Ev, de Mt, está recorrido por un hilo cristológico y otro eclesiológico. Vamos a descubrirlo leyendo el texto (18,1-35) 1. ¿Hay algún título particular aplicado a Jesús en este texto? ¿Qué me sugiere? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 2. Mt 26,1-28,15: en actitud contemplativa, leo muy despacio el texto y escribo el sentimiento que me suscita este relato: ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ¿Qué gesto de Jesús o de alguno de los otros personajes, me llama la atención? ¿Por qué?________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 3. Mt 28,16-20: Es la conclusión y culminación de todo el Evangelio. En esta sección o perícopa confluyen todos los hilos teológicos que recorren el Evangelio. Tratemos de descubrirlo: Ver: Mt 26,32; 28,7.10 Cfr 28,16: ¿Dónde acontecen los hechos que se narran? ¿Quién convocó allí a los discípulos? ¿Dónde había comenzado Jesús su ministerio? (ver 4,12-23) ¿Qué significado tiene? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 28,17; cfr 14,28-33: ¿Con qué actitudes se describe a los discípulos (Iglesia)? ¿Qué me hace pensar esta constatación? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 28,18 (Cfr: Dn 7,14; 13,41-43; 16,27; 19,28; 24,30-31; 25,31-46; 26,64; Flp 2,911; Mt 11,27) ¿Qué imagen de Jesús aparece en estos textos? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 28,19-20a Cfr 1,18-20; 3,16-17; 11,25-27: Los discípulos reciben de Jesús glorificado, el poder de hacer nuevos discípulos, por toda la tierra. ¿Qué deben enseñar los discípulos? (cfr 23,8-10) ¿Qué implica para mí el mandato misionero de Jesús? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Mt 28,20b; cfr 1,23: ¿Cómo se revela Jesús en este texto? (Cfr Ex 3,6) ¿Qué significa para mí (para mi comunidad) hoy esta Palabra? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 4. ¿Qué me deja a mí, el encuentro con Jesús en esta sección del evangelio que he leído? ¿Qué quiero decirle ahora a Él? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ ___________________________________________________________________