congo | 18 de Ma y o Meme y yo Kasonga y Meme MISIÓN ADVENTISTA - DIVISIÓN AFRICANA CENTRO -- ORIENTAL K 17 asonga es un niño de solo cinco años, que vive en la ciudad más grande de la República Democrática del Congo. Aún no va a la escuela, pero le gusta jugar con un hermano y una hermana menores que él. Kasonga no habla demasiado y, cuando se decide a hablar, lo hace en voz muy suave, como si fuera poco más que un susurro. Pero, cuando habla de Jesús, pronuncia las palabras con voz potente. El niño ha aprendido cosas sobre Jesús gracias a la vecina que vive en la casa de al lado, a la que todos dicen Meme (que significa “abuela”). Pasar tiempo con Meme A Kasonga le encanta pasar tiempo con Meme. Todos los hijos de Meme son ya grandes, por lo que ella tiene tiempo para estar con Kasonga. Meme le habla de Jesús y le enseña canciones. Le canta mientras se inclina sobre una tina de plástico llena de agua jabonosa, que es donde lava la ropa. Meme le cuenta historias de Jesús mientras revuelve la olla llena de hojas de yuca que ella ha machacado para que queden más blandas. Y también ora con él cuando lo convida con un suculento plato de hojas de yuca y arroz. A Kasonga le encanta pasar tiempo con Meme, porque sabe que ella lo quiere mucho. Si tiene un problema, sabe que Meme está dispuesta a orar por él. “Meme me ha enseñado a orar —dice Kasonga—. Ahora oro también por Meme. Le pido a Dios que la bendiga, porque la quiero mucho”. Kasonga también ora por su propia madre, y por su hermanito y su hermanita. Durante el día, Kasonga pasa la mayor parte de su tiempo con Meme. Regresa a su casa cuando Meme se va al mercado; pero, cuando descubre que ella ha regresado, corre a su casa para escuchar más relatos y canciones. “Yo la ayudo cuando hay que sacar la basura —dice Kasonga—, Y también voy a buscar agua cuando Meme la necesita para cocinar”. Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com La capital del país es Kinshasa, una ciudad de unos 10 millones de habitantes. El idioma oficial del país es el francés, pero gran parte de la población puede comunicarse en una variante del swahili, y además cada región posee una o más lenguas locales. El día favorito de Kasonga Meme y Pepe (“abuelo”) van a la iglesia los sábados. Ahora que Kasonga cumplió cinco años, ya tiene la edad suficiente como para acompañarlos. Lo que más le gusta a Kasonga es la Escuela Sabática de los niños. “En la iglesia no tenemos una sala donde podamos reunimos a la hora de la Escuela Sabática, y por eso nos reunimos afuera, bajo la sombra de un árbol —explica Kasonga—. Entonamos muchos cánticos y, como estamos afuera, podemos cantar sin problemas a todo pulmón. Entonces, la maestra nos muestra una imagen y nos cuenta la historia bíblica que la acompaña. Mis historias bíblicas favoritas son las que hablan de Jesús. En especial, me gusta mucho la historia en la que se nos dice que Jesús bendijo a los niños. “Ahora que tengo cinco años puedo quedarme hasta el otro día con Meme y Pepe — dice Kasonga con una sonrisa—. Duermo en mi propia cama. Me siento muy feliz cuando estoy con Meme y Pepe”. Kasonga le cuenta a su madre que en la casa de Meme vive alguien que los protege. Su nombre es Jesús. —Podemos hacer que él también nos proteja a nosotros –le dice. Y el niño sigue contando: “Mi familia no va a la iglesia y tampoco ora. Le cuento historias de la Biblia a mi madre, y quiero enseñarle a orar. Quiero que mi mamá y mi papá también sigan a Jesús. Siempre oro por ellos, en mi casa y en la de Meme”. El hermanito y la hermanita de Kasonga aún son demasiado pequeños para pasar tiempo con Meme y Pepe, pero Kasonga les cuenta relatos de Jesús y les enseña cómo juntar las manos y cerrar los ojos mientras él ora. Cuando sean más grandes, Kasonga piensa llevarlos a la casa de Meme para que ellos también aprendan nuevas canciones y escuchen historias de Jesús. Kasonga está muy contento, porque hace poco su tía le dio una Biblia. Aún no puede leerla, pero está ansioso de aprender, para leer por sí mismo las historias de la Biblia. Cuando crezca, Kasonga quiere ser pastor. Pero no piensa esperar hasta serlo para hablar a otros acerca de Jesús, sino que ha empezado a hacerlo desde ahora. co n g o El Congo es el segundo país más grande de África. Ocupa el corazón del continente, y limita al norte y al oeste con el Río Congo (Zaire), que desemboca en el Océano Atlántico. Compartiendo el amor de Dios Un llamamiento especial La iglesia de Kasonga no es la única de la República Democrática del Congo que no tiene una sala para la Escuela Sabática de niños. La ofrenda de los niños de este decimotercer sábado será usada con el fin de construir una capilla para niños en la iglesia de Kasonga, para que los niños tengan un lugar seguro y resguardado de las lluvias, donde puedan aprender más de Dios todos los sábados. Material adaptado y facilitado por RECURSOS ESCUELA SABÁTICA © www.escuela-sabatica.com www.AdventistMission.org Cápsula informativa 18