CAMARA CIVIL

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Poder Judicial de la Nación
CAMARA CIVIL - SALA B
Expediente N° 85.607/2010 “DI STEFANO, CRISTINA ADRIANA Y
OTRO c/ GASES LOMAS S.A. Y OTRO s/ DAÑOS Y PERJUICIOS
(ACC. TRAN. C/LES. O MUERTE)”. J. 39.
Buenos Aires,
de septiembre de 2015.- MSA
VISTOS Y CONSIDERANDO:
I) Contra la resolución de fs. 655/656, interpone recurso de
apelación el perito ingeniero Luis Fariña a fs. 662, fundamentándolo a fs.
664, el que no habiendo merecido respuesta, deja la cuestión en estado de
resolver.
II) Conforme surge de las presentes actuaciones, la señora
Juez de primera instancia resolvió a fs. 655/656 hacer lugar al pedido de
aplicación de la regla que establece el art. 505 del Código Civil formulado
por la demandada y citada en garantía, aprobando el prorrateo de los
honorarios de los profesionales intervinientes.
Antes de ingresar a la cuestión de fondo, es menester efectuar
una advertencia preliminar: en el estudio y análisis de los agravios los
jueces no están obligados a analizar todas y cada una de las
argumentaciones de las partes, sino tan sólo aquéllas que sean conducentes
y posean relevancia para decidir el caso (ver CSJN, "Fallos": 258:304;
262:222; 265:301; 272:225; Fassi Yañez, "Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, Comentado, Anotado y Concordado", T° I, pág.
825; Fenocchieto Arazi. "Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Comentado y Anotado", T 1, pág. 620).
Es en este marco, pues, que se ahondará en la cuestión de
fondo del caso sub examine.
III) Con respecto a los agravios sostenidos por el perito
ingeniero mecánico en su memorial de fs. 664, de la lectura de las quejas se
desprende que dicha presentación no reúne los requisitos exigidos por el
artículo 265 del Código Procesal.
Fecha de firma: 22/09/2015
Firmado por: DR. CLAUDIO RAMOS FEIJOÓ, JUEZ DE CÁMARA
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En efecto, sabido es que la expresión de agravios -o memorial
en los recursos concedidos en relación (conf. art. 246, párrafo 1° del Código
Procesal)- es el acto procesal mediante el cual la parte recurrente
fundamenta la apelación, refutando total o parcialmente las conclusiones
establecidas en la sentencia, respecto a la apreciación de los hechos y
valoración de las pruebas, o a la aplicación de las normas jurídicas (conf.
Palacio, “Derecho Procesal Civil”, t. V, pág. 266, N° 599). Constituye un
acto de impugnación, destinado específicamente a criticar la sentencia
recurrida, con el fin de obtener su revocación o modificación parcial por el
tribunal de apelación (conf. Fenochietto-Arazi, “Código Procesal
Comentado”, t. I, pág. 939), en el que el apelante debe examinar los
fundamentos de la sentencia y concretar los errores que a su juicio ella
contiene, de los cuales derivan los agravios que reclama (conf. Alsina,
“Derecho Procesal”, t. IV, pág. 389).
En tal sentido, el artículo 265 del Código Procesal impone al
apelante el deber de efectuar una crítica concreta y razonada de las partes
del fallo recurrido que serían a su criterio equivocadas, a cuyo fin es
necesario que las razones por las cuales se pretender obtener la revisión de
la providencia apelada se expresen al fundar el recurso, indicando
detalladamente los errores, omisiones y demás deficiencias que el
recurrente pudiera reprochar al pronunciamiento recurrido, y la refutación
de las conclusiones de hecho y de derecho en que fundó el juez su decisión
(esta Sala, R. 336.751 del 29/11/01; R. 339.296 del 12/2/02, R. 470.156, del
22/11/06, entre otros).
Se ha puesto de relieve que si el memorial no reúne
mínimamente la crítica concreta y razonada que es menester para que no se
produzca la deserción, sin alcanzar la suficiencia técnica que es requerida,
tal presentación resulta inoficiosa por no satisfacer las exigencias
contempladas por el ordenamiento procesal.
Es que si faltan, como en este caso traído a conocimiento de
esta Alzada, las argumentaciones claras y concretas acerca de los errores
que a su juicio contiene la decisión apelada, carece el tribunal de Alzada de
la materia indispensable para confrontar los argumentos del a quo con lo
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que, de contrario, aduce la parte que se considera afectada y ello,
precisamente,
constituye
la
función
propia
del
segundo
grado
jurisdiccional. La apuntada carga procesal supone la demostración del
agravio, no correspondiendo al juzgador suplir en esa tarea al justiciable
por ser un imperativo del propio interés del peticionario en un asunto que es
de su exclusiva incumbencia (conf. Morello, “Códigos Procesales...”, t. II,
pág. 353 y jurisprudencia allí citada).
Por ello, no habiendo el apelante cumplido con la carga
procesal impuesta por la ley ritual (conf. art. 265 del Código Procesal)
deberá declararse desierto el recurso de apelación interpuesto (arts. 265 y
266 del CPCCN).
Sin perjuicio de ello se dará respuesta a la disconformidad
expuesta por el perito respecto a lo resuelto por la señora Juez de grado en
la resolución en crisis.
Este Tribunal ha sostenido en los autos “Abalos, Marcelo
César c/ Soria, Carlos Froilán y otros s/ Daños y Perjuicios –
Responsabilidad Profesional Médicos y Auxiliares”, de fecha 6 de
diciembre de 2013, expediente N° 69.972/2006, que “El art. 505 del Código
Civil, en su último apartado, establece que la responsabilidad por el pago de
las costas de la primera instancia, incluidos los honorarios profesionales, no
excederá del veinticinco por ciento (25%) del monto de la sentencia, laudo,
transacción o instrumento que ponga fin al diferendo. Y agrega que si las
regulaciones de honorarios practicadas conforme a las leyes arancelarias
superan dicho porcentaje, el juez procederá a prorratear los montos entre
los beneficiarios. Interpreta este tribunal que el hecho de que la regulación
definitiva haya sido establecida por esta Cámara no resulta obstáculo
alguno para que en la etapa de ejecución se requiera y se haga efectivo lo
dispuesto por la norma aludida. La modificación introducida por la ley
24.432 al Código Civil no impide regular los honorarios por encima del
porcentaje fijado, sino que limita la responsabilidad del deudor frente a la
obligación de asumir las costas devengadas, lo que debe hacerse efectivo en
la etapa de liquidación de la deuda, oportunidad en la que cabe prorratear la
limitación de modo proporcional para ajustarse a ese tope. En definitiva, el
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aludido veinticinco por ciento (25%) legal no opera como un límite
máximo al que deba someterse la cuantificación de los honorarios
profesionales (lo que haría que al tiempo de la regulación debiese ser
observado), sino que sólo prevé una valla respecto de la responsabilidad del
deudor por el pago de las costas del juicio (conforme criterio expuesto en
Incom., Sala A, 28/08/2008, LL 2009-A-79; STChaco, Sala I en lo Civil,
Comercial y Laboral, 30/11/2006, LL Online; TS Córdoba, Sala Laboral,
15/06/2006; LLC, 2006-807; CNCiv., Sala M, 1/12/2011, “Medina, Miguel
c/ Cattaneo, Bautista s/ Daños y Perjuicios”, elDial.com, AE26CD;
CNCom., Sala B, 29/03/2011, “Pegamentos Argentinos SRL c/ Provincia
Seguros S.A. s/ Ordinario”, elDial.com AG206F, entre otros)”.
Remitiéndonos, asimismo, a las disposiciones del nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación, lo cierto es que los contenidos que
aparecían consagrados en el artículo 505 han sido debidamente plasmados
con similar criterio en el art. 730 del CCC.
Esta nueva normativa fija un límite al deber de asumir las
costas por parte del condenado a pagarlas, no pudiendo exceder del 25%
del monto al que fue condenado a pagar.
Si de la aplicación de las leyes arancelarias correspondientes
a cada profesión resulta que los montos a abonar por la condenada en costas
supera el referido porcentaje, el juez deberá prorratear los montos entre los
beneficiarios.
Adviértase que de la propia resolución recurrida surge que la
sentenciante de grado ha justipreciado la limitación impuesta hoy por el art.
730 del CCC no solamente respecto a los peritos intervinientes sino
también con relación a los letrados apoderados de la parte actora,
coincidiendo este Tribunal con los fundamentos sostenidos por la señora
Juez de primera instancia en orden a concluir en que la circunstancia de que
los abogados de la parte actora hayan percibido de manos de la incidentista
el honorario completo sin prorrateo alguno, resulta ser una circunstancia
extraña a la aplicación de la normativa en cuestión.
IV) Por las consideraciones expuestas en los párrafos que
anteceden y normas legales citadas, el Tribunal RESUELVE: Declarar
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Firmado por: DR. CLAUDIO RAMOS FEIJOÓ, JUEZ DE CÁMARA
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desierto el recurso de apelación interpuesto por el perito ingeniero Fariña
(conf. art. 265 del CPCC), confirmando la resolución de fs. 655/656 en
todo cuanto ha sido materia de agravios. Sin costas de Alzada por no
mediar oposición.
Se deja constancia que el Dr. Mauricio Luis Mizrahi no firma
por hallarse en uso de licencia.
Regístrese, protocolícese y encomiéndese la notificación de la
presente en primera instancia. Oportunamente publíquese (conf. C.S.J.N.
Acordada N° 24/2013). Fecho, devuélvase.
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