Formato de impresión Spotlight: o lo que la Iglesia le debe al Boston Globe 2016-03-13- Columnas-Mensajeria Fuente: conversacionescon.es Cuando empezamos a preparar la ltima edicin de Conversaciones no sabamos que, adems de tener a 5 directores de medios espaoles, algunos primeros espadas y un periodista americano que conjuga su profesionalidad con un magnfico saber estar, bamos a tener, tambin, una pelcula sobre el tema de esta edicin nominada para el Oscar. El periodismo de investigacin y el servicio pblico que prestan los medios es el tema que aborda Spotlight, una pelcula con muchas papeletas de llevarse el Oscar gordo el prximo domingo. No quiero hablar ahora de los valores cinematogrficos de Spotlight, entre otras cosas porque he escrito sobre ellos en algunos medios, ni siquiera de la importancia que tuvo el reportaje del Boston Globe para sacar a la luz los casos de pederastia por parte de sacerdotes catlicos, porque quien quiera ahondar en la trascendencia del periodismo de investigacin en las sociedades democrticas, solo tiene que darse un garbeo por esta web. Me gustara hablar desde el otro lado: de la importancia que tienen la comunicacin y el periodismo para las instituciones o, en este caso en concreto, de la importancia que tiene la comunicacin en la Iglesia Catlica. Los grandes beneficiados del reportaje que public Spotlight fueron, en primer lugar, las vctimas y, en segundo lugar, la Iglesia Catlica. La comunicacin, el periodismo el que se hace bien, con rigor y sin intereses torticerossuele venir bien a las instituciones que encuentran en el llamado cuarto poder un freno para sus ambiciones menos nobles y una palanca para sus buenos deseos. Pero si esta institucin se llama Iglesia catlica, la comunicacin no es solo beneficiosa sino absolutamente necesaria. Fue precisamente el lder de esta Iglesia el que acu uno de los lemas ms valorados en el periodismo: La verdad os har libres. Esto no significa que la Iglesia, que -conviene no olvidarlo- es una institucin formada por hombres y como tal vulnerable, lo haya vivido siempre as. Durante mucho tiempo, llevada quizs por una intencin noble (no herir a sus fieles), una cierta inercia (las cosas siempre se han hecho as) y bastantes dosis de miedos (fundados algunos, infundados otros), no se ha caracterizado por tener una actitud de transparencia y apertura a la comunicacin. Como, no nos engaemos, hasta hace muy poco, tampoco han tenido esta transparencia ni las empresas, ni los bancos, ni las ONG, ni las familias. La ropa sucia se lava en casa, esta ha sido una mxima vigente durante muchos siglos en muchas partes, tambin en la Iglesia. Hoy la ropa sucia se lava en internet. Cosa que tiene algunas desventajas y muchas ventajas. Sin ir ms lejos, un medio de comunicacin pblico, anglosajn y de prestigio, como es la todopoderosa BBC, se disculpaba esta semana por la vista gorda que durante aos haba hecho ante los ms de 700 abusos cometidos por su ya fallecido presentador Jimmy Saville, despus de que Scotland Yard haya hecho pblicos los resultados de la investigacin llevada a cabo. El ttulo del reportaje que la cadena britnica public ayer para dar explicaciones es toda una declaracin de intenciones: BBC missed chances to stop attacks. En este contexto, a los periodistas se les tena miedo, a las exclusivas pnico y a las manchas de reputacin, terror ciego. Y si se tena hasta reparo a la hora de comunicar una buena noticia (la publicacin de un catecismo, por ejemplo, o un viaje papal que siempre ser criticado por algunos), cuando esta noticia era negativa se optaba por un radical silencio, que en la prctica se traduca en un total ocultamiento. En cierto modo, haba tambin miedo a perder la clientela. A que los creyentes, escandalizados con razn, decidieran darse de baja al descubrir que algunos de sus pastores eran unos criminales. Definitivo Ratzinger Reconozco que mientras vea Spotlight mucho antes de que se estrenara, que esta es una de las ventajas del crtico- pensaba que lo que fue un terremoto en la iglesia catlica en el ao 2005, hoy era un suceso lamentable pero que no provocaba ningn tsunami. Y no provoca ningn tsunami porque la Iglesia ha entendido, quizs a golpes, que el gran problema es el pecado en este caso, adems, un delito- y no la publicacin del pecado, y que, como primera medida, para terminar con un delito hay que sacarlo a la luz y denunciarlo. Una vez, en una conversacin informal, le pregunt a Paloma Gmez Borrero experta vaticanista sin llamarse as (eso se deja para los hombres)- por qu a Juan Pablo II, que fue el primer papa que empez a poner medidas para acabar con la pederastia y que pronunci aquel contundente no hay lugar en el sacerdocio ni en la vida religiosa para quienes daan a los jvenes que hoy repite Francisco, haban conseguido meterle, sin embargo, algunos crueles goles en este tema cuando empez a destaparse. La periodista espaola me confi que al papa polaco durante aos le cost aceptar las denuncias que se hacan a los sacerdotes porque, en el rgimen comunista que l sufri, una de las principales armas del gobierno contra el clero eran precisamente las denuncias falsas por inmoralidad (a veces con mujeres y otras con nios). Juan Pablo II haba vivido gran parte de su vida rodeado de maledicencias y duras campaas orquestadas que tenan como nico objetivo acabar con los sacerdotes catlicos que, en muchos pases del Teln de Acero, eran los nicos opositores activos al rgimen. Psicolgicamente esto le dificult ver con rapidez que, junto con algunas denuncias falsas que llegaban al Vaticano, haba muchas otras que eran verdaderas. Joseph Ratzinger no tena este freno psicolgico y, como ha recordado hace unos das el papa Francisco, dio un paso ms promoviendo la famosa tolerancia cero. Bajo su pontificado se tomaron una serie de medidas que ahora, una dcada despus, empiezan a adoptar otras instituciones que sufren el mismo crimen. Adems, no tuvo miedo de pedir perdn a los catlicos irlandeses (pas maltratado como pocos por la pederastia), se reuni con las vctimas y habl en sus homilas de la corrupcin de muchos hombres de Iglesia sin que le temblara el pulso. En el fondo, esta actitud responda al lema que, primero como obispo y despus como pontfice, eligi: Cooperadores de la verdad. Su actitud allan el camino para que el papa Francisco siguiera trabajando en la misma lnea de transparencia, energa y comunicacin. Comunicacin y madurez en las instituciones Deca que hoy Spotlight no provoca en el catlico ningn terremoto. El catlico del siglo XXI es ms maduro que el de hace un siglo. Vive en una Iglesia que muchas veces es minoritaria y poco comprendida, es consciente de los fallos de sus miembros, ha evolucionado en muchos de sus modos (y ha comprobado que el suelo no se mueve), ha aprendido a ser autocrtico (esto no es nuevo pero se ha acentuado en los ltimos cuatro o cinco pontificados) y ha sido capaz hasta de sobrevivir a la renuncia de un papa sin que se produjera una hecatombe. Es ms, reforzando lo ms esencial de la figura del papado. El papa Francisco un pontfice que como sacerdote y obispo no era muy amigo de los medios- ha emprendido una batalla de apertura y transparencia que ha vacunado de escndalos a millones de fieles. Y los ha hecho ms fuertes. Este mismo papa ha lanzado a los catlicos a un dilogo con las periferias, que es otra manera de comunicar. Les ha animado a tomar la iniciativa en la comunicacin, a contestar a lo que pregunta la gente de la calle (y no seguir con su rollo particular), a tomar la iniciativa y no ir a remolque. Y si alguna vez uno habla de ms pues rectifica que no se va a caer el mundo. Su primer gran documento, Evangelii gaudium, es un programa de comunicacin y apertura para los catlicos, que se puede trasportar a las instituciones de este credo. A todas las instituciones, tambin a las religiosas, les viene de perlas comunicar y hacerlo bien. Es el mejor modo de fidelizar a los suyos, de hacerlos crecer y de ganar adeptos. Y un camino tambin para sanar, curar y terminar con lo que corrompe a las instituciones. Y, por eso, la Iglesia catlica americana aunque la medicina fuera amargale debe mucho al Boston Globe y a su suplemento de investigacin, Spotlight. PD: No caigo en la ingenuidad o el buenismo. Es cierto que no toda la informacin que se da en los medios sobre los escndalos de la Iglesia es veraz y bienintencionada. Muchas veces parte de ideas preconcebidas, faltan rigor, contraste, verdadera investigacin y sobran pereza y prejuicios. Pero eso es problema del periodismo, no de la Iglesia. La Iglesia ya ha aceptado que hay entre sus miembros manzanas podridas. La profesin periodstica tiene que reconocer que, en su seno, estas manzanas, haberlas haylas. Y luchar con el mismo vigor para expulsarlas. Por cierto, recomiendo vivamente el documental de Rome Reports sobre la pederastia. Manzanas podridas se llama. A ellos les cojo el smil y se lo devuelvo en forma de like. Compensa verlo. Se aprende mucho. Copyright ElPeriodicodeMexico.com