TEMA 4. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: LOS REINOS CRISTIANOS 4.1. Los primeros núcleos de resistencia cristianos Desde el s-VIII al X, los núcleos cristianos de resistencia se formaron en las cordilleras septentrionales: el reino asturleonés en la Cantábrica y Pamplona-Navarra, Aragón y Cataluña en los Pirineos. Eran tierras muy poco pobladas, donde pervivían formas económico-sociales prácticamente neolíticas. En el Reino astur-leonés, el primer movimiento independiente fue obra de tribus montañesas dirigidas por refugiados hispanogodos. Su primer rey fue Don Pelayo (718-37), en su reinado se dio la batalla de Covadonga (722), que los cronistas convirtieron en inicio de la Reconquista. Alfonso I (739-57) delimitó las fronteras del reino, estableció un territorio defendible, tras las montañas, trasladando a los valles cántabros la población del valle del Duero, convertido en una amplia frontera despoblada. La consolidación del reino astur culminó durante el reinado de Alfonso III (866-911), fijando la frontera en el Duero, ocupando las tierras de su orilla derecha. Se ocuparon 70.000 Km2 y se estableció la capital en León, con lo que el Reino astur se denominó Reino de León, que con esta expansión presentaba diferencias políticas importantes, con la aparición de variantes regionales: León, Galicia, País Vasco, Castilla (que lograría su independencia política como condado con Fernán González en el 960. Pero pronto Castilla empezó a depender de Navarra. Su independencia definitiva la consiguió como reino con Fernando I en el 1035). El núcleo de Pamplona (Reino de Navarra). Durante el s-VIII, Pamplona tuvo guarniciones francas o musulmanas. En las últimas décadas del s-VIII, logró liberarse del control de los francos (batalla de Roncesvalles (778)) y de los musulmanes. A principios del s-IX, el núcleo de Pamplona se constituyó en el reino independiente de Navarra (Iñigo Arista fue su primer rey). Desde mediados del s-X, Navarra fue el Estado cristiano más importante. Con Sancho III el Mayor (1005-35), Navarra controlaba los condados aragoneses y Castilla. Pero a la muerte de Sancho III, sus posesiones se reparten entre sus hijos (García rey de Navarra, Ramiro I rey de Aragón, Fernando I rey de Castilla). A partir de entonces Navarra perderá importancia frente a Castilla y Aragón. En los Pirineos centrales, se formó el condado de Aragón, que, tras un breve dominio de los francos, se independizó (conde Aznar I Galíndez, inicios del s-IX). A principios del s-X, Aragón pasó a depender de Navarra, no recuperando su independencia hasta la muerte de Sancho III de Navarra con la constitución del reino de Aragón (Ramiro I). NOTA: (En los Pirineos centrales también surgieron los condados de Sobrarbe y Ribagorza, que, igual que el de Aragón, estuvieron bajo control de los francos carolingios (sVIII). Avanzado el s-IX consiguieron ser independientes. A principios del s-XI, pasaron a ser dominados por el rey navarro Sancho III el Mayor. A su muerte (1035) los legó a su hijo Gonzalo y, al morir éste (1043), pasaron a ser posesión del reino de Aragón (Ramiro I) ). El núcleo de Cataluña fue el más relacionado con el Imperio franco carolingio. Los francos denominaron Marca Hispánica a un área geográfica organizada en condados cuyos condes eran nombrados por los reyes francos. Durante los s-IX-X, por la crisis y descomposición del Imperio carolingio, los condes catalanes consiguieron hacer hereditarios sus cargos y sus dominios. Este proceso se aceleró con los ataques de Almanzor, los condes catalanes tuvieron que defenderse solos, lo que estrechó los lazos entre los diferentes condados, con la primacía del condado más poderoso, el de Barcelona, que se convirtió en el centro de una Cataluña políticamente unida, bajo una jerarquía feudal. Los lazos con la Francia carolingia eran cada vez más tenues, y aunque, en teoría, se mantuvieron hasta el s-XII, Cataluña (Condado de Barcelona) fue independiente desde fines del s-X. 1 4.2. Principales etapas de la Reconquista El proceso de repoblación y ocupación militar de las tierras de Al-Ándalus por parte de los reinos cristianos del Norte, que se conoce con el nombre de Reconquista, se realizó durante los ss-VIII-XV. Pero, el periodo fundamental, en el que tuvo lugar la gran expansión militar, fue durante los siglos XI, XII y XIII. Entre las causas de esta expansión de los reinos cristianos hacia el sur están: la presión demográfica en los reinos cristianos, la difusión de las instituciones feudales, la búsqueda de botín y el espíritu de cruzada. Dentro de este proceso de expansión territorial se pueden distinguir las siguientes grandes etapas: 1) Siglos VIII, IX y X. Se dio el avance cristiano sobre territorios prácticamente despoblados. Esta etapa se caracterizó fundamentalmente por la repoblación de estas zonas más que por los enfrentamientos militares con los musulmanes. Este avance cristiano se vio frenado en el s-X por la creación del Califato de Córdoba y por la necesidad de repoblar y consolidar las tierras ya ocupadas por los cristianos. 2) Del s-XI al XIII se dio la gran expansión territorial y militar. Fue posible por la crisis y la desmembración del Califato de Córdoba en múltiples y militarmente débiles reinos de taifas, que se vieron obligados a recurrir al apoyo norteafricano de los almorávides, almohades, contra cuyos ejércitos los cristianos libraron los grandes combates de la Reconquista. Dentro de este periodo se pueden distinguir las siguientes fases: -La ocupación de los valles del Tajo y del Ebro (s-XI y primera mitad del s-XII). Castilla, León y Portugal consolidan la parte meridional del valle del Duero y conquistan el valle del Tajo (Toledo conquistado en 1085 por Alfonso VI). Aragón y el Condado de Barcelona (Cataluña), unidos desde 1137, conquistan el valle del Ebro (Zaragoza, por Alfonso I el Batallador, en 1118, y Tortosa por Ramón Berenguer IV, en 1148). Se luchó contra los almorávides. -La ocupación de los cursos altos de los ríos Guadiana, Turia y Júcar (segunda mitad s-XII). Se desarrolló entre 1150 y 1212 y supuso la conquista del alto Guadiana (La Mancha) por Castilla y de los cursos altos del Turia y del Júcar, por la Corona de Aragón. Se luchó contra los almohades, a los que una coalición de reinos cristianos (alrededor de Alfonso VIII de Castilla) vence definitivamente en las Navas de Tolosa (1212). Los reinos de Castilla (Alfonso VIII) y de Aragón (Alfonso II) habían delimitado sus áreas de expansión en el Tratado de Cazorla (1179). -Conquista del valle del Guadalquivir, Murcia, el reino de Valencia y las Baleares de 1220 al 1260 . Tras la victoria de las Navas de Tolosa, se da esta última y rápida etapa de la Reconquista. El rey de León Alfonso IX ocupó la zona sur de Extremadura (Badajoz (1228)). En Castilla, Fernando III (desde 1230, rey de Castilla y León, que no volverán a separase, y formarán la Corona de Castilla) y Alfonso X conquistaron las principales ciudades del valle del Guadalquivir (Córdoba Jaén, Sevilla), y Murcia. Portugal ocupó el valle inferior del Guadiana, el Alentejo y el Algarve. Mientras Jaime I de Aragón conquistaba las Baleares y el reino de Valencia. 3) De la segunda mitad del s-XIII al s-XV. Al-Ándalus quedó reducida al reino de Granada, que se convirtió en vasallo de la Corona de Castilla, a la que tenía que pagar tributos (parias). Durante este periodo se dieron guerras fronterizas entre Granada y Castilla. Destacan los enfrentamientos con los benimerines (dinastía islámica que había sustituido a los almohades en el control del Norte de África), que, en connivencia con el reino de Granada, ocuparon ciertas plazas en el sur de la Península. Fueron derrotados por una coalición castellano-portuguesa (Alfonso XI de Castilla) en la Batalla del Salado (1340), lo que supuso el control del Estrecho de Gibraltar por parte de Castilla. El reino de Granada fue conquistado por los Reyes Católicos en 1492, tras diez años de guerra. 2 4.3. La forma de ocupación del territorio y su influencia en la estructura de la propiedad. Modelos de repoblación y organización social Durante la Edad Media peninsular, se dio la implantación del feudalismo. El régimen feudal se caracterizaba por una economía agraria, en la que una minoría, los señores feudales (nobleza e Iglesia), tenía derechos (dominio directo) sobre una considerable extensión de tierras (los señoríos), lo que le permitía apropiarse, por las rentas señoriales, de parte de la producción de los campesinos que estaban sujetos al señorío, por el proceso de encomendación (régimen señorial). La implantación del feudalismo en los reinos cristianos se produjo durante la repoblación de las tierras del norte y la ocupación militar de las tierras de Al-Ándalus. Los modelos de repoblación y ocupación del territorio condicionaron los derechos de propiedad sobre las tierras y la organización social de las zonas anexionadas por cristianos. Según las fases estos modelos fueron los siguientes: -La presura. En los ss-VIII-X, se repoblaron las tierras al norte del río Duero y del piedemonte pirenaico. En ciertas áreas, se dio una repoblación campesina de hombres libres (presura individual), reconocida por los soberanos (esto ocurrió en zonas peligrosas, como Castilla). En otras, fue la nobleza guerrera o los monasterios los que, con autorización de los soberanos, constituyeron señoríos trabajados por sus siervos (presura colectiva). -Entre 1050 y 1150, aparecieron dos nuevos modelos de ocupación: la repoblación concejil y el sistema de capitulación y repartimiento. La repoblación concejil se dio cuando Castilla y León repoblaron el sur del valle del Duero y el valle del Tajo, zonas fronterizas poco habitadas y peligrosas. Se crearon grandes términos municipales o concejos (repoblación concejil), que recibían un amplío término municipal o alfoz. Los concejos formaban milicias que se encargaban de defender la frontera. Los monarcas concedieron amplios Fueros o Cartas de población a los habitantes de estos concejos con el fin de favorecer la repoblación. El sistema de capitulación y repartimiento apareció con la conquista de Toledo (Alfonso VI, 1085), cuando los cristianos se hicieron, por primera vez, con un territorio densamente poblado de musulmanes. Este sistema también se dio en la repoblación del valle de Ebro por los catalanoaragoneses. La capitulación obligaba a los mudéjares (población musulmana) a trasladarse a zonas rurales donde trabajaban tierras de cultivo, pagando fuertes tributos a los conquistadores (fundamentalmente a la nobleza). Por el repartimiento, los cristianos ocuparon las casas del centro de la ciudad y recibieron lotes de tierras yermas: el donadío, cuyo tamaño y extensión estaba en función de la categoría social del receptor. Los nobles y la Iglesia obtuvieron grandes posesiones-señoríos (latifundios). -En la segunda mitad del s-XII, la defensa del alto Guadiana (La Mancha), alto Turia y alto Júcar exigió la creación de unas tropas permanentes: las Órdenes Militares, especie de hermandades de caballerosmonjes. Tierras poco pobladas fueron repartidas en grandes señoríos (encomiendas), grandes latifundios, entre las Órdenes Militares que establecieron una economía ganadera. -Durante la gran expansión de la primera mitad del s-XIII, la monarquía estableció el sistema de repartimiento entre los que habían intervenido en la conquista. En Andalucía, Extremadura y Murcia (conquistadas por Castilla), donde, en general, la población musulmana terminó siendo expulsada, aparecieron enormes latifundios (señoríos), propiedad de la nobleza, las Órdenes Militares o de la Iglesia. En Mallorca y, sobretodo, en el reino de Valencia (conquistadas por Aragón), donde se mantuvo una numerosa población musulmana tras la conquista, se dio el fraccionamiento de las tierras de cultivo entre los mudéjares (sometidos al pago de fuertes tributos a la nobleza) y los nuevos repobladores cristianos (pequeñas propiedades para los campesinos y grandes propiedades señoriales para la nobleza y la Iglesia). 3 4.4. Diversidad cultural: cristianos, musulmanes y judíos Por las conquistas cristianas se dio la presencia de musulmanes (mudéjares) en los territorios cristianos. Fueron expulsados del interior de las ciudades. Aunque en las zonas agrarias se les garantizaba sus costumbres religiosas y propiedades, la presión de la Iglesia para conseguir su conversión aumentó. Muchos emigraron, a Granada o al norte de África. Sólo en algunas regiones donde la población mudéjar era imprescindible para las tareas agrícolas, como en el valle del Ebro o en las huertas de Valencia y Murcia, la nobleza señorial, a la que pagaban rentas, los protegió de las presiones de la Iglesia. Los mudéjares representaban 1/4 de la población en la Corona de Aragón con fuertes porcentajes en Valencia y en los valles del Ebro, y tan sólo 1/20 de la población de Castilla . En los reinos cristianos, los judíos representaban un 5-7%. Se concentraban en los núcleos urbanos, dedicándose a oficios artesanales o lucrativos (crédito y finanzas). Aunque eran protegidos por los monarcas, a los que hacían préstamos, su situación social se deterioró. Estaban obligados a vivir en barrios separados (aljamas, colls, juderías ) y a someterse a una legislación diferente. Su impopularidad (antijudaísmo), manipulada por la nobleza y la burguesía, entre las masas urbanas pobres, se intensificó durante la crisis de la segunda mitad del s-XIV. Hubo asaltos y matanzas (progromos), que culminaron en la terrible matanza de 1391. Ello provocó una fuerte emigración o una conversión masiva ( conversos: judíos convertidos al cristianismo) . A partir del s-XI, el contacto de los reinos cristianos con Al-Ándalus fue una vía de transmisión a Occidente del pensamiento filosófico y científico antiguo (cultura grecorromana) y oriental, recuperado por los árabes. El puente cultural entre el mundo islámico y la cristiandad fueron las escuelas de traducción del árabe que aparecieron en ciudades conquistadas por los cristianos (Toledo, ciudades del valle del Ebro). El método consistía en que un judío, conocedor del árabe y del romance, traducía el original árabe a la lengua romance y, después, un clérigo traducía del romance al latín. En el s-XIII, el prestigio de la Escuela de Traductores de Toledo, la más importante, se incrementó con el mecenazgo de rey de Castilla Alfonso X el Sabio. Otros aspectos de la cultura de los reinos cristianos fueron: -La gran mayoría de la población era analfabeta. La Iglesia preservó y transmitió la cultura, mediante la copia y conservación de libros realizada en los monasterios. -Si el latín siguió dominando en los textos oficiales y eclesiásticos, a partir del s-XI, comenzaron a aparecer textos en lengua romance. Los textos más antiguos en castellano, s-XI, son Las Glosas Emilianenses y Las Glosas Silenses. Del s-XII es el poema del Mío Cid. Los usatges (usos y costumbres que constituyen la base del derecho catalán) fueron recopilados en catalán en el s-XI. Ramón Llull, a finales del s-XIII, fue el primero en utilizar el catalán en textos literario. Los escritos en galaico-portugués datan del s-IX. En el s-XII, la poesía galaica, las cantigas, alcanzó gran fama. -El Camino de Santiago. La afluencia de peregrinos para visitar la tumba del apóstol Santiago (supuestamente descubierta a mediados del s-IX) fue creciendo. En el s-XII, Santiago de Compostela era ya el centro de peregrinación más importante de la Cristiandad. El Camino de Santiago fue el eje de la relación cultural de los reinos hispánicos cristianos con el resto de Europa occidental. -En el s-XIII, aparecieron las Universidades, instituciones especializadas en estudios superiores, que agrupaban a estudiantes y profesores. Fueron fundaciones regias, pero requerían la autorización del Papa. La primera Universidad española fue la de Palencia (1208-14), trasladada a Valladolid en 1241. Otras de las primeras universidades fueron Salamanca (1218), Sevilla (1254) y Lérida (1297). 4 4.5. Los reinos cristianos de la Edad Media: manifestaciones artísticas El arte asturiano (s-IX) tiene una arquitectura inspirada en el mundo clásico, que anticipa soluciones del arte románico, como la utilización de la bóveda de cañón, reforzada en el interior con arcos fajones y en el exterior con contrafuertes, con la que se cubría la totalidad de la nave. La obra cumbre de este estilo es Santa María del Naranco (Oviedo). El arte mozárabe o de repoblación. Se dio en el s-X, con la llegada a los reinos cristianos del norte de emigrados mozárabes. El arte mozárabe introdujo en edificios de culto cristiano elementos del arte islámico, como el arco de herradura de tipo árabe. Presenta una gran diversidad de formas y plantas, entre las cuales son frecuentes los ábsides con forma de herradura. La mejor muestra de esta arquitectura es San Miguel de la Escalada (913), en León. La miniatura mozárabe se caracteriza por su vivo colorido y la acentuada expresividad de las figuras. El arte románico (ss-XI-XII) es el primer gran estilo europeo medieval. Su manifestación más importante fue la arquitectura religiosa. La planta más frecuente de las iglesias fue la de cruz latina. La arquitectura románica cubre sus construcciones con bóvedas de piedra: en la nave central, más ancha y más alta, se usaba la bóveda de cañón reforzada por arcos fajones; y en las naves laterales, la bóveda de arista. Pero el enorme peso de la cubierta exigía utilizar robustos sistemas de soporte: gruesos muros reforzados por contrafuertes exteriores, pilares y columnas interiores de gran anchura y escasez de vanos (puertas y ventanas) para no debilitar el muro. La muestra más excepcional del románico español es la catedral de Santiago de Compostela, iniciada en 1075. La escultura estaba vinculada a los edificios religiosos (relieves de portadas, capiteles). Se caracteriza por el tratamiento antinatural de los motivos, a menudo con sus formas y proporciones alteradas para ajustarse al marco arquitectónico, y la simplificación de escenas y figuras, ya que se trata de transmitir la espiritualidad de las cosas y no de imitar su apariencia real. Sin embargo, desde mediados del s-XlI, se aprecia un cambio de sensibilidad que anuncia la nueva visión del gótico: frente a la simplicidad del románico, algunas figuras muestran una mayor naturalidad y detalle, con actitudes más humanas y formas más proporcionadas. El Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago, obra de Maestro Mateo, ilustra perfectamente esta evolución. Dentro de la pintura destaca la pintura mural de las iglesias, en las grandes superficies de muros continuos y bóvedas. Al igual que en la escultura, las representaciones son simples y antinaturales, y los colores se aplican en tonos uniformes delimitados por trazos negros que definen los elementos del motivo. Son obras representativas las pinturas del Panteón Real de San Isidoro en León o los ábsides de las iglesias de San Clemente y Santa María en Tahull (Lérida). El arte gótico (ss-XIII-XVI) fue la manifestación de una nueva visión del mundo más optimista y un espíritu religioso más amable, con un creciente interés por la naturaleza y el hombre como creaciones bellas de Dios. Además es un arte relacionado con el resurgir de la vida urbana. La arquitectura gótica incorporó un nuevo elemento: el arco apuntado, del que surge la bóveda de crucería. El arco apuntado permitía elevar la altura del edificio y la bóveda de crucería dirigía los empujes de la cubierta hacia grandes pilares, desde donde eran desviados, por medio de arbotantes, a los contrafuertes exteriores, rematados en pináculos. El muro ya no tenía por qué ser tan sólido como en el románico y se podían abrir amplios ventanales. En el s-XIII, es en Castilla donde se emprenden las edificaciones góticas más importantes (catedrales de Burgos, León, Toledo). El s-XIV es el apogeo 5 artístico de la Corona de Aragón, con edificios como las catedrales de Girona, Barcelona y Palma de Mallorca, y construcciones civiles (Lonjas de Valencia y Palma). En la escultura las figuras se hicieron más naturales y humanizaron sus gestos y actitudes, (Virgen Blanca de la catedral de León). La pintura mural, en las iglesias, tendió a desaparecer en favor de la vidriera, en la misma medida que el muro fue sustituido por los grandes ventanales ( destacan los de la catedral de León). En cambio, se dio un notable desarrollo de la pintura sobre tabla, que en su versión monumental produjo la aparición de los retablos, colocados tras el altar. Y como en la escultura, la representación se ajustaba cada vez más a la apariencia real de los motivos y figuras. El arte mudéjar (ss-XII-XVI) combina estructuras arquitectónicas esencialmente románicas o góticas con materiales o elementos propios del arte islámico: se emplea el ladrillo como material fundamental, las cubiertas con armadura de madera, arcos de tipo islámico (de herradura, polilobulados) y abundante decoración de carácter geométrico. Obras representativas del mudéjar son: las iglesias de San Lorenzo y San Tirso en Sahagún (León), la sinagoga de Santa María la Blanca (Toledo) y las torres mudéjares de Teruel (entre ellas la de su catedral). 6