Se reforma el Código General del Proceso Con fecha 14 de junio de

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 Se reforma el Código General del Proceso Con fecha 14 de junio de 2013 se promulgó la ley 19.090, la cual introduce modificaciones al Código General del Proceso, que abarcan una tercera parte de su articulado. La entrada en vigencia de la ley tendrá lugar el 15 de agosto de 2013 (a sesenta días de su promulgación) y sus modificaciones tendrán aplicación inmediata, abarcando incluso a los procesos en trámite. ¿Qué regula el Código General del Proceso? El CGP, vigente desde 1989, regula directamente o por vía de remisión que al mismo realizan leyes especiales, las vías a través de las cuales se tramitan las reclamaciones, excepto por las de naturaleza penal. El Código General del Proceso ‐ un producto de exportación La entrada en vigencia del CGP en el año 1989, se enmarcó en una reforma integral del sistema de justicia del Uruguay. El CGP introdujo importantes innovaciones al unificar y simplificar las vías ‐estructuras‐ procesales, incorporar los procesos por audiencias, procurar el contacto directo entre los sujetos principales y con la prueba, así como la concentración de actividades, la economía, publicidad, buena fe y lealtad. Por ello, el CGP fue y es considerado, uno de los códigos procesales más modernos de Iberoamérica, al punto tal que sus soluciones han sido replicadas en muchos otros países de la región. Una necesaria etapa de ajustes a dos décadas de su vigencia Transcurridos 20 años de vigencia del CGP, los actores principales entendieron oportuno efectuar ajustes para afinar el funcionamiento de los procesos judiciales. Lo anterior, con el fin de eliminar situaciones surgidas de la ejecución práctica que se visualizaban como limitaciones a la duración razonable de los procesos y su efectividad, y, en definitiva, de una tutela jurisdiccional efectiva. {H&H: 152645.DOCX v.1} La reformas introducidas por la ley 19090 En este contexto, la ley 19090, es el corolario de un trabajo de profundo análisis llevado adelante por especialistas en la materia, de los involucrados en su aplicación y de todo el espectro político. Seguidamente referimos a los aspectos más notables de la reforma, siguiendo las dos líneas claves que guían la misma. Reducción de la duración de los procesos: Se clarifican numerosas situaciones generadoras de posturas doctrinas y jurisprudenciales contradictorias y por ende de impugnaciones y dilaciones. La modificación provee soluciones expresas a las mismas (notablemente en materia de incomparecencias a audiencias y sus consecuencias, plazos, medios impugnativos y, en estos casos, prevalencia de efectos no suspensivos del trámite). Asimismo, se regulan situaciones que al no estarlo, permitían la generación de demoras. El caso más notorio, es la fijación de audiencias, respecto de las cuales se introducen plazos máximos (noventa días) cuando antes no existían, punto que conllevaba a señalamientos que en muchos casos eran cercanas o superiores al año. Como refuerzo de la disposición anterior se eleva al grado de falta disciplinaria grave, el incumplimiento de dicha regla por los Magistrados. Mayor efectividad de los procesos La ley incluye la posibilidad de registrar las audiencias a través de nuevas tecnologías que la Suprema Corte de Justicia reglamentará. Se establece asimismo, la posibilidad de filmar audiencias en casos complejos, hasta tanto no se reglamente el registro anterior. Por otra parte, se instala el dictado de resolución en la audiencia preliminar a efectos de relevar admisiones parciales de la demandada permitiendo su ejecución. De esta manera, se contará con una sentencia pasible de ejecución sobre esos aspectos mientras se sigue la discusión sobre los restantes aspectos de la reclamación. Sin perjuicio de lo anterior, el cambio que indudablemente tiene mayor trascendencia a este nivel es el producido en el Proceso de Ejecución. Justamente a este procesose direccionaban tradicionalmente gran parte de las críticas en virtud de su demora y falta de efectividad para lograr el cobro de créditos. Los cambios introducidos en el Proceso de Ejecución tienden a su moralización, eficiencia y abreviación. En ese sentido, destacamos: i. Se crea al inicio de la ejecución, una instancia de declaración de bienes y derechos por el ejecutado. {H&H: 152645.DOCX v.1} Ante la falta u omisiones de lo anterior, procederá la averiguación de bienes por parte del Tribunal que comprenderá todos los organismos y registros públicos, bastando para ello el nombre de la persona y su número de identificación. Esto último, supone un cambio clave por cuanto el acceso a los registros públicos se hace regularmente a través de la identificación del bien, no existiendo consulta patronímica lo cual obsta a una real averiguación. ii. El embargo de cuentas no identificadas, bastando con dar el nombre del deudor a través de una comunicación al sistema financiero. Este es un cambio importante pues bajo el régimen vigente se necesitaba saber el número de cuenta y la entidad en la cual la misma estaba radicada. iii. Se elimina la tasación y se regula, mediante el establecimiento de plazos breves, la etapa de estudio de títulos de los bienes a ejecutar, las cuales daban lugar a a habituales impugnaciones y grandes demoras. Por consultas y/o comentarios contactar a: Dr. Alfredo Taullard [email protected] {H&H: 152645.DOCX v.1} 
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