Práctica educativa. Educación Plástica y Visual (Técnica para introducir el debate sobre el Arte Contemporáneo en las aulas) Autor: Juan Fº Martínez Gómez de Albacete. 2010 DNI: 48494554 - C Tema Práctica educativa de experimentación e investigación sobre el Arte, Arte Contemporáneo, mediante la aniquilación total/parcial de los rasgos característicos que lo han consolidado como tal a lo largo de la historia. Se intenta abrir el debate en clase de lo que se considera Arte, y más bien Arte Contemporáneo, contraponiendo los rasgos que lo definen, con el fin de que el alumno comprenda críticamente la situación actual de las manifestaciones artísticas. Se le darán los rasgos definitorios que “todos” entendemos dentro de la categoría artística, para después debatírselos otro punto de vista o con una contraposición al propio rasgo, para que le haga cuestionarse ante la temática. Introducción Debemos olvidar el criterio representativo de la obra de arte, que se ha mantenido desde el Renacimiento. Ya no se necesita una destreza manual ni artesana, ni una belleza estética concreta; la idea de la relación: ojo-cerebro-mano se desintegra. El arte “pasa” de la factura y la belleza a manifestar pensamientos, reflexiones y conceptos, empleando el medio que se considere más apropiado, como el sonido o la luz, manteniendo un papel primordial en la obra artística. ¿La obra artística o el arte deben mantener ineludiblemente unos rasgos y/o características concretas para ser considerado como tal? ¿Cuáles son estos rasgos característicos? ¿Debe representar belleza o ser “bonito”? ¿Qué importancia tiene esta belleza, más importante que su propio concepto?, ¿Debe ser obligada su físicalidad palpable?, ¿Qué nivel de importancia mantienen estos rasgos que le ha tatuado la historia? ¿Qué destino tienen, más que encasillar el arte en algo que tal vez, no lo es? ¿Debemos entender que estos rasgos característicos del arte, son tal vez un “manual”, una “receta” a seguir, una “pócima”, estructurada en una serie de puntos, paso a paso, para hacer arte? Lo primero es decir que nadie sabe lo que es el arte, y creo que esto es un condicionante característico del mismo; pero si sabemos lo que no es, no es algo dócil, ni manso, ni sumiso, ni siquiera obediente o fácil de manejar a nuestro antojo social. En definitiva la idea principal aquí tratada, es la afirmación de las propias pautas y características del arte, para al mismo tiempo cuestionarlo. Un posicionamiento sobre los grandes pilares constituyentes del arte, ofreciendo lo “correcto” pero al mismo tiempo, conceptualmente, debatiendo o confrontando lo que es “correcto” artísticamente. Como si de un proceso matemático se tratase, podemos observar que: (- •-)=+ Es decir, de negativo más negativo, dan como resultado un positivo (su contrario). Hablamos de esta dualidad que se genera dentro de la propia obra artística, no como negación sino como resultado contrario a la misma. En donde si se anulan estas características generales que determinan este tipo de arte ( - ), y con ellas los rasgos definitorios que lo constituyen ( - ), se crea un nuevo resultado ( = ), de obra artística totalmente contraria a la habitual ( + ). Y como consecuencia, una potenciación, pues el propio cuestionamiento del mismo, genera un debate conceptual entre el propio arte, confirmando de este modo su propia existencia. Por otro lado esto es ambivalente, significa varias cosas y se refiere a distintos niveles de la actividad cultural; pudiendo puntualizar algunos matices muy importantes para el sentido de la propuesta: Critica al criterio representativo solemne de la obra de arte y del artista. Potenciación hacia la complejidad conceptual. Lo “contrario” como nuevos condicionantes artísticos substanciales. Contestación a la norma Académica. Debate de la realidad, qué parámetros sigue y la percepción de ésta. En definitiva, evolución de la obra artística, espacio…., nuevas vías del arte contemporáneo. Actuación en el alumno ¿Cómo actúa en el alumno? Inicialmente debe crear con el rechazo a lo “acostumbrado”, un “extrañamiento”. Una toma de distancia, que es una invitación a una lectura más compleja de lo real. Este extrañamiento es la invitación a un significado oculto, a una “confabulación” con las intenciones críticas del autor o el artista hacia el arte. Es una estrategia intencionada de “compartir” un secreto con él. Trasmitiéndole una especie de sabiduría: entre lo obvio y lo oculto, pretendiendo ponerlo en duda, profesor y alumno, comparten universos de ideas más o menos estables que deben entrar en contacto cuando en la experiencia estética descubrimos la intencionalidad del tratamiento conceptual de la narración, sustituyendo verdad por verosimilitud; verdad y certeza, autenticidad, no son sino las posibilidades de lo que se propone. Pero el encanto y la complejidad de la narración consiste precisamente en huir de la exhibición de sus posibles señales; debe surgir, es una simulación transparente, que deja entrever un camino paralelo de interpretación opuesto a la simple y cotidiana interpretación, un camino en el que el receptor comprende el sentido de la propuesta, un sentido de interpretar, de observar y asimilar la obra artística distinta a como la interpretaba, la observaba y la asimilaba. No es una simple presentación coincidente de lo finito y lo infinito, de lo ilusorio y de lo oculto, del límite y de la trascendencia, es reconciliación de estos, momento y medio natural de autorepresentación del arte. Se convierte en principio metafísico, en una forma de crear en la que se presenta una diferencia entre lo dicho literalmente y lo propiamente dado a entender. Su estrategia se destacaría en la quiebra entre significante y significado, por la negación del texto literal atravesando una ligera aporía, confusión, extrañeza o desasosiego, para alcanzar más que una certeza, una segunda lectura. La cual construye y deja construir al espectador. Revelándole su condición de debate artístico, siendo abierta, una reflexión conceptual sobre lo acontecido y narrado, pero también sobre cosas que, no narradas, podían haberse incorporado eventualmente. Como la aportación a los placeres de la imaginación, sensaciones y emociones, la facultad del placer de experimentar, lo agradable de la variedad y el gozo de observar desde otro punto de mira, el que produce llegar realmente al verdadero sentido artístico. Conceptos Nuestra época ha heredado la definición que establece que el arte es la producción de belleza, y la suplementaria que afirma que el arte imita la naturaleza. Este debate habla de que ninguna ha demostrado, sin embargo, ser realmente adecuada, y esto ha impulsado esta búsqueda de nuevos caminos y actitudes reflejadas aquí. Hay conceptos o rasgos de las artes que aún permanecen con gran importancia en este empezado siglo. Esta discusión intenta presentar otro modo de ver el arte, otra forma de entender distinta a la tradicional, contradiciendo estos conceptos que se han tomado como generales y que en realidad son simples alusiones al verdadero y posible significado del arte. Una vuelta de tuerca más, que no pretende encasillar ni dar solución alguna, sino cuestionar las normas o leyes establecidas, para que el alumno participe y se cuestione la posición del arte. Así, comenzamos apoyándonos en Wladyslaw Tatarkiewicz (“Hª de seis ideas (Arte, belleza, forma, creatividad, mimesis, experiencia estética)”, y desde esta perspectiva, podemos encontrar en nuestro ámbito artístico contemporáneo, varios rasgos o definiciones que intentan descifrar, o tal vez encasillar en una definición el arte; y entendiendo así, que todo lo que esté fuera de estos rasgos y definiciones dejaría de ser considerado como arte, pretendiendo descubrir diferencias en ciertos rasgos de las obras de arte, otras en la intención del artista, otras a su vez en la reacción que las obras de arte producen en el receptor…etc. 1) Concepto original: El rasgo distintivo del arte es que produce belleza. Por ejemplo, la definición clásica que heredamos del siglo XVIII. La definición sería así: “El arte es aquella clase de actividad humana consciente que aspira, y logra, la belleza”. La belleza es su propósito, su logro y su valor principal. La conexión que existe entre el arte y la belleza es una idea muy antigua que ha permanecido hasta nuestros días. Platón dijo (República, 403 c): “el servicio a las Musas debe producir el amor a la belleza”. Dos mil años más tarde L. B. Alberti exigía que el pintor (De pintura, II, p.88) hiciera “converger” todas las partes de su obra “hacia una belleza única”, y junto a Batteux ocasionando la definición del arte aceptada y establecida a partir del siglo XIX hasta nuestros días. Contraposición y debate para el alumno: Pero la belleza es una noción ambigua. Este sentido de belleza significa lo correcto, lo equilibrado y proporcionado, la armonía de formas, un signo de aprobación; pero se duda que un sentido tan correcto defina la belleza, o tenga algún significado cuando se hace referencia al arte gótico por lo sublime, a la riqueza del barroco o a gran parte del arte del siglo XX. Por tanto no puede servir para definir o establecer todo tipo de arte, y no tiene su importancia tal y como la entendemos. Como objetivo se intentará no se tener en cuenta este tipo de belleza. 2) Concepto original: El rasgo distintivo del arte es que representa, o reproduce, la realidad. En el pasado, esta definición afirmaba generalmente que el arte imita la realidad. Sócrates: “¿No es el arte la producción de las cosas visibles?”. Y Leonardo, dos mil años más tarde (Trattato, frg. 411): “La pintura más digna de alabanza es aquella que está lo más posible de acuerdo con lo que representa”. O Batteux a mediados del siglo XVIII, cuya definición llega hasta nuestros días contemporáneos, concluyendo que la imitación de la naturaleza es tarea común de todas las artes. Contraposición y debate para el alumno: Evidentemente, estos rasgos no son aplicables a todo tipo de arte, sino sólo al arte mimético, como por ejemplo la pintura, la escultura o la poesía. Pero con la imitación sucede lo mismo que con la belleza; el sentido platónico de “imitación” más ampliamente aceptado no es aplicable en efecto a la arquitectura, la música, la literatura o la pintura abstracta, componentes indiscutibles de nuestro arte contemporáneo, y por lo tanto, esta idea de realidad visible es contrariada y opuesta al concepto tradicional. Como objetivo se intentará no representar o reproducir este tipo de realidad. 3) Concepto original: El rasgo distintivo del arte es la creación de formas. El arte es la configuración de cosas o, dicho de otro modo, la construcción de cosas. Esta idea se retrotrae a Aristóteles, quien decía (Ethica Nicomach., 1105 a 27) que “nada debe exigirse de las obras de arte excepto que tengan forma”. Sin embargo, hubo que esperar hasta el siglo XX para que esto se incorporara a la definición de arte que tenemos en la actualidad; fueron los ingleses Clive Bell y Roger Fry, y el polaco Stanislaw Ignacy Witkiewicz, según el cual (Nuevas formas en pintura, 1919) la creación artística “quiere decir lo mismo que construir formas”. Contraposición y debate para el alumno: El problema, que aquí se intenta aumentar, es que cada uno de estos rasgos es igualmente ambiguo. Pues no es sólo el artista quien dota a la materia de forma; los diseñadores industriales, técnicos y trabajadores lo hacen también, entonces, ¿son artistas?, o ¿hacen arte?. Por consiguiente, si el arte se define como la creación de formas, es necesario especificar qué tipo de formas son las “adecuadas”, ¿tal vez la forma hermosa o la que es estéticamente bella?, esto nos conduce de nuevo a lo analizado anteriormente. Es indudable que todo lo que existe tiene algún tipo de figura, estructura o forma, por lo tanto, la figura, estructura o forma como tal no pueden ser el rasgo distintivo del arte, optando definitivamente en este proyecto, por suprimir la propia creación física de alguna figura, estructura o forma. Como objetivo se intentará no se tener en cuenta cualquier tipo de esta creación de formas. 4) Concepto original: El rasgo distintivo del arte es la expresión, o que éste produce la experiencia estética. Esta definición es distinta a las demás, pues ya no trata la actividad del agente, y se centra en la intención del artista, se concentra en el efecto que una obra de arte produce en el receptor, este cambio de interés es de origen relativamente reciente; existe poca evidencia de que existiera o se utilizara antes de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Los protagonistas de esta actual y permanente definición fueron, Benedetto Croce y sus seguidores, filósofos partidarios de la psicología del arte, y también un número de artistas en activo como, por ejemplo, Kandinsky. Según ésta, el arte es lo capaz, en efecto, de producir un tipo de experiencias que van desde una tranquila emoción al éxtasis. Contraposición y debate para el alumno: Pero se siguen dando las mismas dificultades que antes, el término “experiencia” no es ni más claro ni menos ambiguo que el de belleza, pues la “emoción” a la que hace referencia es de una clase determinantemente positiva, hacia sentir algo agradable, el “éxtasis”, mientras que el efecto que producen muchas obras de arte, especialmente en nuestra contemporaneidad, son de una naturaleza bastante diferente; por no mencionar que este “éxtasis” del receptor, puede producirse por otras cosas, ajenas al arte, y no son consideradas rasgos como tal. Por lo tanto aquí, se descarta cualquier tipo “búsqueda” de sensación agradable como fin, en donde se deja libre la “experiencia” del receptor, y como objetivo no se intentará llevar hacia ningún tipo de “éxtasis emocional”, simplemente presentarle este tipo de cuestiones de pensamiento, hacia lo que llaman arte. Conclusión No se trata en esta propuesta, básicamente, de dar una clase teórica, sino más bien de discutir los cambios que han tenido lugar en las formas del arte: no obstante, se han indicado porque han ejercido una influencia en la teoría, en la sociedad e incluso en el mismo concepto de arte que tienen los alumnos. Es cierto que cada una de ellas, especialmente las analizadas aquí, contienen una parte de verdad, y cada una puede presentar algunas obras de arte, o algunos tipos y tendencias apoyando su opinión; la cuestión es que ninguna de ellas puede hacer justicia a todo el campo que generalmente se denomina arte. Cuatro definiciones, para empeorar las cosas existen variaciones de cada una de ellas, que todavía están presentes en nuestro tiempo son, en definitiva, suficientes para que nazca esta propuesta y hable de ello, ni mucho menos pretendiendo ser una solución, sino otro punto de vista subversivo de este tipo de arte y del que el alumno actual tiene el deber de cuestionar. Bibliografía • “Hª de seis ideas (Arte, belleza, forma, creatividad, mimesis, experiencia estética)”, W.Tatarkiewicz, Ed: Tecnos/Alianza