El papel del anestesiólogo en la infección quirúrgica

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El papel del anestesiólogo en la infección quirúrgica
Las infecciones del sitio operatorio son causa de morbilidad y mortalidad en los pacientes
quirúrgicos, además de ocasionar altos costos económicos a todo el sistema de salud. 10%
de los pacientes ingresados a un hospital adquieren una infección nosocomial. Por estas
razones, y cada vez con mayor empeño, se intentan encontrar y estudiar los factores
asociados con esta complicación, para poder modificarlos y prevenirlos. En principio
podría pensarse que el papel del anestesiólogo en esta complicación es menor, sin
embargo se ha demostrado que varios factores relacionados con el ejercicio de la
anestesia podría incidir sobre esta complicación. El lavado de manos adecuado y frecuente
es una de las medidas más simples y efectivas a la hora de prevenir la infección, y aunque
el anestesiólogo no entre de forma directa en contacto con el área quirúrgica, la presencia
de microorganismos en sus manos ha demostrado ser un factor que contribuye en la
contaminación de la sala de cirugía y del entorno del paciente. Existen otros factores
relacionados tales como el ingreso de otros dispositivos no indispensables a la sala de
cirugía, tales como teléfonos celulares, bafles, computadoras portátiles, maletines y
morrales etc., que también se han correlacionado con el aumento de estos eventos y con
la presencia de mayor cantidad de microorganismos en el entorno de la sala de cirugía.
Cada persona tiene aproximadamente 100 trillones de microorganismos que conviven en
equilibrio con su cuerpo y que son indispensables para llevar a cabo ciertos procesos
fisiológicos, estas fuentes deben ser adecuadamente controladas en el escenario del
quirófano, por ejemplo mediante el uso de tapabocas, realización periódica de cultivos del
personal que labora en el quirófano entre otras. Debería evaluarse el riesgo de que una
persona con síntomas respiratorios o con lecciones cutáneas activas permanezca en la sala
de cirugía. Finalmente debería disponerse de protocolos de aseo de cada de uno de los
dispositivos y objetos con los que el anestesiólogo entra en contacto durante un
procedimiento quirúrgico: laringoscopio, bombas de infusión, máquinas de anestesia,
monitores, teclados dentro de la sala etc., además de mantener una estricta técnica
aséptica en cada procedimiento anestésico que se realice (colación de catéteres
epidurales, líneas arteriales y centrales, intubaciones orotraqueales) para así lograr
contribuir en la disminución de esta complicación, en la que todo el personal de salud
implicado en el cuidado del paciente quirúrgico tienen un papel.
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