Perdonar a tu ex para seguir adelante

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Perdonar a tu ex para seguir
adelante
El hombre y la mujer no han sido diseñados para morir sino
para ser felices amando hasta su muerte. La vida afectiva de
cada uno se acaba solo cuando se produce nuestra muerte y no
antes. Por este motivo la vida y la necesidad de ser feliz
están íntimamente unidas así que vida y felicidad se necesitan
permanentemente la una de la otra,
por eso cualquiera de
nosotros anhela sentirse vivo y feliz.
Todos queremos ser y estar felices, con independencia de las
personas, el entorno y las circunstancias que nos rodean,
porque sabemos lo que significa cuando estamos felices el
poder disfrutar de la paz y la alegría interior en relación
con uno mismo y en relación con los demás.
Las rupturas matrimoniales son de esas situaciones dolorosas
de la vida que tanto a nosotros como a los otros pueden
producirnos mucho dolor y sufrimiento. Muchos de los
sentimientos y emociones negativas que producen estas
situaciones son por lo general bastante inútiles.
“Cuando los problemas no los sabemos resolver de mutuo
acuerdo, el dolor hace que la realidad se nos impregne de
negatividad en forma de resentimientos y remordimientos”
La onda expansiva de desamor que se produce en cada ruptura
matrimonial tiene una dimensión emocional y afectiva va mucho
más lejos que la sentencia legal que pone fin a un matrimonio.
Tanto las parejas como sus familias no están nunca
suficientemente preparadas para controlar de manera razonable
las posibles consecuencias afectivas de la decisión tomada.
“En nuestra civilización, no hemos nacido, crecido y nos hemos
casado ya preparados para terminar separándonos de una manera
lógica y previsible y natural”
Nuestra cabeza cuerpo y corazón en principio siempre se
resisten a las disoluciones del vínculo matrimonial, ya que:
“no hemos nacido ni para morir de amor ni para morir de
desamor una vez casados, sino para amar y sentirnos amados
hasta que la muerte llegue a separarnos sin pedirnos
permiso… y aún así también cuesta asumirlo”
Cuando a una pareja no les separa la muerte sino una
sentencia, tienen la esperanza de que al fin se acabaron sus
problemas de convivencia familiar. La dura realidad es que con
cada ruptura con independencia que el paso del tiempo puede
hacer que los problemas logísticos y personales pueden
minimizarse, cada uno de los afectados por la ruptura se ha
quedado muy débil de recursos afectivos porque:
“los dos han muerto emocionalmente un poco,
ya que una parte de cada uno ha muerto de dolor”
El dolor de una ruptura implica a muchas más personas que
solo a los corazones de la pareja afectada. La huella de la
ruptura afecta profundamente a las dos familias implicadas y
también a los amigos comunes de la pareja.
Después de una ruptura, si hay hijos o bienes en común, la expareja no pueden hacerse desaparecer el uno del otro, porque
si ambos comparten lazos afectivos de cualquier tipo estarán
obligados a entenderse aunque no vivan bajo el mismo techo.
Cuando uno muere emocionalmente no es feliz en absoluto, el
dolor y el sufrimiento propio de la ruptura son causa de la
ruptura y los efectos que producen son el rencor y/o los
remordimientos de lo vivido.
Para resucitar como personas de una muerte emocional por
ruptura matrimonial, se necesita que volvamos a tener la
necesidad de volver a querer vivir en paz y alegría con
nosotros mismos y con los demás. Y solo hay un camino para
empezar a andar:
“Perdonar a tu ex para seguir
adelante”
La falta de mutuo
perdón nos mantiene vivos pero con un
profundo malestar emocional. Porque los separados que no se
perdonan, siguen reprochándose interna y externamente todo lo
que no se han perdonado todavía.
“ningún hombre y mujer que se amaron y con o sin hijos en
común se merecen vivir sin perdonarse de por vida,
hay que pasar página perdonándole al otr@”
Cuanto más tiempo pase sin perdonar, los errores de tu ex, que
también podrían haber sido tus errores
“Son solo errores personales. Y los errores humanos deben ser
siempre perdonables, vengan de quien vengan”
“Las parejas rotas necesitan
perdonarse para poder seguir
adelante”
Perdonar/se, no es rendirse a evidencias sino
sobrevolarlas como algo que ya pasado.
Perdonar/se, no es ser una persona débil de sentimientos
sino es ser una persona frágil que quiere cuidar su
mundo afectivo.
Perdonar/se, es superar el resentimiento que se produce
ante un fracaso afectivo.
Perdonar/se, es querer volver a vivir con paz y alegría
interior y sin rencor.
Perdonar/se, es liberarse de malos recuerdos que no
paran de dar vueltas en tu cabeza.
Perdonar/se, te hace posible ver y sentir más allá de
tus sufrimientos a través de otras personas.
Perdonar/se, te hace ver que no hay que quejarse tanto
de nadie porque las cosas ves pueden cambiar.
Perdonar/se, te hace dejar de estar enfadad@ y frustad@
con alguien para siempre.
Para perdonar/se, no se necesitan condiciones tan
idílicas como irreales, solo se necesita una actitud
positiva actual que valore mucho más el futuro que el
pasado.
Del perdón en cada uno de los dos, depende la paz
y la
alegría interior no solo con uno mismo y con los demás, sino
también con una sociedad intoxicada de muertes emocionales por
el virus de la ruptura matrimonial.
Cuando uno perdona a su ex, increíblemente deja de importarle
tener que verle, tener que hablar con él/ella, tener que
compartir espacios y tiempos juntos por los hijos u otras
celebraciones familiares.
En definitiva la vida después de perdonar a tu ex, cambia y te
convierte en alguien más feliz de lo que te hubieras imaginado
antes de decidirte a perdonar porque los rechazos hacia el
otro ya dejan de volverse contra uno mismo.
“ Con el perdón, el otro ha dejado de ser un mal para los
dos”
“Perdonar/se,
permite a los ex que antes se quisieron, poder
seguir adelante”
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