6.1. y 6.4. RRCC y Edad Moderna

Colegio “Estudio”
Clases de Historia
Tema 6
Los Reyes Católicos. La construcción del estado moderno
6.1. Unión entre las coronas de Castilla y Aragón
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El final del siglo XV y los comienzos del XVI en la Península ibérica, en lo que se refiere a las Coronas de
Castilla y Aragón, están marcados por el reinado de Isabel I y Fernando II, los llamados Reyes Católicos. Se trata
de una etapa fundamental que presenta numerosos cambios y aspectos novedosos, hasta el punto de que
decimos que marca el final de la Edad Media y el comienzo de la Edad Moderna en la Península.
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En 1469 Isabel y Fernando se casan, y en 1479 cada uno accede al trono. Isabel, hermana de Enrique IV
de Trastámara, accede al trono de Castilla después de vencer en una guerra civil a su competidora y sobrina,
Juana “la Beltraneja”, y sus aliados (entre otros, Portugal). Fernando, por su parte, sucede a su padre en el trono
de Aragón.
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Entre este matrimonio y entronización se produce un acontecimiento fundamental que determina el
reinado de los Reyes Católicos: el pacto o “concordia de Segovia”, de 1475. Este pacto establecía la “unión de las
coronas” que presumiblemente iban a heredar los firmantes: Isabel y Fernando. Esto suponía mantener como tales
los territorios de cada corona (con sus fueros y leyes, instituciones, fronteras, idiomas) pero gobernándolos en
plano de igualdad, como si fueran un único conjunto. Esto significaba que a partir de entonces las coronas iban a
ser dirigidas por los mismos reyes (por una única dinastía); de ahí la frase “tanto monta monta tanto Isabel como
Fernando”: Isabel tenía toda la autoridad en Aragón y Fernando en Castilla. De hecho, entregarían a su sucesor
esas coronas como un todo unido. Sin embargo, nada de esto suponía una fusión de las Coronas, es decir, una
disolución de las leyes propias de cada una; eso sólo llegaría en el siglo XVIII con la instauración de los Borbones.
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Una vez unidas las dinastías y gobernando conjuntamente las coronas de Castilla y Aragón, Isabel y
Fernando incorporaron nuevos territorios a sus respectivas posesiones. Por un lado, Castilla conquista el reino
nazarí de Granada, último reducto de estado islámico en la Península (expulsión de Boabdil, 1492), y en 1496
culmina la conquista de Canarias. Por su parte, Aragón consolida su poder más allá de los Pirineos: mantiene el
Rosellón y en 1493 se apropia de la Cerdaña. Años después, una vez muerta Isabel, Aragón conquista Navarra
(1512), que acaba pasando a manos de Castilla (1515).
6.4. La organización del estado. Instituciones de gobierno
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La política de los Reyes Católicos es un claro ejemplo de las monarquías autoritarias de estos momentos
(fines Edad Media - comienzos Edad Moderna). Persiguieron dos objetivos principales: el sometimiento de todos
los poderes a la Corona y la unidad religiosa. Sin embargo, los medios variaron en cada una de las coronas; por
eso cada una mantuvo sus instituciones propias.
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En cuanto al primer objetivo, Aragón respetó más que Castilla la acción de sus instituciones (Cortes,
Generalitat, Diputación general), debido al carácter tradicional más pactista de esta corona. Sin embargo, ambas
dirigieron sus políticas autoritarias en el mismo sentido: sometieron a la nobleza, reconociéndola privilegios
económicos, derechos señoriales y la libre creación de mayorazgos, 1 y controlando la dirección de las órdenes
militares (maestrazgos de Calatrava, Santiago, Alcántara); reformaron la hacienda para recaudar más y mejor
para el estado; crearon una especie de policía, la Santa Hermandad, para imponer el orden monárquico en el
campo y caminos, y recaudar impuestos; formaron un ejército pagado y mandado por ellos; situaron a
delegados suyos en las principales villas y ciudades (los corregidores) para reforzar su poder en el ámbito local;
se impusieron a la Iglesia en los asuntos de estado, nombrando los cargos eclesiásticos (“patronato regio”) y
dirigiendo la Inquisición; se consideraron los únicos autorizados a decidir (los Consejos y las Cortes sólo
aconsejaban y estaban sometidos a ellos -en Aragón el rey ya no necesita usar tanto como antes a las Cortes para
obtener financiación porque dispone de los impuestos de Castilla).
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En cuanto al segundo objetivo (la unidad religiosa) se tomaron las siguientes medidas. Primero, se expulsó
a los creyentes musulmanes (moriscos, antiguos mudéjares) y judíos (sefardíes) a menos que se convirtieran y
demostraran su conversión al cristianismo. Y, en segundo lugar, se creó el tribunal de la Inquisición en la
Península para asegurar la conversión verdadera de los conversos.
1
Conjunto de bienes (tierras) y rentas reconocidas legalmente que pasaban al hijo mayor de una familia noble (o de la alta
burguesía) íntegramente o aumentados para que éste dispusiera de un patrimonio suficiente como para vivir de acuerdo con su
posición.
El tránsito de la Edad Media a la Edad Moderna en Europa: ficción y realidad2
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Los historiadores consideran desde hace mucho que a finales del siglo XV se producen en Europa en
general una serie de cambios tan radicales que debemos hablar de una nueva etapa: la Edad Moderna. Los
acontecimientos que marcan su inicio y final son: la caída de Constantinopla a manos de los turcos otomanos
(1453) (aunque también la llegada de los europeos a América en 1492) y la Revolución francesa (1789). Habría
terminado, así, la Edad Media.
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Estos cambios son los siguientes:
1. Un gran crecimiento económico, sobre todo en torno a las ciudades (de hasta 100 mil habitantes en Nápoles,
Florencia y Venecia, y 40 mil en Barcelona y Sevilla). Dará lugar unos siglos más tarde al sistema económico
actual (capitalismo). Se basó en el comercio y en las finanzas (inversión de dinero en negocios rentables).
Éstos solían reportar beneficios monetarios. Para facilitar los intercambios se crean más bancos y se usan las
letras de cambio, los créditos y los préstamos.
2. El fortalecimiento de las monarquías frente a los poderes feudales (nobleza y clero). Supuso el nacimiento del
estado moderno, porque los reyes comienzan a acaparar y monopolizar poderes que antes estaban repartidos
(fragmentados) entre señores feudales y clérigos: recaudación de impuestos (o hacienda real), organización
del ejército, justicia, leyes... Además, su poder se extiende sobre un territorio mejor definido que antes: se fijan
las fronteras. Todo lo que hay en él pertenece al rey, es decir, es su patrimonio. Por todo esto, se llama
monarquía autoritaria y se dice que corresponde a un concepto patrimonial de la monarquía y del estado. El
libro de Maquiavelo llamado El príncipe recoge algunas de las características de estos nuevos reyes.
3. Los grandes avances científicos, técnicos y geográficos, algunos de ellos procedentes de Asia (mundo
islámico incluido). Destacan las mejoras en el arte de la navegación, la invención de la imprenta (de mediados
siglo XV) y otros menores (gafas/lentes, relojes de cuerda).
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La división en etapas es muy útil, pero hay que tener en cuenta algunas cosas importantes:
- El paso de la Edad Media a la Moderna no fue un cambio inmediato, sino un proceso.
- Se mantuvieron algunos aspectos de la Edad Media y algunos lugares cambiaron en otro sentido (o no
cambiaron en absoluto).
- Los filósofos del siglo XV y XVI despreciaron todo lo que había sucedido anteriormente y lo consideraron una
etapa intermedia (de ahí su nombre de Edad Media) entre el esplendor de su momento y el de la Antigüedad
clásica (Grecia y Roma). Habría que replicarles que, sin embargo, muchos de los cambios que permiten hablar
de Edad Moderna se gestaron en la Edad Media.
2
Elaboración propia (J.R.C., 2010).