GURU EL CANGURO ÍNDICE PÁGINA CAPÍTULO I: GURU 4 CAPÍTULO II:TIJA LA LAJARTIJA 19 CAPÍTULO III:CRUZAMOS EL RÍO 31 CAPÍTULO IV:LA GRAN LLANURA 42 CAPÍTULO V:EL DESIERTO ARENOSO 50 CAPÍTULO VI:EN LA TIERRA DE LOS PINTUPI 62 CAPÍTULO VII:EL RESCATE 74 CAPÍTULO VIII:ESTAMOS EN UNA ISLA 85 CAPÍTULO IX:MINKE, LA BALLENA JOROBADA 97 CAPÍTULO X:CRUZAMOS EL KAKADU 113 CAPÍTULO XI:LLEGAMOS A CASA 121 BIBLIOGRAFÍA: 131 ~2~ GURU EL CANGURO BREVE RESEÑA DEL CUENTO El joven canguro Guru se separa de los demás mientras buscaba comida. Sin apenas darse cuenta se ha alejado de la manada, no sabe volver a casa y se adentra en el bosque buscando refugio. Se encuentra perdido y desorientado.Jamás pensó que el viaje que le aguardaba sería tan largo y lleno de escollos para un canguro aún muy joven y sin experiencia. Allí se encontrará con la lagartija Tija y con el lobo Dingo, los cuales le ayudaran a regresar casa,para ello vivirán grandes aventuras de las cuales gracias a la amistad y la ayuda mutua entre todos, lograran llevar al pequeño canguro hasta su hogar. ~3~ GURU EL CANGURO CAPÍTULO I GURU Cuenta la leyenda, que en las noches de luna llena, los canguros jóvenes se reúnen en torno a la gran roca roja. Allí el canguro más viejo de todos les cuenta las aventuras de Guru, para que sirva de ejemplo a todos aquellos que quieran imitarlo, ya que al día siguiente, cuando despunte el sol, ya se habrán convertidos en canguros adultos y puede que a alguno se les pase por la cabeza ir a ver mundo. El viejo canguro se sienta flexionando sus grandes patas y apoyándose en su enorme cola que a su vez le sirve de báculo. Todos le miran fijamente y levantan sus grandes orejas para prestar la mayor atención posible a aquella famosa historia, que se viene repitiendo de generación en generación desde no se sabe cuánto tiempo, y que ha servido de ejemplo a sus ~4~ GURU EL CANGURO abuelos, a sus padres y a todos aquellos que se han graduado en la escuela de los canguros y que después de aquella noche han pasado a ser canguros adultos. El anciano echa una mirada a su alrededor, observa que todos están atentos, y a los que todavía no han prestado la suficiente atención, con un golpe de cola en el suelo consigue que guarden silencio. Ahora que todo está en orden comienza con su relato. Como todos sabéis, Guru ha sido el canguro más grande de toda Australia, y no me refiero a grande por tamaño, sino porque es el canguro que más mundo ha visto, es el más sabio de todos los que jamás hayan existido, pero también en su juventud fue el más imprudente. Por aquel entonces, los canguros no teníamos escuelas donde aprender, tampoco conocimiento de los ~5~ GURU EL CANGURO peligros que nos pudieran acechar en el mundo exterior más allá de los prados que conocemos. Guru, como todo canguro pequeño, una vez que abandonó la bolsa de su madre tuvo que apañárselas él solito. Era un cangurito inquieto, saltaba de aquí para allá, y se paraba a hablar con todo bicho que veía o se cruzaba en su camino. A todos preguntaba por la menor cosa que le llamase la atención y la mayoría de las veces recibía por respuesta un “anda y ve a darle la lata a tu madre”. Guru se iba dando saltitos y con las orejas gachas hacia donde estaba su madre, la cual estaba de conciliábulo con las demás mamas canguros. -No sé qué hacer con mi hijo Guru-decía su madre- no hace más que preguntar y nuestros vecinosrefiriéndose a los demás animales- ya están hartos de que siempre vaya detrás de ellos preguntándoles que es esto y que es lo otro. ~6~ GURU EL CANGURO -Pues hija-le dijo una de las amigas- tú debieras de hacer como yo, cuando mi hija se pone pesada le digo ”come y calla”. La mamá de Guru pensó que vaya consejo que le había dado mientras se alejaba en busca de su hijo, pues ya estaba amaneciendo y con el calor que hacía debían de buscar un refugio antes de que todos estuviesen ocupados, o en el mejor de los casos demasiado saturados. No tardó mucho en encontrarlo y por la forma en la que venía pudo adivinar que lo habrían enviado a paseo otra vez. El pequeño canguro y su madre se encaminaron hacia una cueva cercana donde al parecer aún no había llegado nadie. ~7~ GURU EL CANGURO ~8~ GURU EL CANGURO -Mamá, ¿porque nadie me responde cuando pregunto algo? -Hijo, es que a veces te pones muy pesado y aquí en la llanura cada uno va a lo suyo. -Muy bien dicho señora. Pero a ver si nos callamos y dejamos dormir a los demás.-resonó una voz en la cueva. Mamá canguro miró hacia arriba y vio a un murciélago colgado boca abajo. -Disculpe usted señor murciélago-dijo mamá canguro- no sabíamos que estaba ahí, pero es que mi hijo Guru me estaba haciendo una pregunta. -¿Guru?-contestó el murciélago- por culpa suya me quedé anoche sin cenar, me espantó al ratón. Guru no se pudo aguantar y replicó al señor murciélago muy enfadado. ~9~ GURU EL CANGURO -Ese ratón tiene familia, nada más y nada menos que ocho hijos, y había salido para llevarles algo de comer. El señor murciélago, viendo que la señora canguro le estaba mirando mal y con los brazos en jarra, se marchó, poniendo la excusa de que se iba a otro lado para poder dormir tranquilo. Guru estaba bastante cansado y se acurrucó junto a su madre, no tardando mucho en quedarse dormido. Su madre decía para ella ”Guru, cualquier día te vas a meter en un buen lío”. Poco a poco fueron llegado algunos canguros más a la cueva, los más pequeños hicieron como Guru y los mayores aún tuvieron un buen rato de charla en las que se contaron unos a otros las peripecias que le habían ocurrido durante la noche. Unos exageraban un poco para darse más importancia y otros se reían de lo ~ 10 ~ GURU EL CANGURO inverosímiles que resultaban algunos de los relatos a los que hacían referencia. El sol había alcanzado su plenitud y el calor fuera en la llanura era sofocante, pero ellos estaban frescos en la cueva guarecidos por la montaña. Al atardecer los canguros abandonaron la cueva paulatinamente, llevaban todo el día sin comer y había llegado la hora de alimentarse. Guru comenzó a buscar algunas raíces que le gustasen, pero como no encontraba nada que fuese de su agrado, se fue alejando cada vez más de la manada. Pronto se dio cuenta de que se encontraba solo y no sabía volver con el resto del grupo. Su madre advirtió que no se encontraba entre los demás canguros pequeños y comenzó a buscarlo. Nadie lo había visto desde que salieron de la cueva y ninguno de los animales a los que solía acercarse de vez en cuando tampoco lo habían visto. ~ 11 ~ GURU EL CANGURO ~ 12 ~ GURU EL CANGURO Los canguros adultos comenzaron a buscarlo pero sin resultado alguno y así pasaron toda la noche. Mientras tanto el pequeño canguro comenzó a sentir miedo, se encontraba solo y desorientado sin más compañía que los ruidos que se oían en la llanura. Pronto comenzaría a amanecer y tenía que buscar un lugar donde refugiarse, así que comenzó a caminar sin saber bien a donde dirigirse buscando un refugio. Había llegado al final de la llanura, donde jamás ni un solo canguro había ido y frente a él se vislumbraba el gran bosque. Guru pensó que siempre sería mejor la sombra de los árboles que quedarse en la llanura expuesto al sol. Así lo hizo, se encaminó hacia los grandes árboles que cubrían el bosque y se cobijó bajo el que tenía la copa más grande. Cansado y fatigado de recorrer tanto camino se quedó dormido. No había pasado mucho tiempo cuando un ruido en la copa del árbol le ~ 13 ~ GURU EL CANGURO despertó. Miró hacia arriba y se encontró con alguien peludo y pequeño, que bien agarrado a al tronco de árbol le miraba con los ojos abiertos como platos. -Perdone señor, ¿me podría decir donde me encuentro? Creo que me he perdido-dijo Guru. Aquel personaje tardó un buen rato en contestarle. -Pues en el bosque, y por cierto ¿Quién eres tú? -Me llamo Guru y soy un canguro. Vivo en la llanura, salí a buscar comida, me he alejado y ahora no sé volver con las míos. El personaje en cuestión comenzó a bajar del árbol muy lentamente, como si no tuviese prisa o demasiada preocupación no fuese a caerse. Una vez había bajado se acercó a Guru. ~ 14 ~ GURU EL CANGURO -Me llamo Koala, y vivo en los árboles. No nos gusta vivir en la tierra, hay muchos peligros y como habrás podido ver no somos rápidos de movimientos, así que seríamos presa fácil para los depredadores.-dijo koala. Guru comenzó a dar vueltas alrededor del Koala, jamás había visto a un habitante de más allá de la llanura y menos aún del bosque. -¿Qué son los depredadores?-preguntó Guru. -¡Será posible que no lo sepas! Los depredadores son los que se comen a otros animales. ¿Dónde tú vives no hay depredadores?-Preguntó Koala. Guru se rascó un poco la cabeza y contestó. -Bueno, el otro día el señor murciélago se quería comer al señor ratón, pero no lo dejé, el señor ratón tiene muchos hijos que alimentar. ~ 15 ~ GURU EL CANGURO ~ 16 ~ GURU EL CANGURO -¡Huy, yuyuy! Mal te veo chico. Hay depredadores que son más grandes que tú y que yo, y si intentas quitarle la presa, acabarán comiéndote a ti. Guru dio un salto hacia atrás, y el señor koala comenzó a reírse al ver que al pequeño canguro le había dado miedo lo que le había dicho. El señor koala le dijo que él solo veía una solución a su problema. Tendría que llegar hasta lo que ellos llamaban el Uluru que era una gran montaña roja y si lograba subirse a ella quizás pudiera ver desde la cumbre su casa y así poder volver con los suyos. Pero el señor koala no sabía llegar hasta ella y sólo sabía de su existencia por los relatos que había escuchado a sus mayores. Guru le dio las gracias por la información y se esperó bajo el árbol a que su nuevo amigo hubiese llegado a lo más alto y se encontrase a salvo. ~ 17 ~ GURU EL CANGURO A Guru le pareció muy simpático aquel señor, había sido muy amable respondiendo a sus preguntas y había aprendido algo nuevo que era lo que a él le interesaba. Sin más decidió cruzar el bosque en busca de la gran montaña roja. Guru pensaba que la montaña estaría cerca del bosque y cuanto más rápido corriera antes llegaría. Jamás pensó que el viaje que le aguardaba sería tan largo y lleno de escollos para un canguro aún muy joven y sin experiencia. Guru no lo pensó dos veces seguiría adelante y tarde o temprano encontraría el camino de vuelta a casa, algo que ya comenzaba a echar de menos. ~ 18 ~ GURU EL CANGURO CAPÍTULO II TIJA LA LAJARTIJA El pequeño canguro iba dando saltos por el bosque, hasta que encontró un buen lugar para descansar. Mientras observaba el lugar, escuchó una pequeña voz que le decía: -Me estas aplastando. Quítame el pie de encima. Guru levantó su pie derecho y pudo observar a un pequeño animalito que salía de debajo del pie y se sacudía la arena del suelo. -Ten cuidado por donde pisas, con esos pies tan grandes puedes aplastar a cualquiera. -Perdone, pero es usted tan pequeña que no la había visto. ~ 19 ~ GURU EL CANGURO La pequeña lagartija miraba a Guru fijamente, ella nunca había visto a un canguro, y claro está al lado de ella era un verdadero gigante aunque fuera un cangurito. -Bueno-dijo la lagartija-está claro que ha sido sin querer. Me llamo Tija y soy una lagartija. Guru hizo lo mismo, le dijo como se llamaba y que animal era y ya de camino le contó el problema que tenía. Tija le dijo que ella también había oído hablar de esa famosa montaña, pero que no sabía cómo llegar a ella. La lagartija le dijo a Guru que se esperase allí, que iría a preguntar por el bosque a ver si le podían indicar el camino. El canguro le agradeció el interés y que allí aguardaría el regreso de ella. No tardó mucho en regresar, un amigo le había dicho que tendrían que cruzar el río, y una vez que ~ 20 ~ GURU EL CANGURO hubiesen llegado al otro lado que volviesen a preguntar a alguien que viviese por la zona, ya que él nunca había cruzado un río por temor a los cocodrilos que en ellos habitaban y no quería acabar de cena o desayuno de alguno de ellos. Tija se ofreció a acompañarle, ya que ella tampoco tenía a nadie y no le importaba de echarle una pata a su nuevo amigo. Guru aceptó gustosamente la ayuda que su nueva amiga le ofrecía y le propuso que se subiese a él ya que seguramente no podría seguirle. El pequeño canguro bajó su cola hasta el suelo y Tija trepó por ella hasta llegar a la cabeza de Guru. Una vez allí se agarró fuertemente a la oreja del pequeño canguro y este comenzó a dar saltos siguiendo las indicaciones que Tija le daba. El sol cada vez se filtraba más a través de los árboles y Guru tenía que parase de vez en cuando y cobijarse bajo la frondosa copa de algún árbol. ~ 21 ~