Juzgado de Distrito - Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí

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Juicio de Amparo 660/2007
Vistos para resolver los autos del juicio de amparo
número
660/2007,
que
promueve
MARÍA
ELENA
PALOMINO REYNA, contra actos del Consejo de la
Judicatura
del
Poder
Judicial
del
Estado
y
otras
autoridades; y
R E S U L T A N D O.
I.- Mediante escrito presentado el día veinticuatro de
abril del dos mil siete, por conducto de la responsable, ante
la oficina de Correspondencia Común de los Tribunales
Colegiados
del
Noveno
Circuito,
MARÍA
ELENA
PALOMINO REYNA, por su propio derecho, solicitó el
amparo y protección de la Justicia federal, en contra de las
autoridades y por los actos que enseguida se precisan;
AUTORIDADES RESPONSABLES:
“Como
Autoridades
Ordenadoras:
a
los
Integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial del Estado de San Luis Potosí, como
ejecutora: La Unidad de Estadística, Evaluación y
Seguimiento
de
Integrantes
del
Consejo
de
la
Judicatura del Poder Judicial del Estado y la Dirección
de Recursos Humanos del Poder Judicial del Estado,
todos con domicilio en la Calle Luis Donaldo Colosio
número 305, Colonia ISSSTE, en esta ciudad”.
ACTOS RECLAMADOS.
“La sentencia definitiva o resolución que hubiere
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Juicio de Amparo 660/2007
puesto fin al juicio constitutivo del acto reclamado, de
la ordenadora se reclama la negativa a concederme la
suspensión solicitada mediante escrito de fecha 17 de
Abril del año 2007, así como la no admisión del recurso
de revocación interpuesto por la suscrita en contra de
la resolución dictada por los integrantes del Consejo
de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de fecha
20 de marzo del año 2007.
Así
mismo
se
reclama
la
resolución
y
cumplimiento que se pretende dar a la sentencia
dictada en el expediente número 75/06 formada con
motivo
del
procedimiento
administrativo
de
responsabilidad instruido en mi contra, derivado de la
denuncia
presentada
por
Juana
segura
Olvera
sentencia de fecha 20 de marzo del año 2007.
De las ejecutoras se reclama la ejecución que se
pretende dar a la sentencia de fecha 20 de marzo del
año 2007.”
II.-
La
peticionaria
de
garantías
narró
los
antecedentes de los actos reclamados, invocó como
garantías violadas las contenidas en los artículos 14 y 16
de la Constitución Federal; no señaló tercero perjudicado,
y expresó los conceptos de violación que estimó
pertinentes.
III.- Por resolución de fecha diez de mayo del dos mil
siete, el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, se
declaró incompetente para abocarse al conocimiento de la
presente
demanda
de
garantías,
declinando
la
competencia al Juez de Distrito en turno en el Estado,
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Juicio de Amparo 660/2007
correspondiendo conocer de la misma a este Juzgado
Segundo de Distrito; teniéndose por recibidos los autos el
veintidós del citado mes de mayo, quedando registrado el
expediente con el número 660/2007 en el libro de
Gobierno; disponiéndose acusar el recibo de estilo
correspondiente; sin que se solicitaran los informes
justificados de las responsables, en virtud de que obran los
mismos en autos; se le dio la intervención que le
corresponde al Agente del Ministerio Público Federal de la
adscripción, quien no formuló pedimento; y previo trámite
del juicio, se citó a las partes a la audiencia constitucional,
la que se inició en los términos del acta que antecede.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO.- Este Juzgado Segundo de Distrito es
competente para conocer y resolver este juicio de amparo,
conforme a los artículos 103, fracción I y 107, fracción VII,
de la Constitución Federal; 36 y 114 de la Ley de Amparo;
48, 144 y 145 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; puntos primero, fracción IX, segunda fracción
IX, tercero fracción IX, cuarto fracción IX del Acuerdo
57/2006, del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal,
por tratarse de actos cuya ejecución se atribuye a
autoridades que residen en el ámbito territorial en que este
juzgado ejerce jurisdicción.
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Juicio de Amparo 660/2007
Segundo.
Es cierto el acto que María Elena
Palomino Reyna, atribuye al Consejo de la Judicatura del
Poder
Judicial
del
Estado,
Unidad
de
Estadística,
Evaluación y Seguimiento de Integrantes del Consejo de la
Judicatura del Estado y Dirección de Recurso Humanos del
Poder Judicial del Estado, pues así se desprende de los
informes justificados que al efecto rindieron.
Tercero. Previamente al estudio del fondo del asunto
debe analizarse la procedencia del juicio de garantías, lo
aleguen o no las partes, por así establecerlo el artículo 73,
in fine, de la Ley de Amparo y por ser ello de estudio
preferente y cuestión de orden público.
La autoridad responsable Consejo de la Judicatura
del Estado, aduce que en la especie se actualiza la causal
de improcedencia prevista en la fracción XIII del artículo 73
de la Ley de Amparo, toda vez que refiere que la quejosa
no agotó el recurso o medio ordinario de defensa, previsto
en los artículos 90 de la Constitución del Estado y 195,
196, fracción II, 197, 200 y 201 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado.
Es
infundada
dicha
causal
de
improcedencia,
conforme a lo que a continuació0n se expondrá, sin
0embargo, para ello0, la misma se deberá analizar bajo la
causal prevista en la fracción XV, del artículo 73 de la Ley
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Juicio de Amparo 660/2007
de Amparo, que es la que prevé el argumento vertido por la
responsable, y no así la fracción XIII, ya que el Consejo de
la Judicatura del Poder Judicial del Estado, no se trata de
un Órgano jurisdiccional o tribunal administrativo o del
trabajo, sino de una autoridad administrativa con funciones
de vigilancia y sanción, hacia los integrantes del Poder
Judicial del Estado, conforme a lo establecido en el artículo
90, párrafo cuarto, de la Constitución del Estado, del que
se desprende que:
“ARTÍCULO 90.- …
…
La administración, vigilancia y disciplina del
Poder Judicial del Estado, así como la carrera
judicial, estarán a cargo del Consejo de la
Judicatura, en los términos de esta Constitución y
conforme lo establezcan las leyes. La vigilancia
respecto de la función jurisdiccional de los
magistrados,
así
como
las
resoluciones
disciplinarias sobre los mismos, estarán a cargo
del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia….”
Establecido lo anterior, cabe citar el contenido de los
artículos 107, fracción IV, constitucional y 73, fracción XV,
de la Ley de Amparo:
"Artículo 107. Todas las controversias de
que habla el artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del orden jurídico que
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Juicio de Amparo 660/2007
determinen la ley, de acuerdo con las bases
siguientes:
...
IV. En materia administrativa el amparo
procede,
además,
contra
resoluciones
que
causen agravio no reparable mediante algún
recurso, juicio o medio de defensa legal. No será
necesario agotar éstos cuando la ley que los
establezca exija, para otorgar la suspensión del
acto reclamado, mayores requisitos que los que
la ley reglamentaria del juicio de amparo requiera
como condición para decretar esa suspensión;
…"
"Artículo
73.
El
juicio
de
amparo
es
improcedente:
...
XV. Contra actos de autoridades distintas de
los tribunales judiciales, administrativos o del
trabajo, que deban ser revisados de oficio,
conforme a las leyes que los rijan, o proceda
contra ellos algún recurso, juicio o medio de
defensa legal por virtud del cual puedan ser
modificados, revocados o nulificados, siempre
que conforme a las mismas leyes se suspendan
los
efectos
de
dichos
actos
mediante
la
interposición del recurso o medio de defensa
legal que haga valer el agraviado, sin exigir
mayores requisitos que los que la presente ley
consigna para conceder la suspensión definitiva,
independientemente de que el acto en sí mismo
considerado
sea
o
no
susceptible
suspendido de acuerdo con esta ley.
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de
ser
Juicio de Amparo 660/2007
No
existe
obligación
de
agotar
tales
recursos o medios de defensa, si el acto
reclamado carece de fundamentación."
El texto de los preceptos transcritos contempla la
improcedencia del juicio de amparo indirecto en materia
administrativa en el supuesto de que contra el acto
reclamado proceda un recurso o medio ordinario de
defensa susceptible de nulificar, revocar o modificar dicho
acto, sin exigir mayores requisitos que los previstos para el
otorgamiento de la suspensión definitiva.
El hacer referencia a la no exigencia de mayores
requisitos, significa que si la ley rectora del recurso, juicio o
medio de defensa, señala iguales o menores requisitos
que los previstos en la Ley de Amparo para conceder la
suspensión definitiva, el principio de definitividad debe regir
en ese caso concreto y, por consecuencia, previamente a
promover el juicio de amparo, los quejosos deberán agotar
esos medios ordinarios de impugnación.
En el caso concreto se tiene que el artículo 90,
párrafo octavo, de la Constitución Local y los numerales
195 y 201 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado
de San Luis Potosí, a la letra exponen:
“…ARTÍCULO 90….
…
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Juicio de Amparo 660/2007
Las decisiones del Consejo serán definitivas
e inatacables; salvo las que se refieren a la
designación,
adscripción,
remoción
y
no
ratificación de jueces, las cuales podrán ser
recurridas ante el Pleno del Supremo Tribunal de
Justicia del Estado….”
“…ARTICULO 195. El recurso de revisión
administrativa tendrá como único objeto que el
Pleno
del
Supremo
Tribunal
de
Justicia,
determine si el Consejo de la Judicatura designó,
adscribió, readscribió, removió o no ratificó a un
juez, con estricto apego a los requisitos formales
previstos en esta Ley, o en los reglamentos y
acuerdos generales expedidos por el propio
Consejo de la Judicatura….”
“…Artículo 201. Las resoluciones del Pleno
del Supremo Tribunal de Justicia que declaren
fundado el recurso de revisión administrativa, se
limitarán a declarar la insubsistencia del acto
impugnado para el efecto de que el Consejo de la
Judicatura dicte una nueva resolución, en un
plazo no mayor a treinta días naturales.
Esta resolución no producirá la invalidez de
las actuaciones del juez nombrado o adscrito.
La
interposición
de
la
revisión
administrativa no interrumpirá en ningún caso,
los efectos de la resolución impugnada….”
De lo anterior, se tiene que contra las resoluciones
emitidas por el Consejo de la Judicatura del Estado, en las
que se designe, adscriba, remueva y no ratifique jueces,
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Juicio de Amparo 660/2007
serán recurridas ante el Pleno del Supremo Tribunal de
Justicia en el Estado, a través del recurso de revisión, el
cual en ningún momento interrumpirá los efectos de la
resolución impugnada, es decir, prohíbe la suspensión de
la determinación que se recurre, toda vez que se reclama
una resolución en la cual se impuso a la quejosa una
sanción consistente en la destitución e inhabilitación de
diez años para ejercer cargo o empleo alguno en el Poder
Judicial del Estado.
Sobre las premisas antes apuntadas, es evidente que
si la Ley que rige el acto reclamado prohíbe la suspensión
de los efectos de la sentencia reclamada, en la especie, se
actualiza una excepción al principio de definitividad en el
juicio de garantías, en términos de lo dispuesto en el
artículo 73, fracción XV, parte final del párrafo primero, de
la ley de la materia; siendo factible, por tanto, que se
intente la vía constitucional, sin agotar el recurso de
revisión ante el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del
Estado.
Sirve de apoyo a lo anterior, el criterio sustentado por
la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, en su tomo XII, Julio de 2000, Página: 156, que
a la letra expone:
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Juicio de Amparo 660/2007
“DEFINITIVIDAD.
PRINCIPIO
EN
INDIRECTO.
De
EL
la
EXCEPCIONES
JUICIO
DE
interpretación
A
ESE
AMPARO
literal
y
teleológica del artículo 107, fracciones III, IV, VII y
XII, de la Constitución Federal, así como de los
artículos 37, 73, fracciones XII, XIII y XV y 114 de
la
Ley
de
Amparo
y
de
los
criterios
jurisprudenciales emitidos al respecto por los
Tribunales del Poder Judicial de la Federación, se
deduce que no existe la obligación de acatar el
principio de definitividad que rige el juicio de
amparo
indirecto,
cuando
se
reclaman
los
siguientes actos: I. Los que afectan a personas
extrañas al juicio o al procedimiento del cual
emanan; II. Los que dentro de un juicio su
ejecución sea de imposible reparación; III. Los
administrativos respecto de los cuales, la ley que
los rige, exija mayores requisitos que los que
prevé la Ley de Amparo, para suspender su
ejecución; IV. Los que importen una violación a
las garantías consagradas en los artículos 16, en
materia penal, 19 y 20 de la Constitución Federal;
V. Leyes, cuando se impugnan con motivo del
primer acto de aplicación; VI. Los que importen
peligro de la privación de la vida, deportación o
destierro o cualquiera de los prohibidos por el
artículo
22
constitucional;
VII.
Actos
o
resoluciones respecto de los cuales, la ley que
los rige no prevé la suspensión de su ejecución
con la interposición de los recursos o medios de
defensa ordinarios que proceden en su contra;
VIII. Los que carezcan de fundamentación; IX.
Aquellos en los que únicamente se reclamen
violaciones directas a la Constitución Federal,
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Juicio de Amparo 660/2007
como lo es la garantía de audiencia; y X. Aquellos
respecto de los cuales los recursos ordinarios o
medios de defensa legales, por virtud de los
cuales se puede modificar, revocar o nulificar el
acto reclamado, se encuentran previstos en un
reglamento, y en la ley que éste regula no se
contempla su existencia.”
Por lo anterior, debe concluirse que no se actualiza la
causal de improcedencia propuesta por la responsable.
Y en virtud de que de oficio no se advierte la
actualización de alguna causal de improcedencia, lo
procedente es analizar las cuestiones de fondo planteadas.
Cuarto. Los conceptos de violación esgrimidos por
María Elena Palomino Reyna, a los que se hará alusión
enseguida,
resultan
fundados
pero
inoperantes,
inoperantes e infundados, en la medida que más adelante
se precisará.
De las constancias que como justificación de sus
actos remitió el Consejo de la Judicatura del Estado,
consistentes
en
el
procedimiento
administrativo
de
responsabilidad 75/2006, iniciado por los Integrantes de la
Comisión de Vigilancia y Disciplina de la responsable
ordenadora, contra María Elena Palomino Reyna, por su
actuación como Juez, adscrita al Juzgado Mixto de
Primera Instancia del décimo tercer distrito judicial, con
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Juicio de Amparo 660/2007
residencia en Santa María del Río, San Luis Potosí, con
motivo del escrito formulado por Juana Segura Olvera; a
las que se otorga pleno valor probatorio de conformidad
con lo dispuesto por los artículos 197 y 202 del Código
Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria
a la Ley de Amparo, por disposición expresa de su artículo
2°, por tratarse de actuaciones efectuadas por autoridad en
ejercicio de sus atribuciones, aparece lo siguiente:
A) Por auto de catorce de julio de dos mil seis, el
Pleno del Consejo de la Judicatura del Estado, radicó el
referido procedimiento administrativo, al estimar que así lo
ameritaba la gravedad de las presuntas irregularidades
observadas, conforme al contenido del escrito signado por
Juana Segura Olvera, en virtud de que del mismo se
desprendían las siguientes conductas:
• Que presuntamente, había omitido conducirse con
legalidad,
honradez
e
imparcialidad,
en
el
desempeño del cargo que ostentaba, dentro de los
autos del proceso penal 09/2004, instruido contra
Joel Martínez Pérez, por el delito de homicidio,
perpetrado en agravio de Hugo Segura Olvera, al
dictar una sentencia condenatoria por el delito de
homicidio en riña, cuando se trataba de un delito de
homicidio calificado, es decir, que la presunta falta
que se le atribuía a la quejosa consistió en haber
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Juicio de Amparo 660/2007
emitido una resolución contra el texto expreso de la
Ley, sin que dicho órgano administrativo pasara
inadvertida la circunstancia de que a la denunciante
le informaran que a la Juez de Santa María y a la
Agente del Ministerio les hubieran dado $80,000.00
(ochenta mil pesos 00/100 moneda nacional), toda
vez que con ello se tenía que las conductas
desplegadas por María Elena Palomino Reyna, se
contraponían con lo impuesto por los numerales 56,
fracciones I, V y XV de la Ley de Responsabilidades
de los Servidores Públicos del Estado y Municipios
de San Luis Potosí, 178, fracción VI y 179 fracción IV
de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Estado;
con motivo de ello, ordenó citar a la denunciada, para
que compareciera a una audiencia que se celebraría
a las diez horas del cinco de septiembre de dos mil
seis, en la que se le oiría verbalmente o por escrito,
con relación a las presuntas imputaciones que se
realizaron en su contra, se le recibirían las pruebas
que ofreciera y los alegatos que llegara a formular,
que además se le hacía saber que las causas de
responsabilidad que se le imputaban, son las que se
habían precisado y que dicho procedimiento se le
notificaba únicamente para que tuviera conocimiento
de ello, en virtud de que, la acción de la queja
correspondía al particular, la cual se agotaba con la
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Juicio de Amparo 660/2007
denuncia respectiva, cuyo destino final quedaba al
arbitrio del Consejo de la Judicatura del Estado, en
razón, de que los actos de investigación sobre la
responsabilidad
administrativa,
eran
de
control
interno. Asimismo requirió a la denunciante para que
dentro del término de tres días informara el nombre
del familiar del homicida, que le había comunicado
los hechos que le imputaba a María Elena Palomino
Reyna, y ordenó recabar de oficio copia certificada
del aludido proceso penal y los antecedentes
administrativos de la citada denunciada.
B) Previo a recabar esas pruebas de oficio, se llevó a
cabo la referida audiencia, en la que compareció la aquí
quejosa, formulando los alegatos y ofreciendo las pruebas
de su intención. (foja 172 a 175 del cuaderno de pruebas)
C) Por resolución de veinte de marzo de dos mil siete, el
Consejo de la Judicatura del Estado, determinó que al
resultar por una parte fundadas las faltas administrativas
que se le atribuyeron a la quejosa, era procedente
imponerle una sanción consistente en la destitución del
cargo de Juez de Primera Instancia del Poder Judicial del
Estado de San Luis Potosí, e inhabilitación por diez años
para ejercer cargo o empleo alguno en dicho Poder
Judicial del Estado, bajo las siguientes consideraciones, de
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Juicio de Amparo 660/2007
las cuales únicamente se precisarán aquellas por las que
se
hayan
formulado
los
conceptos
de
violación
correspondientes: (foja 186 a 219 del cuaderno de
pruebas)
a). Que resultaba infundado el planteamiento vertido por la
quejosa, en cuanto a que en la denuncia con la que se
le había corrido traslado, se planteaban cuestiones
meramente
jurisdiccionales,
toda
vez
que
dicha
autoridad administrativa se encontraba facultada para
revisar aquellas faltas en que incurrieran los miembros
del Poder Judicial del Estado, excepto los magistrados,
que
se
encuentran
contenidas
en
la
Ley
de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado y Municipios, así como en la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, vigente en la época en que
sucedieron los hechos (uno de abril de dos mil cinco).
b). Que no existía estado de indefensión contra la
denunciada, al referir que el mismo se daba porque la
responsable ordenadora no había requerido a la
denunciante para que informara el nombre y domicilio
de la persona familiar del homicida, que le había
informado que a ella y al Ministerio Público le habían
pagado la cantidad de $80,000.00 (ochenta mil pesos
00/100 moneda nacional); toda vez que sí se había
realizado dicho requerimiento, como se advertía del
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Juicio de Amparo 660/2007
auto de catorce de julio de dos mil seis, mismo que le
fue notificado a la denunciante por medio de estrados,
sin que hubiese dado cumplimiento al mismo, por lo
cual además, la responsable concluyó que no se
encontraba evidenciado en autos, que la denunciada
hubiera recibido la cantidad de dinero que se le
atribuía, y por tanto devenía infundada la queja
planteada en ese aspecto.
c). Que resultaba fundado pero inoperante lo alegado por
María Elena Palomino Reyna, en cuanto a que el
Consejo debió expresar en su auto de catorce de julio
de dos mil seis, porqué la sentencia
emitida en el
expediente 9/2004, se había dictado contra el texto
expreso en la Ley, para que se encontrara en aptitud de
preparar una defensa adecuada; toda vez que era
fundado el hecho de que en el referido auto no se
especificaron
las
circunstancias
narradas
por
la
quejosa, pero se estimó inoperante, en razón de que la
responsabilidad administrativa que se le fincaría, no se
apoyaba precisamente en que la sentencia se dictó
contra el texto expreso en la Ley, sino en diverso
supuesto, como lo era el dar por probado un hecho que
legalmente no lo estaba, y en tener por no comprobado
uno que legalmente sí lo estaba, sin que por ello
existiera estado de indefensión en su contra, pues en el
escrito de queja signado por Juana Segura Olvera,
16
Juicio de Amparo 660/2007
podía observarse con toda claridad, que se contenían
los hechos y motivos que identificaban con nitidez, que
a la denunciante le imputó precisa y concretamente la
última de las faltas administrativas arriba enunciadas, al
haber referido esta última que la Juez de mérito valoró
ilegalmente los testimonios de descargo y dejó de
valorar ilegalmente los de cargo, a efecto de “sacarse
de la manga un homicidio en RIÑA” y no haber aplicado
al sentenciado las penas que le correspondían, y que
por todo lo anterior, es que se había respetado en todo
momento la garantía de audiencia prevista en el
artículo 14 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y el artículo 185, fracción I de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, al haberle
hecho
saber
con
la
oportunidad
adecuada,
la
responsabilidad que se le atribuía, pues se le corrió
traslado con el escrito de queja signado por Juana
Segura Olvera.
d). Que resultaba fundada la alegación de la denunciada
en cuanto, a que el proceso penal 9/2004, únicamente
se había iniciado por la probable comisión del ilícito de
homicidio simple intencional, y no como homicidio
calificado como lo argüía la denunciante, toda vez que
de los autos, se desprendía que la Representación
Social, había ejercitado la acción penal únicamente por
el ilícito aludido en primer término, pero la circunstancia
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Juicio de Amparo 660/2007
relacionada con la calificativa, no incidía sobre la
responsabilidad existente de la riña y la falta de
pronunciamiento respecto de la prueba de un homicidio
simple doloso.
e). Que resultaban infundados e improcedentes los
argumentos vertidos por la aquí quejosa, en cuanto a
que no había incurrido en falta administrativa alguna,
con motivo de la emisión de la sentencia dictada en el
proceso 9/2004, pues que contrario a lo por ella
manifestado, la responsable arribaba a la conclusión
de que la hoy quejosa había incurrido en una grave
responsabilidad
administrativa, por encuadrarse su
conducta en lo establecido por el artículo 129, fracción
IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado,
publicada mediante decreto 666 en el Periódico Oficial
del Estado, de fecha veinticinco de diciembre de mil
novecientos noventa y seis, vigente en la fecha en que
se emitió esa sentencia, que corresponde al 178,
fracción IV de la Ley vigente.
Que a lo anterior, no pasaba desapercibido el hecho
de que la falta prevista por el artículo 129, fracción IV de
la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, podía dar
lugar a discusión con relación a si se invadía o no la
facultad jurisdiccional del Juzgador, toda vez que dicho
Órgano se encargaba de la vigilancia de la función
pública, en este caso el servicio de justicia, así como
18
Juicio de Amparo 660/2007
que ello era una atribución conferida por la propia
legislación,
jurisdiccional,
sin
que
toda
ello
que
el
invadiera
referido
la
función
procedimiento
administrativo, no llevaba la finalidad de revocar,
modificar o confirmar lo resuelto, sino analizar la
conducta denunciada para establecer, si la referida
sentencia se dictó con base en un juicio de valoración
lógico y convincente, es decir, si el cargo de Juez de
Primera
Instancia,
se
había
realizado
bajo
los
parámetros de legalidad, honradez, imparcialidad y
eficiencia, marcados en el precepto 56 de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del
Estado.
Que a lo anterior, se aunaba que el legislador al
incluir esa falta dentro del catálogo de responsabilidades
administrativas, manifestaba su voluntad de que una
declaración incongruente contenida en una sentencia
judicial, dictada en el sentido de tener por probado un
hecho determinado que no lo esté legalmente en autos o
viceversa,
debe
ser
sancionada,
cuando
el
pronunciamiento sea tan palmariamente notorio y
manifiesto, que genere que el Juzgador no esté
exponiendo en el fallo su criterio jurisdiccional respecto
al grado de convicción que le produce tal o cual prueba,
sino un criterio ostensiblemente erróneo, inexacto, falto
de certeza o inconvincente, máxime cuando esa falta de
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Juicio de Amparo 660/2007
objetividad incida en el resultado final del procedimiento,
como en el caso ocurría al haberse dejado en libertad a
una persona que vulneró, conforme a las pruebas
existentes, un bien jurídico tan protegido y preciado
como lo era la vida humana.
Que por tanto, una vez que analizó y valoró la
sentencia que obra en el sumario, así como los medios
de convicción que se tomaron en cuenta para el dictado
de la misma, se tenía: a) que no era cierto que en la
causa penal de origen existieran datos suficientes para
tener por acreditada la atenuante de riña, b) que no era
cierto que durante la secuela procesal, Joel Martínez
Pérez,
hubiese
aportado
pruebas
que
resultaran
suficientes y aptas, para demostrar los elementos de
riña, con las cuales se superara y desvirtuara el valor
probatorio que arrojaban los testimonios de cargo de
Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata, por su
inmediatez con los hechos y por su congruencia entre
una y otra, c) que no era cierto que de la declaración de
Joel Martínez Pérez, se desprendiera que disparó su
pistola calibre .22, dentro de una contienda de obra
tenida con el occiso, a quien ni siquiera mencionaba o
identificaba, por ende, que tampoco era verdad que
existiera una confesión del reo, que permitiera demostrar
la riña, pues lo cierto era, que éste nunca refería las
señaladas circunstancias en la declaración preparatoria,
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Juicio de Amparo 660/2007
que rindió el veintinueve de enero de dos mil cuatro, d)
que no era cierto que lo declarado por Joel Martínez
Pérez, se viera robustecido por lo expresado por María
de Lourdes Vega Torres y Adelita Martínez Vega, sólo
porque éstas hubiesen señalado haber escuchado
disparos, e) que no era cierto que los testimonios de
Gladis del Carmen Flores Padrón, Aurora Pérez Vega
y Justo Martínez Compeán,
tengan valor probatorio
pleno, para demostrar la contienda belicosa entre el
occiso y el sentenciado, puesto que ninguna prueba
acreditaba la existencia de intercambio de golpes o
pelea cuerpo a cuerpo.
VI.
Que
con
motivo
de
las
anteriores
consideraciones, se resolvía que la quejosa había
incurrido en la causa de responsabilidad administrativa a
que se refería el artículo 129, fracción IV de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente en el
momento en que se resolvió en definitiva el citado
proceso penal, y que por ello se le imponían las
sanciones previstas por el artículo 132, fracciones V y VI
de la citada legislación, así como en las fracciones V y
VI del artículo 75 de la Ley de responsabilidades de los
Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis
Potosí, consistentes en la destitución e inhabilitación de
diez años para ejercer cargo o empleo alguno en el
Poder Judicial del Estado, para lo cual entre diversas
21
Juicio de Amparo 660/2007
circunstancias, tomó en consideración la omisión de la
quejosa de haber condenado a Joel Martínez Pérez, al
pago de la reparación del daño, en los términos del
artículo 471 del Código de Procedimientos Penales del
Estado, para lo cual cuantificó la posible cantidad a que
hubieran tenido derecho los familiares del finado Hugo
Segura Olvera, lo que sirvió para la aplicación de las
citadas sanciones.
Resolución que constituye el acto reclamado en el
presente Juicio Constitucional.
Ahora bien, aduce la quejosa en sus conceptos de
violación, que el acto reclamado viola en su perjuicio las
garantías individuales consagradas en los artículos 14 y 16
Constitucionales, conforme a los siguientes razonamientos:
a) Que la resolución reclamada no cuenta con la
debida fundamentación y motivación, ya que la misma se
funda en apreciaciones subjetivas y no se determina,
porqué no había cumplido con sus deberes y obligaciones
inherentes a su cargo, pasándose por alto el motivo por el
cual se había iniciado el procedimiento administrativo de
responsabilidad.
b) Que respecto al argumento de la responsable
ordenadora, en el cual sostiene su competencia para
22
Juicio de Amparo 660/2007
resolver el asunto en controversia, señala que su
argumento era que la responsable, debe de limitarse a
decidir sobre la legalidad de los actos de los Servidores
Públicos en el ámbito meramente administrativo, sin que
fueran
motivo
de
análisis
cuestiones
de
orden
jurisdiccional, cuya impugnación debe hacerse en esa vía,
ya que en ningún momento impugnó la competencia de
dicho Órgano Administrativo, independientemente de la
tesis que al efecto se citó, que constituía una tesis aislada,
la cual no resulta obligatoria, además de que no es
aplicable al caso, toda vez que la Ley Orgánica del Poder
Judicial Federal, es muy diferente a la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado.
c) Que contrario a lo afirmado por el Consejo de la
Judicatura del Estado, la sentencia dictada el uno de abril
de dos mil cinco, dentro del proceso penal 9/2004, del
índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia de Santa
María del Río, San Luis Potosí, se dictó sin ignorar las
constancias de carácter esencial para la solución del
asunto, así como que no se habían realizado desviaciones
a la legalidad, ni realizando algún error o descuido, sino
que por el contrario se apegó a los requisitos de
fundamentación y motivación, ya que por una parte había
fijado los hechos que tuvo en consideración para decidir el
caso, así como que la sentencia se fundó en diversos
23
Juicio de Amparo 660/2007
numerales de la Constitución Federal, Código Penal
vigente en la época en que sucedieron los hechos, del
Código Procesal de la materia vigente en el Estado y de la
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que además la
sentencia se dictó con congruencia y exhaustividad, al
haberse resuelto conforme a lo solicitado y lo probado en
autos.
d)
Que la responsable debió de cerciorarse de que
existiera una persona que tuviera interés jurídico en el
asunto, ya que Juana Segura Olvera, quien se ostentaba
como madre del occiso, había realizado la denuncia que
dio origen al procedimiento, sin haber manifestado su
domicilio, así como que no había certeza de la existencia
de dicha persona, ni que tuviera capacidad para denunciar
los referidos hechos, además de que resultaba ilegal la
circunstancia de que no hubiera exigido la ratificación de
dicho escrito, ya que le resultaba imposible investigar si
realmente existía la denunciante así como el testigo cuyo
nombre no proporcionaba.
e) Que el procedimiento debió resolverse con la
calificativa de que la falta cometida por la quejosa, lo era el
haber dictado una sentencia contra el texto expreso de la
ley, y no por una diversa, atendiendo a que el hecho de
que esto fuera así, generaba que se estuviera dictando
una sentencia incongruente, ya que se introdujeron
24
Juicio de Amparo 660/2007
elementos ajenos a la misma, al fundar el acto en
presuntas faltas que no se calificaron al inicio del
procedimiento de que se trata, violentándose en su
perjuicio la garantía de audiencia, al no poder combatir la
diversa falta que se le atribuye, al haberse variado la
calificativa con la que se inició el procedimiento, y por tanto
estima, que la resolución combatida le causa agravio, ya
que la misma se realizó conforme a consideraciones
subjetivas, que no fueron parte de la demanda, siendo que
además la responsable no había tomado en cuenta que no
se había encontrado evidencia de que la denunciada
hubiera recibido cantidad de dinero a que aludía la
denunciante, circunstancia que estima debió ser relevante
al momento de sancionársele, y tomar en cuenta que
Juana Segura Olvera, mintió en su escrito de queja, y
observar que si incurría en falsedad, era falso todo su
dicho, lo anterior, porque el procedimiento administrativo
se había iniciado en la presunta falta del artículo 129,
fracción VI de la Ley Orgánica del Poder Judicial del
Estado, y no en la fracción IV.
f) Que respecto a los testimonios de descargo que la
responsable señaló que los había valorado ilegalmente,
estima que éstos fueron debidamente valorados en
términos de los artículos 308, 311, 315, 316, 317 y 320 del
Código de Procedimientos Penales, así como los de cargo,
25
Juicio de Amparo 660/2007
ya que éstos tenían la calidad de indicios, que la llevaron a
perfeccionar la prueba circunstancial, de la cual hizo uso
en el ámbito de su competencia, puesto que no existía un
método de generalidad universal aceptado como aplicable
a todos los casos.
g)
Que
además
no
está
conforme
con
el
razonamiento vertido por la responsable en su inciso d), en
relación a que en nada incidía sobre su responsabilidad
por el pronunciamiento en el proceso 9/2004 en cita, sobre
la existencia de prueba de riña y sobre su falta de
pronunciamiento de un homicidio simple doloso, ya que
ese señalamiento la dejaba en estado de indefensión al no
tener un sustento claro, motivado y fundado, del porqué no
incidía sobre su responsabilidad.
h) Que respecto al inciso e) de la resolución
reclamada, señala que ella emitió el fallo que se revisaba,
en estricto apego a la legalidad e imparcialidad, orientada
al deseo de decir la verdad, a efecto de resolver justa y
legalmente, al justipreciar en la sentencia de uno de abril
de dos mil cinco, todas y cada una de las pruebas, tanto
las de cargo como las de descargo, que además en
momento
alguno
se
había
faltado
al
principio
de
congruencia y legalidad, por lo que no se había dictado
contra el texto de la Ley, ni tampoco se había dado por
26
Juicio de Amparo 660/2007
probado un hecho que no lo estuviera debidamente
comprobado, ya que del referido sumario, se acreditó plena
y legalmente los elementos materiales del cuerpo del delito
de Homicidio,
habida cuenta que las pruebas de
inspección, pericial y testimonial perfeccionando la prueba
circunstancial invocando los preceptos legales aplicables, y
motivando el mismo, lo que había quedado establecido en
el considerando cuarto y quinto de la referida resolución.
i) Que además la responsable variaba los hechos de
la denuncia formulada por Juana Segura Olvera, toda vez
que señalaba que la gran inconformidad de la antes citada,
era en torno a la falta de legalidad e imparcialidad con que
había sido dictada la sentencia que puso en libertad al
homicida de su hijo, sustentando dicha circunstancia con la
expresión que utilizó, consistente en “y sacarse de la
manga un Homicidio en riña”, para referirse al acto que
sustento el otorgamiento de esa libertad y que los
testimonios rendidos por los deponentes de descargo no
eran conducentes, ni idóneos, para dictar la modificativa
que al efecto se determinó; siendo que contrario a ello,
estima que lo que la citada persona manifiesta es que le
había dado mucho coraje contra la justicia porque con
dinero los dejaban salir y que hubieran lucrado con el
cadáver de su hijo, además de que precisó que tres de los
testigos eran parientes del homicida, y que éstos y otros
27
Juicio de Amparo 660/2007
eran atestes preparados, desfasados y que declaraban
después de casi diez años de pasados los hechos y que ni
siquiera concordaban con la hora de los hechos, y que
solamente habían escuchado unos disparos.
j) Que respecto a la interpretación que realizó la
responsable del referido escrito de denuncia, señala que
puede dar lugar a discusión con relación a si se invade o
no la facultad jurisdiccional del Juzgador, toda vez que
dicha modificativa de riña que había dado por comprobada
en la causa penal de que se trata, y que generó que no
tuviera como probado el delito de homicidio doloso, había
sido debidamente acreditada en autos, ya que realizó el
razonamiento y análisis de porqué se había dictado en el
término constitucional, auto de formal prisión contra José
Martínez Pérez, como probable responsable en la
comisión del ilícito de homicidio simple intencional, ya que
además del certificado médico, inspección y pericial, sólo
obraban los testimonios de Victoria Segura Olvera y
Amador Bahena Mata, a los que les había otorgado el
valor de indicios, ya que hasta ese estadio procesal la
declaración del citado inculpado no se encontraba
corroborada con medio de convicción alguno, puesto que
éste había expuesto que había disparado su pistola pero
para defenderse de los disparos que la gente hacía, siendo
que con las declaraciones de Ma. de Lourdes Vega
28
Juicio de Amparo 660/2007
Torres y Adelita Martínez Vega, se acreditó que
existieron varios disparos, es decir que con ello se
corroboraba la declaración del antes citado, en el sentido
de que se había defendido de los disparos que la gente le
hacía y que ello sólo había ocurrido en una sola ocasión,
además de que con los atestes de Gladis del Carmen
Flores Padrón, Aurora Pérez Vega y Justo Martínez, se
acreditaba que previo al suceso que analizó, había existido
una contienda verbal entre el pasivo y activo del ilícito, en
la que el sentenciado también había sido provocado; con lo
que se acreditaba que había actuado en todo momento
con exactitud y certeza observando la legalidad, honradez,
imparcialidad y eficiencia, por lo que había expuesto su
fallo atendiendo su criterio jurisdiccional, a la convicción
que produjeron en su ánimo las pruebas de descargo; por
lo cual estima que el Consejo de la Judicatura del
Estado,
invade
la
jurisdicción
y
autonomía,
al
considerar que en materia disciplinaria la actuación del
Juez no puede examinarse en función de los perjuicios que
se causen a las partes, lo que significaba que a través de
las normas no podían hacerse efectivos los derechos
procedimentales que tuvieran los litigantes, ni tampoco
podían repararse las irregularidades cometidas, y que
además la responsable invadía la función jurisdiccional del
Juzgador, porque pretendía sustituirse al criterio del
29
Juicio de Amparo 660/2007
Juzgador, por la apreciación subjetiva que realizó de los
medios de prueba que obraban en el sumario.
k) Que los razonamientos vertidos por la responsable
en las fojas 28 y 29 de la resolución reclamada, le
causaban agravio, ya que el Consejo de la Judicatura del
Estado, pretendía sustituir con ello el arbitrio judicial de la
Juzgadora, ya que los integrantes del mismo, no
constituían un Órgano jurisdiccional, y que por ello no era
factible que concluyeran si la resolución a revisión, se
encontraba indebidamente fundada y motivada, o que se
había aplicado un incorrecto método de interpretación, ya
que la misma se había dictado atendiendo a los principios
de congruencia y exhaustividad.
l) Que los integrantes del Consejo de la Judicatura
del Poder Judicial del Estado, carecían de competencia
para imponerle la sanción que se le impuso, debido a que
quien debía de imponer la misma, era el Pleno del Poder
Judicial del Poder Judicial del Estado o bien el Pleno del
Consejo de la Judicatura del Estado, toda vez que éstos
eran los Órganos encargados de resolver si existió o no
responsabilidad, y no así los integrantes del último Órgano
de vigilancia en cita, toda vez que las firmas de éstos se
plasmaron sin hacerse mención de quiénes resolvieron y
firmaron la determinación reclamada, motivo por el cual
30
Juicio de Amparo 660/2007
estima que debieron resolverla ya fuera el Pleno del
Consejo o del Poder Judicial del Estado.
m) Que por lo que hacía a la falta de dictar condena
a la reparación del daño, en la citada causa penal, señala
que al momento en que acaecieron los hechos (seis de
agosto de mil novecientos noventa y cinco), era aplicable el
artículo 24 del Código Penal del Estado, vigente en esa
época, que establecía que:
“la reparación será fijada por los jueces
según el daño que sea preciso reparar de acuerdo
a las pruebas obtenidas en el proceso”
Siendo que de dicho numeral se desprende que era
facultad discrecional del órgano jurisdiccional condenar o
no al pago de la reparación del daño en caso de no existir
pruebas, y que por ese motivo, en el caso concreto, al no
existir pruebas para condenar a la reparación del daño, no
condenó a la misma, máxime que si Juana Segura
Olvera, consideraba que tenía derecho a la misma, ésta se
encontraba en aptitud de solicitarla en la vía civil;
circunstancias la anteriores por las cuales estima que
resulta inexacto lo determinado por la responsable en
cuanto a que se encontraba obligada a condenar a la
reparación del daño, ello en términos del artículo 471 del
Código de Procedimientos Penales vigente en la época en
31
Juicio de Amparo 660/2007
que se dictó la sentencia en la causa penal 09/2004, ya
que en la época en que acaecieron los hechos atribuidos a
José Martínez Pérez, no se encontraba vigente la
disposición citada el último término, así como tampoco la
reforma que sufrieron los artículos 20, fracción IV de la
Constitución y 24 del Código Penal del Estado.
n) Que además la resolución reclamada carece de
fundamentación y motivación, en cuanto al término de la
sanción de inhabilitación, ya que la sancionaban con la
inhabilitación de diez años, con motivo de que había
causado un daño económico por la cantidad de $45,084.80
(cuarenta y cinco mil ochenta y cuatro pesos 80/100
moneda nacional) a los familiares de quien en vida llevara
el nombre de Hugo Segura Olvera, siendo que en el
asunto a revisión en momento alguno había comparecido
ningún familiar del aquí citado, a solicitar el pago de la
reparación del daño, así como que tampoco había estado
probada la cuantía del mismo, por lo que no se acreditaba
que la quejosa hubiera causado un daño a los familiares
de la referida víctima, máxime que no se había acreditado
en autos que Victoria Segura Olvera, fuera cónyuge
supérstite,
concubina,
descendiente
o
hija
menor
ascendiente
o
incapacitada,
que
dependienra
económicamente de Hugo Segura Olvera.
32
Juicio de Amparo 660/2007
ñ) Que la sanción impuesta resulta violatoria al
principio de retroactividad de una ley, ya que ésta se funda
en una ley que había sido abrogada, debido a que la
misma se sustentó en el contenido de los artículos 132,
fracciones V y VI, 135 y 136 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial del Estado, que fue abrogada por la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado, publicada el quince de
octubre de dos mil cinco, la cual en su punto transitorio
segundo dispone:
“Segundo. Se abroga la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, publicada en el
periódico oficial del estado de fecha 25 de
diciembre de 1996 y sus reformas subsecuentes;
y se derogan todas las
disposiciones
que se
opongan a la ley materia del presente decreto.”
Por lo que estima que la sanción de que se trata, no
tiene eficacia ni vigencia legal para que la misma le fuese
impuesta.
o) Que le causa agravio, la circunstancia de que en
la resolución reclamada, específicamente en su resolutivo
segundo, se haya aludido a las faltas administrativas que
fueron señaladas, en el punto dos, en el considerando
cuarto de dicha resolución; toda vez que, en la referida
resolución, no existe el considerando cuarto, por lo que
estima que el aludido punto resolutivo, carece de la debida
fundamentación y motivación,
33
Juicio de Amparo 660/2007
Por razón de método, en primer término se
analizarán los conceptos de violación que se hacen valer
en relación a la falta competencia o facultad de la
responsable ordenadora para pronunciarse sobre una
cuestión jurisdiccional para acreditar la falta administrativa
que se le atribuye a la quejosa, mismos que fueron
precisados en los incisos b), j) y k).
Sin que obste a lo anterior, la manifestación vertida
por la quejosa en el motivo de disenso marcado en el
inciso b), en cuanto a que en momento alguno había
impugnado la competencia del Consejo de la Judicatura
del Estado, sino únicamente en la medida que no se
encontraba
facultado
para
decidir
sobre
cuestiones
jurisdiccionales para determinar la falta administrativa que
se
le
atribuía;
toda
vez
que
dicho
argumento
necesariamente se deberá analizar en cuanto a que a si el
referido Órgano Administrativo, resultaba ser competente
para dilucidar lo antes referido, ya que la circunstancia de
que se encontrara facultada para ello o no, se ve inmersa
en la competencia, pues esta última, debe definirse como
complejo de facultades, obligaciones y poderes atribuidos
por el derecho positivo a un determinado órgano
administrativo, y por ese motivo, la facultad de que aduce
la quejosa, carecía la responsable, se debe analizar en
34
Juicio de Amparo 660/2007
relación
a
la
competencia
del
aludido
Órgano
Administrativo.
Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo
sustentan, el criterio sostenido por el por el Cuarto tribunal
Colegiado del Décimo Quinto Circuito, visible en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en su
tomo XXIII, Marzo de 2006, Página: 1961, que a la letra
expone:
“COMPETENCIA.
DERECHO
EN
EL
ÁMBITO
DEL
ADMINISTRATIVO
ES
IMPRORROGABLE Y, POR TANTO, NO EXISTE
SUMISIÓN
TÁCITA
DEL
GOBERNADO.
La
competencia en materia administrativa puede
definirse
como
el
complejo
de
facultades,
obligaciones y poderes atribuidos por el derecho
positivo a un determinado órgano administrativo;
así, las normas que establecen la competencia
son de orden público, pues éstas se forman con
miras al interés público, no al del órgano estatal,
por
lo
que
aquélla
es
irrenunciable
e
improrrogable, tanto por acuerdo entre las partes,
como de ellas con la administración; esto
inclusive
para
la
competencia
territorial,
a
diferencia de lo que ocurre en el derecho
procesal. Luego, el hecho de que el gobernado con
el
fin
de
evitarse
conflictos
con
la
administración pública- intente cumplir lo que le
es requerido por un ente estatal sin controvertir
su competencia, de ninguna manera legitima la
35
Juicio de Amparo 660/2007
actuación de una autoridad incompetente, ya que,
se
reitera,
la
competencia
en
el
ámbito
administrativo es improrrogable. Además, en
caso
de
que
se
estimara
prorrogable
por
sumisión tácita, se obligaría a los particulares a
mostrarse insumisos a los mandamientos de las
autoridades que estimaran incompetentes (o que
no fundaran adecuadamente su competencia),
con la posibilidad de que se aplique en su contra
algún tipo de coacción que pudiera derivar en
actos de molestia o privación; se suma a lo
anterior, el hecho de que el fundamento de la
competencia de las autoridades constituye un
elemento esencial del acto de autoridad, cuyo
cumplimiento puede ser impugnado por los
particulares en el momento en que les produzca
algún agravio jurídico, tan es así que el artículo
238 del Código Fiscal de la Federación vigente
hasta el 31 de diciembre de 2005, impone al
Tribunal
Federal
Administrativa
autoridad
que
de
Justicia
analice
administrativa
de
carece
Fiscal
oficio
o
si
no
y
la
de
competencia legal para emitir el acto impugnado
o alguno de los que le sirven de antecedente o
apoyo; por lo que en el caso de que se aceptara la
sumisión tácita del particular a la competencia de
la autoridad, se llegaría al absurdo de convalidar
actos viciados en su origen por provenir de
autoridades incompetentes.”
Bajo ese contexto se debe estimar infundado lo
manifestado por la quejosa, toda vez que el Consejo de la
Judicatura del Estado, en su calidad de Órgano de
36
Juicio de Amparo 660/2007
vigilancia y disciplina en los
precisados
en
el
términos
considerando
que
que fueron
antecede,
se
encontraba debidamente facultado para analizar los
razonamientos que fueron vertidos por la quejosa en la
sentencia de uno de abril de dos mi cinco, es decir, sobre
cuestiones
que
fueron
materia
de
estudio
jurisdiccionalmente, toda vez que conforme al artículo 129,
fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del
Estado, que estima aplicable la responsable, a la letra
expone:
“Artículo 129. Son faltas de los Jueces:
…
IV. Dar por probado un hecho que no lo esté
legalmente en los autos o tener como no probado
uno que conforme a la Ley, deba estimarse
debidamente comprobado….”
Es evidente que sí se hallaba facultada para analizar
si dentro de la sentencia dictada dentro de la causa penal
9/2004, se habían dado por probados hechos que no lo
estuvieran legalmente, toda vez que, a través del arábigo
en cita, en relación con el 90 de la Constitución Local, se
faculta a la responsable a determinar si respecto a los
argumentos vertidos por la quejosa en la citada sentencia,
se actualizaba o no la aludida falta administrativa, lo cual
invariablemente se ve inmerso en la función jurisdiccional
con la que actúo la quejosa; y por tanto, al encontrarse
37
Juicio de Amparo 660/2007
dentro de las atribuciones de la responsable, el analizar el
apego a la legalidad de las resoluciones judiciales dictadas
por los Jueces que integran el Poder Judicial del Estado,
en cuanto a que no tengan probados hechos que
legalmente
no
lo
estuvieron,
es
evidente
que
es
competente para pronunciarse al respecto en la medida
que acaeció en la resolución reclamada.
En esa tesitura, contrario a lo esgrimido por la parte
quejosa, se comulga con la responsable, en la cita del
criterio sostenido por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, por las razones que lo sustentan,
visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, tomo XI, Marzo de 2000, Página: 88, que bajo el
siguiente rubro reza:
“CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL.
AL RESOLVER SOBRE LA RESPONSABILIDAD
ADMINISTRATIVA DE JUECES DE DISTRITO O
MAGISTRADOS DE CIRCUITO
MENOSCABO
JUZGADA
Y
DEL
PRINCIPIO
DE
LA
PUEDE, SIN
DE
COSA
AUTONOMÍA
E
INDEPENDENCIA JUDICIALES, EXAMINAR EL
APEGO A LA LEGALIDAD DE RESOLUCIONES
JURISDICCIONALES.”
Lo anterior, no obstante que el mismo se pronuncie
respecto al Consejo de la Judicatura Federal, toda vez que
38
Juicio de Amparo 660/2007
únicamente se retoma por las razones que lo sustentan, en
relación a lo precisado en párrafos precedentes.
Sin que pase desapercibida la diversa manifestación
de la quejosa, en el concepto de violación j), en cuanto que
se invade la jurisdicción y autonomía, al considerar que en
materia disciplinaria la actuación del Juez no podía
examinarse en función de los perjuicios que se causen a
las partes, lo que significa que a través de las normas no
pueden hacerse efectivos los derechos procedimentales
que tuvieran los litigantes, ni tampoco puedan reparase las
irregularidades cometidas; lo cual igualmente deviene
infundado, atendiendo a que como ya se estableció, la
responsable se encontraba facultada para dirimir sobre la
legalidad de la sentencia dictada en la causa penal 9/2004,
del índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia en Santa
María del Río, San Luis Potosí, lo cual acaeció al
considerar que con motivo de la misma se actualizaba la
falta administrativa contenida en el artículo 129, fracción IV
de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que se
estimó aplicable, al analizarse las constancias del referido
sumario en relación a la sentencia dictada, sin que del
apartado correspondiente a dicho estudio, el cual se ubica
en el considerando tercero, inciso e), mismo que fue
precisado en el punto V, del presente considerando de
esta sentencia, se desprenda que se hubiere analizado lo
39
Juicio de Amparo 660/2007
anterior atendiendo a los perjuicios que en su caso se
causaron a las partes, ni que se hubieran reparado las
irregularidades cometidas dentro del procedimiento de
origen, contrario a lo aducido por la aquí quejosa, sino todo
lo contrario, ya que dicho estudio únicamente versó
respecto de los hechos denunciados, de las defensas
planteadas y las pruebas que obraron en el sumario de
origen, máxime que del diverso numeral 56 de la Ley de
Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y
Municipios de San Luis Potosí, se advierte que todo
servidor
público
tendrá
diversas
obligaciones
para
salvaguardar la legalidad.
A ello cabe agregar, que la resolución que se analizó
por parte de la responsable quedó intocada, puesto que el
estudio que se realizó de la misma, es atendiendo a que su
finalidad es de orden público, y no particular, porque la
sociedad está interesada en que se verifique que la
actuación de los jueces se encuentre apega en aquellos
principios que se hallan precisados en el citado artículo 56
de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos
del Estado y Municipios de San Luis Potosí, lo cual al
efecto así acaeció.
Sin que obste a lo anterior, el hecho de que en el
considerando quinto de la resolución en comento, se haya
40
Juicio de Amparo 660/2007
cuantificado la posible cantidad que hubiera correspondido
a la reparación del daño a que hubieran tenido derecho los
familiares del finado Hugo Segura Olvera, toda vez que
dicha circunstancia entre otros
hechos, únicamente
acaeció con el objetivo de establecer los parámetros para
las sanciones que se estimaron aplicables, lo cual fue
motivo de estudio en dicho apartado, y que en modo
alguno refleja que en la resolución reclamada, se hubiera
analizado el daño causado a las partes con su dictado, ya
que para la actualización de la falta administrativa antes
aludida, no se tomó en consideración dicha circunstancia,
sino únicamente para el efecto antes precisado, lo anterior
en atención al principio de motivación.
Bajo esa premisa, se estiman además inaplicables
las tesis que cita la quejosa para justificar el concepto de
violación aquí analizado, al no haberse pronunciado en
momento alguno la responsable en la medida que lo
pretende hacer ver la aquí quejosa.
En relación al motivo de disenso marcado en el inciso
l), debe señalarse que la circunstancia de que la resolución
reclamada se haya signado estableciendo que la resolvió y
firman los integrantes del Consejo de la Judicatura del
Estado, ello no revela mas que fue signada por el Pleno de
dicho Órgano Administrativo, contrario a la afirmado por la
41
Juicio de Amparo 660/2007
quejosa, toda vez que si bien se manifestó que la firmaban
sus integrantes, lo cierto es que en la misma aparecen las
firmas de los Consejeros Ernesto de la Garza Hinojosa,
Víctor Jorge Hernández García y Jesús Artemio Motilla
Martínez, así como de su Presidente Salvador Ávila Lamas
y del Secretario Ejecutivo de Vigilancia y Disciplina, según
se puede observar del citado auto de radicación de catorce
de junio de dos mil siete y del oficio CJ/619/2006, de
veintitrés de junio de dos mil siete, que obran en el referido
procedimiento administrativo, y del oficio SEVD/818/2007,
de veintitrés de abril de dos mil siete, que obra en los autos
de este sumario, siendo que con lo anterior, es evidente
que el Consejo de la Judicatura se encontraba funcionando
en Pleno, ya que firmaron sus integrantes, los que en
términos de los artículos 88 y 89 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, que a la letra exponen:
“ARTICULO 88. El Consejo de la Judicatura
estará integrado por cuatro consejeros, en los
términos del artículo 90 de la Constitución
Política del Estado, y funcionará en Pleno o a
través de comisiones.
El Consejo de la Judicatura contará con
aquellas comisiones permanentes o transitorias
de composición variable que determine el Pleno
del mismo, debiendo existir en todo caso las de
administración y presupuesto, carrera judicial,
42
Juicio de Amparo 660/2007
disciplina,
la
de
adscripción
y
la
de
administración del Tribunal Electoral.
Las comisiones serán colegiadas o unitarias
y tendrán las facultades que establezca el
reglamento expedido por el Pleno del propio
Consejo, en el que además se establecerá la
organización y funcionamiento de las mismas.
ARTICULO 89. El Consejo de la Judicatura
estará presidido por el Presidente del Supremo
Tribunal de Justicia del Estado, quien ejercerá las
atribuciones que le confieren la Constitución
Política del Estado y esta Ley.”
Se componen de cuatro consejeros, de los cuales,
uno lo será el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia
del Estado, siendo éstos los que como ya se precisó,
signaron la referida determinación, máxime que en el
considerando
especificó
su
primero
de
la
competencia,
resolución
reclamada,
determinando
que
era
atribución del Pleno del Consejo de la Judicatura, resolver
los procedimientos de responsabilidad que se iniciaran
contra los servidores público del Poder Judicial del Estado;
por tanto, deviene infundado el concepto de violación que
aquí se analiza.
Sin que pase inadvertida la circunstancia de que la
quejosa
haya
manifestado
que
podían
resultar
competentes para conocer del procedimiento en cita el
43
Juicio de Amparo 660/2007
Pleno del Poder Judicial del Estado o el Pleno del Consejo
de la Judicatura del Estado, toda vez que respecto de lo
anterior no esgrime argumento alguno, del porqué debería
de considerarse así, además de que si estimaba que la
segunda de las autoridades en cita, era la competente,
esto acaeció de esa manera en los términos señalados en
el párrafo que antecede.
Resulta igualmente infundado lo expresado en el
concepto de violación aquí marcado con el inciso d), toda
vez que la responsable en modo alguno tenía la obligación
de cerciorarse de la existencia de Juana Segura Olvera,
ni que contara con capacidad para denunciar los hechos
de que se trata, así mismo que se le requiriera para que
ratificara su escrito de denuncia, ello atendiendo a que
como se desprende del auto de radicación de catorce de
julio de dos mil siete, por medio del cual se da trámite al
procedimiento administrativo de responsabilidad 75/2006,
el mismo fue iniciado de oficio por el Cuerpo Colegiado, a
petición de los Consejeros Ernesto de la Garza Hinojosa y
Víctor Jorge Hernández García, en términos de los
artículos 184 y 185 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
del Estado, que a la letra exponen:
“ARTICULO
184.
El
procedimiento
administrativo se iniciará mediante queja de los
44
Juicio de Amparo 660/2007
órganos auxiliares o de los particulares que
tengan interés jurídico, la que se formulará por
escrito o de manera verbal, pero en este último
caso se levantará acta circunstanciada de la
misma. También podrá iniciarse de oficio por el
superior jerárquico del presunto infractor, o por
cualquiera de los consejeros cuando la gravedad
de la irregularidad observada así lo amerite y, en
tal caso, corresponderá al Pleno del Consejo de la
Judicatura imponer al responsable la sanción
respectiva.
ARTICULO 185. El procedimiento lo instruirá
el
Secretariado
Ejecutivo
de
Vigilancia
y
Disciplina auxiliado por la Visitaduría o la
Contraloría, según corresponda, y comprenderá
una audiencia que se verificará dentro de los
quince días hábiles siguientes, con intervención
del Ministerio Público y conforme a lo siguiente.
El procedimiento se sujetará a lo siguiente:
I. Se citará al presunto responsable a la
audiencia, haciéndole saber la responsabilidad
que se le imputa y el derecho que tiene a ofrecer
pruebas
ofrecerse
y
a
y
alegar.
rendirse
Las
en
pruebas
la
deberán
audiencia,
con
excepción de la testimonial y la pericial, que
deberán anunciarse cinco días antes del señalado
para su celebración. La citación se hará cuando
menos con ocho días hábiles de anticipación.
Abierta la audiencia se procederá a recibir, por su
orden, las pruebas, los alegatos y en su caso, el
pedimento del Ministerio Público;
II. Al concluir la audiencia o dentro de los
treinta días hábiles siguientes, el Pleno del
45
Juicio de Amparo 660/2007
Consejo resolverá si existió o no responsabilidad;
en caso afirmativo impondrá al infractor las
sanciones administrativas correspondientes y
dará
los
avisos
corresponda,
a
las
notificando
autoridades
la
resolución
que
al
interesado dentro de las veinticuatro horas
hábiles siguientes;
III. La audiencia podrá diferirse si lo solicita
el interesado con causa justificada a juicio del
Secretariado; asimismo, si éste encuentra que no
hay datos suficientes para resolver, o advierte
elementos que impliquen nueva responsabilidad
administrativa a cargo del presunto responsable
o de otras personas, podrá disponer la práctica
de mayores investigaciones y citar para otra u
otras audiencias, o bien turnar el asunto al
órgano competente, y
IV. Si el Pleno del Consejo de la Judicatura
estima que la queja fue interpuesta actuando de
mala fe, se impondrá al quejoso, representante,
abogado o a ambos, una multa de doscientos a
trescientos días de salario mínimo vigente en la
Capital del Estado al momento de interponerse la
queja.”
De lo anterior, se advierte que los Consejeros se
encuentran facultados para iniciar de oficio el citado
Procedimiento Administrativo, cuando la gravedad del
mismo así lo amerite, lo cual así acaeció, ya que en el
referido auto se especificó que lo anterior se justificaba con
las irregularidades observadas, conforme al contenido del
escrito de denuncia signado por Juana Segura Olvera,
46
Juicio de Amparo 660/2007
para lo cual precisó qué hechos se desprendían del
mismo, especificando que la presunta falta consistía en
haber emitido una resolución contra el texto expreso de la
Ley, sin que pasara inadvertido lo aseverado por la
denunciante, en cuando a que a Joel Martínez Pérez, le
había salido caro su delito, ya que a María Elena
Palomino Reyna, como Juez Mixto de Primera Instancia,
en Santa María del Río, San Luis Potosí, y a la Agente del
Ministerio Público de esa adscripción, les entregó ochenta
mil pesos, ya que con ello resultaban graves las conductas
que se le atribuían; motivos los anteriores que justifican la
circunstancia de que la responsable en modo alguno se
hallaba obligada a cumplir con las exigencias que precisa
la quejosa, sin que obste para ello la circunstancia de que
los aludidos consejeros iniciaran de oficio el procedimiento
tomando como base el referido escrito de denuncia, toda
vez que del auto en comento, se advierte que ello acaeció
con motivo de la gravedad de las faltas ahí esgrimidas, en
la medida que se ha señalado, cumpliéndose con ello el
contenido del aludido artículo 184 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado.
Conforme a lo anterior, es evidente, que igualmente
en modo alguno Juana Segura Olvera, tenía la obligación
de señalar domicilio en su escrito de denuncia, ya que el
procedimiento incoado contra María Elena Palomino
47
Juicio de Amparo 660/2007
Reyna,
fue iniciado de oficio por los Consejeros antes
aludidos.
Por otra parte, cabe precisar que el artículo 16 de la
Constitución Federal establece que todo acto de autoridad
debe encontrarse suficientemente fundado y motivado,
entendiéndose por lo primero que ha de precisarse con
precisión en el texto mismo del acto, el precepto legal
aplicable al caso, y por lo segundo, que deben señalarse
las circunstancias especiales, razones particulares o
causas inmediatas que se hayan tenido en consideración
para la emisión del acto; siendo necesario además que
exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas
aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren
las hipótesis normativas.
En apoyo de lo anterior se invoca la tesis sustentada
por la otrora Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en le Semanario Judicial
de la Federación, Tomo: 30 Tercera Parte, Página: 57,
Séptima Época, que bajo el siguiente rubro dice:
“FUNDAMENTACION
Y
MOTIVACION,
GARANTIA DE.”
En el caso el acto reclamado cumple los requisitos de
fundamentación y motivación que todo acto de autoridad
requiere, ya que en lo particular la autoridad responsable
48
Juicio de Amparo 660/2007
citó las disposiciones aplicables al caso en concreto, y por
otra parte, señaló las circunstancias especiales y razones
particulares que tomó en consideración para el dictado del
mismo, como son los diversos argumentos vertidos por las
partes en relación al procedimiento de que se trata y los
medios de prueba que fueron ofrecidos, así como aquéllos
que
fueron
recabados
de
oficio,
circunstancias
la
anteriores, que evidencian que existe una adecuación
entre los motivos aducidos y las normas aplicables, como
más adelante se precisará, y por tanto, deviene infundado
el concepto de violación marcado en el inciso a), respecto
a lo aquí analizado.
Sin que obste a lo anterior lo manifestado por la
quejosa, y que ha quedado debidamente especificado en el
inciso o), toda vez que si bien es cierto que dentro de la
resolución
impugnada
no
existe
el
punto
dos,
del
considerando cuarto a que alude el resolutivo segundo de la
misma, en la cual se hace alusión a las faltas administrativas
que se estimaron fundadas, sin embargo, es evidente que
dicha circunstancia se trata de una mera equivocación,
consistente en que indebidamente se invocó un determinado
considerando cuando debió citarse otro, ello en atención, a
que es evidente que la responsable se refiere al punto dos,
del considerando tercero de la referida resolución, en el cual
entre otras, se especificaron las faltas que se declararon
49
Juicio de Amparo 660/2007
fundadas en el considerando quinto de la sentencia a
estudio; circunstancia la anterior, por la cual dicho motivo de
disenso debe estimarse fundado pero inoperante, ya que la
irrelevancia de la citada omisión de enunciar el considerando
correcto
en
el
resolutivo
segundo
de
la
resolución
impugnada, no es apta para resolver el asunto en forma
favorable a los intereses de la quejoso, atendiendo a que a
nada práctico conduciría conceder el amparo y protección de
la Justicia Federal para el efecto de que se analizara una
cuestión innecesaria, dado que el sentido del fondo del
asunto seguiría siendo el mismo, en detrimento del principio
de economía procesal y la pronta administración de justicia
que establece el artículo 17 constitucional.
Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo
sustentan, el criterio sostenido por el Segundo Tribunal
Colegiado del Segundo Circuito, visible en el Semanario
Judicial de la Federación, en su tomo XIII, Junio de 1994,
Página: 670, que a la letra expone:
“SENTENCIAS,
CITA
ERRONEA
DE
PRECEPTOS LEGALES EN LAS. El error en la cita
de los preceptos legales en que incurre la
autoridad responsable no amerita la concesión
del amparo si, de los términos literales de la
sentencia reclamada aparece que simplemente se
trata de una verdadera equivocación consistente
50
Juicio de Amparo 660/2007
en que indebidamente se invocan unos preceptos
cuando debieron citarse otros.”
Asimismo, resulta aplicable la Jurisprudencia emitida
por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, tomo XX, Julio de 2004, Página: 1396, que bajo
el siguiente rubro reza:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN FUNDADOS
PERO INOPERANTES. DEBEN DECLARARSE ASÍ,
CUANDO EXISTA SEGURIDAD ABSOLUTA EN
CUANTO A LA IRRELEVANCIA DE LA OMISIÓN
EN
QUE
RESPONSABLE
INCURRIÓ
Y
NO
LA
AUTORIDAD
SEA
NECESARIO
SUSTITUIRSE EN SU ARBITRIO PARA DEFINIR
CUESTIONES DE FONDO.”
Los conceptos de violación marcados con los incisos
c), f), h) y j) devienen inoperantes, toda vez que las
alegaciones ahí especificadas, se traducen en meras
afirmaciones, ya que no combate por sí misma la
determinación del Consejo de la Judicatura del Estado, en
relación a el porqué en la sentencia de uno de abril de dos
mil cinco, dictada dentro de la causa penal 9/2004,
indebidamente se estimó actualizada la falta, consistente
en dar por probada la calificativa de riña, en la comisión del
ilícito de homicidio analizado en dicho proceso penal,
instruido contra Joel Martínez Pérez, cuando legalmente
51
Juicio de Amparo 660/2007
no lo estaba, y en consecuencia no haber tenido por
comprobado el homicidio doloso contra Hugo Segura
Olvera; para que este Juzgado se pronunciara si fue
correcta o incorrecta la atribución de la falta de que se
trata.
Es decir, era menester que precisara si la resolución
del referido Órgano Administrativo, era incorrecta, en
cuanto a que indebidamente con los argumentos que
fueron precisados, no se acreditaba la falta de que se trata;
puesto que con el sólo hecho de aludir a que fundó y
motivó su resolución en los ordenamientos legales que cita
y diversos preceptos del Código de Procedimientos
Penales que menciona, no hace patente lo equivocado a
su parecer, de la conclusión a que arribó la responsable.
Lo anterior deviene así, ya que la parte quejosa, sólo
se limita a esgrimir que el razonamiento de la responsable
es incorrecto, que el auto de formal prisión que dictó contra
José Martínez Pérez, como probable responsable en la
comisión del ilícito de homicidio simple intencional, fue
emitido de esa manera atendiendo a que sólo obraban los
testimonios de Victoria Segura Olvera y Amador Bahena
Mata, a los que les otorgó el valor de indicios, ya que hasta
ese estadio procesal la declaración del citado inculpado no
se encontraba corroborada con medio de convicción
52
Juicio de Amparo 660/2007
alguno, puesto que éste había expuesto que había
disparado su pistola pero para defenderse de los disparos
que la gente hacía, siendo que con las declaraciones de
Ma. de Lourdes Vega Torres y Adelita Martínez Vega,
se acreditó que existieron varios disparos, es decir que con
ello se corroboraba la declaración del antes citado, en el
sentido de que se había defendido de los disparos que la
gente le hacía y que ello sólo había ocurrido en una sola
ocasión, además de que con los atestes de Gladis del
Carmen Flores Padrón, Aurora Pérez Vega y Justo
Martínez, se acreditaba que previo al suceso que analizó,
había existido una contienda verbal entre el pasivo y activo
del ilícito, en la que el sentenciado también había sido
provocado; y que con todo lo anterior, se acreditaba que
había actuado en todo momento con exactitud y certeza
observando
la
legalidad,
honradez,
imparcialidad
y
eficiencia.
Siendo que respecto a lo expuesto, la quejosa no
desvirtúa las argumentaciones torales del tema que se
trata, en las que la responsable sustentó su determinación
que resultan las siguientes:
• Que el sentenciado Joel Martínez Pérez, en
momento alguno había manifestado que el occiso
Hugo
Segura
Olvera,
53
lo
hubiera
provocado
Juicio de Amparo 660/2007
mediante disparos con alguna arma de fuego, así
como que hubiera existido contienda alguna con el
último de los citados; siendo que la contienda de
obra, debía demostrarse plenamente, ya que esta
atendía a un intercambio de golpes entre los
protagonistas, que en el caso no se observaba
demostrado en el proceso 09/2004, pues atento a lo
declarado por el enjuiciado, fue él quien andaba a
caballo y agredió al ofendido disparándole de arriba
hacia abajo y conforme a las declaraciones de
Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata,
éste ni siquiera había intentado repeler la agresión.
• Que respecto a la deposición de Ma. de Lourdes
Vega Torres, la deponente no había presenciado los
hechos, referentes a la contienda entres Joel
Martínez Pérez y Hugo Segura Olvera, y que el
provocado fuese el primero de los citados, además
de que el lugar donde narra que escuchó unos
disparos, es distinto del lugar en que acaecieron los
hechos; dicho atesto se contraponía rotunda y
contundentemente,
con
lo
expresado
por
la
denunciada en su sentencia, en cuanto a que tal
medio de convicción mereciera valor probatorio
pleno.
• Que en relación al atesto de Adelaida Martínez Vega,
la
responsable
no
encontró
54
relación
entre
lo
Juicio de Amparo 660/2007
declarado por dicha testigo y los elementos que
integraron la modificativa de la riña, pues ella decía
que a las ocho de la noche estaba en su casa, que
resulta ser un lugar distinto de donde ocurrieron lo
hechos,
lo
que
significaba
que
no
presenció
circunstancia de tiempo, modo, lugar y ocasión en
que perdiera la vida Hugo Segura Olvera, y que por
ese motivo era suficiente para que no se le otorgara
a esa declaración el valor probatorio que al final
indebidamente le concedió la aquí quejosa.
• Que entre otros medios de convicción, lo aquí
señalados, junto con la confesión del reo, no merecía
ningún valor probatorio para tener por demostrada la
riña.
Por tanto, al no destruirse los argumentos que estimó
la responsable para determinar que se actualizaba la
multicitada
falta
administrativa,
es
evidente que lo
esgrimido por la quejosa deviene inoperante, al no
combatir por sí misma la determinación de dicha
responsable en el apartado en que tuvo por acreditada la
falta administrativa en mención, lo cual acaeció en el inciso
e), del considerando tercero, de la resolución reclamada.
Encuentra puntual aplicación el criterio sustentado
por el Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, en la tesis
55
Juicio de Amparo 660/2007
listada con la clave número XX.26 K, visible en la página
483, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
tomo II, Agosto de 1995, Novena Epoca, que dice:
“CONCEPTOS
INOPERANTES.
DE
HIPOTESIS
VIOLACION
EN
QUE
DEBEN
DECLARARSE. Los casos por los cuales deben
declararse
inoperantes
los
conceptos
de
violación que se hacen valer en una demanda de
amparo directo, en materia civil, administrativa o
laboral, son: 1. Cuando los argumentos que
integran los conceptos de violación no atacan
ninguno de los fundamentos del fallo reclamado;
y, 2. Cuando solamente se atacan algunos de los
argumentos que rigen la sentencia materia de
amparo, pero se dejan intocados otros.”
Asimismo, es aplicable la jurisprudencia número
I.6º.C.J/15, que aparece en la página 621 del Tomo XII, de
Julio de 2000, Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, sustentada por el Sexto Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, que a la
letra reza:
“CONCEPTOS
INOPERANTES,
DE
CUANDO
CONSIDERACIONES
IMPUGNADA.
Los
DE
VIOLACION
NO
LA
conceptos
ATACAN
LAS
SENTENCIA
de
violación
resultan inoperantes si los argumentos que aduce
la quejosa no atacan las consideraciones de la
sentencia impugnada.”
56
Juicio de Amparo 660/2007
Asimismo, cabe señalar que deviene infundada la
diversa alegación vertida por la quejosa en el citado inciso
k), toda vez que la responsable en modo alguno analizó si
la sentencia de que se trata, se encontraba debidamente
fundada y motivada, sino que su estudio, como ya se
señaló, únicamente versó en relación a los hechos
denunciados y la propia sentencia, con motivo de la falta
administrativa que se estimó actualizada, para lo cual se
retoman los argumentos señalados en los párrafos que
anteceden, los que en obvio de repeticiones innecesarias,
se tienen aquí por reproducidos.
Respecto al concepto de violación establecido en el
inciso e), de la presente resolución, así como el señalado
en el inciso a), por lo que hace a que el procedimiento
administrativo se había iniciado por la falta administrativa
prevista por la fracción VI, del artículo 178, de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, que consiste en
haber emitido una resolución contra el texto expreso de la
Ley, y no así por la diversa contenida en la fracción IV, del
referido numeral, que resulta idéntica a la que se contenía
en el artículo 129, fracción IV, de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, vigente a la fecha en que ocurrió
la falta consistente en dar por probado un hecho que no lo
esté legalmente en los autos, que es la que se estimó
57
Juicio de Amparo 660/2007
actualizada al momento de dictarse la resolución definitiva
del referido procedimiento de responsabilidad, siendo que
por ello estima que se introdujeron elementos ajenos a la
litis; se debe señalar que lo anterior deviene infundado en
la siguiente medida.
Del contenido del citado numeral 185 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, se desprende que
el Procedimiento de Responsabilidad Administrativa, se
tramitará citando al presunto responsable a la audiencia,
haciéndole saber la responsabilidad que se le imputa y
el derecho que tiene a ofrecer pruebas y a alegar.
Atento a lo anterior, es incorrecta la apreciación de la
quejosa en cuanto a que la responsable debió de resolver
el citado procedimiento atendiendo a la falta que estimó
actualizada al momento de radicar este mismo, y no dictar
la resolución definitiva por una diversa, toda vez que del
referido auto de radicación, el cual ha quedado precisado
en párrafo precedentes, si bien es cierto que se advierte
que la autoridad responsable ordenadora, estimó que la
presunta falta que se le atribuía a la quejosa consistió en
haber dictado una resolución contra el texto expreso de la
Ley, sin embargo, se desprende que se inició el mismo en
atención al contenido de la denuncia formulada por Juana
Segura Olvera, al advertirse que la quejosa había omitido
58
Juicio de Amparo 660/2007
conducirse con legalidad, honradez e imparcialidad en el
desempeño del cargo que ostentaba, siendo que por ese
motivo se le citó a la audiencia de que se trata, en relación
a las presuntas imputaciones que se realizaban en su
contra, a lo cual, se ordenó se le entregara copia
fotostática del escrito de denuncia, es decir, de lo anterior
se tiene, que no sólo se le hizo saber la posible falta que
se estimaba actualizada, sino que además se hizo de su
conocimiento todas y cada una de las imputaciones que se
contenían en el multicitado escrito de denuncia, entre las
cuales obra aquella con la cual se estimó actualizada la
falta que se le imputa a la quejosa en la resolución
reclamada.
Por tanto, de lo anterior, se tiene que si la
responsable
le
hizo
saber
a
la
quejosa
las
responsabilidades que se le imputaban, ello por medio del
escrito de denuncia de que se trata, así como del
contenido del referido auto de radicación, es patente, que
esta misma se encontró en aptitud de combatir lo que ahí
se contenía, lo cual, como se ha establecido, fue lo que dio
motivo a la falta que se estimó actualizada en la resolución
que se reclama, sin que obste a ello, la circunstancia de
que se haya especificado en el auto de radicación la
posible falta que se le atribuía a la quejosa, la cual resultó
diversa a la antes citada, ya que el hecho de que la
59
Juicio de Amparo 660/2007
quejosa estableciera una posible falta, ello no la constreñía
a dictar la resolución del procedimiento iniciado por la
misma, sino como bien lo determinó, lo debió hacer por
aquélla que efectivamente se actualizara con los hechos
que estimó para incoar el mismo, atendiendo en el caso
concreto, al escrito de denuncia, la contestación de la
misma, y a las pruebas ofrecidas por las partes, así como
las recabadas de oficio, circunstancias las anteriores con
las cuales en modo alguno se vulnera la garantía de
audiencia que aduce la parte quejosa.
Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo
sustentan, el criterio sostenido por el Séptimo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito,
visible en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, tomo XXI, Abril de 2005, Página: 1494, que a la
letra expone:
“RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS
DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. SI EN EL
CITATORIO
A
LA
AUDIENCIA
DEL
PROCEDIMIENTO RELATIVO SE EXPRESARON
LOS
FUNDAMENTOS
Y
MOTIVOS
PARA
INICIARLO, ES INNECESARIO SEÑALARLOS EN
EL LEVANTAMIENTO DEL ACTA. La audiencia a
que se refiere el artículo 64, fracción I, de la Ley
Federal de Responsabilidades de los Servidores
Públicos, se lleva a cabo una vez que se llama al
60
Juicio de Amparo 660/2007
servidor público mediante un citatorio en el que
deben señalarse los fundamentos y motivos para
el inicio del procedimiento administrativo de
responsabilidad; la fundamentación de dicho
citatorio
es
determinar
la
la
que
debe
legalidad
analizarse
del
inicio
para
del
procedimiento administrativo, sin que pueda
exigirse que en el levantamiento del acta de
audiencia realizada por el mismo funcionario que
emitió el citatorio, se reiteren los fundamentos ya
expresados, pues tal omisión no causa estado de
indefensión al servidor público si ya se le dieron
a conocer en el citatorio correspondiente.”
Por otra parte, es infundado el concepto de violación
marcado en el inciso ñ), atendiendo a los siguientes
razonamientos.
En primer término cabe señalar que la quejosa
reclama la aplicación retroactiva de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado, que la autoridad estimó
aplicable con motivo de la fecha en que acaecieron los
hechos que se denunciaron, ya que estima que ésta no era
aplicable por tratarse de una norma abrogada; por tanto, el
presente análisis versará si era posible aplicar una norma
abrogada
para
efecto
de
imponer
las
administrativas a María Elena Palomino Reyna.
61
sanciones
Juicio de Amparo 660/2007
Cabe señalar que la irretroactividad de la Ley, es el
principio de derecho según el cual las disposiciones
contenidas en las normas jurídicas no deben ser aplicadas
a los hechos que se realizaron antes de la entrada en vigor
de dichas normas. (1)
La aplicación retroactiva de una norma consiste en
verificar si el acto concreto se lleva a cabo dentro de su
ámbito temporal de validez sin afectar situaciones
jurídicas definidas o derechos adquiridos por el
gobernado con anterioridad a su entrada en vigor.
Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia emitida
por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, en su Tomo XX, Julio de 2004, Página: 415,
que a la letra expone:
“RETROACTIVIDAD
DE
LA
LEY.
ES
DIFERENTE A SU APLICACIÓN RETROACTIVA. El
análisis de la retroactividad de las leyes requiere
el estudio de los efectos que una norma tiene
sobre situaciones jurídicas definidas al amparo
de una ley anterior o sobre los derechos
adquiridos por los gobernados con anterioridad a
su entrada en vigor, verificando si la nueva norma
los desconoce, es decir, ante un planteamiento de
esa naturaleza, el órgano de control de la
constitucionalidad se pronuncia sobre si una
62
Juicio de Amparo 660/2007
determinada disposición de observancia general
obra sobre el pasado, desconociendo tales
situaciones o derechos, lo que implica juzgar
sobre
el
apego
de
un
acto
materialmente
legislativo a lo dispuesto por el artículo 14,
párrafo primero, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en cuanto a que las
leyes no deben ser retroactivas. En cambio, el
análisis sobre la aplicación retroactiva de una ley
implica verificar si el acto concreto se lleva a
cabo dentro de su ámbito temporal de validez sin
afectar situaciones jurídicas definidas o derechos
adquiridos por el gobernado con anterioridad a
su entrada en vigor.”
Precisado lo anterior, debe decirse que en modo
alguno se está aplicando retroactivamente en perjuicio de
la quejosa la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado,
publicada en el Periódico Oficial del Estado, el veinticuatro
de diciembre de mil novecientos noventa y seis, toda vez
que la circunstancia de que la legislación que estimó
aplicable la responsable ordenadora con motivo de la fecha
en que se dictó la sentencia definitiva en la causa penal
9/2004, (uno de abril de dos mil cinco), haya sido abrogada
por la diversa Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado,
publicada en el Periódico Oficial el quince de octubre de
dos mil cinco, no implica su aplicación retroactiva en
perjuicio de la quejosa, sino todo lo contrario, toda vez que
a través de ello es que se respeta dicha garantía
63
Juicio de Amparo 660/2007
constitucional, al aplicarse la norma que se encontraba
vigente al momento de cometerse la falta que se le
atribuye a la responsable, ello no obstante de que la norma
aplicable se encontrara abrogada, siempre y cuando la
nueva legislación no le beneficie, ello en términos del
artículo 14, primer párrafo de nuestra carta magna.
Bajo ese mismo contexto, deviene infundado el
motivo de disenso contenido en el inciso m), bajo las
siguientes consideraciones.
Cabe señalar que las normas procesales, no pueden
producir efectos retroactivos, porque siempre se expiden
para el futuro, esto es, para encaminar y regular los
procedimientos que deben seguirse en los juicios, a partir
de la expedición de la nueva ley, y por ende, cada etapa
procesal se encuentra regida por las disposiciones
vigentes en la época en que aquéllas se llevan a efecto.
Asimismo, se debe precisar que la circunstancia de
que un determinado Juez tuviere o no la obligación de
condenar al pago de la reparación del daño en una causa
penal, se trata de una cuestión meramente procesal, y por
tanto respecto de ésta, se deberá atender a la fecha en
que procesalmente se tuviera la obligación de cumplir con
64
Juicio de Amparo 660/2007
la misma, y no a la fecha en que acaecieron determinados
hechos que sean motivo de estudio en un proceso penal.
Por su parte, el artículo 471 del Código de
Procedimientos Penales del Estado, el cual se encuentra
vigente desde el dos de junio de dos mil dos, con motivo
de la reforma que sufrió en el decreto 297, publicado en el
periódico oficial del Estado, el uno de junio de los citados
mes y año, a la letra expone:
“ARTICULO 471. El Juez, de oficio debe
ordenar
la
reparación
substanciación
de
daño
del
exigible
incidente
al
de
inculpado,
exhortando al ofendido o a la víctima para que
comparezcan al mismo, a hacer valer sus
derechos y a aportar los elementos de prueba
tendientes a comprobar la procedencia de la
reparación del daño; pero además de tomarse en
cuenta las pruebas que se aporten, la autoridad
judicial deberá recabar de oficio todas aquellas
que puedan beneficiar a la víctima o al ofendido; y
acordar las diligencias que estime necesarias
para precisar sus derechos.”
De lo anterior, se tiene que el Juez tiene la obligación
de ordenar de oficio la substanciación del incidente de
reparación de daño exigible al inculpado, así como el
recabar de oficio todas aquellas que puedan beneficiar a la
65
Juicio de Amparo 660/2007
víctima o al ofendido; y acordar las diligencias que estime
necesarias para precisar sus derechos
Por tanto, si a la fecha en que se inició el
procedimiento penal 9/2004, del índice del Juzgado Mixto
de Primera Instancia de Santa María del Río, San Luis
Potosí, y al momento en que se dictó la sentencia
respectiva,
(veintitrés de agosto de mil novecientos
noventa y cinco y uno de abril de dos mil cinco,
respectivamente), se encontraba vigente dicho dispositivo,
es patente, que procesalmente, la responsable tenia la
obligación de ordenar de oficio el incidente de reparación
del daño, lo anterior no obstante de que se hubiera
solicitado o no, o de que no existieran pruebas para
resolver sobre el mismo, toda vez que como ya se
estableció, se trataba de una obligación procesal de María
Elena Palomino Reyna, en su calidad de Juez de Primera
Instancia de Santa María del Río, San Luis Potosí, ya que
debía ordenar la apertura del procedimiento respectivo, así
como el recabar las pruebas que pudieran beneficiar a la
víctima del delito.
Bajo esa premisa, igualmente resultaban aplicables
las reformas que sufrieron los artículos 20, fracción IV de la
Constitución y 24 del Código Penal del Estado, en relación
a dicho tópico, toda vez que éstos prevén la circunstancia
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Juicio de Amparo 660/2007
de que no se podrá absolver al inculpado de la repación
del daño si se ha emitido una sentencia condenatoria, lo
cual en relación a lo antes precisado, confirma la
obligación de la quejosa de haber abierto el incidente
correspondiente, y por tanto, deviene infundado el motivo
de disenso aquí analizado.
Sirve de apoyo a lo anterior, por las razones que lo
sustentan, el criterio sostenido por el Primer Tribunal
Colegiado del Noveno Circuito, visible en el Semanario
Judicial de la Federación, en su tomo XII, Agosto de 1993,
Página: 554, que a la letra expone:
“RETROACTIVIDAD.
APLICACION
IMPROCEDENTE DE LA LEY PROCESAL PENAL.
En
materia
penal,
el
principio
de
la
irretroactividad, recogido en el párrafo primero
del artículo 14 de la Constitución Federal tiene
como excepción aquellos casos en que, la nueva
ley, es más benigna para el reo, aspecto que
reconoce en forma unánime la jurisprudencia, la
doctrina y el derecho positivo. Sin embargo, tales
hipótesis excepcionales se refieren al aspecto
sustantivo del delito y de la pena, pero no al
adjetivo o procedimental, pues la leyes del
procedimiento, según la doctrina, no pueden
producir efectos retroactivos, porque siempre se
expiden para el futuro, esto es, para encaminar y
regular los procedimientos que deben seguirse
en los juicios, a partir de la expedición de la
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Juicio de Amparo 660/2007
nueva ley, y por ende, cada etapa procesal se
encuentra regida por las disposiciones vigentes
en la época en que aquéllas se llevan a efecto.
Conforme a lo anterior, las actuaciones realizadas
bajo la vigencia de la ley anterior no pueden ser
destruidas si, al momento de consumarse, fueron
objeto y resultado de las normas que las rigieron,
de tal manera que al valorar el juzgador tales
actuaciones, su facultad se encuentra limitada a
realizar una declaración sobre si aquel acto se
consumó bajo las reglas que se rigieron y nunca
sobre otras, que ni siquiera existían, en el mundo
jurídico.”
Bajo ese mismo contexto, es infundado el motivo de
disenso señalado en el inciso n), toda vez que como ya se
ha establecido, la quejosa tuvo la obligación procesal de
ordenar la apertura del incidente de reparación del daño,
así como el recabar las pruebas que pudieran beneficiar a
la víctima del delito, por lo cual, en modo alguno, desvirtúa
dicha obligación, la circunstancia de que ninguno de los
familiares del finado Hugo Segura Olvera, hubiera
ocurrido ante ella a solicitarlo, así como que tampoco
estuviera determinada la cuantía del mismo, o que en los
autos de origen no se hubiese acreditado que Victoria
Segura Olvera, fuese pariente de Hugo Segura Olvera,
ello atendiendo a lo anteriormente determinado.
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Juicio de Amparo 660/2007
Por otra parte, es infundado el argumento vertido por
la quejosa precisado en el citado inciso e), en cuanto a que
no se tomó en cuenta que no se había encontrado
evidencia de que hubiera recibido la cantidad de dinero
que se aducía en el escrito de denuncia, así como que
Juana Segura Olvera, había mentido, y que por ello todo
su dicho debía considerarse como falso; toda vez que
contrario a lo afirmado por la quejosa, la responsable
declaró improcedente dicha imputación, al no haberse
evidenciado lo anterior de los autos que integraron el
sumario de origen, máxime que dicha circunstancia sí fue
tomada en consideración por la responsable al momento
de imponer las sanciones que estimó conducentes, pues
tomó en consideración los hechos que encuadraron en la
falta contenida en el artículo 129, fracción IV de la Ley
Orgánica del Poder Judicial del Estado, que estimó
aplicable, sin que en éstos se agregara como falta
administrativa el hecho de que hubiere recibido cantidad
alguna con motivo de la sentencia que se analizó en el
procedimiento natural; máxime que en momento alguno la
responsable afirmó que la denunciante hubiera mentido, ya
que la circunstancia de que se concluyera que uno de los
argumentos vertidos por esta última, no se tuviera por
acreditado, no demuestra la afirmación de la quejosa,
porque además, no fue lo afirmado por quien promovió la
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Juicio de Amparo 660/2007
queja, lo que dio sustento a la determinación combatida,
sino los elementos de prueba que integran el sumario.
Respecto al concepto de violación señalado en el
inciso g) de la presente sentencia, debe decirse que el
mismo resulta infundado atendiendo a que el argumento
vertido por la responsable en el inciso d), del considerando
tercero, es perfectamente claro, ya que la responsable
precisó que resultaba fundado el argumento vertido por la
quejosa en cuanto a que el Agente del Ministerio Público al
consignar la averiguación previa que dio origen a la causa
penal 9/2004, únicamente lo hizo por el delito de homicidio
simple intencional, y no así con calificativa alguna, a lo que
agregó que no obstante de lo fundado de dicho argumento,
las circunstancias relacionadas con las calificativas del
ilícito en cuestión, en nada incidían con respecto a la
responsabilidad de María Elena Palomino Reyna, tocante
a su pronunciamiento en el proceso 9/2004, sobre la
existencia de la prueba de riña y sobre su falta de
pronunciamiento respecto a la prueba de homicidio simple
doloso, es decir, de lo anterior se tiene perfectamente claro
y preciso que señala que las circunstancias de las
calificativas del ilícito en nada incidían, sobre la existencia
de la modalidad de riña que había tenido por acreditada en
la aludida causa penal, y sobre la falta de pronunciamiento
respecto de la prueba de homicidio simple doloso,
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Juicio de Amparo 660/2007
circunstancia esta última, que como se ha señalado es la
materia de la litis de la resolución que se reclama, y por
ende es evidente el razonamiento precisado.
El motivo de disenso marcado con el inciso i),
igualmente deviene infundado, toda vez que la responsable
en momento alguno varió lo denunciado por Juana Segura
Olvera, sino que únicamente se concretó a precisar bajo
qué circunstancias y argumentos es que encuadraba la
conducta atribuida a la aquí quejosa, en la falta que se
estimó actualizada, siendo que contrario a lo que expresa
María Elena Palomino Reyna, de lo manifestado por
Juana Segura Olvera, en la parte que precisa la primera
de los citados, se desprende que efectivamente su coraje
era con la justicia, ya que habían transcurrido nueve años
para que se lograra la captura del activo en el proceso
penal de origen Joel Martínez Pérez, para que con dinero
lo dejaran salir, sin embargo, en cuanto a dichas
aseveraciones, cabe precisar que la denunciante posterior
a ellas, agregó que sus manifestaciones de desprecio
antes señaladas, se fundaban en lo que a continuación
describiría, para lo cual previo a los antecedentes de los
hechos acaecidos precisó entre otras cosas, que la ahora
quejosa, había dictado una sentencia, tomando como base
los testimonios desfasados y contradictorios entre otros los
de Ma. Lourdes Vega Torres y Adela Martínez Vega,
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Juicio de Amparo 660/2007
para que se sacara de la manga un homicidio en riña,
circunstancia que como se podrá apreciar, en modo alguno
varia los hechos narrados en la denuncia de que se trata,
toda vez que el coraje que precisa la quejosa, deriva de la
forma en que fue dictada la sentencia en la causa penal
9/2004, atendiendo a lo ya precisado, en cuanto a lo
desfasado y contradictorio de los testimonios que obraban
en el sumario, circunstancia que fue materia de análisis en
el procedimiento administrativo que se analiza, sin que con
ello se hubiera variado lo manifestado por Juana Segura
Olvera, sino que como se ha señalado, únicamente se
tomó en consideración lo medular de su manifestación, ya
que lo que señala la quejosa como la manifestación toral
de la denunciante, únicamente se trata del preámbulo de lo
expresado por la misma.
Por todo lo anterior, resulta válido concluir que la
determinación
combatida
dictada
por
la
autoridad
responsable ordenadora, si reúne los requisitos de fondo y
forma
que
para
pronunciarlo
exige
el
artículo
16
constitucional, en relación a los argumentos vertidos
por la quejosa en su escrito de demanda, por tratarse
de un procedimiento administrativo, en el cual opera el
principio de estricto derecho, y por consiguiente no es
violatoria de garantías en perjuicio de María Elena
Palomino Reyna, y en este contexto, procede negar el
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Juicio de Amparo 660/2007
amparo y protección de la Justicia Federal solicitados, ya
que este Juzgado se encuentra impedido para analizar
aspectos ajenos a la litis constitucional planteada en el
presente asunto, máxime que no se está en ninguno de los
supuestos que prevé el artículo 76 bis de la Ley de
Amparo.
Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia emitida
por
el
Segundo
Tribunal
Colegiado
en
Materias
Administrativa y Civil del Décimo Noveno Circuito, visible
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en
su tomo XXV, Febrero de 2007, Página: 1482, que a la
letra expone:
“LITIS
CONSTITUCIONAL.
SU
DELIMITACIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO
INDIRECTO Y, EN SU CASO, EN EL RECURSO DE
REVISIÓN, TRATÁNDOSE DE ASUNTOS EN QUE
OPERA EL PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO.
La materia de estudio que constituye el límite y la
condición de la jurisdicción del Juez Federal en el
amparo indirecto, se constriñe al estudio de los
razonamientos
vertidos
por
la
autoridad
responsable en el acto combatido de que se trate,
para sostener su sentido, a la luz de los
planteamientos expresados por los peticionarios
del amparo en su demanda, que tiendan a
demostrar la ilegalidad o la inconstitucionalidad
del mencionado acto reclamado; en tanto que en
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Juicio de Amparo 660/2007
el recurso de revisión, la materia de la segunda
instancia, se ciñe al estudio integral del fallo
combatido,
en
vista
de
los
motivos
de
inconformidad que plantean los recurrentes, que
indefectiblemente deben estar en relación directa
e
inmediata
con
los
fundamentos
y
consideraciones lógico-jurídicos contenidos en la
sentencia que se recurre y no pueden ni deben
comprender cuestiones diversas de su materia;
de ahí que a través de ellos no sea factible
introducir aspectos no controvertidos ante la
potestad común ni las no expuestas en los
conceptos de violación, porque implicaría alterar
la litis constitucional.”
Negativa que se hace extensiva respecto de los
actos atribuidos a la Unidad de Estadística, Evaluación y
Seguimiento de Integrantes del Consejo de la Judicatura
del Estado y a la Dirección de Recurso Humanos del Poder
Judicial del Estado, por no reclamarse dichos actos por
vicios propios.
Por lo expuesto y fundado, con apoyo además en los
artículos 76, 77, 78, 79 y demás relativos de la Ley de
Amparo, se:
RESUELVE:
Único. La justicia de la unión no ampara ni
protege a María Elena Palomino Reyna, respecto del
acto que le atribuye a las autoridades responsables
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado,
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Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento de
Integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado y
Dirección de Recursos Humanos del Poder Judicial del
Estado, por las razones expuestas
en el último
considerando del presente fallo.
Notifíquese personalmente.
A S I, lo resolvió y firma Leticia Morales García,
Juez Segundo de Distrito en el Estado, que actúa con la
Secretaria Ma. Felícitas Escobar Muñoz, quien autoriza,
dándose por terminada la audiencia constitucional, hasta
hoy veintiuno de agosto de dos mil siete, en que lo
permitieron
las
labores
del
Juzgado,
dándose
por
terminada la audiencia constitucional.- Doy fe.
Razón.- En la propia fecha se gira oficios a las
autoridades responsables para notificarles la resolución
que antecede.- Conste.
L´Hdcchm.
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