Juicio de Amparo 660/2007 Vistos para resolver los autos del juicio de amparo número 660/2007, que promueve MARÍA ELENA PALOMINO REYNA, contra actos del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado y otras autoridades; y R E S U L T A N D O. I.- Mediante escrito presentado el día veinticuatro de abril del dos mil siete, por conducto de la responsable, ante la oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados del Noveno Circuito, MARÍA ELENA PALOMINO REYNA, por su propio derecho, solicitó el amparo y protección de la Justicia federal, en contra de las autoridades y por los actos que enseguida se precisan; AUTORIDADES RESPONSABLES: “Como Autoridades Ordenadoras: a los Integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí, como ejecutora: La Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento de Integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado y la Dirección de Recursos Humanos del Poder Judicial del Estado, todos con domicilio en la Calle Luis Donaldo Colosio número 305, Colonia ISSSTE, en esta ciudad”. ACTOS RECLAMADOS. “La sentencia definitiva o resolución que hubiere 1 Juicio de Amparo 660/2007 puesto fin al juicio constitutivo del acto reclamado, de la ordenadora se reclama la negativa a concederme la suspensión solicitada mediante escrito de fecha 17 de Abril del año 2007, así como la no admisión del recurso de revocación interpuesto por la suscrita en contra de la resolución dictada por los integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de fecha 20 de marzo del año 2007. Así mismo se reclama la resolución y cumplimiento que se pretende dar a la sentencia dictada en el expediente número 75/06 formada con motivo del procedimiento administrativo de responsabilidad instruido en mi contra, derivado de la denuncia presentada por Juana segura Olvera sentencia de fecha 20 de marzo del año 2007. De las ejecutoras se reclama la ejecución que se pretende dar a la sentencia de fecha 20 de marzo del año 2007.” II.- La peticionaria de garantías narró los antecedentes de los actos reclamados, invocó como garantías violadas las contenidas en los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal; no señaló tercero perjudicado, y expresó los conceptos de violación que estimó pertinentes. III.- Por resolución de fecha diez de mayo del dos mil siete, el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, se declaró incompetente para abocarse al conocimiento de la presente demanda de garantías, declinando la competencia al Juez de Distrito en turno en el Estado, 2 Juicio de Amparo 660/2007 correspondiendo conocer de la misma a este Juzgado Segundo de Distrito; teniéndose por recibidos los autos el veintidós del citado mes de mayo, quedando registrado el expediente con el número 660/2007 en el libro de Gobierno; disponiéndose acusar el recibo de estilo correspondiente; sin que se solicitaran los informes justificados de las responsables, en virtud de que obran los mismos en autos; se le dio la intervención que le corresponde al Agente del Ministerio Público Federal de la adscripción, quien no formuló pedimento; y previo trámite del juicio, se citó a las partes a la audiencia constitucional, la que se inició en los términos del acta que antecede. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO.- Este Juzgado Segundo de Distrito es competente para conocer y resolver este juicio de amparo, conforme a los artículos 103, fracción I y 107, fracción VII, de la Constitución Federal; 36 y 114 de la Ley de Amparo; 48, 144 y 145 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; puntos primero, fracción IX, segunda fracción IX, tercero fracción IX, cuarto fracción IX del Acuerdo 57/2006, del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, por tratarse de actos cuya ejecución se atribuye a autoridades que residen en el ámbito territorial en que este juzgado ejerce jurisdicción. 3 Juicio de Amparo 660/2007 Segundo. Es cierto el acto que María Elena Palomino Reyna, atribuye al Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento de Integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado y Dirección de Recurso Humanos del Poder Judicial del Estado, pues así se desprende de los informes justificados que al efecto rindieron. Tercero. Previamente al estudio del fondo del asunto debe analizarse la procedencia del juicio de garantías, lo aleguen o no las partes, por así establecerlo el artículo 73, in fine, de la Ley de Amparo y por ser ello de estudio preferente y cuestión de orden público. La autoridad responsable Consejo de la Judicatura del Estado, aduce que en la especie se actualiza la causal de improcedencia prevista en la fracción XIII del artículo 73 de la Ley de Amparo, toda vez que refiere que la quejosa no agotó el recurso o medio ordinario de defensa, previsto en los artículos 90 de la Constitución del Estado y 195, 196, fracción II, 197, 200 y 201 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado. Es infundada dicha causal de improcedencia, conforme a lo que a continuació0n se expondrá, sin 0embargo, para ello0, la misma se deberá analizar bajo la causal prevista en la fracción XV, del artículo 73 de la Ley 4 Juicio de Amparo 660/2007 de Amparo, que es la que prevé el argumento vertido por la responsable, y no así la fracción XIII, ya que el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, no se trata de un Órgano jurisdiccional o tribunal administrativo o del trabajo, sino de una autoridad administrativa con funciones de vigilancia y sanción, hacia los integrantes del Poder Judicial del Estado, conforme a lo establecido en el artículo 90, párrafo cuarto, de la Constitución del Estado, del que se desprende que: “ARTÍCULO 90.- … … La administración, vigilancia y disciplina del Poder Judicial del Estado, así como la carrera judicial, estarán a cargo del Consejo de la Judicatura, en los términos de esta Constitución y conforme lo establezcan las leyes. La vigilancia respecto de la función jurisdiccional de los magistrados, así como las resoluciones disciplinarias sobre los mismos, estarán a cargo del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia….” Establecido lo anterior, cabe citar el contenido de los artículos 107, fracción IV, constitucional y 73, fracción XV, de la Ley de Amparo: "Artículo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que 5 Juicio de Amparo 660/2007 determinen la ley, de acuerdo con las bases siguientes: ... IV. En materia administrativa el amparo procede, además, contra resoluciones que causen agravio no reparable mediante algún recurso, juicio o medio de defensa legal. No será necesario agotar éstos cuando la ley que los establezca exija, para otorgar la suspensión del acto reclamado, mayores requisitos que los que la ley reglamentaria del juicio de amparo requiera como condición para decretar esa suspensión; …" "Artículo 73. El juicio de amparo es improcedente: ... XV. Contra actos de autoridades distintas de los tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, que deban ser revisados de oficio, conforme a las leyes que los rijan, o proceda contra ellos algún recurso, juicio o medio de defensa legal por virtud del cual puedan ser modificados, revocados o nulificados, siempre que conforme a las mismas leyes se suspendan los efectos de dichos actos mediante la interposición del recurso o medio de defensa legal que haga valer el agraviado, sin exigir mayores requisitos que los que la presente ley consigna para conceder la suspensión definitiva, independientemente de que el acto en sí mismo considerado sea o no susceptible suspendido de acuerdo con esta ley. 6 de ser Juicio de Amparo 660/2007 No existe obligación de agotar tales recursos o medios de defensa, si el acto reclamado carece de fundamentación." El texto de los preceptos transcritos contempla la improcedencia del juicio de amparo indirecto en materia administrativa en el supuesto de que contra el acto reclamado proceda un recurso o medio ordinario de defensa susceptible de nulificar, revocar o modificar dicho acto, sin exigir mayores requisitos que los previstos para el otorgamiento de la suspensión definitiva. El hacer referencia a la no exigencia de mayores requisitos, significa que si la ley rectora del recurso, juicio o medio de defensa, señala iguales o menores requisitos que los previstos en la Ley de Amparo para conceder la suspensión definitiva, el principio de definitividad debe regir en ese caso concreto y, por consecuencia, previamente a promover el juicio de amparo, los quejosos deberán agotar esos medios ordinarios de impugnación. En el caso concreto se tiene que el artículo 90, párrafo octavo, de la Constitución Local y los numerales 195 y 201 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí, a la letra exponen: “…ARTÍCULO 90…. … 7 Juicio de Amparo 660/2007 Las decisiones del Consejo serán definitivas e inatacables; salvo las que se refieren a la designación, adscripción, remoción y no ratificación de jueces, las cuales podrán ser recurridas ante el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado….” “…ARTICULO 195. El recurso de revisión administrativa tendrá como único objeto que el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia, determine si el Consejo de la Judicatura designó, adscribió, readscribió, removió o no ratificó a un juez, con estricto apego a los requisitos formales previstos en esta Ley, o en los reglamentos y acuerdos generales expedidos por el propio Consejo de la Judicatura….” “…Artículo 201. Las resoluciones del Pleno del Supremo Tribunal de Justicia que declaren fundado el recurso de revisión administrativa, se limitarán a declarar la insubsistencia del acto impugnado para el efecto de que el Consejo de la Judicatura dicte una nueva resolución, en un plazo no mayor a treinta días naturales. Esta resolución no producirá la invalidez de las actuaciones del juez nombrado o adscrito. La interposición de la revisión administrativa no interrumpirá en ningún caso, los efectos de la resolución impugnada….” De lo anterior, se tiene que contra las resoluciones emitidas por el Consejo de la Judicatura del Estado, en las que se designe, adscriba, remueva y no ratifique jueces, 8 Juicio de Amparo 660/2007 serán recurridas ante el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado, a través del recurso de revisión, el cual en ningún momento interrumpirá los efectos de la resolución impugnada, es decir, prohíbe la suspensión de la determinación que se recurre, toda vez que se reclama una resolución en la cual se impuso a la quejosa una sanción consistente en la destitución e inhabilitación de diez años para ejercer cargo o empleo alguno en el Poder Judicial del Estado. Sobre las premisas antes apuntadas, es evidente que si la Ley que rige el acto reclamado prohíbe la suspensión de los efectos de la sentencia reclamada, en la especie, se actualiza una excepción al principio de definitividad en el juicio de garantías, en términos de lo dispuesto en el artículo 73, fracción XV, parte final del párrafo primero, de la ley de la materia; siendo factible, por tanto, que se intente la vía constitucional, sin agotar el recurso de revisión ante el Pleno del Supremo Tribunal de Justicia del Estado. Sirve de apoyo a lo anterior, el criterio sustentado por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en su tomo XII, Julio de 2000, Página: 156, que a la letra expone: 9 Juicio de Amparo 660/2007 “DEFINITIVIDAD. PRINCIPIO EN INDIRECTO. De EL la EXCEPCIONES JUICIO DE interpretación A ESE AMPARO literal y teleológica del artículo 107, fracciones III, IV, VII y XII, de la Constitución Federal, así como de los artículos 37, 73, fracciones XII, XIII y XV y 114 de la Ley de Amparo y de los criterios jurisprudenciales emitidos al respecto por los Tribunales del Poder Judicial de la Federación, se deduce que no existe la obligación de acatar el principio de definitividad que rige el juicio de amparo indirecto, cuando se reclaman los siguientes actos: I. Los que afectan a personas extrañas al juicio o al procedimiento del cual emanan; II. Los que dentro de un juicio su ejecución sea de imposible reparación; III. Los administrativos respecto de los cuales, la ley que los rige, exija mayores requisitos que los que prevé la Ley de Amparo, para suspender su ejecución; IV. Los que importen una violación a las garantías consagradas en los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 de la Constitución Federal; V. Leyes, cuando se impugnan con motivo del primer acto de aplicación; VI. Los que importen peligro de la privación de la vida, deportación o destierro o cualquiera de los prohibidos por el artículo 22 constitucional; VII. Actos o resoluciones respecto de los cuales, la ley que los rige no prevé la suspensión de su ejecución con la interposición de los recursos o medios de defensa ordinarios que proceden en su contra; VIII. Los que carezcan de fundamentación; IX. Aquellos en los que únicamente se reclamen violaciones directas a la Constitución Federal, 10 Juicio de Amparo 660/2007 como lo es la garantía de audiencia; y X. Aquellos respecto de los cuales los recursos ordinarios o medios de defensa legales, por virtud de los cuales se puede modificar, revocar o nulificar el acto reclamado, se encuentran previstos en un reglamento, y en la ley que éste regula no se contempla su existencia.” Por lo anterior, debe concluirse que no se actualiza la causal de improcedencia propuesta por la responsable. Y en virtud de que de oficio no se advierte la actualización de alguna causal de improcedencia, lo procedente es analizar las cuestiones de fondo planteadas. Cuarto. Los conceptos de violación esgrimidos por María Elena Palomino Reyna, a los que se hará alusión enseguida, resultan fundados pero inoperantes, inoperantes e infundados, en la medida que más adelante se precisará. De las constancias que como justificación de sus actos remitió el Consejo de la Judicatura del Estado, consistentes en el procedimiento administrativo de responsabilidad 75/2006, iniciado por los Integrantes de la Comisión de Vigilancia y Disciplina de la responsable ordenadora, contra María Elena Palomino Reyna, por su actuación como Juez, adscrita al Juzgado Mixto de Primera Instancia del décimo tercer distrito judicial, con 11 Juicio de Amparo 660/2007 residencia en Santa María del Río, San Luis Potosí, con motivo del escrito formulado por Juana Segura Olvera; a las que se otorga pleno valor probatorio de conformidad con lo dispuesto por los artículos 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, por disposición expresa de su artículo 2°, por tratarse de actuaciones efectuadas por autoridad en ejercicio de sus atribuciones, aparece lo siguiente: A) Por auto de catorce de julio de dos mil seis, el Pleno del Consejo de la Judicatura del Estado, radicó el referido procedimiento administrativo, al estimar que así lo ameritaba la gravedad de las presuntas irregularidades observadas, conforme al contenido del escrito signado por Juana Segura Olvera, en virtud de que del mismo se desprendían las siguientes conductas: • Que presuntamente, había omitido conducirse con legalidad, honradez e imparcialidad, en el desempeño del cargo que ostentaba, dentro de los autos del proceso penal 09/2004, instruido contra Joel Martínez Pérez, por el delito de homicidio, perpetrado en agravio de Hugo Segura Olvera, al dictar una sentencia condenatoria por el delito de homicidio en riña, cuando se trataba de un delito de homicidio calificado, es decir, que la presunta falta que se le atribuía a la quejosa consistió en haber 12 Juicio de Amparo 660/2007 emitido una resolución contra el texto expreso de la Ley, sin que dicho órgano administrativo pasara inadvertida la circunstancia de que a la denunciante le informaran que a la Juez de Santa María y a la Agente del Ministerio les hubieran dado $80,000.00 (ochenta mil pesos 00/100 moneda nacional), toda vez que con ello se tenía que las conductas desplegadas por María Elena Palomino Reyna, se contraponían con lo impuesto por los numerales 56, fracciones I, V y XV de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis Potosí, 178, fracción VI y 179 fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Estado; con motivo de ello, ordenó citar a la denunciada, para que compareciera a una audiencia que se celebraría a las diez horas del cinco de septiembre de dos mil seis, en la que se le oiría verbalmente o por escrito, con relación a las presuntas imputaciones que se realizaron en su contra, se le recibirían las pruebas que ofreciera y los alegatos que llegara a formular, que además se le hacía saber que las causas de responsabilidad que se le imputaban, son las que se habían precisado y que dicho procedimiento se le notificaba únicamente para que tuviera conocimiento de ello, en virtud de que, la acción de la queja correspondía al particular, la cual se agotaba con la 13 Juicio de Amparo 660/2007 denuncia respectiva, cuyo destino final quedaba al arbitrio del Consejo de la Judicatura del Estado, en razón, de que los actos de investigación sobre la responsabilidad administrativa, eran de control interno. Asimismo requirió a la denunciante para que dentro del término de tres días informara el nombre del familiar del homicida, que le había comunicado los hechos que le imputaba a María Elena Palomino Reyna, y ordenó recabar de oficio copia certificada del aludido proceso penal y los antecedentes administrativos de la citada denunciada. B) Previo a recabar esas pruebas de oficio, se llevó a cabo la referida audiencia, en la que compareció la aquí quejosa, formulando los alegatos y ofreciendo las pruebas de su intención. (foja 172 a 175 del cuaderno de pruebas) C) Por resolución de veinte de marzo de dos mil siete, el Consejo de la Judicatura del Estado, determinó que al resultar por una parte fundadas las faltas administrativas que se le atribuyeron a la quejosa, era procedente imponerle una sanción consistente en la destitución del cargo de Juez de Primera Instancia del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí, e inhabilitación por diez años para ejercer cargo o empleo alguno en dicho Poder Judicial del Estado, bajo las siguientes consideraciones, de 14 Juicio de Amparo 660/2007 las cuales únicamente se precisarán aquellas por las que se hayan formulado los conceptos de violación correspondientes: (foja 186 a 219 del cuaderno de pruebas) a). Que resultaba infundado el planteamiento vertido por la quejosa, en cuanto a que en la denuncia con la que se le había corrido traslado, se planteaban cuestiones meramente jurisdiccionales, toda vez que dicha autoridad administrativa se encontraba facultada para revisar aquellas faltas en que incurrieran los miembros del Poder Judicial del Estado, excepto los magistrados, que se encuentran contenidas en la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios, así como en la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente en la época en que sucedieron los hechos (uno de abril de dos mil cinco). b). Que no existía estado de indefensión contra la denunciada, al referir que el mismo se daba porque la responsable ordenadora no había requerido a la denunciante para que informara el nombre y domicilio de la persona familiar del homicida, que le había informado que a ella y al Ministerio Público le habían pagado la cantidad de $80,000.00 (ochenta mil pesos 00/100 moneda nacional); toda vez que sí se había realizado dicho requerimiento, como se advertía del 15 Juicio de Amparo 660/2007 auto de catorce de julio de dos mil seis, mismo que le fue notificado a la denunciante por medio de estrados, sin que hubiese dado cumplimiento al mismo, por lo cual además, la responsable concluyó que no se encontraba evidenciado en autos, que la denunciada hubiera recibido la cantidad de dinero que se le atribuía, y por tanto devenía infundada la queja planteada en ese aspecto. c). Que resultaba fundado pero inoperante lo alegado por María Elena Palomino Reyna, en cuanto a que el Consejo debió expresar en su auto de catorce de julio de dos mil seis, porqué la sentencia emitida en el expediente 9/2004, se había dictado contra el texto expreso en la Ley, para que se encontrara en aptitud de preparar una defensa adecuada; toda vez que era fundado el hecho de que en el referido auto no se especificaron las circunstancias narradas por la quejosa, pero se estimó inoperante, en razón de que la responsabilidad administrativa que se le fincaría, no se apoyaba precisamente en que la sentencia se dictó contra el texto expreso en la Ley, sino en diverso supuesto, como lo era el dar por probado un hecho que legalmente no lo estaba, y en tener por no comprobado uno que legalmente sí lo estaba, sin que por ello existiera estado de indefensión en su contra, pues en el escrito de queja signado por Juana Segura Olvera, 16 Juicio de Amparo 660/2007 podía observarse con toda claridad, que se contenían los hechos y motivos que identificaban con nitidez, que a la denunciante le imputó precisa y concretamente la última de las faltas administrativas arriba enunciadas, al haber referido esta última que la Juez de mérito valoró ilegalmente los testimonios de descargo y dejó de valorar ilegalmente los de cargo, a efecto de “sacarse de la manga un homicidio en RIÑA” y no haber aplicado al sentenciado las penas que le correspondían, y que por todo lo anterior, es que se había respetado en todo momento la garantía de audiencia prevista en el artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el artículo 185, fracción I de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, al haberle hecho saber con la oportunidad adecuada, la responsabilidad que se le atribuía, pues se le corrió traslado con el escrito de queja signado por Juana Segura Olvera. d). Que resultaba fundada la alegación de la denunciada en cuanto, a que el proceso penal 9/2004, únicamente se había iniciado por la probable comisión del ilícito de homicidio simple intencional, y no como homicidio calificado como lo argüía la denunciante, toda vez que de los autos, se desprendía que la Representación Social, había ejercitado la acción penal únicamente por el ilícito aludido en primer término, pero la circunstancia 17 Juicio de Amparo 660/2007 relacionada con la calificativa, no incidía sobre la responsabilidad existente de la riña y la falta de pronunciamiento respecto de la prueba de un homicidio simple doloso. e). Que resultaban infundados e improcedentes los argumentos vertidos por la aquí quejosa, en cuanto a que no había incurrido en falta administrativa alguna, con motivo de la emisión de la sentencia dictada en el proceso 9/2004, pues que contrario a lo por ella manifestado, la responsable arribaba a la conclusión de que la hoy quejosa había incurrido en una grave responsabilidad administrativa, por encuadrarse su conducta en lo establecido por el artículo 129, fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, publicada mediante decreto 666 en el Periódico Oficial del Estado, de fecha veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y seis, vigente en la fecha en que se emitió esa sentencia, que corresponde al 178, fracción IV de la Ley vigente. Que a lo anterior, no pasaba desapercibido el hecho de que la falta prevista por el artículo 129, fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, podía dar lugar a discusión con relación a si se invadía o no la facultad jurisdiccional del Juzgador, toda vez que dicho Órgano se encargaba de la vigilancia de la función pública, en este caso el servicio de justicia, así como 18 Juicio de Amparo 660/2007 que ello era una atribución conferida por la propia legislación, jurisdiccional, sin que toda ello que el invadiera referido la función procedimiento administrativo, no llevaba la finalidad de revocar, modificar o confirmar lo resuelto, sino analizar la conducta denunciada para establecer, si la referida sentencia se dictó con base en un juicio de valoración lógico y convincente, es decir, si el cargo de Juez de Primera Instancia, se había realizado bajo los parámetros de legalidad, honradez, imparcialidad y eficiencia, marcados en el precepto 56 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado. Que a lo anterior, se aunaba que el legislador al incluir esa falta dentro del catálogo de responsabilidades administrativas, manifestaba su voluntad de que una declaración incongruente contenida en una sentencia judicial, dictada en el sentido de tener por probado un hecho determinado que no lo esté legalmente en autos o viceversa, debe ser sancionada, cuando el pronunciamiento sea tan palmariamente notorio y manifiesto, que genere que el Juzgador no esté exponiendo en el fallo su criterio jurisdiccional respecto al grado de convicción que le produce tal o cual prueba, sino un criterio ostensiblemente erróneo, inexacto, falto de certeza o inconvincente, máxime cuando esa falta de 19 Juicio de Amparo 660/2007 objetividad incida en el resultado final del procedimiento, como en el caso ocurría al haberse dejado en libertad a una persona que vulneró, conforme a las pruebas existentes, un bien jurídico tan protegido y preciado como lo era la vida humana. Que por tanto, una vez que analizó y valoró la sentencia que obra en el sumario, así como los medios de convicción que se tomaron en cuenta para el dictado de la misma, se tenía: a) que no era cierto que en la causa penal de origen existieran datos suficientes para tener por acreditada la atenuante de riña, b) que no era cierto que durante la secuela procesal, Joel Martínez Pérez, hubiese aportado pruebas que resultaran suficientes y aptas, para demostrar los elementos de riña, con las cuales se superara y desvirtuara el valor probatorio que arrojaban los testimonios de cargo de Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata, por su inmediatez con los hechos y por su congruencia entre una y otra, c) que no era cierto que de la declaración de Joel Martínez Pérez, se desprendiera que disparó su pistola calibre .22, dentro de una contienda de obra tenida con el occiso, a quien ni siquiera mencionaba o identificaba, por ende, que tampoco era verdad que existiera una confesión del reo, que permitiera demostrar la riña, pues lo cierto era, que éste nunca refería las señaladas circunstancias en la declaración preparatoria, 20 Juicio de Amparo 660/2007 que rindió el veintinueve de enero de dos mil cuatro, d) que no era cierto que lo declarado por Joel Martínez Pérez, se viera robustecido por lo expresado por María de Lourdes Vega Torres y Adelita Martínez Vega, sólo porque éstas hubiesen señalado haber escuchado disparos, e) que no era cierto que los testimonios de Gladis del Carmen Flores Padrón, Aurora Pérez Vega y Justo Martínez Compeán, tengan valor probatorio pleno, para demostrar la contienda belicosa entre el occiso y el sentenciado, puesto que ninguna prueba acreditaba la existencia de intercambio de golpes o pelea cuerpo a cuerpo. VI. Que con motivo de las anteriores consideraciones, se resolvía que la quejosa había incurrido en la causa de responsabilidad administrativa a que se refería el artículo 129, fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente en el momento en que se resolvió en definitiva el citado proceso penal, y que por ello se le imponían las sanciones previstas por el artículo 132, fracciones V y VI de la citada legislación, así como en las fracciones V y VI del artículo 75 de la Ley de responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis Potosí, consistentes en la destitución e inhabilitación de diez años para ejercer cargo o empleo alguno en el Poder Judicial del Estado, para lo cual entre diversas 21 Juicio de Amparo 660/2007 circunstancias, tomó en consideración la omisión de la quejosa de haber condenado a Joel Martínez Pérez, al pago de la reparación del daño, en los términos del artículo 471 del Código de Procedimientos Penales del Estado, para lo cual cuantificó la posible cantidad a que hubieran tenido derecho los familiares del finado Hugo Segura Olvera, lo que sirvió para la aplicación de las citadas sanciones. Resolución que constituye el acto reclamado en el presente Juicio Constitucional. Ahora bien, aduce la quejosa en sus conceptos de violación, que el acto reclamado viola en su perjuicio las garantías individuales consagradas en los artículos 14 y 16 Constitucionales, conforme a los siguientes razonamientos: a) Que la resolución reclamada no cuenta con la debida fundamentación y motivación, ya que la misma se funda en apreciaciones subjetivas y no se determina, porqué no había cumplido con sus deberes y obligaciones inherentes a su cargo, pasándose por alto el motivo por el cual se había iniciado el procedimiento administrativo de responsabilidad. b) Que respecto al argumento de la responsable ordenadora, en el cual sostiene su competencia para 22 Juicio de Amparo 660/2007 resolver el asunto en controversia, señala que su argumento era que la responsable, debe de limitarse a decidir sobre la legalidad de los actos de los Servidores Públicos en el ámbito meramente administrativo, sin que fueran motivo de análisis cuestiones de orden jurisdiccional, cuya impugnación debe hacerse en esa vía, ya que en ningún momento impugnó la competencia de dicho Órgano Administrativo, independientemente de la tesis que al efecto se citó, que constituía una tesis aislada, la cual no resulta obligatoria, además de que no es aplicable al caso, toda vez que la Ley Orgánica del Poder Judicial Federal, es muy diferente a la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado. c) Que contrario a lo afirmado por el Consejo de la Judicatura del Estado, la sentencia dictada el uno de abril de dos mil cinco, dentro del proceso penal 9/2004, del índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia de Santa María del Río, San Luis Potosí, se dictó sin ignorar las constancias de carácter esencial para la solución del asunto, así como que no se habían realizado desviaciones a la legalidad, ni realizando algún error o descuido, sino que por el contrario se apegó a los requisitos de fundamentación y motivación, ya que por una parte había fijado los hechos que tuvo en consideración para decidir el caso, así como que la sentencia se fundó en diversos 23 Juicio de Amparo 660/2007 numerales de la Constitución Federal, Código Penal vigente en la época en que sucedieron los hechos, del Código Procesal de la materia vigente en el Estado y de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que además la sentencia se dictó con congruencia y exhaustividad, al haberse resuelto conforme a lo solicitado y lo probado en autos. d) Que la responsable debió de cerciorarse de que existiera una persona que tuviera interés jurídico en el asunto, ya que Juana Segura Olvera, quien se ostentaba como madre del occiso, había realizado la denuncia que dio origen al procedimiento, sin haber manifestado su domicilio, así como que no había certeza de la existencia de dicha persona, ni que tuviera capacidad para denunciar los referidos hechos, además de que resultaba ilegal la circunstancia de que no hubiera exigido la ratificación de dicho escrito, ya que le resultaba imposible investigar si realmente existía la denunciante así como el testigo cuyo nombre no proporcionaba. e) Que el procedimiento debió resolverse con la calificativa de que la falta cometida por la quejosa, lo era el haber dictado una sentencia contra el texto expreso de la ley, y no por una diversa, atendiendo a que el hecho de que esto fuera así, generaba que se estuviera dictando una sentencia incongruente, ya que se introdujeron 24 Juicio de Amparo 660/2007 elementos ajenos a la misma, al fundar el acto en presuntas faltas que no se calificaron al inicio del procedimiento de que se trata, violentándose en su perjuicio la garantía de audiencia, al no poder combatir la diversa falta que se le atribuye, al haberse variado la calificativa con la que se inició el procedimiento, y por tanto estima, que la resolución combatida le causa agravio, ya que la misma se realizó conforme a consideraciones subjetivas, que no fueron parte de la demanda, siendo que además la responsable no había tomado en cuenta que no se había encontrado evidencia de que la denunciada hubiera recibido cantidad de dinero a que aludía la denunciante, circunstancia que estima debió ser relevante al momento de sancionársele, y tomar en cuenta que Juana Segura Olvera, mintió en su escrito de queja, y observar que si incurría en falsedad, era falso todo su dicho, lo anterior, porque el procedimiento administrativo se había iniciado en la presunta falta del artículo 129, fracción VI de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, y no en la fracción IV. f) Que respecto a los testimonios de descargo que la responsable señaló que los había valorado ilegalmente, estima que éstos fueron debidamente valorados en términos de los artículos 308, 311, 315, 316, 317 y 320 del Código de Procedimientos Penales, así como los de cargo, 25 Juicio de Amparo 660/2007 ya que éstos tenían la calidad de indicios, que la llevaron a perfeccionar la prueba circunstancial, de la cual hizo uso en el ámbito de su competencia, puesto que no existía un método de generalidad universal aceptado como aplicable a todos los casos. g) Que además no está conforme con el razonamiento vertido por la responsable en su inciso d), en relación a que en nada incidía sobre su responsabilidad por el pronunciamiento en el proceso 9/2004 en cita, sobre la existencia de prueba de riña y sobre su falta de pronunciamiento de un homicidio simple doloso, ya que ese señalamiento la dejaba en estado de indefensión al no tener un sustento claro, motivado y fundado, del porqué no incidía sobre su responsabilidad. h) Que respecto al inciso e) de la resolución reclamada, señala que ella emitió el fallo que se revisaba, en estricto apego a la legalidad e imparcialidad, orientada al deseo de decir la verdad, a efecto de resolver justa y legalmente, al justipreciar en la sentencia de uno de abril de dos mil cinco, todas y cada una de las pruebas, tanto las de cargo como las de descargo, que además en momento alguno se había faltado al principio de congruencia y legalidad, por lo que no se había dictado contra el texto de la Ley, ni tampoco se había dado por 26 Juicio de Amparo 660/2007 probado un hecho que no lo estuviera debidamente comprobado, ya que del referido sumario, se acreditó plena y legalmente los elementos materiales del cuerpo del delito de Homicidio, habida cuenta que las pruebas de inspección, pericial y testimonial perfeccionando la prueba circunstancial invocando los preceptos legales aplicables, y motivando el mismo, lo que había quedado establecido en el considerando cuarto y quinto de la referida resolución. i) Que además la responsable variaba los hechos de la denuncia formulada por Juana Segura Olvera, toda vez que señalaba que la gran inconformidad de la antes citada, era en torno a la falta de legalidad e imparcialidad con que había sido dictada la sentencia que puso en libertad al homicida de su hijo, sustentando dicha circunstancia con la expresión que utilizó, consistente en “y sacarse de la manga un Homicidio en riña”, para referirse al acto que sustento el otorgamiento de esa libertad y que los testimonios rendidos por los deponentes de descargo no eran conducentes, ni idóneos, para dictar la modificativa que al efecto se determinó; siendo que contrario a ello, estima que lo que la citada persona manifiesta es que le había dado mucho coraje contra la justicia porque con dinero los dejaban salir y que hubieran lucrado con el cadáver de su hijo, además de que precisó que tres de los testigos eran parientes del homicida, y que éstos y otros 27 Juicio de Amparo 660/2007 eran atestes preparados, desfasados y que declaraban después de casi diez años de pasados los hechos y que ni siquiera concordaban con la hora de los hechos, y que solamente habían escuchado unos disparos. j) Que respecto a la interpretación que realizó la responsable del referido escrito de denuncia, señala que puede dar lugar a discusión con relación a si se invade o no la facultad jurisdiccional del Juzgador, toda vez que dicha modificativa de riña que había dado por comprobada en la causa penal de que se trata, y que generó que no tuviera como probado el delito de homicidio doloso, había sido debidamente acreditada en autos, ya que realizó el razonamiento y análisis de porqué se había dictado en el término constitucional, auto de formal prisión contra José Martínez Pérez, como probable responsable en la comisión del ilícito de homicidio simple intencional, ya que además del certificado médico, inspección y pericial, sólo obraban los testimonios de Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata, a los que les había otorgado el valor de indicios, ya que hasta ese estadio procesal la declaración del citado inculpado no se encontraba corroborada con medio de convicción alguno, puesto que éste había expuesto que había disparado su pistola pero para defenderse de los disparos que la gente hacía, siendo que con las declaraciones de Ma. de Lourdes Vega 28 Juicio de Amparo 660/2007 Torres y Adelita Martínez Vega, se acreditó que existieron varios disparos, es decir que con ello se corroboraba la declaración del antes citado, en el sentido de que se había defendido de los disparos que la gente le hacía y que ello sólo había ocurrido en una sola ocasión, además de que con los atestes de Gladis del Carmen Flores Padrón, Aurora Pérez Vega y Justo Martínez, se acreditaba que previo al suceso que analizó, había existido una contienda verbal entre el pasivo y activo del ilícito, en la que el sentenciado también había sido provocado; con lo que se acreditaba que había actuado en todo momento con exactitud y certeza observando la legalidad, honradez, imparcialidad y eficiencia, por lo que había expuesto su fallo atendiendo su criterio jurisdiccional, a la convicción que produjeron en su ánimo las pruebas de descargo; por lo cual estima que el Consejo de la Judicatura del Estado, invade la jurisdicción y autonomía, al considerar que en materia disciplinaria la actuación del Juez no puede examinarse en función de los perjuicios que se causen a las partes, lo que significaba que a través de las normas no podían hacerse efectivos los derechos procedimentales que tuvieran los litigantes, ni tampoco podían repararse las irregularidades cometidas, y que además la responsable invadía la función jurisdiccional del Juzgador, porque pretendía sustituirse al criterio del 29 Juicio de Amparo 660/2007 Juzgador, por la apreciación subjetiva que realizó de los medios de prueba que obraban en el sumario. k) Que los razonamientos vertidos por la responsable en las fojas 28 y 29 de la resolución reclamada, le causaban agravio, ya que el Consejo de la Judicatura del Estado, pretendía sustituir con ello el arbitrio judicial de la Juzgadora, ya que los integrantes del mismo, no constituían un Órgano jurisdiccional, y que por ello no era factible que concluyeran si la resolución a revisión, se encontraba indebidamente fundada y motivada, o que se había aplicado un incorrecto método de interpretación, ya que la misma se había dictado atendiendo a los principios de congruencia y exhaustividad. l) Que los integrantes del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, carecían de competencia para imponerle la sanción que se le impuso, debido a que quien debía de imponer la misma, era el Pleno del Poder Judicial del Poder Judicial del Estado o bien el Pleno del Consejo de la Judicatura del Estado, toda vez que éstos eran los Órganos encargados de resolver si existió o no responsabilidad, y no así los integrantes del último Órgano de vigilancia en cita, toda vez que las firmas de éstos se plasmaron sin hacerse mención de quiénes resolvieron y firmaron la determinación reclamada, motivo por el cual 30 Juicio de Amparo 660/2007 estima que debieron resolverla ya fuera el Pleno del Consejo o del Poder Judicial del Estado. m) Que por lo que hacía a la falta de dictar condena a la reparación del daño, en la citada causa penal, señala que al momento en que acaecieron los hechos (seis de agosto de mil novecientos noventa y cinco), era aplicable el artículo 24 del Código Penal del Estado, vigente en esa época, que establecía que: “la reparación será fijada por los jueces según el daño que sea preciso reparar de acuerdo a las pruebas obtenidas en el proceso” Siendo que de dicho numeral se desprende que era facultad discrecional del órgano jurisdiccional condenar o no al pago de la reparación del daño en caso de no existir pruebas, y que por ese motivo, en el caso concreto, al no existir pruebas para condenar a la reparación del daño, no condenó a la misma, máxime que si Juana Segura Olvera, consideraba que tenía derecho a la misma, ésta se encontraba en aptitud de solicitarla en la vía civil; circunstancias la anteriores por las cuales estima que resulta inexacto lo determinado por la responsable en cuanto a que se encontraba obligada a condenar a la reparación del daño, ello en términos del artículo 471 del Código de Procedimientos Penales vigente en la época en 31 Juicio de Amparo 660/2007 que se dictó la sentencia en la causa penal 09/2004, ya que en la época en que acaecieron los hechos atribuidos a José Martínez Pérez, no se encontraba vigente la disposición citada el último término, así como tampoco la reforma que sufrieron los artículos 20, fracción IV de la Constitución y 24 del Código Penal del Estado. n) Que además la resolución reclamada carece de fundamentación y motivación, en cuanto al término de la sanción de inhabilitación, ya que la sancionaban con la inhabilitación de diez años, con motivo de que había causado un daño económico por la cantidad de $45,084.80 (cuarenta y cinco mil ochenta y cuatro pesos 80/100 moneda nacional) a los familiares de quien en vida llevara el nombre de Hugo Segura Olvera, siendo que en el asunto a revisión en momento alguno había comparecido ningún familiar del aquí citado, a solicitar el pago de la reparación del daño, así como que tampoco había estado probada la cuantía del mismo, por lo que no se acreditaba que la quejosa hubiera causado un daño a los familiares de la referida víctima, máxime que no se había acreditado en autos que Victoria Segura Olvera, fuera cónyuge supérstite, concubina, descendiente o hija menor ascendiente o incapacitada, que dependienra económicamente de Hugo Segura Olvera. 32 Juicio de Amparo 660/2007 ñ) Que la sanción impuesta resulta violatoria al principio de retroactividad de una ley, ya que ésta se funda en una ley que había sido abrogada, debido a que la misma se sustentó en el contenido de los artículos 132, fracciones V y VI, 135 y 136 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que fue abrogada por la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, publicada el quince de octubre de dos mil cinco, la cual en su punto transitorio segundo dispone: “Segundo. Se abroga la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, publicada en el periódico oficial del estado de fecha 25 de diciembre de 1996 y sus reformas subsecuentes; y se derogan todas las disposiciones que se opongan a la ley materia del presente decreto.” Por lo que estima que la sanción de que se trata, no tiene eficacia ni vigencia legal para que la misma le fuese impuesta. o) Que le causa agravio, la circunstancia de que en la resolución reclamada, específicamente en su resolutivo segundo, se haya aludido a las faltas administrativas que fueron señaladas, en el punto dos, en el considerando cuarto de dicha resolución; toda vez que, en la referida resolución, no existe el considerando cuarto, por lo que estima que el aludido punto resolutivo, carece de la debida fundamentación y motivación, 33 Juicio de Amparo 660/2007 Por razón de método, en primer término se analizarán los conceptos de violación que se hacen valer en relación a la falta competencia o facultad de la responsable ordenadora para pronunciarse sobre una cuestión jurisdiccional para acreditar la falta administrativa que se le atribuye a la quejosa, mismos que fueron precisados en los incisos b), j) y k). Sin que obste a lo anterior, la manifestación vertida por la quejosa en el motivo de disenso marcado en el inciso b), en cuanto a que en momento alguno había impugnado la competencia del Consejo de la Judicatura del Estado, sino únicamente en la medida que no se encontraba facultado para decidir sobre cuestiones jurisdiccionales para determinar la falta administrativa que se le atribuía; toda vez que dicho argumento necesariamente se deberá analizar en cuanto a que a si el referido Órgano Administrativo, resultaba ser competente para dilucidar lo antes referido, ya que la circunstancia de que se encontrara facultada para ello o no, se ve inmersa en la competencia, pues esta última, debe definirse como complejo de facultades, obligaciones y poderes atribuidos por el derecho positivo a un determinado órgano administrativo, y por ese motivo, la facultad de que aduce la quejosa, carecía la responsable, se debe analizar en 34 Juicio de Amparo 660/2007 relación a la competencia del aludido Órgano Administrativo. Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo sustentan, el criterio sostenido por el por el Cuarto tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en su tomo XXIII, Marzo de 2006, Página: 1961, que a la letra expone: “COMPETENCIA. DERECHO EN EL ÁMBITO DEL ADMINISTRATIVO ES IMPRORROGABLE Y, POR TANTO, NO EXISTE SUMISIÓN TÁCITA DEL GOBERNADO. La competencia en materia administrativa puede definirse como el complejo de facultades, obligaciones y poderes atribuidos por el derecho positivo a un determinado órgano administrativo; así, las normas que establecen la competencia son de orden público, pues éstas se forman con miras al interés público, no al del órgano estatal, por lo que aquélla es irrenunciable e improrrogable, tanto por acuerdo entre las partes, como de ellas con la administración; esto inclusive para la competencia territorial, a diferencia de lo que ocurre en el derecho procesal. Luego, el hecho de que el gobernado con el fin de evitarse conflictos con la administración pública- intente cumplir lo que le es requerido por un ente estatal sin controvertir su competencia, de ninguna manera legitima la 35 Juicio de Amparo 660/2007 actuación de una autoridad incompetente, ya que, se reitera, la competencia en el ámbito administrativo es improrrogable. Además, en caso de que se estimara prorrogable por sumisión tácita, se obligaría a los particulares a mostrarse insumisos a los mandamientos de las autoridades que estimaran incompetentes (o que no fundaran adecuadamente su competencia), con la posibilidad de que se aplique en su contra algún tipo de coacción que pudiera derivar en actos de molestia o privación; se suma a lo anterior, el hecho de que el fundamento de la competencia de las autoridades constituye un elemento esencial del acto de autoridad, cuyo cumplimiento puede ser impugnado por los particulares en el momento en que les produzca algún agravio jurídico, tan es así que el artículo 238 del Código Fiscal de la Federación vigente hasta el 31 de diciembre de 2005, impone al Tribunal Federal Administrativa autoridad que de Justicia analice administrativa de carece Fiscal oficio o si no y la de competencia legal para emitir el acto impugnado o alguno de los que le sirven de antecedente o apoyo; por lo que en el caso de que se aceptara la sumisión tácita del particular a la competencia de la autoridad, se llegaría al absurdo de convalidar actos viciados en su origen por provenir de autoridades incompetentes.” Bajo ese contexto se debe estimar infundado lo manifestado por la quejosa, toda vez que el Consejo de la Judicatura del Estado, en su calidad de Órgano de 36 Juicio de Amparo 660/2007 vigilancia y disciplina en los precisados en el términos considerando que que fueron antecede, se encontraba debidamente facultado para analizar los razonamientos que fueron vertidos por la quejosa en la sentencia de uno de abril de dos mi cinco, es decir, sobre cuestiones que fueron materia de estudio jurisdiccionalmente, toda vez que conforme al artículo 129, fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que estima aplicable la responsable, a la letra expone: “Artículo 129. Son faltas de los Jueces: … IV. Dar por probado un hecho que no lo esté legalmente en los autos o tener como no probado uno que conforme a la Ley, deba estimarse debidamente comprobado….” Es evidente que sí se hallaba facultada para analizar si dentro de la sentencia dictada dentro de la causa penal 9/2004, se habían dado por probados hechos que no lo estuvieran legalmente, toda vez que, a través del arábigo en cita, en relación con el 90 de la Constitución Local, se faculta a la responsable a determinar si respecto a los argumentos vertidos por la quejosa en la citada sentencia, se actualizaba o no la aludida falta administrativa, lo cual invariablemente se ve inmerso en la función jurisdiccional con la que actúo la quejosa; y por tanto, al encontrarse 37 Juicio de Amparo 660/2007 dentro de las atribuciones de la responsable, el analizar el apego a la legalidad de las resoluciones judiciales dictadas por los Jueces que integran el Poder Judicial del Estado, en cuanto a que no tengan probados hechos que legalmente no lo estuvieron, es evidente que es competente para pronunciarse al respecto en la medida que acaeció en la resolución reclamada. En esa tesitura, contrario a lo esgrimido por la parte quejosa, se comulga con la responsable, en la cita del criterio sostenido por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por las razones que lo sustentan, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XI, Marzo de 2000, Página: 88, que bajo el siguiente rubro reza: “CONSEJO DE LA JUDICATURA FEDERAL. AL RESOLVER SOBRE LA RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE JUECES DE DISTRITO O MAGISTRADOS DE CIRCUITO MENOSCABO JUZGADA Y DEL PRINCIPIO DE LA PUEDE, SIN DE COSA AUTONOMÍA E INDEPENDENCIA JUDICIALES, EXAMINAR EL APEGO A LA LEGALIDAD DE RESOLUCIONES JURISDICCIONALES.” Lo anterior, no obstante que el mismo se pronuncie respecto al Consejo de la Judicatura Federal, toda vez que 38 Juicio de Amparo 660/2007 únicamente se retoma por las razones que lo sustentan, en relación a lo precisado en párrafos precedentes. Sin que pase desapercibida la diversa manifestación de la quejosa, en el concepto de violación j), en cuanto que se invade la jurisdicción y autonomía, al considerar que en materia disciplinaria la actuación del Juez no podía examinarse en función de los perjuicios que se causen a las partes, lo que significa que a través de las normas no pueden hacerse efectivos los derechos procedimentales que tuvieran los litigantes, ni tampoco puedan reparase las irregularidades cometidas; lo cual igualmente deviene infundado, atendiendo a que como ya se estableció, la responsable se encontraba facultada para dirimir sobre la legalidad de la sentencia dictada en la causa penal 9/2004, del índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia en Santa María del Río, San Luis Potosí, lo cual acaeció al considerar que con motivo de la misma se actualizaba la falta administrativa contenida en el artículo 129, fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que se estimó aplicable, al analizarse las constancias del referido sumario en relación a la sentencia dictada, sin que del apartado correspondiente a dicho estudio, el cual se ubica en el considerando tercero, inciso e), mismo que fue precisado en el punto V, del presente considerando de esta sentencia, se desprenda que se hubiere analizado lo 39 Juicio de Amparo 660/2007 anterior atendiendo a los perjuicios que en su caso se causaron a las partes, ni que se hubieran reparado las irregularidades cometidas dentro del procedimiento de origen, contrario a lo aducido por la aquí quejosa, sino todo lo contrario, ya que dicho estudio únicamente versó respecto de los hechos denunciados, de las defensas planteadas y las pruebas que obraron en el sumario de origen, máxime que del diverso numeral 56 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis Potosí, se advierte que todo servidor público tendrá diversas obligaciones para salvaguardar la legalidad. A ello cabe agregar, que la resolución que se analizó por parte de la responsable quedó intocada, puesto que el estudio que se realizó de la misma, es atendiendo a que su finalidad es de orden público, y no particular, porque la sociedad está interesada en que se verifique que la actuación de los jueces se encuentre apega en aquellos principios que se hallan precisados en el citado artículo 56 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y Municipios de San Luis Potosí, lo cual al efecto así acaeció. Sin que obste a lo anterior, el hecho de que en el considerando quinto de la resolución en comento, se haya 40 Juicio de Amparo 660/2007 cuantificado la posible cantidad que hubiera correspondido a la reparación del daño a que hubieran tenido derecho los familiares del finado Hugo Segura Olvera, toda vez que dicha circunstancia entre otros hechos, únicamente acaeció con el objetivo de establecer los parámetros para las sanciones que se estimaron aplicables, lo cual fue motivo de estudio en dicho apartado, y que en modo alguno refleja que en la resolución reclamada, se hubiera analizado el daño causado a las partes con su dictado, ya que para la actualización de la falta administrativa antes aludida, no se tomó en consideración dicha circunstancia, sino únicamente para el efecto antes precisado, lo anterior en atención al principio de motivación. Bajo esa premisa, se estiman además inaplicables las tesis que cita la quejosa para justificar el concepto de violación aquí analizado, al no haberse pronunciado en momento alguno la responsable en la medida que lo pretende hacer ver la aquí quejosa. En relación al motivo de disenso marcado en el inciso l), debe señalarse que la circunstancia de que la resolución reclamada se haya signado estableciendo que la resolvió y firman los integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado, ello no revela mas que fue signada por el Pleno de dicho Órgano Administrativo, contrario a la afirmado por la 41 Juicio de Amparo 660/2007 quejosa, toda vez que si bien se manifestó que la firmaban sus integrantes, lo cierto es que en la misma aparecen las firmas de los Consejeros Ernesto de la Garza Hinojosa, Víctor Jorge Hernández García y Jesús Artemio Motilla Martínez, así como de su Presidente Salvador Ávila Lamas y del Secretario Ejecutivo de Vigilancia y Disciplina, según se puede observar del citado auto de radicación de catorce de junio de dos mil siete y del oficio CJ/619/2006, de veintitrés de junio de dos mil siete, que obran en el referido procedimiento administrativo, y del oficio SEVD/818/2007, de veintitrés de abril de dos mil siete, que obra en los autos de este sumario, siendo que con lo anterior, es evidente que el Consejo de la Judicatura se encontraba funcionando en Pleno, ya que firmaron sus integrantes, los que en términos de los artículos 88 y 89 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que a la letra exponen: “ARTICULO 88. El Consejo de la Judicatura estará integrado por cuatro consejeros, en los términos del artículo 90 de la Constitución Política del Estado, y funcionará en Pleno o a través de comisiones. El Consejo de la Judicatura contará con aquellas comisiones permanentes o transitorias de composición variable que determine el Pleno del mismo, debiendo existir en todo caso las de administración y presupuesto, carrera judicial, 42 Juicio de Amparo 660/2007 disciplina, la de adscripción y la de administración del Tribunal Electoral. Las comisiones serán colegiadas o unitarias y tendrán las facultades que establezca el reglamento expedido por el Pleno del propio Consejo, en el que además se establecerá la organización y funcionamiento de las mismas. ARTICULO 89. El Consejo de la Judicatura estará presidido por el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, quien ejercerá las atribuciones que le confieren la Constitución Política del Estado y esta Ley.” Se componen de cuatro consejeros, de los cuales, uno lo será el Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, siendo éstos los que como ya se precisó, signaron la referida determinación, máxime que en el considerando especificó su primero de la competencia, resolución reclamada, determinando que era atribución del Pleno del Consejo de la Judicatura, resolver los procedimientos de responsabilidad que se iniciaran contra los servidores público del Poder Judicial del Estado; por tanto, deviene infundado el concepto de violación que aquí se analiza. Sin que pase inadvertida la circunstancia de que la quejosa haya manifestado que podían resultar competentes para conocer del procedimiento en cita el 43 Juicio de Amparo 660/2007 Pleno del Poder Judicial del Estado o el Pleno del Consejo de la Judicatura del Estado, toda vez que respecto de lo anterior no esgrime argumento alguno, del porqué debería de considerarse así, además de que si estimaba que la segunda de las autoridades en cita, era la competente, esto acaeció de esa manera en los términos señalados en el párrafo que antecede. Resulta igualmente infundado lo expresado en el concepto de violación aquí marcado con el inciso d), toda vez que la responsable en modo alguno tenía la obligación de cerciorarse de la existencia de Juana Segura Olvera, ni que contara con capacidad para denunciar los hechos de que se trata, así mismo que se le requiriera para que ratificara su escrito de denuncia, ello atendiendo a que como se desprende del auto de radicación de catorce de julio de dos mil siete, por medio del cual se da trámite al procedimiento administrativo de responsabilidad 75/2006, el mismo fue iniciado de oficio por el Cuerpo Colegiado, a petición de los Consejeros Ernesto de la Garza Hinojosa y Víctor Jorge Hernández García, en términos de los artículos 184 y 185 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que a la letra exponen: “ARTICULO 184. El procedimiento administrativo se iniciará mediante queja de los 44 Juicio de Amparo 660/2007 órganos auxiliares o de los particulares que tengan interés jurídico, la que se formulará por escrito o de manera verbal, pero en este último caso se levantará acta circunstanciada de la misma. También podrá iniciarse de oficio por el superior jerárquico del presunto infractor, o por cualquiera de los consejeros cuando la gravedad de la irregularidad observada así lo amerite y, en tal caso, corresponderá al Pleno del Consejo de la Judicatura imponer al responsable la sanción respectiva. ARTICULO 185. El procedimiento lo instruirá el Secretariado Ejecutivo de Vigilancia y Disciplina auxiliado por la Visitaduría o la Contraloría, según corresponda, y comprenderá una audiencia que se verificará dentro de los quince días hábiles siguientes, con intervención del Ministerio Público y conforme a lo siguiente. El procedimiento se sujetará a lo siguiente: I. Se citará al presunto responsable a la audiencia, haciéndole saber la responsabilidad que se le imputa y el derecho que tiene a ofrecer pruebas ofrecerse y a y alegar. rendirse Las en pruebas la deberán audiencia, con excepción de la testimonial y la pericial, que deberán anunciarse cinco días antes del señalado para su celebración. La citación se hará cuando menos con ocho días hábiles de anticipación. Abierta la audiencia se procederá a recibir, por su orden, las pruebas, los alegatos y en su caso, el pedimento del Ministerio Público; II. Al concluir la audiencia o dentro de los treinta días hábiles siguientes, el Pleno del 45 Juicio de Amparo 660/2007 Consejo resolverá si existió o no responsabilidad; en caso afirmativo impondrá al infractor las sanciones administrativas correspondientes y dará los avisos corresponda, a las notificando autoridades la resolución que al interesado dentro de las veinticuatro horas hábiles siguientes; III. La audiencia podrá diferirse si lo solicita el interesado con causa justificada a juicio del Secretariado; asimismo, si éste encuentra que no hay datos suficientes para resolver, o advierte elementos que impliquen nueva responsabilidad administrativa a cargo del presunto responsable o de otras personas, podrá disponer la práctica de mayores investigaciones y citar para otra u otras audiencias, o bien turnar el asunto al órgano competente, y IV. Si el Pleno del Consejo de la Judicatura estima que la queja fue interpuesta actuando de mala fe, se impondrá al quejoso, representante, abogado o a ambos, una multa de doscientos a trescientos días de salario mínimo vigente en la Capital del Estado al momento de interponerse la queja.” De lo anterior, se advierte que los Consejeros se encuentran facultados para iniciar de oficio el citado Procedimiento Administrativo, cuando la gravedad del mismo así lo amerite, lo cual así acaeció, ya que en el referido auto se especificó que lo anterior se justificaba con las irregularidades observadas, conforme al contenido del escrito de denuncia signado por Juana Segura Olvera, 46 Juicio de Amparo 660/2007 para lo cual precisó qué hechos se desprendían del mismo, especificando que la presunta falta consistía en haber emitido una resolución contra el texto expreso de la Ley, sin que pasara inadvertido lo aseverado por la denunciante, en cuando a que a Joel Martínez Pérez, le había salido caro su delito, ya que a María Elena Palomino Reyna, como Juez Mixto de Primera Instancia, en Santa María del Río, San Luis Potosí, y a la Agente del Ministerio Público de esa adscripción, les entregó ochenta mil pesos, ya que con ello resultaban graves las conductas que se le atribuían; motivos los anteriores que justifican la circunstancia de que la responsable en modo alguno se hallaba obligada a cumplir con las exigencias que precisa la quejosa, sin que obste para ello la circunstancia de que los aludidos consejeros iniciaran de oficio el procedimiento tomando como base el referido escrito de denuncia, toda vez que del auto en comento, se advierte que ello acaeció con motivo de la gravedad de las faltas ahí esgrimidas, en la medida que se ha señalado, cumpliéndose con ello el contenido del aludido artículo 184 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado. Conforme a lo anterior, es evidente, que igualmente en modo alguno Juana Segura Olvera, tenía la obligación de señalar domicilio en su escrito de denuncia, ya que el procedimiento incoado contra María Elena Palomino 47 Juicio de Amparo 660/2007 Reyna, fue iniciado de oficio por los Consejeros antes aludidos. Por otra parte, cabe precisar que el artículo 16 de la Constitución Federal establece que todo acto de autoridad debe encontrarse suficientemente fundado y motivado, entendiéndose por lo primero que ha de precisarse con precisión en el texto mismo del acto, el precepto legal aplicable al caso, y por lo segundo, que deben señalarse las circunstancias especiales, razones particulares o causas inmediatas que se hayan tenido en consideración para la emisión del acto; siendo necesario además que exista adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables, es decir, que en el caso concreto se configuren las hipótesis normativas. En apoyo de lo anterior se invoca la tesis sustentada por la otrora Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en le Semanario Judicial de la Federación, Tomo: 30 Tercera Parte, Página: 57, Séptima Época, que bajo el siguiente rubro dice: “FUNDAMENTACION Y MOTIVACION, GARANTIA DE.” En el caso el acto reclamado cumple los requisitos de fundamentación y motivación que todo acto de autoridad requiere, ya que en lo particular la autoridad responsable 48 Juicio de Amparo 660/2007 citó las disposiciones aplicables al caso en concreto, y por otra parte, señaló las circunstancias especiales y razones particulares que tomó en consideración para el dictado del mismo, como son los diversos argumentos vertidos por las partes en relación al procedimiento de que se trata y los medios de prueba que fueron ofrecidos, así como aquéllos que fueron recabados de oficio, circunstancias la anteriores, que evidencian que existe una adecuación entre los motivos aducidos y las normas aplicables, como más adelante se precisará, y por tanto, deviene infundado el concepto de violación marcado en el inciso a), respecto a lo aquí analizado. Sin que obste a lo anterior lo manifestado por la quejosa, y que ha quedado debidamente especificado en el inciso o), toda vez que si bien es cierto que dentro de la resolución impugnada no existe el punto dos, del considerando cuarto a que alude el resolutivo segundo de la misma, en la cual se hace alusión a las faltas administrativas que se estimaron fundadas, sin embargo, es evidente que dicha circunstancia se trata de una mera equivocación, consistente en que indebidamente se invocó un determinado considerando cuando debió citarse otro, ello en atención, a que es evidente que la responsable se refiere al punto dos, del considerando tercero de la referida resolución, en el cual entre otras, se especificaron las faltas que se declararon 49 Juicio de Amparo 660/2007 fundadas en el considerando quinto de la sentencia a estudio; circunstancia la anterior, por la cual dicho motivo de disenso debe estimarse fundado pero inoperante, ya que la irrelevancia de la citada omisión de enunciar el considerando correcto en el resolutivo segundo de la resolución impugnada, no es apta para resolver el asunto en forma favorable a los intereses de la quejoso, atendiendo a que a nada práctico conduciría conceder el amparo y protección de la Justicia Federal para el efecto de que se analizara una cuestión innecesaria, dado que el sentido del fondo del asunto seguiría siendo el mismo, en detrimento del principio de economía procesal y la pronta administración de justicia que establece el artículo 17 constitucional. Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo sustentan, el criterio sostenido por el Segundo Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación, en su tomo XIII, Junio de 1994, Página: 670, que a la letra expone: “SENTENCIAS, CITA ERRONEA DE PRECEPTOS LEGALES EN LAS. El error en la cita de los preceptos legales en que incurre la autoridad responsable no amerita la concesión del amparo si, de los términos literales de la sentencia reclamada aparece que simplemente se trata de una verdadera equivocación consistente 50 Juicio de Amparo 660/2007 en que indebidamente se invocan unos preceptos cuando debieron citarse otros.” Asimismo, resulta aplicable la Jurisprudencia emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XX, Julio de 2004, Página: 1396, que bajo el siguiente rubro reza: “CONCEPTOS DE VIOLACIÓN FUNDADOS PERO INOPERANTES. DEBEN DECLARARSE ASÍ, CUANDO EXISTA SEGURIDAD ABSOLUTA EN CUANTO A LA IRRELEVANCIA DE LA OMISIÓN EN QUE RESPONSABLE INCURRIÓ Y NO LA AUTORIDAD SEA NECESARIO SUSTITUIRSE EN SU ARBITRIO PARA DEFINIR CUESTIONES DE FONDO.” Los conceptos de violación marcados con los incisos c), f), h) y j) devienen inoperantes, toda vez que las alegaciones ahí especificadas, se traducen en meras afirmaciones, ya que no combate por sí misma la determinación del Consejo de la Judicatura del Estado, en relación a el porqué en la sentencia de uno de abril de dos mil cinco, dictada dentro de la causa penal 9/2004, indebidamente se estimó actualizada la falta, consistente en dar por probada la calificativa de riña, en la comisión del ilícito de homicidio analizado en dicho proceso penal, instruido contra Joel Martínez Pérez, cuando legalmente 51 Juicio de Amparo 660/2007 no lo estaba, y en consecuencia no haber tenido por comprobado el homicidio doloso contra Hugo Segura Olvera; para que este Juzgado se pronunciara si fue correcta o incorrecta la atribución de la falta de que se trata. Es decir, era menester que precisara si la resolución del referido Órgano Administrativo, era incorrecta, en cuanto a que indebidamente con los argumentos que fueron precisados, no se acreditaba la falta de que se trata; puesto que con el sólo hecho de aludir a que fundó y motivó su resolución en los ordenamientos legales que cita y diversos preceptos del Código de Procedimientos Penales que menciona, no hace patente lo equivocado a su parecer, de la conclusión a que arribó la responsable. Lo anterior deviene así, ya que la parte quejosa, sólo se limita a esgrimir que el razonamiento de la responsable es incorrecto, que el auto de formal prisión que dictó contra José Martínez Pérez, como probable responsable en la comisión del ilícito de homicidio simple intencional, fue emitido de esa manera atendiendo a que sólo obraban los testimonios de Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata, a los que les otorgó el valor de indicios, ya que hasta ese estadio procesal la declaración del citado inculpado no se encontraba corroborada con medio de convicción 52 Juicio de Amparo 660/2007 alguno, puesto que éste había expuesto que había disparado su pistola pero para defenderse de los disparos que la gente hacía, siendo que con las declaraciones de Ma. de Lourdes Vega Torres y Adelita Martínez Vega, se acreditó que existieron varios disparos, es decir que con ello se corroboraba la declaración del antes citado, en el sentido de que se había defendido de los disparos que la gente le hacía y que ello sólo había ocurrido en una sola ocasión, además de que con los atestes de Gladis del Carmen Flores Padrón, Aurora Pérez Vega y Justo Martínez, se acreditaba que previo al suceso que analizó, había existido una contienda verbal entre el pasivo y activo del ilícito, en la que el sentenciado también había sido provocado; y que con todo lo anterior, se acreditaba que había actuado en todo momento con exactitud y certeza observando la legalidad, honradez, imparcialidad y eficiencia. Siendo que respecto a lo expuesto, la quejosa no desvirtúa las argumentaciones torales del tema que se trata, en las que la responsable sustentó su determinación que resultan las siguientes: • Que el sentenciado Joel Martínez Pérez, en momento alguno había manifestado que el occiso Hugo Segura Olvera, 53 lo hubiera provocado Juicio de Amparo 660/2007 mediante disparos con alguna arma de fuego, así como que hubiera existido contienda alguna con el último de los citados; siendo que la contienda de obra, debía demostrarse plenamente, ya que esta atendía a un intercambio de golpes entre los protagonistas, que en el caso no se observaba demostrado en el proceso 09/2004, pues atento a lo declarado por el enjuiciado, fue él quien andaba a caballo y agredió al ofendido disparándole de arriba hacia abajo y conforme a las declaraciones de Victoria Segura Olvera y Amador Bahena Mata, éste ni siquiera había intentado repeler la agresión. • Que respecto a la deposición de Ma. de Lourdes Vega Torres, la deponente no había presenciado los hechos, referentes a la contienda entres Joel Martínez Pérez y Hugo Segura Olvera, y que el provocado fuese el primero de los citados, además de que el lugar donde narra que escuchó unos disparos, es distinto del lugar en que acaecieron los hechos; dicho atesto se contraponía rotunda y contundentemente, con lo expresado por la denunciada en su sentencia, en cuanto a que tal medio de convicción mereciera valor probatorio pleno. • Que en relación al atesto de Adelaida Martínez Vega, la responsable no encontró 54 relación entre lo Juicio de Amparo 660/2007 declarado por dicha testigo y los elementos que integraron la modificativa de la riña, pues ella decía que a las ocho de la noche estaba en su casa, que resulta ser un lugar distinto de donde ocurrieron lo hechos, lo que significaba que no presenció circunstancia de tiempo, modo, lugar y ocasión en que perdiera la vida Hugo Segura Olvera, y que por ese motivo era suficiente para que no se le otorgara a esa declaración el valor probatorio que al final indebidamente le concedió la aquí quejosa. • Que entre otros medios de convicción, lo aquí señalados, junto con la confesión del reo, no merecía ningún valor probatorio para tener por demostrada la riña. Por tanto, al no destruirse los argumentos que estimó la responsable para determinar que se actualizaba la multicitada falta administrativa, es evidente que lo esgrimido por la quejosa deviene inoperante, al no combatir por sí misma la determinación de dicha responsable en el apartado en que tuvo por acreditada la falta administrativa en mención, lo cual acaeció en el inciso e), del considerando tercero, de la resolución reclamada. Encuentra puntual aplicación el criterio sustentado por el Tribunal Colegiado del Vigésimo Circuito, en la tesis 55 Juicio de Amparo 660/2007 listada con la clave número XX.26 K, visible en la página 483, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo II, Agosto de 1995, Novena Epoca, que dice: “CONCEPTOS INOPERANTES. DE HIPOTESIS VIOLACION EN QUE DEBEN DECLARARSE. Los casos por los cuales deben declararse inoperantes los conceptos de violación que se hacen valer en una demanda de amparo directo, en materia civil, administrativa o laboral, son: 1. Cuando los argumentos que integran los conceptos de violación no atacan ninguno de los fundamentos del fallo reclamado; y, 2. Cuando solamente se atacan algunos de los argumentos que rigen la sentencia materia de amparo, pero se dejan intocados otros.” Asimismo, es aplicable la jurisprudencia número I.6º.C.J/15, que aparece en la página 621 del Tomo XII, de Julio de 2000, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, sustentada por el Sexto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, que a la letra reza: “CONCEPTOS INOPERANTES, DE CUANDO CONSIDERACIONES IMPUGNADA. Los DE VIOLACION NO LA conceptos ATACAN LAS SENTENCIA de violación resultan inoperantes si los argumentos que aduce la quejosa no atacan las consideraciones de la sentencia impugnada.” 56 Juicio de Amparo 660/2007 Asimismo, cabe señalar que deviene infundada la diversa alegación vertida por la quejosa en el citado inciso k), toda vez que la responsable en modo alguno analizó si la sentencia de que se trata, se encontraba debidamente fundada y motivada, sino que su estudio, como ya se señaló, únicamente versó en relación a los hechos denunciados y la propia sentencia, con motivo de la falta administrativa que se estimó actualizada, para lo cual se retoman los argumentos señalados en los párrafos que anteceden, los que en obvio de repeticiones innecesarias, se tienen aquí por reproducidos. Respecto al concepto de violación establecido en el inciso e), de la presente resolución, así como el señalado en el inciso a), por lo que hace a que el procedimiento administrativo se había iniciado por la falta administrativa prevista por la fracción VI, del artículo 178, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que consiste en haber emitido una resolución contra el texto expreso de la Ley, y no así por la diversa contenida en la fracción IV, del referido numeral, que resulta idéntica a la que se contenía en el artículo 129, fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, vigente a la fecha en que ocurrió la falta consistente en dar por probado un hecho que no lo esté legalmente en los autos, que es la que se estimó 57 Juicio de Amparo 660/2007 actualizada al momento de dictarse la resolución definitiva del referido procedimiento de responsabilidad, siendo que por ello estima que se introdujeron elementos ajenos a la litis; se debe señalar que lo anterior deviene infundado en la siguiente medida. Del contenido del citado numeral 185 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, se desprende que el Procedimiento de Responsabilidad Administrativa, se tramitará citando al presunto responsable a la audiencia, haciéndole saber la responsabilidad que se le imputa y el derecho que tiene a ofrecer pruebas y a alegar. Atento a lo anterior, es incorrecta la apreciación de la quejosa en cuanto a que la responsable debió de resolver el citado procedimiento atendiendo a la falta que estimó actualizada al momento de radicar este mismo, y no dictar la resolución definitiva por una diversa, toda vez que del referido auto de radicación, el cual ha quedado precisado en párrafo precedentes, si bien es cierto que se advierte que la autoridad responsable ordenadora, estimó que la presunta falta que se le atribuía a la quejosa consistió en haber dictado una resolución contra el texto expreso de la Ley, sin embargo, se desprende que se inició el mismo en atención al contenido de la denuncia formulada por Juana Segura Olvera, al advertirse que la quejosa había omitido 58 Juicio de Amparo 660/2007 conducirse con legalidad, honradez e imparcialidad en el desempeño del cargo que ostentaba, siendo que por ese motivo se le citó a la audiencia de que se trata, en relación a las presuntas imputaciones que se realizaban en su contra, a lo cual, se ordenó se le entregara copia fotostática del escrito de denuncia, es decir, de lo anterior se tiene, que no sólo se le hizo saber la posible falta que se estimaba actualizada, sino que además se hizo de su conocimiento todas y cada una de las imputaciones que se contenían en el multicitado escrito de denuncia, entre las cuales obra aquella con la cual se estimó actualizada la falta que se le imputa a la quejosa en la resolución reclamada. Por tanto, de lo anterior, se tiene que si la responsable le hizo saber a la quejosa las responsabilidades que se le imputaban, ello por medio del escrito de denuncia de que se trata, así como del contenido del referido auto de radicación, es patente, que esta misma se encontró en aptitud de combatir lo que ahí se contenía, lo cual, como se ha establecido, fue lo que dio motivo a la falta que se estimó actualizada en la resolución que se reclama, sin que obste a ello, la circunstancia de que se haya especificado en el auto de radicación la posible falta que se le atribuía a la quejosa, la cual resultó diversa a la antes citada, ya que el hecho de que la 59 Juicio de Amparo 660/2007 quejosa estableciera una posible falta, ello no la constreñía a dictar la resolución del procedimiento iniciado por la misma, sino como bien lo determinó, lo debió hacer por aquélla que efectivamente se actualizara con los hechos que estimó para incoar el mismo, atendiendo en el caso concreto, al escrito de denuncia, la contestación de la misma, y a las pruebas ofrecidas por las partes, así como las recabadas de oficio, circunstancias las anteriores con las cuales en modo alguno se vulnera la garantía de audiencia que aduce la parte quejosa. Sirve de apoyo a lo anterior por las razones que lo sustentan, el criterio sostenido por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXI, Abril de 2005, Página: 1494, que a la letra expone: “RESPONSABILIDADES ADMINISTRATIVAS DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. SI EN EL CITATORIO A LA AUDIENCIA DEL PROCEDIMIENTO RELATIVO SE EXPRESARON LOS FUNDAMENTOS Y MOTIVOS PARA INICIARLO, ES INNECESARIO SEÑALARLOS EN EL LEVANTAMIENTO DEL ACTA. La audiencia a que se refiere el artículo 64, fracción I, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, se lleva a cabo una vez que se llama al 60 Juicio de Amparo 660/2007 servidor público mediante un citatorio en el que deben señalarse los fundamentos y motivos para el inicio del procedimiento administrativo de responsabilidad; la fundamentación de dicho citatorio es determinar la la que debe legalidad analizarse del inicio para del procedimiento administrativo, sin que pueda exigirse que en el levantamiento del acta de audiencia realizada por el mismo funcionario que emitió el citatorio, se reiteren los fundamentos ya expresados, pues tal omisión no causa estado de indefensión al servidor público si ya se le dieron a conocer en el citatorio correspondiente.” Por otra parte, es infundado el concepto de violación marcado en el inciso ñ), atendiendo a los siguientes razonamientos. En primer término cabe señalar que la quejosa reclama la aplicación retroactiva de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que la autoridad estimó aplicable con motivo de la fecha en que acaecieron los hechos que se denunciaron, ya que estima que ésta no era aplicable por tratarse de una norma abrogada; por tanto, el presente análisis versará si era posible aplicar una norma abrogada para efecto de imponer las administrativas a María Elena Palomino Reyna. 61 sanciones Juicio de Amparo 660/2007 Cabe señalar que la irretroactividad de la Ley, es el principio de derecho según el cual las disposiciones contenidas en las normas jurídicas no deben ser aplicadas a los hechos que se realizaron antes de la entrada en vigor de dichas normas. (1) La aplicación retroactiva de una norma consiste en verificar si el acto concreto se lleva a cabo dentro de su ámbito temporal de validez sin afectar situaciones jurídicas definidas o derechos adquiridos por el gobernado con anterioridad a su entrada en vigor. Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en su Tomo XX, Julio de 2004, Página: 415, que a la letra expone: “RETROACTIVIDAD DE LA LEY. ES DIFERENTE A SU APLICACIÓN RETROACTIVA. El análisis de la retroactividad de las leyes requiere el estudio de los efectos que una norma tiene sobre situaciones jurídicas definidas al amparo de una ley anterior o sobre los derechos adquiridos por los gobernados con anterioridad a su entrada en vigor, verificando si la nueva norma los desconoce, es decir, ante un planteamiento de esa naturaleza, el órgano de control de la constitucionalidad se pronuncia sobre si una 62 Juicio de Amparo 660/2007 determinada disposición de observancia general obra sobre el pasado, desconociendo tales situaciones o derechos, lo que implica juzgar sobre el apego de un acto materialmente legislativo a lo dispuesto por el artículo 14, párrafo primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en cuanto a que las leyes no deben ser retroactivas. En cambio, el análisis sobre la aplicación retroactiva de una ley implica verificar si el acto concreto se lleva a cabo dentro de su ámbito temporal de validez sin afectar situaciones jurídicas definidas o derechos adquiridos por el gobernado con anterioridad a su entrada en vigor.” Precisado lo anterior, debe decirse que en modo alguno se está aplicando retroactivamente en perjuicio de la quejosa la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, publicada en el Periódico Oficial del Estado, el veinticuatro de diciembre de mil novecientos noventa y seis, toda vez que la circunstancia de que la legislación que estimó aplicable la responsable ordenadora con motivo de la fecha en que se dictó la sentencia definitiva en la causa penal 9/2004, (uno de abril de dos mil cinco), haya sido abrogada por la diversa Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, publicada en el Periódico Oficial el quince de octubre de dos mil cinco, no implica su aplicación retroactiva en perjuicio de la quejosa, sino todo lo contrario, toda vez que a través de ello es que se respeta dicha garantía 63 Juicio de Amparo 660/2007 constitucional, al aplicarse la norma que se encontraba vigente al momento de cometerse la falta que se le atribuye a la responsable, ello no obstante de que la norma aplicable se encontrara abrogada, siempre y cuando la nueva legislación no le beneficie, ello en términos del artículo 14, primer párrafo de nuestra carta magna. Bajo ese mismo contexto, deviene infundado el motivo de disenso contenido en el inciso m), bajo las siguientes consideraciones. Cabe señalar que las normas procesales, no pueden producir efectos retroactivos, porque siempre se expiden para el futuro, esto es, para encaminar y regular los procedimientos que deben seguirse en los juicios, a partir de la expedición de la nueva ley, y por ende, cada etapa procesal se encuentra regida por las disposiciones vigentes en la época en que aquéllas se llevan a efecto. Asimismo, se debe precisar que la circunstancia de que un determinado Juez tuviere o no la obligación de condenar al pago de la reparación del daño en una causa penal, se trata de una cuestión meramente procesal, y por tanto respecto de ésta, se deberá atender a la fecha en que procesalmente se tuviera la obligación de cumplir con 64 Juicio de Amparo 660/2007 la misma, y no a la fecha en que acaecieron determinados hechos que sean motivo de estudio en un proceso penal. Por su parte, el artículo 471 del Código de Procedimientos Penales del Estado, el cual se encuentra vigente desde el dos de junio de dos mil dos, con motivo de la reforma que sufrió en el decreto 297, publicado en el periódico oficial del Estado, el uno de junio de los citados mes y año, a la letra expone: “ARTICULO 471. El Juez, de oficio debe ordenar la reparación substanciación de daño del exigible incidente al de inculpado, exhortando al ofendido o a la víctima para que comparezcan al mismo, a hacer valer sus derechos y a aportar los elementos de prueba tendientes a comprobar la procedencia de la reparación del daño; pero además de tomarse en cuenta las pruebas que se aporten, la autoridad judicial deberá recabar de oficio todas aquellas que puedan beneficiar a la víctima o al ofendido; y acordar las diligencias que estime necesarias para precisar sus derechos.” De lo anterior, se tiene que el Juez tiene la obligación de ordenar de oficio la substanciación del incidente de reparación de daño exigible al inculpado, así como el recabar de oficio todas aquellas que puedan beneficiar a la 65 Juicio de Amparo 660/2007 víctima o al ofendido; y acordar las diligencias que estime necesarias para precisar sus derechos Por tanto, si a la fecha en que se inició el procedimiento penal 9/2004, del índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia de Santa María del Río, San Luis Potosí, y al momento en que se dictó la sentencia respectiva, (veintitrés de agosto de mil novecientos noventa y cinco y uno de abril de dos mil cinco, respectivamente), se encontraba vigente dicho dispositivo, es patente, que procesalmente, la responsable tenia la obligación de ordenar de oficio el incidente de reparación del daño, lo anterior no obstante de que se hubiera solicitado o no, o de que no existieran pruebas para resolver sobre el mismo, toda vez que como ya se estableció, se trataba de una obligación procesal de María Elena Palomino Reyna, en su calidad de Juez de Primera Instancia de Santa María del Río, San Luis Potosí, ya que debía ordenar la apertura del procedimiento respectivo, así como el recabar las pruebas que pudieran beneficiar a la víctima del delito. Bajo esa premisa, igualmente resultaban aplicables las reformas que sufrieron los artículos 20, fracción IV de la Constitución y 24 del Código Penal del Estado, en relación a dicho tópico, toda vez que éstos prevén la circunstancia 66 Juicio de Amparo 660/2007 de que no se podrá absolver al inculpado de la repación del daño si se ha emitido una sentencia condenatoria, lo cual en relación a lo antes precisado, confirma la obligación de la quejosa de haber abierto el incidente correspondiente, y por tanto, deviene infundado el motivo de disenso aquí analizado. Sirve de apoyo a lo anterior, por las razones que lo sustentan, el criterio sostenido por el Primer Tribunal Colegiado del Noveno Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación, en su tomo XII, Agosto de 1993, Página: 554, que a la letra expone: “RETROACTIVIDAD. APLICACION IMPROCEDENTE DE LA LEY PROCESAL PENAL. En materia penal, el principio de la irretroactividad, recogido en el párrafo primero del artículo 14 de la Constitución Federal tiene como excepción aquellos casos en que, la nueva ley, es más benigna para el reo, aspecto que reconoce en forma unánime la jurisprudencia, la doctrina y el derecho positivo. Sin embargo, tales hipótesis excepcionales se refieren al aspecto sustantivo del delito y de la pena, pero no al adjetivo o procedimental, pues la leyes del procedimiento, según la doctrina, no pueden producir efectos retroactivos, porque siempre se expiden para el futuro, esto es, para encaminar y regular los procedimientos que deben seguirse en los juicios, a partir de la expedición de la 67 Juicio de Amparo 660/2007 nueva ley, y por ende, cada etapa procesal se encuentra regida por las disposiciones vigentes en la época en que aquéllas se llevan a efecto. Conforme a lo anterior, las actuaciones realizadas bajo la vigencia de la ley anterior no pueden ser destruidas si, al momento de consumarse, fueron objeto y resultado de las normas que las rigieron, de tal manera que al valorar el juzgador tales actuaciones, su facultad se encuentra limitada a realizar una declaración sobre si aquel acto se consumó bajo las reglas que se rigieron y nunca sobre otras, que ni siquiera existían, en el mundo jurídico.” Bajo ese mismo contexto, es infundado el motivo de disenso señalado en el inciso n), toda vez que como ya se ha establecido, la quejosa tuvo la obligación procesal de ordenar la apertura del incidente de reparación del daño, así como el recabar las pruebas que pudieran beneficiar a la víctima del delito, por lo cual, en modo alguno, desvirtúa dicha obligación, la circunstancia de que ninguno de los familiares del finado Hugo Segura Olvera, hubiera ocurrido ante ella a solicitarlo, así como que tampoco estuviera determinada la cuantía del mismo, o que en los autos de origen no se hubiese acreditado que Victoria Segura Olvera, fuese pariente de Hugo Segura Olvera, ello atendiendo a lo anteriormente determinado. 68 Juicio de Amparo 660/2007 Por otra parte, es infundado el argumento vertido por la quejosa precisado en el citado inciso e), en cuanto a que no se tomó en cuenta que no se había encontrado evidencia de que hubiera recibido la cantidad de dinero que se aducía en el escrito de denuncia, así como que Juana Segura Olvera, había mentido, y que por ello todo su dicho debía considerarse como falso; toda vez que contrario a lo afirmado por la quejosa, la responsable declaró improcedente dicha imputación, al no haberse evidenciado lo anterior de los autos que integraron el sumario de origen, máxime que dicha circunstancia sí fue tomada en consideración por la responsable al momento de imponer las sanciones que estimó conducentes, pues tomó en consideración los hechos que encuadraron en la falta contenida en el artículo 129, fracción IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, que estimó aplicable, sin que en éstos se agregara como falta administrativa el hecho de que hubiere recibido cantidad alguna con motivo de la sentencia que se analizó en el procedimiento natural; máxime que en momento alguno la responsable afirmó que la denunciante hubiera mentido, ya que la circunstancia de que se concluyera que uno de los argumentos vertidos por esta última, no se tuviera por acreditado, no demuestra la afirmación de la quejosa, porque además, no fue lo afirmado por quien promovió la 69 Juicio de Amparo 660/2007 queja, lo que dio sustento a la determinación combatida, sino los elementos de prueba que integran el sumario. Respecto al concepto de violación señalado en el inciso g) de la presente sentencia, debe decirse que el mismo resulta infundado atendiendo a que el argumento vertido por la responsable en el inciso d), del considerando tercero, es perfectamente claro, ya que la responsable precisó que resultaba fundado el argumento vertido por la quejosa en cuanto a que el Agente del Ministerio Público al consignar la averiguación previa que dio origen a la causa penal 9/2004, únicamente lo hizo por el delito de homicidio simple intencional, y no así con calificativa alguna, a lo que agregó que no obstante de lo fundado de dicho argumento, las circunstancias relacionadas con las calificativas del ilícito en cuestión, en nada incidían con respecto a la responsabilidad de María Elena Palomino Reyna, tocante a su pronunciamiento en el proceso 9/2004, sobre la existencia de la prueba de riña y sobre su falta de pronunciamiento respecto a la prueba de homicidio simple doloso, es decir, de lo anterior se tiene perfectamente claro y preciso que señala que las circunstancias de las calificativas del ilícito en nada incidían, sobre la existencia de la modalidad de riña que había tenido por acreditada en la aludida causa penal, y sobre la falta de pronunciamiento respecto de la prueba de homicidio simple doloso, 70 Juicio de Amparo 660/2007 circunstancia esta última, que como se ha señalado es la materia de la litis de la resolución que se reclama, y por ende es evidente el razonamiento precisado. El motivo de disenso marcado con el inciso i), igualmente deviene infundado, toda vez que la responsable en momento alguno varió lo denunciado por Juana Segura Olvera, sino que únicamente se concretó a precisar bajo qué circunstancias y argumentos es que encuadraba la conducta atribuida a la aquí quejosa, en la falta que se estimó actualizada, siendo que contrario a lo que expresa María Elena Palomino Reyna, de lo manifestado por Juana Segura Olvera, en la parte que precisa la primera de los citados, se desprende que efectivamente su coraje era con la justicia, ya que habían transcurrido nueve años para que se lograra la captura del activo en el proceso penal de origen Joel Martínez Pérez, para que con dinero lo dejaran salir, sin embargo, en cuanto a dichas aseveraciones, cabe precisar que la denunciante posterior a ellas, agregó que sus manifestaciones de desprecio antes señaladas, se fundaban en lo que a continuación describiría, para lo cual previo a los antecedentes de los hechos acaecidos precisó entre otras cosas, que la ahora quejosa, había dictado una sentencia, tomando como base los testimonios desfasados y contradictorios entre otros los de Ma. Lourdes Vega Torres y Adela Martínez Vega, 71 Juicio de Amparo 660/2007 para que se sacara de la manga un homicidio en riña, circunstancia que como se podrá apreciar, en modo alguno varia los hechos narrados en la denuncia de que se trata, toda vez que el coraje que precisa la quejosa, deriva de la forma en que fue dictada la sentencia en la causa penal 9/2004, atendiendo a lo ya precisado, en cuanto a lo desfasado y contradictorio de los testimonios que obraban en el sumario, circunstancia que fue materia de análisis en el procedimiento administrativo que se analiza, sin que con ello se hubiera variado lo manifestado por Juana Segura Olvera, sino que como se ha señalado, únicamente se tomó en consideración lo medular de su manifestación, ya que lo que señala la quejosa como la manifestación toral de la denunciante, únicamente se trata del preámbulo de lo expresado por la misma. Por todo lo anterior, resulta válido concluir que la determinación combatida dictada por la autoridad responsable ordenadora, si reúne los requisitos de fondo y forma que para pronunciarlo exige el artículo 16 constitucional, en relación a los argumentos vertidos por la quejosa en su escrito de demanda, por tratarse de un procedimiento administrativo, en el cual opera el principio de estricto derecho, y por consiguiente no es violatoria de garantías en perjuicio de María Elena Palomino Reyna, y en este contexto, procede negar el 72 Juicio de Amparo 660/2007 amparo y protección de la Justicia Federal solicitados, ya que este Juzgado se encuentra impedido para analizar aspectos ajenos a la litis constitucional planteada en el presente asunto, máxime que no se está en ninguno de los supuestos que prevé el artículo 76 bis de la Ley de Amparo. Sirve de apoyo a lo anterior, la Jurisprudencia emitida por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y Civil del Décimo Noveno Circuito, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, en su tomo XXV, Febrero de 2007, Página: 1482, que a la letra expone: “LITIS CONSTITUCIONAL. SU DELIMITACIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO Y, EN SU CASO, EN EL RECURSO DE REVISIÓN, TRATÁNDOSE DE ASUNTOS EN QUE OPERA EL PRINCIPIO DE ESTRICTO DERECHO. La materia de estudio que constituye el límite y la condición de la jurisdicción del Juez Federal en el amparo indirecto, se constriñe al estudio de los razonamientos vertidos por la autoridad responsable en el acto combatido de que se trate, para sostener su sentido, a la luz de los planteamientos expresados por los peticionarios del amparo en su demanda, que tiendan a demostrar la ilegalidad o la inconstitucionalidad del mencionado acto reclamado; en tanto que en 73 Juicio de Amparo 660/2007 el recurso de revisión, la materia de la segunda instancia, se ciñe al estudio integral del fallo combatido, en vista de los motivos de inconformidad que plantean los recurrentes, que indefectiblemente deben estar en relación directa e inmediata con los fundamentos y consideraciones lógico-jurídicos contenidos en la sentencia que se recurre y no pueden ni deben comprender cuestiones diversas de su materia; de ahí que a través de ellos no sea factible introducir aspectos no controvertidos ante la potestad común ni las no expuestas en los conceptos de violación, porque implicaría alterar la litis constitucional.” Negativa que se hace extensiva respecto de los actos atribuidos a la Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento de Integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado y a la Dirección de Recurso Humanos del Poder Judicial del Estado, por no reclamarse dichos actos por vicios propios. Por lo expuesto y fundado, con apoyo además en los artículos 76, 77, 78, 79 y demás relativos de la Ley de Amparo, se: RESUELVE: Único. La justicia de la unión no ampara ni protege a María Elena Palomino Reyna, respecto del acto que le atribuye a las autoridades responsables Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado, 74 Juicio de Amparo 660/2007 Unidad de Estadística, Evaluación y Seguimiento de Integrantes del Consejo de la Judicatura del Estado y Dirección de Recursos Humanos del Poder Judicial del Estado, por las razones expuestas en el último considerando del presente fallo. Notifíquese personalmente. A S I, lo resolvió y firma Leticia Morales García, Juez Segundo de Distrito en el Estado, que actúa con la Secretaria Ma. Felícitas Escobar Muñoz, quien autoriza, dándose por terminada la audiencia constitucional, hasta hoy veintiuno de agosto de dos mil siete, en que lo permitieron las labores del Juzgado, dándose por terminada la audiencia constitucional.- Doy fe. Razón.- En la propia fecha se gira oficios a las autoridades responsables para notificarles la resolución que antecede.- Conste. L´Hdcchm. 75